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La cuenta regresiva, la vida sin ellos por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Aquí traigo la primera secuela de “No es un adiós, sino un hasta pronto”
Esta será uno de los trabajos más grandes de mi carrera de escritora, la verdad estoy muy nerviosa, espero que les guste.

Bueno. Yugi, Ryou y Malik empezarán una nueva vida, ahora todos juntos en Domino, empezarán las clases, llevaran una vida normal como estudiantes, el único problema con eso es que ellos no son chicos normales, son hikaris y sin sus yamis no está completa su vida. Tendrán que superar muchos sentimientos antes de tomar su decisión. Tendrán que aprender a vivir sin ellos. Será una prueba para sus almas. ¿Serán capaces de superarla?

Yugi-oh! No me pertenece, si fuera así esto lo estrían viendo como capítulos en televisión xD.

 

21 de Nov.
Había pasado poco más de una semana luego de la inesperada y totalmente agradecida aparición de Shadi, con la tan anhelada noticia, nuestros tres ilusionados hikaris habían seguido las instrucciones al pie de la letra, todos los días sin faltar iban al parque después de clases y se internaban en aquel claro oculto que Yugi les había enseñado meses atrás, se sentaban bajo el gran roble en círculo a meditar.

El lugar era perfecto, el lago estaba congelado como muestra del frio invernal y pequeñas ardillas salían a corretear y deslizarse sobre la delgada capa de frágil hielo, el suave canto de los pocos pájaros hacia el ambiente aún más ameno, en ese lugar callado y habitado únicamente por ellos les era fácil concentrarse y conectarse con la energía de su artículo milenario.

También habían tenido una divertida tarde con sus amigos en la casa-mansión de Duke. Yugi y Ryou habían conversado en privado con Malik sobre que canciones podrían cantar para el festival tomando en cuenta que sus yamis le estarían acompañando y a pesar de los nervios habían elegido un hermoso repertorio, también habían ayudado a Joey, Tristán y Duke a escoger su canción, incluso Tea había escogido algunas opciones para ella y para las chicas del salón.
De más estaba decir que la castaña no estaba nada contenta con el hecho de que no ha tenido más oportunidades de ‘hablar’ con Yugi.

Y hablando de nuestro tricolor favorito, las cosas no parecían ir del todo bien, Yugi se notaba algo… ¿Cómo decirlo? Distraído, parecía que algo importante ocupaba su mente cuando pensaba que los demás no le veían, pero lo cierto era que tanto Ryou como Malik estaban preocupado por su amigo, habían esperado a que Yugi le contara por su cuenta lo que le afligía, pero para ser sinceros ya iba siendo hora de intervenir.

Habían terminado con la “sesión iluminati” del día, Malik estaba recostado contra el árbol mientras Ryou y Yugi reposaban en su pecho, hacia algo de frio y esta era la mejor manera de mantener el calor… además era realmente cómodo y confortable.

En determinado momento Malik movió delicadamente a Ryou para llamar su atención, en cuanto el albino lo encaro Malik cabeceo ligeramente hacia Yugi y su amigo le entendió.

─Nee, Yugi ─Ryou le llamo amablemente rozando con su nariz la mejilla del tricolor, haciéndolo reír.

─ ¿Si Ryou? ─ pidió sonriente.

─Queremos hablar contigo ─informo el albino.

─ ¿Así? ¿Qué ocurre? ─ladeo la cabeza.

─Estos días has estado… no lo sé, algo distraído y… bastante perdido en tus pensamientos ─inicio Ryou.

─Si, nos preocupa que algo te esté ocurriendo y no nos lo has dicho ¿te pasa algo malo?

Los ojos de Yugi se humedecieron al oírlos, sentía la preocupación de sus amigos, sabía que siempre contaría con ellos y, aunque no quería involucrarlos en sus tontas preocupaciones, sabía que era momento de contarles aquello.

─Bueno yoooo… ─desvió la mirada al suelo ─es que… mi abuelo, pues...

─ ¿ocurre algo en tu casa?

─Bueno, después que regresamos del museo mi abuelo de dijo que…

Flash Back

─Abuelo, ya volví ─ llamó el menor entrando en su casa.

─Hola hijo ¿Qué tal les fue? ─saludo el anciano.

─Oh! Muy bien abuelito.

─Hummm… Yugi siéntate ─pidió serio.

Yugi se sentó en una de las sillas del comedor ─ ¿ocurre algo abuelo?

─Si Yugi, esta mañana eh recibido una llamada, emmm… digamos, particular.

─ ¿sí? ¿De quién?

─… De tu tía Naomi.

Yugi abrió los ojos como platos ─De-de-de… ¿mi tía? ─repitió pálido.

─Si ─el anciano suspiro ─van a mudarse.

─ ¿mudarse? ¿A dónde? ─pregunto casi con miedo.

─Aquí, a Domino.

Yugi se dejó caer contra el espaldar de la silla, sus ojos vacilaron por toda la habitación mientras procesaba la información.

─Estos días iré a revisar la casa donde se van a trasladar ─Yugi no dijo palabra alguna ─llegarán en menos de dos semanas.

Yugi solo asintió, se levantó de la silla, le dio las buenas noches a su abuelo y subió las escaleras a su habitación.

Fin de Flash Back

─Esa es la historia.

─Debemos suponer que hay algún problema con tu tía ─dijo Malik.

Yugi asintió ─Mia tía… no me quiere desde que era niño, la verdad es que me llevo bien con mis primas, crecimos juntos, pero antes de mudarme con mi abuelo ocurrió algo por lo que ella me culpa y… bueno, eso es.

─ ¿quieres contarnos qué ocurrió?

─Por ahora no, si nos les molesta ─respondió cabizbajo.

─Hey! está bien ─Ryou le alzó el mentón con una mano ─te escucharemos cuando quieras decirlo ─le sonrió amablemente.

─Gracias chicos.

─ ¿Sabes qué día llegan? ─pregunto Malik.

─Pasado mañana, domingo ─dijo con voz pesada.

Malik se vio unos segundos a los ojos con Ryou antes de volver a hablar ─te acompañaremos a recibirlos ─ofreció seguro, el albino asintió.

Yugi se mostró sorprendido ─ ¿e-e-están seguros? ─preguntó no queriendo involucrarlos en tonterías familiares.

─Claro ─reafirmaron seguros y Yugi supo que no habría forma de hacerlos desistir cuando les vio a los ojos.

─Gracias chicos, no saben cuánto lo aprecio ─ agradeció de corazón regresando a acurrucarse entre ambos con una pocas lágrimas en la comisura de sus ojos.

─No hay de que, estoy seguro de que harías lo mismo si fuera mi padre que viniera a visitarme ─hablo Ryou torciendo un poco el gesto ante la mención de su padre pero de igual manera pasando un brazo sobre el chico a manera de abrazo.

─Eso dalo por hecho.

─Además, siempre juntos ¿recuerdas? ─siguió Malik.

Yugi con una gran sonrisa y un leve sonrojo en sus rostros deposito un pequeño beso en las mejillas de ambos ─de verdad gracias chicos.

Luego de eso pasaron a comprarse un chocolate caliente antes de volver a casa, el frio empezaba a intensificarse.
─Estoy muy emocionado, solo faltan dos semanas para poder verlos de nuevo ─ comento Ryou de la nada, sus ojos brillaban ilusionados.

─Si, tienes razón… ¡como quisiera que estas dos semanas pasaran rapidísimo!, realmente quiero verle ─hablo Malik un tanto apenado.

─Calma chicos, ya verán como estas dos semanas se les pasarán volando ─dijo el tricolor con una sonrisa.

─Nee Yugi, ¿Qué harás mañana? ─quiso saber el albino.

─En la tarde iré con el abuelo a echarle un último vistazo a la nueva casa, simplemente a ver que los muebles y demás cosas estén en orden… Pueden venir si no están ocupados ─añadió apenado.

─ ¿bromeas? No tengo nada que hacer, ¿nos vemos en tu casa a las dos? ─pregunto Ryou notando que ya se acercaban a la esquina donde se separaban.

─Hecho.

─Bien, nos vemos mañana ─se despidió Malik.

─Hasta mañana ─dijeron también Ryou y Yugi tomando sus propios caminos, viendo como el sol se ocultaba en el horizonte.

Yugi entro a su casa en silencio por la puerta principal, su abuelo aún seguía en la tienda, estos días no habían hablado mucho, así que el muchacho subió a dejar sus cosas en su habitación y bajo nuevamente a preparar la cena, cocino un rico estofado y sirvió dos platos, uno lo metió en el horno y le escribió una nota a su abuelo, finalmente tomo el otro y regreso con él a su habitación, encendió la tele y su laptop, las conecto y se acomodó en su escritorio para comer mientras su lista de los videos con las letras de las canciones que había escogido con sus mejores amigos se iba reproduciendo en la tele.

Cuando termino de comer abrazo el rompecabezas a su pecho y empezó a hablarle mientras esperaba que terminaran las canciones, le hablaba como si su yami le estuviera oyendo, le decía que estaba preocupado y nervioso sobre la inminente mudanza de sus familiares y también por el festival escolar, pero así mismo lo emocionado que estaba por poder pasar un día completo con Yami a su lado, así mismo se sonrojaba al recordar la promesa que le había hecho en su último sueño.

Finalmente el chico bajo los trastes para lavarlos, se encontró a su abuelo quien recién terminaba de comer, por lo que tomo ambos platos y se dispuso a limpiarlos.

─ ¿Qué tal les va con las preparaciones del festival? ─se animó a preguntar el anciano, realmente le preocupaba el desánimo que su nieto mantenía en casa.

─Bastante bien, para ser la primera semana, las chicas ya llevan lista buena parte de sus coreografías y la mayoría de los chicos tienen sus canciones elegidas ─comento tranquilo.

─ ¿y tus amigos?

─Bueno…  Joey, Tristán y Duke tuvieron unos cuantos problemas para decidir que canción cantar, pero finalmente logramos solventarlo. Y Ryou, Malik y yo estamos haciendo lo mejor para tener listas todas las canciones.

─Ya veo ─hubo un par de minutos de silencio en lo que Yugi terminaba su quehacer.

─ ¿Abuelo? ─el anciano emitió un sonido para que continuara ─…Ryou y Malik dijeron que quieren acompañarme a recibir a la familia ─informo tímido ─y también irán a ver la casa con nosotros mañana… ¿no es problema?

Solomon suspiro ─para nada hijo.

Yugi sonrió ─Gracia abuelito, buenas noches.

─Que descanses Yugi.

El tricolor volvió a su habitación donde se dio un baño caliente y se puso de pijama un cómodo plantón de color negro y una camisa azul de manga larga y se quedó un rato viendo alguna película en lo que se dormía, no había vuelto a soñar con su yami pero algo le decía que no lo haría hasta volverlo a ver, así que programo el televisor para que se apagará a la media noche y, abrazando su rompecabezas, se acomodó a esperar que el sueño le llegara.

-o- 22 de Nov. -o-

Ding Dong

─ ¡Yo voy! ─se escuchó de la voz de Yugi.

Más rápido que ya, el tricolor había bajado las escaleras para abrir la puerta principal de su casa.

─Buenas tardes Yugi ─saludaron Malik y Ryou.

─Hola chicos, pasen. El abuelo apenas está cerrando la tienda ─el tricolor iba vestido con una sudadera celeste con capucha y un pantalón blanco.

Ryou llevaba un pantalón negro y un sweater verde sobre una camiseta blanca de la cual se notaba el cuello y Malik tenía una sudadera blanca también con capucha y unos pantalones grises.

Se sentaron a conversar, unos minutos más tarde el abuelo apareció por la puerta que conectaba a la tienda avisando que era hora de irse por lo que los tres chicos le siguieron afuera y tomaron un taxi, la casa no estaba demasiado lejos, pero estaba haciendo algo de frio.

Casi a los 10 minutos llegaron a su destino, la casa era realmente preciosa, delante una reja blanca rodeaba a un amplio jardín delantero con algunos caminitos y decoraciones de piedra, la casa estaba pintada de blanco, el abuelo abrió la puerta de metal grisácea y entraron, por dentro las paredes estaban pintadas de un suave tono verde olivo, la sala contaba con un gran televisor de plasma, una mesa baja rodeada por un largo sofá y unos tres sillones más de color crema y madera clara, también había una mecedora, después estaba el comedor, la mesa y las sillas de madera blanca, había una alacena y ajunto la cocina con todos los electrodomésticos ya acomodados, la parte de atrás daba un pequeño patio, también habían unas escaleras en forma de caracol que daban al tercer piso.

Solomon le pidió a su nieto que subiera a revisar las habitaciones en la planta de arriba mientras el revisaba la cocina y el comedor con una lista en mano, seguramente le inventario de los que debía haber.
Los tres hikaris subieron las escaleras, arriba las paredes tenían el mismo color y había cinco puertas, tres de un lado y dos del otro, entraron en la primera de las tres con un llavero que les dio el abuelo y entraron, el cuarto estaba pintado de celeste, un amplio escritorio de madera al fondo juntos a la ventana y a junto a las paredes habían una litera y una cama individual, el armario doble estaba integrado a la pared y hacia juego con el escritorio.

La siguiente habitación estaba pintada de un color pálido entre rosa y naranja, una cama de plaza y media en el centro estaba juntos a un tocador blanco, en la pared de enfrente una tele y un par de repisas, tenía un pequeño balcón y un escritorio igualmente blanco, era obvio que pertenecía a una chica.

La tercera habitación estaba pintada de un suave color azul verdoso como el mar, la cama matrimonial pegada a la pared estaba perfectamente arreglada, el armario y el tocador eran negros, una tele de igual color algunas repisas.

En la pared de enfrente estaba el baño, de baldosas blancas separado de la tina por cortinas verdosas, la última habitación estaba pintada de blanco, una cama matrimonial junto a las mesitas de noche a cada lado y un amplio tocador, una tele y algunas repisas a juego sobre la cama.

Luego de la inspección regresaron a la primera planta. Vieron al abuelo salir de una de las dos habitaciones que había en el corredor entre la sala y el patio, una habitación para huéspedes y otro baño.

─Todo en orden arriba abuelo.

─Perfecto, todo está bien aquí abajo, la casa está lista para recibirlos mañana ─dijo con una sonrisa.

Yugi solo asintió cabizbajo.

─Bien, eso es todo, creo que ya podemos irnos.

─Y mañana… ─Yugi dejó abierta la frase.

─Mañana iremos a recibirlos a la estación a las nueve de la mañana.

Yugi volvió a asentir de la misma manera hasta que Malik y Ryou le pusieron cada quien un mano en sus hombros ─Iremos contigo amigo  ─Yugi le sonrió amable y sinceramente por su apoyo, lo cual sorprendió al abuelo, hacia días que no veía sonreír a su nieto, menos pero sonreír de verdad.

Luego de eso el abuelo regreso a casa, sin embargo los chicos se desviaron para ir al parque como hacían todos los días.

Llegaron al claro y se asentaron en ronda bajo el gran roble, Malik devolvió el cetro a su forma original y comenzaron.
Ryou y Yugi pusieron sus manos alrededor de su artículo mientras Malik lo dejaba en sus manos que reposaban sobre sus rodillas -todos estaban de piernas cruzadas-

Luego de un minuto o dos un brillo salía desde el ojo de Horus en los tres artículos, la sortija y el rompecabezas empezaban a levitar de forma inestable entre las manos de sus dueños, mientras el cetro se elevaba unos cuantos centímetros sobre las manos de Malik.
Una leve aura violeta emano de los tres artículos rodeando a sus respectivos dueños mientras el ambiente se volvía pesado y cargado de una peculiar energía. La respiración de los hikaris empezaba a acelerarse mientras que parecía que la presión el ambiente se volvía más y más espeso.

Finalmente cinco minutos más pasaron y todo se fue aligerando de a poco, el aura desaparecía mientras los tres artículos volvían a reposar dóciles ante sus dueños. Yugi y Ryou soltaron un pesado suspiro mientras Malik regresaba el cetro a su forma resumida y volvía a colgárselo al cuello.

─van 10 días… y faltan 13  ─suspiro Ryou.

Yugi y Malik rieron un poco mientras los tres se movían para acomodarse contra el árbol como siempre.

-o- 23 de Nov. -o-

Por la ventana aún se apreciaba el cielo azulado que recién reciba la poca luz del sol naciente, eran las 4 de la madrugada y un conocido y querido chico tricolor estaba recostado en su cama con las manos tras la cabeza, no había podido pegar ojo en toda la noche y unas leves sombras grises bajo sus ojos lo delataban.
Yugi suspiró por millonésima vez en la noche, se sentía tan solo, anhelaba tanto la compañía y los mimos Yami, él siempre sabía cómo hacerlo dormir o por lo menos aligeraban entre ambos las noches de insomnio.

Yugi volvió a suspirar ─Ay! Ya me deprimí.

De un momento a otro el rompecabezas que descansaba en el pecho de Yugi brillo unos segundos iluminando toda la habitación, mientras tanto los ojos de Yugi se volvieron opacos y decaídos ─Yami.

El tricolor tomo una almohada, la más grande que había en su cama y la puso a su costado, se acomodó de perfil y paso un brazo  por el ancho de la almohada, como si fuera Yami a quien abrazaba, luego puso su cabeza sobre ella, en su mente era el pecho de Yami sobre el que reposaba.
Yugi movió la cabeza hacia arriba anhelando con todo su corazón ver ese par de ojos morado-rojizos que tanto extrañaba… y por un segundo lo hizo, lo vio ahí, su perfecto rostro sereno y tranquilo, su pequeña pero amable y sincera sonrisa que solo le mostraba a él, y sus bellos ojos que tenían el hermoso color de una amatista mesclado con el intenso tono de un rubí mirándole con cariño y felicidad, lo vio ahí abrazándolo, dándole calor y cariño.

Yugi sonrió feliz, pero sus ojos aún estaban perdidos y en cuanto pestañeo inclinándose hacia adelante aquella perfecta imagen desapareció y él volvió a ser presa del frio y la soledad de su habitación, de sus grandes ojos aun sin brillo escaparon gruesas gotas de agua salada que corrieron hasta perderse en la almohada que abrazaba, enterró su rostro en la misma para evitar que cualquier sollozo delator alertara a su abuelo.

─Yami, te extraño… te necesito ─murmuro contra la almohada.

Segundos más tarde sus ojos volvieron a la normalidad y se separó alterado del almohadón, seco sus ojos de manera brusca con el ceño fruncido, como detestaba esto, esos extraños lapsos de ¿locura? -realmente no sabía cómo llamarlo- le estaban haciendo creer que iba a perder la cordura.

Yugi suspiro por enésima vez esa noche.

-8:50 am. Estación de autobuses Domino.

Una joven peli-azul iba cruzada de brazos sentada junto a la ventana mientras los dedos de su mano derecha tamborileaban sobre su brazo izquierdo y su pie hacia lo mismo en el suelo de gran autobús en el que ella y su familia llevaban más de una hora gracias a un pequeño retraso inesperado.

─ ¿Cuánto más falta? ─pregunto ansiosa a una joven de cabello magenta que iba a su lado leyendo una revista.

─En cinco minutos hermana ─dijo en tono cansino, seguramente la chica había hecho la misma pregunta más de un par de veces ─ ¿quieres calmarte un poco hermanita? Si no te conociera diría que un novio por correspondencia te está esperando allá nena ─dijo sarcástica con una mirada picara.

─ ¡¿Qué?! ─grito alterada y sonrojada llevándose una mano al pecho ─ ¿pero qué tontería estas diciendo ahora hermana? ─giro la cabeza hacia la ventana solo para ver cómo se aproximaban a la estación de destino.

-o-

En la estación Domino tres chicos y un anciano esperaban en una de las plataformas. Solomon estaba al frente, atrás un joven albino y otro egipcio trataban de calmar a su mejor amigo.

─Relájate un poco Yugi ─pidió Ryou con las cejas arqueadas en preocupación.

─Ryou tiene razón, estamos aquí y nadie te hará sentir mal mientras estemos juntos amigo.

Yugi tomo un suspiro profundo y les dio una pequeña sonrisa ─gracias chicos, no sé qué haría sin ustedes.

─ ¿perder la calma? ─bromeo el albino.

Yugi rio un poco ─si, probablemente.

─Ya ves, te saque una sonrisa ─dijo Ryou orgulloso, logrando que Yugi y Malik rieran.

─ ¿tengo los ojos hinchados? ─se había lavado la cara a conciencia antes de salir de su habitación, las ojeras ya no eran tan notorias.

─No. Lucen tan bonitos como siempre ─respondió Malik con una sonrisa haciendo sonreír al tricolor.

─Miren, parece que hay viene el autobús.

─Ay! ─se ‘desinflo’ el chico bajando los hombros con las cejas arqueadas.

Malik y Ryou le pusieron una mano en cada hombro ─estamos contigo.

Yugi apretó los ojos y junto las manos “Por favor, por favor RA… yo sé que te caigo bien, ayúdame… aunque sea hazlo por Atem”, ‘rezó’ con ansiedad.

El autobús se detuvo en la estación y los cuatro se acercaron. Las personas empezaban a bajar. Ryou saco su teléfono de color celeste y le dio a grabar ─ ¿quieres decir algo a la cámara? ─enfocó a Yugi.

El tricolor conservaba su expresión preocupada pero le siguió la corriente a su amigo ─que los dioses se apiaden de mí ─alzo los ojos al cielo haciendo reír a los otros dos hikaris.

─ ¡¡¡Yuuuuuuuuuuugiiiiiiiiiiii!!! ─el enérgico grito femenino resonó en toda la estación, Malik y Ryou se llevaron una mano al oído mientras este último pensaba en que el micrófono de su móvil no hubiera sufrido un desperfecto.

Rápidamente el albino giro su celular en la -evidente- dirección de la que provino el llamado, de entre las personas que bajaban del vehículo resalto una chica, más o menos de su misma edad (N/A: los tres tienen dieciséis) un par de centímetros más baja que Yugi con una llamativa y rizada melena azul y brillantes ojos como dos esmeraldas que corría hacia el mencionado tricolor con evidente emoción y los brazos abiertos.

La escena transcurrió en cámara lenta, la chica se dirigió directamente al tricolor ignorando todo a su alrededor. Yugi, quien la miraba con los ojos como platos, solo pudo retroceder un par de pasos instintivamente antes de recibir el impacto de la chica contra su pecho, así ambos perdieron el equilibrio y Yugi se fue de espaldas directo al piso con la oji-verde sobre él.

Todo aquello quedo para la posteridad en la memoria del celular de Ryou quien, sin dejar de grabar, se acercó a su pequeño amigo junto con Malik -quienes se vieron forzados a separarse de Yugi ante la impetuosa entrada de la chica- y pregunto ─Yugi ¿te encuentras bien amigo?

El mencionado, aun en el suelo mientras se recuperaba de la tacleada de la peli-azul se sobo la parte posterior de la cabeza, el golpe no había sido duro ni mucho menos, pero estaba algo desconcertado ─E-eso creo chicos ─respondió débilmente.

Solo entonces la ‘desconocida’ levanto el rostro permitiéndole a los presente ver unas pequeñas gotitas que se formaron en las comisuras de sus ojos ─Estoy tan, tan, tan feliz de verte de nuevo Yugi ─dijo la chica abrazada al tricolor.

Sin decir nada Yugi la retiro con suavidad de encima suyo mientras Malik le tendía una mano para ayudarlo a levantarse, Ryou seguía grabando.
Ya en pie y estable Yugi ayudo a la chica a levantarse.

─Sí que ha pasado tiempo prima Kurumi ─sus amigos se quedaron boquiabiertos ante la información recibida… ¿primos?

─Te eh extrañado tanto primo ─la joven recién identificada como Kurumi volvió a rodear a su primo en un abrazo.

─ ¡Kurumi! ¡Santos cielos! Mamá te dijo que no te alejaras ─la joven de largos cabellos magentas se acercó corriendo a su hermana menor aunque se quedó estática en cuanto reconoció que abrazaba ─ ¿Yugi? ─pregunto con cautela levantando sus lentes de sol y dejando ver unos preciosos ojos verde azulado.

─ ¿Akari one-san?* ─la joven mujer de alrededor de 27 años se acercó para saludar también a su primo.

─ ¡Mamá! ─dos chicos idénticos de 8 años estaban corriendo hacia la peli-magenta, unos pasos detrás una mujer de cabellos negros los seguía seria.

─Vaya, pero si son los gemelos Keita y Shouta, la última vez que los vi eran tan solo unos bebes ─dijo el tricolor con una sonrisa nostálgica.

Los gemelos se acercaron con algo de recato al tricolor, tenían el cabello corto y alborotado de un profundo color negro con las puntas violetas igual que Yugi, aunque sin los mechones rubios, tenían la piel clara y los ojos verdes, cuando Yugi se hincó a su altura y les sonrió amablemente los niños se miraron entre si y luego saludaron más animadamente.

─ ¡Tío Yugi! ─saludo Shouta, el mayor, que era apenas dos centímetros más alto que su hermano, se abrazó al rey de los juegos.

─Mamá y tía Kurumi nos han contado mucho sobre ti ─dijo imitando a su gemelo.

Ryou y Malik miraban la escena con una sonrisa, el albino aún seguía grabando, de repente un carraspeo femenino interrumpió el momento, la mujer pelinegra se acercó lentamente a los tres chicos, su sola presencia logro que los gemelos se separaran de Yugi quien se levantó rápidamente con la cabeza gacha, sin mirar en ningún momento a los -fríos e intimidantes- ojos azules de la mujer.

─Yugi ─’saludo’ la mujer.

─Ti-tía Naomi.

Ryou supo que era el momento de dejar de grabar y acompañar a su amigo. Cerro su celular y lo guardo en su bolsillo, él y Malik se acercaron a Yugi ─mientras estemos aquí nadie te hará sentir mal ─repitieron en un susurro a la oreja del tricolor poniendo una mano en cada hombro del chico.

Llevando una mano a su rompecabezas y sintiendo profundamente el apoyo de sus amigos Yugi levanto la cabeza con seguridad.

─Emmm… ellos son mis mejores amigos, Ryou y Malik ─movió su palma frente a cada uno al presentarlos.

─Es un placer conocerlos ─saludaron con una pequeña reverencia.

─un gusto ─respondieron las hermanas y los gemelos.

─El placer es nuestro ─respondió la mujer de manera seria. Afortunadamente el abuelo salvo a los tres chicos iniciando una conversación con la mujer.

Y sin que nadie se diera cuenta Yugi termino en el suelo por segunda vez en menos de cinco minutos, cortesía de un enorme y hermoso perro siberiano que le salto encima y empezó a lamerle el rostro con cariño.

─ ¡Darkness! ─gritaron Yugi, Kurumi, Akari y los gemelos ente risas mientras la peli-azul intentaba sacar al can de encima de su primo.

Continuará…

Notas finales:

*One-san: significa hermana mayor, es una forma cariñosa de llamar a la chica por parte de Yugi

¿Qué tal gente? ¿Cómo están todos? Lamento la tardanza (aunque la verdad ni recuerdo que día actualice… meh! Yo siento que me tarde xD) la cuestion es que eh tenido algunos problemas familiares y hay cosas que le bajan en animo a una T_T
Tachaaaaan… Finalmente apareció la misteriosa chica y su familia, ¿Qué tal? Díganmelo todo, decepcionados, intrigados… con ganas de lanzarme un tomatazo.
Por cierto, recomiéndenme canciones para Joey, Duke y Tristan… recuerden que Seto estará ahí

Saludos a tod@s l@s lect@res, gracias por lo favs y comentarios.

Pd. Si los moderadores de la página leen esto, les pido por favor que en la lista de los personajes de Yu-Gi-Oh! Incluyan a Yami Bakura y a Yami Marik!!
Únanse a la causa y publiquen la petición en sus historias, entre más seamos, más posibilidades tendremos de ser oídos… o leídos xD

Bueno, creo que eso es todo por ahora.

Aquí estoy porque eh venido
Porque eh venido, aquí estoy
Y si no le gusta mi canto
Como eh venido. Me voy!

Nos leemos


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