“Estoy desarrollando graves problemas” se reprochaba Changmin mientras miraba como Kyu seguía enseñándole al pequeño a vestirse como dama, le estaba probando varios vestidos, entre tanto le explicaba cómo tenía que combinar colores, accesorios y prendas. Para él era un misterio el por qué las mujeres se hacían tanto problema en cuanto al cómo y al qué llevaban, era por demás innecesaria tanta preocupación si a los hombres lo que más les importa es cómo quitarle cada prenda, este ésta combinada o no. Él mismo se encontraba mareado de escuchar tantos datos relacionados al respecto, de por si la mención de infinidad de colores nuevos era una tarea pesada, quién iba a pensar que no era celeste sino pastel, que en realidad era salmón y no rosado. Por lo que a él le concernía sólo existían cinco colores, como máximo, y todos cumplían la misma función, eran para distinguir señales de enemigos, rango o para mezclarse con la naturaleza en caso de una misión en una zona exótica. Era en momentos como este en el que lamentaba la posición del menor. Estos eran gajes del oficio que muy poco se animarían a pagar sin embargo él estaba ahí, firme, tomando nota de todo, prestando una enorme cantidad de atención a todo lo que se le decía, lo tomaba con la misma seriedad que su entrenamiento con armas. Al pasar tanto tiempo juntos, se daba cuenta del valioso aprendiz que tenía en sus manos. Taemin era ejemplar en su dedicación a todo aquello que se le encomendaba ya fuera aprender una técnica de ataque o defensa hasta memorizar colores, en todo daba su mayor esfuerzo y ciertamente aprendía rápido, era solo empezar las clases de modales que ya sin que nadie le pidiera, él asumía su postura de dama ya perfeccionada y sus movimientos se volvían femeninos, hasta su voz sufría notables cambios durante las lecciones. Sí, definitivamente Taemin era un valioso soldado.
-Changmin! Te estoy hablando!-Gritó Kyu
-¿He?
-¿Estas soñando despierto? ¿Acaso se te cruzó un postre por la mente?
-Ya!- Taemin se rio pero enseguida se puso serio cuando Changmin le dio una mirada mortífera- ¿Qué decías?
-Dije que ya puedes ayudar al pequeño a esconder las armas en su ropa.
-O si, y necesitamos practicar cómo usarlas. A ver…-Changmin se paró y fue directo a inspeccionar a Taemin de arriba abajo.
-Voy a buscar más armas- Salió Kyu dejándolos solos.
Changmin tomó un cuchillo pequeño y finito de la mesa y se lo entregó- Este va entre la ropa interior y el vestido a la altura del pecho, como es pequeño es fácil de tenerlo escondido ahí pero debes tener cuidado de no guardarlo tan al fondo para que puedas usarlo con comodidad, tampoco debes dejarlo tan afuera porque si te inclinas puede verse o caerse- Taemin lo tomó y se lo guardó donde le había indicado, también se acomodó la hebilla con puas de acero para el pelo, unas estrellas de metal en los guantes y finalmente una cuchilla de tamaño mediano para guardársela en la media que terminaba en sus muslos.
-la chuchilla puedes tomarla sólo si tienes el tiempo para distraerte del objetivo y levantarte el vestido lo suficiente, es incluso un poco complicado aún estando sentado porque de seguro se verá sospechoso que te inclines a levantarte el vestido, de todas formas servirá para ocasiones intimas…
-¿ocasiones intimas?
-Ya sabes, en caso de que tengas el vestido levantado o si alguien te lo levanta
-…
-¿Algún problema?
-¿Por qué alguien me levantaría el vestido?- Pensó en regañar al pequeño por hacerle preguntas tan obvias pero bastaba mirar la cara de confundido en Taemin para saber que él realmente no tenía idea de lo que le estaba diciendo. Changmin jamás se imaginó que tendría que tener “la charla” con uno de sus soldados sin embargo…aquí estaba.
-Veras...el evento que vamos a asistir dura tres días y dos noches. En cuanto lleguemos habrá un almuerzo, luego juegos, una cena y más juegos, lo mismo pasará las siguientes noches.
-¿Eso cómo explica lo de levantarme el vestido?
-Después de cada cena, durante los juegos, los hombres están un poco borrachos, las damas también y en el medio se forma como un intercambio…-Taemin seguía sin entender.- Aish…Taemin - Changmin lo tomó por los hombros mirándolo fijamente.- Te ves muy bien en esos vestidos, tu postura, tus modales, todo lo que estás logrando seguramente atraerá a muchos hombres y después de la cena, durante las reuniones de juegos es muy probable que un hombre o incluso mujeres quieran tener sexo contigo por eso debes estar preparado para defenderte. Pero no es conveniente que llegues a eso porque podría peligrar seriamente nuestra misión si alguien sospecha de ti. Por eso Kyu y yo vamos a enseñarte el arte de la seducción y de la evasión para que sepas manejarte en caso de que alguien quiera propasarse contigo, ¿entiendes?
Taemin estaba mudo, su cabeza no podía registrar nada de lo que su superior decía, todo lo que resonaba en su cabeza era “…tener sexo contigo…”. Se alejó de un empujón del agarre de Changmin y le dio la espalda.
-No puedo…no…no quiero eso…no entiendo…no quiero que me acosen…yo…yo no sé nada de eso…no quiero que nadie…-Changmin se acercó al ver al pequeño tan alterado.
-Tranquilo Tae…Tranquilo, nadie va a hacerte nada, para eso estuvimos entrenando y ahora tienes una gran capacidad con todo tipo de armas, tu cuerpo tiene la fuerza y la agilidad para enfrentarse a cualquier adversario y seguiremos trabajando en eso. Además yo voy a estar ahí y no voy a permitir que algo malo te pase.
Taemin estaba aturdido, de repente el miedo se había apoderado de él, hasta ahora no se había dado cuenta de la magnitud de la misión que tenía, iba a representar un papel donde correría peligros que nunca pensó, él no era mujer ni pertenecía a la clase alta, no conocía sus costumbres, no sabía nada de lo que se iba a enfrentar, poco a poco Changmin y Kyu lo introducían de palabra a ese mundo pero ahora entendía que no sería lo mismo que vivirlo. ¿Y si lo arruinaba? ¿y si al primer momento se daba a conocer y arruinaba todo el trabajo que venía haciendo? Todo dependía de él, la presión de ese pensamiento le cayó como un balde de agua fría, quería salir corriendo en ese momento.
Changmin podía ver la fuerte pelea que Taemin estaba teniendo en su interior, aparentemente caía en cuenta de muchos casos, no podía culpar, a pesar de la vida difícil que había llevado hasta ahora, nada se comparaba a ir a un destino desconocido, entrar en un mundo diferente. Él le estaba pidiendo que enfrentara una situación extraña y peligrosa, Changmin conocía ese temor a niveles inimaginables para los de su edad, por eso sólo pudo sentir compasión y comprensión por el momento que el pequeño estaba teniendo, podía notar como su cuerpo se sacudía en temblores, si de algo sabía Changmin era del cambio que esta misión marcaría en el pequeño, no estaba listo para ello, pero solo fue hasta ahora que tuvo un momento de debilidad que Changmin respetó y quiso acompañar, rodeándolo en un abrazo lo atrajo hacia sí con fuerza para evitar que el pequeño se derrumbe.
Taemin estaba a punto de tirarse al piso para sentir algo firme pero antes de hacerlo Changmin lo sostuvo con sus brazos y lo confortó con simples palabras como “todo va a estar bien” “tranquilo”. Aunque para otros podía no parecer mucho para él era algo que nunca tuvo, sin saberlo Changmin le estaba dando algo que nadie le dio, la oportunidad de desmoronarse. Con ese simple abrazo Taemin revivía las veces en las que necesitó caerse y tener a alguien para levantarlo, la cantidad de veces en las que quiso tirar todo, descargarse diciendo que no podía más, dejarse estar, todas esas veces en las que quiso rendirse sin embargo nadie nunca estuvo ahí estar con él y permitirle esa falla. Su problema fue que siempre era él el que tenía que ser el sostén de los demás, de sus padres, de su hermano y de sí mismo, en toda su vida nunca pudo permitirse bajar los brazos porque eso le hubiera costado la caída a todos los demás, como hombre, como sostén, como hermano siempre llevó una carga pesado de la no podía deshacerse ni por un minuto, no era como los otros niño o adolecentes que hacían travesuras, o que podía pasar una tarde sin pensar en nada, no, él tenía que estar pensando en qué comería su familia, en cómo conseguir medicamento, en mantener la casa tan pobre que tenían. No estaba entre sus derechos hacer algo por él mismo ni siquiera rendirse por un momento, pero ahora de la nada, sólo por un pequeño inconveniente cayó y allí estaba Changmin abrazándolo para no dejarlo caer. Estaba tan agradecido con él. Changmin no le estaba reprochando que no llorara, que no se quejara porque otros la tenían peor, él solo le permitía dejarlo hundir por unos instantes en su cobardía porque sabía que en el fondo si o si tenía que recuperarse, muchas cosas estaban en juego pero en este momento necesitaba este instante de flaqueza para poder reunir las fuerzas nuevamente y seguir. Secándose las lágrimas y preparándose internamente para seguir se fue apartando del cuerpo de Changmin.
-Perdón, no debí…
-Ni te disculpes, sé lo que te estoy pidiendo y veo que has hecho un gran esfuerzo por cumplir aun sin estar completamente consciente de todo lo que implica esta misión.
-Lo lograré…lo prometo.
-No es necesario que me prometas nada, todos tenemos límites. Sé que es muy posible que me falles a último momento y lo entenderé, aunque quiera matarte, estoy preparado para tenerte a mi lado o para que me apuñales por la espalda, estoy preparado para todo. –Esas palabras le dolieron, pero aun así no podía culparlo, Taemin sabía que había un dolor de la experiencia detrás de sus palabras, eran de una sabiduría demasiado profunda para alguien de su edad. Changmin estaba preparado para verlo correr y a raíz de eso a Taemin le nacieron unas inmensas ganas de demostrarle lo contrario. Por todo que el soberano había hecho por él hasta ahora, la ayuda impagable y el lugar que le estaba dando él no correría, Taemin no lo traicionaría, secretamente se prometió seguir a Changmin hasta el último momento de su vida.
Con esa convicción en los ojos Taemin miró a Changmin, lo estrechó en un fuerte abrazo y le sonrió en agradecimiento. En él Changmin encontró a un compañero ideal, alguien con las energías para seguir su ritmo y lo la predisposición para aguantar hasta lo peor de él, fue entonces que al ver allí tan cerca su rostro sonriente no dudó en devolverle la sonrisa y pensar para sí “Estoy desarrollando graves problemas”.
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Eran pasadas las cuatro de la mañana cuando siete caballos llegaron al pueblo Myeong. Su llegada fue así secreta, dos de los jinetes se bajaron para golpear la puerta de una casa de madera cuyos habitantes respondieron al primer llamado, salió un joven muchacho quien recolectó los caballos y los guardó en un establo aledaño, los siete hombres de forasteros ingresaron a la casa y se reunieron con los dueños en un mesa donde estaba preparado un abundante desayuno, n hombre salió abrió la puerta e ingresó a la habitación, uno de los recién llegados que estaba completamente encapuchado, se descubrió la cabeza y se levantó para saludarlo amenamente.
-Me alegra que haya llegado a salvo, ¿tuvo algún problema en el camino?
-Sólo un encuentro con algunos animales salvajes pero nada más. ¿Qué novedades hay aquí?
-Todavía nada, desde que llegué todo ha estado normalizándose, la gente empieza de nuevo a trabajar en sus tierras, todos retoman sus labores poco a poco aunque no voy a mentirte se hace palpable el temor…
Jaejoong asintió con pesadez mirando a Junsu quien había llegado primero de incognito al pueblo para estar al tanto de la situación antes que ellos llegaran. Jaejoong no podía estar tranquilo en su palacio cuando una amenaza rondaba a su pueblo por eso dejó todo arreglado para poder está en Myeong por unos días y ver si el plan que tenía para terminar con la amenaza daba algún resultado.
-Tengo que consultarte algo pero a solas- Se volvió a sus escoltas y lo dirigió a cada uno a un punto estratégico del pueblo y de la casa para poder tener una completa vigilancia del lugar. En cuanto pudo estar a solas en la habitación y habiendo revisados los alrededores recién pudo empezar a hablar- ¿Pudiste averiguar algo de lo que pasó con los vigilantes de la zona?
- Si, parece que tienes razón, los vigías deben estar involucrados de alguna forma. Ellos dijeron que apenas vieron la amenaza hicieron sonar las trompetas de alarmas pero incluso entonces fue demasiado tarde, no concuerda con el testimonio de las personas que dicen que los primeros ataques fueron rodeando la aldea pasando en área de los vigías, mira – Junsu sacó un mapa y se puso a delimitar con el dedo una zona alrededor del pueblo donde los primero ataques se habían llevado a cabo, la zona está pasando los puesto de vigilancia eso indicaba que o los vigilantes fallaron en verlos o eran parte de los atacantes.- ¿Cómo proseguimos? ¿Los traemos y los torturamos a todos hasta que nos digan dónde se encuentran los atacantes?-La ira en la voz de Junsu era muy cruda, como sobreviviente e un ataque similar en su aldea cuando era pequeño, podía verse en sus ojos que estaba reviviendo en carne viva ese suceso y tantas emociones le impedían actuar con frialdad.
-Lo mejor que podemos hacer es dejarlos andar, tenerlos vigilados, si piensan volver tendrán que comunicarse con ellos.
-¿Y si deciden atacar en otro lado mientras nosotros estamos acá?.
-No podemos hacer nada si ellos no dan el primer paso.
-Jaejoong…
-Junsu-Repitió con un tonó más severo- Sé que esto te afecta, también a mí pero sabes que es así, hasta que ellos no hagan un movimiento no podemos actuar por nuestra cuenta y lo mejor que tenemos ahora es dejarlos pensar que todo puede calmarse por unos días, entonces en cuanto hagan un movimiento los seguiremos para que nos lleven al resto.
Junsu tuvo que resoplar y cerrar los puños para calmarse, por supuesto que sabía que Jaejoong tenía razón pero eso no quitaba el pesado nudo de su garganta que le pedía destripar a todo el que se cruzara en su camino para encontrar al responsable de tan terrible matanza.
Jaejoong salió encubierto a caminar por el pueblo, buscaba familiarizarse con el lugar lo suficiente para planear una estrategia de defensa, también como Junsu deseaba atrapar a los culpables de la devastación para hacerlos pagar e impedirles que vuelvan a hacer más daño al poblado. Caminó por el centro donde se encontraba una seguidilla de puestos de comida y ropa, al parecer la economía a penas se estaba recuperando, después del ataque el pueblo dejó de recibir tantos extranjeros, se había corrido la voz de que el lugar era peligroso y estaba bajo la amenaza de un nuevo ataque por eso la gente evitaba llegar y pasaban de largo al siguiente pueblo, si las cosas seguían así pronto todos quedarían en la pobreza y muchos tendrían que mudarse, el pueblo muy posiblemente desaparecería. Después de pasar por varios puestos haciendo algunas compras entre tanto averiguaba con charlas cómo era la situación desde el punto de vista de la gente, todos coincidían que se sentían en un estado de peligro constante, se preocupan porque los atacante volvieran a terminar lo que empezaron y por eso muchos enviaron a sus familiares y jóvenes a otros pueblos, sólo quedaban algunos poco que se reusaban a abandonar sus tierras y quienes esperaban que todo pasara pudieran volver a sus vidas normales. Mientras salía por la plaza principal una hermosa mujer detuvo a Jaejoong poniéndose en su camino, su voluptuoso cuerpo se había rozado a penas por lo que la muchacha pidió disculpas, en cuanto Jaejoong se mostró un poco para responderle la chica se quedó deslumbrada por su belleza, conocía bien cómo la gente reaccionaba a su rostros, no era por vanidad pero estaba dotado con una belleza que atraía a todo aquel que posara los ojos en él. La muchacha se acercó más y le coqueteó moviendo exageradamente las pestañas y mostrando una perfecta sonrisa, Jaejoong le respondió de la misma forma y algo dentro de su cuerpo reaccionó pero no era lo que le pasaba siempre, no sentía deseos por esa mujer, de repente el rostro de un hombro de piel morena se cruzó por su mente, eso lo distrajo e hizo que siguiera su camino. Era tonto pensarlo pero tenía la sensación de que quería ir hacia el esclavo, algo dentro suyo lo empujaba a tomar el camino de vuelta a la capital a la casita en el bosque donde seguramente su esclavo lo estaría esperando con muchas ansias, ese pensamiento era confuso, por una parte lo alegraba de gran manera el que hubiera alguien esperando ansiosamente por él pero por otra parte ese alguien era un esclavo, y peor de todo un hombre, qué pasaría si la voz se corriera por aquí de que su rey estaba con un hombre. Seguramente perdería toda autoridad, mucho más si supiera que él era el que entregaba su cuerpo al esclavo y no al revés. Aun así el cálido sentimiento que despertaba en él la imagen de Yunho lo acompañó en su recorrido exhaustivo por la aldea.
“¿Por cuánto tiempo?” La expresión de tristeza y el puchero en los labios del esclavo enternecieron el corazón de Jaejoong, cuando le dijo que tenía que irse por unas semanas, su reacción fue tan pura e inocente que quería saltarle encima y agradecerle el sentimiento de ser necesitado, de ser extrañado por alguien que le provocaba su reacción.
“No lo sé, tan vez unas semanas” Yunho agachó la cabeza con una expresión de extrema tristeza, por fin estaba obteniendo lo que tanto había anhelado, más tiempo con su amo, y ahora estarían separados por semanas, su corazón estaba acongojado por la noticia, no quería llorar delante de él porque no se sentía con el derecho de hacerlo pero por dentro estaba destrozado hundido en la pena, estaría solo por semanas, su amo no volvería a él en todo ese tiempo, lo iba a extrañar tanto. Si poder retenerse se acercó a Jaejoong, lo apretó en un abrazo absorbiendo su calor, el aroma de su cuerpo metiendo la cabeza en el hueco de su cuello.
Por su parte Jaejoong también lo abrazó, compartía el sentimiento de tristeza por no poder verlo, lo compartía a un punto tan profundo que no se animaba a explicar en detalle. Todo este tiempo pasaron muchas cosas juntas, días completos solos los dos a tal punto que estaba convirtiéndose en una costumbre.
“volveré” dijo tratando de alivianar el momento. Yunho asintió sin soltarlo.
“¿no puede llevarme?” La petición lo tomó por sorpresa pero su respuesta fue inmediata.
“es imposible, es una misión peligrosa”
“entonces si es peligrosa no vayas”
“yo tengo que ir” dejo remarcando las palabras
“¿Por qué?”
“Porque soy…soy el que dirige la misión y tengo que ir” No podía créelo, por un momento estuvo a punto de revelarle que era el rey, eso iba a decir, que tenía que ir porque era el soberano del país. Estaba bajando demasiado la guardia a su alrededor.
“¿y va a volver?” Yunho casi inaudible susurró
“por supuesto que voy a volver”
Yunho aún no se sentía convencido de ello, temía que este fuera una despedida definitiva entre ello, eso definitivamente lo mataría de tristeza. Apartándose para poder enfrentarse a él, lo tomó del cuello de la ropa y lo fijo la mirada. “Por favor vuelve a mi apenas puedas, voy a extrañarte. Prométeme que apenas regreses vendrás aquí, por favor dímelo” Yunho no supo de dónde sacó el coraje para decirle tal cosa a su amo, exigirle que le hiciera una promesa, nunca antes había hacho semejante cosa, estaba pidiendo por algo, él que nunca en su vida luchó contra las circunstancias del destino, ahora estaba pidiendo por algo, no pidiendo, exigiendo algo de alguien, porque Jaejoong para él era lo más importante en su vida. Lo sabía, pero no podía hacer mucho al respecto, no tenía ningún tipo de poder o control sobre su situación sin embargo por un minuto se sintió con el derecho a pedir algo para él.
Jaejoong si saber accedió a su pedido con un simple “te lo prometo, volveré” no tenía idea del alcance que sus palabras tuvieron en el esclavo, fuera que sean ciertas o dichas en broma eran más de lo que Yunho esperó recibir de alguien.
Finalmente con un beso se despidieron y el abrazo que compartieron todavía estaba presente en el cuerpo de Jaejoong, los recuerdos hicieron se sintiera abrazado por el esclavo y por eso él sonreía en completa tranquilidad, así los previos pensamiento del qué dirán fueron dejados detrás de una promesa entre un amo y su esclavo.