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Una extraña celebración por Ya oi aiko ka

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Notas del fanfic:

Los personajes de Kuroko no basket no nos perteneces, nosotras solo somos las creadoras de esta extraña trama (? 

Notas del capitulo:

Chi : Holaaa .. bueno solo diré que espero que les guste, personalmente amé como quedó Kuroko, siento que todo quedó bien, pero Kuroko se llevó mi corazón esta vez (como siempre porque amo escribirlo). Bueno el punto es que esto está escrito con todo nuestro Kokoro(? y esperamos que lo amen ... ¡Di algo tú también!-la pica con un palito y huye- sdfghjkl

Riko: ¡Auch, no hagas eso! -le tira una piedra- EJEM, EJEM Hola! Pues como Chi-chan dijo espero que disfruten este one shot y que amen el AoKaga que tiene <3 ... Ella es malvada y solo les habló del KiKuro pero también quedó hermoso en mi opinión, nos esforzamos al máximo así que serémos felices si les gusta y no lo hacen saber con un bello comentario. Ahora me retiro -corre y se tira a un arbusto(?-

Entendía el motivo de la celebración, pero lo que no era el hecho de porqué celebraba con ellos, pasar con una media de 70 era algo bueno, pero Daiki, Kagami y Kise habían aprobado apenas. En cualquier otra situación le daría casi lo mismo, pero que su novio se conformara solo con pasar le molestaba. Además de que a esos idiotas se les había ocurrido comprar cervezas con la identificación falsa de Kise (esa odiosa identificación falsa que utilizaba tiempo atrás para ir a hoteles con chicas por lo que había generado más de una pelea entre ellos) y eso le molestaba aún más, por eso mismo comenzaba a beber pese a que no le agradara mucho el alcohol.
Taiga estaba más que feliz, al fin podría dejar de estudiar y dedicarse por completo a jugar básquet con Daiki, apenas sí había aprobado y con eso le era suficiente. Entonces expresaba su alegría-Al fin terminaron los odiosos exámenes, y lo mejor es que aprobamos- Pero claro que Kuroko eso no le agradaba, no quería que ellos, especialmente su novio Ryouta, se conformara con tan poco-Aun así deberían estudiar, apenas si pasaron-

-No seas agua fiestas, Tetsu-decía el moreno mientras abría otra lata de cerveza –

- Vamos Kurokocchi, no te preocupes, lo que importa es que pasamos ¿no? -agregaba el rubio, para después beberse una lata completa de casi un sorbo-

Lo miró y le dedicó una mirada enfurecida, de esas que decían "espero que pienses en algo para compensarme más tarde". Le molestaba que sus amigos y el rubio tuvieran esa actitud tan mediocre en los estudios y lo fastidiaba todavía más, que estuviese tomando de manera tan despreocupada.-

-¡Kise-kun!-era lo único que decía con tono brusco y algo molesto, no discutiría más. Tomaba entonces una lata y la abría, sí, estaba molesto e iba a beber para olvidar en parte su molestia.

 -Oi Kuroko... ten cuidado con lo que bebes-le decía el pelirrojo algo preocupado por el gran sorbo que daba su amigo que no acostumbraba beber. Tetsuya solo le dirigió una mirada que decía "cállate" antes de acabarse esa cerveza de otro sorbo, tomaba entonces otra lata y la abría.

-De acuerdo, bebe lo que quieras. Después no digas que no te lo advertí-

-Tetsu, si sigues tomando así vomitarás pronto, tu cuerpo no está acostumbrado al alcohol-comentó Daiki, mirando al peliceleste algo sorprendido, nunca se imaginó a un Kuroko tomando de esa manera, ni él, que era el más "experimentado" en eso, bebía de esa manera tan descontrolada.-

A Kuroko le importó poco el consejo de sus amigos, dedicándose a ignorar totalmente sus comentarios, después de todo ya sabía que seguramente eran verdad las palabras de estos. Esos: "Te vas a emborrachar, ten cuidado" "Si sigues así, vas a vomitar”. Estaba seguro que terminaría de esa forma, así que solo se dedicó a cumplir su objetivo de desaparecer de su mente todo el enojo que sentía hacia el rubio.

-Kuroko deberías dejar eso y...-las miradas furiosas que le dirigía le hacían callarse, suspiraba y pensaba que tal vez sería algo divertido, después de todo sería el problema mayormente del rubio.

-¿Qué dices? no, no te haré caso, después de todo ustedes son tres idiotas y no les obedeceré-luego miraba furioso al rubio y se le acercaba-en especial a ti. Es que, Kise-kun, no puedes conformarte solo con pasar, de verdad que te mereces juntarte con Bakagami y Ahomine. ¡¿Y que no te habías deshecho de esa identificación falsa?! Sí que son idiotas-decía aquello y acto seguido se bebía otro gran sorbo, ignorando los "Kurokocchi" del rubio, sonaba algo molesto pero le dio igual.

-¿Ah? El que se está comportando como un idiota eres tú Tetsu, ya estás borracho-le decía Aomine molesto por el comportamiento de su amigo y al parecer Kagami tampoco estaba muy feliz por la ofensa del más bajo-

-No lo estoy-contestaba y abría otra lata, no quería saber nada de nadie y en lugar de calmarse se enfurecía más-

- Aominecchi tiene razón, creo que es mejor que nos vayamos, para de tomar -se acercaba a Kuroko y le quitaba la lata de cerveza antes de que se la tomara toda y lo tomaba del brazo para ayudarlo a ponerse de pie-

-Oye Kise-kun suéltame, no tienes derecho a molestarte ¿De quién es culpa que esté bebiendo? Si no tuvieras esa actitud tan mediocre no me molestaría, me da igual lo idiotas que puedan ser Aomine-kun y Kagami-kun pero tú eres mi novio y no quiero que seas así-le quitaba su brazo de manera brusca y tomaba nuevamente la lata de cerveza para acabarla de un solo sorbo-además ¿Por qué aún tienes esa identificación? ¿Con quién te andas acostando? De seguro con alguna de esas chicas que son tus fans ¿no?-la verdad esas cosas no las creía, pero lo decía solo para buscar más pelea y excusas para regañar al rubio.

-¡Kurokocchi! Ya déjate de tonterías-molesto le intentaba hacer callar, esa acusación era algo ofensiva.

-¿Tonterías? Los únicos idiotas son ustedes, en especial tú que ni siquiera te das cuenta de las cosas que me molestan, no me jodas ahora y vete con alguna chica y tu identificación falsa, y tus mediocres calificaciones-ya no sabía bien que decir, solo repetía eso una y otra vez. Golpeaba sin mucha fuerza el pecho de Ryouta.

-¡Kuroko ya basta!-el pelirrojo afirmaba su brazo para que se detuviera, esa situación le incomodaba y se le hacía bastante molesto que le llamara idiota a cada momento-si tienes algún problema con Kise no nos involucres... ¡Y espera hasta cuando estés sobrio!-

-Tú no te metas Kagami-kun, ya te dije que no estoy ebrio.-insistía mientras continuaba bebiendo y mirando al rubio con enojo-

-¡Suficiente Kurokocchi! -lo tomaba con fuerza del brazo, le arrebataba la lata de cerveza y en un acto seguido la tiraba lejos para que no la pudiera alcanzar. Enserio estaba muy molesto y lo que más le enojaba era que generalmente las personas cuando están borrachas suelen decir todo lo que piensan en su vida cotidiana, esas cosas que no quieres que nadie se entere siempre las dices cuando estás pasado de copas. Lo que significaba... ¿Enserio Kuroko pensaba eso de él? ¿De verdad creía que era alguien infiel y mediocre? Nunca en su vida se había sentido tan fastidiado, él amaba a Tetsuya y saber que este pensaba esa clase de cosas desagradables sobre él, le dolía.

 -Por favor, ya para de decir esas cosas- dichas aquellas palabras, lo miró con enojo y determinación, más o menos preparado para las cosas horribles que seguramente le volvería a decir-

-¡Solo digo la verdad! Te conformas solo con pasar y me decepciona esa actitud mediocre, yo esperaba más de ti, solo te esfuerzas en lo que te gusta, como el básquet-avanzaba un poco y le miraba con rabia-y además tienes esa maldita identificación falsa, sé muy bien para que la utilizabas-comenzaba a golpear con los puños el pecho del rubio con poca fuerza-y la tienes pese a las discusiones que provocó entre nosotros ¿Qué quieres que piense? Eso me hace creer que no te importa discutir conmigo-alzaba aún más su voz-para lo único que te he visto esforzarte es para el básquet en secundaria, para vencer a Aomine-kun, es lo que siempre te importó, solo te esfuerzas por él-y en su mente cegada por el alcohol surgía otra idea más que absurda-¿o es que usas esa identificación para irte a un hotel con él?-

-Oi Tetsu, a mí no me metas en esto-hasta ahora solo se había callado y tragado su molestia. -Entonces aléjate de Kise-kun, tú ya tienes novio-

 -Oi, ¡que no me interesa Kise!-

-Kuroko ya basta, no nos metas a nosotros en tus estúpidas discusiones de borracho, solo deja en paz a Kise que no ha hecho nada malo-se negaba a tener a alguien así de ebrio en su casa.

-Pero es la verdad, Kise-kun-miraba ahora entre molesto y triste a su novio-¿quieres dejarme cierto? por eso te comportas así-le golpeaba nuevamente antes de abrazarse al rubio-pues bien, hazlo y vete con Aomine-kun o alguna de esas chicas, yo encontraré a alguien mejor... como Takao-kun que se parece en personalidad en algo a ti, sí, eso... Porque es igual de alegre que tú, porque sería similar a estar contigo y así estaría algo mejor…Porque sin Kise-kun no estaría bien... yo… Yo...-le miraba a los ojos y las lágrimas se agolpaban en los propios-yo no podría estar con Takao-kun ni nadie que no seas tú, por eso no lo hagas, de verdad, por favor... Kise-kun no me dejes...-y ahora se le venían todas las inseguridades, esas que jamás notaba por la presencia constante del rubio.

-¿Kurokocchi? -lo miraba molesto, herido, pero más confundido que otra cosa. Hace un momento le hablaba de mediocridad, infidelidad de esa identificación falsa que en realidad la había conservado para ingresar a hoteles con nadie más que el mismo Tetsuya, ese día la utilizó solo para comprar un poco de alcohol por aquella celebración que terminó en una pelea estúpida por las propias inseguridades de su novio borracho. En parte se sentía culpable, le hacía pensar que en realidad nunca le dejó lo suficientemente claros sus sentimientos y por eso se sentía tan dudoso respecto a él, aunque veía algo absurdas sus conclusiones de que estaba siéndole infiel con Aomine a sabiendas de que el moreno era novio de Kagami. Suspiraba y se daba por vencido ante aquellos ojos cristalinos debido a las lágrimas que caían de ellos, aunque siguiera pensando en alguna razón o estuviera molesto con él igual lo perdonaría, amaba a Kuroko. Entonces lo atrajo a su cuerpo y en un acto seguido le abrazó acariciando su cabello tratando de calmar aquel llanto.-No seas tonto Kurokocchi, te amo- susurraba y le sonreía tiernamente-

-Entonces Kise-kun ¿No ibas a dejarme? no puedes hacerlo-le miraba ya más calmado, poniéndose de puntillas sobre sus pies y así lograr mayor proximidad entre sus rostros.

-Claro que no Kurokocchi- Sentía como Ryouta estrechaba más ese abrazo, se sentía tan bien estar entre los brazos de su amor que olvidaba su molestia. Cuando el rubio se comportaba así de seguro de él mismo y le hablaba seriamente le encantaba, por eso se lanzaba a sus labios en un beso bastante breve pero que demostraba deseo-Kise-kun te amo... ¿No me has engañado cierto? y si no es así ¿Por qué conservabas esa identificación? y más importante aún, no has ido a hacerle nada de lo que a mí me haces a Aomine-kun ¿Cierto?-

-Oi, que no me metas a mí ¿y por qué crees que yo sería el pasivo? si el que se lo me...-no pudo continuar pues Taiga le golpeaba para que se callara, se sonrojaba pues sabía lo que iba a decir, además no era correcto interrumpir el momento en el que Kise calmaba a Kuroko. Sin prestarle atención a los otros dos continuaba mirando al rubio a los ojos en busca de una respuesta a esas preguntas-¿Kise-kun?-le abrazaba más para presionarle para que le respondiera.

-¡Por supuesto que no, jamás te engañaría! -respondió, sin pensarlo dos veces- La conservo porque todavía somos menores de edad...y... ¿Cómo crees que hemos entrado a los hoteles todo este tiempo? -le regresaba la pregunta algo sonrojado, estaba consiente que Aomine y Kagami estaban escuchando aquella conversación y no quería que supieran cuántas veces a la semana iba a hoteles con Kuroko a hacer el amor. -¡Y claro que no! ¿No has notado que ya no puedo siquiera jugar baloncesto con Aominecchi porque Kagamicchi se pone celoso?

-¿Es eso cierto? -le cuestionaba el moreno a Kagami, dedicándole una sonrisa pícara y victoriosa-

-¡C-Callate! -contestaba sonrojado, mirándole con fiereza-

Volteó a ver a Daiki y a Taiga y sonrió con tranquilidad para después regresar su mirada a los orbes celestes de Kuroko y mirarlo con amor -¿Vez? Te amo Kurokocchi, yo... tampoco podría vivir sin ti-dicho aquello, besaba la frente ajena y escondía su rostro en su pálido cuello-

-De... de acuerdo, no vayas a hoteles con nadie que no sea yo, de todas maneras no sé si la identificación será necesaria, ya deben conocernos bien-el alcohol le hacía perder la vergüenza, le daba exactamente lo mismo que sus amigos supieran que llevaba una vida sexual activa con su pareja.

-¡Kurokocchi!-le sorprendía la poca vergüenza de su pequeño.

-Es la verdad, vamos mucho a los hoteles... solo la semana pasada fuimos unas 4 veces...- Esa charla le incomodaba un poco, realmente no le interesaban las veces que esos dos hicieran el amor, además...

-Oi Kagami, podrías aprender de Tetsu, él si acepta hacerlo más de 2 veces a la semana-sabía que los otros estaban tan concentrados en lo suyo que no oirían eso, solo lo decía por el gusto de avergonzar al otro.

 -¡Callate!- Y la verdad era que el peli azul creía, Tetsuya comenzaba a besar al rubio de manera algo descarada, de pronto sentía muchas ganas y ni sabía por qué, le besaba de la manera más provocativa que pudiera sin importarle si les veían o no.

Era algo incómodo para el pelirrojo aquello, notaba las intenciones de Kuroko y éstas iban mucho más allá que un simple beso, más por alguna extraña razón le costaba apartar la vista de la parejita, de cierta manera deseaba besar a Daiki, sin embargo, creía que sería algo extraño y por eso mismo hablaba-Oi... ¿Qué están haciendo? Dejen...-cuando les volvía a dirigir la mirada veía como las manos del peliceleste acariciaban desesperadamente el miembro de Ryouta, quien a su vez seguía devorando los labios de su pequeño amante a la vez que masajeaba sus glúteos-¡¡Ustedes dos!!- Le resultaban algo molestas las réplicas de Taiga, por eso decidía que lo mejor y más interesante sería que les imitaran, para lo cual solo le bastaba con mirarles de manera algo burlona y desafiante y decir...-¿Qué ocurre Aomine-kun, es que aún tú y Kagami-kun no lo han hecho?-

-¿Ah? Claro que lo hacemos, como solo lo hacemos dos veces a la semana solemos hacerlo hasta el agotamiento, eso serían unas quince ron…

-¡Suficiente! -callaba al moreno y suspirando avergonzado se rendía y tomaba de la camisa a Daiki, halándolo hacía él para después besarle con ferocidad, lamiendo, mordiendo y explorando la boca del contrario.

Notaba la sorpresa del otro, la cual solo duraba unos segundos y rápidamente le correspondía el beso. No recordaba que besar a Daiki se sintiera tan bien, de esa manera que le acaloraba; era demasiado para él, la lengua del moreno recorriendo su boca le hacía sentir demasiado caliente el cuerpo, especialmente su rostro pues  estaba algo avergonzado por la presencia de sus amigos, más la vergüenza solo le encendía más, al igual que a su Amante que parecía disfrutar la situación. Sonreía un poco tras lograr su objetivo, ese par de idiotas era realmente predecibles y manipulables, el rubio notaba esa sonrisa, le susurraba sobre sus labios

-Kurokocchi es tan pervertido-y dicho eso le besaba más intensamente, iba a aprovechar esa perversión de su novio. Oía aquello y le parecía, en esos momentos, una verdad realmente obvia, le contestaba entonces-es culpa de Kise-kun por ser tan excitante, eso me hace tener ideas así-dicho aquello colaba su mano hasta tocar su erección ya formada por el descaro y poca vergüenza con que le había tocado antes-Kise-kun ya está duro aquí-lo sabía de antes pues se notaba incluso sobre su ropa interior. Comenzaba a tocarle con ahínco pues quería hacerlo, tenía unas ganas locas de hacerlo con su novio y estaba decidido a que lo haría incluso con ese par que, sabía, les habían mirado de reojo y ahora se hallaban algo sonrojados, eso le excitaba más.

Le quitaba la camisa al rubio mientras frotaba el miembro de este con agilidad, para después empezar a lamer el cuello ajeno con el objetivo de dejar varias marcas rojas que indicaran que Kise Ryouta era su propiedad y de nadie más. El pelirrojo observó las acciones de Kuroko ¿enserio planeaban hacerlo ahí con él y Daiki viéndolos? pensaba para sí mismo, cuando sintió la mano del moreno tomándolo del mentón para continuar el beso que dejaron a medias gracias a que Taiga observaba a la otra pareja.

-No te preocupes-le susurraba en el oído- después de todo, estamos haciendo lo mismo que ellos-agregó sonriendo, desabrochando el pantalón del pelirrojo-

Pese a estar consciente de lo que su novio le decía la situación le parecía extraña, ¿es que acaso hacerlo ahí, junto a otra pareja que hacía lo mismo era normal? Ciertamente no, pero al parecer era al único que le preocupaba, y notando a los otros dos tan concentrados en lo suyo decidía dejarse llevar, correspondiendo el beso de su novio y abrazándole.

-Oi Kagami, veo que te animaste-

-Solo por esta vez- Esas manos desabrochando su pantalón y luego acariciando su miembro por sobre la ropa interior le comenzaban a excitar... Sentía de pronto el aliento contrario golpear su oreja y hablarle en un susurro -Taiga, tú también tócame-y tomaba la mano del pelirrojo para llevarla a su miembro semi erecto.

Ya ni le prestaba atención a los otros, Kise estaba a poco de acabar en su mano, esos besos le enloquecían y necesitaba más, quería ser tocado también. Por eso mismo soltaba un jadeo cuando sentía la pierna ajena contra su propia erección, sabía que era una manera de provocarle, Ryouta siempre le hacía desearlo en demasía antes de poseerlo y al parecer esta no sería la excepción, gemía entonces en su oído, con una voz de súplica por más.

-Kise-kun...- Ese tono de voz y rostro sonrojado le hacían encenderse aún más. Movía su pierna para excitarle más y hacer que le dijera lo que quería... -¿Mm, Qué ocurre, Kurokocchi?-

-Q-Quiero tener a Kise-kun dentro de mí -respondía mirando al rubio sonrojado pero sin sentir vergüenza, el alcohol había sacado su lado más erótico haciendo que perdiera totalmente aquella forma de ser suya, tan neutral e inexpresiva.

Obedecía al moreno y frotaba el miembro contrario lentamente mientras ambos se concentraban en besarse, acariciarse y susurrarse maldiciones, obscenidades y uno que otro "te amo" que les hacía sentirse realmente felices.

Conforme los besos continuaban la necesidad de llegar a más aumentaba, en esos momentos sentía que todo lo que hacían era, por sobre todo, algo demasiado extraño y lujurioso. Sentía como el moreno comenzaba a bajar y dejaba besos en su cuello, eso solo le provocaba más y de pronto salía de su garganta un gemido que lograba encender aún más a Daiki. Sin dejar de estimular al peli azul se desesperaba un poco por las ansias de continuar.

Oír a Kuroko decirle aquello sin pena alguna le hacía morderse el labio, le besaba nuevamente de una manera posesiva.

-Kurokocchi está demasiado ansioso. El tono travieso con que le decía el rubio aquello solo conseguía desesperarlo más, jamás había tenido tantas ganas como ese día y ambos lo sabían, por eso mismo era que el otro se aprovechaba y le hacía decir esas cosas tan vergonzosas. Los gemidos roncos que emitía el otro ante lo que le hacía le ponían aún más, entonces decía unas palabras antes de detenerse. -Kise-kun es muy malo, sabe lo mucho que quiero tenerlo dentro de mí y me hace esperar-se arrodillaba y, dejado un "inocente" beso en el glande del rubio, agregaba algo más mientras le dirigía una mirada llena de deseo y tomaba aquella erección entre sus manos-pero lo haré sentir mejor, tal vez así me quiera compensar y me de lo que tanto quiero-


Masajeaba las nalgas contrarias mientras continuaba dejando esos mordiscos y besos en la piel ajena que seguramente dejarían marcas que durarían días. Notó que además de excitado, Kagami estaba avergonzado, era obvio el porqué, a él en lo personal le daba igual de hecho, hasta le excitaba más, pero quería que el pelirrojo estuviera cómodo cuando lo hacían. Así que lo sostuvo con fuerza y lo alzó para llevarlo con él a su habitación.

Veía a los otros irse pero no tenía tiempo ni para pensar en aquello pues sentía la boca en su miembro, esa caliente lengua moverse con habilidad hasta hacerle soltar roncos gemidos. A Kuroko los sonidos emitidos por el rubio le encendían más, por eso mismo lo estimulaba con más ahínco. Luego de no mucho rato, más que nada por haberle masturbado antes, sentía como la erección de Kise se hincaba y palpitaba en su boca, tras aquello su blanca esencia se iba directo a su garganta y la tragaba gustoso. Se ponía de pie y frente al rostro de placer de su novio se relamía de los labios los restos del semen, dejaba un casto beso sobre sus labios y mientras los mismos se rozaban susurraba algo.

 -Ahora que Aomine-kun y Kagami-kun no están no tendré que contenerme-le indicaba, sin palabras, que se movieran al sofá. Una vez en éste lo empujaba con suavidad y una vez ubicado sobre él, con una pierna a cada lado de las caderas de su amante, le susurraba eróticamente en el oído-creo, Kise-kun, que me gané mi recompensa-acto seguido se enderezaba para quitarse en cuestión de segundos la ropa hasta quedar sin nada puesto. Movía sus caderas desvergonzadamente y su ya dolorosa erección se rozaba de manera deliciosa contra la de su novio, pero claro que aún no era suficiente y la necesidad de tenerle dentro era mayor; lamía dos se sus dedos de la manera más pornográfica que podía y se deleitaba con la mirada penetrante y lujuriosa que Ryouta le dirigía, le encantaba que le viera con deseo, tras aquello comenzaba a prepararse para el momento que tanto ansiaba.

Relamía sus labios, en respuesta a las palabras dichas por Kuroko recientemente. Estaba más que excitado, aquellas expresiones de lujuria del peliceleste le tenían al borde de la locura, esos movimientos -sorprendente mente ágiles como para estar ebrio- y llenos de sensualidad le encantaban, se incorporaba un poco al sofá para después meter su dedo índice -el cual ya había sido lubricado por la saliva de Tetsuya- en la entrada del más pequeño haciendo que soltara un gemido fuerte, lleno de placer. -Sube más las caderas- ordenaba gentilmente, mirándole con seguridad y amor-

Ese dedo dentro suyo se sentía mejor de lo que recordaba, de una manera casi inconsciente le obedecía, elevando lo necesario sus caderas para poder hacer el proceso más llevadero y rápido, ansiaba recordar la sensación del miembro de Kise en su interior. Se movía un poco al compás de ese dedo, sus labios besaban una y otra vez los del rubio, utilizaba su lengua mucho más que otras veces y algo de saliva se escapaba.

–Kise-kun… otro… mete otro–le decía casi en una súplica, sentía que esa noche ardía en deseo y que aquello le agradaba a su novio. Este le obedecía rápidamente y gemía un poco más alto que el anterior, la sensación de esos dedos hurgando en su interior le hacían enloquecer y necesitar desesperadamente hacer el amor con Ryouta. Cuando iba a meter el tercero sabía que no sería capaz de esperar más, por eso mismo se levantaba un poco más —Kise-kun, sácalos–le ordenaba con una desconocida lujuria, más que la que ya había demostrado. Relamiendo sus labios se ubicaba sobre la erección contraria y suspiraba nada más sentirla rozar su entrada, comenzaba a bajar, primero de manera lenta y una vez entraba un poco se dejaba caer, gimiendo a un volumen considerablemente alto (que probablemente sus amigos alcanzarían a oír sin mucho esfuerzo) y sus ojos se humedecían por puro placer. Su rostro era uno de goce total, mucho más que en otras ocasiones que lucía excitado y avergonzado, esta vez-culpa del alcohol-la vergüenza la había perdido y solo quedaba su lado lujurioso, cosa que se demostraba en su expresión

En lo que Kuroko se movía, Kise le ayudaba sosteniendo las caderas contrarias, marcando un ritmo considerablemente rápido. Cada vez que el ritmo aumentaba, los gemidos de ambos lo hacían, sus respiraciones aumentaban cada vez más debido a la agitación, el sudor caía por la piel de ambos. El rubio podía ver la cara de Kuroko, la hermosa vista que tenía no le engañaba, estaba a punto de venirse, ahora movía sus caderas al mismo ritmo en que Kuroko lo hacía, frotaba el miembro contrario para ayudarlo a llegar al orgasmo. -Tetsuya- Pronunciaba su nombre y luego de sus labios, salía un "te amo" uno dicho con amor, excitación y sensualidad.

Oír su nombre en labios del rubio en cualquier otro momento le hubiera avergonzado, ahora solo le hacía sentir más excitado por esa confianza que se tenían, bajaba a besarle sin disminuir la velocidad de sus movimientos. Gemidos de diferentes tonos nacían en su garganta para ahogarse en la boca del rubio, entre estos decía cosas que jamás era capaz de decir-pero sí pensaba-mientras lo hacían; unas cuantas veces “Ryouta”, “más”, “se siente rico” o incluso fue capaz de decir algo como “me encanta tenerte dentro”, pero decir eso le encantaba pues las expresiones del rubio se volvían cada vez más sorprendidas y lujuriosas, le hacían calentarse incluso más y querer ir a una mayor velocidad, ser penetrado con mayor potencia y más profundamente, a ese paso no le bastaría hacerlo solo una vez ni dos o tres, sería capaz de hacerlo toda la noche sin descanso alguno y juraría que no le sería suficiente.

Sintiendo el miembro de Kise golpear aquel punto en su interior que se sentía verdaderamente delicioso y las grandes manos sobre su piel se desesperaba aún más, sentía que no duraría mucho más; eso le generaba la contradicción de querer alcanzar pronto el orgasmo a la vez que deseaba que ese momento jamás acabara. Su mente y cuerpo se veían cada vez más sumidos en el placer, se esforzaba en sus movimientos y le besaba con ganas, de cuando en cuando se separaba para respirar y lamer ese cuello lleno de marcas que le enorgullecían e indicaban como el rubio le pertenecía solo a él.

 –Ryouta… me… me siento tan bien–decía jadeante–te amo, Ryouta te amo tanto…–expresaba sus palabras de amor y lujuria sin pensarlo dos veces, solo las decía y ya, no le importaba nada más que él y Kise, el hacer el amor con su pareja. Todas esas intensas sensaciones eran tan exquisitas que estaba por llegar al final, Ryouta también y lo sabía, sentía aquel miembro palpitante en su interior, gemía a gran volumen a la vez que una de esas profundas estocadas daba en el lugar que mejor se sentía y luego ver la expresión del otro en el mismo instante en que su interior era inundado. Para Kuroko tantas placenteras sensaciones eran más de lo que su cuerpo-que sentía arder- podía soportar, una corriente eléctrica le recorría por completo y se corría entre ambos, escondiendo agotadísimo su rostro en el cuello ajeno e intentando normalizar su respiración. Sin conseguirlo le decía unas palabras en un tono de voz notablemente satisfecho–Te amo, Kise-kun, eso se sintió genial–hacía una breve pausa–pero no creas que fue suficiente–

–Kurokocchi, es insaciable–le hacía mirar hacia arriba y besaba sus labios–pero yo lo complaceré toda la noche si es lo que desea, solo deja que descanse un poco–

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Ya en la habitación del pelirrojo, lo tiraba a la cama con poca delicadeza -algo bastante normal en él- y se quitaba toda la ropa, haciéndole lo mismo a Kagami quedándose los dos totalmente desnudos. Se acomodaba encima de Taiga y le abría las piernas, quería penetrarlo en ese mismo momento hasta saciar toda esa increíble excitación y aliviar esa dolorosa erección que tanto él como Kagami tenían, pero como siempre, el más bajo siempre sacaba su lado "amable" y por consideración no lo hacía. Ya cómodos en la cama se comunicaban con sus miradas, estaban de alguna manera "aliviados" porque no se sentían observados mientras hacían el amor, aquello les tranquilizaba de alguna manera, más al pelirrojo que era el que estaba más avergonzado en esa situación (aunque al final se haya dejado llevar).
Por fin, después de unos minutos volvieron a juntar sus labios en un beso apasionado y lleno de lujuria, con ese ligero sabor a alcohol que los dos tenían debido a las cervezas que se habían tomado no hacía mucho. Mientras se besaban, Aomine embestía por encima de la erección contraria haciendo que gemidos roncos y agudos escaparan de la boca de Taiga.

Kagami por su parte solo se quedaba quieto bajo el cuerpo del moreno, tomaba con ambas manos el rostro de éste, sentir como sus miembros se rozaban era increíblemente placentero, de manera inconsciente movía sus caderas debido a lo mucho que gozaba en ese instante. Se sentía mucho más atrevido que en otras ocasiones-más que nada por la confianza de estar solo ellos dos en la habitación- y por eso mismo no intentaba ocultar el placer que en sus jadeos quedaba al descubierto. Sus manos viajaban a la espalda ajena, quería abrazarle y sentir su cuerpo junto al otro, una vez logrado aquello sentía que su temperatura aumentaba, el calor que ambos irradiaban le hacía gemir más alto, se sentía bien, increíblemente bien.

 –Ao… Aomine–sabía que aquel estímulo les estaba llevando rápidamente a correrse, pero también sabía que aquello no sería suficiente para ninguno de los dos–voy a…–y no mucho después alcanzaba el orgasmo-el primero y no único de esa noche- para luego notar como el moreno culminaba también. Sus labios eran aprisionados nuevamente sin darle tiempo para descansar, el peliazul no iba a esperar si se sentía tan excitado, correspondía entonces y abría más la boca cuando éste le pedía que lamiera sus dedos, los succionaba con ahínco para provocarle más y su saliva los humedecía rápidamente, sabía el porqué de esa petición al igual que si no se preocupaba de que quedaran con bastante saliva quien más sufriría-el único a decir verdad-sería él.

Al sentir sus dedos bien lubricados introducía dos de sus dedos automáticamente, haciendo que el pelirrojo gimiera y se quejara del dolor. La preparación fue mínima, así como mismo Kagami sintió aquellos dos dedos moverse en forma de tijeras por un par de minutos, pudo sentir cuando salieron en ese corto transcurso de tiempo. Miró a Daiki un poco asustado porque ya tenía más o menos una idea de lo que pensaba hacer.

-¡Ahomine! ¿¡Enserio piensas...!?-antes de que pudiera terminar de formular la pregunta, Daiki lo penetró con fuerza-¡AAAHHG! -Dejó escapar un grito de dolor, junto con algunas lágrimas que salieron solas debido al dolor- ¿¡Acaso eres estúpido!? -regañó-¡Eso doli..! Mmm -y de nuevo, antes que pudiera terminar la frase Aomine le interrumpía de nuevo, esta vez robándose un beso, posesivo, y lleno de lujuria.

Le molestaba escuchar aquellas quejas del pelirrojo, sabía que tenía razón pero sus ganas le estaban dominando y su erección ya dolía, por lo que si le decía esas cosas le haría sentir culpable y no quería tener que aguantarse. De todas maneras se quedó quieto para no causarle más daño, mientras se entretenía besándole intensamente. Aquellos besos calmaban un poco su enfado, tampoco es como si pudiera hacer mucho pues quería hacerlo, solo le hubiera gustado ser preparado un poco más. Su lengua comenzaba a darle pelea a la ajena para distraerse, relajarse y de esa manera no sentir dolor cuando el otro continuara-sabía que en poco tiempo Daiki se movería estuviera listo o no-y tras acostumbrarse un poco soltaba un leve gemido, grave error pues aún sentía un ligero dolor. Comenzaba a moverse tras oír eso, a Taiga le dolía aún, le abrazaba y enterraba las uñas en la espalda para ver si se detenía unos segundos más.

–Oye… Ahomine… Ahg… Espera…–al ver que el otro no paraba solo le abrazaba fuertemente y cerraba sus ojos, al hacerlo algunas lágrimas salían de estos. Solo deseaba acostumbrarse pronto para poder disfrutar el momento.

-D...Dai...ki -el ritmo en que el moreno lo embestía aumentaba y las lágrimas no paraban de salir, enserio estaba llorando, por el dolor y por no sentirse capaz de soportar aquello; quería sentirse bien, ese placer y ese amor los deseaba experimentar con el peliazul, sintió a moreno parar un momento, le miraba con ojos de culpa.

-Lo siento- se disculpaba y secaba las lágrimas ajenas para después darle un tierno beso en la frente, avísame cuando estés listo-decía por fin y esperaba a que el pelirrojo de dijera algo, por mientras; lamía cada rincón de su cuerpo y se aseguraba de dejar marcas en cada parte, saboreaba sus pezones para hacerlo olvidar un poco el dolor, ya volvía a soltar gemidos de placer y dejaba de aferrarse a su espalda.
-Y-Ya -recitó, escondiéndose en el cuello del moreno- Al escuchar las palabras de Taiga, comenzó de nuevo a penetrarlo, esta vez con más delicadeza, por mientras lo besaba con pasión y a medida que aumentaba el ritmo, sentía al excitado Kagami aferrarse a su espalda y susurrándole en el oído por más.

Se oía a sí mismo gemir en el oído de Daiki, ahora sí se sentía a gusto y las penetraciones le resultaban por sobre todo placenteras y quería más. Subía la voz sin poder bajarla, eso era demasiado placentero y le llamaba entre jadeos desesperados y amorosos-Daiki... Ah... Daiki, te... te amo-sus dedos se enredaban en los cabellos azules de su novio y repartía cortos besos en sus labios sin ser capaz de hacer mucho más por estar tan sumido en el placer.

-Yo también te amo, Taiga -correspondía aquellas palabras y besaba un poco más los labios contrarios, para después empezar a masturbar el miembro del pelirrojo, haciéndolo gemir con más fuerza.

-M-Más... mmh ... más... rápido... ah ...-pedía aquello sabiendo lo que significaban para el moreno esas dos palabras, sin duda esta vez no se contendría y el pelirrojo estaba seguro que sería así, pero él tampoco lo soportaba más, ya quería librarse de esa dolorosa erección y deseaba sentir a Daiki mucho más.
El peliazul cumplía su petición y aumentaba el ritmo de las embestidas cada vez más mientras frotaba su miembro al ritmo de estas-

Si de por sí el tener a su novio embistiéndole de esa manera le hacía sumergirse en placer, si tocaba su miembro de esa manera le hacía perder la cordura, era demasiado para él. Hacía tan poco lloraba de dolor y ahora esas lágrimas eran de puro placer, cada vez que era besado una parte de la poca consciencia que le quedaba se iba, al igual que cuando la erección del moreno golpeaba bien profundo en su interior de manera deliciosa. Sentía que no duraría mucho más y al parecer Daiki tampoco, sus manos se aferraban ahora a las sábanas por desesperación ya que no sabía bien que hacer, el goce que sentía era demasiado como para pensar en aquello, solo sentía y era como si su cuerpo hubiera sido despojado de su mente, ahora solo existía el placer y esas emociones que solo nacían cuando hacían el amor.

Después de darle unas cuantas estocadas más, encontró aquel punto que hacía al pelirrojo enloquecer, los gemidos pasaron a ser aún más obscenos llenos de deseo, le pedía al moreno más, no quería que se acabara aquello, se sentía tan bien. Pero sin duda ya estaba en su límite y no soportaría mucho más.

-¡M-Me voy a... mmh ...D-Daiki! -avisó, y dejó escapar aquel líquido espeso y caliente en los vientres de ambos y el moreno tampoco resistió mucho más, corriéndose en el interior contrario llenando al pelirrojo de su esencia.

Observaba el rostro agotado pero satisfecho de Taiga, se veía tan hermoso y sensual que le daban ganas de hacerlo otra vez, pero sabía que no sería buena idea continuar por ahora, de seguro que al pelirrojo le dolía y no quería presionarlo pues aquello era su culpa. Le besaba la frente y lo abrazaba hasta que se dormía, quería dormirse también pero se sentía algo incómodo estando sucio, se levantaba e iba en busca de algún pañuelo para limpiarse, también limpiaba con el mayor cuidado que podía, y adoración, el vientre ajeno. Tras dejar algo más limpio al otro, recogía su ropa interior y pantalones de entre la ropa esparcida por el suelo y con toda confianza sacaba de los cajones de Taiga alguna camiseta e incluso unos bóxeres limpios, después de todo la talla de sus ropas eran las mismas. Quería bañarse y con eso en mente salía de la habitación directo al baño, caminaba torpemente y al llegar a donde estaban antes, su pie golpeaba la lata de cerveza que recordaba Kise le había arrebatado a Kuroko, la observaba por unos segundos y al levantar su vista lograba verlos, en el suelo las ropas estaban por todas partes. Ambos estaban desnudos, el peli celeste abrazaba al rubio y le decía algunas palabras.

–Kise-kun, no te duermas…–

–Kurokocchi estoy muy cansado, por favor déjame dormir, te juro que mañana continuamos pero ahora no puedo más–

 –Pero yo sí, Kise-kun, solo una vez más…–

 –Kurokocchi…–su tono dejaba ver su cansancio y aflicción, realmente lo haría otra vez, pero estaba muy cansado y no le gustaba darle una respuesta negativa a alguna petición de su pequeño novio, pero en verdad no era capaz de cumplirle esta vez.

–De acuerdo, pero más te vale compensarme–

–Por supuesto que lo haré–con sus últimas energías le abrazaba y besaba su cabellera celeste.

Decidía no interrumpirlos, en parte porque no correspondía pero principalmente porque le resultaría incómodo, claro que solo a él pues Ryouta ya se había dormido y Tetsuya carecía de vergüenza en esos momentos.

Tomaba el camino más largo y pasaba por otra habitación al baño, ya quería volver para dormirse abrazando a su amado Taiga.

Fin.

Notas finales:

Chi: Fin~ Espero que hayan amado a Kuroko tanto como yo o Kise~ Y si no les robaré los órganos para luego venderlos en el mercado negro...(? Bueno, ahora hablando seriamente, espero que les gustara, cualquier cosa que nos digan y que de seguro estaremos subiendo más KiKuro y AoKaga <3

Riko: Ta da(? Amen el AoKaga con todo el kokoro(? también espero les haya gustado de principio a fin el fic y...y... amaran a Taiga de uke sexy de Aomine 34fnke <3

Chi y Riko : Sayo~ -huyen gaymente juntas-


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