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Presidente del club de fanáticos por AquaDreams

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son ídolos de la empresa S.m Entretenimient en Corea del sur. 


Cualquier parecido con la realidad es
pura coincidencia

Notas del capitulo:

Algunas cosas dichas en el Fanfic son inventadas. 

Si les gustó dejen su rw.


ES UN ONESHOT, POR LO CUAL, CONSTA DE SOLO UN CORTO (CAPÍTULO). No tendrá continuación por si se lo preguntan. 

Jonghyun escuchaba Danger de una de las canciones como solista de Taemin mientras navegaba por internet, deteniéndose viendo las imágenes del debut de Taemin, que últimamente era furor en las redes el cambio repentino del pequeño maknae de Shinee.

Y eso mismo se planteaba el segundo mayor del grupo: ¿Cuándo se había convertido en lo que era ahora?, porque podía decirlo con certeza que Taemin se había puesto guapo, demasiado, y por no dejarlo así le agregaba que bueno, demasiado bueno estaba Taemin como para que sea su menor.

Pero parecía que a él poco le importaba. No le avergonzaba demostrar que realmente admiraba y gustaba de su menor, o mejor dicho, le encantaba. Que lo celaba en programas de radios, televisión e inclusive se había proclamado el presidente de su club de fanáticos.

Minho disfrutaba molestarlo, principalmente porque la pareja más seguida era el 2MIN, y Jonghyun obviamente moría de celos, por eso a Minho le gustaba mostrarles fañarte de esa misma couple. Jonghyun solamente bufaba y le aventaba lo que tenía cerca. Pero sabía que Minho lo hacía para molestarlo, porque el pelinegro sabía lo que él sentía por Taemin.

Key solamente rodaba de ojos y le daba esas miradas que decían: Ve y afronta tus sentimientos. Claro, porque desde que apoyo aquella causa, si, la misma que causo tanto furor, le dijo a sus compañeros de grupo su sexualidad, al principió pusieron el grito en el cielo, principalmente Onew, que como líder del grupo, no quería que eso saliera a la luz por el simple hecho de que quería tanto a su menor que no podía permitir que juntaran firmas para que le quitaran del grupo. 

Jonghyun muchas veces había pensado en ello, en decirle a Taemin que aquello que sentía por él era tan fuerte que no podía no sacar sus comentarios tan cariñosos con él, o ni siquiera si él menor estuviera presente. Si decían Taemin el seguramente le halagaría y hablaría de él como un dios o una especie de hada, de aquellas que te enamoras sin siquiera darte cuenta porque tienen ese poder sobre ti.

Y Kibum le regañaba cuando le decía que iba a perder a su preciada hada, como él le decía muy a menudo. Pero Jonghyun estaba confundido. El menor, aunque no lo pareciera, derrochaba heterosexualidad por todos lados… ¡Todos, y cada uno de ellos! Tanto se sorprendieron todos esos mensajes con otras cantantes y actrices femeninas en el móvil del joven.  ¿Qué posibilidad tendría él cuando Taemin tenía todas esas mujeres bellas detrás de él?

Ninguna, ¿verdad?

Mientras que Jinki no se metía en aquello, realmente no quería interferir, no es que no le importara o algo por el estilo, porque simplemente no le nacía aconsejarle y darle esperanzas cuando había un 1% de 100% que el otro le rechazara, y él no quería darle alas cuando luego se sentiría culpable por alentarlo.

Y Jonghyun se perdía en esa piel desnuda en la pantalla de su laptop, ese cabello rubio, esos labios gruesos y, que se notaba a leguas, apetecibles y suaves. Oh, estaba tan perdido en aquella imagen que se llevó un gran susto cuando la puerta se abrió bruscamente, para luego, volver a ser cerrada.

— ¿Qué haces, Jjong? — Taemin pregunta, mirando la pantalla fijamente, viendo que era él quien posaba sin camisa en esas fotos de prueba.

— O-oh… yo… — Se le debía de ocurrir algo inteligente. Vamos, Jong piensa, tú puedes. Se dijo a si mismo mientras rascaba su nuca — Estaba leyendo los mensajes de la red social, he visto varios buenos comentarios.

— ¿En serio? — Y en los labios del menor nació una casi invisible sonrisa, porque por un momento estuvo asustado. — Creí que me odiarían, Jjong…

— Tranquilo, te quieren más de lo que tú piensas. Es el shock del momento que algunas no acepten que seas solista, pero créeme que  se arrepentirán cuando seas el doble de famoso que ahora.

— ¿Tú crees eso? — El menor camina cerca de Jonghyun quien pudo aspirar su varonil perfume, aquel que le gustaría tener pegado a su piel cuando despertase, luego de noches intensas de amor con ese rubio. A Jonghyun le hubiese encantado sentir que Taemin le tocara los hombros, o algo, solo un toque de piel, pero el menor simplemente se sentó en la cama más cercana a dónde él estaba, quizá uno o dos metros de donde él se encontraba sentado.

— Por supuesto, eres Lee Taemin el pequeño maknae de Shinee y desde ahora también serás Lee Taemin, el genial solista de Corea y el mundo entero.

— Eso suena realmente bien… — Pudo saborear las palabras, y el momento e inevitablemente sonrió, haciendo que Jonghyun También lo hiciera. — Aun que mucha gente me ha dicho que tu merecías el solo más que yo. — Hace un puchero, porque claro, seguía siendo el joven y mimado maknae de siempre aquel que le gustaba hacer aegyo cuando se encontraba solo con sus hyungs.

— ¡Pamplinas! — Dije haciendo un ademan, quitándole importancia a esas palabras, y frunciendo su ceño. — Yo no quiero ningún solo, además estoy feliz de que tú lo obtuvieras.

— Gracias, hyung. — Musita, mirándole fijamente a los ojos, tan fijo que Jonghyun pensó que estaba tratando, y logrando, leer su mente. Y casi por inercia despegó su vista tratando de que el menor — Eso es muy dulce de tu parte.

— No es nada, soy tu hyung y después de todo te quiero ¿No es así?

— Yo también te quiero, hyung… — Sonríe nuevamente. Mira su móvil, que el led brillaba. — Oh, debo irme hyung. Hoy tengo programa de radio, una entrevista con una revista y perfeccionar la coreografía.

— Claro.

 

Suspiró al ver la espalda de Taemin abandonar la habitación. Se puso los cascos y siguió escuchando el álbum completo, una y otra vez, de Taemin.

Esa noche en la casa solo serían Kibum y él, Minho estaba en un nuevo proyecto de Running man mientras que Onew estaba en un musical que pronto sería estrenado.

— Jonghyun hyung, venga a ayudarme con la cena — Kibum dio unos golpeteos a su puerta, dejó sus cascos y apagó su computador. Cuando salió le regaló una sonrisa al pelinegro y lo siguió hasta la cocina. — ¿Qué piensa hacer? — Pregunta Kibum enarcando una ceja, él hizo una cara de desentendido y empezó a cortar unas batatas1. — No ponga esa cara, Hyung. Usted sabe muy bien de lo que hablo ¿No es así?

Jonghyun deja el cuchillo en la mesa, y le mira reprochadora mente.

— Sabes que no es fácil, Kibum… — Dice mientras hace su cara de cachorrito, tan característica de él.

— ¿Qué no es fácil?

— Volver a encararlo.

— Lo sé, te entiendo más que nadie… — Susurró el menor mientras desviaba su mirada hacía un punto irrelevante. Y claro que le entendía, hace muchos años, antes de su debut se había declarado al joven e infantil Taemin, pero este claramente le rechazó sin darse cuenta. En realidad fue una confesión indirecta pero igualmente fue bateado.

— Él sabe que me gusta, y mucho, pero aun así…

— Aun así no lo valora.

— Exacto, el no comprende que me lastima mucho verlo con las coordinadoras tan galán.

— Él tiene una imagen que cuidar, Jjong hyung… — Dice el pelinegro mirándole apenado. — Inclusive con las coordinadoras él debe de mostrar su hombría, pero dudo que en serio les guste las mujeres.

— ¿Tú crees?

— Hey, te daban de muy heterosexual y haz salido más torta que la hija de la pastelera.

Ya más tranquilos se dispusieron a cenar, guardando la comida restante en la nevera para que los otros comieran cuando llegaran. Muy temprano, a eso de las nueve Kibum se fue a dormir porque tenía agenda para el día siguiente, y a él tampoco le quedaban ganas de quedarse hasta tan tarde, y solo.

Se fue a su habitación, la cual compartía con Taemin y se acostó en su cama, no sin antes ponerse cómodo. Y una vez en ella se tapó lo suficiente como para que ninguna corriente de aire se colara por algún hueco, pero sabía que a mitad de la noche se destaparía por el calor que estaba a empezando a hacer.

Y sin ninguna intención de permanecer despierto por más tiempo cerró los ojos para dormir.

 

No sabe cuántas horas durmió pero se despertó al escuchar unos torpes golpes en la sala. Quizá era Onew que luego de unas copas se volvía más torpe de lo que era. Miró el reloj y eran las una y media de la mañana, pero Onew llegaba a las cinco, porque siempre quería practicar más. Entonces se levantó de la cama, sin ponerse sus pantuflas y caminó hasta dónde provenían esos ruidos.

Se paró en el umbral de la puerta viendo como Taemin trataba de quitarse las zapatillas, siempre en un intento fallido, cayéndose al suelo, o simplemente golpeándose con la mesita de centro de la sala.

— ¿Qué estás haciendo? — Le pregunta divertido.

— H-hyung…. — Alarga la palabra  como un suave, y torturante, ronroneo. Si, Taemin estaba borracho. — Mis zapatillas están rebeldes… — Y se ríe. — Venga hyung… ayúdeme. — Y Jonghyun no puede hacer nada contra ese tono tan lindo que ponía Taemin, ese que le obligaba a hacer lo que él otro quisiera sin siquiera darse cuenta. Le ayuda con las zapatillas y le quita la chaqueta de cuerpo.

— Vamos, es tarde y debemos de irnos a dormir. — A pesar de todo, seguía pudiendo tomar en brazos al estilo princesa. Lo puso en su cama, y en su intento de salir ileso de eso no tuvo muchos resultados. Taemin no quiso soltarlo del cuello, y a pesar de que este pareciera algo débil, de hecho traía bastante fuerza acumulada, y por ello cayó encima del menor, que al parecer no quiso soltarse de su cuello. Taemin muy cómodamente se escondió en el cuello de Jonghyun, aspirando su aroma haciendo que Jonghyun tuviera piel de gallina. — Es hora de dormir, Taemin, suéltame y estarás más cómodo.

— Noooo…— Canturreo, moviendo sus labios sobre la piel de Jonghyun. — Es cómodo así, quédate conmigo. — Musita.

— Eres tonto, eh… — Jonghyun dice molesto.

— ¿Por qué…? — Se separa un poco de Jonghyun y hace un puchero.

— Porque aun sabiendo que me gustas me torturas de esta manera, Minnie. — Chasquea la lengua y frunce su entrecejo.

— Hum — Hizo como si se saboreara las palabras — ¿Yo te gusto? — Usa su tono de voz coqueto pero aun así Jonghyun asintió, tratando de que Taemin le soltara pero este no cedía. Y no es que él pusiera tanto empeño en salir, uno porque estar cerca de Taemin le encantaba y dos porque no quería ser brusco en el estado ebrio de Taemin.

— No seas rudo conmigo, Tae.  Déjame ir y olvida todo lo que dije.

— De acuerdo, hyung — Y como lo soltó el menor se acomodó en su cama, para dormir. — Buenas noches, Puppy hyung… — Musita y cierra sus ojos.

Jonghyun se resignó a la situación y se volvió a acostar en su cama, pero no podía volver  a pegar ni un ojo. El tacto del aliento de Taemin seguía presente en la sensible piel de su cuello, produciéndole un cosquilleo tanto como agradable y torturante al mismo tiempo.

 

 

A la mañana siguiente se despertó y Minho veía televisión mientras que Kibum regañaba a Taemin por algo que él no sabía, quizá por llegar tan tarde y ebrio, la cruda debía estar carcomiéndolo por completo, mientras que Onew salía de la casa con mucho apuro.

Sus ojos estaban chiquitos, la luz que se filtraba por las finas telas de la cortina le hacía arder todo el globo ocular.

 

— ¿A dónde se fue hyung?

— Al parecer quedo con Joon y Hakyeon para un desayuno. — Le responde Kibum acomodándole el flequillo a Taemin y sirviéndole una sopa. — ¿Va a desayunar o…?

— Sí, tengo hambre. — Susurra tras un bostezo y camina hasta la cocina, que estaba ahí no más. — ¿Qué haces?

— Sopa de algas, no había más. ¿Quiere un café o un té? — Le pregunta

— No, gracias, debo irme a la radio en unas horas. — Musita — Hoy tengo de invitado a Red velvet y creo que a Winner— Bosteza nuevamente.

— Pareces cansado, ¿durmió bien?

— No, no dormí bien… — Frota sus ojos — Sabes que si me despierto a la madrugada por x razón luego me cuesta dormirme.

— Si, eso es verdad. Minho, ven a desayunar.

 

Y así, los cuatro comieron amenamente.

Luego de la radio recibió un mensaje de Taemin pidiéndole que fuera a la sala de prácticas para luego ir a por unas copas.

Montó su auto y condujo hasta dónde Taemin se encontraba. Entro en la empresa y saludo algunos superiores e inferiores. Subió al ascensor y marco el piso deseado, y en bien estuvo allí camino hasta el final del corredor y subió una escalerilla, y en la única puerta en ese piso, entró directamente.

Al principio se sorprendió, pero luego suspiró resignado. Siempre, o casi siempre, era lo mismo.

Taemin estaba acorralando a una de sus coordinadoras, quien le ayudaba a vocalizar de vez en cuando.

Jonghyun carraspeo y se cruzó de brazos. Taemin simplemente dejo ir a la chica, quien nerviosa y un poco asustada tomo sus cosas y corrió de la habitación.

— ¿Se puede saber qué hacías? — Pregunta.

— Me aburrí de vocalizar… — Se ríe como si aquello se tratase de algún buen chiste o algo así.

— De acuerdo, pero… ¿Sabes que te iría mal si se llegase a enterar el mundo si acosas a esa chica?

— Es linda, debe de estar agradecida que me fije en ella. — Enarcó una ceja.

— Debería de hablar con nuestro manager, Taemin. No puedes vivir de esa forma. — Dijo enojado, y claramente ardiendo en celos.

— Tu no dirías nada… — Se acercó a su mayor mientas le sonreía. Y, antes de darse cuenta, Taemin le había tumbado al suelo acomodándose en su pelvis, con ambas piernas a los lados de su cadera.

— ¿Cómo estás tan seguro de eso?

Taemin sonrió de lado y le susurró al oído:

— Porque yo te gusto, y no harías nada para perjudicarme ¿cierto?— Susurró — Es más, podrías tenerme y hacer algo sumamente divertido… — Le guiña el ojo diestro, mientras empezaba un suave movimiento de caderas.

— ¿Acaso estás loco? — Jonghyun, con todas sus fuerzas, le paró cualquier movimiento. — ¿Por qué eres así de estúpido? — Los ojos de Taemin se abrieron de sobremanera.  Y aunque anhelaba el momento de poder poseer el cuerpo de Taemin sabía que no era de esa forma que quería hacerlo, sino que ambos sintieran lo mismo, amor.

— ¿Qué dices…? ¡Si te mueres por mí!

— Claro, te amo Taemin — Dice molesto, sus ojos empezaban a ponerse rojos y húmedos — Pero no que me guste signifique que apañe todo lo que hagas sabiendo que está mal. No intentes confundirme, Taemin. Me gustas pero no tienes el derecho de jugar con mis sentimientos. — Dice frunciendo el ceño, empujando a Taemin fuera de su cuerpo. — Yo me enamore de Lee Taemin el tierno y vergonzoso chico, el de sonrisa burbujeante y personalidad fresca… pero veo que ese chico se perdió. Creo que debería olvidarme de ti, Taemin. — Murmura lentamente, parándose del suelo, sacudiendo su pantalón, mirándole con los ojos inyectados en dolor. — Creí que eras diferente. — Sacudió la cabeza y se rio de sí mismo.

— H-hyung… — Y en los ojos de Taemin no había más que arrepentimiento por su actuar tan imprudente. — Y-yo…

— Cállate, no quiero oír tus tontas excusas, cuando tú sabes muy bien que me gustas demasiado y aun así coqueteas con chicas frente a mí. ¡Lo haces aposta, Taemin! — Golpeo frustrado la pared, lastimando sus nudillos, pelando la piel.

— N-no es eso…

Jonghyun no quiso seguir escuchándole más y salió de la sala para irse a la casa. Estaba muy enojado.

 

 

Taemin se golpeó mentalmente mientras se arrepentía por ser tan idiota. Había lastimado a Jonghyun y mucho. Cuando se dio cuenta Jonghyun ya se había marchado. Bufó molesto y también fue a la casa.

— Kibum hyung… — Dice agitado.

— ¿Qué pasa, Tae? — Sale del cuarto de baño, secándose su cabello.

— ¿Vino Jonghyun para acá?

— No, no lo he visto. ¿Por qué? ¿Pasó algo? ¿Pelearon, otra vez?

— No, no peleamos, solo estaba buscándolo pero ya sé dónde puede estar.

Hizo una reverencia y salió del departamento. Fue por las escaleras unos pisos más arriba y en la última puerta entró.

— ¿Qué haces aquí?

— ¡Quiero disculparme! — Dijo acercándose a él, sentándose a su lado. — Sé que hice mal, hyung, lo siento mucho. ¡Por favor, perdóname!

— Me gustaría no poder perdonarte pero… se me es difícil no hacerlo cuando te amo tanto. — Da una risita nerviosa, mientras miraba hacia el cielo que empezaba a obscurecer.

— Soy tan tonto, hyung. — Musita tristemente. — Yo quiero…

— Está bien, yo te perdone, de hecho no puedo enojarme mucho contigo. Porque me gustas

— Pero… es que, me confundes hyung — Dice mirándole a los ojos.

— ¿Qué? ¿Por qué?

— Porque te me habías declarado hace un año atrás y luego hiciste como si hubieras olvidado todo lo ocurrido.

— No me lo olvide, pero entendí tu silencio.

— ¡¿Por qué crees que me entiendes siempre?! — No estaba enojado solo alterado, un poquito nada más. — Tú no sabes cómo me siento hyung, tú siempre sacas conclusiones apresuradas y por ende te resignas a ello y no escuchas lo que quiero decirte, siempre dejando que mis palabras queden en un silencio enterrado.

— ¿Qué tratas de decir?

— Todo fue por tu culpa, el hecho de que coqueteara con otras mujeres. Es tu culpa — Frunce el ceño infantilmente mientras formaba un mohín con la boca. — Si tu tan solo hubieras puesto más empeño en buscar una respuesta simplemente hubieras ido a por mí y me encararías para que respondiera pero tu… tu simplemente me diste un espació que yo no te pedí, inclusive llegue a pensar que tan solo era todo una cruel y vil mentira de tu parte. — Agacha su cabeza, mirando sus dedos.

— ¿Mi culpa?

— Yo quería decirte, rezaba, porque oyeras lo que quería decir: Me gustas, Hyung. Nadie me ha gustado tanto como tú y no sé qué puedo hacer para que me oigas lo tanto que te amo. ¡Nadie me ha importado tanto como tú! Y me encontraba con esas chicas para darte celos y me encararas pero ¡Eres un cobarde!

— No soy un cobarde, ¿Qué pensarías tu si el chico/a que te gusta, al cual te le declaraste, también se queda callado sin busca su propia oportunidad de responder? Con ello tome que no te gustaba y preferías una mujer, creí que lo entendía pero no pude comprenderte.

 

Taemin se sorprendió, y porque era cierto, él también tenía un poco de culpa en todo ello. Pero de todas maneras sonrió porque se sentía más liviano, sin ese atormentador peso de encima.

— Me gustas, hyung… — Musita tranquilizando a Jonghyun mientras une sus labios a los del mayor, en un suave masaje.

 

— Te amo, Taemin. — Sonríe, una vez se separaron.

— También te amo, Jjong — Y Jonghyun no cabía de su felicidad que acuno el rostro de Taemin entre sus manos, viendo su rostro para luego besarlo como si no hubiese un mañana.

 

 

Volvieron al departamento, y fueron al cuarto en cuanto estaba la cena. Jonghyun se acomodó en su cama y Taemin se puso a su lado, acostado en su pecho, mientras se miraba y sonreían ampliamente.

No pudieron resistirse mucho, sus labios volvían a unirse después de todo.

Pero el golpeteo a la puerta les interrumpió:

— Chicos, la cena está lista.

 

 

Después de unos largos días pudieron disfrutar de una deliciosa cena los cinco juntos. Y en cuanto terminaron de comer y ayudar a lavar las cosas los dos se fueron a acostarse.

Volvieron a la posición anterior y siguieron besándose, luego se acariciaban y las caricias empezaban a quemar sus pieles, dejándoles cosquilleos y sensaciones deliciosas.

 

Y lo inevitable paso, se hicieron uno con tanto deseo y pasión que parecía que podían durar toda la noche. Tuvieron que ser silenciosos, no querían despertar a los demás.

 

Durmieron juntos, acurrucados, terminaron besándose y luego se dispusieron a dormir tranquilamente.

A la mañana siguiente Taemin fue el primero en despertar en esa habitación, vio que Jonghyun dormía tranquilamente, y aunque le encantara, el mayor tenía agenda esa mañana para un programa de variedades, por lo que lo tenía que despertar.

 Jonghyun tenía un sueño demasiado pesado por lo que de cualquier forma que intentara despertarlo no lo lograba.

Y se le ocurrió una travesura.

Se sentó a horcajadas sobre Jonghyun y empezó a mover su cadera, y antes de darse cuenta Jonghyun había tomado sus caderas. Taemin estaba cubierto con la manta, por lo que Jonghyun no podía ver nada más que simplemente sentir la piel de Taemin contra su miembro, y aunque no se hubiera penetrado le encantaba sentir eso.

Quería volver a sentirlo, volver estar dentro de él y ver su rostro de placer.

Pero no fue un buen momento cuando la puerta se abrió de par en par y vio un par de ojos curiosos y avergonzados.

— L-lo siento. — Y la puerta se volvió a cerrar — ¡Cuando terminen vayan a desayunar!

Ambos se rieron y sus labios volvieron a encontrarse.

 

Notas finales:

¿Les gustó? Si es así me harían feliz con un comentario vuestro! 


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