Ya, definitiva y oficialmente todo me valía madres, una verga me llegaba más al corazón que esa zorra ¡Y es que era la quinta vez que la puta esa me rechazaba! Pero en serio me gustaba Gaara, hacía seis años exactamente, estaba enamorado de él, así que supongo que lo mío era algo como el amor apache “Más mal me tratas, más te quiero”
¡Pero ahora sí! No contento con rechazarme la tipeja esa besó al paliducho de Sai ¡En mis narices! Para luego sonreírme y decirme “Ya tengo novio” Al parecer, no era el único que se acababa de enterar, la cara de Sai era todo un poema. Jamás había visto al idiota ese con los ojos como platos y la barbilla casi casi hasta el suelo.
- Está bien, venía a decirte que había encontrado estas rosas en mi pupitre y bueno, tenían tu nombre- dije fingiendo desinterés-Me alegro por ustedes.
- Sabes que no te creo ¿Verdad? – Preguntó con una sonrisita
- No, y la verdad, no me interesa.
Claro que me interesaba, pero ya, tenía que tener un poquito de orgullo propio, algo de lo que antes me jactaba, ahora Gaara lo pisoteaba mientras besuqueaba al pobre de Sai que estaba demasiado confundido.
- ¿Desde cuándo somos novios? – Preguntó
- ¡Cállate idiota! – gritó furioso
Un dolor indescriptible atravesó mi corazón.
¡PUTA!
Pues, ya les conté un poco de mi desafortunada vida “amorosa” pero antes de, voy a presentarme:
Mi nombre completo es Sasuke Uchiha, hijo del aclamado, justo e imponente juez, Fugaku Uchiha y del bellísimo y carismático cantante, actor, modelo y psicólogo infantil, Orochimaru Uchiha y por si fuera poco hermano menor del guapísimo y más codiciado soltero, líder de la banda más exitosa de Japón, LovelesS, Itachi Uchiha.
Anda. ¿Impresionando? Yo sé que sí.
Y muy, pero muy abajo en la pirámide familiar, vengo yo, Sasuke, un estudiante bien bueno... la verdad bueno de “esa manera” porque siendo sinceros, en los estudios me va regular, incluso he reprobado una que otra materia, pero novios y novias, de esos he tenido un montón.
No me malinterpreten, no soy mujeriego, la verdad sólo he amado a Gaara y lo hacía para llamar su atención y pensaba que me rechazaba sólo para hacerse el difícil… pero ahora que sé que me odia y que de seguro se tira a mi primo, sí Sai, ya valió madres.
La mera verdad, es que más que amor era obsesión, digo, él había sido el único que se había atrevido a rechazarme, puesto que, casi todos los donceles y las mujeres de la preparatoria habían abierto las piernas para mí. Salvo Gaara y bueno… mi amigo Suigetsu. Y eso, por contradictorio que sea, me gustaba.
Me gustaba…
Amaba…
¿Será un capricho?...
Mi hermano me decía que a Gaara le gustaba hacerse de rogar y que tarde o temprano caería en mis manos… Vaya, era la primera vez que Itachi se equivocaba. Ja. Quizá podría echárselo en cara cada que me diera un “Consejo de Hermano”
Gaara no vale la pena.
Me lo habían dicho mis amigos, mi familia… todos… Pero yo era terco. Joder. Seguro que era por el orgullo de mi familia. Al parecer todos los Uchiha estaban destinados a ser unos pedantes de mierda.
Y yo, no me salvaba.
Vale Verga La Vida.
Pero, claro, esto cambió radicalmente cuando lo vi a él…
Iba caminando en dirección a la escuela, con la cabeza en alto, pero la moral por el suelo y no me fijé cuando me choqué con esa persona. Íbamos apurados, caímos, él se levantó rápidamente y sin verle la cara le grité-
- ¡Carajo! ¿Es que no te fijas por dónde vas? ¡Cabrón de mierda!
- ¡Lo siento mucho en serio!
A pesar de que sólo vi su silueta, me di cuenta de que era un doncel, rápidamente me disculpé
- ¡Lo siento mucho! ¡No me fijé yo! ¡Perdón!
- ¿Eh?
Por primera vez vi sus ojos, aquel hermoso color que humillaba brutalmente al cielo, un azul mucho más hermoso… más dulce… más… él…
Más…
- ¡Deidara! – dijo él con una sonrisa muy dulce
- ¿Eh?
- ¡Mi nombre es Deidara! ¡Mucho gusto!
- Eh… ah… Me llamo Sasuke…
- ¡Un gusto! Creo que vamos a la misma escuela…
- ¿En serio? Me alegro- dije sonriendo
- ¿Te siente bien?- preguntó - estás sonrojado…
Cuando puso su mano en mi frente pude sentir la textura de su piel… tan suave… tan dulce… tan… Deidara.
- ¡Sí! Estoy bien vamos, que se nos hace tarde
- ¡Gracias!
Volví a ver su hermosa sonrisa, bastante dulce y sincera. ¡Pero que hermosura de chico!
Quizá… quizá Gaara no era para mí… pero eso, era porque el destino me tenía preparado algo mucho mejor… Deidara.
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