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Renacer por Haru19

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Notas del capitulo:

Shingeki no Kyojin y todos sus personajes no me pertenece, son de su respectivo autor Hajime Isayama.

 

 

Este no sería un día como los otros. Hoy comenzaba una nueva vida, más bien, un nuevo trabajo. Con conocimiento amplio en todas las áreas sobre todo en idiomas, varios estudios y reconocimientos, estaba capacitado para varias labores. Con todo ello, llegaría a dar clases a una de las escuelas más prestigiosas  de Austria. Su nombre, Rivaille Ackerman. Nació en Francia, de sus padres no sabía nada  ya que fue dado en adopción apenas era un bebe.

 

Había llegado hace unos días a Austria, se instaló en un departamento ubicado estratégicamente cerca de todo transporte que le facilitara el traslado pero manteniendo distancia del centro de la ciudad. Ya había estado anteriormente en la ciudad por lo cual no le sería difícil ubicarse. Un viejo amigo le había pedido que viniera a trabajar en la escuela donde él era director. Debido a la renuncia de un profesor y lo escaso que son los que cumplan con la exigencia de la escuela lo llamo. En un comienzo Rivaille se negó rotundamente, trabajar con niños y tener además que trasladarse no era una idea que le agradara. Pero bajo la presión diaria que su amigo le otorgaba opto por aceptar antes de seguir tolerándolo.

 

Esa mañana debía presentarse al establecimiento para hablar los detalles de lo que sería su próximo trabajo con su amigo. Se vistió elegantemente como solía hacerlo, traje negro, con una corbata bien atada color gris pálido. El departamento continuaba con algunas cajas sin guardar, debido a la cantidad de cosa que traía consigo y los trámites correspondientes que tuvo que hacer, no había terminado de ordenar, de lo contrario, ya habría terminado. Una vez listo salió de su departamento.

 

La escuela no quedaba muy lejos de su departamento, además le favorecía el transporte cercano. Tomo un bus que lo dejo en el recinto en menos treinta minutos. La escuela tenía el nombre de  “Lyceum Trost” y a simple vista se veía enorme, de hecho, si no tuviera indicado que es una escuela, cualquiera pensaría que es un castillo modernizado debido a su arquitectura. Al entrar no sabía por dónde quedaría la entrada que le serviría, eran tantas entradas que no tenía idea por donde era.

 

-Disculpe, si busca la entrada es la primera a la derecha.

 

Una voz lo interrumpió de sus pensamientos y giro en dirección de dónde provenía. Una mujer de pelo color miel, estatura media y de unos 25 años le había hablado.

 

-¿Sabes si esa entrada me llevara a la oficina del director? –Le pregunto a la muchacha-

-Oh si claro, te encontraras con una escalera y debes subir hasta el 4to piso, allí encontraras una puerta que indica que es la oficina.-le respondió-

-Gracias por tu ayuda.

 

Se dirigió a la dirección señalada por la mujer y no tardó en llegar a la oficina. No se molestó en tocar, entro con toda confianza y lo vio sentado lleno de papeles. Pero en cuanto se percató de la presencia de Rivaille dejo todo de lado y se levantó.

 

-Levi! –se dirigió hacia el pelinegro dándole un abrazo- Que alegría verte, no te esperaba tan temprano!

-No cambias Erwin-dijo mientras forcejeaba para liberarse del abrazo-

-Tu tampoco cambias Levi, a pesar de que no te veo hace años me rechazas-respondió-

-No te pongas dramático, han sido solo 4 años.

-Bueno, bueno-dijo entre risas-

 

Se sentaron a conversar, Erwin le hablo de muchas cosas que habían ocurrido estos 4 años y también recordaba tiempos antiguos de ambos. Pero en ningún momento le hablo del trabajo.

 

-Sé que puedes pasar un día entero hablando sobre tus cosas, pero debo volver a ordenar lo poco que me queda a mi departamento.-lo interrumpió el pelinegro mientras este le hablaba-

-Siempre tan apurado…-suspiro el rubio- Bien, pues como ya te había adelantado antes por teléfono, necesito a un profesor, y nadie mejor que tú para el trabajo. Necesito que enseñes francés y también Historia.

-La cantidad no importa, pero dime, ¿Cómo son los mocosos de esta escuela?

-Es algo que tú tendrás que averiguar.

-Con eso no me das esperanzas Erwin.

-Jaja, no es nada fuera de lo normal. Tengo tus papeles listos para que le eches un vistazo y también si gustas puedes pasar a conocer tu sala de clases.-le dijo extendiéndole una carpeta-

-Sí creo que será lo correcto, bueno si no tienes más que decir iré a dar una vuelta.

-Ah, una cosa más. Hanji también trabaja aquí, es la enfermera si gustas también pued…

-No, así está bien.-le corto antes de que continuara y se levantó dirigiéndose a la puerta- Gracias por los papeles me asegurare de leerlos.

-Empezamos pasado mañana las clases Levi.

-Aquí estaré.-dijo retirándose de allí-

 

Al salir de la oficina se dirigió al salón donde daría clases, los pasillos de la escuela eran bastante amplios con decoraciones al estilo medieval. Llego al salón donde daría clases y entró. El salón era bastante amplio, un mesón de madera  ubicado al frente de todos los demás asientos y detrás de este un pizarrón a tiza. Y, al costado una gran ventana que recorría toda la pared, permitía ver el amplio cielo sobre esa ciudad. Levi se quedaba observando muy a menudo el cielo, al hacerlo sentía un calor dentro suyo pero que a la vez era acompañado de una agonía, un sentimiento agridulce que ni el mismo conocía su significado.

 

Luego de haber comprobado todo para su llegada a la escuela, se fue a buscar algún lugar donde comer. No le gustaba la comida rápida por lo que encontró el lugar perfecto para comer algo, una café biblioteca. Paso gran parte del día allí, leer era algo que le apasionaba, no se dio cuenta cuando comenzó a oscurecer. Debía volver para ordenar rápido todo el desorden que aun tenia. Al llegar a su departamento ya no quedaba mucha luz del día, así que encendió las luces y al entrar se sacó los zapatos. Era una manía del sacarse los zapatos antes de entrar, obviamente siempre lo hizo con los demás también. Tenía un serio problema con el tema de bacterias y gérmenes. Se dirigió a su habitación a cambiarse, colgó su traje y para ordenar se puso un pantalón de buzo y una camiseta en cuello en v que resaltaba su trabajado torso. Se había cambiado recién y escucho un ruido proveniente de la cocina. “¿Abre dejado algo mal puesto?”, se preguntó y se dirigió a verificar. Al llegar encontró todo en su lugar, nada se había caído, nada fuera de lo normal.

 

-Al fin te encuentro…Levi

 

La voz a su espalda lo estremeció, se giró rápidamente encontrándose con un mocoso de pelo castaño, vestido de manera muy extraña y no más de 16 años. Sin pensarlo dos veces se abalanzo sobre el primer objeto punzante que encontró y apunto al chico amenazándolo.

 

-¡¿Cómo mierda entraste aquí mocoso?!-dijo mientras lo apuntaba con el cuchillo-

-No espera! No te hare daño!

-¿Quién eres y como sabes mi nombre? Te doy segundos para que te largues de aquí de lo contrario eso lo veras en tu cuello.

-Escúchame por favor Rivaille!-dijo el castaño-

 

Escuchar nuevamente su nombre lo impulso abalanzarse sobre el chico buscando herirle el rostro, pero antes de que se diera cuenta, él y el cuchillo habían pasado de largo. “¿Se movió?, imposible no puede ser tan rápido”, pensó y dio la vuelta para atacar nuevamente pero esta vez, la espalda. Esta vez era obvio, su mano traspasaba el cuerpo del menor como si no hubiera nada allí, un escalofríos recorrió el cuerpo de Rivialle quedando petrificado en esa posición.

 

-… ¡¿Qué carajo…!?-dijo en un grito ahogado-

-RIvaille por favor escúchame- el chico giro hacia él, haciendo que se sobresaltara-

-¿Qué demonios es esto...? ¿Qué mierda eres?

-¿No me recuerdas…?

-…?

-Soy Eren, Eren Jaeger, te he estado esperando todo este tiempo Rivaille.


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