Eras un acosador … eso pensé cuando te conocí , o simplemente esa era tu forma de tratar a tus amigos en ese momento no lo sabía, me sentía un poco incómodo ante tu comportamiento hacia mi …, nos hicimos amigos hace poco… pero todo gracias a tu insistencia, yo era feliz con las 4 personas con las que hablaba, las conocía prácticamente de toda la vida y ellos eran mis únicos amigos, todos me preguntaban por qué no me relacionaba con otras personas o porque nunca había tenido novia o novio, pero eso en mi vida aun no era importante y con mis amigos y nuestros juegos toda mi vida era completamente feliz, claro hasta que llegaste tú… con tu presencia me sentía un poco celoso, mis amigos te prestaban más atención a ti que a mí, y tú con tu mala costumbre de besar a todo el mundo o bueno a nosotros 5 lo hacías y muy seguido, pero poco a poco esos celos comenzaban a desaparecer y me agradabas cada vez más … siempre pensaba que faltaba algo en nuestra amistad, tú eras cuidadoso con todos menos conmigo, a mí solo me hacías bromas o me dabas algún beso de la nada pero nada más hasta que un día de regreso a casa me cambiaste esa impresión
- Andy cuidado – te escuche gritar antes de sentir un jalón en mi brazo haciéndome caer encima tuyo – pequeño no te diste cuenta del coche? – yo solo sacudí mi cabeza en negación – ya párate que pesas – dijiste sonriendo
- Lo siento Min woo – estaba tan absorto en mis pensamientos que no me había fijado en el coche
- No pasa nada pequeño – alborotaste mi cabello y por alguna extraña razón mi corazón se aceleró – no te lastimaste? – dijiste revisando mis brazos
- No – eso salió como muy despacio que me sorprendió que me escucharas –estoy bien … Gracias – sonreí para que no te preocuparas
- Vamos te llevare a tu casa – solo asentí, mi corazón no dejaba de latir muy rápido y se aceleró más cuando cogiste mi mano – enserio estas bien? – preguntaste y no sabía a qué venia eso
- Sí, porque?
- Estas rojo Andy y no quieres caminar, enserio no te duele algo?, si gustas te puedo cargar? – dijiste acariciando mi mejilla y mi cuerpo se paralizaba cada vez mas
- Dijiste que peso mucho – reí para evitar mi nerviosismo
- Era broma, pero si gustas te cargo yo no tengo problema – te agachaste para cargarme
- Deja eso, si puedo caminar – solté mi mano de la tuya – vamos que tengo que llegar rápido – dije comenzando a correr.
Corrimos hasta llegar a mi casa, éramos vecinos por eso todos los días veníamos juntos, claro si uno de los chicos no nos quería acompañar, te despediste de mi deseándome una linda tarde, recalcándome que mañana vendrías por mi temprano y tu habitual beso en la mejilla. Toda la tarde no pude dejar de pensar en por qué mi corazón se aceleró de pronto, en el porqué de mi actitud, que sucedería mañana que te vea… todo eso rodeaba en mi cabeza, pero solo tendría que esperar hasta mañana para aclarar mis dudas.