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Full Moon por CaroJi

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Notas del fanfic:

Descargo de Resppnsabilidad: Shingeky no Kyojin no me pertenece, su creador es Isayama Hajime y yo solo estoy utilizando a sus personajes.

 

La trama de la historia es totalmente de mi creación.

Las velas rojas que alumbraban la austera habitación dejaban ver a un joven tendido en la cama, mientras este mostraba señales de estar sufriendo de horrible forma ataques de epilepsia aunque no fuera así, solo era el pago por querer ser como él; justo como el hombre que se encontraba sentado en el pequeño sillón rojo de la habitación mirando por la gran ventana hacia las afueras.

 

Para el joven todo pasaba lenta y dolorosamente, quería que todo parara pero eso no iba a ser posible, el mayor se lo había advertido pero aun así quería seguir con ello. Eso era lo que más deseaba.

 

Entonces el otro hombre volteo a ver al muchacho agonizante, después de estar viendo hacia fuera prestando extrema atención a la nieve que caía lentamente y se acumulaba delicada, dejando una fina capa blanca sobro todo a su paso, se acercó despacio.

 

Camino como si el tiempo fuera eterno y nunca fuera a acabar, se sentó de cuclillas frente a la cama y vio la cara del castaño, esta se encontraba cubierta por finas gotas de sudor, similares al roció de la mañana en el pasto, y luego miro fijamente a los ojos del chico.

 

Esos malditos ojos aguamarina que lo había convencido de hacer eso, era la segunda vez que lo hacía y la primera vez el chico que también lo había intentado, murió por no soportar el veneno que el magnífico hombre le había inyectado.

 

Pero aun con todo eso en la cabeza del mayor de ojos azul eléctrico, su rostro no reflejaba inquietud alguna tal vez era por que esperaba el mismo resultado pero algo le decía que este muchacho, de ojos aguamarina, piel canela, aroma a chocolate amargo envuelto en un delicado toque de vainilla y de nombre Eren Jaeger, era definitivamente otra cosa.

 

Para ese momento Eren había caído en los brazos de Morfeo debido a los efectos dolorosos de la transformación.

 

Mientras dormía Eren recordó cómo fue que conoció a ser de ojos eléctricos penetrantes, cabellos negros, piel nívea y llamado Levi Ackerman, un vampiro.

 

:::::::

 

Ya era de noche en la Cuidad de Angermünde, situada en el Distrito de Uckermark, en el Estado de Branderburgo, Alemania; y la primera nevada de la temporada iniciaba, cubriendo los techos de las casas y campos con una delgada capa blanquecina, producto de la bellezas de la naturaleza.

 

El castaño se encontraba en su cuarto en el tercer piso de una vieja casona, miraba por la ventana todo el maravilloso show que solo así podía deleitar pues ser paralitico en esta época del año era horrible y no solo por mencionar el frio que hacía, mismo que no lo dejaba dormir en este instante, sino también por la nieve que se acumulaba y no dejaba que la silla de ruedas anduviera bien pues cada veinte centímetros se tenía que detener por esta y eso era la cosa más molesta para él.

 

Mientras él divagaba en su cabeza, la pequeña nevada dio paso a una gran tormenta que ya se esperaba y que hacía que todos corrieran a cubrirse de la misma y así poco a poco las calles de la pequeña ciudadela se fueron vaciando dejando solo a uno que otro ebrio que salía de una cantina cercana tratando de llegar a su casa con sus escasos cinco sentidos y también a algún vagabundo buscando un lugar para cubrirse de la nevada y no morir congelado o por lo menos no pasar tanto frio como el que estaba haciendo.

 

Eren sintió el frio sepulcral que hacía así que acomodo mejor la manta que tenía sobre las piernas y volvió a colocar su mirada a la ventana, en ese peculiar tiempo vio algo irreal, una persona se encontraba en el techo de la casa de dos pisos de enfrente.

 

Esta persona se encontraba caminando, sino es que danzando de una bella forma en el peligroso techo de tejas rojas mientras la tormenta de nieve empezaba a disminuir. Sus pasos eran ligeros y delicados, finamente cuidados, si alguien más lo hubiera visto de inmediato estaría diciendo que ese extraño, si así es “extraño” pues Eren hay había logrado diferenciar su sexo, estaba loco o zafado de la cabeza para hacer algo tan peligroso que seguramente haría que se le rompieran al menos unas cuatro o cinco costillas, más una que otra vertebra si caía de ese lugar. Pero Eren estaba perdido en los tiernos y etéreos movimientos del extraño, era como ver a dos amantes bailar un vals, solo que este era interpretado por la nieve y un excepcional ser.

 

Casi parecía que el insólito ser había notado la mirada de Eren cuando se acercó a la orilla del techo, justo se detuvo en la última teja de este y puso ambos pies con una firmeza inigualable, a menos claro que estuvieras en el suelo.

 

El castaño por poco y suelta un grito de ver aquella acción tan irresponsable, pero fue un grito que ahogo en su garganta ya que todos estaban dormidos y no quería despertar a nadie, pero eso solo le duro en ese instante pues al azabache se le ocurrió que sería más divertido ver su reacción si se sentaba en esa misma orilla.

 

Ágilmente se sentó en ese lugar al final de la teja y chocando contra el canalillo colgó sus pies, dejando que se mecieran sutilmente como si se encontrara en una banca normal y corriente, Eren grito pero trato de silenciarlo colocando su manta en su rostro para amortiguar el sonido, cosa que le ayudo de mucho.

 

Levi estaba divertidísimo como las acciones del muchacho, se preguntó que hacia una persona aun despierta a esas horas así que quiso verlo más de cerca y como si solo fueran diez centímetros, la distancia que había entre las casas, salto.

 

Eren casi muere de pánico por lo que acababa de hacer el extraño y hasta se olvidó de lo que había hecho solo hace unos instantes en el techo.

 

El Ackerman estaba más que encantado con la muestra de miedo de Eren, ligeramente como si de una pluma se tratase llego a la orilla de la ventana del cuarto del castaño y con ayuda de sus pies movió la nieve que se había acumulado ahí para poder pararse mejor y observar mejor al chiquillo se ojos agua.

 

De inmediato noto la silla en la que se encontraba y como iba vestido, al parecer él no tenía planeado dormir pues aun usaba una camisa blanca, sus pantalones negros con tirantes, unos calcetines negros y unos zapatos también negros, una manta cubría sus piernas.

 

Eren también detallo al extraño que se encontraba a las afueras de su ventaba y miro que traía puesto una gabardina color negra, una camisa vino entre abierta,  un pantalón, calcetines y zapatos negros.

 

Levi se sentó cómodamente en el borde de la ventana y fijo la vista hacia la hermosa luna llena que se encontraba en el cielo negro, su cara se bañó con la luz de la luna y mostro a Eren una bella e inigualable figura. Ciertamente lo que se encontraba fuera era el mismísimo demonio pero para el joven solo se le podía comparar con un ángel, si así había calificado al hombre desconocido, como un celestial ser.

 

De nueva cuenta Levi poso su mirada sobre  el chico y en un susurro, que a los oídos del castaño sonaban claras y fuertes sus palabras, le pregunto si le dejaba entrar, a lo que respondió con un: “Claro, pasa”.

 

Con un rápido movimiento movió la sección de la ventana que se abría y entro a la habitación, se sorprendió de ver lo limpio que estaba.

 

-Disculpa el tiradero –rio nerviosamente Eren mientras levantaba unas prendas que había dejado en el suelo en la mañana pero solo eso era lo que estaba de “tiradero”.

 

Levi dejo salir una pequeña risilla, misma que sorprendió al castaño y negó con la cabeza pues nada de eso le incomodaba, recoger ropa era rápido pero limpiar hasta en las esquinas más recónditas de una habitación sí que era difícil y la pieza del castaño mostraba que lo hacían con empeño.

 

Eren se acercó a la cama, movió las cobijas para poder entrar a ella y dormir, se impulsó con sus brazos de la silla al espacio arreglado y se acomodó en la cama levantando de una en una sus piernas con ayuda de sus manos. Todas esas acciones eran observadas por el mayor que estaba sentado cómodamente en el pequeño sillón rojo para dos de la habitación.

 

Por fin Eren logro estar dentro de la cama y cubierto de las piernas, se había quitado la camisa y los tirantes del pantalón, dejando ver su piel canela.

 

-Buenas noches.

 

Fueron las ultimas palabras escuchadas en esa pequeña habitación que ahora detallaba Levi, la luz que se encontraba solo era la que entraba por la gran ventana y la de las velas que Eren dejo prendidas, había una cama, un tocador que estaba en el lado derecho del cuarto, un pequeño ropero a su lado, el sillón en el que se había sentado del lado izquierdo, una silla de madera color marrón y un pequeño buro a lado de la cama.

 

Levi se quedó ahí hasta que por el horizonte se empezaba a asomar el sol para dar  paso a la mañana, entonces se fue. Eren despertó cuando sintió los rayos del sol sobre su cara y busco con la mirada al extraño que había estado en su cuarto la noche anterior y no lo encontró pero vio una nota sobre el sillón rojo así que se sentó en la silla y rápidamente se acercó a donde estaba la nota y la tomo entre sus manos.

 

“Vendré mañana en la noche. L.”

 

El muchacho estaba emocionado de alguna forma vería al espectacular ser esa noche de nuevo.

 

Más tarde su madre lo llamo para que bajara a desayunar, ya se encontraba duchado y vestido, y como todo un profesional en esa silla bajo las escaleras hasta el primer piso, para él bajar todos esos escalones era lo de menos pero subirlos era otra historia y era su padre quien le ayudaba. Sus padres le habían dicho que era más conveniente que pasaran su cuarto a ese piso donde se encontraba la habitación de su hermana adoptiva Mikasa, una morena de ojos grises y de gran carácter, pero él se había negado pues le encantaba su habitación del tercer piso y más ahora que tenía una razón para no querer cambiarse de cuarto.

 

Eren había sufrido un horrible accidente de tránsito, si es que se le puede considerar de esa forma cuando eres atropellado por un carruaje,  cuando era pequeño, mismo que lo había dejado paralitico y en esa silla de ruedas, todo por salvar a otro chiquillo rubio que cruzo indebidamente la calle.

 

El rubio llamado Armin Arlert siempre se sintió mal al respecto pues si él hubiera cruzado como era debido la calle nada de eso hubiera sucedido, pero ya nada se podía hacer y ambos se volvieron amigos junto con Mikasa.

 

Desayuno y tranquilamente con su familia y aun que quiso salir fuera sus padres le dijeron que tenía que esperar hasta que la mayoría de las calles estuvieran despejadas para poder andar sin dificultad, así que fácilmente acepto y pidió a su padre que lo subiera nuevamente a su cuarto.

 

Su padre lo cargo escalones arriba, mientras que Mikasa llevaba la silla. Ya en la habitación se dispuso a dibujar al maravilloso extraño que conoció.

 

Hizo dos dibujos del mismo, el primero fue de cuando lo vio realizar tan bella danza con la nieve. Se podía apreciar al azabache realizando un fino paso de vals acompañado por una dama hecha de nieve, ambos de alguna forma se complementaban, era como ver un sueño. Todo el dibujo estaba realizado con carboncillo en el cuaderno de dibujo el muchacho.

 

El segundo dibujo fue un retrato del azabache, el retrato era del momento en el que el oji azul miro la luna perdidamente pues Eren pudo detallar de sobre manera las facciones de Levi.

 

Era fácil ver que el hermoso ser del dibujo se encontraba de perfil fuera de la ventana y mirando, de alguna forma, dulcemente a la luna. Los negros cabellos eran cortos de los lados, dejando así largos los de la parte superior, su blanca piel brillaba por la luz del astro en ese momento y sus ojos eléctricos resplandecían de forma encantadora e hipnotizantes. Este segundo dibujo lo había hecho con gises pastel y lápiz, mientras veía la ventana de vez en vez recordando lo sucedido.

 

Eren había acabado ambos dibujos cuando su hermana Mikasa entraba por la puerta de la habitación con un par de bebidas calientes, chocolate para Eren y té negro para ella.

 

-Toma Eren, hace mucho frio, calienta tu cuerpo –dijo mientras le tenía la taza caliente.

 

-Gracias Mikasa –El castaño sonrió y tomo la taza entre sus manos para poder soplarle y enfriar un poco el líquido y evitar quemarse.

 

Mikasa vio el cuaderno de dibujos y quería saber que obras había hecho esta ocasión su hermano adoptivo pues desde que se accidento no tenía muchas formas de diversión, trato el ajedrez en silla de ruedas y fue un total fracaso hasta un perro le hubiera ganado de proponérselo, sus padres en compensación le compraron todo tipo de artículos para pintar y dibujar, la mayoría termino guardándolos en la habitación contigua para evitar así que su cuarto pareciera un almacén y es que entre caballetes y lienzos para pintura con óleo, pliegos de papeles variados para distintas técnicas, desde acuarelas hasta gises pastel, eran muchos los que tenía y cada cuanto le compraban más.

 

Al final termino con solo su cuaderno nos cuantos carboncillos y los gises pastel en su habitación, pero eso no quería decir que no utilizaba todo lo demás, no era un derrochador pero sus padres parecía que si lo eran.

 

Eren noto la atenta mirada de su hermana hacia su cuaderno y por primera vez sintió que no debía mostrar sus dibujos, era como si sintiera que si los mostraba ella se los robaría o algo peor, por andar dibujando al especial ser.

 

La chica noto el extraño comportamiento del castaño y como pudo le arrebato el cuaderno de dibujos, rápidamente vio el hermoso retrato y se sorprendió pues era la primera vez que veía un retrato así, parecía que era una fotografía a blanco y negro con color gracias a las sobras que había utilizado y mismas que le proporcionaban la luz para hacer muy real el esbozo.

 

Miro a Eren y noto que estaba sonrojado, ella no entendía por qué si era un simple dibujo hasta que una punzada le pico, ¿será acaso que su hermano estaba retratando a una persona que conocía? No, eso no podía ser posible, después de todo siempre pasaba el tiempo con ella o con Armin, entonces ¿Por qué?

 

-¿Quién es, Eren?

Notas finales:

Gracias por leer y si les gusto dejen un review, eso me hari muy feliz 


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