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Maldita Jinx. por Pik

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Notas del fanfic:

Aish, mi primer fanfic del League of Legends. Caitlyn y Vi son una pareja que me encanta.

Como siempre, espero que os guste y espero vuestros comentarios ^^

Notas del capitulo:

Creo que me he pasado de largo escribiendo este capítulo pero bueno, aquí lo dejo, espero que os guste.

Vi entró en el cuartel arrastrando los guanteletes hextechgigantes, se los quitó y los dejó caer sobre su mesa. Se sentó en su silla, apoyó los pies sobre la mesa y se estiró mientras encendía un cigarrillo, ignorando a su compañera Caitlyn que, sentada justo enfrente de ella, la miraba negando con la cabeza mientras hacía rodar un bolígrafo entre sus dedos.

-¿Qué te he dicho de fumar en el cuartel?

-Venga pastelito...-dijo en tono burlón- He tenido un duro día de patrulla, dame un respiro.

-No me vuelvas a llamar pastelito.

-Que exigente eres, así nunca conseguirás ligarte a Jayce -le guiñó un ojo.

-¿Cuantas veces tengo que decirte que no me gusta Jayce?

-Todas las veces que quieras, soy cabezota.

Entonces se escuchó un ruido atronador, como de una explosión cercana a ellas, acompañada de una risa distante y psicópata. Vi se levantó de un salto, reconociendo la voz y mirando a su compañera. La sheriff asintió y sin mediar palabra, cogió su rifle, se puso su sombrero de copa alta y salió corriendo detrás de la pelirrosa, que corría en dirección a donde se escuchaban las explosiones y se ponía los guanteletes como podía.

Llegaron a la pequeña plaza de la ciudad donde los ciudadanos corrían asustados, huyendo. Caitlyn intentó poner orden, pero todo el mundo corría despavorido sin hacerle caso. Parte de la fachada de una casa se derrumbó a causa de una explosión, Vi dirigió la mirada hacía la casa y, cuando el polvo se disipó, consiguió ver a la causante de todo aquello. En el tejado, Jinx sostenía su lanzacohetes en su hombro y en la otra mano su ametralladora. Miró a su alrededor con una sonrisa y al clavar sus ojos sobre los de Vi, bostezó divertida. La pelirrosa gruñó y se lanzó a por ella, decidida a subir las escaleras del edificio para llegar. Jinx, con toda la calma del mundo, disparó tres mascafuegos delante de esta, para cortarle el paso.

-Mierda... -susurró Vi.

Miró a la peliazul, a la cual parecía divertirle la situación, arrugó la nariz y corrió hacia un mascafuegos que tenía delante. Este se enganchó a su puño y explotó, lanzando a la pelirrosa hacia la sheriff, que seguía intentando desalojar a la poca gente que quedaba en la plaza.

-Vi -corrió hacia ella- ¿qué mierdas haces?

-Jugando al pilla pilla con Jinx -dijo levantándose y sacudiendo el polvo de su ropa.

-Déjate de bromas y vamos a por ella.

Caitlyn se agachó y arrodilló una pierna para apoyar el rifle, apuntó a la peliazul y disparó. El pequeño engranaje dio en la pierna de Jinx, haciendo que cayera al suelo.

-Esto empieza a ser más divertido -dijo levantándose con una sonrisa.

Dejó el lanzacohetes sobre su hombro y cogió la ametralladora con ambas manos, apuntando a la sheriff, la cual recibió en primer disparo en el brazo y los cinco siguientes consiguió esquivarlos echando a correr. Vi golpeó sus puños, cargando el derecho, el cual empezó a emitir luz. Se lanzó contra Jinx, golpeándola en el estómago y haciendo que retrocediera. La peliazul soltó una carcajada, levantó la cabeza y empezó a disparar a la pelirrosa, que intentaba esquivar como podía las balas. Caitlyn corrió por detrás de Vi y disparó contra Jinx, la cual esquivó todas las balas, saltando y corriendo. Sacó una pequeña pistola de su cinturón y disparó un rayo azul hacia la sheriff la cual quedó inmóvil y cayó de rodillas al suelo, afectada por el rayo que había alcanzado su pecho y le dificultaba la respiración.

-Cait ¿estás bien? -gritó Vi golpeando repetidamente el aire, intento darle a Jinx.

Esta no respondió, no podía articular ningún sonido, estaba más centrada en mantenerse viva intentando respirar.

-Parece que te has quedado sola -la peliazul sonrió y golpeó la pierna de Vi.

-No más que tu.

-Yo siempre tendré a mis pistolas -sonrió como una niña con un peluche nuevo.

Jinx disparó con su ametralladora hacia la pelirrosa, la cual recibió los balazos en su guantelete derecho. Acto seguido, disparó un cohete hacia la casa de enfrente.

-Has fallado -dijo Vi, sorprendida.

-Yo diría que no -sonrió orgullosa.

Vi se giró y lo comprendió, la fachada estaba apunto de derrumbarse justo encima de Caitlyn, la cual se encontraba de rodillas con las manos sobre su pecho.Dejó atrás a Jinx, la cual hacía girar una de sus largas trenzas azules con la mano mientras reía, y corrió hacia su compañera, mientras miraba horrorizada como pequeños pedazos de la fachada caían alrededor de ella y algunos golpeaban su cuerpo. Uno del tamaño de un balón golpeó su cabeza, haciendo que su sombrero cayera al suelo junto con su cuerpo. Vi recogió a su compañera y salvó su sombrero también, entonces la pared cedió por completo y antes de que cayera sobre ellas echó a correr hacia la comisaria.

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Entró jadeando y miró a su alrededor.

-¿¡Jayce!? -gritó con lágrimas en los ojos- ¿¡Donde mierdas se mete este hombre cuando se le necesita!?

Entró en una sala contigua a sus despachos, donde se encontraba un sofá bastante grande donde ella se tomaba sus largos descansos viendo la tele. La tumbó sobre el y se quitó los guantes, dejándolos tirados en una esquina. Comprobó el pulso de la chica y sonrió aliviada. Pasó la mano por su pelo y rozó un hilo de sangre que salia de la herida que probablemente, le había hecho el ladrillo que había caído sobre ella antes de que la rescatara. Buscó por toda la sala algo con que cerrar o al menos taponar la herida, pero nada, no sabía nada sobre medicina. Rozó la mejilla de la chica con el pulgar mientras pensaba algo.

-Aguanta pastelito... -susurró.

Salió a su despacho y cogió el walkie talkie que había sobre su mesa.

-Jayce contesta ahora mismo.

No se escuchó ninguna respuesta, lo que hizo que la pelirrosa soltara una cuantas maldiciones dirigidas al chico.

-Dime Vi -se escuchó por fin a la otra línea.

-¿Donde mierdas estás?

-Arreglando el desastre que seguro que habéis causado entre Jinx y tu -sonaba algo cabreado.

-Te necesito aquí ahora mismo. Bueno, -rectificó- yo no, Cait.

-¿Qué ha pasado?

-Jinx le disparó y luego le cayó parte de un edificio encima y... está bastante jodida.

La línea se quedó en silencio, Vi cerró los ojos y suspiró. Tiró el walkie talkie al suelo y corrió donde estaba Caitlyn. Se arrodilló a su lado y cogió su mano, preocupada por su compañera.

A los pocos minutos entró Jayce, se quitó el abrigo y después los guantes, se colocó al lado de Vi y miró preocupado a la sheriff. Comprobó el pulso, revisó la herida de la cabeza y cogió el enorme botiquín que había en su despacho.

Buscó una aguja e hilo y cosió con cuidado la herida. Cuando acabó, cogió unas gasas y las colocó encima, para luego sujetarlas con una venda con la que rodeó su cabeza. Examinó el cuerpo de la chica y centró la mirada en el brazo izquierdo, donde había incrustada una bala. Rápidamente y sin pensárselo dos veces, sacó un bisturí del botiquín y extrajo la bala. Cosió con tres puntos la herida y la vendó, colocando uno de los cinturones del muslo de Caitlyn sobre la venda.

La pelirrosa no perdía detalle de los movimientos de su compañero, cuando acabó, le miró entrecerrando los ojos.

-Llévala a casa y quédate esta noche con ella hasta que despierte, necesita descansar -dijo Jayce levantándose y apartando unos pelos que caían sobre su ojo.

Vi asintió, fue a la mesa de su compañera y cogió las llaves de su casa. Se colocó los guanteletes, cogió a la sheriff, le puso el sombrero con delicadeza y salió a la puerta. Jayce estaba en ella, poniéndose su abrigo, con su martillo de mercurio apoyado en la pared.

-Me gustaría llevarla yo mismo a casa y cuidar de ella... -dijo mirando a la chica herida.

-Lo se -le cortó, regodeándose.

-Pero alguien tiene que patrullar por si vuelve Jinx -ignoró el comentario.

Vi se encogió de hombros y caminó hacia la casa de Caitlyn. Sabía donde era porque alguna vez la había acompañado, pero nunca había subido. Abrió como pudo y entró, cerrando la puerta tras de si, observando el comedor que se encontraba nada más entrar. Su casa era pequeña, acogedora y llena de cachivaches llenos de mecanismos. Olía a pastel de fresa, el favorito de la sheriff. Se asomó a cada puerta hasta encontrar su habitación, con una cama enorme en el centro de esta. La tumbó en ella y le quitó las botas y el sombrero, dejándolo con cuidado sobre una silla, sabía el aprecio que le tenía a ese sombrero que le había regalado su madre.

Pasó la tarde mirando como dormía, mientras, jugaba con sus guanteletes. Entonces observó que una de las balas de Jinx había jodido el mecanismo interno de su guantelete derecho, resopló y maldijo a la delincuente.

-¿V-Vi..? -susurró Caitlyn.

-Dime pastelito, -se acercó a la cama- estoy aquí.

-¿Qué ha pasado?

-Jinx escapó.

-La dejaste escapar -le corrigió.

-Preferí salvarte, no iba a dejarte morir, ¿a quien iba a hacer enfada si no? -bromeó.

-Idiota -negó con la cabeza.

Caitlyn se incorporó en la cama y miró su brazo vendado, recordando el balazo. Miró a su compañera, la cual no parecía tener muy buen aspecto. Tenía la cara llena de cortes y magulladuras, el pelo revuelto y lleno de polvo, la rodilla derecha lucía un pequeño moratón y sus manos estaban rojas de llevar los guanteletes tan pesados.

-¿Tu como estás? -le preguntó.

-Aquí la herida eres tu, menudo golpe llevas en la cabeza.

-Responde.

-Bien... -resopló.

La sheriff se llevó la mano a la frente y la apoyó en esta, hizo una mueca de dolor y cerró los ojos con fuerza.

-Ey, -susurró Vi cogiéndole de la muñeca- ¿estás bien?

-Sí, tranquila... Un simple dolor de cabeza, será por el golpe -se llevó la mano al brazo y palpó a través de la venda, los puntos de sutura- ¿Quién ha cosido mis heridas?

-Jayce.

-Lo suponía. ¿Dónde está ahora?

-Patrullando. ¿Quieres que le llame y que venga él a cuidarte?

-No hace falta -le sonrió.

-¿No quieres estar con tu novio?

-Cállate, no es mi novio -dijo remarcando la palabra “no”.

Vi miró hacia otro lado, siempre hacía la misma broma, aún sabiendo que esas palabras le dolían a ella más que a nadie. Suspiró, agachó la cabeza y pasó su mano por la nuca, sin saber que decir.

La sheriff observó aquel gesto que hacía su compañera cuando estaba incómoda, negó con la cabeza y se mordió el labio inferior.

-Si quieres vete. -dijo finalmente- Tu también deberías descansar.

-¿Tu estás ya bien? -tardó en contestar.

-Sí, solo debo dormir un poco, como tu.

-Está bien.

Vi se levantó y apoyó los puños en la cama, se acercó a la sheriff, la cual se sonrojó y miró a sus piernas. Besó su frente con ternura, se alejó poco a poco y cogió sus guantes.

-Hasta mañana pastelito.

-Hasta mañana.

Notas finales:

Gracias por leer ^^

Hasta mañana que subiré el siguiente capítulo.


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