Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I want to be... [Lumin|Xiuhan] por AquaDreams

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

No podré actualizar seguido.

Se sentía mareado y con nauseas. Caminaba pesadamente por los corredores del, su cabeza daba vueltas y su vista se nublaba. Mira a ambos lados y no ve a nadie, y simplemente avanza. Era extraño que nadie se paseara por el pasillo a esas horas, o bien él estaba completamente desorientado en el tiempo o simplemente todos andaban en los jardines principales.   

— Maldita jaqueca — Se queja frunciendo el ceño. Era normal para el tener dolores de cabeza intensos con los otros síntomas anteriormente mencionados. Rebuzna y sigue su camino sin importarle, ya se le pasaría. Eso pensaba él.   

Estaba por salir del instituto para irse a su casa porque en las próximas horas no tenía profesor así que no veía la razón por la cual debería quedarse a sufrir más si podía, tranquilamente, llegar a su casa y dormir una reparadora siesta. 

Camina hasta el porche principal cuando ve a un chico mirando el edificio de forma insistente, como si este le pudiera decir el secreto del universo, o algo por el estilo. El joven era de cabello castaño claro y con pequeños rizos. Tenía cara de nena. 

  — Disculpa, ¿Puedo ayudarte en algo? — A pesar de sentirse mal no iba a dejar a un chico frente a su escuela con una cara de duda y de ahogo mental. Parecía preocupado y perdido.   

— Si, por favor. — Susurra— Soy un estudiante de intercambio de china. Me llamo Xi L-LuHan — Dijo confundiéndose en algunas palabras y remediándolas en el acto. — No sé mucho coreano, esa es la razón principal por la cual asisto a este instituto que se especializa en idiomas.   

— Ya veo… — Susurra — Dejáme acompañarte a dirección.  

— ¿En serio? ¡Muchas gracias! — Y le sonrió. Si Xiumin no fuese alguien realista hubiese pensado que esa brisa con aroma dulce, que había revuelto los cabellos finos de Luhan, había llegado gracias a esa sonrisa tan fresca y radiante.   

— N-no hay de que — Pestañeaba tupido, sin salir de su ensimismamiento ante el joven alto. Tartamudeo un poco y luego dio una tímida sonrisa. — Sígueme.    El castaño claro le siguió muy de cerca, dejando que su aroma dulzón se apropiara de sus fosas nasales, haciendo que cualquier malestar sentido anteriormente se fueran de una forma casi paranormal.    —  ¿Hace mucho que estás aquí? — Xiumin solo atinó a hacer esa pregunta, no podía dejar de sentirse nervioso ante ese chino, que por mucho que se negaba, le había encandilado desde que lo vio intentando leer el cartel de la entrada.   

— Llegue hace un mes, pero no había tenido tiempo de salir a recorrer el lugar ya que tuve un problema con algunas cosas, y técnicamente, casi viví en la embajada de china.   

— ¿Ósea que aún no conoces tu casa?

— Bueno, el primer día la vi cuando deje mis maletas y salí, ese día me metí en un gran problema que me dejaron haciendo trabajo comunitario en la embajada. Fue un verdadero papelón.   

— Ya veo… — Murmuro mirando a diversas personas que pasaban a su lado, ignorándolas. Suspiro y detuvo su andar provocando que el entretenido charlatán se chocara con su espalda. Mentiría si dijera que no sintió su cuerpo vibrar con ese simple toque.  

— ¿Qué pasa?  

— Es aquí… la dirección — Señala un cartelito pegado en la pared, encima de la puerta.   

— Gracias, te lo agradezco mucho…

  — Xiumin — Suspira de forma lenta y pausada—… Dime Xiumin. — Su ánimo se volvió un poco espeso.   

— Bien, Xiumin, espero volver a vernos alguna vez. — Le vuelve a sonreír, marcando las arruguitas a los lados de su boca. Toca la puerta, y en bien lo hace, le dejan pasar, no sin antes saludar al menor con la mano, agitándola infantilmente, como un niño lo haría.   

Xiumin giró sobre sus talones devolviéndose a la salida, y una vez llegó giro su rostro al punto dónde Luhan estaba parado, el cual parecía ser alumbrado por algún tipo de farol invisible.  Se rio de sí mismo, e intento ignorarlo. Siguió su propio mapa mental, que siguió como lo hacía todos los días para ir y volver.   

Su departamento no era algo ostentoso, era lo suficiente como para un joven de diecisiete años en busca de la emancipación temprana.   Sus padres realmente no se negaron a eso ya que trabajan todo el santo día y para el menor era lo mismo, aunque nunca habían firmado ningún papel de emancipación, simplemente le dieron el permiso necesario para que viviera solo y le daban dinero cada mes, eso no era algo que fuera relevante para ellos, el dinero, era algo que les sobraba, realmente.   

Entra a su departamento y cierra con llave, la cual la deja sobre el buró que había cerca de la entrada. Deja su abrigo en el perchero y tira su morral sobre el sofá, que estaba cubierto con una tibia manta de osos pandas.    Camina hasta la cocina dónde abre la heladera y la ve pelada, completamente vacía de mercadería.

Y realmente no era un problema para él.

Toma una botella de agua de sabor y bebe unos tragos para luego volverla a meter en la heladera. Gira su cuerpo hacía el gran ventanal en su departamento, que a pesar de no dar a un gran campo de flores con colinas y pequeños riachuelos daba a un pequeño jardín de la vecina que le alegraba muchas mañanas opacas y duras.   

Deja escapar un sonido de incomodidad cuando nota que sus zapatos empezaban a lastimarle los pies.   

 

— Hora de una buena siesta. — Dice animado. Camina hasta su cuarto y se pone su pijama que constaba en una playera blanca con algunos agujeros, hecho por polillas molestas, y un pantalón jogging hasta sus rodillas. Se acuesta en su mullida cama y decide que es hora de descansar un poco, porque a pesar de que el día no fue tan largo, se sentía muy cansado, demasiado diría el.    Y no le costó mucho dormirse, aunque en realidad parecía que se había desmayado de tan dormido que estaba, un sueño demasiado profundo para alguien que no dormía más de cuatro horas diarias.

 

Notas finales:

Espero les haya gustado, y si es así dejen su comentario.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).