En el medio de la calle se encuentra un pequeño gato de 10 meses, sus pequeñas manos cubren su rostro, sus piernas tienen algunos rasguños producto de las caídas. Está solo, acurrucado en un callejón mientras solloza.
Aún con lágrimas en los ojos se levanta lentamente, comienza a caminar alejándose de las personas con las que se topa. Mientras va caminando grita por su madre. Grita lo más fuerte que sus pulmones se lo permiten y tratando de no sonar ronco por tanto gritar.
Luego de un rato de vagar sus gritos se vuelven más desesperados; todos a su alrededor tanto humanos como animales ignoran su súplica.
Un gato de 2 años sale de su escondite al escuchar los llantos del cachorro, lo observa atentamente desde la distancia y unos recuerdos llegan a su cabeza.
*Recuerdos de Levi*
Levi salía de un restaurante con un pescado en las manos. Se alejaba tranquilamente hasta que el perro guardián del dueño, Jean, se interpuso en su camino. No era la primera vez que peleaba contra él, ese perro siempre se interponía en sus planes.
Sin alterar su compostura Levi se colocó en posición de defensa. Jean se acercó rápidamente a él con el puño en alto, y tan rápido como atacó ahora se encontraba tirado en el suelo mientras Levi aún sostenía su puño con la palma de su mano. Comenzó a patearlo con fuerza hasta que Jean admitió la derrota.
Feliz con su victoria, Levi se marchó tranquilamente del lugar. Repentinamente escuchó a alguien gritar “Y no vuelvas a robar otra vez si no quieres una paliza”. Levi miró al lugar de donde provenía el grito y vio a una gata que parecía estar muy golpeada.
No podía involucrarse así que solo observó escondido en la maleza. La joven gata, que parecía no ser tan mayor que Levi, se levantó con dificultad y caminó desorientada por la carretera; parecía tener prisa por llegar a algún lado y no se detenía pese a sus piernas lastimadas.
De pronto un automóvil pasó a toda velocidad junto al escondite de Levi con dirección al lugar donde se encontraba la gata. Levi dejó de ocultarse y trató de advertirla, sin embargo cuando ella volteó el auto se encontraba a escasos centímetros.
El conductor no se molestó en detenerse y continuó su camino. Levi se acercó a la gata que yacía en el suelo en un charco de su sangre y respirando con dificultad. Ella con su escaso aliento comenzó a susurrar “Eren, mi hijo Eren. Por favor dale esto, era de su padre”. Extendió la palma de su mano y le dio a Levi una llave en un collar. Después de eso la gata murió.
*Fin recuerdos de Levi*
Después de comprobar el parecido entre el cachorro y la joven muerta, se adentra nuevamente a la maleza y se acerca a unos rosales.
Mientras tanto Eren, ya cansado de gritar, se sienta resignado mientras solloza en silencio. Escucha pasos acercándose pero parecen no importarle demasiado.
-Oye mocoso, ¿Piensas quedarte ahí llorando toda la tarde?, tus gritos molestan a todos.
Eren levanta la cabeza al escuchar esas palabras y se encuentra con la mirada un tanto amenazante de Levi. Luego se da cuenta de que éste se encuentra extendiendo hacia el un ramo de rosas. Temeroso, Eren las tomó mientras las lágrimas se detienen. Levi se agacha a su altura mientras le coloca a Eren el collar con la llave.
-Tu madre me pidió que te dé esto, dijo que era de tu padre
Eren tocó la llave que ahora se encontraba en su cuello y luego miró a Levi.
-Ella… ¿murió?
-Tarde o temprano tendrás que saberlo, así que sí, murió. Un auto la arroyó cuando iba a buscarte.
El cachorro bajó la mirada mientras cerraba los puños y apretaba los dientes con fuerza.
-Me desharé de ellos, ¡ME DESHARÉ DE TODOS LOS HUMANOS QUE SE ATREVAN A MATARNOS!
Levi levantó su puño y golpeó a Eren en la cabeza. Este ante el dolor del golpe llevó sus manos hasta el lugar de la herida.
-No digas idioteces, ni siquiera eres capaz de valerte por ti mismo; el día en que logres estar encima de mí podrás hacer lo que quieras, pero mientras tanto resígnate a luchar por seguir con vida.
Eren lo miraba sorprendido mientras el contrario mantenía la expresión de su rostro. Levi se levantó y comenzó a caminar mientras el cachorro miraba dudoso.
-¿Qué estas esperando? Necesitas un lugar para quedarte ¿no es así?, me haré cargo de ti de ahora en adelante Eren.
El nombrado se levantó con una sonrisa en su rostro y se acercó al mayor.
-¿Cómo puedo llamarte?
Preguntó Eren un tanto nervioso mientras esperaba la respuesta del mayor.
-Mi nombre es Levi pero llámame como quieras, pero si es un nombre tonto ¡Date por muerto!
El cachorro se quedó en silencio pensativo, buscando el mejor nombre.
-¡Te llamaré Heichou!
-Tsk, como quieras mocoso