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El Amor Es Complicado (One-Shot PruAus) por LuYaoiLu

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Notas del fanfic:

Bienvenidos! Me alegra saber que hay gente en el fandom con buen gusto ;D

Este es mi primer fanfic, espero que les guste.

Disfrutenlooo!! 

Hetalia no es mío -Ojala pero no U.u- Es de el gran Hidekaz Himaruya 

(Editado)

Notas del capitulo:

Disfruten!!!

En una noche de lluvia, en la casa de un austríaco, bastante elegante cabe recalcar, se oía una melodía realmente relajante, la cual inundaba en toda la habitación en la que se encontraba el dueño de esta misma; y esa melodía tan armoniosa salía de un precioso piano el cual él estaba tocando. Sus finos dedos se deslizaban delicadamiente sobre las teclas del majestuoso instrumento. El azabache se encontraba tan ensimismado en aquella melodia que no estaba percatado de la tormenta que se habia desatado con fuerza en la ciudad.

Estaba relajado, en paz, tocar su amado piano sólo le causaba sensaciones totalmente positivas. Y así se hubiera quedado unas cuantas horas más, de no ser porque escuchó como una de sus ventanas era azotada fuertemente. Pegó un pequeño salto en su asiento, lamentando que se haya interrumpido aquella melodía.

Sabía perfectamente de quién se trataba, porque claramente, esa persona es la única capaz de irrumpir de esa forma tan característica en su casa.
Lentamente dejó su banquillo y se asomó al pasillo, la pobre ventada seguía sacudiéndose debido al fuerte viento. Miró expectante a la persona frente suyo que se encontraba empapado y titirando.

-... ¿Qué haces aquí?- Fue lo único que salió de su boca en forma de susurro, ya que aún sabiendo de quién se trataba con anticipación, no pudo evitar sentirse nervioso al verlo en su casa.

El recién llegado quiso sonreir arrogante, como siempre lo hacía, pero al estar temblando sólo le salió una mueca extraña, aún así el austríaco adivinó su gesto, por lo cual frunció el ceño, tratando de no verse afectado en lo más mínimo por su presencia, y tratando de no parecer preocupado al verlo de esa forma tan vulnerable.

-Que malo eres Rode~ ¿Así es cómo le das la bienvenida a tus invitados?- Dijo con un tóno divertido en su voz, aunque titirando.-Deberías estar felíz de que mi asombrosa persona estuviera aquí.-Se acercó un poco a Roderich con la intención de ponerlo nervioso, y de pasada sentir un poco de su calor.

-Yo no recibo invitados a media noche, mucho menos de locos que entran por la ventana sin ningún aviso.- Logró hablar con un deje de nerviosísmo en su voz, se alejó evitando que Gilbert se le acerque de más y se dirigió a cerrar la ventana. El peliblanco sólo se encongió de hombros divertido, amaba ponerlo de esa forma.

-Mmm, hubieras atentido el llamado a la puerta como cualquier otro de no ser porque ALGUIEN estaba bastante entretenido en su querido pia-¡Achú!- El castaño lo miró con un deje de preocupación. -Oh, no sería para nada genial morir de esta forma, señorito has algo!.-Gilbert estaba empapado hasta la cabeza, el austriaco no apartó la mirada de él, su cabello mojado, sus ojos siguieron las pequeñas gotas que se deslizaban desde su sien hasta su cuello, el peliblanco, ni enterado de esas miradas, seguía temblando y estornudando. Y es que el muy tonto sólo tenía una chaqueta ligera sobre una camisa! en pleno chubazco!

En un momento, el peliblanco conectó su mirada con el azabache, y le sonrió coquetamente, haciendo que el austríaco comience a sentir calor en su rostro, por lo cual apartó la mirada, y tratando de calmarse, se dirigió rápidamente al cuarto de baño para tomar una toalla.

Al volver, se la entregó y luego fue hacia la cocina a preparar algo caliente para el prusiano.

A los minutos, los dos se encontraban en la sala, especificamente, en un sofa, disfrutando del caliente café que Roderich preparó. Gilbert se había secado, aunque su ropa seguía mojada y pegada incomodamente a su cuerpo, por suerte ya no goteaba y poco a poco se iba calentando por la chimenea.

-No me has dicho el porque de tu "visita", Gilbert.- Rompió el silencio, recordando la pregunta que le había hecho, la cual había sido ignorada.

-Mmm, estaba aburrido.- Le sonrió como siempre, Roderich lo miró con una ceja levantada, ¿Quién en su sano juicio sale en plena tormenta porque "estaba aburrido"? Ah si, Gilbert.
-Kesese... Bien, West no me hacía caso, estaba con Ita-chan haciendo nosequé y decidí venir a molestarte jejeje.- Le miró a los ojos.-Me preguntaba que haría una persona tan estirada como tú en un día como este y vaya que eres anticuado ¿eh? Poniendote a tocar el piano jaja-¡Achú! Mein gott... Me he enfermado por tu culpa, eso no es para nada asombroso.-

-Eso a mi no me conicerne, Gilbert. Tú mismo decidiste venir con este tiempo, tonto.- El prusiano carcajeó y pasó una mano por la espalda del castaño acercandolo a él, haciendo que se sonrojara.- ¿Qué haces? Todavía sigues mojado...- Susurró sonrojado tratando de apartarse.

-Oh Rodee, mi ropa ya está seca y sigo con frioo, kesesese... Mirate, te has puesto como un tomate.- Riendo una vez más, se movió un poco para así poder apoyar su cabeza en las piernas del austríaco, se había puesto un poco timido y no quería que el castaño se diera cuenta.

-Gilbert...- Murmuró Roderich quedándose quieto, asimilando la situación, con la cara hirviendo, sin saber como actuar.
Se quedaron por un rato así, hasta que se dió cuenta que Gilbert se había dormido. Una sonrisa cálida surcó en su rostro, y lentamente acercó su mano a la cabellera albina del prusiano.
Acarició con suavidad temiendo que el otro despierte, asombrado por la suavidez del ya seco cabello, peinó delicadamente, pasando sus dedos entre las hebras. Con más confianza, su mano se dirigió a su frente rozando levemente la piel del otro.
Con sus mofletes sonrojados a más no poder, acarició la mejilla de Gilbert, sintiendo como su corazón se derretía y explotaba al mismo tiempo.

Sorprendido por la nueva sensación, con mucho cuidado se levanta, tomando uno de los almohadones del sofá para acomodar la cabeza del peliblanco. Sí, huyó practicamente de la situación.
Se puso a ordenar un poco la sala, la lluvia seguía aún, escuchar el golpeteo de las gotas en la ventana ayudó a relajar un poco a su tonto corazón, eso y la suave respiración del prusiano que sólo se escuchaba en la cálida habitación.

Tratando de no hacer ruido, se dirige a su cuarto para tomar una manta para lentamente cubrir al albino con esta. Estando frente al sofa, se pone en cunclillas, frente al rostro de Gilbert, se queda mirandolo unos segundos, no sabia que era todo eso, pero algo en su corazón le decía que avance, que haga algo, que no pierda la oportunidad.
Cierra sus ojos, contando hasta 10 armándose de valor, y cuando los abre lleva su mano nuevamente hacia la cabellera ajena, acariciando suavemente y con el miedo de despertarlo; se acerca y apoya con delicadeza sus labios, dejando un cálido beso en la coronilla del otro.

-Buenas noches Gilbert...- Susurró para luego irse sonrojado hacia su cuarto y dormirse de una vez para no pensar en lo vergonzoso que habría sido si Gilbert no hubiera estado durmiendo.





----------------------En la mañana siguiente.----------------------



-Mmm~...- El castaño se removía en su cama, tratando de que los rayos del sol no le molesten.
Pasaron los segundos y resignado abrió los ojos lentamente, con dificultad trató de ver fallidamente su reloj en el mueble. Bufando tomó sus lentes y seguido de eso se incorporó de la cama.-Son las 7.- Murmuró tallándose un ojo por debajo de sus lentes.

Se quedó mirando a la nada para luego levantarse y dirigirse al baño, decidió darse una ducha e irse a hacer un café como todas sus mañanas.

Pov's Austria.

Cuando me dirigía a la cocina, recordé lo que sucedió en la noche anterior y sentí que mis orejas se calentaban. No entiendo por qué hice eso... Y no entiendo de dónde saqué el valor de hacer tal cosa.

Suspiré y fuí a la sala de estar. Sólo asomé la cabeza por la puerta viendo a Gilbert dormir plácidamente en el sofa. Espero que en verdad no se enferme, no es que me preocupe, sólo no quiero que me fastidie y se mofe al decir que soy el culpable. Siempre soy el culpable.

Me acerco lento, temiendo que se despierte y me arrodillo justo donde él está. Justo como en la noche anterior... yo... Inmediatamente reaccioné avergonzado y saqué mi mano que inconsientemente se habia dirigido a su cabello.
¡LO HABÍA ACARICIADO! ¡! ¡Que la tierra me trague, en verdad no tenía intención de hacer eso!

Calma, no quiero que se despierte y me vea de esta forma. Claro que no. Respira Roderich respira.
Antes de despertarlo, será mejor que prepare el desayuno. Si, y asi podré relajarme unos minutos más.
Fuí a la cocina y preparé dos tazas de café con algunos bocadillos. Eso estaría bien para los dos. Me dirijo a la sala, pongo las cosas sobre la pequeña mesa y me preparo para despertar a Gilbert.

-Gilbert...- Susurré moviendo con suavidad su brazo.

*Sí que es dormilón* Pensé sonriendo inconsientemente.

-¡Despierta, Gilbert!- Esta vez le hablo un poco más fuerte, odiaría que el café se enfriara por no despertar rápido a este holgazán.

-Aaah~ Cinco minutos mássss...-Sonreí al escucharlo, en verdad a veces parecía un niño, lo bueno es que se veia y escuchaba bien, no habian quedado secuelas de ese frio y empapado Gilbert que se habia aparecido a altas horas de la noche.

-Gilbert, vamos, levántate, preparé el desayuno, ya mucho estoy haciendo dejándote dormir en mi propia casa.- Fruncí un poco el ceño, tenía razón, siempre estoy cumpliendo sus caprichos, pero desde hace tiempo es así, ya debería acostumbrarme.
Negué con la cabeza cerrando los ojos, cuando volví mi mirada al dormilón, me encontré con sus ojos carmesí, sentí mi cara arder y desvié la mirada rápidamente -B-buenos días...- Le dije un poco nervioso, malditos nervios.

*Rayos, ¿Por qué me pongo de esta manera?*

Escuche una risa y lo encaré con el ceño fruncido.

-Kesesese~ Rodee… ¿Y mi beso de buenos días~?- Dijo casi abalanzándose sobre mí, con su boca en forma de pato.

Por suerte logré alejarlo con mis manos sobre su pecho, escuche su carcajada, se estaba burlando de mí, lo sé... Seguro de mi cara ¡Mein gott! ¿¡Por qué estoy tan nervioso!?

-G-Gilbert...t-tonto.- Fruncí mi seño, tratando de hablar con normalidad, él solo sonrió aún más.- Vayamos a desayunar antes de que me arrepienta y te eche de aquí...- Murmuré, él solo soltó un bufido y aceptó.

El resto del desayuno para mí fue puro nerviosismo, nosé si lo hace a propósito pero...Siempre consigue hacer que me ruborice o me ponga nervioso. ¡Y el muy maldito se burla después!
Mientras pensaba esto, Gilbert me preguntó si podía darse un baño, ya que ayer no lo había hecho. Ni siquiera sé por qué me pregunta, simplemente se metió sin esperar a que le respondiera.

Por suerte, estoy seguro de que tengo una muda de ropa que él una vez dejó aquí, si no, no me quiero imaginar, es capaz de andarse paseando por toda la casa con sólo una toalla.

¡Me salvé!

Sería realmente vergonzoso e incómodo si pasara eso. Aunque, ahora que lo pienso, ya me pasó varias veces.

Me lleve una mano a la cabeza tratando de sacar esa imagen mental y suspiré…
....


A los pocos minutos Gilbert salió del baño, obviamente le di su muda de ropa antes de que salga.
Al verlo me puse nervioso otra vez, si me preguntan por qué, me disculpo porque en verdad no lo sé...

Es algo raro de explicar, desde hace un tiempo me pasa esto, cuando veo su sonrisa, sea atorrante o no, siento un cosquilleo en el estomago, algo que estoy sintiendo ahora mismo.
Me está mirando y yo lo único que siento es cada vez más calor subiendo a mi rostro.

-¿Qué sucede Rodee~? Ya sé que soy tan genial que todas las personas se me quedan viendo, pero disimula un poco~ Kesesese.- Y ahí está otra vez esa risa escandalosa, lo único que hace es burlarse de mí.

Fruncí el ceño desviando la mirada, maldición tenía razón, sin querer me había quedado en blanco viéndolo.
-Gilbert.- Lo llamé un poco molesto, él solo se acercó a mí, sentándose a mi lado, yo sólo quería irme de ahí…

-¿Qué pasa, señorito?- Sonriéndome, no con burla como hace un momento, sino con... ¿Ternura? Maldita sea, esto es muy raro para mí.

-Yo, mmm... ¿P-puedo preguntarte algo?- Estoy nervioso, sólo quiero saber qué es lo que siente, qué lo impulsa a molestarme de esta manera, quiero saber si en verdad hace todo esto sólo para burlarse de mí.

-Por supuesto Rody~ Puedes preguntarle cualquier cosa a Ore-Sama.- Él me miró profundamente y no pude evitar sentirme intimidado por sus ojos carmesí.

Bajé la mirada sin saber como comenzar a hablar. Abrí y cerré la boca, tratando de que algo salga de ella, pero nada... ´

Comenzaba a sentirme angustiado, porque mi cabeza no dejaba de mostrarme escenas las cuales terminaban con Gilbert burlandose de mis sentimientos, pisoteándolos y sentía que, si sucedía, en verdad me atormentaría toda la vida.

Gilbert se acercó a mí y suavemente me tomó de las mejillas.-Dime Rod…¿Qué te preocupa? ¿Te sientes bien?- Yo me sorprendí por la forma en que me había hablado, por lo que levanté la vista y me encontré con su mirada preocupada, un pequeño escalofrió recorrió por mi espalda a la vez que sentía un revuelto en el estómago.

-Yo… yo emm... Tu sientes que...-Callé ya que lo sentí aún más cerca, nuestras narices se rozaron, fue acercándose más y más hasta casi rozar nuestros labios.

Susurró un “Dime..” esperando a que continúe, pero antes de que algo salga de mi boca, nos vimos interrumpidos por el teléfono que comenzó a sonar.

*Bendito teléfono.* Pensé al separarme de Gilbert rápidamente ir a atenderlo, ¿Qué estaba por suceder? ¿Qué fue todo aquello? ¿En verdad Gilbert iba a...? No, imposible.

Después de haber atendido, que por suerte no era nada importante. Me dispuse a ir de vuelta con Gilbert, aunque...
Ah, los nervios volvieron. Sólo asomé mi cabeza y lo ví, estaba sentado de lo más relajado como si nada hubiera pasado. ¿¡ACASO NO SE SENTÍA NERVIOSO COMO YO!?

Fruncí un poco el ceño, no quería salir y verle...No quiero sentirme de esta manera, suspiré desganado, me apoyé sobre la pared, puse mi mano en mi estomagó y bajé la mirada, todo esto es nuevo para mí, no quiero desilusionarme tan rápido, con tan sólo pensarlo me dan ganas de encerrarme y caer en una gran depresión.

De repente, pasa todo en un segundo; escuché unos pasos y me ví acorralado contra la pared. Gilbert me acorraló, mirandome profundamente, con sus ojos carmesí que parecian llamas.
Sentí que mi cara iba a explotar, él juntó nuestros cuerpos, muy, demasiado juntos, con nervios puse mis manos en su pecho tratando de alejarme de él, pero no tengo la suficiente fuerza. Gilbert apoya con suavidad su mano en mi cintura y pone su cabeza sobre mi hombro.

-¿Qué estás haciendo Gilbert...? S-suéltame.- Logro tartamudear, y ahogo un pequeño suspiro que intenta salir de mi garganta al sentir su aliento en mi cuello.

Fin Pov's Austria.


Gilbert apretó aún más su cuerpo con el otro, el albino podía claramente sentir la respiración agitada del castaño y vaya que estaba disfrutando de ello.

Sonríe, pero al segundo de levantar la mirada hacia el azabache borra aquella sonrisa, tragando saliva al verlo a los ojos.
Vaya que Austria logró alterarlo en menos de un minuto, sus bellos ojos con sus espesas y hermosas pestañas brillaban con intensidad, sus pómulos estaban pintados de rosa, haciendo que resalte el color amatista tan maravilloso de sus cuencas.

Gilbert perdido en su mirada, en sus ojos, en sus pómulos, en sus labios, perdido claramente en todo lo que concierne al azabache., abrió la boca queriendo decir algo, pero al instante volvió a cerrarla sabiendo que nada saldria de allí, lo miró unos segundos y lo tomó del mentón, alzando su mirada y dejando un suave toque en los labios del austriaco con los suyos.

Austria cerró sus ojos con fuerza, no creyendo en lo que estaba pasando, no se atrevía a ver a Gilbert, creía que toda esa escena era sólo una broma por parte del peliblanco.

-Roderich… Dime ¿Tú sientes algo por mí, verdad?- Lo dijo serio, tan serio, que le hizo comprender a Roderich que esta vez no estaba jugando.

-Y-yo… No lo sé.- Murmuró y enterró su cara en el pecho del más alto, abrazándolo- Dime tú, ¿por qué estas haciendo esto? ¿p-por qué me diste ese beso?.- Habló muy bajo, si no hubiera sido por la cercanía, el albino no podría haberlo escuchado con claridad.

-Porque... Me gustas, me encantas, señorito, mein gott, creo que es algo obvio.- Dijo abrazándolo también, el castaño solo se acurrucó un poco más en su pecho.- ¿Tú no sientes lo mismo?- Gilbert preguntó, obviamente es la persona con más confianza en el mundo, pero hasta en este tipo de situaciones, uno no puede evitar flaquear.

-E-es complicado Gilbert, no es algo tan fácil de... decir.- Susurró, el albino respondió con un claro “Lo sé”, pero el austriaco levantó la vista y se quedaron viendo a los ojos.

El prusiano no aguantó y lo besó otra vez, pero este fue un beso más profundo. Como si puedieran transmitir todos sus sentimientos a traves de ese beso.

Cuando se separaron lentamente, Austria se tapó la cara con las manos y murmuró.- Es tu culpa, tú me haces sentir esto, no puedo dejar de pensar en tí, cada vez que me sonríes o incluso molestas, no puedo evitar ponerme nervioso… Es tu culpa porque ahora mismo me estás haciendo decir estas cosas…-

Prusia se había sorprendido, rápidamente busco sus ojos, pero no pudo ya que Austria los tapaba, sonrió dulcemente separando sus manos, Roderich estaba siendo demasiado tierno, le tomó la cara entre sus manos y le dio un tierno beso en los labios, el castaño fue correspondiendo poco a poco.

-Nhg... Gilbert... -murmuró sobre el beso, sintiendo la lengua del prusiano hacerse presente en su cavidad.

Gilbert se rió en el beso, separandose para así darle paso a su risa alegre y lo abrazo con mucha fuerza, dándole un beso en la cabeza del castaño.

-Señorito~ - Sonríe. - Te has enamorado de mí...- Le susurró en la oreja haciéndo que un escalofrío recorriera su columna.

-¿Qué? Y-yo n-no, ¿Por-por qué crees eso?- Dijo sonrojado y apartando la mirada.

-Es obvio Rode~- Dijo dándole un beso en la mejilla y luego uno pequeño en sus labios.-Te sucede lo mismo que a mí...Estoy malditamente enamorado de tí- Dijo un poco ruborizado y desviando la mirada cosa que hizo que Roderich se sorprenda.

Eso lo hizo pensar, ¿él está enamorado de Gilbert? Sí, era lo más obvio, ya que parecía... ¡Una adolecente de 15 años enamorada!

Austria sonrojado a más no poder, sólo se acurrucó un poco más, buscando calor y se quedaron en silencio un rato.

-Señorito... Dilo, dí que estás enamorado de mí, por favor...- Le suplicó repartiendo besos por toda la cara del austriaco.

-Gilb~... Yo estoy... Enamorado de ti.- Logró decir Roderich entre besos. Esas palabras hicieron que una enorme sonrisa se dibujase en el rostro del albino.
-Lo sé, Rode~, lo sé, todo el mundo está enamorado de mi~- Se mofó y Roderich lo miró con enojo.- Kesesese~ No te enojes, era broma, tú también ahora sabes que yo estoy enamorado de tí, señorito~, sientete afortunado.- Y dicho esto, lo cargó sobre sus brazos y comenzó a dirigirse a la habitación del austriaco. -Ich liebe dich, Roderich...- Le susurró con amor, dandolé pequeños besos en los labios.

-I-Ich liebe dich auch, Gilbert...- Le respondió el castaño sonrojado y algo le decía que no iban a dormir esa noche...


<3

<3

<3

FIN~

Notas finales:

Y fin!! :D

Acepto críticas, tomatasos y todo lo que se les de la gana xD

Por favor perdonen si hay un error, ya que es mi primer fanfic y estoy muy nerviosa (Más que Rode ahr)

Le he corregido las faltas de ortografía ya que no me ha gustado como estaba sin corregir, solo les informo por si las moscas :v

Sayonara!

(Editado)


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