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¡Happy birthday to you! (One Shot) por Iqui25

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Notas del capitulo:

Disfruten su lectura ^^

-          ¡Happy birthday to you! – los cinco matokis cantaban para su comandante, Himchan. Ya que se encontraban aun en su gira por América, les pareció más adecuado cantarle en ingles que en coreano.

 

Al final, todos aplaudían y gritaban felicitando a su compañero. Ya cumplía 24 años, 25 según la edad coreana. Partieron el pastel, y repartieron refresco entre los invitados. Todos estaban algo apretados ya que la celebración la hicieron en el cuarto de hotel, que Himchan y Yongguk compartían. Todos platicaban animadamente con los otros. Himchan recibía los abrazos y palmadas de felicitaciones. Pero algo no le gustaba, sentía que algo faltaba en aquel lugar. Miro a su alrededor, buscando a sus compañeros de grupo: Zelo, Jongup, Youngjae, Daehyun, todos estaban, excepto… Yongguk. Habría jurado que el mayor también estaba ahí, bueno él también le canto y felicito, pero ¿porque no estaba en ese momento?

 

Se disculpó con los demás,  diciendo que iría al baño. Salió de la conglomerada habitación y recorrió el pasillo buscando rastro de  Bang. Bajo hasta el lobby, esperando hallarlo en aquel lugar, su sexto sentido le decía que lo encontraría ahí y no se equivocó. Sentado en uno de los sofás más apartado de la concurrencia que entraba y salía del hotel. Se encontraba sentado Bang. El chico tenía los ojos cerrados y los auriculares puestos. Himchan sonrió al ver que el chico movió el pie al ritmo de la música que de seguro salía de las pequeñas bocinas. Tomo asiento en el sofá de enfrente, no hizo ningún intento por llamar la atención del otro, solo quería observarlo. Quería grabar en su mente, ese rostro relajado, tranquilo, en paz. Rostro que hacía ya algún tiempo no mostraba el mayor debido a la intensa carga de trabajo que habían tenido los últimos meses. Recargo su cabeza sobre el brazo del sofá, seguía admirando cada detalle del otro. Un suspiro salió de sus finos labios, acompañado de una pícara sonrisa. Algo se le había venido a la mente, algo en lo cual, Bang estaba involucrado. Pero, ¿el otro aceptaría? Fijo su vista en el suelo, dándose valor para captar la atención del otro y convencerlo de aquella idea. Simplemente no se atrevía.

 

Habían pasado 15 minutos desde que  Himchan se había sentado frente a Bang. Bang había sentido la presencia de una persona cerca de él. Supo de quien se trataba cuando el aroma del otro llego a sus fosas nasales. Permaneció en silencio esperando que el otro fuera el primero en hablar. Sin embargo, no pasó nada. Varios minutos más y seguían sin decir nada, él aún mantenía los ojos cerrados, la música había dejado de sonar ya hacía tiempo y podía percibir los suspiros saliendo de la boca de Himchan. Se estaba impacientando, si no abría los ojos se quedaría dormido. Percibió el movimiento de la persona sentada frente él, se había puesto de pie y tenía la intención de alejarse. Abrió los ojos y su  mirada dio justo con la espalda del menor, quien se disponía a irse. La acción de Bang fue más rápida que la huida del otro. Lo tomo de su muñeca, haciendo al otro voltear. Ambos pares de ojos se encontraron. No era la primera vez que se miraban directamente a los ojos, pero en ese momento fue diferente. Himchan escucho el “tum tum”  que su corazón siempre hacía, cuando tenía tan cerca a Bang. Bang por su parte, por primera vez se ruborizo ante la mirada del otro chico, pero le fue inevitable, esas dos orbes oscuras le hicieron perderse en otra dimensión, una dimensión que, quizás, deseaba explorar.

 

Himchan noto ese rubor en el rostro ajeno. Vislumbro un rayo de esperanza, así que se dio valor para contarle a Bang, esa loca idea que minutos atrás había tenido. Volvió a sentarse en el sofá, sin apartar en ningún momento su vista del otro. Bang hacia lo mismo, se sentía atraído por los movimientos de Himchan. Comprobando que no había nadie cerca, acerco su rostro a Bang y susurro en su oído. Ni 5 minutos pasaron, cuando Bang se levantó de su asiento y junto con Himchan se encaminaron al ascensor. Ni una palabra fue pronunciada por ellos durante su trayecto. Ambos tenían muchas preguntas en sus cabezas, uno se preguntaba hacia donde se dirigían, el otro si podría ser capaz de llevar a cabo su plan, sin retractarse en el último minuto. El timbre del ascensor los saco de su ensoñación. El tablero del ascensor marcaba el último piso del hotel, piso que tenía una hermosa terraza, desde donde se podía mirar toda la ciudad. Himchan había olvidado el motivo por el que se encontraban ahí, al verse atrapados por la majestuosidad del panorama. Aprovechando la hermosa imagen delante de ellos, Himchan le contó a Bang el motivo por el que lo había llevado ahí – Un beso, quiero un beso de cumpleaños – Bang estaba confundido, ¿un beso? ¿De quién? – un beso tuyo – respondió Himchan a la pregunta no formulada de Bang.

 

Si fuera físicamente posible, los ojos de Bang se hubieran salido de sus orbitas al escuchar aquellas palabras. Su mejor amigo, compañero de grupo, le pedía un beso, sin contar que ambos eran hombres. Esperaba hallar algo que le indicara que era una broma, pero nada, la seriedad del otro chico, abrumaba a Bang. Conocía a Himchan y aunque siempre mostraba ese lado infantil a los demás, él conocía su lado serio, tal como se mostraba ahora mismo.

 

 El silencio de Bang comenzaba a desesperar a Himchan, estaba dudando sobre si había sido buena idea hacerle tan descabellada petición, pero ya no había vuelta de hoja. Intento salir lo menos humillado, mostrándole aquella sonrisa practicada, que mostraba a las babyz en los conciertos, esa sonrisa que, no porque no se sintiera agradecido por su apoyo, a veces era forzada. – Te lo has tomado muy apecho. Solo era una broma. Volvamos con los otros – Dio media vuelta y se disponía a atravesar la puerta, lo más rápido que sus piernas se lo permitieran. Con cada paso que daba, sentía algo sonando en su interior. Era su corazón, hecho pedacitos, que chocaban contra su pecho en cada movimiento que daba.

 

Bang miraba como se alejaba su amigo. Estaba estático, si la petición de Himchan le había causado sorpresa, ver los hilillos cristalinos bajando por las mejillas del otro, le causo una mucho mayor. Sí, porque sin que el mismo Himchan se percatara y lo deseara, las lágrimas ya habían brotado una tras otras de sus ojos. Aun creía que el tema del beso, era inapropiado, aun así, ver a alguien tan preciado para él, llorar de esa forma, era insoportable. Mando a un rincón de su mente la razón, la moralidad y el buen juicio, alcanzó al pelinegro antes de que este saliera de la terraza. Lo estampo contra la pared, sosteniéndole las muñecas a cada lado de su cuerpo.

 

Ahora era Himchan quien se encontraba aturdido. Un tanto por el golpe contra el muro y otro tanto por la brusquedad de Bang. – Yongguk? ¿Tan horrible te ha parecido mi petición? Ya te he dicho que ha sido solo una broma – Los nervios atacaban a Himchan, temía haber arruinado algo tan importante, como lo era su amistad con el mayor. – Si todo es una broma, entonces, ¿por qué lloras? – Bang soltó los brazos del otro, aún mantenía la vista en sus pies. Al sentirse libre, Himchan llevo sus manos a su rostro, topándose, con que era cierto lo que Bang decía, lloraba. ¿Pero en qué momento él había comenzado a llorar? Las lágrimas hicieron acto de presencia, justo en el momento en que miro el rostro descolocado del otro ante su petición, dándose  cuenta que nunca sería correspondido.

 

Levanto la cara y suspiro – No importa cuán descabellados sean tus caprichos, al final he de ceder. No sé qué esperas de esto y la verdad no quiero saberlo, al menos no ahora. – delicadamente atrajo hacia si el rostro de Himchan, junto su labios con los suyos, sintiendo inmediatamente la calidez que ellos emanaban.

 

Himchan cerró sus ojos, tampoco tenía idea que pasaría después, en realidad no lo había pensado. El pedirle ese beso, fue, quizás, su forma de confesarse sin tener que hablar. Sentir los labios de Yongguk en los suyos, le dio un rayo de esperanza, pero como dijo Bang, en ese momento no importaba, ya habría tiempo de pensar en conquistar el corazón de Bang.

Notas finales:

Gracias por leer 


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