“Ese shinigami, se enamora.”
Londres, capital del próspero y sustancioso pueblo ingles de la madre patria de Inglaterra; aquel reino que se desvela por la reina, el mayor gobernante del lugar y el corazón del país….
Pero aunque ese día de verano en aquel reino de humanos sin conocimiento de las criaturas sobrenaturales; entre las sombras de ese soleado día, la muerte camina. Pero está usa zapatos de tacón alto y se menea al ritmo de la promiscuidad; no es lo apropiado en un dios de la muerte, en un ser de calibre mortal y siniestro, cual trae justicia a las almas que irán a ser parte de la “Biblioteca de los Muertos”, dónde sus almas serán solo archivos para estos seres neutrales entre el bien y el mal; casi un ángel y despiadados cual demonios…
Aunque no los admitan jamás los dioses de la muerte se parecen mucho a los siniestros demonios, a excepción de que no consumen almas; pero lo despiadado que suelen ser con las banales emociones humanas, es lo que los hace iguales…
Sin embargo nos centraremos en el vaivén de caderas, a un estilo muy sensual como lo es el caminado de un shinigami muy particular; este dios de la muerte que trabaja está mañana de verano, camina por las calles de Londres, sobre los tejados salta cual felino, y en los techos solo el taconeo de sus zapatos son sinfonía que confunde en la movida Londres del siglo XIX; se encuentra trabajando, pues claro como un ser de la muerte debe ser, está recolectando almas.
Segar aquellos seres que llegarán muy pronto a morir, es su deber, aunque él con más sentido femenino que cualquier mujer, lleva una sonrisa siniestra y divertida en su rostro; mientras desde los tejados le toma fotografías a hombres de exquisitas facciones físicas, las cuales él considera un “hombre atractivo”.
-¡Oh!, ¡kyaaaaa!, hoy he tenido tanta suerte, solo chicos guapos he visto; eso nene sonríe para Grell, cariño muévete no eres una mujer hermosa como para que estés con ese joven humano…-dice aquel shinigami de gran peculiaridad, con su encantador tono de voz agudo, y unos sonrojos en su rostro; mientras sus dientes de piraña deslumbran y brillan cual sol, de ver tantos encantadores caballeros ese día. En vez de estar segando almas, cual trabajo debería estar haciendo.-¡Oh que mal esa mujerzuela salió en la foto!-dijo decepcionado el pobre de Grell Sutcliff.
Su mirada decepcionada; mientras volaba de su mano la foto de aquel caballero rubio y mirada esmeralda que había visto caminar con elegante atuendo; pero en su fotografía salió una mujer más joven de grotesco parecer, según nuestro querido shinigami.
Pero mientras dejaba caer la fotografía; una ráfaga cual tornado azoto donde se encontraba, el shinigami se entusiasmó; pues puedo ver el perfecto cuerpo de aquel ser oscuro que se deslizaba en el aire; mientras en una pirueta de gran nivel como si danzara un vals con una mujer imaginaria; este ser era nada más que el demonio más apuesto y elegante de hermoso rostro níveo, sus espectaculares orbes de color rojo escarlata que relucía como el cabello del shinigami; que estaba paralizado viendo al mayordomo de los Phantomhive que danzaba desde la azotea y caí en una pose elegante de forma muy grácil dónde su pierna sostenía en el aire un bastón bien levantado; y entre sus brazos caí un joven azulino ingles de rostro inocente pero siniestra personalidad.
Pues eran nada más que el Conde Ciel Phantomhive; y su sensual, atractivo y derretidor de miradas coquetas, el mayordomo de la Familia Phantomhive: Sebastián Michaelis…
-¡¡¡¡¡SEBAS-CHAN!!!!!!-grito eufórico mientras corría alarmado a lanzársele al demonio que dejaba a su pequeño amo en el suelo de una callejuela sin salida en un barrio pobre dónde estaban.
El shinigami se había lanzado desde las alturas; pero claro el mayordomo se había movido a un lado para no recibir ese abrazo promiscuo de parte del dios de la muerte; así que el pobrecillo de nuestro querido amigo, golpeo su rostro en el suelo dejando salir un gemido de dolor; para después de un rato apareciera el pequeño Conde quejándose con el demonio que lo miraba cansinamente.
-Bocchan le he dicho que el señor Grell es él que se aparece en nuestras misiones; yo en ningún momento lo he llamado, mire por favor el buzón de llamadas de mi teléfono celular…mi estimado amo…-decía aquella perfecta voz seductora que mostraba su iPhone 5S al chiquitín simpático que estaba muy sonrojado y celoso.
-¡Kyaaaaaaaaa! Sebas-chan tienes celular, ¡Kyaaaaa yo quiero tu número telefónico!..... ¡Por favor!-dijo el shinigami que se levantaba del suelo y se abrazaba de un brazo al demonio que suspiraba de forma cansina; y guardaba el celular en el perfecto frac negro.
-¡CLARO QUE NO TRAVESTI ROJO!, ¡SEBASTIÁN ES MÍO!-grito avergonzado y sin darse cuenta el pequeño conde que estaba celoso de ver como ese ser se abrazaba sensualmente en su mayordomo.
Así los dos seres sobrenaturales le vieron, el mayordomo con una sonrisa maliciosa y picara; que sonrojo más al conde de ver que este pensó bien lo que dijo, así que le dio pena y salió a caminar más adelante del mayordomo; haciéndole un ademan con la mano con tal de no ver a ninguno de los dos seres porque se había avergonzado mucho. En cambio el shinigami estaba muy enojado porque había perdido todo trato con el demonio.
-Lo ve señor Grell Sutcliff, le dije que mi amo diría eso; así que págame el dinero que apostamos-decía sensual el demonio con aquel tono de terciopelo.
-¡¡¡¡OH ES INJUSTO SEBAS-CHAN!!!!, dijiste que tu amo le daba mucha vergüenza; he perdido mi oportunidad de un “beso francés” contigo…..-decía decepcionado el dios de la muerte; pues parece que esto estaba acordado para que pasara así.
-Muy bien señor Grell, que le parece que me deje fotografiarme, pero no se le ocurra aparecer en mi próxima misión; le parece…-decía aquel demonio con una sonrisa cínica y pervertida; mientras acorralaba al shinigami en una pared en aquella calle sin salida de Londres, iba deslizando una mano por el rostro del shinigami que estaba completamente sonrojado y le salía sangre por la nariz; de ver como el mayordomo le acorrala y se sobrepone.
-¡¡¡¡SEBAS-CHAN!!!!, por favor no me trates como mujerzuela soy una dama así que se gentil conmigo……¡¡¡PERO BESAME YA!!!-dijo el shinigami desesperado que estaba tan cerca del rostro del demonio, que dio un saltito para poder unir sus labios; pero claro que no sucedió; pues el conde Phantomhive apareció y le dio un golpe en el rostro a Grell, con su bastón.
-¡¡¡NADA DE FOTOGRAFÍAS, ES MÍO ENTENDISTE, ¡¡¡NI TE ATREVAS A BESAR A MI DEMONIO!!! ; VAMONOS, TÚ MALDITO DEMONIO-dijo el pequeño azulino que iba de la mano con el mayor que le veía con curiosidad y una sonrisa perversa de satisfacción de ver al pequeño sufrir por celos, y más de sadismo por ver golpeado y sangrando su nariz al pobre dios de la muerte.
-¡¡¡MALDITO MOCOSO!!!-gritaba Grell con la nariz derramando sangre; pero feliz, porque había logrado tomar una fotografía perfecta de la sonrisa más sincera que tenía el demonio al ver al pequeño conde así. Y así sigo caminando para ver si le daban ganas de terminar su trabajo o solo se paseaba por Londres esa mañana de verano.
-Ese maldito niño logra que Sebas-chan se vea tan feliz; ¿buauauaua por qué no puedo ser yo?-dijo el shinigami pensando mientras caminaba; y por la calle había una anciana muriendo porque fue atropellada por unos caballos así que el shinigami sin animo alguno y ni siquiera le ponía atención a la mujer que estaba en la calle muriendo, insertó su “oz de la muerte” en la mujer que gritaba y moría desangrada por la poderosa cuchilla que se enterraba en el pecho de aquella mujer; mientras una mano del dios de la muerte la terminaba de matar, la otra actualizaba el Facebook; mientras escribía un estado de aburrimiento.
-¡Oh que anciana tan desagradable!-decía el shinigami con un bostezo pues se estaba aburriendo mucho, ni si quiera la pena de la mujer le hacía divertirse; solo pensaba en el demonio, pero la imagen de William se hizo presente, además después una idea de él y los dos morenos en una orgía.
-¡Oh sería tan divertido si tuviera a esos dos en mi poder!….Mmmm Sebas-chan y William, los dos juntos otorgándome placer…Kyaaaaa sería muy feliz se estuvieran conmigo…-decía el shinigami, pero de repente fue interrumpido al escribir el nombre de la anciana y sus; pues de las oscuras sombras tenebrosas de un lugar una risa maliciosa resonó el en lugar, y una figura siniestra de porte de galán de telenovela, salió de las tinieblas de aquellas oscuras calles de Londres.
-He he he he, parece que ese demonio es todo un galán de en sueño; aunque no sé qué pensar de William de ese modo…-decía la voz tétrica pero seductora de un personaje que salía desde lo sombrío de una puerta de una tienda, con una maquinita de humo negro ayudándole a darle una entrada bastante siniestra.
-¿Oh?, eres tu Undertaker, el gran shinigami legendario….¡Kyaaaaa otro hombre hermoso!-gritaba Grell, con un sonrojo en sus mejillas y le salía sangre de su nariz; mientras le guiñaba el ojo como loco al shinigami que le veía con una sonrisa seductora.
-Parece que no se encuentra bien hoy….Grell Sutcliff…-decía la voz profunda y con la última frase el tono sonó bastante sensual y siniestro; con un movimiento de sus manos se quitó el flequillo que tapaba su rostro para dejar aquellos ojos ambarinos con el brillo esmeralda que aquellas orbes majestuosas veían al shinigami, que sintió que se derretía de ser mirado de esa forma más que el mayor de le sonreía de forma coqueta y descarada.
-Vaya…..vaya…..vaya….-decía el shinigami rojo, mientras se movía seductor y con ese contoneo de parte de sus caderas estrechas que promiscuamente se le insinuaban de forma indirecta al legendario dios de la muerte.
-He he he he he he, hoy es buen día para divertirse….-decía el albino que le guiño un ojo de forma muy sensual; mientras que aquella sexy cicatriz relucía en el pálido rostro del shinigami.
-Mmmm, me parece que es verdad….-decía Grell que se encaminaba con más coquetería y confianza hacia donde estaba el shinigami legendario.
Ya las dos figuras se veían con algo de picardía; mientras el mayor le ofrece pasar primero aquel ser como si fuera una dama al cual hay que dejarle pasar de primero. Ya dentro ambos, el mayor le ofreció tomar asiento en un exquisito sofá de cuero negro; mientras la oscuridad de la tienda lo hace ver como si fuera de noche; y con eso Undertaker trae unas copas de vino tinto de una excelente cosecha italiana, y en la bandeja que trae también unas galletas peculiares de forma en huesito de forma muy elegante.
-¿Y bien señor Grell Sutcliff?-dice Undertaker, mientras se sienta a su lado, y Grell le mira sonrojado; ya que el shinigami dejaba ver su espectacular mirada esmeralda.-¿Parece qué está lastimado?-dice el albino que con una suave caricia toca el rostro del shinigami carmesí, que con aquel suave tacto se retuerce de placer y un gemidito delator sale de sus labios… agacha la mirada con pena para no parecer desesperado de amor.
-Ji ji j, oh vaya………Parece que alguien fue muy lastimado por un bastón elegante…-dijo con su profunda y pícara voz. Se levantó del sofá y fue a un estante que estaba ahí cerca en aquel lugar lleno de ataúdes y en aquel lugar estaba en el centro ese sofá que jamás habías notado en ninguna de las tres temporadas de kuroshitsuji.
Saco del estante un botiquín de emergencias, y con sus manos abrió el pequeño maletín, dejando ver algunas vendad y medicamentos; se encamino con paso sensual al shinigami que estaba muy ruborizado de ver que alguien se preocupara por él a diferencia de su jefe (Will) o el demonio.
Y en ese silencio incómodo, el shinigami rompió el hielo al tronar los dedos y las cortinas del lugar se cerraron, y muchas candelas que se encendía de forma romántica en el lugar.
-Undertaker-le llamo Grell con un deje de nervios y pena, no muy común en él.
-Dime-dijo coqueto en el oído del shinigami rojo que estaba sentado de frente y el mayor se había acercado a su rostro con gran velocidad que no había notado en que momento lo tenía a solo centímetros de sus labios.-Vamos a poner una pequeña vendita, en este lindo rostro…-dijo con ternura aquella peculiar voz, que resonaba en los oídos de Grell, quien ruborizado desviaba la mirada a otro lado; ya que aquella intensa mirada estaba sobre él.
Una risilla coqueta resonó en la estancia, y con eso volvió a ver Grell al albino que colocaba en su frente un poco de algodón con una crema para desinfectar la zona rojiza de aquel golpe por el bastón del conde.
Nuestro shinigami se encontraba muy extrañado, ya que nadie solía ser bueno con él; y el shinigami más admirable y legendario estaba siendo adorable con él. Ya finalizo Undertaker de ponerle la vendita en la frente; se sentó junto a él con las piernas cruzadas, mientras con su mano se abría un poco la túnica.
Y aquellas luces sutiles dejaban ver aquella tétrica tienda un lugar bastante romántico y muy diferente a lo que suele ser.
-Undertaker…. ¿Por qué crees que Sebas-chan actúa así conmigo?, él y Will, son iguales ellos solo lastimarme-dijo en un susurro el shinigami, mientras ocultaba su mirada en su flequillo y pensaba que había entrado a la tienda en busca de consuelo; y aunque no lo demostrase, Grell Sutcliff sufría mucho por parte del demonio que jugaba con sus sentimientos y su jefe del cual había sentido un fuerte amor que dejo de perseguir al darse por vencido.
-Mmmm, no sé-dijo sin rodeos el shinigami con una sonrisa; mientras el flequillo le ocultaba de nuevo sus ojos.
-Ya veo-decía Grell volviéndolo a ver y en vez de esa mirada sonriente; su rostro denotaba melancolía.
-Pero-dijo el mayor con aquella sensual voz aterciopelada del más siniestro color negro; con cada palabra desbordaba una duda muy intrigante en el shinigami carmesí.-Pero, aunque el señor William, y el señor mayordomo sean cruel con usted; hay otros que deseamos conocer mejor que nos puede enseñar usted; mi estimado…Grell…-dijo todo aquello en un tono lascivo el mayor; mientras se relamía de forma coqueta sus labios.
Después se acercó a Grell, sujetándolo de los hombros y lo hizo caer en el sofá de cuero negro de riquísimo valor; dónde se puso sobre encima del shinigami menor que veía todo aquello ruborizado y estaba sin palabras por lo dicho del mayor; para después escuchar:-Por lo que se es usted una hermosa rosa roja; del más precioso jardín de nuestro mundo, mi estimado ji ji ji; pero ahora quiero ver esos pétalos florecer para mí…….-dijo Undertaker en un tono de voz de forma varonil y dulce; con la exquisitez de lo siniestro y secreto que solo su voz podía decir; para susurrarle:-¿Y qué me dice…?-dijo lascividad en su oído mientras la lengua del shinigami legendario se posaba por todo el lugar; con delicadeza y perversión.
Dejando a Grell, sentir como su cuerpo se estremecía de aquel contacto, y darle vuelta a las cosas en el sofá para que quedar nuestro querido dios de la muerte sobre el mayor, mirando fijamente los orbes esmeraldas de Undertaker; el silencio que dominaba el lugar se quebró con aquel susurro lastimero:
-Hazme florecer………Undertaker….-dijo Grell con una tímida voz de niña que soltó en aquel susurro lastimero en busca de amor; y quien mejor para darlo que el más sorprendente de los shinigamis.
Y así el shinigami rojo, unió sus labios de forma frenética con los del mayor, que le dio un giro quedando de nuevo el arriba; sus labios se movían de forma fogosa, y el albino bailaba sus manos en las caderas de Grell, y de vez en cuando acariciaba la entrepierna del menor shinigami; que estaba sintiendo como miles de mariposas revoloteaban en su interior.
El beso se volvía demandante, y así acariciaba el cabello de Grell, Undertaker, para darle un ligero tironcito a su barbilla y abrir los labios del menor; para que la lengua del mayor se deslizara por la cavidad bucal del peli-rojo; aquella lengua ardí cual infierno y se deslizaba por las mejillas, repasando el exquisito sabor de la saliva de nuestro shinigami; que sentía su cuerpo arder mientras su cabello era acomodado, y aquellas hebras platinadas de Undertaker, se movían a su alrededor, enredando ambos cueros cabelludos en un duelo de ver quien tenía más; mientras sus lenguas bailaban juntas en una deliciosa danza de pasión, y el mayor le quitaba el saco carmesí, los botones de la camisa caen al suelo; y Grell no se quedaba atrás su pierna se deslizaba con fuerza por la entrepierna del legendario; que separaba sus belfos de los de Grell, para darle que un delicioso puente de saliva los uniera en un hilo.
El viejo shinigami se estremecía del movimiento de aquella pierna en su entrepierna; para el atacar cual vampiro el cuello del menor y dejando marcas de propiedad que se verían con el transcurso de los días. Así Undertaker dejaba besos ensalivados por todo cuello hasta la clavícula, para el final dirigirse aquel pecho marmóreo y reluciente, dónde empezó a mordisquear cada pedazo de piel que le ofrecía aquella rosa.
Sus mordidas descendían por el pecho y llego a posarse por los botones rosas del shinigami carmesí, dónde empezó a lamer en círculos aquellos bocadillos de arriba abajo pasando sus dientes en cada uno de ellos hasta dejarlos carmín de lo erectos que estaban; mientras Grell suspiraba del placer, y sentía como su pantalón volaba por los aires y sus manos deslizaban aquella pesada túnica negra al suelo; dejando el escultural cuerpo níveo y lleno de cicatrices sensuales de Undertaker.
-¡Ah!-gemía Grell al sentir que la mano de Undertaker se topó con su miembro que aún estaba con el calzoncillo puesto.
Así que fue descendiendo por el cuerpo del menor el shinigami, has llegar al ombligo donde empezó a lamer con delicadeza y dejaba solo a Grell dar sensuales gemidos fuertes que encendían las ganas de escuchar más para así introducir su lengua y le otorgaba embestidas simuladas con cada lamía; mientras Grell con sus manos acariciaba los cabello platinados del mayor, y le guiaba para que llegara a aquel deseo miembro del shinigami.
Así muy lascivo deslizo los dientes Undertaker sobre aquella ropa interior de color rojo, hasta hacerla caer al suelo; y desde los pies de Grell, otorgo besos ensalivados desde la punta de sus dedos, subía por los muslos dejando algunas mordidas posesivas para meter su cabeza en la entrepierna del menor, y besar la punta con aquellos labios fríos…
Dando inicio a unos besos por todo el meato y después escuchar los gemidos altos del shinigami rojo que le suplicaba empezara ya:-Por favor Undertaker…-decía entre gemidos lastimeros Grell, que movía la cabeza del mayor para que empezara de verdad, pues aquel le estaba dejando sin aire.
Con eso y una sonrisa pervertida de parte de Undertaker, después de escuchar unos: “He he he”, el mayor lamio muy lentamente la punta del falo, y siguió toda su extensión, para empezar aquellas tortuosas embestidas que solo hacían a Grell gritar por más…
-¡AH MÁS….MÁS-decía con fuerza mientras apretaba el cráneo del mayor.
-Veo que es usted es una flor que le gusta de cuidados rigurosos-decía con ternura y lascivo el mayor que engullo de sorpresa aquel miembro con su lengua envolviéndose por todo el falo.
Sacaba y metía de su boca el miembro de Grell, dándole un inmenso placer que hacía al shinigami arquear su espalda; mientras con dureza se agarra de la cabeza de Undertaker.
Hasta que sentía que iba desfallecer con aquellas lamidas, fuertes, el desliz de los dientes del mayor; mientras las uñas largas y negras de Undertaker se deslizaba por la entrada de Grell, que suspiraba y gritaba más. Y con eso en un momento inesperado para nuestro shinigami rojo, el mayor mordió con voracidad el falo, haciendo que el menor se viniera en su boca de forma abundante, y el gran legendario lo tragara todo con maestría…
-Muy delicioso…….-dijo con una voz bastante pervertida, mientras subía y atacaba si aviso aquellos belfos semi-abiertos; y el gemido de Grell por el éxtasis era ahogado por un atacante y fiero beso; que le dio el mayor, que apreciaba con dulzura aquel rostro completamente sonrojado, los ojos perdidos en el placer.
Se besaban de forma exquisitas sus lenguas con los labios semi-abiertos se movía de manera danzante se paseaban ambas de un lado a otro lamiendo parte de sus mejillas, hasta que el mayor dejo de besarle para deslizarse por el cuerpo de Grell de nuevo a su entrepierna; pero en esta ocasión de forma abrupta que asombro al menor fue que le dio vuelta dejando las caderas en alto del peli-rojo que estaba asombrado del momento que tan rápido había pasado.
Pero grito con fuerza, al sentir como aquella lengua serpentina se introducía en su entrada, recorriendo el lugar y haciéndose un espacio. El shinigami carmesí se sujetaba con fuerza de los costados del sofá, mientras levantaba bien los glúteos que eran ceñidos por las manos del albino que separaba ambas nalgas de forma ruda, y aquella lengua jugueteaba en el interior, para dar simuladas estocadas que hacía a Grell, llamar al albino.
-¡¡¡Undertaker!!!-le llamaba a gritos ahogados el shinigami rojo, mientras con más fuerza se sujetaba del sofá.
Para después sentir como este dejaba de lamerle; y así subió por la espalda de Grell y empezó a morder su oreja a lamerla en el contorno dejando besos ensalivados por aquella delgada y fina espalda nívea del dios de la muerte carmesí; que suspiraba pesado, para el final sentir como el miembro del legendario shinigami se encaminaba despacio en su entrada, y en una estocada fuerte fue penetrado con fiereza y mucha fuerza; dejando a Grell arquear la espalda y dar un sonoro grito de placer y dolor, su mezcla favorita; le gustaba sentir esa fuerza poderosa más que la de él al imponerse en alguien, era sentir como lo hacían suyo de una forma única y fuerte.
Así Undertaker tomo entre su mano el falo de Grell, que aun goteaba de las acciones pasadas, para sentir como el shinigami besaba su nuca y se acercaba a dónde estaba el oído de este y el susurro:-¿Cómo se encuentra…..My Crimson Rose…-dijo de forma dulce que conmovió a Grell, que intento voltearse para besar los labios de Undertaker, y decir:-Por favor hazme tuyo…-dijo nuestro shinigami conmovido de ver que alguien lo apreciaba, y le hacía el amor de la forma que solo él amaba ser amado.
Y así Undertaker; lo volteo y quedaron ambos de frente mientras se besaban y una estocadas suaves y delicadas empezaban a sacar gemidos placenteros a Grell, sus besos fogosos aumentaban de forma ardiente para sentir como las embestidas se volvían más y más más rápidas.
-¡¡¡UNDERTAKER!!!!-gritaba alaridos de lujuria Grell que se ahogaba en los besos del nombrado que masturbaba fuerte su miembro, con voracidad estrujaba cada parte de ello subiendo bajando.
Los suspiros y el sudor que caía de aquella piel cicatrizada de Undertaker, se mezclaba con los fluidos de Grell, que sostenía y aruñaba la espalda llena de cicatriz del albino hasta hacerla sangrar; pues sus alaridos pasionarios sacaban sonrisas cínicas y perversas del mayor que con cada vertiginosa estocada le daba ese lugar especial que hacía a Grell arquear la espalda de forma exquisita, sintiendo como toda su espina dorsal se retorcía.
Así aumento de forma maliciosa aquellas duras embestidas, y el sabroso estrujamiento del interior de Grell en el miembro imponente y bien dotado de Undertaker que profanaba y arremetía con fiereza su entrada; en aquella entrega de feroz, llego el dado momento que el mayor le dio a ese punto donde todo el cuerpo de Grell se contrajo y así estrujo con fuerza el bestial falo del shinigami legendario que dio un fuerte gruñido de placer para que apretara fuerte el miembro del dios de la muerte carmesí y estos gritaran al unísono:-UNDERTAKER/GRELL-y se vinieran juntos en aquel momento.
Cayeron rendidos juntos en el sofá; sus cuerpos eran recorridos por aquella corriente eléctrica que consumaba sus cuerpos en espasmos de exquisito placer desbordados; para el final el mayor tomar la mano de nuestro estimado dios de la muerte carmesí, y con esta la beso dulcemente y decirle:
-Es la más bella rosa del jardín………Grell…-dijo Undertaker, que acerco su rostro y arremetió con un beso suave y delicado cual un pétalo de rosa, en los belfos de Grell; que ni siquiera pudo decir palabra alguna y solo corresponder satisfecho. Y dejarse llevar por su nuevo descubrimiento el “amor de un caballero”.
“Aquel día peculiar, recibió más de lo que esperaba; ya que jamás pensó de parte del ser más genial y siniestro de su mundo, encontrar el príncipe azul, que no era ni el demonio escarlata y mucho menos el cubo de hielo Spears. ¡No eran ellos!
Era el misterioso y caballeroso, poeta de la noche; e mayor shinigami de la historia.
Su nuevo amor….”