La lluvia era cada vez mas fuerte. Toda la calle inundada. Ya quedaban pocas personas en la acera, por no decir nadie. Yo, a la intemperie maldecía por lo bajo la mala decición deshacer caso a mi hermano y no llevar paraguas. Claro, como el vive cerca de el instituto no le importa mojarse un poco. Corriendo debajo de la lluvia, casi me resbalo dos veces. La inspiración no venia a mi. Justo cuando mas la necesito no venia. Casi por llegar a casa me pare. ¿que sentido tenia correr debajo de la lluvia si igualmente te mojaras? Con ese pensamiento en mi mente afloje el paso dejando que la lluvia entrara plenamente en mi. Definitivamente cogería un resfriado mortal. Pero eso ahora no me importaba. Llegue a casa totalmente empapado de cabeza a pies y con dificultades abrí la puerta del piso. Deje mis cosas en el recibidor, el bastardo ya lo recogería luego. Chorreando agua por todos lados, acabe en el baño. Una ducha rápida y estuve listo. En cuanto salí de el lavabo note que las luces del salón estaban abiertas. Los ruidos de algún programa de comedia llegaban ligeramente igual que las risas de Antonio y alguna chica. Un nuevo ligue seguramente, pensé sintiendo ese sentimiento molesto en el pecho. Sin dignarme a entrar a la sala, me dirigí a mi cuarto. Al pasar por enfrente de la cocina vi una luz encendida. ¡¿Un ladrón?! Con cuidado, me arme con una escoba y abrí lentamente la puerta de la cocina. Nada mas asomarme le vi. Era un tipo normal. Llevaba puesta una bufanda azul junto con una camiseta blanca.
La cosa mas extraña de su rostro eran sus cejas. Tenia unas cejas tan grandes que seguro que se podían aterrizar aviones allí. Lo mas extraño en lo que hacia, era que se estaba tomando una taza de te. Se estaba tomando una taza de te mientras leía mis revistas. ¡Se estaba tomando una taza de te mientras leía mis revistas y ademas se comía el cruasan que quería tomarme por la mañana!
-¡¿Quien cojones eres tu maldito bastardo?!
Casi al mismo tiempo en el que dije eso, me miro. Realmente no fue una mirada agradable. Ni mucho menos. En realidad casi me caigo del susto. Su mirada era simplemente... aterradora.
-La pregunta es, ¿Quien eres tu fuking bastard?
-Eh, eh y-yo MALDITO BASTARDO ESPAÑOL HAY UN ASESINO EN CASA VEN RAPIDO!
Rápidamente el idiota apareció con una olla en la cabeza y un palo en la mano
-Que pasa Lovi? Yo te protegeré!
Con una mirada llena de preocupación (como debía ser) me aparto hacia un lado y se encaro al cejon (cejon se queda poco para ese homicida!)
No se porque pero en cuanto le vio su mirada se relajo, aunque siguió con la cara de enfado que pocas veces le veía al bastardo.
-El no es un ladrón Lovi...
-Entonces quien cojones es?
-El es humano.
Un nervioso se instalo en mi ojo izquierdo. Esa era la prueba definitiva de que Antonio era el tipo mas idiota que hubiera podido conocer nunca. Ya le iba a soltar un par de insultos, cuando volví a escuchar la voz del cejas.
-Fuck you bloody wanker creo que en esta habitación ya sabemos que soy un humano, déjate de estupideces ahora mismo
Creo que si el cejon tuviera un cuchillo por aquí ya hubiera asesinado a Antonio tres veces
-Vete a la mierda Arthur! Que ahora estés aquí no significa que yo-
-Que significa que este aquí? Exijo una respuesta ahora mismo!
-Hey~ Que pasa por aquí ~
Y de repente apareció Emma por la puerta, lo que me faltaba!
-Emma! Dime quien es ese tío cejudo de allí!
-Cej-
-El es vuestro nuevo compañero de piso, ¿no es fantástico? ~
-No pienso vivir con dos chiflados odiosos!
-¡¿A quien llamas odioso si aun ni me conoces niño?!
-Igualmente seguirás siendo odioso!- ataco Antonio
-Tu cállate bastardo!-gritamos a la vez el cejas y yo. Creo que me podría acostumbrar a vivir con el ...
Vi como sonreía de lado y me miraba. Hice igual pero mire al bastardo.
-No es justo Lovi! Tendrías que estar de mi lado! Buaaaah- Y diciendo eso se fue de la cocina fingiendo lagrimas, pero dedicándole otra mirada con significado te-voy-a-matar-maldito-cejudo a el rubio.
Emma se seco las lagrimas por reírse tanto de nosotros y se giro para ir a buscar a Antonio.
El cejas y yo nos quedamos en silencio. El se acabo de tomar su te, mi cruasan (EL MIO!) y se quedo mirándome Yo estaba sentado en una silla mirándole también Me fije en sus ojos verdes. Casi parecían esmeraldas, realmente eran boni- Que estoy pensando! Son muy feos, si eso, feos!
-Y bien?- Esa pregunta me saco de mis pensamientos, casi me dio un patatús oír su voz calmada!
-Y bien que?
-Quien eres?
-Y para que te lo habría de decir?
-Bueno, seremos compañeros de piso a partir de ahora, quiero saber con quien estaré viviendo el próximo medio año. Creo que esas son razones suficientes.
-Esta bien bastardo, soy Lovino Vargas y tengo 17 años y estoy en mi primer año de carrera, con eso te basta?
-Claro, perdóname por ser tan maleducado antes. Me llamo Arthur Kirkland, tengo 21 años y vengo de Londres.
-Ah... Hay algo que no me has explicado.
-El que?
-Como haces para parecer tan viejo teniendo solo 21 años?
Vi como su ojo derecho entraba en un tic nervioso. Sonreí y le dedique una sonrisa burlona. Ja! Nadie puede insultar a Lovino Vargas y salir como si nada!
De pronto su mirada se relajo y me miro con superioridad. Eso no me gustaba nada, no.
Su risa resonó por toda la cocina. Yo entrecerré los ojos y lo mire con cuidado. Ese tipo no me gustaba para nada.
-En la primera cosa que pensé cuando te vi era que no podías ser mas imbécil, pero ahora me he dado cuenta de que insultas bien. Aunque sigas siendo un niño mimado.
-Niño mimado tu madre! Aquí el imbécil es Antonio no se si te habías dado cuenta!
-Si, en eso estoy de acuerdo
De un momento a otro ya había recogido todas las cosas que había estado utilizando en la mesa, y ya se iba a ir de la estancia cuando se giro, como si se le acabara de ocurrir algo.
-Oh, por cierto, respetare tus gustos musicales.- Diciendo eso se fue dejando me solo. Que había querido decir co-.. Me fije en la revista que tenia entre las manos y que había estado utilizando para deshacerme de mi odio hacia Arthur. Era una revista de princesas Disney.
-VETE A LA MIERDA CEJUDO INGLES!
Una vez mas calmado en mi habitación, no podía dejar de pensar en lo que acababa de pasar. Vale si, sabia que alguien vendría a vivir con nosotros, y si, Antonio me dijo que era hoy, y para que mentir, ¡me olvide completamente de que vendría hoy! Ese tal Arthur era muy extraño. ¿A os 21 años y ya bebía te como un ancianito de 80? Eso era algo que no podía admitir. Para nada. Ya tenia bastante con un bastardo de 22 años que se la pasaba ligando y saliendo con sus amigos y que después me acosaba a mi como un niño pequeño para que ahora tuviera que soportar a un tío de 21 que parecía viejo. Si se le ocurría meterse conmigo y obligarme a hacer cosas... De pronto se me apareció una imagen mental de ese cejon y yo haciendo cosas, pervertidas.. O-osea no ese tipo de cosas, ya sabéis, be-beber te como viejos, n-no...
-AAAAGH MALDITO BASTARDO!
-Oye Lovi, se que me llamas así pero no hace falta gritarlo al mundo- decía Antonio haciendo ver como si le hubieran clavado una flecha en el pecho.
-N-no hablaba de ti bastardo..
-Entonces me has sustituido? Buaaaah Lovi, ya no me quieres!- grito mientras me abrazaba con fuerza, puede que demasiada. ¡Si esque podía ser muy pesado si se lo proponía!
-Quítate de encima estúpido!
En cuanto logre que se separara un poco, vi como su cara se volvía extraña.
-Por que tienes toda la cara sonrojada Lovi?~
Al recordar lo que me había imaginado me puse aún mas rojo y me cubrí la cara con las manos. El español medito algo y después de un suspiro se sentó a mi lado. Le mire curioso por lo que iba a decir, mientras intentaba quitarme de la cabeza esas imágenes tan... ¡asquerosas! Eso, asquerosas. Y no es como si hubiera dudado de q-
-Mira Lovi... Creo que hemos de hablar ya de lo que te tuve que hablar hace unos años, pero es mejor que lo hablemos ahora a que no lo hablemos y que lo aprendas de otra parte.
-Que mier-
-Cuando nos hacemos mayores, comenzamos a tener, digamos necesidades.. Se que tu lo sabes, pero hay que saber las consecuencias, porque si tienes una novia, se que tu eres mayor para, ejem, tener sex-
Si pensaba que mi cara no se podía poner mas roja, estaba equivocado, porque con esa ''charla'', el maldito bastardo me estaba pintando la cara con pintalabios rojo intenso!
-¡Todo eso ya lo se idiota!
-Bueno Lovi, eres como mi hermanito adorable, no podía estar sin darte esta charla por mucho tiempo mas- decía mientras me acariciaba el pelo.
Con esas palabras mi corazón se rompió un poco mas. Si, su hermano pequeño. No lo se pero cada vez que decía eso, me dolía el pecho mucho. Y me daban ganas de llorar.
-Lovi, ¿te pasa algo? ¿Te encuentras mal? ¿Quieres que te traiga un vaso de agua? ¿Lovi-love?
-No, no me pasa nada. V-voy al baño un momento... Solo estoy un poco mareado...
-Vale Lovi, yo preparare la cena!- anuncio con su energía de siempre. Yo solo salí del cuarto, y me dirigí a la habitación de al lado, mi refugio secreto desde hacia ya muchos años. Allí era donde se guardaban los trastos viejos, la habitación de invitados cuando Gilbert o Francis visitaban a Antonio.
Sin mirar mucho a mi alrededor abrí la puerta de golpe y después de cerrarla sin mucho cuidado me tire a la cama llorando, desahogando todos mis sentimientos. A veces Galiciano decía que estaba enamorado. Pero yo lo negaba con todas las fuerzas. Ahora se que es verdad. Todos estos sentimientos... Lo que siento cuando me mira de esa forma cariñosa, cuando me abraza y me dice que soy especial. Y los celos que siento cuando Emma viene a casa y el parece embobado con ella. Y lo peor es que no soy capaz de odiarla porque ella es buena. Y no se porque mi corazón late por el.
Entre sollozo y sollozo una mano acaricia mi cabeza con ternura. Me asusto y casi alto de la cama. Con los ojos borrosos de las lagrimas veo que se trata de Arthur. Sin saber porque le abrazo y lloro. Aunque sea un desconocido casi no me importa, necesito consuelo ahora. Si no siento que me desmoronare.
El corresponde mi abrazo y me acaricia otra vez la cabeza para que me calme. Yo lloro sobre su hombro, lamentándome por ser lo que soy. Por ser su hermanito preciado. Por haberle conocido. Por todas las cosas que siento. Porque no es justo que la vida me haga esto. Yo no lo quiero sentir, pero lo siento.
Cuando me calmo, me separo rápidamente del cejon, sonrojado y secándome las lagrimas. El me mira como si me comprendiera.
-Y-yo, l-lo siento p-por llorar y..
-Calma Lovino... Se como te sientes. Antonio es un imbécil no?- me dice sonriente.
De un momento siento que puedo confiar en el. Completamente.