Tras aquel beso, Sanji levantó a Zoro, quedando ambos de pie, y Zoro observó por primera vez la habitación donde se encontraban. Era un cuarto pequeño, iluminado por unos candelabros colocados sobre una mesa de madera donde se encontraban distintos útiles para el espectáculo, incluyendo vestimenta. Un pequeño espejo se hallaba encima de la mesa, a ambos lados habían viejas perchas para la ropa. En definitiva, era una habitación bastante sencilla.
-Disculpe por lo de antes- dijo Zoro con la cara completamente avergonzada.
-No tiene porque disculparse, lo hecho, hecho está y nada más puede cambiarlo. Además, no tiene nada de malo-digo Sanji ante un Zoro perplejo por esas palabras.
-Ya es hora de que vuelva con mis compañeros, quizás estén preocupados por mí-se atrevió a decir Zoro con los labios temblados.
-Si me permite decirlo, creo que sus compañeros se encuentran muy bien atendidos con nuestro servicio de camareras y quizás no se acuerden de usted-dijo Sanji con cierto tono de risita maliciosa.
-Bueno... entonces me imagino que están bien y yo también lo estoy, pero aún así- no término Zoro de acabar la frase cuando Sanji se aventuró a besarle.
-No te preocupes-confortaba Sanji a Zoro. No hemos hecho nada malo, además no ha sido a propósito, fue un accidente fortuito.
-Ya se como paso, no necesito que me lo digas, estabas aquí-respondió Zoro con cierto tono malhumorado en el rostro. Pero no entiendo, ¿como que no es nadad malo?, ¿ te parece bien que dos hombres se besen?
-¿Cuál es el problema para ti? ¿te resulta demasiado incómodo?-pregunta Sanji dirigiéndose hacia un Zoro bastante desconcertado.
-Pues claro que me resulta un gran problema, no me parece normal que tal y como vivimos hoy en sociedad sea normal que dos hombres se besen, y menos que lo acepten-contesta el hombre de cabello verde. No puedo entender como puedes reaccionar así y tomártelo tan liberalmente.
-Menos lo puedo entender yo-contesta el rubio sucumbido por las palabras tan desconcertantes del “Cap de Molsa”. ¿Es que tú no has visto tu cara de excitación en ese momento?No puedes pensar y sentir cosas diferentes.
-¡¡¡QUE!!! Yo no estaba para nada excitado, como puedes estar diciendo eso. Fue solo que se levantó por si sola, no tiene nada que ver contigo-contesta un Zoro avergonzado por las palabras del rubio.
-Y que tiene eso de diferencia con lo que acabo de decir. Se te levantó porque te encontrabas completamente excitado y punto-dice Sanji con un cierto tono de malicia, pero cansado de la actitud que mostraba Zoro.
-¡N O!, no-contesta Zoro rotundamente.
En ese mismo instante, Sanji que ya estaba harto de la constante negación que mostraba Zoro, decidió ir más lejos. Le cogió el miembro desde encima del pantalón, ante un Zoro atónito. Lo movía con gran suavidad y sensualidad, pero con el ritmo perfecto con el que provocaba una gran excitación al de cabellos verdes, que aún no se había relajado desde el beso anterior. La estimulación fue mucho más rápida por este mismo motivo. Los gemidos de Zoro solamente se notaban a través de los gestos en su rostro ya que procuraba no hacer ningún ruido ni señal de placer ante el rubio. Sin embargo, su respiración fue cada vez más exagerada y agilizada.
Sanji, a pesar de los esfuerzos de Zoro para no pronunciar ningún rastro de excitación, había notado como el compañero se estaba conteniendo fuertemente. De repente, Sanji mostró en su rostro una risa malvado con ciertos fines ante un Zoro asustado. Sanji se acercó al pantalón de Zoro, posicionando su boca sobre el miembro erecto de este. El rubio comenzó a lamer toda aquella zona desde fuera del pantalón produciendo sensaciones inimaginables en su acompañante.
El de cabellos verdosos no podía aguantar tal excitación por mucho más tiempo, estaba a punto de correrse a causa del rubio. Cuando Sanji notó que el pene del otro estaba bastante estimulado y a punto de correrse, decidió castigarle por la mala actitud que había tenido antes. De repente paró de lamer el miembro de Zoro y se apartó de él. El otro estaba perplejo sobre como reaccionó Sanji. No podía creer lo que acababa de hacer, y no era por excitarse con un hombre, sino que le hallan dejado así.
-Bueno, creo que es mejor dejarlo tal y como está, antes de que ocurra algo que tú no quieres-dice Sanji frente a Zoro. Además, te recuerdo que tú has dicho que no te excito.
-Estoy harto de ti y de tus juegos para atrapar a las personas-dijo Zoro enfadado por como estaba actuando Sanji. Me marchó.
Zoro se levantó y se acercó hacia la puerta de aquella pequeña habitación. Sin embargo, antes de que el otro se marchara, Sanji le cogió del brazo, lo acercó y le besó. Tras unos segundo de beso apasionado(aunque cierto hombre verde no lo quiera reconocer aún) se separaron y Zoro salió por la puerta. Sanji miró hacia ella suspirando y aliviado a la vez.
-Espero que podamos vernos pronto, Zoro- dice Sanji cuando el otro ya estaba fuera y no le podía escuchar.
Zoro caminaba por el pasillo hacia el Sunny Hall donde se encontraban sus dos amigos un tanto ocupados. Caminando aún se encontraba erecto a pesar de que se le estaba pasando por el enfado que tenía, aunque en realidad no fuera enfado. Tras llegar a aquél humilde salón, se acercó a la mesa donde aún estaban sentados sus compañeros.
-Yo me voy de aquí-dijo Zoro rotundamente.
-¿Pero que estás diciendo ahora? Se te ha subido demasiado el sake a la cabeza.-contesta Johnny un poco aturdido.
-Ahora que demonios te pasa a ti, con lo bien que nos lo estábamos pasando, vienes tú y nos ahogas la fiesta-dice Yosaku enfadado con Zoro por querer irse.
-Yo me voy ya, quedaos vosotros si queréis- dijo Zoro de camino ya hacia la pequeña puerta hacia la superficie.
Shakky, que se encontraba en la barra preparando unas bebidas, vio como Zoro se estaba yendo del salón y observó como aún estaba excitado y malhumorado. En ese momento comprendió todo lo que había pasado, miró a Zoro y le guiño el ojo riéndose. El otro solo se avergonzó más, hundió la cabeza de enfado y placer y salió de aquel lugar.