Yunho estaba preocupado, pasaron días sin que tuviera noticias de Jaejoong, era extraño que no le dijera nada la última vez, siempre le avisaba si no iba a poder llegar, más siendo que ahora pasaban todas las noches juntos. Esta ausencia lo preocupaba, le hacía recordar al viaje que hizo donde tardó meses en volver, de solo pensarlo se le estrujaba el corazón. Pero no podía pensar así, de seguro Jaejoong tenía algo que hacer y pronto aparecería. Yunho se preguntaba incontables veces qué sería lo que Jaejoong hacia cuando no estaba con él, ¿tendría una familia? ¿A qué se dedicaría? Sabía tan poco de la persona con la que pasaba sus noches, sin embargo lo amaba, porque eso era, era amor del más profundo y sincero el que Yunho poseía por Jaejoong, era ese loco amor del que aconsejan no encontrar. Cuando trabajaba en la casa del placer los mayores le advertían de no enamorarse, ni dejarse engañar por ningún cliente, eso que la gente llamaba amor no existía, estar con alguien debía ser sólo por conveniencia y sólo si la recompensa era grande. De lo contrario era mejor seguir viviendo como esclavo de placer. Ahora Yunho veía las cosas de otra manera, aunque no negaba que las advertencias eran justas, esto que sentía lo llevaba a la locura, el preguntarse por él, pensar tan sólo en él todo el día, no tener nada más que esos momentos juntos y alimentarse de ellos para sobrevivir la soledad, sí definitivamente era algo que no se debía buscar, pero el amor llegó a él sin que pudiera detenerlo. En la tarde del viernes Yunho se sintió acongojado, algo le oprimía el pecho, y no podía permanecer encerrado, necesitaba salir de su casa, así que sólo con una capa empezó a caminar hasta que no le dieron más los pies, encontró un lugar para descansar donde se quitó sus zapatos y se tomó el tiempo de mirar a su alrededor. Podía presentir desde hacía rato que había algo raro en el camino que había tomado, nada le resultaba ni remotamente familiar, y lo peor de todo era que estaba oscureciendo, por suerte, después de caminar unos pasos más comenzó a oír voces, pensó que se trataba del mercado, el bosque que siempre recorría salía a un mercado de la ciudad pero nunca se animó a ir allí, prefería hacer un camino más largo por el lado contrario para ir a su pueblo. A medida que iba avanzando la música y las risas se hacían más claras, no alcanzó a salir del bosque sino que se quedó allí mientras veía como se desarrollaba una fiesta, todo era extremadamente elegante, debían ser personas muy ricas y poderosas, la curiosidad le ganó a su juicio y siguió recorriendo a los invitados, hasta que una mesa en el centro le llamó la atención, no podía ver quienes estaban allí pero quería así que siguiendo dentro del bosque trató de encontrar la forma hasta que por fin lo hizo, fue entonces que alguien interrumpió la fiesta y empezó a hablarle a la persona que menos esperaba ver allí.
-Jaejoong…
-Si me permiten el atrevimiento, confieso que he venido a ver cómo funcionaba Yeire en manos de nuestro nuevo soberano. Soberano Jaejoong yo fui un servidor fiel de tu padre y siempre lo respeté íntegramente, en estos momentos, viéndote allí y sabiendo que has decidido tomar esposa – “¿Tomar esposa?” Yunho se quedó paralizado- y dejar un heredero – “Un heredero” no podía escuchar más del discurso, su mente estaba atosigada por millones de preguntas “¿Soberano?” miraba a su alrededor a la opulencia, volvía la mirada a su amo y era él, sabía que era alguien importante pero nunca pensó que…-¡larga vida!- Escuchó y los gritos a una voz de los invitados lo ensordecieron.
Yunho no podía creer lo que estaba viendo, Jaejoong, su amo, era un soberano, pero eso no era lo que más importaba sino el escuchar que elegiría una esposa y tendría un hijo, todo tenía que ser una mentira, producto de su tonta imaginación, nada de esto debía ser verdad. Hasta que se terminó de completar su pesadilla cuando del propio Jaejoong escuchó.
-… seré afortunado de elegir entre las hermosas mujeres que ha dado como fruto Yeire, a las damas aquí presente embelleciendo mi hogar con su presencia, he tomado mi deber como soberano y les pido a ustedes espero que se unan a este brindis, por mi futura esposa e hijo, que sean el comienzo de un Yeire más próspero y poderoso.
Para ese momento las rodillas de Yunho no pudieron sostenerlo, era demasiado lo que estaba pasando, agarrándose del cabelló hundió su rostro y lloró hasta romperse la última ilusión que tenía del amor.
---
Changmin hizo todo el esfuerzo posible para acompañar la fiesta pero la verdad era que quería atravesar el lugar y llegar con su cuchillo al cuello de Jaejoong y derramar su sangre sobre los invitados, pero se contuvo, por suerte Taemin lo distraía lo suficiente. Toda la atención que el pequeño llamaba era motivo para usar su cuchillo pero en otros invitados que se lo estaban comiendo con la mirada. No podía permitir que continuara por eso tomó al menor de la mano y se lo llevó a recorrer los jardines.
--
Yunho sentía su cuerpo helado, hacia horas que permanecía acostado sobre la tierra escuchando las voces de festejos a lo lejos. Sus mejillas estaban húmedas de las lágrimas intermitentes que seguían fluyendo de sus ojos a pesar de que ya había llorado tanto. No podía hacer que su cuerpo reaccionara, quería irse imperiosamente de allí pero ni un músculo le respondía. “Todo fue una mentira, la mentira que me creí, que no quise ver, que ignoré. Me engañe como a un niño” Yunho llevó una mano a su pecho, el calor que está le provocó logró resaltar el frio que allí sentía, no era el frío por estar sobre la tierra a la intemperie, era su corazón que finalmente se había congelado, en ese momento Yunho se juró hermetismo completo, nada ni nadie entraría nuevamente a su corazón, nunca más, ya había tenido suficiente de su vida, sin pedir nada para él y que el destino se encargara de quitarle lo poco que conseguía. Como debía ser, había nacido con mala suerte, aquello único que quiso era de esperarse que fuera arrebatado de sus manos, o mejor dicho que fuera alejado de él, porque Jaejoong desde un principio nunca estuvo en sus manos, nunca fue de él.
-Mira lo que tenemos aquí…- Yunho abrió los ojos al escuchar esa voz que le resultaba un tanto familiar, allí estaba Changmin el soberano que lo había secuestrado.
---
-Jaejoong ¿A dónde vas?- Este se dio vuelta al escuchar a Junsu
-Quiero dar un paseo
-Ya es tarde, sería mejor que fueras a descansar por hoy, ya está amaneciendo y tienes muchos eventos hoy…
Jaejoong miró al cielo que iba aclarándose a causa de la hora, ya era de madrugada, todos los invitados ya se habían retirado a sus habitaciones pero él tenía ganas de caminar, así que con una sonrisa pícara y un giño poco atractivo dejó a Junsu y siguió con su caminata. No podía entender el porqué de un dolor leve en el pecho, todo en la fiesta había salido bien, más que eso, sabía que se ganó alianzas valiosas pero no podía sacudirse una preocupación en el fondo de su mente, llamando su atención con ese frío punzante que trataba de atravesarle el pecho. Recordaba haber sentido aquello en otro momento pero su recuerdo no venía. A medida que avanzaba podía sentir cómo el sol se alzaba, cada vez podía ver mejor el camino, por alguna razón ese día decidió meterse en el bosque, el sonido de las ramas crujiendo debajo de sus pies le provocaba tan agradable sensación de tranquilidad que sólo se enfocaba en esos sonidos, dejando de lado el cada vez más cercano murmullo que levantaba una conversación a unos metros. Fue hasta que estuvo bastante cerca que lo notó. Detuvo sus pasos cuando todos sus sentidos lo alertaron, allí a unos metros se daba una conversación entre tres personas que él reconocía demasiado bien.
-Haha vamos, ¿Qué intentas hacer? Sabes que no tienes la fuerza ni la estrategia para hacerme daño.- Changmin estaba de espaldas a él, a su lado estaba esa acompañante que conoció en la entrada y alguien estaba delante de ellos, no se podía ver claramente, estaba medio agachado pero pronto su voz se hizo escuchar y Jaejoong la reconoció enseguida.
-Maldito seas, ¿qué le hice yo para que me hicieras eso?
“Yunho…” pensó Jaejoong
-Fuiste muy fácil de persuadir, ¿o acaso no recuerdas nada?- Yunho trató de lanzar un golpe pero fue detenido por Taemin quien se interpuso entre ellos.
-No lo intentes de nuevo porque puedo matarte- Amenazó el pequeño pero Yunho no hizo caso y avanzó en otro ataque, nuevamente Taemin lo interceptó, hizo que perdiera la estabilidad y cayera al piso, mientras Yunho trataba de levantarse Changmin reía.
- Te vale más que te apegues a tus dones de prostituto. Espero que hayas sido más útil con Jaejoong…- Esas palabras congelaron a Jae, en su mente todo comenzaba a tener sentido, entonces Yunho había sido una distracción enviada por Changmin.
- ¡No me hables de él!- Se enfureció Yunho tomando posición para otro ataque.
- Vamos dime todo los que sabes y te devolveré a tu vida de prostituto que tanto debes extrañar. Quiero cada detalles, hasta cómo se comporta Jaejoong en la cama…
Antes de que pueda decir otra palabras Jaejoong se apareció corriendo detrás de Changmin y le dio una patada en las costillas, a mitad de su caída golpeó su rostro haciendo que brotara sangre de su nariz y su boca. Cayó sobre Taemin quien se lanzó a atraparlo pero no pudo intentar acercársele porque Jaejoong se alejaba de ellos rumbo a Yunho quien tenía en su rostro reflejada la sorpresa. Cuando Jaejoong lanzó el primer golpe contra él hizo que este se tambaleara pero no cayó, otro golpe y otro y otro más propiciado a su rostro lo hicieron marearse y caer, allí Jaejoong aprovechó para pisarlo en el pecho y las costillas cuando Yunho se dobló a un costado por el dolor. Jaejoog se subió sobre Yunho y tomándolo de sus ropas lo sostuvo una y otra vez golpeándolo con furia. Tamin apenas vio que Changmin se estaba recuperando iba a ir hacia ellos pero lo detuvieron, Changmin le hizo una seña y le susurró que se fueran, Taemin dudó por un momento, viendo la salvaje paliza que ese sujeto se estaba llevando no creía que fuera bueno no intervenir pero al ser un extraño hizo caso a Changmin y ambos se fueron.
Jaejoong estaba descargándose por completo sobre Yunho, ese sentimiento de traición guiaba su puño una y otra vez sobre su rostro, quería despedazarlo, romperlo por completo, no podía pensar en nada más. Mientras tanto Yunho ya estaba aturdido de los golpes, podía oír el retumbar de ellos dentro de sí pero ya no sentía nada, estaba físicamente adormecido, experimentaba un dolor que no venía del cuerpo sino del alma, un grito salió de lo más profundo de él, llegó a sus labios y lo largó con todas las fuerzas que le quedaban, Jaejoong al escuchar este sonido se detuvo, se levantó soltando a Yunho, como si estuviera borracho, confundido e inestable se alejó, Yunho seguía gritando, podía escucharlo aunque se alejaba, el sonido de ese grito lo penetraba profundamente e incrementaba ese frío que sentía desde antes.
Yunho gritó y gritó hasta que no tuvo más voz. Trató de moverse y avanzar, aunque no tenía lugar a donde ir y ciertamente no estaba pensando claramente. Avanzaba arrastrándose por el suelo pero eso empeoraba su condición, la tierra y las ramas se metían en sus heridas y lo infectaban, la sangre seguís fluyendo de él hasta que ya no tuvo más fuerza, logró apoyar la cabeza en una raíz que sobresalía, allí cerró los ojos y perdió el conocimiento.
--
- Ishh
- Por favor quédate quieto Changmin…-Taemin tenía un algodón contra el labio de Changmin limpiando el corte en su labio.
-Ya te dije que no necesito esto- Dijo tirándose hacia atrás. Se paró y comenzó a guardar sus cosas. – Mejor apresúrate y guarda tus cosas
-¿Nos vamos?
-Claro que sí
-¿Por qué…?
Changmin tomó una respiración profunda- Me peleé con el anfitrión de la fiesta, creo que es lo más común irse…además- Changmin s detuvo un momento recordando al esclavo. – Quizás.. – Pero negó y siguió empacando.
De vuelta en el campamento retomaron sus actividades normales hasta que cayó la noche. Changmin entró a la enfermería pasada la medianoche, no podía descansar con el terrible dolor de cabeza que lo acosaba, trataba de buscar algo para tomar que lo calmara pero no reconocía los medicamentos y no iba a ser tan tonto como para tomar algo que lo matara. Iba caminando para la oficina de Yoochun para pedirle medicamentos cuando pasó por una cortina que estaba cerrada, al parecer había un paciente en grave estado detrás de ella, no podía entender por qué pero le llamó la atención y decidió adentrarse a investigar. No pudo creer lo que sus ojos veían, esa persona allá acostada le resultaba conocida, no era nada más ni nada menos que el amante de Jaejoong. En cuanto quería acercarse a echarlo a patadas fue forzado a salir hasta afuera. Dando un vuelta se enfrentó con furia a la persona que lo tenía agarrado pero Yoochun no retrocedió ni un paso, cruzándose de brazos le habló tranquilamente- Qué haces molestando a mis pacientes?
-¿Desde cuando tienes traidores como pacientes en mi campamento?
-Yo no tengo traidores, tengo pacientes, y ese especialmente es un paciente en estado delicado, por favor no vuelvas a acercarte
-Ese “paciente”-Respondió sarcásticamente- resulta que es el amante de mi peor enemigo-.
La sorpresa llegó al rostro de Yoochun sin embargo eso no cambiaba nada- Afuera puede ser lo que quiera pero acá adentro está bajo mi responsabilidad, y es un paciente en grave estado, por favor no te acerques a él.
-Estas tomándote demasiadas atribuciones Yoochun, yo soy el que paga los suministros y el que te puso en este lugar, no tengo deseos de albergar a un enemigo, así que sácalo de aquí ahora.
-No estoy usando tus suministros con él sino los míos. Si quieres me lo llevo pero yo me voy con él para siempre.
-Después de todo lo que hice por ti ¿vas a pagarme poniéndote de su lado?
-No me estoy poniendo del lado de nadie, tengo una ética de trabajo que dice que no debo dejar un paciente tirado, a él lo encontré en el bosque desprovisto de atención a punto de morir y yo me he propuesto hacerme cargo hasta su completa recuperación.
Esas palabras llamaron la atención de Changmin que se tomó un tiempo para pensar, si el amante de Jaejoong estaba aquí ¿Lo estaría buscando? la imagen de Jaejoong golpenado a Yunho se le pasó por la cabeza a Changmin, algo había pasado entre ellos, algo de lo que quizás él podría sacar provecho. –Está bien, que se quede pero le podré un guardia, nadie puede acercársele más que tú y si lo sacas de aquí sin mi permiso lo mato a él y a ti con la misma flecha.
Yoochun no era un hombre que se dejaba intimidar y sospechaba del cambio de opinión repentino de Changmin pero al final de cuentas era una buena oferta ya que no quería dejar a sus otros pacientes por alguien que realmente no conocía. –Trato hecho ahora, dime ¿qué estabas buscando?
-algo para el dolor de cabeza.
-Sígueme.