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Un paso hacia el destino por J M Alvar

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Notas del capitulo:

Bueno... sólo quiero decir ewe ¿Alguien conoce a N del pokemon black 1 y 2 xDD? En verdad es mi personaje favorito... Es hermoso *q* y le daré un papel muy importantisho en la historia que a partir de acá se pondrá más misteriosa (quiero darle mucha emoncionoshidad *Q*) pero hasta que "Dulce pasado" acabe todo será aburrido xDD Espero les guste musho musho C:!! 

En realidad puede que no tenga importancia en estas partes de mi historia, pero creo que tal aparición tiene un significado, que liga mi pasado con los acontecimientos que hoy se suceden en pueblo paleta.

Cierto día, lejos de los prados que rodeaban plácidamente mi hogar, pacíficos y solitarios, me adentré en un bosque, lejos de las colinas abandonadas y verdes de mi hogar. El viento soplaba tranquilo, el aroma del pequeño lugar se alejaba mientras la sola luz de la luna guiaba mi andar, paso lento me impulsaba entre los árboles,

            Grandes rayos volaban desde entre el bosque. La maleza ardía entre un mar de destrucción, gigantes flamas eran desviadas hasta el cielo. Una azulada luz provenía de entre los destellos ardientes del fuego, energía que era fundida poco a poco por el destructivo elemento. Los árboles circundantes que minutos atrás fueron protegidos por un aura iridiscente comenzaron a ser consumidos poco a poco; perdiendo la vida en un acto de maldad pura.

            El resplandecer flameante de aquella entidad en mitad del caos poco a poco era difuminado por el humo negro ahogado en perversión. Y entre el abovedado bosque oscuro de robles inmensos, con una mala proyección cartesiana que por lo tanto no era incluida en los mapas regionales una sinfonía oscura de gemidos horrendos nacieron de la boca del ser apresado con una enorme y fatal hocico de un gigantesco Charizard que iracundo desprendía su furia en el pobre ser color azul frente a él. Con sus últimas fuerzas el triste sabueso erguido como humano, con el color del cielo concentró sobre sí un campo de energía, un aura que lo rodeó repeliendo el fuego para después explotar en una onda de choque que hizo que todo rastro de hierba y algunos árboles muy cercanos fueran consumidos en su totalidad, formando a su alrededor un torbellino de molidos troncos.

            El gran impacto lanzó como proyectiles trozos de madera con tal fuerza que partieron en pedazos a las formaciones rocosas más débiles, tras un árbol ancestral y grueso, inmenso expandiéndose hasta tocar las estrellas; logré resguardarme para después mirar con horror hacia el este y presenciar la batalla por desencadenarse.

            Entre un remolino formado por las bestias en colisión cientos de rayos inmensos de algún monstruoso poder color celeste se veían salir de la jaula devastadora que contenía su guerra. Al unísono rugidos del colosal Charizard salieron como dardos hasta mis tímpanos. ¡Fuego! centenares de llamas convertían el remolino en un conjunto violeta de ardientes ataques que al tiempo dañaba a todo ser cercano. Mi mejilla izquierda fue rasgada por uno de aquellos proyectiles, ardía y al mismo tiempo carbonizaba de forma helada mi piel. Suspiré, mi corazón no podría resistir más. Me coloqué nuevamente tras el árbol, ahora en el lugar pacifico donde estoy me pregunto cuál fue la razón para no salir corriendo de tal lugar. Quizá un presentimiento.

            Una silueta, encapuchada y con una larga capa de color marrón salió disparada con un estruendo desde una rama en llamas. Cortando el viento de manera sobrenatural a una velocidad a la cual mis ojos apenas pudieron alcanzar a distinguir. El pilar de energía se disipó al instante en el que éste penetró en él, la columna se transformó en una masa gigantesca y aberrante de humo negro y poco a poco, trozos de carbón aún en llamas comenzaron a llover, en medio de una noche como pequeños puntos de fuego cayendo desde el cielo rodeados por miles de brazas ardientes.

            Otro gran estruendo seguido del sonido de un tronco derrumbarse se hizo notar, para cuando voltee mi vista hacia tal lugar el misterioso hombre se encontraba arrodillado y cubierto por su larga y densa capa. Todo su ser ardía en llamas, y parecía encontrarse abrazando a alguien. Una mano en guante de cuero salió de la tela llameante y la alejó del lugar apagándose al tocar un árbol de manera misteriosa.

            Un cuerpo envuelto en una armadura reluciente abrazaba un Lucario, con su pelaje ennegrecido y heridas calcinadas, humeante aún; mas sin embargo con vida. El caballero tomó su casco y lo desprendió del resto de su cuerpo, lanzándolo lejos. Su larga, hermosa y mentolada cabellera se balanceó por los aires mientras su dueña lo sacudía para alejarlo de sus preciosos ojos casi blancos que adoptaban tan solo de lejos un tono verde. Sus labios delgados y bellos se abrieron para dejar salir un suspiro, sus ojos parpadearon lentamente en una danza con sus largas pestañas en un acto casi perfecto, una oda a la hermosura y belleza. Me sorprendió ver el rostro lizo y de tez blanca como la nieve de una chica en una armadura para el cuerpo de un varón. —Perdón… — Susurró de una manera extraña, tan triste y llena de nostalgia; pero al mismo tiempo con una paz tranquilizadora.— Viejo árbol pero os agradezco por tu valentía y por ofrecer tan gran honor a éste pobre Lucario. —Seguido de aquella frase dirigida al árbol que cayó, colocó su mano derecha, carente de armadura y protegida sólo por un guante de cuero entre el árbol y el sabueso azul. Al instante la guerrera de resplandeciente armadura comenzó a producir luz que llegaba desde la palma de su mano, brillante iluminó todo el lugar el tronco caído se secó hasta convertirse en un despojo enroscado de pútrida madera y las heridas de Lucario curaron en cuestión de segundos.

            En un movimiento brusco y rápido, pero estratégico y firme la mujer alzó en pies y volvió la cabeza apuntando la misma mano que produjo tal luz hacia el Charizard, que en sigilo y con el shock del momento había aprovechado para levantarse e intentar continuar su ataque. —Alejaos… bestia del fuego, ésta pobre creatura no es la culpable de tus males. — Gritó con voz melódica pero gruesa y firme al Charizard salvaje. El “Dragón” emprendió el vuelo y se alejó en un instante. Se supo de un Charizard que murió por una extraña enfermedad cerca del lugar días después… Tal es otra historia.

            Volvió nuevamente la vista y se arrodilló frente al Lucario al sentir su pasiva mirada abrió los ojos y ni un momento pasó, hasta que ella susurró a su oído algo que nunca pude averiguar. Los dos se abrazaron, posaron sus manos de diferentes razas dándose calor el uno al otro, mientras los sensores de Lucario vibraban y de alguna manera convertían la lluvia de fuego alrededor en gotas, hermosas y luminiscentes de tono rosado, iluminando el claro en el bosque. El fuego se apagó y Lucario, como supuse yo por última vez  lamió la mejilla de la chica de cabello color menta y ésta sonrió, su mirada lo dijo todo y el sabueso corrió libre por el bosque NUEVAMENTE.

            Cerré mis ojos fuertemente, no estoy seguro por qué lo hice, es difícil. —Red no te apenes… —Aquella voz era hermosa, era suave y dulce, decía mi nombre; clamaba que la mirara, y cuando abrí mis ojos la encontraron automáticamente, su rostro frente a mí, sus delgados labios rosas en su piel incolora formaban una tranquila sonrisa. Sus ojos menta me miraban con un brillo esmeralda. —Estás rojo como un tomate. —había dicho eso de mi… En realidad si podía apenarme. Apreté los labios y abrí por completo mis ojos. “Yo, como no podía apenarme, mi rostro enrojecía al ver a una mujer que llegó de las llamas…” Balbucee tanto como mi confusión me lo permitió y pronto todo pensamiento cesó. Sus cálidos labios en los míos, su rostro y el mío, su mano rosando mi cara. Era amor, no el amor que siente un hombre por una mujer, amor del más puro que pudiera concebir, el amor que se siente por alguien real, un igual. No el amor que siente un niño de 10 años por una chica en brillante armadura… Eso era difícil también.

            Las olas más allá de los pinos y robles ancianos, el silencio respetuoso de cada una de las nocturnas creaturas que veían nuestro repentino encuentro, y como testigo de aquella flama, la lluvia impresa en querer tan puro e inocente que irradiaba su propio resplandecer. Como luceros que caían del más allá para presenciar verdadera inocencia.

            Tan pronto como llegó, aquella chica se fue, y ya alejándose moviendo su rostro en mi dirección y haciendo volar su largo y ondulado cabello me miró. —Mi nombre aún es irrelevante aquí… Hermano Red, un amigo leal y confiable desde hoy tendrás en mí, pronto volveremos a vernos; tenlo por seguro… La harmonía que los dos deseamos en este mundo nos juntará en cuanto llegué su día.

            La noche se fue, los días pasaron y no fue hasta que mirando las relucientes estrellas reflexioné lo dicho esa noche. “Un Amigo leal”

Notas finales:

Cuéntenme cuál es su pj Favorito del pokymon :3


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