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KyuMin: "New life, real love" por ZaffireHeart

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Notas del fanfic:

Bueno, nuevamente ando por aquí jeje, espero y les guste, como siempre digo;

 

"Los personajes no me pertenecen, son propiedad de la SM Entertainment"

Notas del capitulo:

Bueno, no queda mucho más que decir, sólo que a pesar de que no sea así como "La gran historia" o la gran trama, me gustó mucho escribirla.


Finalmente resulta que si puedo vovler a escribir OneShot, medianamente cortitos a mi parecer xD jaja


Pero bueno, ya no les entretengo más, a leer nwn


Let's Go! >w<v

KyuMin: "New Life, New Love"


-Bien, ya he desempacado algunas de las cajas, será mejor que tome una ducha, y salga a comer algo.-


Me dije a mí mismo sonriéndome, pues me acababa de mudar recientemente, y los servicios de luz, y gas, no estaban habilitados aún, por lo que no podría cocinarme aunque que quisiera, así que estaba obligado a salir a comer afuera.


No conocía mucho la ciudad, pero pues, esta sería una buena oportunidad para conocerla un poquito más.


Me mudé aquí, hace 2 días, a Seúl, capital de mi país, Corea del Sur, para estudiar “Letras”, así es, quería convertirme en escritor, mis padres por supuesto no estuvieron muy de acuerdo con ello, pero insistiendo, “perseverando” y luchando por mis sueños, finalmente logré convencerlos…


Por cierto tengo 24 años, y me llamo SungMin, Lee SungMin. Gusto en conocerlos.


 


Ahora mismo, estoy saliendo de mi nuevo piso, para buscar un lugar en dónde comer. Hasta que vi un restaurant no muy lejos de mi piso, cabe destacar que estoy ubicado prácticamente en el centro, y que mis padres son de una “buena familia” pero nunca me gustó presumir, “a costillas de ellos” así que yo a simple vista era un joven común y corriente de “clase media”. Y así me gustaba vivir.


Entré al restaurant, parecía un lugar muy agradable, se sentía como un ambiente cálido y cómodo, o al menos así lo presentía. Por lo que sin más preámbulos ingresé tampoco es que buscara algún lugar lujoso o algo por el estilo, simplemente quería un lugar para comer.


Cuando ingresé, los meseros allí me observaron y busqué rápidamente un lugar para sentarme, hasta que encontré una pequeña mesa de dos, un poco alejado del centro del lugar, no había mucha gente, y la atmosfera era agradable, pero aún así, no me gustaba ser el centro de atención, además cabe destacar también que era día entre semana, Jueves, para ser más precisos, por eso la reducida cantidad de clientes.


Esperé unos segundos, y un mesero se acercó, me “obsequió” una reverencia y una mirada, un tanto… “extraña” por así decirlo.


-Buenas noches joven, ¿desea ordenar algo en lo que espera a su acompañante?-


-Oh no, no espero a nadie, vengo solo, así que me gustaría ver el menú por favor.-


Le hablé amable, en lo que él se sorprendió un poco ante mi respuesta, y en silencio sonrió, asintió y me entregó el menú, -Por supuesto, aquí tiene.- Habló en lo que se quedó a mi lado, esperando por la orden, y la verdad es que comenzaba a ponerme nervioso porque sentía su mirada penetrarme.


-¿Qué me recomienda?-


Cuestioné luego de repente, pues su mirada no me dejaba concentrar, así que aceptaría la sugerencia que me diera.


-Hmm, pues si se me permite me gustaría recomendarle el menú del día, es un delicioso plato extranjero, que incluye una entrada llamada “Lengua a la vinagreta”, y de plato principal, “Pollo a la mostaza” con una pequeña guarnición de “Papas al horno”, es realmente una delicia.-


Terminó de decir, en lo que me sonreía, pero no de manera amable, sino de lado, con esa mirada algo “afilada”.


-E-está bien, o-ordenaré eso.- Hablé algo nervioso, su presencia comenzaba a incomodarme, pareciese como si quisiera “ligar” conmigo.


-Muy bien, ¿y para beber? ¿Vino, Shampagne, Sake o alguna otra bebida en especial?-


-Sake por favor…-


-De acuerdo, listo, muchísimas gracias, en breve le traeremos su orden, con permiso… bonito.-


Susurró aquello último con un tono insinuante… me puse nervioso, y no dije nada, simplemente le dejé retirarse.


Segundos después, me trajo la bebida, y se retiró. Quería abrir aquella botella y tomármela toda de un solo trago, pues me había puesto algo nervioso aquel muchacho. Pues la verdad es que soy alguien bastante tímido, y pues, me extraña que se haya dado cuenta de mi condición así sin más… ¡Esperen! ¿Sabe que soy… homosexual? ¡Esperen, no! ¡Es imposible! No soy tan obvio o sí…


En ese momento me miré, y me dije a mí mismo… mierda, tenía una playera rosada, con unos dibujitos de 2 conejitos jugando entre ellos en contornos blancos, un jean negro, un reloj de maya plástica color rosa, y una sudadera fina blanca que dejaba ver a aquel par de conejitos jugando entre ellos.


Mis mejillas comenzaron a encenderse de repente y ya no pude aguantar más, abrí el Sake y me tomé la primera medida de un solo trago, sintiendo como aquel líquido me quemaba la garganta.


Luego de la segunda medida, que también bebí de un solo trago, aquel mesero vuelve con una sonrisa traviesa en su rostro y me deja el platillo con la entrada. Le miré de repente.


-Disfruta de tu cena precioso…-


Cambió ahora aquel apodo al final y se retiró liberando una risita por lo bajo, y yo me sonroje aún más. ¡Maldición! ¡No podía ser más patético! ¡Tenías que entrar a un restaurante! ¿¡Cierto SungMin!? ¡No podías seguir tu paso, y buscar algún puesto callejero! ¿¡no!? ¡No, claro que no! ¡Con lo glotón que eres, la primera casa de comida que se te cruza es perfecta! ¿¡No!? Dios que no aprendes más SungMin.


Me hablaba a mí mismo, en lo que me golpeaba y regañaba mentalmente, por la situación, aunque la verdad yo no tenía la culpa después de todo, ¿Quién iba a saber que me encontraría con alguien como él, en un sitio como éste?


Vaya… es algo incómodo lidiar con esta situación al 3er día de haberme mudado aquí. Pero pues bueno, a pesar de que me resultara difícil, no podría hacer más que “intentar” soportarlo, no pienso irme de aquí, hasta que haya terminado por completo mi comida.


Aquella entrada, a la que el mesero, del cual aún no sé el nombre, llamó “Lengua a la Vinagreta” estaba realmente deliciosa, era una carne fina y tierna, que se deshacía prácticamente sola.


No tardé mucho en terminarla, y minutos después, junto con mis últimas gotas de sake, aquel mesero, se acerca con el plato principal, se veía también realmente apetitoso.


-Aquí tiene su “Pollo a la mostaza”, disfrútalo también, es tan delicioso como tú.-


Volvió a sonreír de lado… y yo me sonrojé a más no poder, y no dije nada solo dejé la mirada baja, observando como aquella delicada mano, depositaba el plato en la mesa, con una gracia impecable. Sus dedos eran delgados y largos, tenía unas manos muy bonitas, y níveas, pero no tanto como las mías, que parecía realmente un espectro.


-¡Espera!- Dije de repente “sorprendiendo” al mesero. Éste me miró y yo aún no pudiéndole mirar a los ojos, pues esa sonrisa “malvada” me distraía. -¿Po-podrías, tra-traerme o-otro sake?-


-Claro, yo lo invito-


Dijo aún de aquella manera “malvada” o más bien “insinuante” podría decirse.


-¿E-eh? No-no ha-hace falta, yo pu-puedo pagarlo-


-No importa, he dicho que yo lo invito, deberías aprovecharlo, no a todo el mundo le invito un Sake, a mitad de mi trabajo… de hecho a nadie le invito, tú eres el primero.-


-¿¡Eh!? ¿Y-yo, porqué?-


-Porque eres encantador, con esa mejillitas sonrojaditas. Enseguida vuelvo con tu bebida, con permiso.-


Habló ahora de una manera más amable y cálida, causando que al retirarse fuera seguido por mi mirada, algo confusa ahora. Y segundos después él volvió a mi mesa, con la botella de Sake en su bandeja plateada. Ya no había casi clientes, y me comenzaba a poner algo nervioso. Nunca me gustó ser el centro de atención, ya se los dije.


-Aquí tienes bomboncito, este lo invito yo, disfruta tu comida.-


Me guiño el ojo luego de depositar la pequeña botella en la mesa y nuevamente se retiró, y aquel sonrojo en mis mejillas, ya prácticamente se había alojado allí permanentemente, sin contar, que también el alcohol ingerido, comenzaba a hacer su pequeña parte.


Probé el primer bocado de aquel apetitoso plato, y realmente quedé fascinado también con su sabor, era delicioso, por lo que sin más, comencé a comer un poco con más prisa, pues, los últimos clientes, un grupo de 4, al parecer compañeros de trabajo, ya habían ordenado el postre. O al menos eso oí.


Pero aquella porción que me habían dado, era bastante abundante, y no podría terminármela tan rápido como quisiera, así que dándome por vencido, y sabiendo que luego me arrepentiría, decidí tomármelo con calma, y saborear, cada porción que me llevase a la boca. De la segunda botella de Sake, tan sólo tomé 2 medidas más, pues, esta vez, si estaba bebiendo de a traguitos, aunque ya fuese tarde. Pues debí beber así desde un principio, aunque no sea la manera correcta de beberlo.


No quería regresar a casa ebrio. No tenía ganas de soportar una jaqueca al amanecer del día siguiente.


Finalmente aquel último “grupo” de clientes, se retiró, en lo que iba por la ¾ parte de mi plato. Mi corazón se aceleró algo nervioso, y tuve el impulso por gritarles, “No se vayan, no me dejen solo”, pero quién era yo para decirles aquellos, había 0% de probabilidades que “me hicieran” el favor. Soy estúpido lo sé…


Los miré con desesperación, y luego de que cerraran las puertas detrás de ellos riendo, suspiré. Estaba solo. ¡Estaba completamente solo! ¡Por Dios qué vergüenza! Mis mejillas se “encendieron” aún más, y con gran dificultad, terminé aquella porción que me faltaba.


Me recliné hacia atrás un poco, pues realmente estaba satisfecho, no podía quejarme, la comida había estado deliciosa, pero la hubiera disfrutado aún más, si hubiese más gente, y no fuera el centro de atención de los 7 meseros que ahora me observaban. Los miré fugazmente, y uno que no era quien me atendía, se paró de la banqueta de la barra y con una sonrisa totalmente de lado y una mirada esta vez directamente lujuriosa se acercaba a mí.


Mi corazón se aceleró a más no poder… “¿¡Dónde estás!? ¿¡Dónde estás mesero de siempre!?” Grité en mi mente, buscando con mi mirada desesperada al aludido, al ver con las intenciones que se acercaba aquel otro. Y cómo si se tratase de mi “héroe” él apareció, colocó su brazo enfrente de aquel que se me acercaba, y le negó con la cabeza, aquel otro hizo un claro gesto de molestia, y con un paso tranquilo y sereno el mismo de siempre se me acercó nuevamente a la mesa, y para mi sorpresa, me sentí “protegido” a salvo ahora. Pero eso no quitaba que aún sentía la mirada penetrante de aquel otro.


-¿Has disfrutado de tu comida?- Preguntó aún mucho más amable que la vez anterior, con un tono más suave, pues no era necesario levantar la voz, estaba solo. Y ante su comportamiento no pude evitar asentir y sonreír levemente, en lo que él también sonrió, aunque con un poco más de satisfacción. -¿Le ofrezco la carta de postres, o desea la cuenta?-


-Me-me gustaría el postre, ¿Q-qué tienen?-


-De acuerdo, tiene “Budín de pan”, “Flan” “Bombón Suizo” o… yo-


Dijo a lo último con cierta insinuación, me le quedé mirando totalmente asombrado… “Qué directo” Pensé… pero decidí ignorar aquello último, aunque mis mejillas no demostraran lo contrario.


-Bo-Bombón Suizo, por favor.-


-Enseguida dulzura.-


Sonrió nuevamente de lado, y recogió el plato anterior para retirarlo. Una vez más le seguí con la mirada, en verdad tenía un porte muy grácil, y era de muy buen ver, ahora que le observé un poco mejor.


Nuevamente me sonrojé y bajé la mirada al darme cuenta de que estaba siendo observado por otro par de ojos… ojos que realmente me intimidaban, si bien, quien me está atendiendo, también me mostró esa mirada, supo hacerlo de una manera más sutil.


¡Esperen! ¿¡Qué es lo que digo!? Cuando quise volver en mí, me encontré buscando con la mirada, a aquel que me atendía, no aparecía por ningún lado, y nuevamente aquella mirada ajena, desde la barra, estaba comenzando a incomodarme.


De repente, veo salir de la cocina “a mi salvador” una vez más, y me relajo. Y ésta vez, ya le comienzo a mirar desde el principio de su “trayecto”. Él llega finalmente a mi mesa, con su mirada posada en mis ojos.


-Aquí, tienes, un bombón, para otro bombón…-


Habló divertido, y nuevamente depositaba el pequeño plato, con aquella gracia que me había “cautivado”.


-Disfrútalo…-


Hizo el ademán de retirarse una vez más, y mis impulsos e instintos actuaron antes que mi razón.


-¡Espera!-


Dije elevando apenas la voz, haciendo que aquellos en la barra también me miraran, me sonrojé a más no poder, ¡Genial, odio ser el centro de atención y lo estaba siendo ahora!


Él me miró inquisidor.


-Di-disculpa, pe-pero ¿podrías se-sentarte conmigo? La-la mirada de tu compañero, comienza a asustarme en serio…-


Hablé totalmente avergonzado por mi “petición”, ¿¡Quien le pide a un mesero que ni siquiera conoce que se siente con él!? ¡POR DIOS SUNGMIN! Él miró con el ceño fruncido de repente hacia “su compañero” y luego se me quedó mirando unos segundos con cara de “póker” para luego sonreír de lado satisfecho. Y sin más se sentó enfrente de mí. Tapándome gratamente la visión de aquel que me estaba “intimidando”.


-Por supuesto dulzura, con gusto.-


-Gra-gracias…-


Contesté aliviado, ahora sí podía disfrutar mi postre como era debido, pues “en compañía” ya no me sentía tan desprotegido.


-Así que, ¿has disfrutado de la cena…?-


Habló de repente, en lo que yo le miré, con mi cuchara en la boca, al haberme introducido un poco de aquel helado.


-Sí, la verdad es que estuvo todo delicioso, nunca había probado esa comida, y agradezco haber tomado el riesgo.-


Contesté con el “mínimo volumen” en mi voz, pues no quería que me escuchasen aquellos otros, aunque sabía que era medio imposible, estando en el silencio en que estábamos.


-Vaya, entonces puedo quedarme tranquilo. Me alegra oír eso.-


Habló nuevamente amable, siendo capaz ahora de oír bien su voz, era profunda y hechizante, hechizante como la mirada que le estaba echando a la botella de Sake.


-Bébetelo si quieres, yo no quiero regresar a casa ebrio.-


-¿Eh?- Me miró confuso, a lo que yo con la mirada, y un pequeño movimiento de cabeza, le señalo la botella de Sake. –Oh ¿Me descubriste?- Contestó divertido, en lo que yo me ingresaba otro bocado del postre, en verdad que lo estaba comiendo con suma lentitud, pues, ahora es que me apetecía tardar, para estar un momento más con él. –Aunque ¿sabes? Me siento despreciado, yo te la invité, y ni siquiera la has tocado, no es veneno ¿sabes?-


-No, no es eso, no me malinterpretes por favor, estoy muy agradecido con tus intenciones, pero realmente un botella para mí sólo es más que suficiente, ¿sabes? No soy muy resistente al alcohol…-


Hablé apenado, en lo que me ingresaba otro bocado del postre, un poco más apresurado ahora.


-Oh~ en serio… jaja, No debería beberlo, porque estoy en horario de trabajo, pero al diablo, ya salgo así que estará bien, por cierto, ¿Cómo te llamas bonito?- Cuestionó de repente, en lo que tomaba la botella de Sake y el pequeño vaso para beberlo, con una sonrisa divertida, en lo que yo, le observaba una vez más con cara de póker, con el helado a punto de ingresar a mi boca.


-SungMin… Lee SungMin, ¿y tú?-


Me presenté finalmente, aún algo avergonzado. Él me miró mientras se bebía la primera medida de Sake.


-¿SungMin? Es tan bonito y delicado como tú, yo soy Cho KyuHyun, gusto en conocerte “Minnie”…-


Dijo divertido ahora, y aquella manera de llamarme a lo último me detuvo el corazón.


-I-igualmente KyuHyun ssi, pe-pero debo de-decirle, que aún no le he dado, tantas atribuciones, para que me llame de aquella manera.-


“KyuHyun”, ¿Con qué así se llamaba mi “héroe”? Ciertamente su nombre también pegaba mucho con su personalidad y sus facciones sumamente masculinas, parecía alguien quien derrochaba “testosterona” a mares, mientras que yo, yo bueno, siempre me molestaron, por esta apariencia algo andrógina, y debo decir, que mi manera de vestir, tampoco ayudaba, pero es la ropa que a mí me gusta utilizar.


-Tú lo has dicho, “aún” pero confió en que pronto me las darás.-


-¿Qué le hace pensar eso?-


Cuestioné nuevamente algo asombrado a sus palabras.


-Simplemente lo presiento, por cierto “SungMin ssi” ¿cuántos años tienes?-


-24, ¿Es esto un interrogatorio o qué?-


Contesté algo rudo debo admitirlo, pues ya comenzaba a ponerme nervioso, quizás no debí decirle que se sentase aquí conmigo.


-Ya veo, pensé que tenías más o menos mi misma edad, yo tengo 19-


¿Era más joven que yo? Realmente no lo parecía, es más si nos viesen de lejos, dirían que él es el mayor, y yo el menor, pues también siempre aparenté menos edad de la que tengo realmente.


-¿19? No lo pareces…-


-Lo sé, siempre me dicen lo mismo, como supongo que también te lo dicen a ti ¿no es así? Pues yo acabo de decírtelo también.-


-Pues sí, es cierto, aunque la verdad no sé que es peor, que te den más, o que te den menos.-


-Buena pregunta… aunque para serte sincero, no me importa mucho el tema de la edad.-


-Eso dices ahora, porque eres joven, pero quizás dentro de unos 10 años más no digas lo mismo…-


-Quizás, pero por ahora no me importa…-


Ambos sonreímos, y mi postre estaba llegando a su final, y no quería que se terminase.


-¿Te gustan mucho las cosas dulces, no es así?-


Volvió a preguntar, abriendo un nuevo tema de conversación… le volví a mirar en lo que me ingresaba unos de los bocados finales…


-Sí, tengo un serio problema con los dulces…-


Sonreí divertido, en lo que devoraba otro de mis pedacitos de helado, el cual ya había comenzado a derretirse.


Él me quedó mirando, en lo que me introducía “lamentablemente” mi último pedacito, y me sonrió… yo le miré extrañado, “¿qué es lo que te resulta gracioso?” Quise preguntar, pero antes de que pudiera abrir mi boca, él se apoya sobre uno de sus brazos, y se inclina hacia mí, yo retrocedí por instinto, pero él se estiró aún más, y con su pulgar, limpió la comisura de mi labio, la cual al parecer tenía helado, y luego pasó aquel pulgar, sobre mi labio inferior lentamente, sus manos estaban calentitas.


-Tienes unos labios muy bonitos… además de que eres encantador comiendo cosas dulces…-


-Gra-gracias… tu-tu también tienes la-labios bonitos…-


Hablé totalmente rojo, en lo que reparé mi mirada en aquellos labios, que antes no había prestado atención, pero eran realmente gruesos, y se veían apetitosos… me sonrojé aún más al pensar en ello.


-Gracias, ¿quieres probarlos?-


Cuestionó algo juguetón, yo bajé la mirada y con dificultad intenté hablar.


-La-la cuenta por fa-favor…-


Él rió por lo bajito, se paró de la silla, tomó su bandeja plateada, y colocó la botella de Sake vacía, junto con aquel pequeño cuenco y el plato de mi postre.


-En seguida, ya se la traigo “SungMin ssi”.-


Seguía hablando divertido, en lo que se retiraba, y nuevamente fui capaz de sentir esa mirada que me devoraba de aquel otro hombre.


Bajé la mirada, y decidí buscar mi cartera, para efectuar más rápido el pago e irme de allí, aquel hombre comenzaba a darme miedo, parecía de esos, que son capaces de seguirte a hurtadillas, y que cuando pases por un callejón sólo, aprovechará a interceptarte para violarte.


La piel se me erizó, con solo pensar que aquello, “quizás” me pudiese ocurrir. Ahora tenía miedo de regresar a casa, ¡Genial SungMin! ¡Eres genial! ¡Te asustas a ti mismo!


-SungMin ssi…- Una mano me tocó el hombro, me sobre exalte y liberé un gritito agudo, pues lo pude retener a tiempo. -¿Estás bien? De repente el brillo de tus preciosos ojos parecía como si se hubiera esfumado…-


-S-sí, e-estoy bien, no te preocupes, gracias por preocuparse KyuHyun ssi, ¿cuánto es?-


Volví a mi tono normal e intenté sonreír en lo que él me mostraba la cuenta, -Aquí.- Me señaló el monto, y rápidamente accedí a pagarlo, dejando una “abundante” propina para él –Muchas gracias SungMin ssi, vuelva pronto, procuraré ser yo quien le atienda cada vez que venga, así no tiene que preocuparse de que mi compañero le intimide.-


En ese momento, tuve ganas de abrazarle, y agradecerle infinitamente sus intenciones, pero me controlé, y me mantuve “reservado” por así decirlo.


-Sí gracias, te lo agradecería mucho, pero por cierto ¿Qué sucedió con tu uniforme?-


-¿Mi uniforme?- Sonrió –Ya se lo dije mientras bebía el Sake, mi turno estaba por acabar, ¿o es que acaso el uniforme de mesero es un fetiche suyo, y no me estaba escuchando?- Volvió a hablar con ese tono juguetón.


-No diga estupideces KyuHyun ssi, ya me retiro, con permiso.-


Le dije, con el ceño levemente fruncido, ante aquella última “sugerencia”, a-aunque n-no estaba del todo errado, te-tenía ci-cierta debilidad por los “uniformes”… ¡Debilidad! ¡No fetiche!


-Jaja, lo siento, con permiso, iré a llevarle el dinero al dueño…-


Hizo una reverencia y se retiró, y por un momento, me sentí decepcionado, “quería salir junto con KyuHyun ssi”, pero era solo un “deseo” mío, es increíble, como en una “velada”, el mesero no me resultase “indiferente”… había algo mal en mí, y eso era que lamentablemente, soy una persona muy frágil y débil, y ante el mínimo atisbo de amabilidad, un sentimiento de cariño y aprecio cálido, se desarrolla en mí con una rapidez inhumana.


Iba a media cuadra ya del restaurante… algo paranoico debo admitirlo, pues ya eran las 22.52 de la noche, y el movimiento comenzaba a mermar, y las calles poco a poco, iban quedando más y más solitarias…


Me abracé a mí mismo, tenía miedo, mucho miedo… -KyuHyun…- Susurré en voz baja sin que me diera cuenta… Ya, olvídate de él SungMin… de seguro, has sido un simple juego para él, un simple objeto de entretenimiento, en lo que se le pasaba el horario del trabajo. Mis ojos se empañaron por las lágrimas que comenzaban a aglomerarse en ellos.


-¡SungMin ssi!- Escuché aquella voz, algo alejada… mi corazón empezó a latir con un frenesí inexplicable, abrí mis ojos a más no poder, y me di vuelta aún abrazándome a mí mismo, él no tardó ni 5 segundos en estar ya a mi lado, su agitación era leve…


-¿Qué-qué quieres KyuHyun?- Pregunté intentando ocultar en vano aquella voz quebrada, él me miró a los ojos y limpió la primera lágrima que escapó sin permiso con su dedo. Me arrinconó contra la pared.


-Hubo una respuesta que no me diste…-


-¿Eh? ¿Qué-qué respuesta? Con-contesté a-a todo co-correctamente-


-No, no a todo…- Su rostro se acercó al mío, y yo más que nervioso contra la pared desvié la mirada.


-N-no, no sé, a-a lo que te re-refieres entonces…-


El con delicadeza tomó mi mentón y me obligó a mirarlo a los ojos.


-“¿Quieres probarlos?”- Dijo de la nada, serio como nunca y en ese momento entendí perfectamente a lo que se refería, abrí mis ojos a más no poder y él comenzó a acercarse, ¿Hablaba en serio? Yo estaba petrificado, no podía decir ni hacer nada, simplemente mis ojos se movían alternados, de sus ojos a su boca. –Si no me respondes, no me detendré…- Comenzó a acercarse lentamente, de una manera tan lenta que cada vez me ponía más nervioso… avanzó un poco y se quedó allí. -¿Quieres que lo haga?- Se acerco otro poco, en lo que a su vez retrocedía mínimamente, al parecer estaba luchando contra su impulso por “avanzar definitivamente” pero yo… yo sin siquiera saberlo, mirándolo a los ojos, comencé a avanzar también, milímetros, pues sentía que su mirada me llamaba, me atraía como si fuera un imán. –Es mi última advertencia SungMin ssi.- Colocó ambas manos a cada lado de mi cabeza permitiéndome sentir, su aliento y continuó avanzando, deteniéndose a prácticamente 5 cm de mis labios. Mi respiración estaba algo agitada ya. Permaneció así durante unos segundos que parecieron realmente eones, hasta que volvió a hablar –Te lo advertí…- Fue lo último que dijo, para avanzar finalmente y chocar sus labios con los míos. Un alud, una vorágine en mi estómago se despertó impetuosa… provocando que una red de “corriente eléctrica” recorriera todo mi cuerpo desde mi cuero cabelludo hasta la punta de los pies, estremeciéndome por completo.


Al principio el contacto fue unilateral por parte mía, ya que me encontraba realmente en shock, pero segundos después cuando una de sus manos desciende cuidadosamente a mi rostro y lo acaricia, reacciono, y cierro mis ojos para corresponder aquel contacto, liberando todo aquel aire retenido.


Dando inicio así, a un beso correspondido, al principio fue algo desastroso, pues ninguno podíamos coger el ritmo del otro, pero luego de que se rompiera, nos miráramos a los ojos y él avanzara una vez más sobre mis labios, dando inicio así al segundo beso, el contacto fue mucho mejor, por lo que inconscientemente, rodeé su cuello con mis brazos, en lo que él con dulzura desciende por mi cuerpo y sujeta mi cadera.


Y aquel hormigueo incesante se comienza a dispersar por todo mi cuerpo una vez más, mi boca se abrió sin que me diera cuenta, dándole paso inconscientemente a su lengua, la cual no tardó mucho, en percatarse que “tenía permiso” incluso antes de “pedirlo”.


Era un besador maravilloso a pesar de que fuera menor que yo, y en ese momento sentí celos de aquellas personas desconocidas, de aquellos hombres o mujeres, que antes pasaron por estos labios tan maravillosos.


Mi rostro giró hacia un lado, en lo que el de él, giró hacia el otro, beneficiando aun más aquel contacto.


 


Una de mis manos se dirigió a su cabello ahora, para juguetear con él, para enredar aquellas hebras castañas en mis dedos. Una de sus manos se había comenzado a infiltrar bajo mis prendas, estremeciéndome una vez más, haciendo que mis respiraciones se emitieran de manera un poco más audibles.


Las palabras no eran necesarias, sobraban en aquel momento, y tampoco las necesitaba, aquel contacto lo decía todo. Él me arrinconó aún mas contra la pared, siendo capaz ahora de sentir el peso de su cuerpo levemente sobre el mío.


Ciertamente yo era más bajito que él, por lo que como nunca, me puse de puntitas de pie, para atajar aún más sus labios, y la sensación mejoró inmediatamente.


Sus labios comenzaron a desviarse sin que me diera cuenta, hasta que fui capaz de sentirlos en mi cuello, jadeé bajito, pues aquellos labios presionando contra mi cuello en conjunto con una de sus manos recorriendo mi trasero, me estremeció de sobremanera.


-KyuHyun… ang- Hablé por primera vez, desde que inicio aquel contacto… él sólo emitió un sonido, que al ejercerlo sobre mi cuello se sintió como si vibrara y me estremecí aún más, el hormigueó ahora comenzaba a concentrarse en “una zona específica” –E-estamos e-en medio de la calle…- Hablé finalmente con el hilo de “lucidez” que me quedaba.


Él siguió besando mi cuello unos segundos más, en lo que comenzaba luego a detener el paso, como si hubiese puesto “quinta” y tuviese que comenzar a desacelerar para poder detener el “carro”. Sus besos en mi cuello cada vez eran más pausados, y aunque yo no deseaba que parase, debía también controlarme, pues realmente estábamos en medio de la calle.


Finalmente sus 2 últimos besos se depositaron en mi cuello. Se separó de mi cuello lentamente, y yo agitado busqué su mirada. Sus ojos brillaban, como si tuviera una llamarada trémula en lugar de la pupila.


-Lo siento… tienes razón me dejé llevar, es que quedé realmente fascinado contigo, con ese rostro, esos labios, esos ojos preciosos y no pude controlarme, cuando fui a entregar el dinero al dueño, creí que me esperarías, pero cuando me di vuelta para buscarte con la mirada e invitarte a tomar algo, tu ya no estabas y me sentí decepcionado, pero luego cuando salí te vi a lo lejos, y te llamé…-


A pesar de que estaba sonrojado como un tomate y que estaba levemente más agitado que él sonreí y sin poderlo evitar, avancé sobre él, dándole un efímero contacto. Sonreí, no dije nada.


-¿Vamos a mi casa?-


Preguntó desesperado prácticamente… -Qué directo…- Fui yo ahora quien habló divertido.


-Lo siento, si me besas así de prepo, no puedo retener esas ganas de devorarte inmediatamente…-


Volví a sonreír más que apenado, pero simplemente atiné a responder…


-Vamos… ¿Queda muy lejos de aquí?-


-No, pero mientras más rápido lleguemos mejor… ¡TAXI!-


Gritó de repente en lo que elevaba la mano, y aquel carro que iba entre los otros pocos que ya quedaban en la ciudad, se detuvo, me tomó de la mano y me llevó a la rastra prácticamente, yo solo sonreí sin poder decir nada… ya que ahora “ya no quería regresar a casa”.


Entramos al vehículo, el hombre nos miró extrañado con una clara mirada prejuiciosa, y algo asqueada a mi parecer, pero KyuHyun le ignoró y le dijo la dirección a la que quería que lo llevase. Yo como aún no tenía ni idea del nombre de las calles, simplemente me quedé callado, y en efecto, no era tan lejos, en menos de 10 minutos ya se encontraba KyuHyun pagándole…


Me tomó de la mano y me sacó una vez más del carro apresurado.


-Espera un momento KyuHyun, me quitarás el brazo.-


-Lo siento, la emoción…-


Se disculpó una vez más y yo ya no dije nada, tan solo me sonrojé, pues ahora me había atacado el nerviosismo, al darme cuenta lo que significaba “estar en la puerta de la casa de otra persona, prácticamente desconocida”…


Abrió la puerta y entramos, yo fui el último en entrar y cuando le di la espalda, para cerrar la puerta adecuada y suavemente, nuevamente siento el peso de su cuerpo en mi espalda ahora. Me había acorralado contra la puerta. De cierta manera, esa sensación de ser “aplastado” con suavidad, me era gratificante…


Una de sus manos, se deslizó por mi brazo izquierdo, terminando en mi mano, para entrelazar nuestros dedos, así lo hice, y elevó aquella mano entrelazada a la suya por encima de mi cabeza, mientras hacía lo mismo, con la otra mano, y besaba con insistencia mi cuello, mi nuca.


Toda mi piel se comenzaba a erizar, y “algo” comenzaba a despertar entre mis piernas con un poco más de rapidez, tanto en mí, como comencé a sentir que le sucedía lo mismo a KyuHyun, al sentir aquello, “entre mis nalgas”…


-¡Amns Kyu!-


Gemí, y él liberó una de mis manos, rodeó mi estomago y comenzó a levantarme la playera junto con mi sudadera. Y aquella mano, comenzó a recorrer con “determinación” mi piel la cual iba desnudando a medida que ascendía en sus caricias.


-SungMin~-


Susurró en mi oído con una voz penetrante, librando todo ese hormigueo nuevamente por todo mi cuerpo. Gemí una vez más, y en un rápido movimiento me giró y tomó mis labios con delicadeza pero con impetuosidad.


Nuevamente rodee su cuello con mis brazos, en lo que él me acaricia y con una de sus manos se iba deslizando por mi cuerpo, hasta mi pierna, llegando a mi rodilla y elevándola a la altura de su cadera…


Sus manos se movían de una manera tan sensual, que el deseo que comenzaba a despertar por él iba quemándome la piel, toda mi piel… Aquel rastro “incendiario” que dejaba a medida que su mano se iba deslizando por mi cuerpo, iba a ser difícil olvidarlo.


Esa delicadeza con la que me trataba, ya había surgido efecto, ya no importaba si era amabilidad fingida o real, me tenía a sus pies… mi débil corazón, no tardó en ser capturado…


Nuevamente, su mano, comenzó a deslizarse de forma descendente con el cierre de mi sudadera en ella, mi sudadera cedió, y mis manos altamente trémulas, comenzaron a imitar su acción con aquel Jersey que llevaba.


-No estés nervios Minnie, relájate, todo estará bien…-


-No estoy nervioso, estoy ansioso…-


Respondí en lo que nuestros labios se rozaban al cruzar aquellas palabras, pues, era verdad, no estaba nervioso, simplemente estaba siendo prisionero del “placer”. Él sonrió de lado y deslizando mi sudadera, para finalmente quitarla, me arrastró hacia el centro de lo que parecía ser el living… y con suavidad, me hizo recostar en el sofá.


-¿Está bien hacer esto?-


Preguntó realmente preocupado.


-Creo que ya es un poco tarde para tratar de utilizar tu razonamiento. De todas maneras, ya no hay vuelta atrás, no ahora…-


Le dije sonriendo, en lo que erguí mi cuello para ser yo ahora quien tomara sus labios, y comenzar a deshacerme también del Jersey, de una manera realmente lenta.


-Eso me gusta… conejito…-


-¿Conejito?-


Susurró dulce luego de que liberara sus labios, a lo que yo me extrañé ante aquella manera de llamarme.


-Sí, esos conejitos en tu playera, van muy bien contigo… eres encantador como ellos.-


Sonrió, en lo que se posicionó mejor encima de mí, y nuevamente, comenzó a repartir caricias por mi estómago y pecho, en lo que besaba mi cuello ahora.


-Kyu~-


Volví a gemir de una manera dulce y suave… él esbozó una sonrisa, pues pude sentir la curvatura de sus labios sobre mi cuello.


Me aferré a su cuello con ahínco, y sus manos ya comenzaban a ejercer presión en una zona en específico, una zona en la que estaba logrando alterarme, mis pezones, comenzaban a ponerse erectos.


Mis manos aún trémulas comenzaban a comportarse de una manera traviesa y se comenzaban a infiltrar debajo de su playera con cuello en “V” sentir su piel bajo las yemas de mis dedos, me hacían estremecer también, tenía una piel increíblemente suave…


Comencé a elevar su playera con lentitud, como si no quisiera que se diera cuenta, pero el que no se había dado cuenta había sido yo, debido a que me percaté de que mis pezones estaban siendo “estimulados” directamente al sentir un pequeño y delicado pellizco.


-Aang~-


-Amo como gimes, eres realmente encantador, una dulzura…-


Yo no dije nada, simplemente le correspondí a la mirada que me estaba obsequiando, y le sonreí tímidamente, en lo que decido “atacar” su cuello, y mandíbula besos delicados, suaves, y pequeños mordisquitos, él comenzó a jadear, y su cuello se inclinaba al lado contrario en que yo le estaba “atendiendo” para darme un mejor acceso.


Quité su playera finalmente y la arrojé a la alfombra. Y observé su cuerpo con detalles, lo examiné de una manera algo lasciva sin poder controlarlo, su cuerpo era delgado pero fibroso, era perfecto. Acaricie su pecho, su piel recientemente descubierta, como si estuviera corroborando que todo aquello fuese real.


Él volvió a sonreírme.


-Sí, todo esto, es tuyo Minnie…- Habló divertido, en lo que besaba fugazmente mis labios, y seguidamente ser él quien quitara mi playera por completo ahora. –Como todo esto, es mío…- Acarició también mi torso, en lo que comenzó a besar lentamente cada parte de él, dando un contacto completo con sus labios, estremeciéndome con cada uno de ellos. –Eres precioso…- Volvió a hablar como si no creyera lo que decía, y yo simplemente me dejé hacer, mientras de vez en cuando acariciaba su pierna, su espalda o torso…


Una rodilla “descuidada” tocó aquella parte ya más que sensitiva-


-¡Ahng Kyu~!-


Gemí de manera inmediata, él río bajito, sonriendo se dirigió hacia mi oreja.


-No sabes cómo me descontrolan esos gemiditos tuyos…-


Mordió el lóbulo de mi oreja, en lo que yo cerré mis ojos con fuerza, y mordí mi labio inferior, intentando retener aquellos sonidos, pero fue inútil, una “caricia fugaz” en aquella zona, hizo que aquellos sonidos retenidos se escaparan de mi garganta sin impedimento alguno.


Deslicé mis manos de su cadera a su rostro, y lo acerqué a mis labios en lo que inconscientemente abrí aún más mis piernas para “sujetarlo” mejor, y “aprisionarlo” con mis rodillas ahora.


-No me voy a cansar de decirlo, eres precioso…- Volvía a susurrar en ese tono tan profundo, ronco y sensual… -Ven, vamos a un lugar “más cómodo…”- Dijo travieso, en lo que se separaba de mis labios, los cuales, como si se tratara de un encantador de serpientes, lo seguían.


Me extendió una mano para que la tomase, le miré, me sonrió, le sonreí también y tomé su mano, dejándome guiar por esas “gráciles” manos, que ya me habían cautivado en el restaurant.


Me guió hasta su habitación, me hizo entrar primero, tragué saliva, luego de que él encendiera la luz y cerrase la puerta. Mi mirada se cruzó con la él cuando giró, y avanzó hacia donde yo estaba, para volver a tomar mis labios una vez más. Nuevamente me sujetó de las caderas con delicadeza y yo me aferré a su cuello haciendo puntitas de pie como si ya fuera costumbre.


Nuestras lenguas nuevamente comenzaron a entrelazarse, retomando aquellos besos, que habíamos dejado de otorgarnos en medio de la calle. Él comenzó a avanzar sobre mi cuerpo, haciéndome retroceder algunos pasos, hasta que me topé con el borde de la cama, casi caigo por el impulso, pero él me sujetó.


Continuamos besándonos unos minutos más, en lo que sus manos viajan de mi cadera, a la hebilla del cinturón de mi pantalón, y mi corazón se aceleró demás, “¿¡Realmente iba a pasar!? Pues supongo que desde el momento que le dije ‘-Vamos…-’ debí suponer que esto terminaría así…” Pero de todas maneras no me importa, también lo quiero… también quiero que suceda, mi débil corazón siempre fue muy fácil de conquistarlo, llevarlo a lo sideral.


Finalmente una vez que esa hebilla se desprendió, al igual que la suya, y ambas cremalleras bajaron, fue él quien me empujó nuevamente para que me inclinara sobre la cama.


Me dejé guiar, como aquella “fiel serpiente” que sigue a “su amo”… y me recosté en la cama.


-¿Estás listo dulzura?- Habló nuevamente después de que parecieran eones que no lo hacía. Yo mirando a sus ojos los cuales estaban brillantes, al igual que los míos de seguro, asentí sin más, él sonrió con gusto, y nuevamente atacó mi cuello con mi mandíbula, utilizando esos gruesos labios en conjunto con su lengua de una manera más pasional, en lo que yo nuevamente comenzaba a gemir…


Su antebrazo derecho se apoyaba a un lado de mi cabeza, en lo que con la mano de aquel mismo brazo, sujetaba algunas de mis hebras de cabello, se separó por unos momentos de mi mandíbula y me miró a los ojos, yo le correspondí con plenitud, y hubo una importante conexión en nuestras miradas, como si algo hubiese cambiado.


Lentamente, elevé una de mis manos y acaricié su mejilla izquierda, deslizándola luego por su mandíbula, hasta que posicioné mis dedos entre su mandíbula y oreja, le acerqué a mis labios, y nuevamente un contacto pasional, dio inicio.


En lo que él nuevamente con su mano izquierda recorre mi perfil derecho y la desliza, hasta que se topa con el inicio de mi pantalón, sujetándolo y comenzando a quitarlo con lentitud, en conjunto con mi ropa interior también, y en ese momento cuando sentí que mi pelvis estaba siendo descubierta, un calor incendiario invadió mis mejillas y le detuve. Él se sorprendió ante mi repentino movimiento.


-Kyu-KyuHyun ssi, e-esto m-me apena mu-mucho…-


-Tranquilo Minnie, no sucederá nada, estamos solos, sólo yo te estoy mirando, además tu cuerpo es perfecto y ambos “tenemos” lo mismo, no hay de qué avergonzarse…-


-Ju-justamente por-porque a-ambos “te-tenemos” lo mismo me apena…-


-Eres tan lindo cuando te sonrojas así Minnie, no te preocupes, confía en mí, no haré nada que no quieras…-


-Kyu~-


Gemí suavemente cuando sentí que deslizaba un poco más aquellas prendas…


-No hay cosa que me encante más que oír mi nombre gemido de tus labios, se oye tan especial, tan genial, tan… asombroso.- Volvió a besar mis labios con una ternura inexplicable. –Vamos bebé, no te apenes, todo estará bien, sólo estamos tu y yo…- Y aquellas palabras dichas de aquella manera más que amables que rezumaban miel a borbotones, fueron suficientes para que nuevamente me convirtiera “en su serpiente”…


Quité mis manos con dudas de la suya, y él volviendo a besarme, sonrió y comenzó a deslizar nuevamente de una manera lenta mi jean negro, junto con mi bóxer rosado, debo admitir.


-Así me gusta bebé, vamos que no tienes de qué apenarte.-


Su mano se ubicó en mi nalga, la pellizcó levemente, yo gemí, y comenzó nuevamente a deslizar aquellas prendas, en lo que recorría toda mi “circunferencia” deslizándose de un lado al otro por mi cuerpo, para deshacerse de aquellas prendas “adecuadamente”.


Una vez que finalmente fueron retiradas por completo, allí estaba yo, tendido en una cama ajena, de un desconocido, totalmente desnudo, “abriéndome de piernas”, para que ese extraño se ubicara mejor, mientras repartía dulces besos, sobre mi cuello, hombros y pecho.


Mis manos finalmente cogieron valor una vez más, e infiltrándose por debajo de su jean, pellizqué también aquellas nalgas y comencé a deshacerme de aquella prenda, mientras él besaba mi cuello, yo también intentaba hacer lo mismo con el suyo.


-Minnie~ aah~-


Jadeó Kyu, acariciando la parte interna de mis muslos, para luego pasar al frente de ellos y deslizarse de forma ascendente a mi pelvis y bajo vientre, pero siempre evitando el contacto directo con mi miembro más que erecto, pues cada vez que esas manos que iban dejando su ya característica “estela” incendiaria, hacían que todas aquellas correntadas eléctricas provocadas, “terminasen” en mi virilidad. Surgiendo en ella, una necesidad insaciable de “ser tocado”.


Como pude, terminé de retirar aquel jean y le dejé finalmente en bóxers, sus piernas, también eran perfectas a mis ojos…


Pero no me dejó terminar de quitarle aquella última prenda, pues, antes de que pudiera siquiera tocarla, siento uno de sus dedos, dirigirse a mi entrada. Me estremecí por completo, mi cuerpo se crispó.


-¡Aahmn!-


Él quitó su mano segundos después de allí, me miró, me sonrió, y desvió su mirada hacia su mesita de noche… sabía lo que aquello significaba, por lo que me acomodé mejor en la cama, quedando ahora bien ubicado en el centro de ella, y Kyu aún sonriente, abrió aquel cajoncito y sacó un pequeño pomo.


-¿Tra-traes ho-hombres seguido, para estar tan preparado?-


Cuestioné sin pensarlo, y aquello me dolió, sentí celos, de aquellas personas que ni siquiera sé si existen o no.


Él me miró al principio algo sorprendido ante mi pregunta, pero lugo respondió con una hermosa sonrisa.


-No, de hecho tú eres el primero que traigo, y al primero que también le beso, normalmente voy a “moteles con mujeres” y vamos al hecho, nada de besos ni dar posibilidades a segundos encuentros…-


En ese momento, sentí un sentimiento muy ambiguo en mi pecho, por un lado felicidad por ser “al primero que trae” a su casa, y por otro un dolor muy profundo y punzante, al oír “voy a moteles con mujeres”…


-¿Y-y por qué has hecho la excepción conmigo? ¿Qui-quieres di-divertirte más que-que de costumbre conmigo?-


Mis lágrimas estaban a punto de salir… ¿¡Por qué demonios no me quedé callado!? ¡No quería saber esas cosas.


-No, para nada, todo lo contrario, quiero… iniciar algo contigo…- Yo le miré asombrado ahora pero mis lágrimas seguían aglomeradas en mis ojos… -Y no, no es ninguna clase de broma, si es lo que piensas. No sé cómo, pero creo que… me enamoré de ti, no importa si tu no sientes lo mismo, y soy yo el que resulta ser “el juguete”, pero con sólo tenerte una vez, me bastará, aunque luego sufra en silencio…-


Sus ojos se habían cristalizados tanto como los míos… no podía creer lo que oía. ¿Aquello había sido una declaración? ¡Pues claro SungMin, más claro imposible, idiota!


-¡KYU! ¡No digas esas cosas! ¡Y-yo, yo me siento de la misma manera!-


Hablé sin poder evitar que mi lágrima escapase…él amplió su sonrisa, y besó mis labios.


-Entonces, ya no hay más que decir… no estés celoso Minnie, pronto serás mío, y solamente mío.- Me miró a los ojos, y yo asentí con las mejillas al rojo vivo, en lo que luego volvía a besarme, y procedió a abrir aquel pomito, echarse un poco de aquella especie de “gel líquido” sobre sus dedos, y se dirigió a mi entrada, la cual ahora lo “estaba esperando más predispuesta” –Como así yo seré pura y exclusivamente tuyo…- Finalizó diciendo.


Aquél producto, estaba realmente frío que me hizo estremecer, pero luego me olvidé de todo, cuando comenzó a estimular mi miembro con su otra mano, en lo que dilataba mi entrada.


Y finalmente al sentir aquel contacto mi raciocinio me abandonó finalmente, y ya mis gemidos eran incontrolables.


Y mientras él “atendía” ambas partes “inferiores” como pude, estiré mis brazos, bajé un poco, aquella prenda que aún se mantenía “sobreviviendo” a la situación, y también comencé a estimularlo de la manera que me fuera posible, pues mis brazo no llegaban del todo bien.


-¡Aang Kyu~- Gemí de manera más audible, cuando un dedo finalmente “atravesó” aquella “barrera”… Y un segundo gemido un poco más fuerte se oyó segundos después, cuando ingresó el segundo, y yo comencé a removerme algo “incómodo” pues realmente era una sensación extraña, “no era mi primera vez”, pero eso no quitaba el hecho que aún no me acostumbraba a ello. –Kyu~ Kyu~ Kyu~- Solo su nombre salía de mi garganta.


 


El tercer dedo ya un poco a la fuerza logró entrar, pero no permaneció allí mucho tiempo, pues los sacó todos y nuevamente gemí, ante la sensación de “estar vacío” nuevamente


-Bien… prepárate Minnie, para que ambos disfrutemos de este momento.-


Sonrió y se quitó los bóxers por completo, finalmente, y cogió el pequeño envoltorio del condón, pero le detuve, me miró extrañado. Yo le miré con “seriedad” a los ojos y le dije.


-So-sólo por esta vez, qui-quiero se-sentirte a-al 100%...-


-Como desees, “mi conejito”.-


Sonrió de lado, y tiró el envoltorio del condón por algún lugar de la habitación, yo me sonrojé si es que se podía más, y desvié la mirada, pero él nuevamente sujetando mi rostro con delicadeza, lo besó de la misma manera, en lo que comencé a sentir como comenzaba a acomodarse para “ingresar en mí”.


Me asusté, por aquel repentino contacto, pero me dejé hacer, sus caricias sus tratos, ya me tenían a sus pies. Por lo que cerré mis ojos, y contuve mi respiración.


-Relájate, todo estará bien, no te preocupes, no te haré daño.-


Sonrió de lado, hablándome, de una manera sumamente tierna. Por lo que yo atiné a asentir, como si fuera un niño pequeño, y él besó mi frente, yo le miré, y volvió a sonreír, mientras comenzaba a ejercer presión… intenté controlarme, relajarme. Pero se me hizo imposible, aunque él era tan cuidadoso, como lo había prometido, yo no podía evitar tensarme.


Comenzó a repartir caricias, por todo mi cuerpo, con aquellas manos, que tan conocidas se me hacían, gracias a aquel “rastro incendiario” que dejaba en mi cuerpo, esos escalosfríos que me causaban.


-Ya casi, conejito.- Volvió a sonreír, luego de unos segundos, cuando ya había ingresado, gran parte de su hombría, mientras llevaba una de sus manos a mi virilidad, para que me relajara aún más, pero era todo lo contrario, mi corazón se aceleraba a tal punto, que creía que ya escaparía de mi cuerpo.


-¡Aanh Kyu!-


Gemí finalmente cuando sentí que mi cuerpo “dio tope” con el suyo.  Comencé a respirar una vez más, de manera agitada, pues, ahora sentía aquella sensación de estar siendo “dividido” en dos, no porque “aquello” sea de un tamaño “exorbitante”, sino por el simple hecho que hacía ya vario tiempo, que no “experimentaba” estas cosas…


-¿Estás bien Minnie?-


-S-Sí, só-sólo mu-muévete…-


Hablé aún adolorido, pero sabía que para él también estaba siendo difícil, “mantener tanto la compostura”. Por lo que opté por “sacrificarme” levemente.


-¿Seguro?- Cuestionó algo sorprendido, ante aquellas palabras que de seguro fueron interpretadas como “osadas”, yo asentí una vez más, y él sonriendo de lado, asintió, y comenzó a “masajear” de una manera un poco más intensa aquella zona ya más que sensible, y nuevamente comencé a gemir, y a “retorcerme” de placer, bajo su cuerpo, cuando comenzó con aquellos “balanceos”, con aquellas suaves embestidas.


-Hmns, aanh, aah,-


Con el aumento paulatino de aquellas embestidas, mi pudor iba desapareciendo, y mis gemidos se iban levantando cada vez más, hasta que llegamos a tal punto en que él arremetía impío contra mí, en lo que yo gemía dejando mi garganta en ellos, intentando canalizar algo de aquel placer, mediante mis uñas, las cuales, rasgaban la piel de la espalda de Kyu, y seguramente, al otro día, dolerían o arderían… pero no podía controlarme, pues sus gemidos, me incitaban a seguir rasguñándolo.


Éramos un coro, de aquellos sonidos tan placenteros y obscenos a la vez. A los oídos ajenos, o eso es lo que creía, pues, eso era lo que sus gemidos roncos, profundos y rasposos me causaban.


-¡KYU, Kyu, Kyu! Aamns, aans Kyu~-


Su nombre, era lo único que mi mente totalmente inundada por el elíxir de la pasión, lujuria y placer, pronunciaba.


-¡Minnie! ¡Ah Minnie, tan estrecho! ¡Tan acogedor! ¡Tan encantador, aah mns!-


-¡Kyu! Ya-ya no aguanto, Kyu~ aamns, ¡ha-hazme tuyo!-


-¡Con placer!-


Sonrió una vez más, con aquel rostro ahora bellamente centelleante, por aquellas perlas de sudor. De seguro yo estaría igual, pues aquel fuego interior, ya prácticamente me quemaba, me asfixiaba.


Y finalmente, aceleró aquellas embestidas lo más rápido que pudo, en conjunto que también aceleraba el frenético movimiento alrededor de mi miembro, y un maremágnum de sensaciones, me inundó todo el cuerpo, “el placer absoluto” pensé, pues, en aquella arremetidas algo raudas por la velocidad y el momento de la “culminación” próxima, llegó a mi punto más sensible de mi cuerpo, todas unas redes eléctricas sin control es lo que se dispersó por mi cuerpo repetidas veces, en cada momento en que aquel “contacto” era posible.


-¡KYU! ¡Kyu ya no puedo!-


Él detuvo aquellas arremetidas progresivamente y decidió concentrarse en mi miembro, en lo que se movía lentamente de vez en cuando, por mero instinto dentro de mí.


Y finalmente, aquel momento llegó, nuevamente ese maremágnum de sensaciones me invadió. Y terminé por correrme sobre mi pecho. Él luego de que disfrutara mi orgasmo, continuó masajeando suavemente aquella zona, para asegurarse “de que había salido todo” y yo, yo prácticamente temblaba ante tal placer recientemente sentido, disfrutado.


-¿Listo? Es mi turno ahora conejito…-


Yo asentí, y abrí nuevamente mis piernas, pues, por aquella sensación del orgasmo se habían cerrado prácticamente solas, él sonrió ahora con algo de maldad, mientras que el rojo de mis mejillas no se iba, y apoyando sus manos en mis rodillas, comenzó a mecerse nuevamente, y nuevamente esa sensación de que me estaban rasgando por dentro.


-Aprietas tan rico conejito… aah~- Dijo con lascivia y volvió a arremeter en mi “contra” con lozanía. Yo no dije más nada, y comencé a gemir nuevamente de una manera bajita, pues mi garganta ya se encontraba en “las últimas” con tanto que ya había gemido anteriormente. –N-no du-duraré mu-mucho amns más Minnie… pre-prepárate… ahmns.- Volvió a hablar algo fatigado, interrumpido por sus propios gemidos, en lo que mordía su labio inferior de vez en cuando y echaba su cabeza hacia atrás.


Secó su transpiración del rostro con el dorso de su mano sucia por mi esencia anterior, y sujetándole del rostro le atraje hacia mí. -¡Kyu!- Dije como si me tratase de un niño pequeño encaprichado al que le habían sacado su juguete favorito, y al cavo de unos días, se lo habían devuelto.


Correspondió sin más, y segundos después, se separó una vez más de manera brusca, dejándome con ganas de más.


-Minnie, ya-ya aah, ¡no puedo!- Irguiéndome levemente, le tomé de las caderas, cuando él estaba haciendo el “amague” para salir, pero le retuve, entonces me miró y sonrió satisfecho. Gesticulando un rostro que era digno de un poema, al llegar a su orgasmo en mi interior.


Volví a gemir una vez más, pero el gemido protagonista, esta vez, fue el de él.


Debo admitir que no pensé que lo haría en “tanta cantidad”, pero la sensación de ser “llenado” por él…, por el “mesero” que había conocido hace tan solo horas, y del cual me había enamorado hace tan sólo minutos, era maravillosa, como lo era también el que estuviera “proclamándome suyo”, “marcándome” por dentro.


-¡Kyu~!-


Cayó totalmente agotado sobre mi cuerpo suavemente, luego de haber sacado su miembro de mi “ardiente orificio”.


Le abracé como pude, y él hablo desde mi pecho, aún algo agitado, pero con aquella voz ronca que le hacía jodidamente sensual.


-Ahora e-eres sólo y únicamente mío.- Mi corazón se aceleró, y sabía que él de seguro lo notaría pues estaba apoyado cerca de él. Y antes de que yo pudiera decir algo, él vuelve a hablar. –Minnie… Lee SungMin…- Hizo una pausa, y yo comencé a ponerme ansioso, ¿Era lo que yo pensaba? ¡Por favor, díganme que sí! -¿Quieres… ser mi novio? Prometo no andar más de “playboy”- Rió al final. ¡SI! ¡SI LO ERA!


-Kyu~- Dije no pudiendo contener mi emoción. -¡Claro que sí! ¡Pensé que jamás lo dirías!-


-Pensé que no lo necesitaríamos… Pero me alegro de oír aquella respuesta.-


Habló ya más calmado, en lo que se quitaba de mi pecho con pesadez, y sacaba de su cajoncito, una pequeña caja de pañuelos descartables húmedos.


-Me asustas, ¿en serio nunca traes a nadie a casa? Pues que estés así de preparado me dice que estás acostumbrado a hacerlo…-


-No Minnie, eres el primero, en serio, esto es “para mí”.-


Sonrió ahora algo avergonzado por primera vez y yo volví a teñir mis mejillas de un rosa intenso, al caer en cuenta a lo que se refería. Él volvió a sonreír, besó mis labios, me miró a los ojos y volvió a hablar. –Por cierto… ¿ya ves que yo tenía razón? Ya ni siquiera me reclamas mi atrevimiento por llamarte de una manera tan familiar, te dije que pronto me darías esas “atribuciones”…- Sonrió, y yo le seguí, para luego taparnos, pues estaba más que claro, que pasaría lo noche allí, en cama y casa de un desconocido, desconocido que ahora, “era mi novio”.


Al parecer… esta “nueva vida” me trajo consigo, un “nuevo amor”, no sé cuánto duraremos porque sé y reconozco que esto es algo realmente apresurado, pero confió que con el tiempo, nos conozcamos mejor, y nuestra relación crezca junto a nosotros también.


Por el momento, me gustaría pensar en el presente, y disfrutarlo al máximo.


-Babo… te quiero.-


Hablé con un tono más tierno mientras nuestras sonrisas aún no se borraban de nuestros rostros. –Y yo a ti.-Respondió, me besó fugazmente, y finalmente, decidimos “intentar” dormir.

Notas finales:

¿Y? ¿Qué tal? xD jaja, siento si la "comida" se ls hizo rara, pero realmente no se me ocurría nada que describir, tengo poco conocimiento gastronómico xD así que hice lo que pude xD siempre odio describir las comidas o las prendas que utilizan jajaj xD


Pero bueo, espero que les haya gustado, ya prontito, prontito estaré con un nuevo fic, otro JongKey xD que de seguro la mayoría de los que me lee "regularmente", ha de estar ansiosos, jaja, pero es la última vez que les digo que ya va a estar y luego pasan 5 años (?) jajaj xD


Bueno, me fui de tema xD, espero que les haya gustado como dije antes, y que lo hayan disfrutado tanto como yo al escribirlo :3


Aquí les dejo mi página en FaceBook, por si les interesa, a algún lector nuevo que ande por ahí xD


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Y pues bueno, con esto me despido n.n Desde ya muchísimas gracias por haberle dado una oportunidad, y por haber llegado hasta aquí jaja n.n


Bye bye~ ^u^//


ZaffireHeart


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