Era un día normal. Ya había acabado el entrenamiento y todos se dirigían a sus casas. Pero algo faltaba, Yamaguchi no estaba siguiendo a Tsukishima como siempre lo hacía. No, es más ni siquiera estaba a la vista.
Tsukishima salió a buscarlo. No era como si les gustara su compañía o algo por el estilo. No, era porque no tendría a nadie que pudiera cargar su mochila. Sí, era eso. O al menos eso era lo que Tsukishima quería pensar.
Lo buscó en los lugares por donde usualmente ellos pasaban cuando se dirigían a sus casas. Hasta que lo encontró, estaba en el parque infantil, sentados en una de las bancas que había allí. Yamaguchi no estaba solo, había alguien más, parecía ser de la misma altura que Yamaguchi, el color de su cabello era negro, y sus ojos al parecer también lo eran, el tipo no llevaba el uniforme de ninguna escuela.
Bien, Yamaguchi no podría llevar su mochila, estaba con alguno de sus amigos, o eso suponía, así que quería marcharse. Quería, pero no lo hizo. Parecía que Yamaguchi realmente la estaba pasando bien con ese tipo, ambos estaban riendo juntos, eso, de alguna manera irritó un poco a Tsukishima, aunque no lo demostró. Tsukishima se acercó un poco más y pudo escuchar algo de la conversación.
– Kazuo, deja de hacerme tanas cosquillas –dijo Yamaguchi entre risas.
– ¿Por qué, Tadashi? Te ves más lindo cuando ríes –dijo Kazuo haciendo un puchero– Dime, ¿Estás saliendo con alguien?
– ¿Eh? Y-Yo no estoy saliendo con alguien.
Mientras más escuchaba la conversación, más se molestaba Tsukishima ¿Acaso serían celos? No, definitivamente no lo eran trató de creer Tsukishima.
Kazuo se percató de que Tsukishima los estaba mirando a él y Yamaguchi. Y le dedicó una cínica sonrisa a Tsukishima y luego puso su atención en Yamaguchi, que les estaba diciendo algo. Yamaguchi, al parecer, aún no había notado su presencia, él seguía hablando.
– Lo lamento Kazuo ya me tengo que ir, ya está oscureciendo, y mi mamá me regañará si llego tarde –dijo Yamaguchi parándose. Kazuo también se levantó de la banca. Y sucedió algo inesperado. Kazuo besó a Yamaguchi. Sí, lo besó. Tsukishima se encontraba entre sorprendido y enojado, pero era más lo segundo. Yamaguchi lucía sorprendido, y se separó inmediatamente.
– ¿P-Por qué hiciste eso? –preguntó Yamaguchi algo sonrojado.
– Porque me gustas –respondió Kazuo.
Yamaguchi al fin pareció percatarse de la presencia de Tsukishima, quien lo miraba completamente sorprendido.
– Y-Yo Tsukki, e-esto no es lo que parece yo… –tartamudeaba Yamaguchi, tratando de excusarse con Tsukishima.
– No debes explicarme nada, tú y yo no somos pareja ni nada por el estilo. Si decides salir con tu novio, por favor dímelo, no quiero perder mí tiempo buscándote –dijo Tsukishima con una voz que aparentaba calma. En realidad, Tsukishima por dentro estaba furioso, ¡Ese tipo se había atrevido a besar a SU Yamaguchi! Tsukishima quería golpear a ese tipo y borrarle esa cínica sonrisa del rostro, había muchas cosas que Tsukishima quería hacerle a ese tipo. Pero no lo hizo, se dio media vuelta, se puso sus audífonos y empezó a caminar hacia su casa, esperando poder calmarse en el camino.
Yamaguchi hizo lo mismo, agarró su mochila y empezó a seguir a Tsukishima. Kazuo se dio media vuelta y se fue a quien sabe dónde.
– Cargaré tu mochila –dijo Yamaguchi. Tsukishima le dio una mirada de frialdad y siguió caminando.
– No es necesario, la cargaré yo mismo, gracias –dijo Tsukishima.
– Tsukki… Y-Yo en serio lamento eso. Yo no sabía que Kazuo iba a besarme. Lo juro – dijo Yamaguchi algo nervioso.
Tsukishima se detuvo, miró a Yamaguchi por unos segundo, luego lo tomó por los hombros, estampó el cuerpo de Yamaguchi contra la pared, y lo besó. Besó a Yamaguchi.
– Tú… No dejes que nadie más que yo te bese. Tú me gustas, no quiero que eso vuelva a suceder otra vez. A partir de ahora eres mío ¿Entendido? –dijo Tsukishima al oído de Yamaguchi.
– Y-Yo… no dejaré que vuelva a suceder –respondió Yamaguchi en un susurro, estaba sonrojado y nervioso por la repentina declaración de Tsukishima.
– Bien, entonces volvamos a casa, te acompañaré a la tuya.
Yamaguchi se sorprendió, era la primera vez que Tsukishima lo acompañaba a su casa, usualmente era al revés: él acompañaba a Tsukishima a su casa, que quedaba más lejos que la de él, y luego regresaba a la suya.
– C-Claro.
– Y por cierto, ¿Quién era ese tipo? –preguntó Tsukishima algo irritado, ese tipo no le agradaba en absoluto.
– Te refieres a Kazuo. Uhm. Pues es una especie de primo para mí. Es el sobrino de la esposa de mi tío. Él vive en Estados Unidos, y vino aquí por unos días, junto con la esposa de mi tío y mi tío. Hoy se va de nuevo.
– Mph –asintió Tsukishima, contento de no volver a verle la cara a ese maldito bastardo.
FIN.