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Cadenas por antares10

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Notas del fanfic:

Hola! mis querids niñs!

Tenia ganas de escribir algo y pense en nuestro bello Yeye!

No se por pero tengo una debilidad por Yesung fragíl y no pude evitarlo! lo siento.. :)

Notas del capitulo:

Hola Nens!


Este fic lo había subido hace algun tiempo pero gracias a un comentario me di cuenta que se había producido un error! Any gracias por hacermelo notar


Esta resubido y corregido; pero siempre pueden encontrar aulgun errorcito así que si los ven espero me los hagan saber.

Cadenas

Cualquiera que pasara frente a esa lujosa habitación podría escuchar los lamentos que de ahí salían…

Su vida era un tormento

¿Qué había hecho en su vida pasada para merecer la vida que actualmente llevaba?

Eso eran los pensamientos de un atractivo joven pelinegro cuyos ojos alegres en el pasado ahora únicamente dejaban salir lágrimas de dolor e impotencia mientras era ultrajado por su amo, sin amor únicamente la lujuria y la violencia dominando el momento.

-Mi hermoso Yesung- murmuraba en su oído su verdugo mientras arremetía más fuerte en su interior, su amo; Kyuhyun, un hombre realmente atractivo cuya belleza física lastimosamente no alcanzaba la interior; de tez pálida, alto, cuerpo trabajado, cabellos castaños que invitaban a acariciarlos, facciones varoniles que robaban el aliento. Un hombre ante el que cualquiera caería y que sin embargo se volvía débil ante el cuerpo de su esclavo, quien en esos momentos gemía de dolor

-Basta por favor- pedía el pelinegro derramando amargas lágrimas intentando soportar el maltrato físico al que era sometido

-Nunca mi juguete, nunca- respondió lamiendo lascivamente el lóbulo de la oreja mientras se corría en el interior del esclavo dejándose llevar por el éxtasis post orgasmo que le era otorgado, saliendo minutos después del apretado interior que le albergaba, observando instantáneamente como su víctima se encogía a sí mismo en posición fetal – Deja de llorar- espeto molesto escuchando los irritantes sollozos - Deja de llorar- repitió -Esto sucede por andar de cualquiera, explícame quien te ha otorgado el permiso de interactuar con mi servidumbre- increpo molesto recordando como por la tarde había encontrado a su más bella posesión riendo con uno de sus sirvientes, jamás había sentido una molestia tan grande, sabía bien que era una tontería más sin embargo observar esa deslumbrante sonrisa dirigida a alguien que no era él le parecía totalmente inconcebible, eso le nublo el juicio completamente, por lo que aun impropio de su actuar mando a dar 100 azotes a ese sirviente irrespetuoso sin embargo a Yesung no podía castigarle así, odiaría ver su perfecta piel marcada por un látigo y en su estado tampoco podía hacerlo además para el habían castigos más satisfactorios. No obstante no podía evitar el sentir remordimiento al ver tan desolado e indefenso a su esclavo sin importar que el mismo fuera el causante de su dolor.

-Puedo retirarme por favor- pidió en un susurro el menor, quien en esos momentos solo deseaba refugiarse en la seguridad de su pequeño dormitorio rogándole al cielo que su amo diera por concluido el castigo. Nunca podría olvidar como llego a ese suplicio

Flashback

Un hermoso joven de 16 años se encontraba limpiando el pequeño lugar donde el hombre que era su dueño le mantenía recluido, un individuo despiadado que se encargaba de negocios ilegales, intercambio de información, trata de esclavos y de otras cosas que prefería ignorar, por azares del destino él era uno más de sus sirvientes, hacia unos meses su padre le había entregado como pago de su deuda; dejándole a merced de ese hombre, tenía más que claro cuál sería su futuro pero aun así siempre intentaba mantenerse optimista por los más pequeños que habitaban junto a él, intentando protegerles hasta donde podía.

Así el tiempo transcurría monótono hasta ese fatídico día en que su vida daría un giro…

Esa mañana los eventos que sucedieron fueron totalmente confusos para el mayor.

Un atrayente hombre se presentó en el lugar irradiando poder a su paso y por la forma en que todos se inclinaban ante él y la cantidad de escoltas que le acompañaban dedujo que se trataba de un hombre importante. Todo lo que aconteció después fue un caos; aparentemente eran hombres del rey. Traían una simple orden: querían la cabeza de su amo y de todos lo que le acompañaban. Unas cuantas palabras, órdenes y todo se volvió un desastre, disparos se escuchaban por doquier, explosiones y pronto no quedaban más que escombros; todo a su alrededor mostraba muerte y desolación; únicamente él y el pequeño que sostenía entre sus brazos habían sobrevivido al esconderse en un túnel subterráneo rogando no ser encontrados. Mas sus plegarias no fueron escuchadas; los sollozos del menor alertaron a los guardias de su presencia. Pronto fueron llevados ante el hombre que había visto por la mañana, ambos de rodillas sobre el suelo sin atreverse a mirarle

-Así que pensabas ocultarte pequeña cucaracha-  expresó mientras tomaba por el brazo al muchacho sorprendiéndose momentáneamente al ver la belleza que era ese chico; perdiéndose en sus ojos negros. Sus miradas se entrecruzaron momentáneamente, ambos estudiándose mutuamente por unos segundos hasta que el castaño mostrándole una sonrisa que no supo descifrar se dirigió a uno de sus hombres.

No notar sus intenciones fue su primer error…

Un intercambio de palabras con uno de sus hombre y él junto al pequeño de 10 años de nombre Donghae pasaron a ser propiedad de su nuevo amo por lo que encadenados de manos y pies fueron llevados a su nuevo hogar.

Al llegar a la imponente mansión inmediatamente fueron llevados a un pequeño cuarto donde fueron aseados, tallando hasta el último rincón de su cuerpo, posteriormente vestidos y perfumados. Esas acciones alertaron los sentidos del mayor quien ya tenía una idea del por qué los estaban arreglando así

-Querido Hyung empezaremos una mejor vida ¿Cierto?- preguntó algo inseguro el bello niño que le acompañaba

-Donghae- llamo suavemente Yesung

-Dime hyung- contesto el aludido con una sonrisa; su intención era decirle al más pequeño la realidad de lo que probablemente les esperaba sin embargo no pudo hacerlo, al ver sus facciones infantiles e inocentes supo la respuesta

-Claro que si mi niño, todo mejorara para ti- respondió mientras le estrechaba en sus brazos; no permitiría que nadie le arrebatará la inocencia al menor, él se encargaría de protegerle a toda costa y con esa decisión en mente se dejó peinar dócilmente pensando en la mejor manera de cuidar a su pequeño.

Decir esas palabras había sido su segundo error…

Luego de terminar con ellos los dejaron encerrados nuevamente con la advertencia que muy pronto su nuevo amo bajaría. Donghae intentaba distraerle con su charla infantil sin embargo no podía dejar de sentirse intranquilo tensándose inmediatamente al sentir la puerta abrirse, dejando ver al imponente hombre en el marco de la puerta observándoles detenidamente dirigiendo su mirada primero al menor.

Observo la lujuria con la que inspeccionaba al más pequeño tanto que sintió asco no obstante esa sensación fue rápidamente reemplazada por el miedo que se apodero de él cuando le vio acercarse al niño tomándole fuertemente del brazo para llevárselo; esa acción reafirmaba su decisión de protegerle por lo que hablo sin pensarlo

-Amo- llamo suavemente a su nuevo señor quien inmediatamente desvió su atención a él, escuchando por primera vez esa voz tan atrayente que poseía el pelinegro

-Por qué un esclavo está hablando sin mi permiso– se burló

-Por favor, yo haré lo que usted desea pero por favor no toque a Donghae- pidió poniéndose de rodillas viendo al suelo, ignorando la inspección a la que era sometido y es que el joven era una belleza, pelinegro de ojos oscuros, atrayentes que mostraban bondad y alegría, facciones que a pesar de la edad se mostraban algo infantiles pero no por eso menos hermosas.

-Por qué debería de hacerlo, de igual manera harás lo que yo deseo quieras o no- increpo con una sonrisa maligna, hasta donde llegaría su nuevo esclavo por proteger a ese niño, se divertiría averiguándolo

-Por favor- rogo nuevamente inclinándose aún mas

-Estas dispuesto a cumplir hasta el mínimo de mis caprichos si no hago daño a este niño- interrogo

-Lo que usted desee a cambio del bienestar de Donghae- afirmo sin duda alguna en su voz

-Y que te da la certeza que cumpliré lo que me pides-  añadió con una expresión perversa en su atractivo rostro

-Confió en usted- murmuro quedamente sabiendo que eso era lo único que le quedaba sin embargo esas palabras sorprendieron al mayor

-De acuerdo tienes mi palabra, nadie tocara a este niño pero ante la primera desobediencia se acaba nuestro acuerdo- expreso tomándolo bruscamente del brazo haciéndole levantarse para llevarlo con él

Lo supo, aceptar ese trato había sido su tercer error…

Le siguió por los interminables corredores sin oponer resistencia alguna, simplemente aceptando su destino después de todo él ya no tenía nada que perder, mientras el menor permaneciera bien él estaría bien. Fue llevado como el prisionero que era, escuchando los murmullos desdeñosos de aquellos que sabían cuál era la fortuna en sus manos, aceptándolo…

Una vez dentro de la habitación fue lanzado sin delicadeza al colchón; el pelinegro estaba asustado e inconscientemente intento huir de su destino, resistiéndose a los besos violentos logrando únicamente que Kyuhyun se molestara golpeándole fuertemente el rostro

-Dijiste que cumplirías mis órdenes y no lo estás haciendo, aun puedo arrepentirme e ir por ese niño; lo sabes cierto- amenazo

-No, por favor yo lo lamento– se disculpó dejando su cuerpo a disposición de su amo sintiendo sus manos desgarrándole la ropa, separando sus piernas y sin poder evitarlo gritó al ser penetrado rudamente , sintiendo a su nuevo señor tomarle sin importarle nada más que su propia satisfacción, sin tomar en cuenta el dolor que sentía. Mas fue el rostro infantil de Donghae el que acudió a su mente mientras le sentía moverse en su interior, teniendo la certeza de que estaba haciendo lo correcto.  Desde esa noche Yesung le pertenecía, así se lo hizo saber esa noche y las que seguirían convirtiéndose en el juguete preferido de su amo.

De ese fatídico día había pasado un año ya y nada había cambiado por el contrario…

Un beso en su hombro lo despertó de sus recuerdos haciéndole retroceder asustado observando al más alto demasiado cerca de su rostro

-Te quedaras conmigo esta noche- ordeno sintiendo al menor tensarse ante sus palabras

-Por favor quiero ver a Donghae ha de estar asustado por lo que sucedió- murmuro suavemente cerrando sus ojos esperando un golpe por su atrevimiento

-He dado una orden- expreso molestó sin saber por qué sentía esa incomodidad cuando Yesung mostraba interés en ese chiquillo apresándole fuertemente entre sus brazos sintiéndole tenso ante sus acciones, no podía culparle sin embargo tampoco se privaría de tocar ese cuerpo que le encantaba y que ahora estaba aún más luminoso.

Hacia unos días había notado a su esclavo enfermo, demasiado pálido, lo poco que comía lo expulsaba y él no podía permitir que su capricho se enfermara por lo que llamo a su médico personal y después de una exhaustiva revisión le habían dado un diagnostico que no esperaba, se había enterado que sería padre; y contrario a lo que podría esperarse de un hombre que se consideraba no tenía corazón él se sentía totalmente feliz con la noticia, ignorando que ese acontecimiento había destruido aún más al pelinegro. Una mano se deslizo por el vientre ligeramente abultado de su acompañante haciéndole removerse incomodo ante la caricia, más el mayor no se detendría ese era un derecho que le correspondía

-Quédate quieto- susurro sobre el oído contrario

-Lo lamento- contesto Yesung sintiendo las suaves caricias, su amo era realmente atractivo; sabía que hombres y mujeres deseaban estar en su cama, lastimosamente el no; rememoro el cambio brutal que había dado su vida en ese tiempo sin embargo todo había valido la pena y no se arrepentía no obstante un sentimiento nuevo se instaló en su pecho, sin poder evitarlo nuevas lagrimas escaparon furtivas de sus ojos

-Que te sucede ahora- increpo Kyuhyun totalmente irritado

-Te odio- murmuro por primera vez dejando salir sus sentimientos, sintiendo inmediatamente una fuerte bofetada logrando que un hilillo de sangre resbalara por la comisura de su labio

-No te atrevas a repetir eso nunca más- ordeno intentado controlarse, sabía que no podía lastimarlo en el estado en que se encontraba – Acostúmbrate a la idea que eres y serás únicamente mío

-Lo sé, me lo recuerda cada noche mientras me toma con violencia- dijo sintiendo un nuevo golpe en su rostro más fuerte que el anterior

-Eres mío, tú mismo lo decidiste así, tu cuerpo es mío para servirme, para tomarlo, para hacer con él lo que yo quiera, haz entendido

-Si amo soy suyo por obligación- contesto nuevamente, por una vez en su vida quería decirle a ese hombre todo lo que guardaba su corazón sin poder continuar al sentir un golpe propiciado por el mayor en su cabeza sumiéndole pronto en el mundo de la inconciencia sin llegar a observar la mirada horrorizada del mayor ante su acción, jamás le había levantado la mano con la violencia en que lo había hecho, que estaba sucediendo con él, nunca se había comportado así; porque le molestaban tanto las palabras de Yesung..

Sí; él ya conocía cuál era la respuesta…

Sin más se aseguró que a pesar del golpe el pelinegro estuviese bien y acomodándole en la cama;  salió molesto de la recamara necesitaba pensar…

Horas más tarde Yesung despertaba totalmente adolorido, su cabeza punzaba sin misericordia amenazando con estallar en cualquier momento eso acompañado de las molestias nauseas matutinas hacían su despertar deplorable, con gran esfuerzo abrió sus ojos arrepintiéndose instantáneamente de su acción sin embargo una voz lo obligo a despertar

-Hyung, como te sientes- llamo suavemente el pequeño niño que amaba

-Donghae ¿Qué haces aquí?- interrogo temeroso sabiendo las consecuencias que podrían haber si Kyuhyun encontraba al menor ahí

-El amo me dio permiso de estar contigo, me dijo que aún no habías despertado y que te trajera el desayuno- respondió con su sonrisa infantil, feliz de estar con el pelinegro - ¿Cómo amaneció mi hermanito?- interrogo acariciando suavemente al mayor haciendo reír al más alto con las caricias - Come Hyung- pidió acercando la bandeja con la comida preparada, más el aludido negó suavemente, no tenía hambre –Por favor, no quiero que el amo se moleste y te castigue nuevamente- pidió esta vez con una seriedad impropia para su edad mientras acariciaba el hematoma que se estaba formando en la mejilla del mayor; sin embargo nuevamente el embarazado negó -¿Por qué lo haces? Sabes lo preocupado que estaba, tienes una idea acaso de lo importante que eres para mí Hyung, tú y mi hermanito son lo único que tengo y no quiero perderte, obedece al amo por favor, no dejes que te lastime más- pidió en un susurro limpiando las lágrimas que resbalaban por las regordetas mejillas del más alto – Te lo ruego, no lo provoques- murmuro abrazándole intentando transmitirle un poco de protección a su frágil Hyung, él no era tonto desde el principio supo que Yesung se había sacrificado por él y se había prometido que lo cuidaría, le retribuiría con creces lo que había hecho por él – Hyung puedo hacerte una pregunta- cuestiono algo incómodo unos minutos después

-Por supuesto Donghae; ¿Qué deseas saber?-

-Estas feliz con la llegada del nuevo bebe- inquirió temeroso por la respuesta, dejando sorprendido al mayor ¿Feliz? Ni siquiera lo había pensado, llevando sus manos a su vientre sonrió un poco sorprendiendo al castaño con su acción

-Creo que si Donghae- respondió sacudiendo los cabellos contrarios sonriendo aún más, claro que sí, su bebe no tenía la culpa de nada y él le daría todo el amor posible, le daría lo que a él le fue negado

-Hyung tú crees que…- el menor iba a preguntar más sin embargo la puerta se abrió dando paso al castaño que había escuchado la última parte de la conversación sin poder evitar que una sonrisa se escapara de sus labios

-Amo- se inclinó Donghae inmediatamente

-Retírate de inmediato- ordeno

-Por favor no…- más fue interrumpido por el más pequeño intuyendo las palabras del pelinegro- Hyung te veré más tarde, si- se despidió dando una sonrisa buscando tranquilizar a su mayor quien sin poder evitarlo al quedarse solo comenzó a temblar ni siquiera podía levantar la mirada, temía de ese hombre que le observaba, temía a esa faceta que solo mostraba con él y sus enemigo; puesto que Yesung se había dado cuenta que con el resto de las personas que estaban bajo su mando era amable y gentil ¿Por qué él no podía sentir esa amabilidad?¿Tan poco valor tenia para su amo? Se preguntó saliendo de sus cavilaciones al sentir una mano que le acariciaba la mejilla lastimada mientras la otra acariciaba suavemente su abdomen, observándole a los ojos por primera vez, observando esa sonrisa boba que mostraba en esos momentos, sonriendo porque sería padre y sin saber porque acaricio suavemente los cabellos castaños dejando completamente asombrado al mayor puesto que Yesung jamás le había tocado así...

-Amo ¿Qué es lo que deseas de mí?- pregunto por primera vez deseando una respuesta

-¿Qué deseo? – A ti pensó inconscientemente, mas fueron otras las palabras que salieron de su boca -No comprendo tu pregunta tu así lo deseaste, no querías ser tú en vez de ese chiquillo-  respondió cínico intentando esquivar la pregunta de su esclavo al darse cuenta de la respuesta a esa incógnita

-No es de mi total agrado; lo sabe ¿cierto? Pero también estoy cansado de pelear es por eso que le pregunto nuevamente ¿Qué es lo que desea de mí? ¿Solo desea mi cuerpo? ¿Ahora a mi bebe? Solo quiero entenderlo, porque supongo que esto será hasta que muera ya que no volveré a ser libre ¿Verdad?- musito

-Nunca, ya lo sabes- respondió besando los suaves labios que por primera vez no mostraban resistencia ante su toque, sabía que era egoísta pero no le daría su libertad. Sintió las pequeñas manos de Yesung posarse sobre sus hombros otorgándole el permiso que jamás había sido otorgado puesto que en todo momento había sido a la fuerza.

-¿Por qué? – pregunto separándose ligeramente

-Se lo dije mi señor estoy cansado de pelear- contesto besándole nuevamente y Kyuhyun observo por primera vez a Yesung como alguien entregado a él y esa sensación le gusto, amo la sensación de tener el cuerpo del pelinegro así, sin golpes ni lágrimas de por medio únicamente disfrutando de tener el cuerpo contrario a su disposición, marcando nuevamente ese cuerpo que se había convertido en su adicción, minutos después permanecían ambos desnudos mientras el mayor acariciaba suavemente las mejillas del menor que había quedado exhausto, durmiendo sobre su pecho, observando las apacibles facciones entonces lo supo

Estaba totalmente perdido…

No era Yesung quien había perdido su libertad si no él mismo a manos de su esclavo…

Notas finales:

Espero lo hayan disfrutado así como yo lo hice escribiendolo! :)

Se aceptan criticas, sugerencias y demás

Nos leemos pronto

Un abrazo


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