Chanyeol sintió un pellizco en un hombro y al voltear para encontrarse a quien tanto esperaba, no pudo evitar sonreír y dejar escapar una carcajada.
Todavía no comenzaba nada.
Todavía no terminaba nada.
Baekhyun seguía tan lleno de vida que no parecía el mismo de siempre. Mientras su sonrisa crecía más, las nubes en el cielo se hacían más negras. Era el fin y lo sabía.
Con una parsimonia señaló el reloj de la ciudad que marcaba las doce de la tarde. Chanyeol sabía lo que eso significaba. Sonrió amargamente para sí mismo y salió a pasos agigantados persiguiendo a Baekhyun, justo como lo hacían en los viejos tiempos.
Lo siguió y terminaron frente al único lugar dónde podían esconderse. El hogar de Chanyeol.
Era la segunda reunión que tenía con Baekhyun desde que decidieron dejarlo. Pero siempre se quedaba con la angustia de no ser lo suficiente para él, de que cuando Baek se marchara, comenzara a olvidarse de todo, de esos besos interminables, de esas risas, miradas que buscaban la atención y luego que al final fuera solo Park Chanyeol, con el corazón roto y memorias que desaparecen al pasar los minutos.
Baekhyun no podía recordar porqué cuando regresaba se perdía, y luego cuando se iba se quedaba con una sensación amarga acompañada de una larga ausencia de todo lo que era vida.
"¿Qué te pasa?" Preguntó, pero Chanyeol no le veía a la cara, "¿Es porque tardé en llegar, no es así?"
"Baekhyun, no te has dado cuenta de que algún día no regresarás ¿o sí?"
El aludido quería hacerse de oídos sordos, pero algo dentro de sí sabía que tenía razón.
"Sabes que eso es mentira."
"No es mentira, esta vez llegaste hasta el mediodía."
"¡Cállate, no quiero oírte! ¡No quiero!" Colocó sus manos en sus oídos y cerró los ojos tan fuerte que creyó romperse los párpados. Chanyeol se limitó a mirarlo con tristeza, una pena terrible invadía su cuerpo, porque si Baekhyun se sentía mal al no poder regresar, él lo sentía más que era quién se quedaba esperando.
"Baekhyun, pronto dejarás de existir, dejarás en mí tu sonrisa, tus expresiones idiotas y todo lo que nos mantiene en una sola pieza, todos esos años que pasamos juntos, pronto desaparecerán por completo y ninguno de los dos podrá hacer nada al respecto."
"Yo te dije que esto era hasta el fin y aquí estoy ¿no?"
Chanyeol laceró su corazón al saber que esa promesa era en serio. Algo tan maravilloso no podía ser tan dañino.
"Sin ti, yo no puedo existir, me desvanezco como la niebla que nadie desea y me pierdo como una nota musical que jamás pudo ser liberada. En cambio tú aquí estás, tú sigues con tu vida y te sumerges en el caos que te hace más perfecto que nadie. Yo, al contrario, siento que me voy al infierno cada vez que me separo de ti. Soy tan distinto a ti en tantos sentidos que sigo regresando para que puedas seguir siendo todo lo que jamás seré."
No se equivocaba, Chanyeol era la poesía perfecta, mientras que él era una prosa rota.
"Llévame contigo." Chanyeol comenzó a llorar, "quémame si quieres, pero no te vayas sin mí. Te echo de menos. Te extraño tanto que a veces no sé cómo puedo vivir día a día. Me duele tanto que me hace odiarte. Hay algo que ti que no puede haber en mí y es la vida, las caricias, tus miradas que eran solo para mí y nadie más. No te puedo perdonar el que te hayas ido sin despedirte. Tus abrazos ya no son para mí, ya nunca más habrá un "tú y yo.” Mírame solo a mí y no dejes que me pierda mientras espero por ti otro año completo, por favor."
Pero no le miró, porque sería prometerle algo que quizás no podría cumplir.
Baekhyun podía escuchar los sollozos de Chanyeol y por más que lo abrazara, sabía que no podían desaparecer, seguirían incrustados en su pecho hasta que él dejara de regresar.
¿Qué había cambiado si ahora estaban frente a frente? Las despedidas nunca son fáciles de pronunciar.
"Baekhyun, ¿qué es el amor?"
"Es esto," tomó la mano de Chanyeol y la colocó en su corazón, latía con tanta fuerza que parecía estallar en cualquier segundo, "el amor es lo único que me regresa hacia ti este día. Es lo que mantiene en este mundo. Tú, Chanyeol, tú eres amor."
Chanyeol le robó palabras, suspiros en el momento en que sus besos se juntaron, quería una eternidad para quedarse así con él. No podía estar bien el saber que Baek podía marcharse en cualquier momento y quizás jamás volver. Lo aprisionó con su cuerpo, sonrió al besarle porque era lo que mejor le salía de su alma; solo por esta última vez iba a verter un trozo de su alma en la de Baekhyun para poder liberarlo. Necesitaba más tiempo para estar con él y consumir el tiempo con sus cuerpos, no podía dejarlo ir cuando más le necesitaba. Quería respirar el mismo aire que él hasta que el segundo dejara de marcar el tiempo, quería deformar sus ansias en algo que ya no existe para poder olvidarse de todo, pero de momento solo era Baek y Chanyeol que se respiraba por toda la habitación.
Rozaba con sus dedos la entrepierna de Baekhyun para provocarle más. Sus jadeos, su piel erizada, todo de él era increíble, se acurrucó en su pecho cuando la ropa les estorbó y ambos quedaron completamente desnudos, al instante en que el rostro de Baek fue arrinconado contra la pared y sentía los movimientos descontrolados de Chanyeol era incapaz de cerrar los ojos, quería mirarle fijamente mientras era completamente suyo. Nunca había sentido nada como cuando estaba al lado de él. Era como si la vida nunca más fuera a irse de su cuerpo y un remolino de fuego se creaba al sentirlo cada vez más profundo. Le besó desesperadamente para vivir a través de él. Se estaba muriendo. Su cuerpo se perturbaba de frenesí, no hubo ni un solo espacio de piel libre que sus labios no acariciaran.
Fue solo un ínfimo instante en el que Chanyeol se dejó llevar y el único segundo en que se separó de Baekhyun para que éste le dedicara la mejor sonrisa que tenía para él. Siempre tan hermoso, era hermoso como persona, como hombre y como su pareja. No podía dejarlo ir otra vez, a pesar de haber prometido liberarlo pero no podía hacerlo. No de nuevo. Baekhyun sabía lo que pasaba por su mente y no podía permitirlo, por mucho que lo amase, no podía seguir castigando a Chanyeol con la esperanza vana de volver cuando su duración no era más que unas cuantas horas.
"Chanyeol, te estoy viendo cómo te estás destruyendo con lo poco que nos sigue uniendo y no puedo permitir que lo sigas haciendo." Baekhyun se acercó a él y lo abrazó tan fuerte que contuvo su respiración por varios segundos. "Sólo ve a dónde tienes ir y no me esperes el próximo año."
El cielo no se había despejado todavía pero Chanyeol corrió desesperado bajo la lluvia y lloraba mientras lo hacía.
Eres caos.
Soy caos.
Eres luz.
Soy oscuridad.
Llegó y el pasto seguía siendo el mismo, la tumba de Baekhyun no había cambiado en lo absoluto, como en los últimos dos años. Se le hundió su corazón al ver el epitafio y bajo su aliento lo repitió, acompañado de sus últimas palabras hacia él. La figura de Baekhyun se marchaba para no volver. Le estaba, y se estaba liberando a él mismo. Flores de amancayes quedaron frente a su lápida y quien lo leyera, sabría que Byun Baekhyun amó intensamente hasta su último momento.
Eres caos.
Soy caos.
Eres luz.
Soy oscuridad.
Te alejas.
Te vas.
Te fuiste.