Yunho se encontraba sentado en la cama explorando sus heridas, nadie le dijo lo que había pasado, por qué se las hicieron, de hecho nadie le dirigía la palabra. Fue llevado por los guardias que bajo las ordenen de Jaejoong lo bañaron, vistieron, alimentaron y lo encerraron nuevamente en una mejor habitación pero al final de cuentas estaba atrapado. Pasando la mirada por las paredes de lo que ahora era su prisión se sintió extraño, todo era claramente más lujoso de lo que él poseía en la casa del placer pero todo le era indiferente, estéril, ¿Cómo estarían las cosas allá? ¿Cómo estarían todos? ¿Sabrían lo que pasó con él? quizás hasta debían de estar buscándolo el solo pensarlo lo entristecía, además no estaba muy esperanzado en volver con vida, se preguntaba si algún día volvería a ver a sus amigos, esos pensamientos lo hundieron más en la depresión pero no quería llorar, sólo tenía que ser fuerte y salir de este lugar donde fuera que estuviera. Al estar distraído se asustó por el sonido de la pesada puerta abriéndose, al momento Jaejoong llegó caminando hasta él, se quedó tan atrapado por su belleza que tardó en arrodillarse ante él. Los rasgos de Jaejoong eran delicados y hermosos, su piel envidiable, blanca y suave aunque Yunho no podía confirmar lo último. Jamás podría tocarlo porque pese a su desconcierto de todo lo que lo que lo rodeaba, tenía algo en claro, jamás podría si quiera enfrentar a Jaejoong con la mirada, eran diferentes en demasiados niveles. Así tomó conciencia y bajó la cabeza. -Mi señor.-se arrodilló en una elegante reverencia, quizás fuera un simple esclavo de una casa del placer pero no era un bruto, fue bien educado y aprendió bien porque sabía que de estas costumbres dependía su supervivencia.
Jaejoong vio a Yunho en su postura más sumisa con las manos en el piso y la cabeza sobre ellas. Cada uno de sus movimientos eran de alguna forma elegantes y perfectos, atrayentes, estaba bien entrenado en ser una compañía placentera, "en más de un sentido.." pensó Jaejoong, desde que había descubierto que Yunho era un esclavo acompañante de una casa del placer todo el misterio de la situación se intensificó. ¿Por qué Changmin se lo había mandado? ¿Era sólo eso, para burlarse y llamarlo a él un ser de bajos instintos, objeto de lujuria? Era estúpido pero definitivamente coincidía con Changmin. - ¿te dieron de comer?-Preguntó una vez parado frente a él-
-Sí, mi señor -respondió Yunho desde su postura sin levantarse ni mover un músculo.
-¿Atendieron tus heridas?
-Sí, mi señor- por alguna razón le estaba molestando su actitud, no era desafiante pero el hecho de que no recuerde lo que había pasado entre ellos el día anterior, aunque ahora sabía la verdad, por momentos lo agradecía y por el otro lado...-¿Sabes lo que dijo el médico de ti? -Yunho sintió curiosidad y quiso preguntar pero se quedó allí sin levantar la cabeza porque sabía que era completamente incorrecto hacerlo por eso fue que Jaejoong continuó- dijo que había una droga en tu cuerpo, algo que...te hacía reaccionar salvajemente...
-No entiendo mi señor - Jaejoong estaba perdiendo la poca paciencia que tenía, poniendo una rodilla en el piso para llegar a él, levantó el rostro de Yunho para enfrentarlo pero quedó atrapado bajo el encanto de esos ojos tan exóticos y ese rostro tan hermoso que le fue imposible decir una palabra más, en cambio, atraído por los gruesos labios del esclavo, inclinó por completo su rostro y lo besó como si su vida dependiera del aire que extraía de su boca. Yunho estaba confundido por la actitud de Jaejoong, en realidad era algo común que todo aquel que lo viera cayera bajo el encanto de su don de la lujuria pero ésta no era una situación normal y no sabía cómo reaccionar. Jaejoong por su parte no tenía otra cosa en mente más que probar de nuevo el cuerpo de Yunho, quería saber por qué lo perseguía cada contacto que tuvo con él.
- enséñame en lo que eres bueno esclavo -susurró contra sus labios. Yunho se dio cuenta de lo que se trataba y no iba a dejar pasar la oportunidad, hacía un momento pensaba en lo inalcanzable que era Jaejoong para él, también se dio cuenta de lo perfecto que era y lo extraño de ésta situación así que empleó sus mejores trucos. Tomando el control del beso acorraló a Jaejoong contra el piso, subiéndose encima se colocó entre sus piernas, deshaciendo el nudo de su ropa sin dejar de besarlo, temía cortar el contacto y que el otro se arrepintiera, una vez suelta deslizó la tela por sus hombros descubriendo su cuerpo perfectamente tonificado, delgado pero perfecto, no había ninguna imperfección en él, su lengua dejó de danzar en la boca ajena, se detuvo un momento contemplando ese cuerpo pero cuando las ganas de tocarlo sobrepasaron la admiración, bajó por el cuello marcando un camino hacia su clavícula y de allí a la tetilla izquierda donde se enredó en ese montículo rozado y ahora arrugado después de unas lamidas en las que arrastró su lengua alrededor, sus manos iban avanzando por los muslos de Jaejoong hasta que se encontraron en el borde de su ropa interior, de un tirón suave lo despojó de ésta tirándola a un costado, cuando sus manos se volvieron a posar en el cuerpo de Jaejoong esta vez lo hicieron, una sobre su miembro el cual bombeo con una firmeza de experto a la vez que con dos dedos de la otra mano apretaba y masajeaba los testículos con delicadeza, haciendo círculos con el pulgar de igual forma sobre la entrada de su ano. Jaejoong no dejaba de sacudirse de placer, su pecho palpitaba con cada ágil movimiento de la lengua del esclavo, cuando sujetó su miembro éste respondió casi inmediatamente excitándose orgullosamente erguido, soltó un profundo jadeo con ese dedo que presionaba en su entrada, era extraño, nuevo y excitante, tanto que sus pensamientos estaban nublados que en un punto cuando Yunho retorció su tetilla con la lengua tuvo que tapar su boca para que los guardias de allá afuera no lo escucharan, otro retorcijón y su espalda se arqueó por completo, una pulsación en su trasero lo hizo jadear y abrir más las piernas, su cuerpo pedía más de la manera más invitadora y eso Yunho lo aprovechaba. El sabor de la piel de Jaejoong era salada, su perfume natural era apetitoso, quería devorarlo por completo, cuando su mano se afianzó firmemente de su miembro y le dio varios tirones se percató de que Jaejoong estaba a punto de terminar, no quiso hacerlo esperar así que apresurando su mano, moviendo su pulgar sobre su entrada y dando un fuerte retorcijón con su lengua a una tetilla, Jaejoong despidió su semen en la mano de Yunho, todo su cuerpo se entumeció y con un delicado suspiro se sintió completamente relajado en sus brazos, se le estaba cayendo en un completo descanso sobre el piso. Yunho se apartó lentamente de Jaejoong, estaba completamente excitado, sus gemidos, sus gestos, cada jadeo había provocado que casi perdiera el control sobre sí mismo, ahora estaba adolorido de su cintura para abajo, cada gota de sangre de su cuerpo estaba concentrada en su pene y sabía que no podría hacer nada para calmarse. Jaejoong a penas salía del trance de todo lo que había hecho y con quién, a medida que su mente se aclaraba la conciencia lo estaba acosando, lo que hizo con un esclavo…con un asqueroso esclavo que quien sabe a cuantas personas había tocado… tuvo arcadas mentalmente pensando en cuán bajo había caído. Se levantó lo más rápido que pudo, se acomodó la ropa sin dirigirle una palabra al esclavo ni siquiera lo miró, en cuanto estuvo decente salió de la habitación huyendo tan rápido, quería meterse debajo de la tierra, ¿cómo puedo hacer eso con esa persona? A caso estaba drogado con esa medicina que el doctor dijo que el esclavo tenía en su cuerpo cuando llegó? “Jaejoong eres un…” no tenía un nombre para sí mismo, era lo que era, pasó lo que había pasado y no podía echarle la culpa a nadie más, él lo había buscado cuando besó al esclavo, incluso ahora lo apenaba estar consciente de las palabras que salieron de su boca “enséñame en lo que eres bueno esclavo” definitivamente había algún tipo de magia trabajando sobre él, no podía ser esto que le estaba pasando, entonces su línea de pensamiento fue interrumpida por Junsu.
-Jaejoong necesitamos hacer algo al respecto…-Estuvo a punto de atragantarse, sería que Junsu sabía algo, escuchó algo, su cabeza empezaba a dar vueltas, aunque fuera su amigo si él se enteraba, era ya una vergüenza que fuera un secreto pero si..-
-¿Me escuchas? ¿Qué vamos a hacer con Changmin?...¿Estas bien?-La mirada de Junsu lo cohibió-
-Sí, estoy bien-Aclaró firmemente- Precisamente tengo algo en mente para devolverle el regalo a Changmin, sígueme…