Minhyun estaba sentado en el suelo del gimnasio viendo a Baekho trabajar, suspirando de vez en cuando en los momentos en que su atención se centraba demasiado en lo perfecto que era el otro y lo imposible que era que pudiera tomarlo en cuenta.
—¿Qué ves?—preguntó Baekho sonriéndole mientras intentaba levantar pesas solo ya que su instructor le había dado la confianza para que pudiera continuar trabajando solo unos diez minutos.
—Nada—respondió Minhyun rápidamente, mirando hacia otro lado.
—¿En serio?—respondió Baekho con una sonrisa amplia.
Minhyun miró la botella de agua que sostenía y se encogió de hombros.
—Nada bueno que ver—respondió.
Mentira, Baekho lucía perfecto así de sudado, trabajando su cuerpo, siempre tan preocupado de no perder la masculinidad y la fuerza. Minhyun solo quería estar ahí hasta que Baekho terminara y acompañarlo cada vez que viniera solo para ver cómo cada parte del otro se movía por el duro trabajo que hacía además de observar esa concentrada expresión que solo hacía que Minhyun lo admirara más y más.
—Creo que me encuentras sexy y no quieres admitirlo.
—Claro, sueña—rodó los ojos y actuó lo mejor que sabía.
—Vamos, Minhyun, solo di que encuentras sexy como me veo y no te molestaré más.
—¿Por qué habría de admitir algo que no creo?—respondió, conteniéndose las ganas de gritar que sí se veía sexy.
—No lo sé, tal vez no deberías esconder tus más profundos pensamientos.
—No sé de lo que hablas, Baekho, de verdad deberías trabajar en silencio así podemos agilizar el tema y salir de una vez por todas de aquí.
Baekho largó una carcajada y continuó trabajando en silencio. Minhyun agradeció que así fuera porque si Baekho continuaba con eso inevitablemente se le saldría algo que no quería decir, que lo avergonzaría en frente al otro que simplemente estaba bromeando.
—No tenías por qué venir—oyó a Baekho decir cuando el entrenador el dio cinco minutos para trabajar solo por segunda vez en la tarde.
—No tenía opción—bebió un poco de jugo esta vez porque odiaba el agua.
—¿No tenías opción?—alzó una ceja y Minhyun frunció los labios. ¿Baekho pensaba cuestionar todas sus palabras?
—Aron está en la radio; Ren está en la peluquería y JR está destrozando la habitación mientras juega video juegos. Creo que de esa lista esto es lo más normal...o algo así—le restó importancia jugando con la botella viendo que Baekho no lo miraba.
—Claro, la opción más segura es estar en un lugar donde no hay ningún tipo de diversión, está pasado a sudor el ambiente, está lleno de personas que apenas conocemos...
—Estaba curioso—cambió el motivo, viendo que Baekho seguía siendo molestamente insistente.—Quería ver qué tanto resistías. No es como si disfrutara estar en un lugar lleno de personas sudadas, Baekho, eso es asqueroso.
—Viniste a ver lo sexy que luzco—rió.—No hay otra explicación.
Minhyun quería replicar, pero prefirió rodar los ojos pese a que Baekho no lo estaba observando. Suspiró y comenzó a jugar con sus manos ya que cada vez que observaba a Baekho, éste le daba una mirada maliciosa que solo hacía que quisiera esconderse bajo una roca.
—Hey—Baekho se sentó a su lado y sonrió.
—Hey—respondió Minhyun sintiéndose de pronto un poco tímido porque Baekho estaba rozando su brazo, y antes no había analizado tan pequeño detalle pero ahora todo había adquirido un nuevo sentido. Además, estaba tan cerca que podía oler el sudor del otro cosa que era desagradable y siempre lo había sido, pero ahora se incluso eso se sentía algo distinto.
—¿Dónde escondiste el agua, Minhyun?—preguntó Baekho apoyando su peso en una mano para levantar un poco el cuerpo y observar qué había al otro lado de Minhyun, haciendo que la cercanía fuera mayor y Minhyun pudiera tener una vista privilegiada del pecho de Baekho.
—Hueles terrible, Baekho, ¿puedes alejarte?—dijo Minhyun luego de unos segundos que Baekho permaneció tratando de ver dónde estaba el agua.—Yo te la daré—dijo y Baekho finalmente se alejó brindándole la misma brillante sonrisa de siempre.
—El sudor es sexy.
—En mujeres, Baekho, en hombres es terrible.
—Oh, sí, claro, muy sexy en mujeres. Minhyun, ¿siquiera miras mujeres?—rió.
—Umm...
—No me respondas, se la respuesta—largó una carcajada.
—Es lo que dicen...
—Es lo que dicen—se mofó.—Minhyun, a veces eres muy tierno—se guiñó y Minhyun miró para otro lado tratando de escapar de lo adorable y estúpido que Baekho podía ser al mismo tiempo.
—Cállate—murmuró.—Y tú no eres tierno...
—No soy tierno, soy sexy—se rió y Minhyun evitó voltear la vista porque esta era una de las situaciones nuevas con las que estaba lidiando luego de darse cuenta esa mañana que Baekho era un hombre muy atractivo y encantador y tierno y dulce y perfecto para él...—Ahora dame mi agua—se quejó.
Y Minhyun asintió porque era mejor que hablaran de algo sin importancia como una botella de agua en vez de hablar de lo sexy de Baekho entre otras cualidades.
Cuando Baekho rozó sus brazos para llamar su atención y decirle que era hora de irse, Minhyun asintió y esperó que Baekho tomara sus cosas para dirigirse a tomar un baño, y aunque Baekho no parecía molesto que lo siguiera a las duchas de hombres, Minhyun prefirió esperarlo abajo para no tener que ver algo que no estaba listo para digerir: Baekho en toalla cambiándose frente a él.
Una vez se subió a la van, cerró los ojos por un rato, sintiéndose tonto. Las cosas no tenían que cambiar entre ellos, pero ya no veía a Baekho de la misma manera y estos sentimientos le aterrorizaban más que hacerle sentir mariposas o algo cálido y hermoso. Tal vez se debía a que el amor no era correspondido de vuelta lo que hacía que toda maravilla y hermosura del amor quedara relegada.
Minhyun abrió los ojos al oír que la puerta de la van se abría.
—Hey, ¡estoy listo! debiste acompañarme y tomarte una ducha conmigo ya que también hueles realmente mal...
Minhyun ante eso sintió que un peso se albergaba en sus hombros porque no se había dado cuenta que estaba sucio.
—Yo...
—Estoy bromeando, Minhyun, siempre hueles bien—se sentó a su lado y apoyó la cabeza en su hombro, para ese entonces Minhyun notó que el poco pelo de Baekho ya estaba seco y asintió imperceptiblemente a lo dicho por el otro.
Todo el camino se fue tenso porque ese día se había enfrentado a una dolorosa verdad, ahora no podía ver a Baekho de la misma manera.