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Solo otra vez por Elatiger

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Notas del fanfic:

Ningun personaje de esta serie me pertence.

Notas del capitulo:

"Solo otra vez"

Por Elatiger / Susimamie.

Aclaracion: Ningun personaje de esta serie me pertenece.

Había terminado todo en Seirin, la historia se había escrito, los integrantes de Seirin habían tomado caminos diferentes, un equipo así que solo aparece una vez en la vida, se había acabado, pero las amistades, esas perdurarían toda la vida.

 

Se levantó esa mañana, mirando de nuevo esa pared blanca, y sintiéndose vacío, aunque de alguna manera era su primer día en la universidad, se sentía que comenzar de nuevo le daba pereza, “soledad” quizás era la palabra perfecta. Un atrapa talentos había estado insistiendo durante un gran tiempo y ahora estaba en una de las universidades más prestigiadas por su baloncesto. Cuando se le pregunto qué quería hacer en su futuro, la respuesta era “quiero seguir jugando”, pero ahora de una manera extraña se sentía deprimido, ya no iba a jugar más con Seirin, no iba a tener más de los pases de Kuroko, ni el grito de Hyuga, tampoco vería la sonrisa de Teppei, ni los regaños de su entrenadora.

 

Se sentó en la cama, mirando el reloj de reojo, chasqueo su lengua con algo de molestia, la universidad a la que había entrado era una donde solo podían ingresar los niños ricos, por lo que quizás no encontraría a muchas personas, por lo menos no a las de Seirin. Se sentía frustrado por ello, pero también tenía que ser un poco egoísta consigo mismo, ya que lo que había elegido era su futuro.

 

Se encamino al baño oyendo sus propios ruidos, había cambiado de departamento, se había comprado otro más cerca de la universidad, pero igual de gigante que el otro, ya que su padre le había prometido que esta vez viviría con él, pero de nuevo no fue así.

 

Kagami Taiga ya se había acostumbrado a ser el único hijo de padres que solo les importaban su trabajo, incluso antes en su adolescencia había pensado que solo era un estorbo en la vida de aquellas dos personas que no sabía si aún sentían algo para estar juntas. Desde su infancia, ellos dos salían a trabajar y lo dejaban con una niñera que era molesta, por lo que cuando conoció a Himuro y conoció el baloncesto, vio una nueva luz en la obscuridad, pero aun así la obscuridad de nuevo volvió, cuando su mejor amigo y la única persona que le daba aquella felicidad lo rechazaba de tal manera, había pensado que no le importaba si sus padres no lo querían, mientras estuviera a lado de Himuro se sentiría feliz, ya que era su hermano.

 

Pero no fue así, ese lapso rompió todas las esperanzas que tenía en la vida, lo único que tenía era el baloncesto, con  lo único que podía sentirse al menos vivo era el hacerse más fuerte, cuando supo que su padre trabajaría de nuevo en Japón, pensó que un cambio de aires le ayudaría en la penumbra que se encontraba, ya que todo era obscuro, al llegar a Japón de nuevo su padre le fallo, pero esta vez no sintió nada, ni esa vez, ni esta vez.

 

Ya en Japón encontró lo que buscaba, amigos, rivales, las razones que había perdido, personas confiando de nuevo en él y lo más importante para una persona “Mi futuro” pensaba mientras el agua de la regadera mojaba su cabello, y sus manos se sostenían en los mosaicos de la pared.

 

Caminando hacia la universidad, trato olvidar los recuerdos de su pasado que nadie por supuesto sabia y nunca había escuchado, una persona como él, no le era fácil decir lo que sentía, así que siempre era mejor guardarlo todo ya que realmente no tenía ninguna importancia ahora.

 

Al entrar por la puerta principal, se sintió observado, era algo obvio su tamaño no era algo  que se viera todos los días, tampoco el modo en el cual casualmente cargaba unos tenis de marca, con ropa tan inadecuada para ir a la universidad, cosa que Kagami por supuesto nunca entendería y le daba igual de todas maneras.

 

Las clases que tenía eran aburridas, pero tenía que asistir para poder estar en la universidad y asistir al club de baloncesto. Una que otra universitaria loca se reían de él, cosa que Kagami tampoco entendía, bueno las chicas, Kagami no sentía atracción hacia ellas, no era que no le gustaban, si había chicas que eran lindas, pero nada más, Kagami no sabía cómo expresar eso, no sentía la necesidad de estar con una, tampoco le importaba mucho saber que él nunca había tenido relaciones sexuales con alguien, ya que ese tipo de cosas las mandaba mucho al carajo, el baloncesto era más divertido que el salir con una chica que nunca iba a entender o comprender.

 

Salió de clases para buscar el club de baloncesto, estaba algo perdido, el campus por supuesto era algo grande. Cuando llego a la puerta, prácticamente se quedó estupefacto al ver la persona que estaba sentado a un lado de ella, con la cara adormilada.

 

Al principio pensó que lo estaba confundiendo, con tantos recuerdos que había procesado esa mañana, era prácticamente imposible que eso sucediera, pero luego sintió unas manos en sus hombros, lo que le hizo reaccionar al instante, impresionándose otra vez al ver a la persona que se encontraba tanto sosteniéndolo, como atrás.

 

-Kagami, que sorpresa encontrarte, había escuchado rumores pero no pensé que fuera cierto, ¿Verdad Shi-chan? – Takao volteo a ver al chico de lentes que solo miraba irritado a Kagami, incluso el mismo Kagami quito las manos de Takao de sus hombros.

 

- ¿Tu qué haces aquí?... y ¿tú también? – Volteo señalándolos con la mirada.

 

- Shi-chan estudia aquí ¿no es impresionante? Entro a la mejor universidad de medicina y yo solo vine a recogerlo, no soy un rico como ustedes – Termino con un puchero en su cara,  por lo que recibió del mismo Midorima un golpe en la cabeza. En efecto Midorima cargaba su filipina blanca, que brillaba a la luz de sol, Takao solo lo miraba irritado por lo que había hecho, Kagami estaba un tanto impresionado por que Midorima estuviera estudiando en la misma universidad, aunque diferente sede.

 

Al ver que Kagami estaba en completo silencio, Takao decidió hablar de nuevo – Así que Kagami estudia aquí ¿Pero qué cosa? Dinos… ¡anda! – Kagami salió del abismo de pensamientos que había entrado y algo apenado de la cara hablo tartamudeando – Bueno, este… Gastronomía ¡Pero solo estoy aquí por el baloncesto! – Recalco al momento que vio el cambio de expresiones tanto en la cara de Midorima como la de Takao.

 

-¿Así que chef? – Hablo por fin Midorima, mientras se acomodaba sus lentes, Kagami acaricio su  nuca, no era algo que algún día pensara decir, tenía que cursar una carrera, y Kuroko lo había ayudado tanto a decidir qué carrera era la mejor. – Algo parecido a ello – dijo no aceptando lo que era obvio.

 

De momento recordó porque estaba ahí, volteo a ver su celular y vio la hora ya era algo tarde. –Esto… - dijo no sabiendo como despedirlos. – ¿Tienes clases verdad? De todas maneras ya no íbamos, espero que nos podamos encontrar más seguido – Menciono Takao con una sonrisa juguetona que no le daba nada de gusto a Kagami mirar gracias al aura negra de Midorima, Kagami se despidió con su mano, mientras que corría a la entrada del club.

 

-Eh… así que también Aomine está por aquí – Menciono Takao mientras despedía con su mano a Kagami. – Tu universidad es muy interesante Shi-chan – menciono animado, mientras se le colgaba del brazo del peliverde, este tan solo lo veía serio, pero pensaba lo mismo.

 

Kagami entro al club, viendo como algunos ya estaban entrenando, como no sabía qué hacer, tomo su celular intentando llamar al agente de la universidad que lo había reclutado.

 

-¡Oye tú! – Pero escucho una voz que lo llamaba por detrás, Kagami reacciono volteando para encontrándose con un señor de quizás unos 30 años. - ¿Si? – Contesto Kagami al llamado, por lo que la persona se detuvo observándolo un rato y mirando la lista que tenía en la mano.

 

-¿Tu eres Kagami Taiga? ¿El que viene de Seirin? – Con un movimiento de cabeza Kagami confirmo la información, mientras que la otra persona revisaba los papeles, con una cara confundida.

 

- Yo soy el entrenador, los vestidores están hasta el fondo a la derecha, cámbiate rápido para que podamos hacer un calentamiento y practicar un poco, luego hablare con ustedes los nuevos para decidir la formación del equipo, sin más que decir bienvenido – Hablo sin dudar ni vacilar mientras que le mostraba una sonrisa al final.

 

- ¡Sí! – Kagami hizo reverencia y se encamino a los vestidores, aunque su humor esa mañana no era el mejor, el solo hecho de volver a jugar un poco de baloncesto, le alegraba el día.

 

Al salir de los vestidores, el entrenador puso a todos hacer un entrenamiento que para ser el primer día de Kagami y en una de las universidades más prestigiadas en Japón por su baloncesto, lo agoto tanto, que los pensamientos de la mañana se esfumaron por sentir el dolor de no haber practicado así desde hace mucho tiempo.

 

Al terminar el entrenamiento ya era de noche, platico entre ratos con los de años más avanzados. Cuando todos salieron del salón de entrenamiento, Kagami se encontró a un gran grupo de chicas que esperaban pacientemente a sus posibles parejas, se despidió de sus compañeros y chasqueo un poco la lengua. Pero se detuvo al ver que faltaban un par de cosas en su maleta, por lo que regreso antes de que el entrenador cerrara el salón.

 

-¡Entrenador! – Grito, pero este lo ignoro al parecer estaba platicando con alguien y no se veía muy contento, se encamino para acercársele, pero al mirar quien estaba enfrente de él, se quedó perplejo, primero pensó que quizás lo estaba confundiendo o incluso imaginando, ya que anteriormente ya había pensado que él estaría por aquí, pero por la expresión que mostraba de enfado, mostraba que tenía toda la razón.

 

-Aomine… - Menciono casi enfrente de estos dos, Aomine se quedó igual de perplejo de lo que estaba Kagami, el entrenador solo suspiro un momento, rascándose su cabeza.

 

-Tenía entendido que ustedes se conocían, pero no esperaba que se encontraran tan rápido – Confeso el entrenador al ver como habían reaccionado los dos.

 

- ¿Kagami? – Aun quizás ni siquiera había reaccionado al ver quien estaba enfrente de él. –Espero que hagan un buen trabajo como equipo no quiero oír, ni ver peleas entre ustedes, mañana asegúrense de llegar temprano – Al decir esto el entrenador se retiró dejando al par solos.

 

- Así que… entraste a esta universidad – Dijo Aomine con una cara de molestia en su rostro, volteo a ver a Kagami, pero se encontró con una sonrisa en el rostro del pelirrojo que lo hizo dudar un poco si era él.

 

- Aomine estas aquí… – Dijo Kagami, mientras lo miraba con esa sonrisa que hasta un punto molesto a Aomine - ¡Claro que estoy aquí Bakagami! ¡Pero no sé qué rayos haces tú aquí! – dijo algo irritado, a lo que Kagami reacciono y su cara de enfado cotidiana apareció en su rostro.

 

- ¿Eh? ¿Qué quieres decir? ¡Yo soy libre de entrar al lugar que yo quiera!, ¡Ahomine! -  Menciono molesto, caminando hacia la salida de la universidad, Aomine lo siguió detrás.

 

- ¡Maldito Bakagami! No me dejes hablando solo – Kagami solo chasqueo su lengua y se volteó para hablar, pero en ese momento una chica jalo del brazo a Aomine.

 

- ¡Aomine! Por qué no me dijiste que salías tan tarde de la universidad, te estuve esperando – Era una chica con una voz dulce, que Kagami nunca había visto, se quedó un poco impresionado, Aomine volteo hacia un lado quitando la mirada irritado.

 

-Sakura deja de ser una molestia, no tengo porque avisarte nada – Y sin decir más, se soltó como pudo del amarre de la chica.

 

-Le prometiste a Satsuki que me llevarías a casa, ¡ahora cumple! – Al decir esto lo jalo de la camiseta mirándolo tiernamente, era una chica pequeña, de complexión delgada, cabello café, quizás la típica chica que a cualquier hombre le gustaría, menos al pelirrojo, al verla le causo una impresión de molestia y de querer alejarse de especímenes como ella, Kagami siguió su camino sin decir nada ya que no quería ser un estorbo.

 

- ¡Oye Bakagami aún no hemos terminado de hablar! – Aomine le grito, pero el pelirrojo solo siguió su camino algo impresionado al ver que hasta el mismo Aomine podría preocuparse por tener una novia.

 

-¡Te dije que esperes! – Menciono Aomine mientras lo jalo del brazo para voltearlo, este solo reacciono impresionado y no dijo nada, Aomine comenzó a caminar jalando a Kagami del brazo, mientras aún estaba en shock.

 

-¡Aomine! ¿A dónde crees que vas? – Grito la chica que estaba lejos de ellos, mientras que Kagami veía la salida más próxima – ¿Oye, la vas a dejar ahí? – Pregunto Kagami un poco dudoso, ya era de noche y para una chica como ella era peligroso que anduviera sola, al ver que el moreno ignoro su comentario, se soltó del agarre de Aomine.

 

-¡Aomine! – le grito mientras que el moreno aún seguía caminando.

 

-Esto no es tu asunto Bakagami déjame en paz – Al decir esto Kagami camino más rápido que Aomine y se le puso enfrente.

 

- Idiota no se trata de ti, ¡se trata de tu… de la chica! – Le grito furioso, mientras que el moreno se detuvo para poder mirar bien al pelirrojo.

 

-Sakura tiene automóvil para irse a su casa – Menciono con una cara de pocos amigos y siguió caminando, a lo que el otro se sintió pésimo y humillado, por haber estado insistiendo y siguió a Aomine en silencio.

 

Estaba impresionado por 2 cosas, la primera que Aomine estuviera en la misma universidad y estuviera en el equipo de baloncesto, de un modo raro estaba contento porque tenía a alguien que conocía, aunque no fueran amigos, pero también tenía que considerar que era Aomine, la persona que era mucho mejor que él, y que aún no podía superar, el pensar estar en un equipo junto con él, hizo que al verlo parado aun lado del entrenador se llenara de ganas por jugar un partido con Aomine como pareja, iba a ser muy divertido.

 

Pero después estaba el hecho de que al ver a Aomine junto con una chica, era algo extraño, sabía que era un amante de chicas con buenos pechos, pero no pensaba que hasta el mismo Aomine tendría un tipo de novia así, le dio ganas de preguntar en ese silencio que se había creado, a Aomine sobre ese tema, pero no eran amigos ni nada para hablar de ello.

 

Cuando se dio cuenta se estaban dirigiendo hacia el Maji-Burguer que Kagami solía frecuentar, entraron e hicieron sus pedidos sentándose en una de las mesas.

 

Estaban en silencio, mientras que Kagami solo miraba sus hamburguesas y como Aomine veía a través del gran vidrio tan concentrado, realmente no había tema de que hablar, bueno eso pensaba Kagami, echándose otra hamburguesa a la boca.

 

Pero en ese momento su celular sonó, conquistando la mirada de Aomine al teléfono de Kagami, este saco su celular y vio que era una llamada de su padre, por lo que su facciones de su cara cambiaron de inmediato, contesto el teléfono sabiendo quizás lo que su padre estaba por decirle.

 

Aomine pudo notar muy perspicaz el cambio de expresión que tuvo Kagami al contestar el teléfono además de lo arrogante que se escuchó cuando contesto con un “Hi dad”. Estaba al igual que Kagami muy impresionado de que estuviera en el mismo equipo, en la misma universidad. Aunque Aomine había entrado por una beca deportiva, eh ingresado a una de esas carreras de labor social, pero realmente solo le importaba estar en esa universidad ya que quizás al igual que Bakagami, el mismo cazatalentos los había reclutado, había pensado que el pelirrojo quizás viajaría a América para entrar a ligas como las que veía en la televisión, como la NBA o algo de ese estilo, pero estaba muy impresionado al ver que se había quedado en Japón.

 

Se quedó mirando el cristal del restaurante, no sabía ni porque estaba ahí con Kagami al principio, pero un poco de compañía en esos momentos tampoco le hacía mal, aunque fuera el estúpido de Kagami. Igualmente en esos momentos no podía tampoco entender nada de la conversación que tenía Kagami con su padre debido a que todo era en inglés.

 

Pero en un momento de reojo, volteo a ver tras el cristal y se encontró con una expresión que pensó que nunca en su vida vería, Kagami lucia deprimido, quizás como a punto de llorar, solo que las lágrimas no se asomaban en sus ojos, también tenía el ceño fruncido, Aomine regreso la vista hacia afuera no sabiendo que hacer, si el pelirrojo de un metro noventa se ponía a llorar ahí, realmente iba a ser muy incómodo, tal vez mas incomodo que tener a Satsuki todos los días pegada.

 

Pensó en levantarse e ir al baño para darle tiempo a que se repusiera, pero no pudo evitar mirar de nuevo por el cristal para notar la expresión de Kagami, notando como las lágrimas ya se alojaban en los ojos de este, ante eso Aomine volteo rápido hacia al frente para verlo, sin necesidad de un maldito cristal, nunca había visto a pelirrojo así y de alguna manera lo cabreaba.

 

Kagami reacciono de golpe, al notar que aún estaba en el restaurante y estaba enfrente de una de las personas que menos desearía verlo llorar, corto la comunicación con su padre y colgó el teléfono, bajando la cara para que Aomine no lo siguiera mirando de esa manera.

 

-¿Así que…? – menciono Aomine, quitándole una hamburguesa a Kagami, a lo que el otro quizás no reacciono. – No es nada – menciono abriendo una de las hamburguesas, dándole una pequeña mordida, eh de decir que el moreno se molestó más, estaba por decirle algo, pero Kagami lo interrumpió – Además este es un asunto familiar, no tiene mucha importancia, ni tiene que ver contigo – le dijo mientras masticaba lentamente su hamburguesa mirándolo, a lo que el moreno reacciono, pero tampoco no impidió que se molestara de más.

 

-

 

Ya había pasado dos semanas desde aquel incidente, por diferencia de horarios solo podía ver a Aomine en los entrenamientos del club, el moreno rápidamente se ganó el respeto y la envidia de algunos de años más avanzados, igualmente a Kagami le sucedió esto, pero era algo lógico al ver que eran los “as” de su equipo.

 

Esa semana había sido puro entrenamiento bruto, los hacían dar 5 vueltas a la universidad, duelo de equipos, también el encestar la pelota desde lejas direcciones, la universidad mantenía un estricto entrenamiento, que consistía, en no solo tener a unos cuantos mejores, si no que cada persona del equipo fueran una pieza fundamental a la hora de estar en la cancha.

 

Por fin era viernes, y tenían el fin de semana libre, todos salían de club al mismo tiempo, y Kagami ya algo acostumbrado de ver a todas las chicas afuera, se despidió de sus compañeros, hasta que una chica se le paro enfrente.

 

-¡Tú eres! – dijo señalando la chica con el dedo a Kagami, aun sabiendo la falta de respeto que esto se consideraba. Kagami la examino por un rato y se dio cuenta que era aquella chica, la tal Sakura.

 

- ¿Qué le hiciste a Daiki? – Menciono la chica irritada, mientras lo miraba con una expresión de sumo enojo que Kagami, ni siquiera se esperaba.

 

- ¿Aomine? – Menciono aun con duda, que la chica le haya mencionado por su primer nombre ya era más sospechoso para él. – No entiendo de que estas hablando – Y sin importarle mucho, siguió caminando pasando a un lado de ella.

 

- ¡Oye tú! ¿Qué le hiciste a mi Daiki? – Al escuchar que la chica aun le seguía gritando, se sintió más irritado de lo que ya estaba, desde aquella platica con su padre, había tratado de tomar las cosas en calma, no estaba dispuesto a soportar a la noviecita de Aomine.

 

- Deja de ser una molestia no le hecho nada a ese idiota – Menciono aun caminando, llevando por mucho la delantera. – Algo le hiciste, desde ese día mi Daiki está de mal humor y no quiere hablar conmigo.

 

- Ese es tu asunto, no el mío – Menciono Kagami de nuevo, pero esta vez con un estilo de voz, de un tigre rugiendo. La chica camino enfrente de él, se podía ver que estaba enojada en verdad, con toda la fuerza que saco de su mano, le dio una cachetada a Kagami, quedando este impactado ante tal acto, se cabreo por un momento, pensó rápidamente en que era una chica, ya que una persona como el reaccionaria a golpear sin importar, pero después pensó que quizás…

 

-¡Sakura! ¡¿Qué demonios haces?! – Se pudo escuchar el grito de Aomine, y que llego rápidamente ahí, bajando el brazo de la chica y mirándola como si fuera a matarla en ese momento. La chica lo miro de igual manera y exploto de ira – ¡Es por culpa de él, que has estado enojado conmigo! – grito, soltándose del brazo de Aomine y corriendo hacia la salida.

 

Aomine volteo a ver a Kagami, y pudo notar la expresión de enojado que estaba en su cara, pero no solo eso, las lágrimas que se posaban en sus ojos, lo cual impresiono tanto a Aomine que no supo que decir.

 

Kagami siguió caminando hacia la salida dejando atrás a Aomine, pero el moreno lo detuvo del brazo – No estoy de humor Aomine, déjame en paz, hare como si esto no hubiera pasado – dijo en un hilo de voz, tratando que la gravedad de su voz aun estuviera, pero era demasiado obvio que ya de por si estaba quebrada.

 

Con ese mismo brazo, Aomine lo empezó a jalar hasta llevarlo a un lado obscuro y con menos gente en la universidad, con una pequeña luz iluminada, Kagami se había tapado la cara con su brazo.

 

-Oye Bakagami si no me dices que pasa, ¿cómo poder ayudarte? – menciono un tanto enojado ante tal desesperación de verlo así, cuando nunca lo había visto de esa manera, se sentía responsable ya que era la única persona que estaba ahí para él, Aomine era la única persona con la que Kagami podía tener una conversación sincera, en estos momentos.

 

- Ya te dije que no es na.. – Hablo Kagami, pero rápidamente fue interrumpido - ¡POR UNA MALDITA VEZ, HABLA KAGAMI! – Grito irritado Aomine mientras lo sostenía de ambos brazos, a lo que Kagami reacciono muy sorprendido y de pronto las lágrimas que sostenía en su rostro, aumentaron más.

 

-Ella murió… - comento con la voz más baja que pudo, mientras miraba al suelo, y el apretón de Aomine cesaba – la niñera que me cuido por años, murió… tan solo se fue…- termino por decirlo todo, realmente tenía ganas de liberarlo, aun así al saber esta noticia, le menciono a su padre que regresaría a América, pero este le respondió que hace 2 meses que había fallecido y que no era necesario, sentía dentro de si ese odio hacia su padre por no haberle dicho a tiempo, y el dolor causado por la única persona en su infancia que se dedicó a cuidarlo, sin ser su responsabilidad del todo.

 

Aomine por supuesto no sabía que decir, lo miraba totalmente devastado, no tenía idea que el asunto fuera de tan alta magnitud, claro que sabía que era perder a un ser querido, pero no sabía cómo apoyar a su compañero, a quien una vez lo había derrotado, nunca en su corta vida había pensado estar en esa clase de situación, Kagami sollozaba mirando al suelo, en esos momentos había olvidado su orgullo.

 

Sin saber que más hacer, opto por lo que una persona mayor haría en esos momentos, tomo a Kagami de los brazos y le dio una abrazo, apretándolo fuertemente por la espalda, Kagami reacciono a esto como cualquier persona lo haría, aferrándose al cuerpo del otro al sentir el calor. Vaya que Aomine se sentía demasiado apenado por esa situación, pero no podía dejarlo así, ya que el mismo había exigido la razón del porque el pelirrojo estaba así, y es que al pasar de las semanas no podía quitarse esa imagen cuando Kagami recibió la llamada de su padre. Pudo sentir que Kagami restregaba su cara en su clavícula haciéndolo sentir un tanto extraño, no era común que 2 hombres hicieran tales cosas, como abrazarse por ejemplo.

 

Al sentir un poco más calmado al pelirrojo lo despejo de él lo más delicado que podía, no quería que de pronto se alterara, cuando lo despejo pudo ver la cara roja, y las lágrimas posándose recorriéndole toda la cara, pudo sentir como algo recorrió por su cuerpo.

 

Se arrepentiría de lo que haría, pero cuando pensó esto ya lo había hecho, había besado muy cerca de los labios a Kagami, mientras que el otro abría los ojos como platos ante tal acción, la cara se le ponía roja, y ardiente. Pudo observar los ojos entre abiertos de Aomine que miraban la reacción de Kagami, ante esto el pelirrojo podía observar al moreno aun con las lágrimas acumulándose en sus ojos, de pronto sintió como el otro recorrió sus labios y le robo por fin un beso, que describirlo como apasionado es decir poco.

 

Kagami pensó que esto era por el momento así que se dejó llevar, la curiosidad lo obligo a quedarse estático como una piedra, aunque la culpa hizo que se desprendiera de Aomine poco a poco, mirando como este estaba igual de rojo que él.

 

-Yo… debo irme – Dijo Aomine con vacilación, rascándose un poco su cabeza, miro por última vez a Kagami, caminando hacia la salida del campus.

 

El pelirrojo cayó al suelo sentado, sin saber que rayos había ocurrido tocándose suavemente los labios que aún estaban entumidos por el contacto del moreno. Pudo sentir como los latidos de su corazón empezaron a latir sin querer detenerse.

Notas finales:

Nota de la autora: Hola de nuevo, la verdad es que ni se porque ando escribiendo de nuevo, si aún tengo pendiente otros, quiero pedir disculpas por si no eh actualizado con rapidez pero la universidad me absorbe cada día, y bueno, tarde incluso para escribir este nuevo fanfic.

 

¿Qué tal les pareció? Quería escribir algo así, pero me complico mucho inventando, y también les quería venir con una noticia de que “Pastel Salvaje” tendrá su secuela.

 

Si nada más que decir y pidiendo disculpas nuevamente por no ser la más rápida, me retiro.


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