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YunJae: Esclavo de tu amor por pyeontae

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Notas del capitulo: Mostraré la vida de Yunho pero hay más por saber, el encuentro entre él y Jae estaba destinado...
En cuanto estuvo en el baño Jaejoong se dio cuenta de todo lo que pasó, ese hombre lo había violado…abusado de su cuerpo a su antojo y lo peor de todo, a él le había gustado. Metió la cabeza en el agua tratando de ahogar los recuerdo que estaban acosando su mente, cada segundo de lo que ocurrió recién allá abajo, su mente no lo dejaba despejarse, no podía concentrarse en hacer algo más que repetir el momento en que su cuerpo era llenado por el miembro del extraño, salió de debajo del agua y dejó su baño completamente furioso, tomando a penas una bata en el camino pensó en ir a ordenar que azote al extraño, que lo cuelguen, que lo maten de la peor forma que se le pudiera ocurrir a los verdugos. Pero en el amplio camino que duraba el recorrer su habitación hasta la puerta lo pensó mejor. Si mataba a un extraño no obtendría simpatía de su pueblo, no ganaría nada con hacer un escándalo de la muerte de alguien que nadie conocía. Un pensamiento cruzó por su mente, Changmin…ese bastardo, ¿Esto era lo que planeó para él? ¿Enviarle un idiota que pudiera abusar de él, humillarlo de esta forma? Seguro changmin debía estar regodeándose de felicidad por lo miserable que él se sentía en este momento. Deteniéndose en uno de los sillones se puso a pensar, si mataba al extraño no haría más que crear confusión en su pueblo por sus razones, si lo hacía Changmin se enteraría y seguramente podría adivinar las razones, no le quedaban muchos opciones. Dándole vueltas al asunto sólo tenía que esperar a mañana, cuestionar al extraño, ver qué relación tiene con Changmin, si es real lo que estaba pensado y si hay algo peor oculto detrás de su indeseado invitado. Todo lo resolvería en la mañana, si bajaba en este momento no haría otra cosa que matar a ese sujeto con sus propias manos, convencido de que eso sería lo mejor se metió en su cama tratando de olvidar todo el asunto, pero vergonzosamente sus sueños estuvieron plagados de un extraño vestido de blanco tocando su cuerpo de la forma más experta llevándolo a la locura del placer.
Yunho se despertó esa mañana sintiéndose en el peor de los momentos que jamás experimentó en su vida, el dolor en su rostro, el cansancio en su cuerpo, la mala postura, el frio de su piel, todo indicaba que no debía abrir los ojos, sabía que iba a ser prudente permanecer acostado, si esa era la posición en la que estaba, no podía asegurarlo, pero no se hizo caso a sí mismo, tenía que averiguar lo que le había pasado. Abrió los ojos para ver el lugar donde se encontraba, no logró mucho ya que un dolor lo atravesó cuando intentó abrir del todo sus parpados- ¿Qué pasa? –Se preguntó interiormente, por qué estaba en esta condición, lo último que recordaba era estar en su trabajo recibiendo clientes cuando la llamada de la dueña del lugar se le hizo más que extraña con el pedido de que fuera ante el soberano Changmin porque él había requerido sus servicios.
Yunho era uno de los pocos hombres que poseía el don de la lujuria, éste normalmente era algo que mayormente pertenecía a las mujeres y a muy pocos hombres, para su desgracia no era algo que se pudiera devolver, la lujuria era una maldición antes que un don, significaba que todo aquel que posara los ojos sobre él sentiría la necesidad de poseerlo físicamente, así fue desde que era un niño, todos lo deseaban, por ello sufrió lo peor que el mundo le podía ofrecer hasta que una mujer, Boa lo encontró a la tierna edad de 10 años llorando y hambriento al costado del rio, con semanas de hambre no tenía fuerzas para moverse, además si quería algo en esta vida, se le había enseñado a que tendría que entregar su cuerpo por cada posesión, aunque eso fuero un duro pan para comer. Fue Boa quien lo acogió sin pedirle nada a cambio, ella era la dueña de una casa de placer, le dio la bienvenida, lo alimentó, le dio un lugar donde dormir y un trabajo sano, limpiaba el lugar, hacía los mandados que ninguna de las chicas que trabajaban ahí podían hacer o eran acosadas por la gente, dentro de la casa del placer a la que Yunho llamó hogar, se encontraba con otras personas en las mismas condiciones que él, siendo víctimas de una maldición como lo era el don de la lujuria, todas habían sufrido más o menos lo mismo, y lo mejor de todo, después de atender a sus clientes, ellas no tenían ningún interés de probar a Yunho, todo era perfecto hasta que cumplió los 16 años, su cuerpo estaba más desarrollado, su rostro y su voz habían madurado a tal punto que no solo las mujeres eran atraídas por él sino también los hombres, pronto tuvo fila de personas pidiendo por su cuerpo, claramente nada más que eso, pero Boa se había mantenido fiel ante todos negándole sus servicios hasta que una noche la casa fue atacada por una pandilla de guerreros comandada por uno de los tantos en su fila de pretendientes. El desastre lo llevó a sacrificarse por el bienestar de todos en la casa del placer, cediendo su cuerpo a cambio de dinero, por suerte al finalizar los largos días de manos asquerosas sobre su cuerpo, tenía la compañía de Boa y las chicas de la casa, Boa lo había tomado bajo sus alas como una aprendiz de las artes del placer, enseñándole justamente lo que enloquecía tanto a hombres como mujeres, aquello que los llevaba a terminar más rápido para no tener que soportarlos más de lo necesario, gracias al destino por ella y su piedad. Seguramente debía estar preocupada por él, debía decirle donde está, eso interrumpió sus recuerdos, en realidad ni siquiera sabía dónde estaba, cuando hizo otro intento de abrir los ojos y mover la cabeza, el sonido de una puerta abriéndose lo paralizó, unas pisadas se acercaron a él y se quedaron en silencio, un frio helado recorrió su columna, ¿Quiénes eran? ¿Dónde estaba? ¿Qué querían hacer con él?
-De pie-Oyó la voz de un hombro parado delante de él e inmediatamente obedeció parándose, aunque su cuerpo se dolió por cada movimiento, adoptó una postura de humillación con la cabeza en el piso recostada sobre las manos, otra cosa que Boa se había asegurado de enseñarle eran modales y el comportamiento perfecto para no irritar a nadie. Oyó unos pasos acercándose, sin mover un solo musculo permaneció allí, los pies se movieron a su alrededor como si lo estuvieran inspeccionando y trataran de darle miedo hasta que se detuvieren frente a él.
-Retírense-Dijo una voz firme pero suave y delicada. Aparente el dueño de esa voz era el que lo estaba inspeccionando y tenía asuntos con él porque nuevamente caminó a su alrededor-¿De dónde eres? –Preguntó la voz con un tono monótono, completamente diferente al de unos momentos atrás-
-Soy de la casa del placer mi señor, en la tierra de Seoui. Contestó educadamente. La voz se mantuvo en silencio delante de él parecía inspeccionarlo-
Jaejoong creía que podía y debía morir en ese momento, esto, este, esta persona era de una casa del placer, probablemente trabajaba allí, seguramente se había acostado con cuantas persona, y tendría tantas enfermedades en él. Jaejoong se cubrió la boca enfermo, quizás ese era el propósito de este extraño, Changmin lo había enviado a que abusara de él y le contagiara alguna enfermedad para morir y quedarse con su reino. No podía con su cólera, era seguro que a Changmin no le importa la vida de esta persona sino no lo hubiera enviado, y Jaejoong tenía ganas de matarlo por los recuerdos de la noche, por lo que tomó a Yunho del cabello para levantarle el rostro y que pudiera verlo a los ojos, Yunho se reusaba a mirarlo cerrando los ojos en parte por el dolor que le provocaba el tirón del cabello.- Maldito asqueroso, mírame a la cara…no sé cuál es tu parte en el plan de Changmin pero te juro que pagaras caro lo de anoche…
Yunho tembló por esa amenaza, no tenía idea qué podría haber hecho mal- Perdóneme señor si lo ofendí de alguna forma- Las palabras de Yunho solo hicieron que Jae se resintiera más
-No trates de hacerte el inocente, hoy no me quieres mirar a la cara pero ayer…ayer maldito asqueroso –Jae se levantó del piso jalando más del cabello de Yunho- Morirás de la peor forma posible que encuentre…
Jaejoong soltó el cabello de Yunho dispuesto a salir por la puerta para proclamar su sentencia cuando sus movimientos eran impedidos por Yunho agarrando sus pies- Perdóneme señor, por lo que sea que lo haya ofendido, no deseo morir por favor, haré lo que sea, lo juro, pero déjeme vivir, no he hecho nada malo lo juro! –clamó Yunho sin parar, Jaejoong no podía entender, cómo se atrevía a decir que no había hecho nada malo?! A caso pensaba que lo de anoche fue algo…de repente su mente estaba clara, al encontrarse con Yunho, Jaejoong entendió algo, quizás estaba diciendo la verdad, algo estaba mal aquí-¿Qué recuerdas de anoche?-Trató en lo posible no reflejar ninguna emoción puesto que eso le daría poder al extraño.
Cuando Yunho oyó esa pregunta no sabía qué responder, su vida dependía de eso, hizo silencio por unos segundo y respondió con completa honestidad- No recuerdo nada mi señor…yo desperté hace un momento aquí adolorido y confundido, lo último que recuerdo es haber ido al encuentro del guerrero Changmin, me mandó a llamar a la casa del placer, recuerdo que fui su llevado ante él y después de eso no recuerdo nada más que haberme despertado recién aquí.
Jaejoong no sabía si creerle o no pero no parecía ser mentira, además este no era un guerrero entrenado para mentir, era un simple ser donde se saciaban los bajos instintos. Una nueva idea cruzó por la mente de Jae, si el extraño sabía dónde quedaba el escondite de Changmin entonces sería útil, de lo contrario…ni siquiera él sabía, no podía dejar que se fuera y correr el riesgo de que recordara todo y lo divulgara a su pueblo o peor a Changmin. –Si es verdad no te mataré
-Lo juró –Interrumpió Yunho- no lo conozco, no tengo por qué mentirle mi señor.
Eso fue algo que Jaejoong no pensaba escuchar, ¿Cómo podría ser que no supiera quién era él? Pero claro, el que hubiera llegado en un cofre y que estuviera encerrado en esta habitación desde su llegada no le daba ningún dato de lo que ocurría su alrededor. En medio de sus pensamientos Jaejoong notó como el agarre de Yunho se iba, mirando hacia abajo él estaba tirando en el piso agotado, con sangre por sus golpes y lleno de mugre por el piso. Se fue hasta la puerta donde Yunho pudo escuchar atentamente las instrucciones de Jaejoong- Llévenlo a bañarse, vestirse, curarse las heridas y comer, después lo quiero en una habitación con cama, que permanezca encerrado allí sin ningún contacto, nadie puede entrar ni salir de donde él esté.
Notas finales: Amo a este Yunho.

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