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Year After Year por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Estoy experimentando con las parejas y el JongYu me gustó mucho en esta ocasión.


Nos estamos leyendo. 

La primera vez que sus miradas se encontraron, fue en la sala de prácticas.


 


Jonghyun estaba ahí conociendo a los chicos que formarían parte del nuevo grupo, uno en el cual él también debutaría.


 


Si era sincero, a Jonghyun no le importaba del todo conocer los rostros, tendría mucho tiempo para eso.


 


Pero entonces llegó.


 


Jonghyun no estaba seguro del por qué quedó paralizado en su lugar, ni por qué devolvió la sonrisa a la persona frente a él.


 


—Lee Jinki. —Jinki, como dijo que era su nombre, se presentó mientras hacia una reverencia.


 


Jonghyun se presentó también, con palabras torpes y reverencias malas. Jinki rió, sin embargo y Jonghyun le gustó eso.


 


Le gusto aún más cuando sus miradas se encontraron y Jinki sonrió. Tenía la sonrisa más espectacular, sus ojos se cerraban de la manera correcta y sus pómulos se alzaban magníficamente.


 


Kim Jonghyun, no estaba enamorado. No fue amor a primera vista lo que sintió por Jinki, pero si fue algo. Algo como tomar chocolate caliente en un día frío, como esa lluvia refrescante en un día caluroso.


 


Algo diferente. Algo que hizo su corazón latir un poco más rápido. Sólo un poco.


 


 


 


La atracción llegó en el primer año como grupo.


 


SHINee había debutado, y habían cautivado a todas las mujeres con sonrisas amigables y canciones bonitas.


 


Jonghyun estaba feliz por eso. Pero había algo que lo hacía sentir diferente, tal vez un poco incómodo, pero también con ganas de gritarle al mundo todo lo que sentía.


 


No era algo malo, decidió, pero sí algo diferente.


 


Era algo que sucedía cuando Jinki estaba cerca. Era la forma en su corazón latía más rápido de lo normal. Era también la forma en que las palabras escapaban de su boca, torpes y desordenadas.


 


Era la forma en que se sentía la persona más importante cuando Jinki sonreía.


 


Pero era diferente porque Jonghyun sentía sus dedos picar cuando Jinki estaba cerca, sentía esa urgente necesidad de tocar su mejilla o delinear sus labios. Nunca lo había hecho, pero en ese momento, mientras él y Jinki cenaban, Jonghyun sentía un enorme deseo de tocarlo.


 


Y lo hizo.


 


Fue algo sorpresivo y delicado. Jonghyun acomodó un mechón de cabello de Jinki, ese que se escapó mientras reía y cayó en su frente. Fue tan rápido y fue tan maravilloso, que él dedo índice de Jonghyun jugó un poco más y acarició tan rápido la mejilla del mayor, que él mismo se sorprendió del gesto.


 


Jinki lo miró entonces desde el otro lado de la mesa, sus pequeños ojos estaban abiertos y Jonghyun creyó ver rastros de sonrojo en sus mejillas. La imagen perfecta.


 


—Jinki. —El nombre abandonó su boca mucho antes que pudiera detenerlo. —Creo que me gustas.


 


Jinki abrió los ojos, un poco más, y entonces sonrió mientras continuaba comiendo como si nada hubiera pasado. Sus manos se encontraron sobre la mesa y se entrelazaron naturalmente y el corazón de Jonghyun latió más rápido como siempre. 


 


—Creo que me gustas también, Jonghyun.


 


 


 


El primer beso no llegó después de su confesión, es más Jonghyun sentía que casi nada había cambiado entre ellos. Tal vez sus miradas eran más significativas y tal vez sus manos se sostenían por más tiempo, pero eso era todo.


 


El beso llegó después del segundo año de SHINee como grupo.


 


Era pasada la media noche y los miembros dormían en la habitación, pero Jinki y él no. Jonghyun lo había arrastrado con él hacia la cocina y había preparado té.


 


Jinki sonrió, de esa manera en que iluminaba un lugar entero y sostuvo su mano fuertemente como el día en que confesó sus sentimientos.


 


Los ojos de Jinki lucían cansados, pero lo escondía demasiado bien cuando sonreía. A Jonghyun le gustaba un poco más por eso.


 


—Tal vez deberíamos ir a la cama.


 


—Tal vez. —Jinki dijo, mientras llevaba la taza a sus labios. —Pero me gusta el silencio a estas horas.


 


Jonghyun asintió en respuesta. No necesitaba de palabras para sentirse cercano a Jinki. No necesitaba una conversación larga para estar cómodos. Jinki y él podían lograrlo con miradas seguras y sonrisas explosivas.


 


No le molestó en ningún momento el silencio, tampoco que Jinki se incorporará y dejará la taza abandonada.


 


Jinki sonrió mientras extendía su mano. Cuando Jonghyun la tomó la necesidad de sentir a Jinki más cerca lo atrapó más fuerte.


 


—Jinki.


 


—¿Qué pasa?


 


Jonghyun sonrió antes acercarse a él. Delineó con su índice los labios de Jinki y entonces estrelló su boca contra esos labios, suave y delicadamente.


 


Era como el cielo, como tocar las nubes, como saltar y caer de golpe. Cuando la boca de Jinki sonrió contra sus labios, Jonghyun guardó ese momento como su más valioso tesoro.


 


Era una mezcla de té y dulce. Dulce como chocolate y fresas, como Jinki y la perfección. El corazón de Jonghyun saltó por ese toque y sus labios se entreabrieron.


 


Fue mágico y rápido, pero a Jonghyun le gustó más que cualquier otro beso del pasado.


 


—¿Esto significa que somos más que amigos?—Jinki preguntó, sus labios a escasos centímetros de su boca. Sus pequeños ojos brillaban y Jonghyun quiso tomar una cámara y guardar ese momento por siempre.


 


—Somos más que amigos, Jinki. Mucho más.


 


 


 


Cuando el tercer año de SHINee se celebró, Jonghyun experimentó los celos.


 


Era la peor sensación, decidió, tener celos. Pero era también una forma de saber lo mucho que Jinki le importaba.


 


Jonghyun descubrió que era un celoso y posesivo. Que le molestaba que alguien más tocara a Jinki, que detestaba que alguien robara sus sonrisas favoritas y que odiaba la atención que Jinki le daba a otros.


 


Entendió después que Jinki era, después de todo, el líder, y que tanto la atención y sonrisas de Jinki también eran de los miembros.


 


Pero que aceptará, no quería decir que estuviera de acuerdo.


 


Jonghyun descubrió que Jinki le importaba más que cualquier otra cosa, cuando miró a Jinki con Kibum. Sus labios estaba peligrosamente cerca y sus miradas no se atrevían a ver otra cosa.


 


Jonghyun odió ese momento.


 


No pensó en nada mientras caminaba hacia ellos. Tomó a Jinki de la muñeca y empujó a Kibum con los hombros.


 


Jinki no replicó y eso le gustó. Caminó hasta su habitación y entonces estrelló la espalda de Jinki contra la puerta.


 


—¿Qué fue eso?—Fijó su mirada en los ojos de Jinki y esperó por un respuesta. Los ojos de Jinki brillaban divertidos y una sonrisa luchaba por escapar de sus labios.


 


—¿Celoso?—Los brazos de Jinki se enredaron en su cuello y con eso Jonghyun se relajó un poco.


 


—Mucho.


 


—Me gusta. —Jinki extendió su sonrisa y entonces lo besó, mientras murmuraba incoherencias contra sus labios. —Dios, Jonghyun, te ves más atractivo cuando estás celoso.


 


Los dedos de Jinki recorrieron su cuello y cuando mordió su labio, a Jonghyun no le importó más qué estaba haciendo con Kibum.


 


 


 


El ‘te amo’ llegó cuando las promociones de Sherlock terminaron.


 


Jonghyun estaba cansando, pero no lo suficiente para tener una de esas conversaciones nocturnas con Jinki.


 


La palabra, y sus sentimientos estaban ahí, merodeando en su mente, gritándole cuando Jinki besaba sus labios suavemente.


 


Quería decirlas tanto, quería sostener en sus brazos a Jinki, y repetirle lo mucho que lo amaba, mientras sus labios se encontraban una y otra vez.


 


La palabra picaba contra sus labios, queriendo escapar, queriendo ser escuchada por Jinki. Pero Jonghyun dudó. ¿Era muy pronto?


 


¿Cuatro años de relación era suficiente para decir tan grandes palabras?


 


—¿Qué sucede?—Jinki preguntó, mientras dejaba caer la cabeza en su regazo. Los dedos de Jonghyun se enredaron natural y fácilmente en su cabello, y jugó, despeinándolo también graciosamente.


 


—Jinki. —Comenzó, con la voz temblando un poco. —Te amo. —Jinki abrió los ojos, igual que como lo hizo cuando se confesó la primera vez. —Y lo siento si es muy pronto. Pero no importa. Jinki, te amo. —Repitió una vez más. —Y sabes qué…


 


Sus palabras murieron cuando encontró su mirada. Los ojos de Jinki brillaban y su boca se curvó en una suave sonrisa. Jonghyun no necesitó más, tampoco Jinki, al parecer. Sus labios se encontraron y se abrazaron fuertemente.


 


El cuerpo de Jinki quedó encima de él, y el peso se sintió realmente bien. Sus manos viajaron al hueso de su cadera y el beso se volvió más mágico, más real, más perfecto.


 


—Pensé que nunca lo dirías. —Jinki susurró contra sus labios. —Te amo también, Jonghyun.


 


 


 


Cuando los besos y las caricias ya no eran suficientes, ellos promocionaban Everybody.


 


Jonghyun no estaba seguro que era lo que le hizo querer más. Tal vez era la nueva imagen de Jinki, con el cabello rubio y los ojos delineados. Tal vez era su sonrisa más atractiva, más seductora. O tal vez era la forma en que su cuerpo se movía en el escenario.


 


O era, sin duda, que era Jinki y sólo él.


 


Las razones podían ser muchas, y a Jonghyun no le importaba. Lo único que quería era sentir Jinki de una forma más íntima, de una manera más romántica.


 


Entonces cuando la agenda terminó por esa noche, y tanto Kibum como Minho habían salido con sus amigos, y Taemin se había marchado con JongIn, Jonghyun arrastró a Jinki hasta su habitación.


 


Los besos fueron rápidos y desesperados. Y Jonghyun sentía como si Jinki supiera lo que estaba a punto de pasar y lo hubiera estado esperado por siempre.  


 


Sus labios se sentían más suaves, más deliciosas, más avasallantes. Su cuerpo quemaba, sus dedos deseaban tocar cada parte de Jinki.


 


—Si continuo, no podré parar. —Advirtió, sin hacer el mínimo movimiento para separarse. Jinki negó con la cabeza, mientras atrapaba con sus dientes su labio inferior.


 


—No quiero que te detengas.


 


Jonghyun no necesitó más. La ropa desapareció momentos después, sus cuerpos se encontraron cuando cayeron sobre la cama. Los besos fueron más duros y románticos a la vez.


 


Sus manos hicieron lo que quisieron, y sus respiraciones se mezclaron suavemente con cada suspiro.


 


Jonghyun amó cada parte de su encuentro. Amó cada parte del cuerpo de Jinki y lo susurró contra su oído una y otra vez.


 


Y cuando el climax los alcanzó y sus respiraciones se aceleraron, Jonghyun abrazó a Jinki como si fuera el último de los abrazos. Y todo fue magnifico.


 


 


 


La peor de las peleas llegó antes de la operación de Jinki.


 


Jonghyun no estaba seguro por qué fue. ¿Fueron celos?, ¿Fue el poco tiempo juntos?, ¿Fue algo que faltaba? No estaba completamente seguro.


 


Jinki estaba descansando y él estaba en el programa de radio. Y cada minuto lejos de él, sabiendo que cuando llegara a casa nada sería igual, lo estaba matando.


 


Dolía tanto que su humor no era el mejor. Dolía tanto que nada tenía sentido sin Jinki. 


 


Jonghyun sentía cada minuto de día como una tortura. Sentía las ganas de gritar y tirar las cosas, y hacerle saber a Jinki que él también estaba sufriendo.


 


No soportaba verlo a lo lejos. No soportaba a estar tan cerca de él, pero sin poder tocarlo y besarlo. Era un infierno.


 


Y Jonghyun decidió no soportarlo aún más.


 


La habitación de Jinki jamás le pareció tan lejana mientras caminaba hacia ahí. Y cuando su mano alcanzó la puerta, tembló. Pedir disculpas nunca había sido tan difícil, pero Jinki merecía sus disculpas y más. Jinki merecía su amor y lo mejor que él pudiera ser.


 


—Jinki, lo siento tanto. —Habló cuando entró en la habitación y sus miradas se encontraron. Jinki lo miró unos segundos, sin ninguna expresión en su rostro, pero después suavizó un poco su expresión.


 


Jonghyun cayó en la cama, a su lado, y sus brazos se enredaron en él.


 


—Lo siento tanto. —Murmuró contra su cuello. —¿Puedes perdonarme?


 


Jinki asintió, mientras las esquinas de sus labios se elevaban. Abrió la boca, dispuesto a hablar y Jonghyun negó con la cabeza, mientras su mano le impedía hablar.


 


—No hables. —Sonrió suavemente, dejando después un beso en sus labios. Dios, cuánto había extrañado besarlo de esa manera. —No puedes hablar, Jinki. Tienes que descansar.


 


Y mientras Jinki asentía y su cabeza caía contra su hombro, Jonghyun se prometió no dejarlo ir ni un solo día.


 


 


 


Cuando siete años pasaron juntos, Jonghyun creyó que era un buen momento para revelar a los chicos su relación.


 


Era algo que Jonghyun deseó hacer siempre. Era algo que después del incidente con Kibum, jamás se habló más.


 


De alguna manera Jonghyun quería hacerlo oficial a los miembros. Quería decirle a cada uno que Jinki era la persona más importante en su vida en esos momentos. Quería hacerles saber que entre ellos había amor y sólo amor.


 


—¿Está listo?—Jinki preguntó, sosteniendo su mano más fuerte.


 


—Lo estoy.


 


Los miembros estaban desayunando, ajenos a ellos y sus manos entrelazadas. Fue Kibum el que miró en su dirección primero, pero no dijo nada más que ‘el desayuno está listo’.


 


—Hay algo que queremos decirles. —Jinki habló, apretando su mano. —Jonghyun y yo estamos juntos. Como pareja. Una relación. Juntos.


 


Kibum enarcó una ceja, mientras su mirada caía de nuevo a sus manos.


 


—Ya sabíamos eso. —Kibum dijo como si fuera lo más natural del mundo. Minho lo miró de una forma extraña, mientras negaba con la cabeza.


 


—¿Lo sabían?


 


—Lo sabíamos, hyung. —Fue Minho él que habló esta vez, sonriendo hacia ellos suavemente. —Sólo esperábamos que lo dijeran. Perdonen a Kibum, no es bueno con las palabras.


 


Kibum lo golpeó en el brazo, pero una sonrisa escapó de sus labios mientras miraba a Minho.


 


—¡Felicidades! —Taemin dijo. —Supongo.


 


Jonghyun miró a Jinki, éste le sonrió. Y desde que debutaron como un grupo, Jonghyun se alegró de tenerlos a ellos como miembros.


 


 


 


Fue en el octavo año como grupo, que una pelea más fuerte llegó.


 


Era algo que Jonghyun no pudo evitar. Era algo que ninguno de los dos podían evitar.


 


Jinki y él no podían salir a la calle tomados de la mano. No podían salir a ver películas ni besarse un público. No había un ‘ellos’ para otros ojos.


 


Y Jinki estaba cansando y Jonghyun también. Y cuando la idea de dejar el grupo lo atacó, Jonghyun no dudó en decirle. Pero pensar era más fácil que hacer. Y dejar el grupo tampoco era lo mejor para ellos.


 


—Ya no puedo más, Jinki. —Habló cuando la noche cayó sobre ellos. —Ya no sé cuánto más pueda soportarlo. ¡Maldición!


 


Vio el dolor cruzar los ojos de Jinki, observó la manera en mordió su labio inferior y como quería decir algo.


 


—Tal vez no funcionará nunca. —La voz de Jinki era suave como siempre y lo acarició tan delicadamente como la mejor canción de cuna. —Tal vez es el momento de terminar todo.


 


Pero Jonghyun no quería. Quería que Jinki dejara todo con él y enfrentarse al mundo y la empresa.


 


—¿Es eso lo que quieres?


 


—No. —Sonrió de manera triste, que hizo a su corazón doler. —No es lo que quiero. Pero si no hay otra manera, qué puedo hacer.


 


—No quiero perderte. —Jonghyun caminó hacia él. Deshizo el espacio entre ellos y acunó su rostro contra sus manos. —Te amo, Jinki.


 


—También yo. —Jinki sonrió de esa manera que hacía a su corazón doler y saltar de la alegría. —Pero si no puedes soportarlo, no puedo retenerte a mi lado.


 


Fue entonces cuando todo cayó sobre Jonghyun, pero fue también entonces cuando todo salió de sus hombros. Amaba a ese hombre y esperaría por el toda su maldita vida si era posible. Si el premio era Jinki al final, entonces lucharía contra todo y todos para tenerlo con él y sólo con él.


 


—Puedo hacerlo. —Jonghyun rozó sus labios suave y cariñosamente. —Esperaría toda una vida por ti.


 


 


 


Fue en el noveno año como un grupo, cuando Jonghyun se dio cuenta de todo el amor que tenía hacia Jinki.


 


No es que antes no lo supiera, pero reconocer eso, era un paso más a su madurez. A una relación más madura, a no sólo ser un noviazgo.


 


Jonghyun nunca pensó en el futuro, jamás se dedicó a pensar qué pasaría cuando todo acabara y cada uno tomara caminos distintos. Fue en ese momento que la realidad cayó sobre él.


 


No quería a Jinki sólo mientras SHINee estuviera activo. Lo quería en su cama todas las noches. Lo quería por las mañanas de domingos con besos perezosos y caricias torpes. Lo quería para ver películas y dejarlas olvidadas a la mitad.


 


Quería besarlo hasta al amanecer y amarlo toda la noche. Quería sostenerlo por siempre en sus brazos. Quería amarlo siempre y toda la vida.


 


—Múdate conmigo. —Escapó tan fácil esa declaración que tuvo miedo. Pero tener miedo estaba bien, era natural y Jinki lo valía.


 


—¿Qué?—La sorpresa bañó el rostro de Jinki y era adorable, pensó. Jinki era malditamente adorable.


 


—Mudémonos juntos. —Repitió, una sonrisa bailando en sus labios. —No ahora, pero cuando esto termine. Cuando las luces se apaguen, cuando seamos solo tú y yo.


 


—¿Estás tan seguro de estar conmigo hasta que todo se acabe?—Jinki sonrió, sus ojos brillantes y expectantes.  


 


—Jinki, yo estaré contigo cuando todo esto acabe y después de eso. Yo te quiero conmigo siempre.


 


Jinki sonrió, antes de estrellar su boca contra sus labios. Jonghyun enredó sus manos en su cintura, y fue entonces cuando lo escuchó. Jinki murmuró un ‘sí, mudemos juntos’ y Jonghyun no podía estar más feliz.


 


 


 


Fue en el décimo año que las luces se apagaron. Fue en el décimo año cuando los escenarios dejaron de brillar y Jonghyun sintió que la segunda parte de su vida y, tal vez, la más importante comenzaba.


 


Minho y Kibum habían dado a conocer su relación y vivían juntos, y Taemin seguía bailando y cantando como si nada hubiera terminado para él. Y entonces estaba él.


 


Él y Jinki estaban juntos. Vivian juntos.


 


Jonghyun tenía lo que siempre había querido. A Jinki con él por el resto de su vida.


 


Lo tenía con él por las mañanas, lo tenía con él por las noches. Lo besaba después de su primera taza de café, lo abrazaba cada día después del trabajo. Le decía lo mucho que lo amaba por las noches y lo sostenía contra su cuerpo en cada ocasión.


 


Y cuando lo besaba y le susurraba todas las noches lo mucho que lo amaba, Jonghyun creía que la mejor parte de su vida estaba por comenzar.


 


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