La noche de la llegada de Malik fue toda una experiencia para nuestros tres adorables hikaris. Ryou y Yugi fueron al aeropuerto a recibir a los hermanos egipcios, fueron a conocer la nueva residencia Ishtar en una limosina cortesía de Duke Deblín, quien actualmente llevaba exitosamente sus negocios con Industrias Ilusión (N/A: creo que así se llama la empresa de Maximillion Pegasus)
Al llegar al lugar Yugi y Ryou ayudaron a Malik a acomodar sus pertenecías para poder llevarle a casa del albino a una fiesta sorpresa de bienvenida con todos sus amigos que ellos mismo habían organizado. Habían invitado a toda la pandilla -Tea, Joey, Tristán, Duke, Mai, Seto, Mokuba- La faena término bastante tarde por lo que el tricolor y el recién mudado se quedaron a dormir, vieron películas, comieron palomitas, conversaron y rieron.
Todo esto no hizo más que unirlos aún más, los tres parecían sentirse demasiado cómodos entre sí, las circunstancias en que se conocieron pese a todo, les habían ayudado a desarrollar un vínculo especial y se querían mucho. Era un cariño de hermanos, muy unidos la verdad. Se sentían muy en confianza, brindaban y recibían mucho cariño y apoyo, gracias a sus vivencias en común entendían sus emociones, sus inseguridades, las dudas que tenían respecto a ese tema en particular.
----------------En la nueva casa Ishtar------------------------
Malik se hallaba acostado bocarriba en su cama, era cerca de la una de la tarde y estaba reposando luego de haber almorzado, mantenía al pequeño Kuriboh violeta entre sus manos con la vista fija en el techo de su nueva pieza, se sentía muy cómodo en estando ahí, pero había algo, una sensación extraña que no le permitía estar cien por ciento relajado, era inquietante, como si supieras que algo te falta pero no sabes él ¿qué? Y por más que lo pienses no lo sabes. Malik ya había experimentado eso antes, pero no lograba relacionarlo con algo en concreto, así que simplemente lo dejo pasar.
Se giró en la cama hasta quedar de costado para ver la mesita de noche, sobre ella había una foto en un portarretratos que lo hizo sonreír. Estaba él junto a Ryou y Yugi, el más pequeño se hallaba en la mitad y rodeaba con sus brazos el cuello y hombros de los otros dos haciendo una ‘V’ en ambas manos, el albino y el moreno a su lado imitaban en gesto con una mano mientras la otra la pasaban por la espalda del tricolor respondiendo al abrazo, todos sonriéndole a la cámara. Esa foto se las había tomado Joey la noche de la fiesta hacía ya dos días, y a la mañana siguiente antes de irse de la casa de Ryou el albino había insistido en imprimir esa foto en particular, sacaron dos copias más y cada uno eligió un marco para que los tres pudieran tenerla como recuerdo.
Para Malik esa fotografía significaba mucho, le recordaba el lazo tan fuerte y sincero que tenía con los otros dos, y eso le hacía muy feliz, tener amigos de verdad era mucho mejor de lo que alguna vez pensó, o quizá era que Yugi y Ryou eran chicos muy especiales… a lo mejor y un poco de ambas, desvió un poco la mirada hacia el objeto alargado que estaba junto a la foto, la regreso a la imagen viendo los colgantes que portaban con orgullo sus amigos y volvió a ver su propio artículo tomándolo en sus manos, a veces deseaba que su cetro fuera más parecido a los artículos de sus amigos o al que antes tenía su hermana, ellos podían llevarlo al cuello sin problemas, él no podía y eso le frustraba un poco cuando pensaba en como haría al entrar a clases. Suspiro
Dos golpes resonaron en su puerta.
─Adelante
Ishizu entro
─Hola hermanito ─ saludo con voz suave mientras iba a sentarse en la cama, la joven mujer egipcia llevaba un largo vestido de color amarillo pálido, de manga larga y sin hombros (N/A: como el que lleva cuando se presenta con Kaiba en el museo) un amplio lazo dorado lo ajustaba a su cintura ─ dime, ¿te gusta la casa?
Malik le sonrió aun recostado ─ Me encanta Ishizu, estoy feliz de estar aquí ─ respondió con sinceridad. La chica noto el cetro en sus manos y se tensó un poco ─esa noche no te lo llevaste ¿cierto?
─No
─Sabes lo peligroso que pude llegar a ser, y lo nervioso que pone a Odion, no deberías de alejarte de él.
─Lo sé, pero no creo que a los chicos les haga gracias verme con él en manos recordándoles todo lo que Marik hizo y como no puedo llevarlo al cuello como Ryou o Yugi…
─De eso venía a hablarte
─Eh?
Ishizu revelo un libro que traía a sus espaldas ─estuve leyendo algunos libros en el museo y encontré este hechizo ─ dijo mostrando una página en especial.
Malik tomo el libro en sus manos leyendo por encima el texto, el libro en cuestión enseñaba un antiguo hechizo que controlaba los poderes de ‘X’ objetos y podía reducir, ampliar o manipular en general la apariencia de este y únicamente cambiaba a voluntad de su dueño. Los ojos de Malik brillaron.
─Creo que podrías reducir el mango del cetro para que puedas usarlo como colgante igual que tus amigos.
─Gracias hermana.
─Quieres intentarlo ahora?
Malik asintió y ambos se sentaron en el piso, él de piernas cruzadas con el cetro enfrente, Ishizu le indico que cerrará los ojos y se concentrara en la energía que emanaba del artículo, la joven empezó a recitar un cantico que venía en el texto. Malik se vio transportado en un espacio violeta donde veía enfrente el cetro levitando con un aura oscura a su alrededor, sin embargo esta aura parecía tener una forma extraña a los ojos de Malik, parecía tener forma humana, era una figura que reconoció rápido, era la silueta de Marik quien estiraba una ‘mano’ en su dirección, él chico sin ser muy consciente de lo que hacía estiro su mano para alcanzarlo percibiendo que esa sensación que lo mantenía intranquilo antes desaparecía rápidamente.
─Malik repite después de mi ─ alcanzo a oír entre la bruma la voz de su hermana deteniendo en seco sus acciones. “Este no es momento para dejarme llevar por jugarretas de mi mente” pensó mientras veía la silueta desaparecer.
Repitió las palabras de Ishizu con cuidado de no equivocar ni un solo sonido y en su mente formo la imagen del cetro reduciendo el largo del mango, para que finalmente quedara la esfera con el ojo de Horus y sus extensiones a los lados con una punta abajo junto a un mediano circulo en la cima por donde pudiera pasar una cadena.
─Bien, parece que eso es todo ─ indico la joven egipcia cerrando el libro.
Malik abrió los ojos, viendo el artículo en suelo frente a él, era idéntico a como lo había imaginado, sonrió feliz, ahora podría llevarlo al cuello como sus amigos, lo tomo entre su manos. Ishizu tomo un cordón de su bolsillo y con mucho cuidado de no tocar el artículo lo paso por el aro en la cima, le hizo un nudo y le extendió los extremos a su hermano, el chico feliz lo amarro a su nuca, era idéntico al que usaba Ryou en su sortija, pensó que más adelante podría convencer a sus amigos para ir a comprar una cadena para ambos artículos.
─Gracias hermana
Ishizu le sonrió con cariño y se levantó ─Odion y yo nos regresaremos al museo en unos minutos ¿quieres venir con nosotros?
Malik se lo pensó un momento, estar en el museo no le atraía lo que se podría decir mucho, pero pensó que se lo debía a sus hermanos, ellos había hecho demasiado por él, lo menos que podía hacer es acompañarlos al museo de vez en cuando así que accedió
…
El menor de los Ishtar acaba de entrar al museo tras sus hermanos cuando dos voces muy conocidas le llamarón, inmediatamente regreso sobre sus pasos para encontrarse con sus mejores amigos al pie de las escaleras del museo. Corrió hacia ellos.
─Hola chicos! Que andan haciendo por aquí?
─Hola Malik! ─ saludaron al unísono ─Pues nos encontramos de casualidad a unas cuadras y pensábamos ir un rato al parque de aquí cerca a conversar cuando te vimos entrando al museo ─ respondió el tricolor.
─Hola muchachos ─ saludo Ishizu quien había salido a buscar a su hermano.
─Buenas tardes señorita Ishizu ─ correspondieron Yugi y Ryou haciendo una pequeña reverencia.
─ ¿Gustan pasar? ─
─ Claro
─ Vamos al patio trasero ─ propuso Malik
Las tres luces atravesaron el museo viendo que había varias cajas regadas en diferentes puntos, parecía que estaban acomodando nuevas adquisiciones para una próxima exposición. En esas llegaron a una gran puerta que daba a un patio interno accesible solo para el personal, se sentaron en una mesa que había a la sombra de uno de los árboles, el otoño recién empezaba y apenas se podía notar las suaves brisas que indicaban la aproximación del frio.
─Nee Malik, ¿recuerdas que prometimos darte un recorrido por la ciudad? ─ hablo Ryou.
─Si ¿Por qué?
─ ¿Qué te parece si salimos mañana?
─Si! ─ apoyo Yugi ─ la pandilla quiere salir y hacer algo todos juntos mañana, ¿Qué te parece si te damos el tour mañana y en la tarde nos reunimos todos?
─Me parece perfecto, pero ¿A dónde vamos a ir después?
Los otros dos se miraron cómplices antes de responder al mismo tiempo ─vamos a nadar! ─ expresaron con efusividad. Malik trago grueso.
─A… A nadar?─ repitió nervioso
─Si! ─hablo esta vez el albino, sin notar el tono en la voz de su amigo ─ ya empieza el otoño y el frio llegará pronto por lo que no podremos volver a nadar hasta que termine el invierno así que queremos aprovechar esta última ocasión.
─Que dices Malik?
─Yo… ─ le tembló la voz ─ es que yo…
─ ¿Qué pasa? ¿No te gusta nadar? ─pregunto el oji-violeta
─No es que no me guste ─ dijo agitando sus manos por delante ─ es solo que… no sé nadar─ explico en voz baja totalmente avergonzado, sonrojado y bajando la cabeza.
Yugi y Ryou se miraron entre si asombrados, pero luego miraron a Malik con comprensión, cada uno llevo una mano a su hombro.
─No tienes por qué avergonzarte de eso Malik ─ consoló Yugi
─Es cierto, no saber nadar no es nada del otro mundo, si quieres Yugi y yo podríamos enseñarte, si te parece, claro.
El aludido levanto la cabeza hacia sus amigos, el sonrojo aun decoraba su tez morena, sus ojos brillaban con pena haciéndolo ver adorable a ojos de sus amigos y hermanos quienes observaban la escena desde la puerta pasando desapercibido por los tres adolescentes.
─ ¿Lo dicen enserio?
─Claro! Para que están los amigos.
─Muchas gracias chicos!
Se abrazaron. Malik parecía empezar a acostumbrarse a las muestras de cariño.
Continuará