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Scarlett por K-08

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Escarlata.

‘Las casualidades no existen…’

Su mente divagaba en distintos lugares, fingía estar tranquilo cuando en su interior estaba totalmente decepcionado y eso reflejaba su mirada de color zafiro, se miró a si mismo por el reflejo de la ventanilla del auto, veía lo blanquecina que era su piel pero como contrastaba con su cabello negro azulado y sus ocelos de color zafiro… dio un suspiro de fastidio, el silencio lo estaba volviendo loco…

-ciel…- sus ojos se concentraron en su padre, Vincent Phantomhive que ere idéntico a el- lo hacemos por tu bien- ciel volvió a fijar su vista en la ventanilla sin prestar mucha atención a las palabras de su padre… ¿por su bien? Esa pregunta surcaba su mente…

Hace más de una semana, ciel le confeso a sus padres que él era… bueno que él era homosexual, que le gustaban los hombres… pero eso pareció ser el peor error de su corta vida, ya que sus padres alarmados decidieron acudir a la iglesia donde el padre les aconsejo que lo encerraran en un internado religioso… ciel sabía que sus padres le tenían un absurdo temor a dios, pero quien iba arder en el infierno, ¡el! Así que no tenían por qué preocuparse pero sus padres con la excusa de querer salvar su alma lo internaron en el internado religioso Michaelis…

Resoplo molesto, revivir los hechos pasados encendía en él una ira demasiado grande como para controlarla… su mirada se concentró en el paisaje, a lo lejos se veía una gran instalación, ciel se quedó sin aliento, aquel internado era imponente…

El automóvil se estaciono en frente de la reja que separaba al internado del mundo entero, junto a la reja había alguien…

-vamos ciel- ordeno su padre, ciel lo miro como diciendo tengo opción pues claro que no la tenía, así que no debía decirle lo obvio

-si- respondió quedamente mientras seguía a su padre, cuando estuvo más cerca de la reja pudo ver bien a la persona que estaba ahí, era un padre se notaba por las vestimentas que usaba, y por el relicario que colgaba de su cuello, cuando ciel vio al padre casi abre la boca de la impresión, este tenía unos ojos felinos de un color escarlata, la piel blanquecina se veía contratada con el cabello de color negro azabache que era un poco más largo  de lo usual, para a completar la apariencia usaba unos lentes que le daban estilo  su conjunto… parecía más un demonio que un santo…

-padre Michaelis- dijo su madre que hasta ese momento había estado callada, su madre era Rache Durless, linda, inocente y fácil de manipular, su cabello era rubio y tenía los ojos de un color zafiro ojos que ciel heredo, ella conocía al padre Michaelis

-señorita Durless- dijo aquel señor, ciel lo veía embobado tanto que tuvo que bajar la mirada y rogar a la nada que sus mejillas no colorearan de rojo- perdón señora Phantomhive- corrigió al ver la mirada algo molesta de Vincent

-o señor Michaelis ha pasado tanto tiempo- dijo ahora el señor Phantomhive- le agradezco que le haya dado lugar a mi hijo, con lo prestigiado que es este internado- ciel ya estaba harto de escuchar tantos halagos

-para mí es un placer… ¿él es ciel?- señalo al chico de ojos azules, ciel se sobresaltó y se sonrojo en el acto

-sí, ciel preséntate- de un empujón Vincent hizo que ciel quedara frente al padre

-soy ciel Phantomhive- dijo mirando fijamente a esos ojos de color escarlata que lo tenían hipnotizado

-soy el padre Sebastián Michaelis… director y dueño de este internado es un placer- extendió la mano para que ciel la tomara, este tímidamente tomo la mano del padre pero de inmediato la aparto, ya que sintió como un calor que inundaba su cuerpo- déjenmelo a mí…- el padre sonrió de una manera que ciel no podía discernir

-si padre- contestaron sumisamente los esposo Phantomhive, ciel los miro enojado mientras tomaba su maleta algo grande y pesada

-vamos ciel…- la voz de ese hombre era profunda y sensual… ciel lo siguió tímidamente, cuando estuvo adentro la reja se cerró, desde ese instante ciel se dio cuenta que su vida iba a cambiar…

El padre Michaelis lo guiaba en total silencio, ciel miraba aquel recinto con sorpresa, era imponente, vio varios alumnos que cuando veían pasar a el padre le hacían una reverencia… sin duda el padre Michaelis inspiraba respeto y miedo…

Llegaron hasta un pasillo que estaba lleno de puertas, el padre Michaelis abrió una y con un movimiento le indico a ciel que entrara, este en silencio entro, el padre Michaelis cerró la puerta ante la sorpresa de ciel

-bien te explicare las reglas…- le dijo con voz firme pero sin dejar de ser sensual para los oídos de ciel- la primera regla es que después de las 9 de la noche hay toque de queda, no podrás salir de tu habitación si te encuentran las monjas la sanción será estar en el cuarto de meditación por una noche, la segunda regla son que llegues a tiempo a todas tus lecciones, te tienes que levantar a las 5 am, tienes que estar en el comedor a las 6 am si no estás no se te dará el desayuno ni el almuerzo…

-¿alguna vez le dijeron que las reglas de su internado son… mm drásticas?- dijo ciel un poco aturdido por las reglas y eso que solo había escuchado dos

-vaya pensamos los mismo…- susurro el padre Michaelis ante la sorpresa de ciel- tendrás una hora libre al día, y los fin de semanas hay misa a las 8 am ¿alguna duda?- dijo con una sonrisa

-no…- dijo ciel quedamente algo intimidado, el padre Michaelis sonrió ante esa forma tímida pero a la vez orgullosa que tenía ese niño

-la hora de la cena es a las 7 pm tienes una hora para hacer las tareas… deje un uniforme preparado en el closet, bien te dejo para que te instales- dijo el padre Michaelis formalmente

-si padre Michaelis- dijo el niño

-dime Sebastián… solo cuando estemos a solas- le guiño el ojo a ciel, este sintió como sus mejillas se coloreaban de un rojo intenso

-si- el niño encaro al padre, aun con las mejillas rojas…

-nos vemos… ciel- el pelinegro uso un tono sensual para decir esa frase… ciel capto un poco el mensaje, el padre le estaba coqueteando… no iba a desaprovechar la oportunidad

-estaré ansioso Sebastián- dijo ciel sonriendo con un aire coqueto, el padre sonrió satisfecho mientras salía de la habitación dejando a ciel algo sonrojado…

Dejo de lado esos pensamientos y miro la habitación, las paredes eran de un color blanco con azul zafiro y un poco de negro, la habitación tenía una enorme cama, un librero y un escritorio en un rincón, un armario en otro rincón y una puerta donde ciel supuso que sería el baño y no se equivocó, junto a la cama había una ventana que daba hacia la parte de atrás del internado, era hermosa y sobria justo como le gustaba, el toque de la puerta interrumpió su recorrido visual por la habitación, abrió la puerta con recelo y ante sus ojos apareció un rubio de 14 años, un año más grande que él, sus ojos eran de un celeste y tenía una sonrisa juguetona

-hola vecino- dijo el chico con voz suave pero molesta, o al menos para los oídos de ciel

-hola- dijo ciel a secas

-vi que el padre Michaelis te vino a dejar, es raro viniendo de ese hombre- dijo el rubio entrando sin permiso a la habitación de ciel- te dio la habitación zafiro, debe ser por tus ojos- dijo alois silbando peculiarmente, ciel no entendía ni una sola palabra de lo que decía el rubio- pero que maleducado soy Alois Trancy, mucho gusto…

-Ciel Phantomhive- completo el azulino con recelo- ¿Qué es eso de la habitación zafiro…?- pregunto sin entender mucho

-claro casi todas las habitaciones son idénticas en color pero hay unas cuantas que son reservadas para estudiantes especiales…- dijo el rubio mientras veía la recamara con fascinación

-no entiendo- mascullo ciel confundido

-las habitaciones de los alumnos son de color perla y dorado, en su mayoría pero como la tuya hay 4 mas- le explico el rubio su forma de hablar era tan carismática que de inmediato ciel se sintió a gusto- tu habitación es la habitación zafiro, hay otra llamada esmeralda, turquesa, rubí, amatista- siguió explicando el rubio

-ah que bien- dijo ciel con sarcasmo

-¿Qué relación tienes con el padre?- pregunto de golpe el rubio

-¿relación?- dijo ciel con sarcasmo pero algo avergonzado por la pregunta

-no, olvida lo que dije- el rubio salió de golpe de la habitación dejando a ciel bastante confundido, el azulino decidió olvidar ese incidente, se concentró únicamente en desempacar su cosas pero la tarea le llevo menos tiempo de lo esperado, se acostó en la cama y se refugió en las cálidas sabanas, se sintió un poco triste, sus padres lo dejaban a su suerte en ese internado…

No supo en qué momento se había dormido, pero el sonido estridente de una campana lo hizo levantarse, supo que era las 5 de la mañana por la obscuridad del cielo, perezosamente se levantó de la cama la arreglo un poco y se metió al baño para darse una ducha, al salir vio el reloj y se dio cuenta que eran las 5: 30 am todavía tenía media hora para arreglarse, abrió el armario que había y vio el uniforme, era un pantaloncillo corto, una camisa blanca y un saco de color negro, una corbata de color rojo obscuro, se puso el conjunto y se dio cuenta que parecía un muñeco…

Decidió borras esas ideas, se colocó unos calcetines que le llegaban hasta la rodilla, se puso los zapatos y se dispuso a secar su cabello pero en eso tocaron la puerta

-adelante- dijo mientras se colocaba la toalla sobre su cabeza y empezó a moverla frenéticamente dejando su cabello azulino revuelto tiernamente, en eso entro el padre Michaelis que la ver al niño con el pelo así de alborotado ahogo una carcajada, el azulino lo miro mal

-disculpa ciel, pensé que como es tu primer día sería conveniente que te dé un recorrido antes del desayuno- dijo Sebastián recobrando la compostura 

-me parece bien- el azulino acomodo su cabello, y su ropa cuando se vio decente- estoy listo- con una seña el padre Michaelis le indico a ciel que lo siguiera, cuando ambos salieron de la habitación del azulino varios alumnos que estaban cerca veían con asombro al azulino, esto incomodo a ciel ya que lo miraban como si fuera un bicho raro y además de dio cuenta que tenía un uniforme diferente… bueno no tan diferente la corbata que todos usaban eran de color negro pero la suya era una corbata de color rojo obscuro- me equivoque de corbata- dijo en un susurro

-no tu corbata está bien- le dijo el padre Michaelis, ciel se sobresaltó por el oído tan fino que este tenía- por aquí está el comedor- le enseño un gran salón repleto de mesas, te enseñare donde están las aulas…- le dijo mientras caminaban hacia el jardín del internado y caminaban por un sendero que conectaba con otra reja…

Hasta ese momento se dio cuenta de lo enorme que era… desde su ventana solo se podía ver una pequeña parte del jardín, pero no se alcanzaba a ver una mansión enorme de color beige y rojo escarlata, ciel casi abre la boca de la impresión… trato de cerrarla pero no podía

-este también es el dormitorio de las chicas- le dijo acercando sus labios al oído del azulino

-es enorme- dijo ciel algo sobresaltado ante la cercanía del padre…

-en las horas de clase y en horas libres son los únicos momentos en donde pueden convivir con las chicas, pero bajo la estricta supervisión de las monjas- claro eso le recordaba a ciel que estaba en un colegio religioso y que quizá no era muy inteligente de su parte coquetear con el padre

-entiendo- dijo ciel en un susurro

-vamos…- cabe decir que el patio principal de aquel edificio era enorme y sublime, ambos caminaron hasta las aulas donde una monja abrió la puerta sin decir ni una palabra, la arquitectura era simplemente hermosa, amplia y sobria, ciel estaba fascinado con el colegio pero aun así la amargura no se portaba de su corazón – debemos volver al comedor…- sin decir palabra ciel siguió al pelinegro de regreso al comedor, cuando llegaron el desayuno ya se estaba sirviendo, el padre le abrió la puerta al niño, este agradeció el gesto, cuando entro todos, absolutamente todos se callaron, ciel se sintió incomodo ya que ese silencio era por su causa, camino hasta una mesa vacía cuando se sentó, noto como todos murmuraban cosa que le causó molestia, le sirvieron el desayuno y empezó a comer incomodo, hasta que…

-¿puedo sentarme?- la voz algo madura le hizo alzar la mirada, era un pelirrojo, de cabello largo y sus ojos eran de un verde amarillento peculiar, el problema para ciel era esa sonrisa tan macabra y bien fingida que el chico tenia

-claro- ciel siguió comiendo intimidado por la presencia del pelirrojo

-soy Grell Stucliff, ocupo la habitación rubí…- ciel le agradeció a la nada que el pelirrojo hubiera roto el silencio

-yo soy ciel Phantomhive creo que ocupo la habitación zafiro- le dijo algo receloso

-interesante- dijo el pelirrojo con un tono chillón que se quedó grabado en la mente del azulino

El desayuno termino en completo silencio, cuando ciel salía del comedor el padre Michaelis lo estaba esperando, el pelirrojo que salió detrás de él se acercó al padre con un movimiento coqueto de caderas

-sebas-chan- dijo con ese tono que a ciel le parecía molesto

-grell compórtate- regaño el padre Michaelis, ciel miraba todo eso sin entender- ve a clases…- el padre Michaelis le susurro algo al oído del pelirrojo y este se sonrojo

-si- y sin decir palabra el pelirrojo se unió con el resto de los chicos, el azulino no entendía nada de lo que sucedía

-vamos ciel- de nuevo uso ese tono sensual que hacía que el azulino se derritiera

-si Sebastián- dijo ciel cerciorándose mentalmente que no hubiera nadie cerca

-buen chico- le susurró al oído haciendo que ciel se sonrojara un poco, ambos de nueva cuenta regresaron a la mansión donde estaban las aulas, muchos alumnos se sorprendieron al ver a ciel con el padre Michaelis, a este no le importaba pero a ciel le incomodaba…

Llagaron a un salón donde ciel supuso que sería su salón, el padre Michaelis con la mirada le ordeno que entrara, el azulino entro sintiéndose extraño, veía que todos en el salón estaban callados, habían chicas y chicos revueltos…

Una monja le indico que se sentara junto a una chica de cabello castaño y ojos azules que le dedicaba una amable sonrisa…

A pesar de que se sentía algo incómodo ante la sonrisa de la chica, se sentó en el lugar que le asignaron y trato de mirar al frente… era clase de literatura, ciel estaba más que aburrido pues todo lo que le estaban enseñando él ya lo sabía, en su aburrimiento no noto que en su butaca había un papelito, con cuidado lo abrió y decía:

Me llamo Doll ¿y tú?

Ciel miro hacia un lado y la chica castaña de inmediato hizo un saludo con la mano con una sonrisa alegre casi contagiosa…rápidamente el azulino le escribió la respuesta

Soy ciel…

Le devolvió el papelito a la chica y a los cinco minutos le regreso el papel

Ciel… ¡qué bonito nombre! ¿Cuándo llegaste? Ayer me imagino…eres tan lindo… oh perdón…

Esta demás decir que la cara de ciel fue de sorpresa y aturdimiento, sin duda aquella chica era muy… expresiva

Te han dicho que eres muy expresiva… ¿verdad? A y gracias tú también eres linda

Le dio el papelito a la chica castaña, de reojo vio a la chica y noto un sonrojo en sus mejillas eso le hizo gracia y le dio cierta ternura, a los pocos segundos Doll le regreso el papel 

Si me lo han dicho… cuando toquen para el almuerzo… ¿podemos estar juntos?

Aquella pregunta hizo que las mejillas de ciel se sonrojaran, ahora escucho la risa de la castaña, con cierto enojo escribió la respuesta

Por mí no hay problema… ¿a qué hora es el almuerzo?

Le dio de nuevo el papelito a Doll sus miradas se cruzaron y sonrieron divertidos, ciel de nuevo concentro su vista en el libro que tenía sobre la butaca, pero de nueva cuenta el papelito llego a sus manos acaparando su atención

Todavía tenemos 3 clases más, matemáticas, geografía y latín… después tocaran para el medio almuerzo, luego tenemos 4 clases más historia, ciencias y arte…

Ante tal horario ciel se sorprendió, eran clases demasiado básicas para una escuela de tanto prestigio, pero no le importó, decidió hacerle una pregunta a Doll

¿Quién da latín?

Con rapidez le dio el papelito a Doll, que a los pocos segundos le devolvió

El padre Michaelis… es la única clase que el da…

El corazón de ciel se aceleró tanto que creyó que en cualquier momento se le saldría del pecho, el padre Michaelis sin duda había cautivado al azulino sin embargo sabía que algo misterioso ocultaba ese padre, esa forma tan descarada de coquetear le hacía ver que no era precisamente un santo… y aquello era más excitante para el azulino…

En un lugar apartado de la academia en una habitación poco iluminada, el pelinegro se encontraba sentando en un sillón de terciopelo rojo, había dejado a un lado las ropas de padre, ahora usaba unos pantalones de mezclilla obscuro entubados, que definían muy bien sus piernas, una camisa negra que le daba un aspecto sombrío pero también le daba un aspecto sensual, se podía definir como el pecado mismo irónicamente en forma de padre…

Tenía un cigarrillo reposando en sus labios, sus ojos de ese color escarlata se concentraban en la foto de un azulino, era ciel cuando tenía solo 7 años… el padre Michaelis sonrió lujuriosamente…

-las casualidades no existen…- saco el cigarrillo de su boca, el humo salía de sus labios y de la cola del cigarrillo, una sonrisa felina se formó en ellos- mi pequeño ciel… 

   


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