Jaejoong pasó una mirada por los alrededores, el esclavo no respondía a los cinco llamados de la puerta, la preocupación comenzaba a correrle por el cuerpo pensando que el esclavo había aprovechado para escapar, como un tonto dejó sin seguridad el lugar pensando que cualquier guardia podría atreverse a ver a Yunho o alguien más se enterar de él y eso no sería bueno para su reputación, ahora veía que ese error iba a costarle. Corriendo alrededor de la casa para buscar otra forma de entrar se encontró en la puerta del jardín trasero donde una figura llamativa surgía de entre las flores. En medio de una variedad impresionante de rosas, justo a un pequeño brazo restante de un rio se encontraba Yunho con un Kimono suelto, estaba cortando y ordenando un ramo de flores, la vista era la más hermosa que Jaejoong jamás había podido contemplar. El esclavo se veía tan delicado con el kimono, un halo de brollo provocado por el sol a su espalda hacía que pareciera una visión, un ángel caído del cielo que estaba a su alcance. Sin pensarlo sus piernas se movieron para acercarse a aquella criatura, con cada paso la respiración se le volvía cada vez más pesada, hasta que lo tuvo de frente, su ángel sólo se volvía más bello cada vez que se acercaba.
Yunho tenía en sus manos un rosa blanca, pequeña, entre sus dedos parecía tan diminuta sin embargo no dudaba de que si rozaba su tallo le podía rasgar la piel con una de sus espinas, por alguna razón le recordaba a su captor, aunque no podía decir que recibió algún daño de él, tampoco podía asegurar de que no sería así en algún momento, algo acerca de su actitud lo hacía perfectamente comparable a esta sencilla rosa entre sus manos, estaba tan concentrado en ella que se sobresaltó cuando unos pies se posaron delante de él, su mirada subió por el extraño hasta su rostro el cual reconoció en un latido y lo hizo inclinar la cabeza.
Jaejoong clavó la mirada en el esclavo, por alguna extraña razón le molestaba no poder mirarlo a la cara y el hecho de pedirle al esclavo que lo mirara sería demostrar una debilidad, sin embargó consideró que estaban solos en medio de un bosque, detrás de una cabaña desconocida por casi todos los habitantes del palacio.- Levántate y mírame esclavo.-
Yunho obedeció enseguida aunque con un temor a haber escuchado mal las órdenes de su amo, se levantó con mucho cuidado, en una firme postura erguida a la vez que sumisa, lo último que levantó fue su cabeza para mirar a su amo. Jaejoong se quedó observando todo detalle del esclavo, una curiosidad de niño lo recorría cada vez que estaba frente a él, se le estaba haciendo una costumbre muy molesta, otro punto en contra del esclavo, otra razón para deshacerse de él, pero antes...-Vamos adentro-Yunho inclinó la cabeza y se agachó para levantar las flores que estaba acomodando antes de que Jaejoong llegara, pero él pensó otra cosa al verlo acercarse tanto, trató de retroceder para alejarse lo que provocó que cayera directamente al agua y comenzara a ahogarse. Yunho se inclinó y le extendió la mano para sacarlo pero notó que Jaejoong estaba luchando por salir a la superficie, parecía más alarmado de lo que debía, Yunho se lanzó a agarrarlo de una vez y sacarlo de allí de un solo impulso lo tomó en sus brazos se dirigió a la cabaña.
Jaejoong tiritaba de frío y de nerviosismo, de pequeño temía meterse en un lugar donde hubiera agua lo suficientemente profunda para cubrir por completo su cuerpo, no sabía desde cuando empezó este miedo pero lo odiaba, lo hacía débil. Aunque ahora se sentía a salvo en los brazos del esclavo, éste seguramente podía notar su cuerpo tembloroso, lo que le daba demasiado poder sobre él. Era una vergüenza muy grande para soportar por eso se puso de pie por su cuenta alejándose de Yunho y cayendo precipitosamente en el piso, genial, era un idiota de primera y lo peor de todo es que el frio nuevamente estaba rodeando su cuerpo provocándole escalofríos incontrolables y estornudos.
-Amo! –Yunho se preocupó por él al verlo tirado pero Jaejoong le apartó las manos de un golpe.
-Estoy bien…-Negado a sentirse más avergonzado por estar en el piso y mojado sólo se quedó allí ignorando a Yunho, éste momentos más tardes se alejó. Jaejoong lo podía escuchar merodeando por la casa moviendo cosas pero no le prestó importancia hasta que fue cubierto por una pesada manta. Si decir nada al respecto Jaejoong la tomó y se cubrió con ella, delante de él se arrodilló Yunho y prendió la chimenea frente a ellos, volvió a pararse y se perdió por la casa nuevamente hasta que regresó con una taza de bebida caliente que le entregó a Jaejoong y un cambio de ropa, está la sostuvo frente a él mientras se arrodillaba.
-Sé que son ropa de esclavo mi señor pero es todo lo que tengo, por favor, póngaselas para evitar que se enferme si sigue con esa ropa mojada-Dijo Yunho con la mirada en el suelo tratando de no enojar a su amo pensando que lo estaba ordenando, le preocupaba de todo corazón que fuera a enfermarse, él no tenía forma de curarlo si así fuera. Jaejoong estaba a punto de negarse cuando le vinieron seis estornudos seguidos, eso le hizo recapacitar, qué importaba si usaba ropas de esclavo, bien podría llegar a casa y lavarse, sin una palabra se levantó llevándose consigo la ropa hacia el cuarto del baño, tardo bastante tiempo porque cuando volvió había una mesa preparada con comida para él.
-Espero que algo de esta comida le guste, perdone mi impertinencia pero pensé que quizás podría estar hambriento- Dicho esto se alejó de la mesa volviendo a arrodillarse a una distancia prudente. Jaejoong no había notado el hambre hasta que vio la mesa con comida, nuevamente sin comentarios hizo caso al pedido de su esclavo y se sentó a comer. En cuanto probó la sopa su rostro cambió totalmente de estar aprensivo sobre la comida a uno relajado y de disfrute, el sabor era inigualable, nunca había probado algo más delicioso, a penas con el rabillo del ojo miró al esclavo que se encontraba en una esquina con una perfecta postura de sirviente arrodillado con la cabeza gacha para no molestarle en lo más mínimo.
-¿Por qué no me acompañas a comer?- Le sorprendió la sinceridad y la facilidad con la que esas palabras salieron de su boca, bien, ya que estaban en un lugar lejos del protocolo, y su esclavo no tenía idea de quién era él en realidad, se relajó suponiendo que no habría daño es ser una persona normal, al menos por un día.
Yunho se sorprendió por la invitación, no sabía si aceptar o no, en realidad no conocía muchas cosas de su amo y no podía pensar en cómo reaccionaría si llegara a negarse a su pedido, así que sólo se levantó de su posición y se acercó a la mesa e hizo como tantas veces había hecho, sirvió una copa de vino para su amo y esperó por más instrucciones. Jaejoong bebió de la copa mientras inspeccionaba a su esclavo con la mirada. Era extraño tenía una personalidad tan tranquila, dócil, aceptaba todo lo que se le decía, ni una vez intentó luchar contra los guardias o cualquiera que entraba a su celda, nunca intentó escapar, eso era tanto aceptable como extraño, ¿por qué una persona delegaba su libertad tan fácilmente? No es que fuera viejo como para decir que no tenía oportunidad, estaba bien construido físicamente, y podría enfrentarlo incluso a él pero no lo hacía “Qué raro…” Jaejoong profundizó su ceño en él, era una persona que le despertaba confianza viendo que era tan sumiso pero a la vez desconfiaba que hubiera alguien tan dócil como esta persona aparentaba ser. – ¿no quieres comer? –Le tendió una hogaza de pan, Yunho inclinó l cabeza y la tomó, comió pedazo por pedazo con mucha delicadeza digna de una buena cuna. Que extraño. Jaejoong continuó su inspección en cada movimiento que Yunho daba, no caía en entender qué tipo de persona era, lo único que veía claramente era la forma en la que cada cosa que hacía era con una gracia especial, una sensualidad que lo encendía por dentro. Hasta que recorrió su rostro no había notado el pequeño lunar izquierdo sobre su labio y no supo cuando se convirtió en algo tan atrayente que no podía despegar la mirada de los movimientos provocados cuando su boca se movía, tenía muchas ganas de besarlo, tantas que le sorprendía que no se le hubiera tirado encima, aunque pensándolo bien, no tenía por qué retener esos impulsos.
Yunho cayó de un golpe seco contra el piso de la cabaña, tenía los ojos cerrados por lo repentino del ataque y cuando los abrió tenía los labios de su amo consumiendo su boca por completo como si estuviera probando con ella la comida más deliciosa del mundo y no pudiera más que morder, lamer y chupar sus labios. Estaba completamente atontado por ese beso que no podía pensar en otra cosa que corresponder su beso con la misma hambre, sus labios sabían a gloria y vino, algo dulce y a la vez fuerte, el cuerpo de su amo estaba completamente apoyado sobre él, podía sentir su peso perfectamente, aunque era de complexión más bien pequeña en comparación a él, no importaba porque era puro musculo tonificado, su piel era tan suave como la seda y tenía una pierna apoyada entre sus muslos llamando a su entrepierna a la vida la que no tardó en responder y endurecerse por él.
Jaejoong se sentía completamente abrumado por las sensaciones, el calor de su cuerpo lo asfixiaba y todo lo que quería era fundirse por siempre con la boca de su esclavo, sus labios eran tan suaves, su húmeda lengua le sabía a gloria, con cada contacto con la propia su mente se perdía de sí mismo hasta que no tenía otra idea que forzar la ropa de su esclavo para tener más de él, de su piel, quería sentir su cuerpo desnudo, era lo único que tenía en su mente en ese momento. Tirando de sus ropa se deshizo fácilmente de ambas prendas dejándolas desparramadas en el piso.
En cuanto Yunho sintió el placer de su cuerpo encontrándose con el de su amo su razonamiento dejó de funcionar, giró a su amo hasta subírsele encima, se acomodó entre sus piernas y mientras lo besa metía una mano entre sus cuerpo palpando sus musculos que se contraían debajo de él, llegó hasta su entrepierna donde ahueco su miembro con su palma y suavemente lo estimuló, no es que fuera necesario, ya estaba completamente duro y húmedo pero su mano fue más abajo a la unión más íntima de su cuerpo, presionó los dedos contra su ano, no esperó mucho para meter un dedo, después otro y otro hasta que lo tenía bastante abierto, en cuanto fue suficiente deslizo su polla dentro de su amo este se tensó por un momento pero Yunho le chupó con tanta fuerza una tetilla que sintió un agradable cosquilleo por todo su cuerpo que lo hizo relajarse dejando entrar por completo a Yunho, durante un jadeo que ambos compartieron, por un eterno segundo se miraron fijamente a los ojos, parecía que eran consumido por el otro, duró lo que sus cuerpos quisieron porque involuntariamente comenzaron a moverse a la par, Yunho envistiendo cada vez más firme y Jaejoong recibiendo cada enviste con gusto forzándolo a entrar más profundo en él, movía su cadera dándole acceso completo a su interior, quería sentirlo más profundo, cada vez más. Jaejoong apretó la frente sobre el hombro de Yunho mientras ambos empujaban para que se encuentren en la unión de sus cuerpos, puso las manos en su espalda y se aferró a él con todas sus fuerzas, buscaba su placer que sólo podía venir de él, necesitaba más, estaba ansioso por cada vez que Yunho lo penetraba, su cuerpo no le permitía retirarse mucho de su interior sino que iba en su encuentro para que las envestidas se hicieran más seguidas. Yunho respondía al pedido del cuerpo de Jaejoong, anclando sus piernas en el piso le levantó la cintura a Jaejoong tomándolo por la espalda baja y dejó que su cintura tome el ritmo que quería, cada vez más exigente el movimiento en sus caderas hizo que ambos se sujetaran el uno al otro, Jaejoong mordiendo el cuello de Yunho donde tenía la cabeza escondida y Yunho abrazando a Jae teniendo el aroma de su cabello en la nariz, se mantuvieron estrechados hasta que ambos llegaron al orgasmo al mismo tiempo y temblaron juntos, sus cuerpo se fueron calmando poco a poco, quedándose inmóviles y silenciosos, sólo el breve sonido de sus respiraciones, y el fuego que chispeaba era todo lo que había en la habitación. Jaejoong fue el primero que se fue quedando dormido y Yunho aprovechó ese momento para cubrirlos a ambos con la manta que habían dejado a un lado, así se durmieron los dos junto a la chimenea.
Jaejoong se despertó abrumado por un calor infernal, abrió de a poco sus ojos saltando al darse cuenta dónde estaba, se encontraba en los brazos del esclavo, aparentemente se había quedado dormido sobre su pecho, abrazando su cuerpo, ambos estaban tapados por la manta pesada que le había traído y tenían las piernas enlazadas de tal forma que no podía moverse pero lo hizo, se fue zafando del cuerpo del esclavo hasta que por fin se alejó, juntó su ropa que estaba más o menos seca y se la puso de inmediato saliendo de ese lugar al instante.
Yunho despertó más tarde, podía sentir un calor extra en su cuerpo, era una sensación que conocía, pero cuando abrió los ojos no había nadie con él, su amo se había ido sin decir nada, pensó que debió haber hecho algo mal anoche, o quizás su amo tenía mucho que hacer pero aunque tratara de verlo de otra forma, él sabía la verdad, no le interesaba de ninguna forma a su amo, no tenía el más mínimo interés en el fuera de pasar un momento de placer, esa verdad hizo que le doliera el pecho, miró todo a su alrededor por última vez y se levantó para arreglarse y hacer algo con su vida además de pensar en un amo que no le importaba nada de él.