Era el primer cumpleaños del pequeño Peter, y estaban todos en casa.
Clint y Tony en el patio, con el niño. Y Natasha junto con Steve, en la cocina, terminando de hacer la comida.
Clint le pagó a los de los juegos, confiscándoles una bolsa de marihuana que tenían los adolescentes y volvieron adentro, con Steve y Nat.
-Bien, ahora un brindis, por el primer año de Pete –pidió Nat, con algunas lágrimas brotando de sus ojos.
-¿Estás llorando? –dijo Tony.
-Las mamás lloramos.
Los cuatro brindaron, y los invitados comenzaron a llegar. Entre ellos, vecinos, amigos, familia.
Tony y Steve se pusieron a hablar con algunos de ellos, ambos eran muy sociables.
Al momento de cortar el pastel, obviamente hecho por Steve, se cantó el "Qué los cumplas feliz" y se tomaron fotos. Una muy bonita de Steve, Tony y Peter quedó guardada.
Una estación despues, todo seguia su curso normal. Steve, con su hermoso trabajo de cocinero. Tony y su hermosa vida de playboy. A lo último Clint y Nat junto con su hermoso Peter, como una hermosa feliz hermosa hermosa familia.
Steve estaba en su cafetería, trabajando, obvio, cuando vio por la ventana llegar a la chica que iba a comprar siempre un muffin de chocolate con frambuesa, A Steve ella le gustaba, y siempre hacia lo imposible por atenderla.
-No me digas, un muffin de chocolate relleno de frambuesa.
-¿Soy tan predecible? -dijo la bonita chica de cabello castaño.
Steve sonrió y fue a servir el muffin.
-¿No deberías llevar tu nombre en tu uniforme? -dijo la muchacha.
-Deberia.
-¿Cual es?
-Steve.
-Peggy.
-Mucho gusto.
Ambos sonrieron.
-¿Será que haces algo hoy en la noche? -dijo Peggy.
-Nop.
-Bien, ¿a las ocho?
-Bien.
Citados.
Peggy dejo su tarjeta, pero se mezcló con las demas. El rubio la buscó con desesperación.
Por su lado, Tony, trabajando en el estudio de direccion.
Steve al salir de trabajo se fue a preparar. Llamó a cada Peggy, y cuando lo estaba haciendo, recibió la mala noticia.
Steve salió rápidamente de su casa, hacia el hospital donde estaban sus amigos. Muertos..
-Ellos tienen un pequeño hijito, Peter, ¿él iba en el auto? -le preguntó al oficial con el que hablaba.
-No, el niño estaba en casa, con su niñera. No se preocupe de nada, mismo esta en el PDNH.
-¿PDNH?
-Protección de niños huérfanos.
Steve tragó con dificultad mientras más lágrimas caían. A los minutos llegó Tony en su moto, él no la estaba pasando nada bien.
-Steve...
Los dos se abrazaron y lloraron. Natasha y Clint eran parte de su familia. Lo único que tenían. Y ahora estaban muertos.
Al otro día, Steve junto con Tony, fueron al PDNH. Allí se les informaron los planes que tenían Natasha y Clint: Peter quedaría a cargo de ellos.
¿Qué? Esto no me puede estar pasando a mi. Pensó Tony.
Oh mi Dios. No lo puedo creer, pero esto es mucho para mí. Pensó Steve.
-Pueden negarse obvio, pero antes, las cosas son así: ustedes criaran juntos a Peter, por que sus mejores amigos así lo quisieron, en la casa del niño, obviamente. Esta casa esta completamente pagada, y la última cosa es que una asistente social estará visitándolos por dos años -les dijo el abogado del PDNH.
-Saldré un momento afuera... -dijo Tony.
-También yo -Steve fue quien hablo.
Salieron a patios diferentes, obvio.
No, no, no y no. Yo no puedo hacerme cargo de Peter. Clint, en qué estabas pensando cuando decidiste esto. Y me dejaste solo, Clint. Amigo, no sabes cuanto me haces falta. Pensó Tony metiendo su cabeza entre sus rodillas.
Nat, por lo que más has querido, amiga mía, ¿por qué? Sabes que adoro a Peter, pero esto es tanto para mi..Lo haré sólo por que ustedes lo fueron, son y serán siempre todo para mi. Pensó Steve recargándose sobre una pared.
Minutos después ambos volvieron a entrar, y aceptaron...
-Peter.. -susurró Steve cuando el bebé entró a la sala.
Peter lloraba demasiado, así que Steve se paró y lo tomó entre sus brazos: todo está bien, mi niño. Todo está bien. Le decía mientras lo mecía, pero el pequeño no dejaba de llorar.
Tony se levantó y Peter enseguida le estiró sus bracitos. El moreno le sonrió y le dió un pequeño beso en la frente para después abrazarlo con fuerza.
-Pueden irse a casa -dijo el abogado.
Los tres salieron de ahí. Y el camino a casa fue silencioso y tenso. Cuando llegaron, Peter estaba dormido, así que directamente lo llevaron a su cunita.
-Yo no lo puedo creer.. -dijo Tony sentándose en un sofá.
-Tampoco yo, Tony, pero ellos fueron demasiado buenos con nosotros. Debemos hacerlo.
El llanto de Peter resonó por toda la casa.
Buaaaaaaaaaaaaaaaaah.
-Peter -dijeron al unisono y fueron a ver al niño.
Tony enseguida iba a levantarlo cuando Steve le tomó el brazo.
-Nat decía que había que dejarlo que se consolara solo.
-¿Qué?
-Cantémosle una canción..
-¿Eh?
-Estrellita, ¿dónde estas? Quiero verte titilar..
-En el cielo o en el mar...
-Un diamante de verda-
Peter no dejaba de llorar.
-Comeremos algo -dijo Steve y lo levantó.
-¿Y el auto-consuelo?
-Al diablo.
Steve le cocinó algo de bebés, pero Peter no quería. Sólo seguía llorando. Tony le dió algo de chatarra a lo que el bebé sonrió. Steve sólo soltó un suspiro de frustración y él mismo se comió la comida, pero enseguida la escupió.
-Peter nunca iba a comer esa porquería -dijo Tony riéndose.
-Calla.
Se hizo más noche y los tres se fueron a dormir. Cada uno en su habitación.
Buenas noches, Pete. Descansa, te queremos.