- ¿Podrías dejar de hacer ese ruido enfermante con tus zapatos y llamarlo de una buena vez? Me tienes de los nervios.
JongHyun tenía todo el aspecto de salir de un trance cuando se giró para mirar a su compañero de grupo, algo desorientado.
- ¿Eh?
- ¡Llama a Onew-hyung para saber cómo está y deja de comportarte como un idiota cobarde!
El mayor parpadeó seguido. Ni siquiera se había dado cuenta de que su preocupación era tan evidente.
-Ok, ok. Lo siento. No fue mi intensión -se fue a su cuarto antes de que volviera a gritarle.
Entró a la pieza que compartía con Taemin, dejándose caer en su cama mientras un suspiro de estrés abandonaba su boca. ¿Qué le habría pasado? ¿No se suponía que estaba bien, que sus cuerdas vocales no tenían ningún problema? Aggh~ saber todo y nada a la vez lo estaba matando lentamente. El manager sólo les había dicho que JinKi tenía que hacer reposo previo a la operación, por lo que nadie podía hablarle. Es más, ya no iría a quedarse al departamento de SHINee si no que al suyo, uno que hacía poco había adquirido y que se encontraba a alrededor de quince minutos de dónde él se mantenía nervioso y preocupado por no poder saber a ciencia cierta cómo se sentía. Para peor, en media hora debía estar saliendo en dirección a la radio. No tenía tiempo ni para suspirar pues todavía estaba en ropa de casa. ¿Por qué demonios las cosas se complicaban justo cuando o debían?
"Hyung, ¿estás bien? Mañana iré a verte a casa. No puedes decir que no, ¿eh? Jjongie~".
El mensaje no era muy cursi, ¿verdad? Bueno... sí, un poco. Pero ya lo había enviado, no había nada que hacer.
"Como quieras. Te estaré esperando. Onew-ssi".
¿Sólo eso? Demonios, pero qué efusividad.
Terminó golpeando la cama con un puño, levantándose para irse a la ducha. Tenía que calmarse. Si realmente fuese algo grave, ya se lo habrían dicho.
O quizá no, para que no se preocupara más de la cuenta.
Onew no podía hablar. Ok, sí podía, pero le habían recomendado que no y por eso ahora se comunicaba a través de una pizarra o por mensajes.
- ¿Por qué no nos dijiste que te sentías mal? Debiste confiar en nosotros, o al menos en mí.
-No quería que se preocuparan -escribió, haciendo un gesto con su rostro.
-Pero ya sabes como soy.
-Lo siento, debí haber sido más considerado contigo.
Ay, Dios. ¿Ahora lo hacía sentir culpable? Genial, Kim JongHyun. Eres un idiota.
-No, no... no es eso. Sólo... ¿te vas a recuperar?
-El médico dijo que sí. Pero el problema es que debí empezar a tratarme mucho antes. Así el proceso de recuperación habría sido más rápido y menos tedioso. Mánager-hyung me lo dijo. Sabía perfectamente que debía detenerme.
- ¿Y por qué no lo hiciste?
-Tú más que nadie debería saber la razón.
Su expresión seria y a la vez apenada le hizo comprender de inmediato.
-Nuestras fans. Soy un idiota.
Antes de que pudiera detenerla, una lágrima se deslizó por su mejilla, sin que le importara demasiado.
El mayor tuvo que darle un golpecito en el brazo para atraer su atención.
-No lo eres, Jjong. Tú me quieres y quieres lo mejor para mí.
-Sí, lo sé. Y por eso mismo me siento así. ¿Por qué tienes que ser tan bueno, hyung? ¿Por qué no simplemente te detuviste y te preocupaste, y ocupaste, por ti?
- ¡Era nuestra primera oportunidad! Si tú hubieses estado en mi posición, habrías hecho lo mismo.
-Pero hyung~
Verlo en esas condiciones, siendo incapaz de hablarle, teniendo que utilizar otros medios que le impedían escuchar esa hermosa voz, hacían que su corazón se encogiera de dolor. ¿Por qué le había tocado a él? ¿Por qué no a otro?
Sorprendido, vio que JinKi le entregaba un pañuelo. Apenas el género tocó su rostro, su llanto se transformó en algo incontenible. De pronto, nada le parecía más horrible que saber que su hyung tardaría semanas, si no meses, en recuperarse y ser capaz de subirse al escenario junto con él y los demás. Todas sus lágrimas no iban a ser suficientes para drenar su tristeza.
Unos cálidos brazos se enroscaron en su cintura, un mentón descansando en su hombro, mientras una mano le daba suaves golpes en la espalda.
Con un hilo de voz, le oyó decir:
-Tranquilo, Jjongie. Hyung estará bien.
-No- no...
-Shh... te quiero, no sufras por mí.
Y, cuando al fin pudo calmarse y alzar la mirada, se encontró con una hermosa sonrisa dándole fuerzas para seguir adelante.
Con naturalidad, con ese instinto que de pronto se apodera de nuestras acciones, diciéndonos que están bien sólo porque así lo sentimos, acortó las distancias para presionar sus labios contra los de Onew, expresando todos y cada uno de sus sentimientos en ese pequeño pero significativo gesto de amor.
-Te adoro, Dubu. Estaré aquí para ti, ¿está bien?
El otro asintió, como diciéndole "lo sé, no esperaba menos de ti", para después reírse en silencio, tapando su boca para no hacerlo sentir mal.
- ¿Qué?
Rápidamente, fue en busca de la pizarra, conteniéndose la carcajada porque no podía darse ese lujo.
- ¿Cómo es que siempre termino siendo yo el que te consuela?
La expresión de Jjong hizo evidente la poca gracia que le hacía el comentario.
-Ven aquí, hombre fuerte, que appa tiene que cuidar de la omma.
-Yo no soy la omma, ¡tú lo eres! -Sus labios formaron un puchero.
-Corrección: somos dos appas tiernos que se aman hasta el final de los tiempos.
Esa vez, Onew no pudo contenerse.
- ¡Cursi!
-Pero igual que te encanta que te diga cosas como esas, ¿verdad?
-Viniendo de ti, siempre me van a gustar.
Esa última oración quedó grabada en la mente de JongHyun mientras abrazaba a JinKi para besarlo con ansias, su corazón sintiéndose un poco más tranquilo.
Quizá tomaría mucho tiempo, quizá sólo unas pocas semanas. Sin embargo, eso no importaba. La relación entre ambos se mantendría igual que siempre. Su hyung se recuperaría y él estaría a su lado el tiempo que fuese necesario para que Onew volviese a deslumbrar al mundo con esa dulce y suave voz que lo caracterizaba y que hacía que su corazón se derritiera de amor.
Fin.