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Solo otra vez por Elatiger

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Notas del capitulo:

Saludos a todas y gracias por dejar reviews!

Disculpen si mi ingles es malo, pero no tuve tiempo de checar muy bien, espero y lo disfruten.

“Solo, otra vez…”

Por Ela/ Susimamie

Había llegado el fin de semana, esa madrugada Kagami está inundado de pensamientos de por si el primer dia ya estaba más que pensativo, y la razón era por lo que había pasado la anterior noche lo tenía mal, en primera porque había llorado enfrente del gran Aomine Daiki y en segunda por lo que ese “gran” le había hecho, es cierto no conocía muy bien al moreno, pero no sabía que tuviera esa tendencia de besar a la personas por compasión y más sabiendo que él tenía novia, o eso sospechaba el pelirrojo, realmente su cabeza estaba inundaba por suposiciones del porqué de ese beso, quizás había intentado burlarse de Kagami por estar tan débil ¿Entonces porque había huido? Todo era tan confuso, que prefirió abrir su laptop y buscar la página de agencia de aviones, para comprar un boleto que saliera a primera hora del sábado.

Y así lo hizo, tomo el avión que partiera lo más temprano durmiendo tan solo 4 horas, llego al aeropuerto sin avisarle a nadie, ni a su madre y mucho menos a su padre, no es como si su padre le importara cuando dinero gastara su hijo, creo que lo menos que se fijaba era en ello, solo cumplía con su obligación de depositar, al igual que su madre.

No había rentado una habitación en un hotel, pero después de que fuera al cementerio arreglaría ese asunto, no es como si le importara mucho o fuese muy peligroso para alguien que mide 1.90 vagar en medio de la noche, durante todo el viaje durmió como un oso, solo había descansado poco, además de lo que físicamente desgastado que estaba, y que decir de lo mental, y así lo hizo, cuando estaban a punto de aterrizar una aeromoza lo despertó diciendo que tenía que abrocharse su cinturón.

Al salir del aeropuerto, después de haber pasado a una caja a retirar dinero en dólares, tomo un taxi dirigido al cementerio que su padre le había mencionado, no sabía la calle, pero basto con solo decir el nombre de este, para que el taxista lo llevara.

Al llegar compro un ramo pequeño, recordaba muy bien que su niñera siempre le decía que amaba el color rojo de su cabello, haciendo siempre sonrojar al pequeño ya que a él no le gustaba mucho y lo burlaban por ello, así que le compro unas bellas rosas rojas, busco gracias a la ayuda de un trabajador la tumba, ya que no recordaba muy bien el apellido, pero al final la encontraron, dándole las gracias al ya grande trabajador. Dejándose caer de rodillas miro con sus ojos la cruel realidad, acomodo las rosas y miro al vacío que se encontraba en ese lugar.

-Así que te fuiste…

*

Cuando salió del lugar, camino al azar, mucho había cambiado de la ciudad donde había pasado más tiempo en su infancia, pero aun podía recordar perfectamente las calles y las esquinas, supo a donde se estaba dirigiendo con suma rapidez. Cuando entro pudo notar que había niños jugando, los cuales solo se quedó observando mientras se tomaba de la reja.

-Are you Taiga? – pudo escuchar una voz conocida detrás de él, que lo hizo girar rápidamente, soltando su maleta que cargaba en su brazo.

-¡Tatsuya! – Lo miro impresionado mientras que en la cara de ambos se dibujaba aquella sonrisa de encuentro, el pelinegro se abalanzo hacia el tomándolo de un abrazo, mientras que el otro, solo dejo sentir la calidez de su amigo y no pudo evitar que las lágrimas que aún tenía contenidas saliera un poco.

*

-Así que eso paso – Menciono el pelinegro mientras observaba como los niños se abalanzaban a tomar el balón y encestarlo. Kagami solo miraba contento al recordar un poco su pasado en ellos.

-Sí, es por eso que regrese a América pero solamente es un viaje de fin de semana, aún tengo que ir a la universidad – Menciono el otro mientras tomaba un poco de agua que había comprado, no había comido nada desde ayer.

-Y pensar que ella a veces nos regañaba, porque tú te escapabas para jugar conmigo… - Susurro con la mirada al vacío, apretando un poco sus manos.

-¡Teacher! ¡Teacher! El sol se está metiendo – Le gritaron los niños, moviendo las manos para ganar la atención de este.

- ¿Teacher? – Miro Kagami al otro con cara de duda, mientras se levantaba para imitar la acción del pelinegro que hacía lo mismo mientras le sonreía y juntaba a todos los niños.

-En un momento te explicare, ahora tan solo volvamos, ¿No tienes donde quedarte esta noche verdad? – Kagami frunció el ceño por cuestión de que le sacaran la verdad de la mente tan rápido, y siguió a Himuro, hasta un club escolar donde las madres esperaban a sus hijos un poco irritadas, pero al ver la sonrisa de Himuro, todo cambiaba, aun no perdía ese estilo casanova que tenía, después de eso ya era de noche y el pelinegro invito al otro a quedarse en su departamento, pidiendo piza para comer y hablar mientras tomaban un poco de cerveza.

-Así que… estás viviendo con Murasakibara, quien lo diría, que el viajaría a América- Mencionaba el otro mientras se llevaba la 7ma pieza a la boca.

-Bueno si fue algo complicado, pero era lo mejor, ya sabes para los 2… como amantes- Kagami desde hace tiempo gracias a la buena comunicación de Kuroko, se había enterado que esos 2 habían empezado a salir, al principio no lo había tomado tan fácil, pero después de platicar con Himuro todo, lo tomo con calma, aceptando a su amigo tal y como era, total él no tenía nada porque juzgarlo, pero desde ese momento algo había cambiado en su interior.

-¿Cómo va Murasakibara? – Pregunto desviando el tema, para que el otro no sintiera pena al hablar de esas cosas.

-Por ahora muy bien, está estudiando repostería en una escuela donde no cobran mucho, estamos planeando ahorrar para comprar un local y luego abrir su propia pastelería – Dijo el otro muy contento, mientras tomaba pequeños sorbos de cerveza y sus mejillas se sonrojaban, sí que le costaba hablar de gigante.

-¿No hay problema que me quede hoy aquí? No quiero causar problemas – Dijo con toda sinceridad el pelirrojo mientras volteaba a ver el departamento y bajaba la piza que tenía en su mano.

-Taiga sabes que no eres una molestia, además que no puede venir hoy, así que no causaras ningún problema- Menciono mientras que Kagami pensaba “Todo está bien mientras él no se entere ¿verdad Tatsuya?” Conocía el mal temperamento de Murasakibara, pero bueno lo aceptaba y lo toleraba como pareja de su hermano.

Esa noche Kagami tampoco pudo pegar el ojo muy bien, quería decirle a su hermano lo que había pasado con Aomine, pero no lo consideraba un tema para discutir con alguien quien lo vería, de una perspectiva en la cual el pelirrojo inconscientemente trataba de evitar, así que gracias al cansancio y la falta de comida ese día, se quedó dormido.

A la mañana siguiente pudo escuchar, como tocaban la puerta, ya que él había dormido en el sillón de la sala, pero no se levantó para nada, al escuchar voces susurrando, se levantó, poniéndose de nuevo su chamarra debido al frio y caminando hacia la puerta, donde se encontró con una situación incómoda que no pudo evitar que la pareja se diera cuenta, rompiendo su beso al instante, pero si romper el abrazo por parte del gigante.

-¿Kagami? – pregunto el otro mientras fruncía el ceño y apretaba más a Himuro de la cadera, mientras que este no sabía que decir ante tan repentino encuentro.

*

-Entonces es por eso que está aquí – Dijo Murasakibara al vacío de la sala, mientras fumaba un cigarrillo y miraba a lo lejos a su pareja que se encontraba en la cocina, preparando café, mientras él estaba en la sala y el pelirrojo se encontraba bañándose.

-Si – Menciono mientras se sentaba a lado del otro y ponía las tazas de café sobre la mesa.

-Eh… supongo que no se puede evitar ¿Mañana parte a Japón? Que desperdicio de dinero.

-Atsushi sabes porque… - le regaño pero fue interrumpido –Lo sé, lo sé, no te enfades-.

A la mañana siguiente tanto como la pareja se dispuso a dejar a Kagami tan temprano como pudo en el aeuropuerto, se despidieron de él, diciendo que quizás la próxima visita le dieran un servicio mejor en la pastelería, además aprovechando ese domingo que tuvo de turista, Kagami compro varias cosas que necesitaba para él. Ya era lunes pero le había avisado al entrenador que faltaría ese día a la escuela, por motivos personales, tomándolo muy bien el otro.

Llego a su casa hecho piedra, tirando la maleta al suelo y pidiendo un poco de comida a domicilio, realmente no quería salir y mucho menos asistir a la universidad el día de mañana pero le era inevitable, tenía que enfrentar un nuevo comienzo y por supuesto tenía que hablar con el moreno, para que las cosas quedaran claras.

Después de una mañana agotadora en la cocina, ya que era día de examen, Kagami estaba dispuesto a ir al club para poder practicar un poco, después de un largo fin de semana vagando, pero las cosas no resultaron así, el entrenador lo llamo diciendo que ese día no había practica y que habría partido amistoso con otro universidad, que claro no era rival para la cual cursaba.

Al llegar al estadio se sentó lo más lejos de la cancha, el entrenador le había dicho que Aomine iba a jugar, quería ver un poco como se movía en un juego y después lo haría el, pudo notar desde lejos la cara sin expresión de Aomine, hasta podía pensar en su cabeza lo fácil que a este se le hacía jugar, pero ignorando eso, se quedaba perplejo al ver los movimientos de este, aunque había ganado un partido contra él, no dejaba de admirarlo y pensar lo mucho que le gustaba ese lado salvaje que tenia de moverse en la cancha, con solo verlo jugar, sentía las ganas de entrar en la cancha y tomar el balón, soltarlo, saltar, mirar a sus compañeros, sentir la adrenalina pasar por todo su cuerpo.

Pero todos esos pensamientos se esfumaron al ver a esa persona animando al moreno, no podía soportarla, no desde que esa chica le había golpeado sin razón, le detestaba incluso escucharla, esa posible novia de Aomine no le caía bien del todo.

El partido se terminó, ganado por mucho su Universidad, y el que había metido más puntos en ese juego había sido Aomine, al ver que este se sentó en la banca para tomar agua y celebrar con sus compañeros Kagami decidió que era el momento de encararlo y hablar claro con él, por lo que se levantó y empezó a bajar las gradas, pero noto que Sakura llego corriendo mientras le daba una toalla, que el moreno tomo para secarse, dejando inquieto y a la vez como un roca al pelirrojo, el cual decidió caminar hacia su asiento, sentándose de nuevo.

No iba a interrumpir el asunto con esos 2 coqueteando enfrente de todos, pero en serio ¿tenía que pegarse a Aomine de esa manera?, se quedó observando un rato, mientras algunas personas se levantaban de sus asientos y otras se quedaban hablando.

Al ver que se encaminaba el equipo a los vestidores, Kagami de nuevo se animó a hablar con Aomine, total  a él no le tenía que importar que esa parejita se enojara con su presencia, de todas maneras tenía que hablar seriamente con su compañero. Bajo de las gradas, hasta llegar a la cancha, seguía muy cerca a Aomine que estaba con la chica aferrado a su brazo.

-Ao… - Trato de llamarlo, pero Aomine miro a la chica irritado, mientras que esta lo beso rápidamente en los labios, sonriendo después de terminar el rápido beso y aferrándose al brazo de Aomine.

El pelirrojo ante esto se quedó quieto y sin habla, no sabía qué hacer, incluso no sabía lo que sentía en su pecho, era casi parecido al sentimiento cuando se enteró lo de su niñera, pero a la vez era muy diferente.

-¡Kagami! ¡Así que estabas aquí! – Le grito el entrenador, por lo que rápidamente el moreno, volteo a ver atrás de el para encontrarse con un ceño fruncido, pero no por enojo, si no por tristeza, tan solo se quedó así mirándolo sin decir nada, mientras el entrenador pasaba y lo jalaba con él a los vestidores, Aomine al ver esta reacción, se soltó del brazo de la chica y camino más rápido dejándola atrás, la cual la otra se quedó enojada ante tal acción.

-Sakura no puedes pasar a los vestidores, regresa a tu casa por ti sola- Menciono un irritado Aomine, mientras le aventaba la toalla a la chica.

-Pero Aomin… - dijo quejándose la otra chica, pero el otro la interrumpio – ¡Si sigues jodiendo, juro que hablare con tu madre, para que sepa lo clase de chica molesta que llegas a ser!- Le dijo con una voz grave, volteándola a ver como una cara de rabia, que incluso la chica llego a sentir miedo, aventó la toalla al piso y se encamino enojada a la salida, mientras que el otro volteaba a ver el cabello rojo que desaparecía con la distancia.

Se encontraban todos en los vestidores cambiándose, Kagami hablaba con el entrenador, mientras que el capitán hablaba con Aomine, pero pareciera que estos 2 no estuvieran concentrados tanto en la plática que tenían con sus superiores.

Cuando el entrenador los despidió a todos las ganas que tenía Kagami, se fueron a la borda, saliendo con todo el equipo, hasta que un fuerte sostén en su mano lo detuvo, volteando a ver con dureza, encontrándose al peliazul.

-Kagami, creo que tenemos que hablar- Y al escuchar esto, el pelirrojo sintió miedo, entrando de nuevo a la habitación, que fue cerrada por el moreno. Kagami se sentó en una banca, mientras que Aomine se quedó pegado a la puerta, después de esto el silencio reino en el lugar, ya que no sabían cómo comenzar la conversación.

-¿Por qué lo hiciste? – Pregunto Kagami mientras apretaba sus manos y miraba al suelo, pero el otro no respondió.

-¡Dime Aomine, demonios…! - Miro Kagami al moreno con una cara de desesperación, mientras que el otro le respondía con una de seria y sin expresión.

- Simplemente porque quise hacerlo – Dijo con total calma, la cual cabreo a Kagami, quien se levantó y lo tomo de su camiseta azotándolo contra la puerta.

-¡No soy tu maldito juguete! ¡Te confié algo maldito! ¡Y vienes y me dices esto! ¡No juegues conmigo! ¡No juegues con ella! ¡Idiota! –Le escupía las palabras de ira mientras apretaba la camiseta de Aomine.

- No estoy jugando contigo, ni con nadie, solo quise hacerlo por ti – Menciono el otro mientras trataba de estar lo más relajado.

-¡No necesito que me jodas de esa manera! Si tanto tiempo libre tienes, ve a perderlo con tu noviecita – Dijo soltando de golpe a Aomine, mientras abría la perilla de la puerta, que nunca se abrió, al ver que Aomine la empujo de golpe.

-¡No me jodas Kagami! Llevas soltando esa mierda de noviecita, ¡como si fuera a joderme la vida con esa Sakura! Y más por… - Se detuvo entre sus gritos y empujo al pelirrojo, para abrir la puerta y salir, de ahí, pero una mano lo detuvo, mirando de nuevo esos ojos rojos.

-¡¿Pero la besaste?! – Le contesto Kagami con una cara enojado.

-¡¿Eh?! ¿Acaso está ciego?, ella me beso, ella es la que se pega como insecto… - Dijo intentando de nuevo salir de la habitación, pero la mano aun sujetaba su brazo.

-Pero… entonces ¿Para qué maldición hiciste eso? No lo entiendo, por más que lo pienso… - Dijo cabizbaja Kagami mientras que sujetaba con fuerza el brazo.

-A su tiempo lo entenderás, déjame en paz y piensa en cómo pagarme para tu perdón - A lo que Kagami, lo vio con una cara de sorprendido.

-¿Pagarte? – Miro a Aomine, mientras soltaba su brazo y el otro se quedaba apoyado al marco de la puerta, mientras observaba el ceño fruncido del otro.

-Bakagami… en serio deja de joderme – Salió de la habitación, pero fue jalado a dentro del cuarto, escuchando cerrar la puerta de nuevo.

-Hazlo de nuevo – dijo Kagami pegando el cuerpo de Aomine a la fría pared, mientras lo observaba.

-¿Qué? – Mencionaba el moreno al no entender que tramaba el pelirrojo, aunque de alguna manera las cosas se habían tornado… interesantes.

-El bes… so – Comento Kagami, trabando un poco la lengua, no entendía porque pedía eso, quizás quería calmar esa parte que le estaba pidiendo a gritos el poder saber del porque esos sentimientos.

-¿Ah? Estas confundido idiota… - Aomine lo empujo, pero Kagami no se quitó el camino “¿En verdad hablaba en serio?” el moreno se quedó un rato observando la determinación del pelirrojo, realmente estaba impresionado, pero también lo tomo como una prueba, hacia el mismo.

-Ah… está bien – dijo escapando un suspiro, mientras se rascaba la cabeza y miraba al pelirrojo, que entraba ahora en pánico por la respuesta.

Lo tomo de los cabellos, para jalarlo y pegarlo contra él, realmente aun podía recordar la textura de los labios, incluso lo bien que se sintió y el sentirlo de nuevo, bueno, no era nada más que darse otra gusto a la boca, no es que sintiera algo por Kagami, era absurdo pensar esa idea, pero, tampoco es que fuera de cierta manera homosexual, la verdad era que quizás estaba tan confundido como el mismo Kagami.

Cerro sus ojos, y pego sus labios a los de Kagami, tomando como acción sin piedad  aunque fuera el inicio el insertar su lengua, asustando desprevenido al otro que hizo un jaloneo, que fue detenido gracias a que Aomine, sostuvo con su otra mano la cadera.

Abrió un poco sus ojos para observar quizás la cara de asco que Kagami tendría en ese momento, pero se encontró una cara ruborizada hasta la orejas y disfrutando la sensación de aquel beso, Aomine por supuesto que se emocionó y decidió intensificar el beso, ahora soltando un poco la cavidad y chupando los labios, en los que solo podía escuchar el sucio ruido que producía este, y el calor que en su cuerpo se estaba forjando, quería sentir más, mas, que Kagami le rogara por detenerse, bajo sus manos un poco para tocar los glúteos de Kagami, sintiendo rápidamente la respuesta de defensa del otro.

-Ao… mine… nhh... –Hablaba dentro de la boca del moreno, tratando de que parara con esas caricias que no estaban ayudando en nada, tenía planeado que quizás al sentir otro beso de Aomine, quizás sentiría repugnancia, pero ahora era todo lo contrario, sentía de nuevo esa calma y ese dejarse llevar, que había sentido aquella vez.

Soltaron sus labios, aunque Kagami aún tenía sus ojos cerrados guardando esa esencia, para que pudiera recordarla.

-¿Qué tal? – Pregunto el moreno que soltaba lentamente a Kagami, mientras limpiaba con su mano, sus labios húmedos.

-Esto… - Contesto Kagami, cuando abrió los ojos y vio de nuevo esos ojos azules, algo andaba muy mal con él, hacer estas cosas ¿No lo volvía igual que su hermano Himuro? -¿Por qué aceptaste Aomine? – Pregunto Kagami, mirándolo fijamente, mientras limpiaba igualmente sus labios con sus dedos, la pregunta tomo al otro por sorpresa.

-Kagami – se quedó en silencio, pensando detenidamente lo que estaba por decir – tengamos relaciones – dijo con toda seguridad.

-¡¿AH?! – Contesto el pelirrojo, alejándose de él, mientras que el otro ya sabía que tendría una respuesta de esa manera – ¡De ninguna maldita manera! – Contesto gritándole, para que quedara claro, esfumando todo pensamiento de duda que tenía.

-No me digas que… ¿Eres virgen? – Dijo en tono de burla Aomine, mientras inclinaba su cuerpo hacia el tocando su mentón, a lo que el otro reacciono quitando el dedo con un manotazo fuerte.

-¿¡Algún maldito problema con ello!? – Contesto Kagami, el cual se coloro un poco, por la manera en que Aomine presumía quizás de su experiencia.

-Eres un romántico – Se irguió de nuevo Aomine mientras una sonrisa aparecía en su cara, una sonrisa que no era fácil de sacar en una persona como él.

-¿Y que con ello? Yo no voy por la vida… - Pero al pensar lo que iba a decir, chasqueo su lengua y se quedó en silencio, ganando la discusión Aomine otra vez.

-Aun no respondes mi pregunta – Le recordó Aomine a Kagami, que caminaba hacia la puerta, pero se detuvo.

-¿Para qué quieres tener sexo conmigo?, si no me respondes, nunca sabré lo que piensas Aomine. Te recuerdo que yo no soy un juguete – Y al ver que no obtuvo respuesta del moreno, salió de la habitación sintiéndose más vacío de lo que ya de por si estaba, no había obtenido nada de Aomine, bueno solamente una cosa, no estaba saliendo con esa chica.

*

-¿Me estás diciendo que besaste a Kagami-kun? – Menciono Kuroko un poco impresionado, mientras que veía a los pequeños niños jugar entre ellos.

-No es nada del otro mundo, Tetsu – Hablaba por teléfono con el otro, mientras arreglaba unos papeles de la tarea que por muy aburrida que fuera, tenía que entregar mañana.

-¿Nada del otro mundo? ¿Seguro que estoy hablando con Aomine?- Dijo con algo de sarcasmo que molesto un poco al moreno. –Te lo estoy contando, para que me ayudes a saber por qué rayos hice eso – Confeso el otro mientras se rascaba su cabeza con el lapicero y se estiraba en la silla.

-Bueno eso no puedo yo saberlo – dijo algo incrédulo el de pequeña estatura, que ahora trataba de separar a una pareja de niños que habían comenzado a pelear por un juguete.

-Maldito… - Contesto Aomine, chasqueando un poco su lengua -¿Pero eso es algo que debes de descubrir tú, no es así Aomine? Que el amante de los buenos pechos, haya besado a Kag… no, que alguien como tu haya besado precisamente a Kagami-kun ¿No es algo de por si extraño? ¿Sientes algo por Kagami-kun? – Pregunto, mientras que Aomine se quedó quieto en su silla – Claro que no – Contesto algo vacilante el moreno, a lo que el otro suspiro.

- Entonces por favor deja de jugar con Kagami-kun, y consigue a una chica que  te satisfacía el placer que necesitas – Comento algo irritado Kuroko por el otro lado de la línea.

-Tetsu, no digas tonterías, yo no estoy jugando con Bakagami – Le contesto algo irritado al peliceleste – Entonces decídete y piensa bien lo que estás haciendo, hasta luego – Y con esto colgó el teléfono, dejando más confundido de lo que estaba Aomine.

*

-¡Carajo! – Se levantó de su cama, al no poder dormir de nuevo, era ya de madrugada y aun no podía pegar el ojo, al pensar lo que había pasado esa tarde. ¿Qué rayos pensaba al pedirle un beso Aomine?, ¿En qué rayos se estaba convirtiendo?, ¿Qué ganaba Aomine teniendo sexo con él? Nada estaba claro en su cabeza y las imágenes venían una y otra vez. Se acostó en su cama observando la pared, tomando un poco de calma y recordando de nuevo esa escena, donde Aomine lo besaba y jugaba con su lengua, se sintió en ese momento caliente, bajo su mano a su bóxer y lo empezó a tocar, sintiendo como su miembro cada vez más se levantaba, no quería masturbarse pensando en Aomine, pero quizás era el único modo para acabar agotado y satisfacer ese placer que había suprimido al sentir esas caricias en su glúteos. Comenzó lentamente a tocar su glande, mientras recordaba como Aomine jugaba con sus labios y los chupaba, empezó con el movimiento que poco a poco se fue acelerando, hasta que por fin se corrió en su mano, había sido rápido ya que había sido tiempo desde la última vez que por simple naturaleza se había puesto así, limpio su mano con una pañuelo y hundió media cara en la suave almohada.

-Creo que estoy comenzando… - dijo en voz alta, mientras que hundió toda su cara y tapo su cuerpo con la colcha.

“A experimentar nuevos sentimientos”

 

 

Notas finales:

Despues de varios dias, prometo que tratare si la universidad me lo permite subir el proximo capitulo el lunes, espero hayan disfrutado el capitulo, y me mencionen cositas en los reviews, ademas de que parejas les gustaria leer para que yo escriba, no es que este planeando meter parejas, no, solo quiero ver desde que perspectiva me observan -.- 

Bueno creo que eso es todo, dejen sus mensajitos y yo los contesto a su tiempo, bye bye~

 


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