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Querido Jefe. por catefonseca

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Notas del fanfic:

¡Hello, hello! este es el primer fanfic que publico en toda mi vida!

Oh si, bueno. No creo ser tan buena como para publicarlo pero desde hace mucho que quiero hacerlo, así que pues ahí voy(?)

Por favor, no sean dolorosas :( 

Notas del capitulo:

¿Qué puedo decir? 

Solo lean y disfruten (?) muero de nerviosssss.

Abro mis ojos y lo primero que veo es la tenue luz del amanecer filtrarse por la ventana. Veo el reloj, apenas son las 6. Vuelvo a recostarme; hoy empiezo mi nuevo trabajo que conseguí gracias a mi mejor amigo, me recuerdo mentalmente de volverle a agradecer mas tarde. Media hora más tarde me meto a la ducha. Me visto con una simple camisa de vestir blanca y mis pantalones negros, y unos tenis. Me dirijo a desayunar mientras veo las noticias. Me cepillo los dientes, tomo mis cosas y me voy.

 

En el autobús unas estudiantes me miran y hablaban entre sí, no pude evitar sonreír. Cuarto para las 8 y ya estaba aquí. Entro al edificio y me dirijo a recepción.

-¿Kim Jonghyun?- pregunta de la señorita frente a mí sin poder esconder su sonrojo.

-Sí, el nuevo asistente del jefe- le sonrió de vuelta.

-Oh ya veo, tome el ascensor, y vaya al 8to piso, ahí es donde usted trabajará. Que tenga buen día señor- dijo guiñándome el ojo.

- Gracias.

Caminé hacia el elevador y pulse el número 8 cuando alguien impidió que se cerraran las puertas.

-¡Jjong!

-¿Key? Vaya sorpresa, pensé que te vería más tarde- lo abrace mientras se cerraban las puertas.

-Se me hacía tarde; y ¿Estás listo?- preguntó dándome su brillosa sonrisa. Se veía impecable como siempre, una camisa azul marino y un pantalón negro, mi amigo era más que guapo.

-Eso creo, pero podrías contarme algunas cosas sobre mi nuevo jefe.

-Su nombre es Lee Jinki y sólo tiene 27.

-Vaya, ¿no es muy joven?- solo era un año mayor que yo.

-Lo sé, aparte es obscenamente rico- murmuró mirándose sus arregladas manos.

-Ya veo. Kibum en serio gracias por ayudarme a conseguir el trabajo- le di mi sonrisa tímida.

-Lo que necesitas es suerte; el Señor Jinki puede ser un poco... arrogante, pero estoy seguro que lo harás bien hyung- dijo dándome palmadas en la espalda. ¿Suerte? No creo que sea tan malo. Las puertas se abren, me siento un poco más nervioso que antes.

 -Bueno jjong, espero verte más tarde y... suerte- sus labios se torcieron al tratar de esconder su sonrisa y se fue.

 

Me acerqué a una muchacha de ropa demasiado entallada, su cara estaba llena de kilos de maquillaje, tenía aspecto de trabajar en las esquinas, me perturbó. Me indicó que fuera a la oficina del jefe que él ya me esperaba, claramente note la forma en que se me restregaba, pero me limité a ignorarla.

Justo ahora que estaba frente a la puerta me arrepentía de no haber venido más formal. Respiré y abrí la puerta.

Ahí estaba mi jefe. Jodida suerte. Era muy guapo, demasiado a mi parecer. Cabello castaño bien peinado, vestido en un traje azul marino. Sumamente elegante con lentes mirando fijamente su celular. En definitiva no era el tipo gordo y sin estilo que había imaginado.

Cerré la puerta. El alzó la vista y me sonrió de lado, nunca un hombre me había intimidado antes por su belleza.

-Debes ser mi nuevo mi nuevo asistente- se paró y me tendió su mano, se la estreche firmemente para mi suerte.

-Así es, soy Kim Jonghyun señor.

-Lo sé. Toma asiento.

Me senté y pude observar lo bonita que era su oficina.

-Y bien jonghyun, tengo entendido que estudiaste administración de empresas- su cara de cerca era incluso más bonita y se veía más joven.

-Así es señor Lee, el poder ayudar a una empresa a ser impulsada por el esfuerzo de sus trabajadores es algo que me motiva.

-Ya veo-sonría divertido-Espero así sea de entusiasmado en su trabajo Señor Kim. En su escritorio habrá un aparato por el cual me comunicaré con usted. Si no le importa le veré más tarde.

Me pare y me incliné en un ángulo de 90°- Señor Lee- y me retiré.

A mano derecha estaba mi escritorio, era un cubículo pequeño pero me agradaba. Acomodaba mi portafolio cuando algo vibró en el escritorio, le eché un vistazo y seguía vibrando, tenía un botón que decidí apretar.

-Señor Kim, no me gusta que no me respondan en el instante, espero esto no se repita- sonaba molesto. Rayos.-Necesito que me haga un informe del documento que le fue enviado a su ordenador, en una hora saldré a una junta así que si lo tiene antes de ese tiempo, se lo agradecería- realmente este tipo sí que era hostil.- ¿entendió?

-Si señor Lee.

 

 Rápidamente encendí el ordenador. Para mi suerte los temas del documento eran de mi dominio. El informe lo terminé antes, por lo que  tomé un respiro y entre a la oficina de mi jefe.

-¿No le han enseñado a tocar joven Kim?- alzó la ceja, claramente molesto.

-Yyyo lo siento señor, no volverá a pasar- sentí un calor extenderse por mis pómulos.

-¿Término el informe?- dijo caminando hacia donde yo estaba con las manos en su bolsillo. Era alto, más que yo. No podía imaginar la cantidad de mujeres que tenía a sus pies. La idea me estremecía.

-Oh si señor, tenga, si tiene un error hágamelo saber- le extendí el papel y mirándome fijamente lo tomó y comenzó a leerlo. Sus facciones se fueron suavizando y se transformaron en una de asombro.

-Vaya, usted sabe lo que hace- me sonrió seductoramente. Oh no, otra vez ese rubor.

-¿Dígame, usted tiene novia?

-¿Qué? Nno... No señor, yo no tengo novia- dije mirando el suelo.

-Bien, porque te tendré durante mucho tiempo junto a mi lado.

La forma en que dijo eso causó cosas extrañas en mi vientre.

Miró su reloj e hizo un mohín que lo hizo ver condenadamente sexy.

¿Qué demonios me pasaba hoy?

-Continúe con su trabajo Señor Kim.

 

El Día transcurrió con normalidad. A lo hora de almuerzo fui al comedor de la empresa, la comida ahí era muy rica. No me encontré de nuevo a key. Eso me deprimió un poco a decir verdad, no tenía a nadie con quien hablar. Tuve que soportar las miradas depravadas de todas las del edificio, cada que las veía parecía que me cogían con la mirada, ninguna era de mi tipo. El jefe era un poco duro pero al parecer mi trabajo le gustaba, sus facciones de asombro confirmaban que pensaba que yo era un completo idiota. La satisfacción que sentía cada vez que lo veía asombrado, era indescriptible.

Eran las 7 de la noche cuando salí de la oficina, no tuve que despedirme de nadie por lo que a las 8 a causa del tráfico estaba en mi departamento. Me bañé, me puse mi pantalón de pijama y me acosté en mi cama, estaba cansado como para cenar. Encendí la televisión y vi un poco de unas caricaturas mientras tomaba mi teléfono y decidí mandarle un mensaje a Key nuevamente agradeciéndole por el trabajo. Tenía entendido que me pagarían lo suficientemente para pagar mi alquiler y subsistir cómodamente. La idea me agradaba. Sin darme cuenta caí en un gran sueño.

 

~~~~~~~~~

 

Había pasado ya un mes y medio desde que había comenzado a trabajar. Estaba aprendiendo muchas cosas en tan poco tiempo. Mi jefe era menos hostil conmigo y cada vez que estaba junto a él me sentía raro, claro eso no lo decía, pero según key, eso no era normal en el.

Key me presentó a sus amigos, eran dos jóvenes muy apuestos; el más alto se llamaba Choi Minho, de la misma edad de él. Al principio tuve la sensación de no agradarle pero cuando solo dije que key era mi mejor amigo su expresión cambio. Sospecho que gusta de key en silencio.

El otro era Lee Taemin, mucho más joven que nosotros, un poco torpe pero muy amigable conmigo.

Todos ellos están en el área de marketing, eran los únicos amigos que tenía.

“Hyung, me gusta tú cabello” Era lo que taemin decía cada vez que podía. No paraba de elogiar mi cabello y otras cosas insignificantes de mí, en realidad me agradaba su compañía. Tuve que seguir soportando las miradas de esas mujeres de la oficina, unas hasta me invitaban a salir pero yo simplemente me limitaba a decirles que no.

 

Hoy era viernes, mi jefe me dijo que debía entregarle un informe completo de los últimos documentos que vimos en una junta, lo que significaba que saldría tarde. Key junto con Minho y Taemin me habían invitado a tomar unas copas en el bar que esta a una cuadra del edificio. Les dije que no podía, así que les desee suerte y nos despedimos.

 

Terminé mi trabajo y vi mi reloj, eran las 9 y media de la noche, apagué y guarde todo y me dirigí a la oficina del señor Lee.

-Pase- hoy no lo había visto en todo el día, pero cuando lo vi me quedé sin palabras. Su cabello estaba despeinado, usaba una camisa azul marino y la llevaba por fuera de sus jeans en conjunto de unos tenis rojos.  Se veía tan juvenil.

-Señor, he terminado los informes- me acerqué a su escritorio y se los di en la mano.

-Perfecto Jonghyun, ¿tienes algo que hacer esta noche?- preguntó solo mirándome fijamente y mordiéndose el labio… Oh, ¿cómo es que no había visto esos labios regordetes antes?

-Yo... yo no tengo nada para hacer hoy señor- no podía quitar la mirada de su labio en el cual pasaba su lengua constantemente.

-Bien, ¿te molestaría ir a cenar conmigo?

-…-  guau. Eso sí que me tomó por sorpresa.

-Señor Kim, ¿me va a hacer esperar?

-No no, señor- dije sintiendo una extraña sensación en mi vientre.

-Me alegro señor Kim- Susurró sonriendo de lado, mostrando su perfecta dentadura.

-Dígame jjong, señor- murmure sin siquiera pensarlo, lo miré alarmado y al ver que él seguía sonriendo, me sonroje a más no poder.

-Bueno jjong, vamos- tomo su chamarra, una de cuero y salimos. ¿Cómo este hombre podía ser el dueño? Solo era un año mayor que yo. ¡UN AÑO! y viéndolo vestido así, hasta menor que yo se veía. El camino hacia su auto fue muy silencioso.

 

Llegamos al estacionamiento y caminamos hasta un BMW negro, realmente era una joya.

-Menudo auto, señor.

-Lo es, entra.

Por dentro era aún mejor, no pude esconder mi fascinación y al parecer él podía notarlo.

-Está re diseñado especialmente para mí.

-Guau, nunca había visto uno igual.

-¿Qué auto tienes?

-Yo no tengo auto, señor.

-¿Cómo vas al trabajo?

-En autobús, señor.

-No me llames señor, me siento viejo-susurro irritado- llámame Onew, tengo entendido que tenemos casi la misma edad.

-¿Onew?

-Onew.

-¿No suena un poco irrespetuoso de mi parte, señor? 

-¡No! -se giró y me miró fijamente, estaba muy enojado.

-Lo… Lo siento, onew.- ni siquiera pude seguir mirándolo, me sentía muy estúpido.

-Bien- suspiro fuertemente y siguió manejando.

Ahora todo el camino fue en silencio, había arruinado todo.

 

Llegamos a un restaurante céntrico muy moderno, en cuanto lo vi supe que yo no encajaba ahí.

Su auto se lo llevó el ballet parking.

Entramos al restaurante, estaba a full de la élite de Seúl, todos reconocían al Señor Le… Quiero decir, a onew. Las mujeres se le abalanzaban y el solo les sonreía, era un poco incómodo para mí y no sé por qué.

-¿Señorita no tiene un lugar más… privado?- preguntó seductoramente a una joven en uniforme, ella rápidamente asintió sin dejar de verlo y nos guió a un salón que estaba apartado de todos los demás en la parte alta, el lugar era impresionante.

-Aquí no habrá quien lo moleste, señor- le guiño el ojo descaradamente y se fue, agh. Se giró hacia mí.

-Jjong, siéntate, ¿siempre eres tan callado?- alzó la ceja y no pude evitar sonreír.

-¿Qué es tan gracioso?- dijo ahora evidentemente divertido.

-No es nada, seño...- me detengo cuando él me mira seriamente- Onew- urjo, mirando mis manos. -Pide lo que quieras, yo pago.

-Yo tengo dinero, no se preocupe.

-Jonghyun -no pude dejar de ver sus ojos cuando dijo mi nombre, sentí un calor que hizo que me ruborizara. Estos sentimientos eran tan extraños para mí.

-No creo apropiado que usted pague por mí.

-Jonghyun, -Oh ese sentimiento otra vez- yo te traje aquí, así que yo pagaré.

Decidí quedarme callado y ojear la carta. Santa madre. Todo estaba carísimo, claro era de esperarse para este lugar, pero definitivamente los precios se pasaban del límite. Opte por una hamburguesa con champiñones, tocino y 3 quesos diferentes. Yumi.

-¿Te parece bien si ya pedimos?- cada que lo veía detenidamente, Me sorprendía lo guapo que podía ser, su fleco caía en su frente de una forma muy delicada que marcaba sus facciones, parecía que su cara había sido especialmente esculpida por un artista.

-¿Jjong?-me sacó de mi trance

-Lo siento, si.- musite avergonzado, si supiera que estaba pensando en el...

 

Llamó a la camarera que llegó como un rayo, no dejaba de parpadearle, me mareaba solo al verla. Tomó nuestros pedidos y volvió a irse dejándonos solos. Esto era incómodo.

-Cuéntame algo de ti.

-¿Ah?

-Lo que sea.

-Mi vida no es interesante, no tanto como la tuya.-puso los ojos en blanco.

-Claro, un niño que siempre tuvo todo, se graduó de la Universidad S y a tan solo a sus 27 años ya tiene su propia empresa. Vaya que es interesante- frunció el ceño

-Más que mi vida lo es- ¿Universidad S? Guau.

-¿En serio no me la contaras?

-Se aburrirá.

-Tú eres el que parece aburrido de mí.

-Oh no Onew, no estoy aburrido.

Rió nerviosamente.

–Entiendo si lo estás. Yo no tengo amigos- sonrió amargamente- por eso…Pensé en salir contigo; quiero decir, somos casi de la misma edad pero no soy bueno haciendo amigos y veo que te aburre estar conmigo, al igual que los demás.

-No, me gusta estar con usted- sin pensarlo dije algo que era verdad, hasta ahora me había dado cuenta inconscientemente. Me gustaba estar con mi jefe. Independientemente que a veces podía ser intimidante, me gustaba observarlo y ver lo inteligente que era.

Sonrió divertido.

- Es muy extraño que alguien me diga eso, al parecer soy odioso- hizo un mohín que me hizo derretirme. ¿Por qué pensaba así de mi jefe?

-No lo es, bueno… Solo a veces- le sonreí intentado aligerar el ambiente, me sentía muy avergonzado por decirle eso de la nada. El se limitó a devolverme la sonrisa.

-Bueno-suspire- Vengo de una familia normal, soy hijo único, no fui tan bueno en mis estudios hasta la universidad. En mis ratos libres me gusta cantar- un fuerte rubor se apoderó de mis mejillas, ni key sabía que yo cantaba.- Por el momento no tengo novia- lo miré fijamente y el hizo una inútil mueca tratando de esconder su sonrisa -Solo tengo un amigo al que considero mi hermano, trabaja en la empresa; de hecho el me ayudó a conseguir el puesto-sonreí al recordar a mi tonto amigo.- y creo que es todo, soy un tipo aburrido.

-Guau, ¿cantar eh?- alzó la ceja y sonrió ampliamente; simplemente preciosa.

- Solo en mi departamento lo hago, no es como si cantara muy bien- agaché la mirada y miré mis manos.

 

La mesera llego con nuestros platillos, claramente ella me atendía de mala gana mientras que con onew cambiaba su tono de voz al más agudo que había escuchado en mi vida, que irritable era.

- Esto está delicioso- el precio valía la pena, casi lamia el plato.

-Es verdad- se veía tan vulnerable comiendo, sus cachetes regordetes por la comida. Totalmente adorable.

 

Una vez que terminamos, la mesera recogió nuestros platos, al parecer se estaba dando por vencida, ya que no perdía el tiempo en atención extra y solo se fue. Me sentía feliz por dentro.

-¿Te gustaría ir a un karaoke?- abrí mis ojos lo más que pude

-¿Karaoke?- Nunca antes había cantado frente a alguien. Nunca.

-Nunca he ido a uno… -Oh, no hagas pucheros por favor- pienso que será divertido.

 

A decir verdad yo tampoco había ido a uno, solo sabía había escuchado las historias de key y lo mucho que se divertía. Después de todo no sería tan malo, ¿cierto?

-Entonces, ¿Que esperamos?- sonrió ampliamente y pidió la cuenta, la mesera se veía irritada y decepcionada de no obtener nada. Me sentía muy feliz. 


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