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No Regrets, Just Love. por ipen shidemiru

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Notas del capitulo:

Hi!!! 

Pues... Finallll!!!!!

ya que será la última vez que parlotee en este fic les haré un poco de historia:

-El nombre salió de Teenage Dream de Katy Perry... regresaba de hacer las compras...

-El nombre piloto fue Dark Side

-Siempre quise hace una historia al estilo Saikano (donde el mundo se acaba pero no sabes quién rayos lo ataca...)

-Muchos de los sueños de Tanabe fueron presenciados por mí... 

-Incluso la parte del gato muerto... estaba a una cuadra de mi casa...

 

**más a final

 

No estoy seguro de qué sea lo que tomé.

Recuerdo que me hizo llorar o simplemente mi llanto se hizo completamente visible y percibirle primeramente por mí y luego para quien quedase en la habitación.

Takashima se lanzó a mí unos minutos después, creo que intentó consolarme y logró tener sexo conmigo.

Lo digo de esta forma ya que antes lo hube rechazado cuando me incitaba. Sin embargo, logró, de alguna manera, hacer que yo lo deseara.

Tras la compensación de oxigeno que sufrió su cuerpo, y con un poco de descanso, tomé el control en un acto muy exigente.

Admito que me divertí al verlo de aquella manera.

Sus ojos suplicaban y sin siquiera verlos mi mente pudo saber lo que deseaba.

Al terminar, por primera vez, sentí remordimiento.

No sé porque esta vez sí lo sentí y las otras veces, cuando Akira estaba, no conseguía más que un par de pensamientos de “no deberías hacerlo” sumado a un par de golpecillos imaginarios que al gran rato se borraban de mi cabeza para que al final fuera como si nada hubiese sucedido.

Tanto fue el pesar, que, al rendirme sobre su pecho, corrí al baño y cerré desde dentro.

No fui visitado para solicitarme salir de ahí.

Cogí un par de toallas y me envolví con ellas después de lavarme de pies a cabeza.

La sensación de humedad se hizo muy vivida y la presencia del frío afuera hizo que se arraigara a mi piel en esa habitación de azulejos.

Fue entonces cuando decidí salir.

Takashima estaba acabando de vestirse, ponía sobre sus hombros una chaqueta y luego un abrigo que lo aislaría hasta de la corriente de aíre más perturbadora.

Se acercó a mí.

Una parte de mi cuerpo se congeló y la otra gritaba para que no lo dejara tocarme. Creo que tuve miedo por un momento pero no me aparte de ahí.

— Tengo que salir…

Me dio un pequeño beso sobre la comisura del labio superior. Podría asegurar que el tampoco deseaba tocarme, mas, con un simple y casi inexistente rose, se despidió.

— Debo arreglar unos asuntos.

Dio la vuelta y se marchó.

No se preocupó de mi cuerpo desnudo.

No representé algo por lo que debiera mantenerse en la habitación.

No se inquietó por mi soledad ni por mi encierro.

Corrí el seguro de la puerta. Estoy seguro de que pudo oírlo perfectamente. Mantuvo sus pasos tan firmes que no perturbaron mis actos.

Y, desde eso, permanecí mucho tiempo envuelto en los edredones procrastinando el uso de la ropa, sintiendo las sabanas contra mi piel desnuda y en posición fetal para conservar la mayor cantidad de calor y no morir de algo similar a la hipotermia.

Cabecee en más de una ocasión y me remití a no cerrar los ojos por nada. Dormir significa que dejaré de saber qué sucede, que algo cambiará dentro mío y que no podré arreglarlo. También podría alterar mi realidad...

 No puedo hacer mucho enredado de esta forma así que decido ponerme en pie, tomar algo de ropa fina y salir de aquí.

Bajo las escaleras con unos zapatos de cuero color beige, un pantalón de vestir gris, una camiseta sin color y un suéter tejido de un gris muy oscuro. Mi cabello está bastante desordenado pero aún luzco dedicado en mi persona.

Me deslizo cuidadosamente sosteniéndome de la pared que hay a un lado.

Antes de llegar abajo escucho la voz de Takanori que parece hablar con alguien.

— Sí, esperame, ahora voy. Debo tomar algo y te alcanzo.

Escucho unos pasos dentro de la sala y la puerta se cierra.

Corro de puntitas a la ventana para ver qué es lo que pasa.

Logro divisar la reja de la entrada entreabierta y lo que parece ser el brazo de una persona del otro lado. Takanori lleva una gabardina negra con cuello de alguna piel de animal peludo. La persona de afuera solo puedo asegurar que su traje tiene mangas oscuras.

— Ya, estaba dejando algo — dice Takanori a la persona afuera.

Cierra desde la calle sin dejarme ver a su acompañante.

Estoy solo en la casa y no espero que nadie regrese pronto.

Ando a la cocina, tomo una manzana de la mesa y, sin los procedimientos de higiene regulares, me la como. Es un tanto dulce pero no ha acabado de madurar. Puedo claramente sentir su acidez colonizando mi lengua y la dulzura que ataca ferozmente cuidando no distraerse en la batalla.

Veo el teléfono abandonado junto al fregadero. Una lucecilla parpadea indicando que pronto necesitará ser recargado.

Lavo mis manos sin quitarle la mirada a la luz titilante en el aparato.

Incluso cuando las seco no puedo ver nada más.

Acabo por tomarlo entre mis manos y marcando uno de los pocos números que recuerdo. No es el de la casa donde viví, tampoco el que fue mío, ni el de Akira o el de casa de mis padres… es el del trabajo.

Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarle?

— Soy Yutaka Tanabe, quiero hablar con Sakamoto-san del departamento de IT.

Lo lamento, está en una junta. ¿Gusta dejar un mensaje?

Sí. Dígale que…

La puerta se abre nuevamente.

Tengo la extraña sensación de ser vigilado.

¿Si? — el sonido se deshace y el teléfono muere.

— Hola, Tanabe — Takashima —, ¿te duele algo?

— Algo como qué.

— Las muñecas. Ayer te las tocabas frecuentemente.

Dejo el teléfono ya muerto sobre la barra.

— El hueso del pulgar me duele un poco, debe ser por el frio.

— Eso espero. Iré arriba, cuando subas quiero hablarte de algo.

— Podemos hablar aquí, estamos solos.

— Te espero arriba, no tardes. Trae algo de agua caliente contigo.

Lo veo dejar la cocina como si el pequeño desacuerdo no existiera.

No es raro que alguien con tal poder sea un jefe. Dice qué quiere que se haga y rápidamente los que están bajo sus órdenes deben acatar todo lo que demanda. Y, es difícil, debo admitirlo. No solamente ser el que está abajo y representa un porcentaje estúpidamente insignificante del trabajo total, sino, ser jefe. No quiero defenderlo, pero tener tanto poder y tantas personas bajo tu control es, fácilmente, preocupante. El poder puede irse de tus manos y puedes acabar flotando en la bahía de Tokio aun sin haberse contratado a alguien para hacer el trabajo sucio.

Sin embargo, aun habiendo dicho esto no quiero verlo en este momento, suficiente con lo que acaba de pasar.

Suficiente con lo que pasó antes de que saliera.

Inhalo fuertemente y exhalo en un suspiro extraño.

Pongo algo de agua a calentar en la tetera. Hasta este momento no ha había percatado de tener una. El agua caliente pudo haber salido de cualquier otro lugar menos de una tetera…

Divago respecto a subir.

Cuando decido hacerlo tomo el termo donde he puesto el agua y las tazas que lo acompañan. Casualmente es de los mismos colores que la tetera; claros y un par de ramas con hojas adornando su base. Lo contemplo sin querer subir. ¿Para qué negarlo? Solo le daría vueltas a mis deseos…

Salgo de la cocina y veo unas llaves sobre la mesa que está en el pasillo. Son de auto. Del Ford negro estacionado en la calle…

Miro escaleras arriba. No veo a Takashima ni escucho ruidos.

Esta es una de esas ocasiones en las que debes hacer lo que realmente deseas, eso que podrías hacerte daño o bien, salvarte. Huir no es malo. ¿Cuánto ha sido malo para una víctima huir de su opresor? La víctima se hace más fuerte y regresa por venganza. Solo que no pienso en venganza, no me interesa en este momento. Quizá en un futuro llegue a anhelarla…

Tomó las llaves y dejo el termo en algún lugar del suelo. No hago todo en silencio. Por ningún motivo quiero que se dé cuenta de lo que pretendo hacer.

Abro la puerta lentamente, no hace ruido. Admiro el interés de ese hombre por evitar estas cosas que fácilmente llamarían su atención.

Salgo de la casa pero aún no cruzo la verja de la entrada.

Ando muy lento, realmente lento. No quiero ser visto por un descuido. Pero tampoco avanzo a cuenta gotas.

Abro la puerta. El sonido del seguro me hace dudar.

Una mariposa color azul sangre entra recién abro lo suficiente. Retrocedo por la sorpresa. Es inevitable. Mi corazón no puede alterarse más de lo que está…

La miro irse… la frontera de sus alas es color negro y el interior es azul brillante, como si la sangre al morir se hiciera azul…

Es extraño ver una mariposa en invierno… sobre todo… nunca había visto una de este tipo.

Sigo su curso.

La veo descender sobre la una mano de color claro y con una manicura estilizada... Takashima está en el umbral de la ventana, con el seguro deshecho y con la mariposa caminando lentamente buscando un lugar cómodo sobre sus dedos.

Lo contemplo un momento.

Mira la mariposa como algo hermoso, y lo es.

Entonces se ve pensativo y levanta los ojos al horizonte.

Pero no me mira.

Aún no.

Sopla a la mariposa.

Yo ni siquiera he movido un pie.

Y me mira.

Hace un gesto para que siga mi camino.

Sin embargo, antes de que yo pueda dar el primer paso él reacciona y regresa atrás.

Quedo congelado. No es por el clima. Qué va. Es por la sombra que se le acercó.

Yo salgo de allí.

Del otro lado de la puerta me espera el Ford negro de Takashima.

Está estacionado a un costado del poste telefónico de esta sección de la calle.

Abro la puerta y entro sin pensarlo.

Salgo aún más rápido de lo que entré. Hay un olor nauseabundo saliendo de él.

Reviso los asientos traseros. No hay nada.

Abro la cajuela. Tampoco encuentro algo.

Regreso mis pasos para toparme con el poste verde tapizado de hojas. Sin buscar, localizo un cartel de extraviado con la foto del chico con el que Takanori salía, dice que su nombre en realidad es Seiko cuyo primer kanji también puede leerse como Saga… lleva unos días desaparecido.

También hay otros carteles, pero son más viejos y desgastados por el clima.

Hallo un poema con una caligrafía que llama mis recuerdos.

 

No os debéis preocupar,

Tú vida inmunda fue liberada con éxito,

De las lágrimas salió el alma que tus ojos no vieron.

De tu torpe respirar renació,

El caudal de mis deseos.

De la mediocridad en el aire apareció una ilusión,

De los ojos sin color salió viva.

De los ojos suplicantes brotó sangre,

Del cuerpo repugnante nada queda.

 

Es reciente. El papel está ligeramente arrugado… como si lo acabaran de pegar.

Regreso al auto. No me importa tener que competir con ese olor desagradable… que más bien, huele como muerte.

Cierro la puerta y abro las ventanas para evitar el olor.

Aunque ya no hace falta. Se ha ido.

Dejo las ventanas abiertas.

Abro la guantera.

Hay un sobre.

Ya que me llevaré el auto creo que debo saber a qué me enfrento.

Si alguien ha muerto dentro… creo que debería estar al tanto. Sin embargo, dudo que alguien con el status de Takashima pudiera dignarse a salir a la calle con un auto oliendo a muerte en cualquier circunstancia.

Abro el sobre.

Hay una cantidad considerable de dinero dentro. Esto debe ser más que suficiente para pagar gasolina y unas cuantas cosas para comer de camino a Tokio.

Es como si lo hubiera planeado él.

Conduzco.

Realmente no sé por dónde debo ir. No conozco este lugar. Las veces que llegué a salir iba con alguien más o al parque que está cerca a la casa de la cual me alejo.

Sigo la ruta sin plan alguno. Al final y al cabo debe terminar en algún lugar.

Simplemente quiero irme.

Creo que es alrededor de las dos de la tarde. El sol es muy invasivo y el fresco de la mañana ya no se siente. Quizá sea más lejano a eso. El azul en el cielo luce completamente puro, como después de la lluvia o mucho antes que las nubes de una gran tormenta aparezcan.

Pero no debo embobecer viendo el cielo.

Podría morir si lo hago.

Debo mantener la mirada en la carretera, en el pavimento y el los posibles peatones con los que pueda toparme.

Tampoco es que me sienta tan bien para no querer morir…

 

Giro a la derecha por segunda vez.

No creía que este lugar fuera tan grande…

Si mantengo mi racha de girar a la derecha cuando veo un terreno baldío –tradúzcase como bosque – en algún momento llegaré al final, lo sé…

Sigo conduciendo. Parece que voy llegando por las laderas, donde viven personas con menos dinero que Takashima o más excéntricos que él.

Las calles son más largas y las bardas de las casas interminables. Está muy lejos del centro de la ciudad y solo la acera les hace compañía.

Admito que la vista es buena con una calle despejada. Los árboles sin hojas y el cielo azul lo hacen todo hermoso.

Un cielo tan limpio como un alma que ya no está.

Por más gratificante que sea la vista me arto enseguida. Quiero dejar este lugar de una vez por todas.

Veo una figura caminar a lo lejos. Viste negro de pies a cabeza. Va por donde ya no hay acera o casas… donde solo le hacen compañía los árboles secos.

Se detiene a un par de paso de un cruce y la capucha del abrigo cae de su cabeza. Su cabello es rubio.

Aumento la velocidad. Por fin parece que encontré la salida.

Al rubio sigue sin moverse. Parece que espera algo.

Su silueta me es familiar…

Lo reconozco y me dispongo a aumentar la velocidad para llegar pronto a él.

Paso de cuarenta a ochenta kilómetros por hora y sigo aumentando…

Mi corazón late muy rápido. No esperaba verlo aquí. No esperaba verlo en este momento. ¿Qué le diré? ¿Podré confesarle lo que ha pasado con nuestros sueños? ¿Acaso puedo hacer? ¿Seré capaz de algo tan atroz como destruir su única esperanza en todo el mundo?

Tanabe, debes respirar.

Suspiro y sumerjo el pie sobre un pedal.

Avanzo rápidamente.

Cada vez lo veo más cerca.

Lo reconozco como a quien amé una vez…

Me dispongo a moverme… simplemente es imposible.

Mis pies parecen ser de plomo.

El auto cada vez es más veloz.

Paso junto a él. Lo admiro como si el tiempo no existiera.

Parece ser el mismo de aquella mañana… no, ha cambiado… ahora es sombrío.

Mueve los labios.

Escucho un ruido estruendoso y una luz igual de potente que un rayo aparece frente a mis ojos.

De la misma forma que eso llega se vuelve a ir.

 

Leíste la verdad.

 

Eso dijo Akira… Estoy seguro…

Ahora todo es negro…

Negro…

 

 

Notas finales:

Murió. 

ono 

no soy fan de los finales abiertos... ¿esto es un final abierto?

**continuación

-En la planeación del fic (mucho antes de ser escrito) Akira moría en los brazos de Tanabe.

-El personaje que amé sobre todas las cosas... fue Akira.

-Tanabe me recuerda el protagonista de la primera novela de Murakami... bueno... no.

-Estoy trabajando en el libro que leyó tanabe. En unos meses (que lleve un par de capitulos escritos) lo subo, tanto aquí como en wattpad. Será original, luego entenderán por qué.

 

 

En fin... les dejó mi instagram porque quiero ser popularsh, doy FollowBack https://www.instagram.com/hirozukihanako/

Seguro que nos vemos pronto porque encontré unos gazefic pilotos bastante buenos y... publiqué en wattpad~ es original... si.. algo... es como "la idea madura" de mi primer fic. Pero en verdad que es madura. link~ https://www.wattpad.com/story/59222279-lluvia-de-colores

 

Saludos a todos y a todas~ 

gracias y nos vemos en el proximo proyecto.


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