Cuando volvió a despertar ya era de noche, la ventana de la habitación estaba abierta y dejaba entrar una brisa algo fría. Donde antes estaba sentado Mark, ahora estaba sentado el detective Kieslaer, quien ajeno a Adam, estaba con la vista perdida en su celular. El agente vestía un pantalón de mezclilla negro a la medida, y una camisa color gris oscuro, la cual estaba desabrochada de los primero tres botones, mostrando los huesos de su clavícula, y el cabello algo alborotado, pero sin hacerlo ver desaliñado, solo cansado. Siguió viendo en la habitación, la televisión seguía encendida, y transmitía un juego de football universitario. Movió su cuerpo levemente para desentumir su cuerpo, cuando sintió su mano apresada, volteo a verla y noto que su mano derecha estaba siendo sujetada por una correa de seguridad color crema.
- es solo por tu seguridad – hablo Jordan – los doctores ordenaron a un enfermero a inmovilizarte luego de tu ataque de pánico- se puso de pie guardando su celular en el bolsillo de su chaqueta de piel, la cual dejo sobre la silla.- tienen miedo de que quieras lastimarte.- se acercó a la cama y desabrocho la correa- pero yo sé que no lo necesitas.
Adam le observaba, no se movía, solo le veía –Kieslaer… yo…-
- Cree que podamos hacerle algunas preguntas? Oficial Eastwood?- una voz femenina se escuchó al otro lado de la cama, Adam volteo y se encontró con una mujer de estatura mediana, y facciones asiáticas. Le había visto antes en la estación, pero no podía recordarla.- señor Eastwood?- Adam le miraba, y luego volvió la vista hacia Jordan. Este sonrió levemente, se le notaba cansado, sus ojos tenían pocas ojeras, y su rostro mostraba una barba de algunos días, pero aun así, su sonrisa le calmaba la ansiedad que sentía, al reconocer que quería preguntar la mujer.
- Adam, ella es la detective Hannah Takana- ambos miraron a la mujer- Takana es de la U.V.E y trabaja en conjunto con mi compañero Jayden Jorgen y yo, sobre tu caso y el de Scott.- todo esto lo decía Jordan con una voz tranquila, y en un tono bajo, para no asustar al joven policía. Adam asintió a lo que Kieslaer decía.
- yo… - Adam aparto la vista de ambos agentes, se comenzó a sentir desnudo y eso le dio miedo, un nudo se le comenzó a formar en el estómago y la garganta. Bajo su vista y soltó un gemido doloroso, se cubrió la boca con una mano y apretó su ojo sano, queriendo evitar que las lágrimas salieran. La detective Takana se acercó a la cama y le abrazo, como ella abrazaba a su hijo Wesley cuando llegaba a casa llorando porque un chico mayor le había hecho bulling. Le acariciaba la espalda levemente, y le susurraba palabras cariñosas al oído.
- todo está bien… todo estará bien- le susurraba al oído- está bien que llores, no te reprimas.- pero las palabras de Takana no tenían el efecto deseado en el chico, solo le hacían sentir un poco mejor, mas no le calmaban.
- yo no quería lastimarlo… - Lloro Adam.- ellos dijeron que si lo hacía, no le lastimarían y nos dejarían ir. – se separó de la mujer y hablo con la cabeza gacha- yo me reusaba a hacerlo, pero entonces amenazaban a Scott, le decían que si yo no lo hacía, ellos lo harían conmigo!- lo último lo grito con dolor. Aquello llamo la atención de los mayores De Lucas y su cuñado, y los otros dos detectives, quienes se acercaron en silencio, para no alertar a Adam. La estrategia de Takana fue entonces dejarle hablar, no hacer preguntas, sino solo deja que Adam hablara lo que quisiera decir.- Scott entonces dijo que hicieran con él lo que quisieran, pero… - soltó otro sollozo – pero que me dejaran, que no me tocaran.- Takana ya no le abrazaba, ahora solo escribía en su libreta, Jordan estaba junto a Adam, sin tocarlo, para no hacerle reaccionar de mala manera.- me hicieron hacer una *felación y luego, cuando Scott termino – se detuvo y su piel cambio súbitamente de color poniéndose pálida.
-Adam… - hablo Jordan, tocándole el brazo
- creo que voy a vomitar.- dicho esto se volteo de golpe hacia donde Jordan estaba de pie, y soltó lo poco que su estómago podía soltar, bilis color transparente, Jordan grito – Traigan una enfermera!- mientras pasaba su mano por la espalda del menor, y le tendía un klenex que Takana le había dado, para limpiarle los labios.
- Adam, no tienes que seguir hablando, relájate – hablo esta vez Liam mientras entraba- Kieslaer, Takana...-
-no, Liam, vete por favor, yo… yo quiero contarlo, sacarme lo que me está matando por dentro- hablo Adam con un poco de dificultad- pero no quiero que me odies, no quiero que odies lo que tuve que hacer. – Volteo hacia Jordan – el líder, recibió una llamada y luego dio la orden y lo tiraron a un colchón, uno muy sucio y viejo- Liam seguía dentro de la habitación, sus manos se apretaban en puños que las ponían de color blanco, y apretaba los labios fuertemente.- dijo que había que acabar rápido y amenazándome con que lastimarían a Scott si no lo hacía, el, el me comenzó a tocar, para ponerme duro y luego, luego el, - solo otro quejido, Mark entro entonces a la habitación y se hecho sobre Adam, abrazándolo fuerte y esta vez Adam se soltó a llorar mucho más fuerte, causando que el resto de los presentes se tensaran, Mark lloro con su pequeño, y Liam solo salió en silencio de la habitación y se fue, en dirección a la azotea, siendo seguido por su cuñado y por el detective Hamilton.- el me metió con fuerza en Scott y el grito de dolor, como nunca le había escuchado gritar, gritaba por mi culpa, porque no fue lo suficiente fuerte para evitarlo… - Adam ocultaba su rostro en el cuello de Mark, quien solo le abrazaba sin decir nada. – Mark… - entonces se separaron un poco, y Mark le vio a su único ojo sano, el cual estaba rojo de tanto llorar- el dijo que si lo hacia todo acabaría, pero termine, y entonces el le siguió y luego, y luego se lo dejo a sus criminales y entre todos lo tomaron- volvió a llorar otra vez- y Scott ya no peleo, se rindió y ya no luchaba, yo solo podía verle a los ojos, no podía moverme…- Adam siguió llorando, Mark también e incluso Jordan, quien salió de la habitación y se fue a la sala de espera, donde se tumbó sobre un sillón y comenzó a llorar en silencio.
Su compañero le siguió y solo se sentó a su lado, y le abrazo mientras lloraba por el dolor que su amor platónico sufrió y por lo que le faltaba por sufrir. – los atraparemos Jordan, no se saldrán con la suya.- dijo Jorgen – esos malditos pagaran lo que le hicieron a los chicos.
En la habitación ya nadie hablaba, solo se escuchaba los sollozos de Adam. Un enfermero entro a la habitación y separo a los hombres, mientras el doctor Bristol mando pedir a alguien que limpiara el piso e inyectaba de nuevo una droga en la intravenosa del policía. Poco a poco, de nuevo en brazos de Mark, Adam se quedó dormido, entonces Mark le acomodo en la cama y le cubrió con la manta. Se puso de pie y cerro la ventana y la cortina. – Doctor, con tanta droga que le ha inyectado, va a causar que tarde en ponerse bien emocionalmente.- La detective takana ya había salido de la habitación, y el enfermero cambiaba el vendaje en el ojo del joven. Mark pudo ver entonces las heridas; una cortada en horizontal bajo su ojo la cual estaba unida por unas puntadas, así como en su ceja. El ojo estaba hinchado, amoratado y con sangre. Cuando el enfermero le cubrió con la gasa limpia y veía como esta se manchaba con la sangre que aún no dejaba de salir de las heridas, volvió la vista hacia el medico.- Adam puede generar una dependencia a las drogas para calmar su dolor y culpa, y eso no es algo bueno.
-Usted es médico? Señor De Lucas?- pregunto el doctor mientras anotaba algo en la tablilla de control del paciente.
- soy solo un psicólogo, doctor Bristol, pero se los factores que pueden llevar a una dependencia a los fármacos.
- cuando Eastwood despierte sin llorar, me agradecerá que le de estos fármacos- dejo la tablilla en el borde de la cama – ahora si me disculpa, tengo otros pacientes.- le tendió un klenex- límpiese los ojos señor psicólogo. – y dicho esto salió junto al enfermero.
Mark se limpió las lágrimas del rostro y tiro el pedazo de papel a la basura con algo de enojo. Acerco la silla a la cama y observo de nuevo al policía, velando por su sueño.
***
En la azotea del hospital, Liam golpeaba una pared con su mano izquierda, mientras gritaba palabra altisonantes y lloraba de rabia. Diego se movía tras él, tratando de calmarle, recibiendo contestaciones groseras y uno que otro golpe por parte de su cuñado mayor.
- pero mira que eres un cabezota!- gritaba diego- rompiéndote una mano no resolverás nada!
-Agradece que es a la pared y no a tu cara a la que golpeo! Niño rico, hijo único idiota! – respondía Liam, sabiendo que sacando a luz el que Diego era hijo único, era algo que le lastimaba, pues el abogado, siempre había deseado tener hermanos y una relación fraternal como la que los hermanos De Lucas tenían entre ellos.
-Infantil!- respondió Diego rindiéndose y tirándose al suelo, con la espalda a la pared.- si te rompes la mano no podrás romperle la cara al que planeo esto…- esto lo dijo en un tono molesto pero calmado.
El detective Hamilton solo les veía en silencio, cuidando que el hijo del comisionado no hiciera alguna locura. Finalmente, el hombre se cansó y se tendió en el suelo, con la espalda pegada a la pared, cansado de pelear con su yo interno, en un batalla por sobre qué hacer y con su mano herida y sangrando de tanto golpear el cemento. Liam suspiraba agitadamente.
- necesito de una cerveza- hablo luego de un rato de silencio.
- vamos al bar de mi hermana, no está lejos de aquí- hablo Hamilton – la casa invita.- sonrió con pena, mostrando unas pocas arrugas en su frente. Su cabello oscuro mostraba unas cuantas canas y sus manos, llenas de callos se extendían hacia los otros dos hombres. Ambos sujetaron una mano y este les ayudo a ponerse de pie. – Buena idea- dijo Diego- Mark también necesita de un descanso y los de inteligencia pueden cuidar a los chicos.
**
Luego de discutir unos segundos, por el hecho de pensar en alcohol en lugar de su hermano, Mark accedió a ir con ellos, e incluso Takana, dejando a Scott y Adam en custodia de Jorgen y Kieslaer. Este último ya estaba más calmado que cuando escucho lo sucedido de labios de Adam y ahora solo velaba el sueño de Scott, y su compañero, veía televisión en la habitación de Adam.
Luego de un rato de silencio en los pasillos, se escucharon unos tacones que se acercaban con prisa. Ambos detectives salieron al pasillo y se encontraron con una mujer de unos veintitantos, de cabello rubio tenido y vistiendo un vestido que se notaba era de diseñador.
- hola- dijo la mujer- mi nombre es Eloisse Margareth Wilde, soy novia de Adam Eastwood- la mujer no se veía tan preocupada de que su novio estuviera internado en un hospital- me dijeron que había sufrido un accidente y que está internado aquí.
- sí, así es- respondió Jayden- pero no fue un accidente, Adam fue secuestrado y tiene tres días que está en el hospital, señorita Wilde- la mujer sonrió de lado e hiso un gesto de no importancia con los hombros- bueno es que tenía unos eventos importantes a los que asistir y solo hoy pude venir, ¿dónde está? – pregunto. Jordan solo negó con el rostro mientras volvía a la habitación de Scott mientras Jayden rodaba la vista y le señalaba la habitación de la que el había salido. La mujer entonces entro, haciendo demasiado ruido con los tacones y cuando le vio en la cama, herido y vendado corrió hacia el- hay mi amor! Grito – pero mira como estas… que… Está en coma? Por qué no se mueve?- pregunto la mujer algo histérica. Jayden se masajeo un poco las sienes, la mujer no le había caído bien y su voz le estaba comenzando a causar dolor de cabeza.
-Adam está bien, solo está durmiendo, le dieron un sedante y no despertara hasta mañana.- dicho esto se acercó a la mujer para separarle un poco del policía.
-Mmm… que mal- la mujer se sento en la cama, junto al brazo de Adam y le acaricio levemente- mañana salgo a europa y no volveré hasta dentro de tres meses. – se puso de pie y tomo la mano del policía- ¿puede decirle que pase a verle y que le hablare cuando vuelva?
- qué? Oye, tu novio está en el hospital! No sabes lo que sufrió para estar aquí y ¿piensas irte?- El detective estaba perdiendo su paciencia con esa mujer. << Como puedes ser novia de este chico, si se nota que eres de la alta sociedad >> pensó Jay – tan poco te importa el chico?
- hay, no lo digas asi, que suena feo- la mujer se tumbó en la silla – solo que ya tenía planes y no los voy a cancelar.- dicho esto, se puso de pie, beso la mejilla de Adam y luego la mejilla del detective.- nos vemos detective, le traeré un recuerdo de Milán.- y salió del lugar igual que como entro.
Jordan veía a su amigo desde la puerta, con una leve sonrisa en los labios, Jayde solo le hiso una seña con el dedo de que se callara y se tumbó en la silla, echando su cabeza hacia atrás y cerrando los ojos mientras soltaba un suspiro de cansancio. – Espero y que su actitud de diva no sea lo que te enamoro Eastwood… - hablo Jay y luego de verle unos segundos y notar que aun dormía, cambio su vista hacia la televisión y puso un canal de películas donde pasaban “mi villano favorito 2”. Saco luego su celular y tecleo un mensaje que mando a su capitán y a Liam.
“la novia de Adam vino, sale de viaje a Europa y no volverá hasta dos meses”
“ enviare a alguien que la alcance en el aeropuerto y le interrogue antes de que se vaya. ¿Cuál es su nombre?” – respondió Green.
“Eloisse Margareth Wilde” – respondió Jorgen.
“De acuerdo, la investigare” – finalizo Green. Luego le llego uno de Liam.
“Es una pesada, no me agrada, no nos agrada, es mejor que se vaya y deje al chico descansar” – Jay solo rio ante su mensaje, se lo reenvió a Jordan y luego volvió a la película, ya que, aunque no lo admitiera en público, los filmes infantiles le gustaban cuando se sentía estresado o decaído.
“No sé qué hace un chico tan noble como el con una mujer asi, descansa un rato hermano, si algo sucede las maquinas nos despertaran”- fue la respuesta de Jordan, quien en ese momento, leía un libro que traía en su Tablet “el psicoanalista de John katzenbach”. Se acomodó entonces en la silla junto a su amor platónico, que aún no daba señales de querer despertar. Le acaricio la mano y la sujeto con delicadeza, y se acomodó un poco, para entonces, quedarse dormido.