Debió haberlo imaginado al salir del departamento, debió haber sabido que algo no andaba bien cuando al conducir su bicicleta estuvo a punto de caer por el vibrar de su celular. No sabía si era el frío de la noche o el presentimiento de su corazón lo que le hizo detenerse en medio de la calle; el celular ahora temblando en su mano.
La noticia causó más que un simple estremecimiento en su cuerpo, no iba a creerlo ¡no podía creerlo! Era imposible que él le estuviese haciendo eso; aquel que siempre le decía cuánto lo amaba, aquel que días atrás se había cubierto únicamente con sus brazos.
“Pero hay pruebas…”
¡Pruebas su trasero! No creía ni creería algo, su mente se negaba a creer que…
“Que…¿qué?”
Apretó sus dientes hasta hacerlos rechinar, no podía ponerse furioso por una tontería; porque eso era, una tontería más que inventaba la prensa, no hubiese sido la primera vez que ocurriese y estaba seguro no sería la última… aún así la presión en su pecho se negaba a abandonarle.
Necesitaba hablar con él, escuchar la risa ajena al burlarse por ser tan crédulo, o tal vez el tono ofendido del mayor ante su desconfianza y luego ese “te amo” resonando mientras besaba sus carnosos labios.
Más solo un “Ahora no Jong Dae” fue murmurado tras la línea, sus dientes nuevamente rechinaron y antes de que dijera algo el mayor ya le había cortado.
¡¿Qué estaba ocurriendo?! La idea de que esa noticia fuera cierta nuevamente invadió su mente y el solo despeinó sus cabellos con fuerza. Quería una explicación… y lo quería ahora.
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Aún estaba con la ropa de deporte cuando se encontraron, el actual pelinegro rehuyendo su mirada y el castaño sintiendo el frío volver a calar su ser, por más que intentaba no creerlo, por más que se auto convencía de que todo era falso…
-Chen…-
Pero el nombrado no escuchaba, en su mente solo estaban las imágenes del fansite oficial de su… ¿Aún podía llamarlo novio? ¿Amigo? ¿Conocido?... ya ni siquiera sabía que pensar.
-Chen…-
“Estaban en su carro en medio de la noche”
-¡Chen háblame!-
“Se besaron, porque sabes cómo se comporta Baek Hyun antes y durante un beso…. Lo sabes tan bien que ver esas fotos fue como estar delante suyo”
-Jong Dae…-
“Sus ojos levemente cerrados, su respiración agitada y esos labios entre abiertos invitándote a probarlos”
-¡Kim Jong Dae!-
“Ella siempre estuvo antes que tú”
Suspiró antes de volver a enfocar su mirada en quien estaba frente suyo; a su lado, el celular mostrando distintas imágenes de la nueva “pareja oficial”, pareja que él se había auto convencido de no creer pero ahora no podía más que imaginar.
Una voz en su interior le indicaba que debió haberlo notado antes, que solo era cuestión de tiempo y nunca debió haberlo olvidado… que aquel ángel de brillante sonrisa nunca fue suyo completamente y que no debió enamorarse…
Pero ya era tarde.
La imagen de un Baek Hyun mordiéndose los labios solo logró sacarle una agria sonrisa, la lengua del mayor paseándose por sus propios labios para calmar su nerviosismo; ¿Qué hacía ahí? ¿Por qué aún estaba parado en silencio rehuyendo su contacto visual?
“¿Por qué lo hiciste?”
-Chen…- el mayor se quedó en silencio inmediatamente y el nombrado no pudo más que suspirar. “silencio” pensó, sus manos despeinando sus cabellos como cada vez que intentaba calmarse.
“Tu silencio dice más que sus palabras”
-Felicidades- articuló amargamente, sus dientes apretados al igual que los puños que sujetaban con rabia las cobijas en su cama, su cuerpo aún sentado mientras su mirada intentaba esconder toda la tristeza y confusión que le invadía, dejando ver solo la careta de cólera que ponía como auto defensa; su voz sonando, por primera vez, sin emoción al referirse al mayor –siempre la quisiste, debes estar feliz- murmuró al levantarse para palmearle el hombro.
Sabía que estaba siendo cruel, lo sabía por los ojos fuertemente cerrados del mayor y sus labios presionados intentando esconder lo que serían sus sollozos; lo sabía porque al tocarle pudo sentir como temblaba…como todo su cuerpo se estremecía y, sabía bien, en cosa de segundos las lágrimas desbordarían de sus ojos…
Era su culpa, y no podía permitirlo.
Sus brazos se refugiaron en el cuerpo del mayor, acunándolo, brindándole el apoyo que sabía iba a necesitar; porque a él no le importaba si lo que vivieron juntos fue solo un juego o si las noticias eran falsas, amaba al joven…aún cuando no fuese suyo.
¿Y el pelinegro? Él…solo se aferraba al menor como si todo dependiera de aquel contacto, los recuerdos de la reunión que había tenido con su empresa invadiendo su memoria…todo lo que ocurría era por sus actos, por no haber evitado ese contacto que luego había sido fotografiado...
“… lo siento tanto”
Los sollozos no tardaron en aparecer; todo estaba mal, todo era un caos y no sabía como repararlo…no podía hablar, no lograba articular palabra ni podía contarle al menor lo que había ocurrido en esa reunión donde, por sus actos, ahora debía fingir una relación que nunca tuvo inicio y ahora le quitaba a la persona más importante para él.
“Te amo Jong Dae”
Porque sabía que esos besos que ahora compartían serían los últimos, porque aquella era su despedida y a partir de ese día debería enfrentar la soledad como única compañera. Ambos no necesitaban palabra para ese momento triste y placentero, lleno de gemidos y jadeos que ambos recordarían. Y era que los labios del menor eran los únicos que podían sacar esas sensaciones en su piel, ese deseo porque aquello nunca terminara mientras su corazón se inflaba de amor ante las palabras del otro, porque aún cuando el mundo creyera en la relación que sería confirmada mañana él, Byun Baek Hyun, solo le pertenecía a Kim Jong Dae.
Y Kim Jong Dae sabía que esa no era una despedida definitiva, que nunca podría quitarse del corazón el amor que sentía por el mayor; siempre estaría con él así como lo había prometido, porque por Baek Hyun él estaba dispuesto a ignorar su orgullo para seguir a su lado...aún cuando no fuese suyo por completo…aún cuando no fuese suyo nunca.