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YunJae: Esclavo de tu amor por pyeontae

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Notas del capitulo:

Yellow! Nuevo cap yei!

Desde el último tormentoso encuentro con Jaejoong, Yunho había recibido escasas noticias de él, escasa pero decepcionantes, Jaejoong se había casado con una de las hijas de sus gobernantes, una joven de belleza inigualable que poseía el don de arte, era reconocida por embellecer todo lo que tocaba. La gente de Yeire, muy conforme, comentaba como había cambiado la ciudad y el palacio para bien, entonces Yunho solo podía pensar que esa mujer había llevado su toque hasta la casa en la que él y Jaejoong compartieron tantos momentos, o quizás la había derrumbado hacía tiempo para destruir todo rastro de él. Jaejoong jamás volvió a buscarlo, seguramente estaría demasiado ocupado con su hijo, ese hijo que había nacido de la unión con su esposa por el que todos estaban orgullosos pero para él resultaba un golpe al estómago, una de las heridas más grandes en el corazón de Yunho. Cinco años pasaron y él no podía evitar que le doliera el saber que Jaejoong logró olvidarlo mientras que él cada noche lo soñaba cerca, feliz, juntos, pero cada sueño terminaba igual, las voces de su familia lo llamaban, Jaejoong comenzaba a alejarse, solo sus manos mantenían el último agarre, entonces lo golpeaba hasta que Yunho cedía y lo soltaba, entonces Jaejoong corría, alejándose de él, sin mirar ni una vez atrás.

 

Todo había cambiado, ahora pertenecía al ejercito de Changmin, después de recuperarse de la golpista que Jaejoong le había propiciado, gracias a Yoochun consiguió quedarse en el fuerte y recibir entrenamiento como un soldado más. No fue nada fácil, todos podían oler en él su anterior oficio y por eso tuvo que aprender a defenderse rápido, para evitar ser violado por cada soldado llegó a terminar su entrenamiento más rápido que cualquiera siendo reconocido por el mismo Changmin. No todo resultaba tan mal, se hizo amigo de Yoochun, de Taemin y su hermano JongHyun con quien compartió la rehabilitación y gracias a eso ahora ambos eran grandes amigos.

 

__

 

A Taemin le pesaba abrir los ojos aunque no quería hacerlo, Changmin seguía olfateando su cuello y empujándolo con la nariz tratando de llamar su atención.

 

-Basta Changmin, lo hicimos hace menos de una hora, me duele todo, déjame dormir... -se quejó mientras se volteaba y se abrazaba al pecho del mayor enterrando la cabeza entre sus pectorales. Changmin sonrió al verlo esconderse como un gatito debajo de la sabana. Lo apretó con fuerza y suspiró.

 

-No es nada de eso...- Taemin lo miró desde abajo.

 

-No te creo. -Sentenció de inmediato.

 

-Es verdad, no es eso- Apoyando el mentón en la cabeza de Taemin fijó la mirada en un punto contra la pared. - Necesito enviarte en una misión- Taemin tuvo un momento de conciencia en el que todo el sueño se fue.

 

-¿Una misión? ¿Cuál?

 

- Necesito que vayas a Yeire y te infiltres el palacio, tienes que sacar algo de allí para mi y sólo puedes llevarte a una persona contigo. Así que elije al mejor de los soldados. - Entonces Taemin levantó la mirada y Changmin se encontró con ella. Había algo tan profundo en sus ojos que Taemin no hizo más que asentir y decir- Iré con Yunho – Changmin no protestó en absoluto.

 

- Bien.

 

_

 

Yunho se movía para un lado y para otro blandiendo una espada, sus movimientos eran ágiles, lapidosos y certeros, JongHyun estaba fascinado con él y cada vez que Yunho estocaba un golpe él aplaudía.

 

-Wa... no me puedo creer cuanto has avanzado, es fascinante.

 

Yunho sonrió mientras atraía la espada hacia si y pasa la mano por el filo. De repente Taemin venía corriendo, cuando hizo contacto visual con Yunho le hizo un gesto para que lo siguiera, No tardó en disculparse con JongHyun y seguir a Taemin.

 

-Entonces ¿Qué tengo que hacer?-Yunho miraba sus manos entrelazadas sobre la mesa.

 

-Iremos a Yeire, nos infiltraremos en el palacio y de un cuarto secreto traeremos unos papeles.

 

Yunho pensó muy detenidamente en lo que implicaba aquella explicación. Tendría que volver a Yeire, al palacio, probablemente a ver a Jaejoong, y por sobre todo a traicionarlo sacandole algo que seguramente iba a perjudicarlo. Era algo a lo que quería negarse pero no era un pedido sino una orden, lo estaban probando para ver dónde estaba su lealtad-¿Eso es todo?

 

-Si

 

Inseguro de lo que diría a continuación, si debía o no saberlo para no delatar sus verdaderos sentimientos-No tendremos que lastimar a nadie ¿verdad?

 

Taemin hizo silencio, Yunho lo miró. - No a menos que sea necesario, esta misión deber ser completamente limpia, nadie tiene que saber que alguna vez estuvimos allí. Es muy simple, entramos y salimos. Si alguien nos ve...procuremos que eso no pase.

 

Taemin se fue dejando a Yunho con la idea revoloteando en su mente. Después de cinco años estaría nuevamente cerca de Jaejoong, Seguramente él ya no lo recordaba sin embargo Yunho no había tenido un solo día en que no lo recordara, y con cada recuerdo había una combinación de restos del amor que le tenía, despecho por haber sido reemplazado y engañado, y bronca por haber sido atacado sin culpa, por aquella desconfianza que demostró tan cobardemente. Un revoloteo se le formó en el estómago y se le apretujó el corazón pensando en un encuentro con Jaejoong, si se le aparecía la oportunidad de verlo iba a tomarla sin detenimiento alguno, el problema estaba en saber qué haría si lo tuviera de frente, aprovecharía para devolverle aquella paliza o...

 

 

-¡Yunhyo ven aquí!-El hijo de Jaejoong corría tan rápido como sus piernas le daban, con los brazos extendidos, su cabello negro al viento y su grandes ojos rasgados, una sonrisa enorme llenaba su rostro mientras era perseguido por sus niñeras por el jardín trasero del palacio. Nada detenía su paso hasta que chocó con un par de piernas que lo frenaron de frente, iba a caerse de espaldas, pero alguien lo agarró y lo levantó en el aire inundando su rostro con una sonrisa aun más grande.

 

-¡Papá!- Gritó elevándose por los aires siendo recibido nuevamente por las manos de su padre.

 

-¿Por qué un príncipe está haciendo correr a mujeres ancianas? - Dijo colocando a su hijo a un lado de su cintura y sosteniéndolo con un brazo. Yunhyo sólo sonrió hasta que llegaron sus niñeras.

 

-Lo sentimos soberano, nosotras...

 

-No se preocupe, conozco a mi hijo mejor que nadie y sé que sólo crea problemas. -Pasó la mano por el sedoso cabello de su hijo y lo despeinó- Ven, vamos que tu madre quiere vernos. - Jaejoong llegó hasta una carpa blanca donde detrás de telas blancas estaba su esposa delante de un lienzo retocando un lienzo con la imagen de él y su hijo. Al escucharlo se dio vuelta y le sonrió suavemente. - Mis modelos han llegado, por favor pónganse en posición. - Jaejoong sentó a su hijo sobre una silla de mármol y él se quedó parado a su lado siguiendo las indicaciones de su esposa quien estaba obsesionada con retratarlos de todas las formas posibles. Tenía el don del arte y bien lo demostraba llenando el palacio con sus obras de arte impecables y llenas de sentimiento. Jaejoong estaba fascinado por sus obras, realmente eran asombrosas, especialmente una que conservaba como recuerdo y que colgó en su habitación, era una pintura muy pequeña de él, del día en que Nana, su esposa, había llegado al palacio, él paseaba por los jardines pensando en la traición de Yunho...tenía muchas ganas de tenerlo nuevamente en sus manos y terminarlo, su cabeza estaba nublado de esos pensamientos. Instintivamente ellos lo llevaron a la casa en la que lo tenía cautivo, se asomó adentro, miró todos los muebles en los que alguna vez pasaron buenos momentos y luego salió, en la puerta estaba ese lugar donde lo encontró cuando el regresó de su misión a la frontera. Donde congelado había caído esperando por él, ese recuerdo lo afligía. ¿Cómo una persona pudo engañarlo a tal punto de pensar que él tan importarte? El cuadro retrataba con simples líneas a Jaejoong tocando el suelo donde una vez encontró a Yunho, su rostro se nota triste pero a la vez había añoranza por algo que seguramente fue toda una mentira. Aun así, Jaejoong mantenía ese cuadro que luego su esposa le enseñó, era detener el tiempo en un recuerdo agridulce.

 

Nana era una buena esposa a los ojos de Jaejoong, aceptaba sus órdenes y era buena compañía, cuando se casaron le dijo que tendría su propio espacio, que no esperara que él compartiera mucho tiempo con ella, pasado algunos días cuando tomó la decisión de tener un hijo lo antes posible ella estuvo presta a hacerlo. Cuando su hijo nació Jaejoong eligió el nombre, a medida que crecía se enseñó las buenas costumbres y amaba a su hijo, eso contentaba a Jaejoong, aunque por ella no llegaba a sentir amor al menos se había ganado su respeto y ella podía exigirle lo que quisiera que Jaejoong estaría dispuesto a dárselo. El problema fue en los primeros años, Nana estaba inquieta deseando obtener el visto bueno de Jaejoong y algo más, ella quería que la visitara en su recamara más a menudo, que la acompañara a comer, que por lo menos se abriera lo suficiente para que ella se hiciera un lugar en su corazón, pero no lo logró, aun después de cinco años ella seguía siendo no más que otra compañía en ese palacio y la madre de su hijo.

 

 

Era la plena noche de luna llena, el palacio estaba en silencio, los guardias estaban en su sitio, alertas, pero dos sombras se deslizaban entre los árboles del patio trasero del palacio de Yeire, cubierto por las sombras se hicieron camino hasta una de las columnas que se conectaba a un balcón de un primero piso, escalaron ambas sombras hábilmente hasta colarse dentro de la habitación, entre puertas que conectaban las recamaras se movían si hacer el menor ruido, llegaron hasta la habitación del soberano Jaejoong,  Entrando en el cuarto una de las sombras se adelantó y fue directo hacia una pared donde estaban colgados barios pergaminos, los abrió de a uno hasta que por fin encontró el indicado, lo medió dentro de un saco que se colgó en la espalda e hizo señas a la otra sombra que a penes logró dar un paso antes de que se desatara una seguidilla de gritos y golpes de espada. Se quedaron quietos, escucharon como la puerta de la habitación abría, seguramente era Jaejoong saliendo a ver lo que sucedía, ambos se miraron con sorpresa, ni Taemin ni Yunho entendían lo que pasaba. Salieron con mucho cuidado, fueron hasta el balcón y allí vieron a un ejército de hombres abriéndose camino por el palacio a punta de espada, ¡estaban siendo atacados! Yunho trató de sacar su espada, pero Taemin lo detuvo tomándolo de la muñeca.

 

-Recuerda que nadie tiene que saber que estuvimos aquí, vámonos.

 

Yunho quiso empujarlo, Jaejoong estaba en peligro y su instinto le pedía que saliera a defenderlo, pero por otro lado lo detenía pensar que seguramente Jaejoong lo atacaría si lo viera allí. Decidió obedecer a Taemin a regañadientes. Volviendo por el mismo camino por el que entraron, y cerciorándose de que nadie los viera, llegaron al balcón, Taemin fue el primero en bajar, cuando Yunho estaba a punto de poner un pie y ruido en la puerta lo hizo desenfundar la espada, se oían las voces de guerreros en el pasillo. Cuando la puerta se abrió un niño pequeño entró llorando y cerró la puerta, él vio a Yunho y se asustó. Yunho reconoció esos ojos rasgados y ese cabello oscuro, era sin duda alguna el hijo de Jaejoong y del otro lado de la puerta venían guerreros entrenados seguramente a matarlos. Quizás fueran guardias del palacio, pero no podía estar seguro, un golpe en el pasillo hizo que el niño gritara, Yunho maldijo, seguramente ya estaban cerca. Miró a Taemin que ya estaba bajando y miró al niño, la puerta y mientras maldecía corrió hasta él, el niño quiso alejarse, pero Yunho habló con una voz amable.

 

-Tranquilo, soy amigo de tu padre, tenemos que salir de aquí, ¿Entiendes? Por favor sostente de mi- E niño tembloroso se dejó cargar por Yunho y a medida que caminaba hacia la ventana se agarraba más fuerte de él. Junsto cuando Yunho desaparecía de la vista del balcón por la puerta entraron los guerreros y se asomaron, revisando la habitación uno de ellos se asomó al balcón, vio a Yunho corriendo cerca de los árboles y dio aviso a unos de los hombres que estaba abajo pero cuando lo empezaron a correr él ya estaba a bastante distancia y conociendo como conocía ese bosque le fue fácil escabullirse entre la niebla de noche.

 

A unos kilómetros de allí al costado del río Taemin mira hacia todos lados esperando alguna señal de Yunho, podía jurar de que estaba detrás de él, ¿por qué tardaba tanto en llegar? Se sujetó el cabello de la nuca y maldijo.

 

-¿Dónde está este idiota? Lo habrán agarrado- De repente un sonido lo hizo ponerse alerta y sacar su espada, se acercaba desde el bosque, mira hacia todos lados, con el río a su espalda estaba atrapado, desde la niebla se abrió camino una figura, apuntó su espada allí y cuando iba a salta para el asalto vio que era Yunho, suspiró aliviado- Rayos...pensé que te...-Las palabras de Taemin se detuvieron, Yunho venía con las manos en su espalda, al llegar a una distancia razonable Yunho le hizo un gesto y mostró que detrás de él había un niños. - Qué carajos...? Yunho...¿quién es ´el? Y por favor no me digas que es el hijo de Jaejoong porque voy a matarte...

 

Yunho agachó la cabeza y asintió.

 

-Estás loco? ¿Por qué lo trajiste?

 

-Entró en la habitación cuando salíamos y detrás de él venían unos guerreros...

 

-Y no se te ocurrió mejor idea que traerlo?

 

-No supe qué más hacer. Esperemos un rato y volvemos a devolverlo...

 

-Ja! ¿Estás loco? Si Jaejoong nos ve con su hijo es capaz de decapitarnos en el lugar antes de pedir explicaciones

 

Yunho agachó nuevamente la cabeza, era verdad, él bien lo sabía. - Entonces, ¿qué hacemos?

 

-Lo único que se me ocurre es recurrir a Changmin, él sabrá cómo hacer...

 

- Changmin probablemente mataría al niño como venganza hacia Jaejoong

 

Taemin entornó los ojos. No lo hará, yo no lo permitiré. Confía en mi Yunho, llevémoslo a Changmin.

 

 

Changmin caminaba de un lado al otro con las manos entrelazadas en su espalda y mirando al techo. Yunho y Taemin estaban parados a un lado de la silla donde estaba el hijo de Jaejoong sentado comiendo muy contento. Changmin de vez en cuando se detenía para mirarlos, ellos se asustaban retrocediendo y Changmin retomaba su caminata con un bufido, pasó un rato hasta que por fin se soltó las manos, los miró y se les acercó.

 

-Repitanme algo, ¿Cuál era la misión?

 

-Traer el pergamino- Respondieron ambos al mismo tiempo

 

-Entonces ¿qué hace eso en mi fuerte? - Dijo señalando al niño

 

-Yo...

 

-No tuvimos opción- Se adelantó Taemin. Changmin los quería matar a ambos, ahora estaba involucrado en un seguro secuestro del hijo de Jaejoong, nuevamente volvió a caminar de un lado al otro con las manos entrelazadas en la espalda. Pensaba las miles de posibilidades que esta situación podía resultar, ninguna era favorable porque significaba tener a Jaejoong de enemigo directo con un objetivo para que venga atacarlo y él todavía no estaba listo...aunque había una posibilidad que se estaba gestando en su mente. Changmin se acercó al niño.

 

-¿Cómo te llamas? -Preguntó en tono aprensivo

 

El niño lo miró- Yunhyo – contestó el pequeño dejando por un momento su cuenco de fruta del que se estaba sirviendo muy hambriento por todas las emociones que había vivido. Changmin elevó una ceja y Yunho reaccionó frunciendo el ceño preguntándose ¿por qué Jaejoong le podría ese nombre tan parecido al suyo a su hijo? ¿Significaría algo? . Changmin lo sacó de sus preguntas informándole que él debía hacerse responsable del cuidado del niño. Ambos se miraron y el Yunhyo sonrió.

 

-

 

Jaejoong estaba sentado en su trono con los codos apoyados en sus rodillas, se sostenía la cabeza con las manos ocultando su rostro. Estaba desecho, no podía creer lo que estaba pasando, el ataque sorpresa lo había destruido todo, no solo su palacio, muchos de su sirvientes estaban muertos, sus cuerpos regados por la casa, su esposa estaba muerta, había sido degollada en la noche y su hijo...su hijo había sido secuestrado por Yunho, lo había visto, en el medio de la pelea escuchó a unos soldados gritar, se asomó al patio trasero y allí a lo lejos vio a Yunho corriendo con su hijo en su espalda, pasado el shock trató de seguirlo con su espada sedienta de sangre pero no pudo encontrarlo, fue el amanecer cuando volvió a su casa y se encontró con el desastre. Estaba derrotado y nuevamente Yunho era el que lo había traicionado, quería venganza, sangre, la sangre de Yunho ¡ya! 

 

 

Notas finales:

Gracias por seguir la lectura hasta aquí, te epero en el próximo capítulo ;O 


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