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Renacer por Haru19

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Rivaille:

 

 

Llevábamos un año en una relación. Un año donde también ocurrieron varias cosas en la guerra y con él. La situación parecía empeorar cada día más, todos podían ser enemigos, su vida estaba en juego cada día y el misterio de los Titanes se asomaba lentamente y eso significa un gran riesgo. Justo cuando logramos recobrar cierta calma en el asunto, la tormenta se aseguró de no abandonarnos a ambos.

 

Eren había comenzado a tener extrañas visiones con mayor frecuencia, su salud se volvió extraña, habían días en los cuales presentaba síntomas muy extraños y cuando se le revisaba no se encontraba ningún problema. A veces perdía el control de su humanidad de tal manera que hasta yo no sabía qué hacer, después de un rato Eren volvía a ser el de siempre y se asustaba al no saber que había hecho.

 

Debido a lo repetitivo que se volvió la situación,  Hanji tomo la responsabilidad de hacerle una variedad de exámenes y experimentos para encontrar el origen de todo esto. Sin embargo a través de ellos, lo único de lo que podíamos darnos cuenta era lo muy distinto que era Eren. El profundo estudio que se le realizaba quedo bajo secreto nuestro y por supuesto de Erwin, a su hermana y a su mejor amigo se les negó mucha información y la poca que tenían debían mantenerla en secreto, eran demasiado entrometidos.

 

Entonces un día, Hanji llegó a unos resultados desconcertantes. El cuerpo de Eren, más bien su organismo no envejecía, pero sí tenía la capacidad de autodestruirse, algo así como una máquina, pero aun sabiendo eso, no podía explicar con certeza lo que le ocurría.

 

Esa noche recuerdo como lloró desconsoladamente, a pesar de que lo sostuve fuerte entre mis brazos sentía que en cualquier momento se desplomaría y eso me intranquilizaba. Nunca tuve un asunto con el cual no pudiera lidiar, muchas veces las cosas resultaban mal sobre todo en las misiones, pero siempre podía lidiar con eso. Eren fue el primero en hacerme sentir esa profunda desesperación de no saber qué hacer y a la vez ser consciente de que tal vez no pudiera hacer nada. Sentí como ese día mi pecho ardía de dolor, pero debía continuar luchando.

 

Meses después, logramos llegar al muro María más específicamente donde el secreto de los Titanes sería revelado. Tuvimos ciertas dificultades al entrar al sótano de la casa de Eren ya que se encontraba debajo de escombros y rocas. La llave que Eren traía en su cuello calzo perfectamente en la puerta, entramos únicamente Erwin, Hanji, Eren y yo, mientras los demás hacían guardia afuera. Al entrar todos tuvimos la misma sensación, el escenario era como una historia de terror, fetos en frascos de vidrio, fotos de científicos en salas médicas, notas, libros, diarios, pero lo que más nos llamó la atención fue una foto  en la pared donde aparecían científicos al lado de un gran tubo de cristal con un bebé adentro, el bebé tenía mucha similitud con Eren y bajo esta foto había una carpeta. Hanji se quedó a estudiar todo lo que había allí mientras nos instalábamos a las cercanías asegurando que hubiera siempre un escuadrón cuidando los alrededores del sótano.

 

Y ese fue nuestro descubrimiento final. Los Titanes fueron un proyecto creado por científicos como un “evento apocalíptico” frente al constante conflicto humano, tomando un papel de “Dios” crearon esto como un castigo a la humanidad, toda la gente que se había entrometido en nuestros planes eran parte de esto y no querían que el secreto fuera liberado. Todo comenzó de un solo ser, para que los Titanes existieran necesitaban una fuente de vida, Eren Jaeger.

 

Eren nunca fue humano, el feto que aparecía en la foto era él, sus padres no eran sus padres, permaneció años dormido para ser liberado en el momento indicado, y el Doctor Jaeger, fue el encargado de liberar el mayor logró. Desde un principio fue un simple experimento que debía cumplir la misión de eliminar a la humanidad. Los demás Titanes eran cierto tipo de expansiones y él era su fuente de vida, nuestra misión era clara:

 

“Exterminar a los Titanes”

 

Eren debía morir…

 

En nuestra última batalla, a pesar de las ordenes de Erwin, me aseguré de mantener a Eren encerrado en el calabozo. Las órdenes fueron utilizarlo para matar a los demás Titanes, pero aunque mi misión fuera matarlo desde un principio no podía hacerlo…Pero Eren logró escapar y cuando lo encontré fue demasiado tarde…

 

-.-

 

Mi corazón se detuvo cuando vi como los Titanes se abalanzaban sobre Eren a devorarlo. Eran demasiados, con mi equipo me precipite para llegar a él pero eran tantos que no lo lograba. Tenía la capacidad para autodestruirse, y lo haría. Logré llegar a la nuca de Eren Titán y me apresure en sacarlo de allí, pero una vez fuera los Titanes comenzaban a caer muertos por sí solos. Lo recosté en el suelo, mientras lo sujetaba con mis brazos, pero no daba señales de vida…

 

-¡Eren, Eren!-lo sacudía, pero no había respuesta- ¡Mocoso de mierda abre tus malditos ojos ahora!

 

Sus parpados se abrieron a la mitad sin fuerzas dejándome ver ese verde que tanto amaba. Sus ojos se dirigieron a los míos y veía como se esfumaba su luz lentamente.

 

-Mantente así, la ayuda no tarda…-fui cortado por una de sus manos que se apoyó débilmente en mi mejilla, sabía que estaba pasando pero no quería aceptarlo-

 

Trató de modular algo y solo consiguió que sus labios tiritaran con la poca fuerza que le quedaba. No podía hacer nada más que ver como se desvanecía poco a poco.

 

-Eren debemos ir a ver el mar, debes recuperarte ¿Entiendes?-traté de convencernos de eso y lágrimas comenzaban a recorrer mis mejillas,  tome su mano que comenzaba a resbalarse lentamente de mi rostro-Vamos a conocer ese mundo que tanto amas…

 

Ante mis palabras Eren me regaló su última sonrisa y cerró sus ojos abandonando este mundo.

Abandonándome.

-.-

 

Rivaille corrió con pausas cortas de por medio para recuperar el aliento, su corazón agitado que revivía los pasajes del pasado uno por uno y el trabajo de correr lo tenían muy cansado, pero llegó a su departamento en un tiempo increíblemente corto.

 

Al entrar, las luces estaban apagadas pero no se molestó en encenderlas. Soltó sus cosas en la entrada y busco desesperadamente una señal que indicará que el castaño seguía allí. Pero todo estaba intacto, Eren no se encontraba allí. Al darse cuenta de eso se quedó paralizado tratando de conservar la calma y pensar que podría hacer, pero fue en vano.

-¡Eren! Aparece sé que no te has ido-comenzó a gritar mientras recorría su departamento-¡Maldición mocoso aparece!

 

Por más que lo llamará no aparecía y su sutil forma de llamar su presencia tampoco parecía ser lo correcto. No estaba en él agachar la cabeza y pedir perdón, pero todos los malos tratos que le dio…fue un estúpido.

 

-Lo siento…he recordado todo y sé que me demoré y te hice daño-se disculpaba Levi-A veces me asaltaban recuerdos que me confundían, no sabía qué sentía, no sabía qué hacer y…. ¡Ach…! Maldición no soy bueno para esto.

 

Nada sucedió a pesar de su disculpa esto ya se estaba volviendo una pesadilla, una que el mismo provocó. Intentaba mantener la calma, pensar en algo pero era imposible. Se encontraba en el living y con angustia golpeo la pared, escondiendo su cabeza entre sus brazos que se mantenían apoyados en la pared luego del impacto.

 

-Eren me equivoque lo sé pero ¿No crees que cualquiera hubiera reaccionado así?-hizo una pausa y al no escuchar nada continuo-¡Siempre tuve un maldito vacío donde faltabas tú! ¡Mierda sé que me equivoque y hubiera deseado no hacerlo! Y ahora solo puedo arrepentirme y pedirte perdón ¿¡Quieres que me arrodille y te lloré!?-nadie respondía a sus gritos, lo había perdido nuevamente- No te vayas…por favor…-apretó los puños y se mordió el labio inferior para tragarse el llanto-

 

-Nunca supiste expresar lo que sentías…-se escuchó la voz que tanto deseaba el pelinegro-

 

Al escucharlo, pudo sentir como la vida volvía a su cuerpo. Se volteo para encontrarse con quien creía perdido nuevamente, su Eren. Su corazón se aceleró de alegría y sus ojos estaban abiertos como plato clavados en el castaño, temía que fuera un sueño.

 

-…Eren…-tuvo unas inmensas ganas de correr a estrecharlo en sus brazos, pero sabía que no era posible-

-No me iba ir de todas formas…Si me rindiera con algo así nunca hubiera podido estar a tu lado...-sonrió tenuemente-

-¿Estuviste aquí todo este tiempo?-preguntó dándose cuenta del espectáculo que montó-

-Sí...

-¿Y por qué no dijiste nada?-le miró enojado-

-Estaba molesto y bueno no siempre se te ve así...

 

Eren lo había hecho con tal de verlo así un momento y Rivaille lo sabía bien, pero la alegría del momento y la imposibilidad de poder golpearlo hicieron que no actuara, al contrario, su cuerpo se sentía como si hubiera despertado de un profundo invierno, el cual solo ese niño podía iluminar. Sin embargo, el calor no era capaz de llegar a él por completo ya que era obvio que faltaba algo. Mientras pensaba todo esto, el castaño se acercó a Rivaille haciéndolo estremecer, su mente pudo haberlo olvidado en esta vida pero su cuerpo y corazón siempre estuvieron esperándolo.

 

-¿Cómo te atreves a no reencarnar...?-le preguntó al menor y acercó una de sus manos al rostro de este sin poder tocarlo, pero teniendo la imagen de como su pequeña mano calzaba en el rostro del chico-¿Cómo te atreviste a dejarme en el pasado...?

-Perdón...te extrañe mucho Rivaille...-le dijo con una sonrisa-

-Yo también mocoso...-agacho su cabeza para ocultar su rostro que estaba a punto de romper en llanto-

 

Se sentaron en el sofá para hablar, Eren le contó que había visto a Erwin antes y hablaron, le contó las cosas que el rubio le dijo y como se sintió él al saber lo cierto que era y el daño que tal vez le provocaría. Le dijo como se sintió con las palabras que él le decía y eso hacía que el mayor se sintiera un monstruo, hubiera deseado no decirle tantas idioteces al menor pero ya estaba hecho y aún no sabía todo...

 

-Ese rubio de mierda lo supo siempre todo y trato de alejarme...-cruzó los brazos y miro a un costado con fastidio-

-Fuiste a verlo hoy, ¿Él te dijo la verdad?-la pregunta que le hizo iba más allá-

-No

-¿Entonces?

-Te seré sincero, casi me viola.

-... ¿Casi...?-su rostro se destrozó completamente-

-No logró hacerme nada-trato de tranquilizarlo-

-¿Me recordaste a través de un intento de violación de Erwin?-le miró fríamente-

 

Era sorprendente lo potente que podía ser la mirada del castaño a veces, no era para menos él no hubiera escuchado y ya habría matado a quien se atreviera a tocar a Eren.

 

-No  exactamente...

-¡Eso me acabas de decir!-se levantó abruptamente-

-Tú y ese bastardo supieron todo este tiempo lo que ocurría y ninguno dijo nada.

-¡Era por tú bien!

-¿¡Eso era mi bien!? Creer que me estoy volviendo loco con el pasar de los días, ¿¡Eso es estar bien!?

-¡De todas formas no creías nada!

-¡Ya cállate!-gritó cortando la pelea y Eren se limitó a mirarlo enojado y desapareció-

-¡Eren! ¡Maldición no te comportes como una niña!

 

El estupendo reencuentro termino en una pelea, siempre terminaban peleando y sus personalidades chocaban generando un gran conflicto. No tenía derecho a estar enojado pero nunca toleró que lo regañarán, era todo un caso.

 

Se recostó en su cama calmando su mente y recapacitando las cosas, él no era quien debía estar haciendo escándalo, de hecho Eren estaba en todos sus derechos de hacerlo. Debía disculparse adecuadamente no lo perdería de nuevo por algo así. Las luces continuaban apagadas y no tenía intención de encenderlas, pero una silueta se hizo presente en la oscuridad.

 

-¿Eren?-preguntó el mayor encendiendo la lámpara del mueble que estaba al lado de su cama-

-Ya estoy mejor...-declaró con la mirada baja y el ceño fruncido-

-Ven-lo llamó para que se sentará frente a él-

-Eh...sí-respondió y se sentó sin mirarlo-Lo sie...

-Perdóname-se disculpó antes de que el castaño pudiera hacerlo-

-Riva...

-Cállate y escucha-lo silenció-No debía tratarte así, me equivoque en muchas cosas y muchas no tienen perdón. No me di cuenta de tu sufrimiento y permití que ese rubio de mierda se metiera. Perdóname, nunca quise hacerte tanto daño.

 

"No puedo creer que yo haya dicho esas cosas" pensó Rivaille. Eren que evito mirarlo en todo momento ahora tenía sus grandes ojos puesto en él, se mostraba bastante sorprendido y no decía nada.

 

-¿Qué?-preguntó a la defensiva Levi-

-Eh, no nada...la verdad es que no creía que te fueras a disculpar, es la primera vez que te veo así jeje-río nerviosamente provocando que Levi desviara su mirada disimulando su vergüenza-No somos nada ahora...así que no puedo recriminarte...

-No recuerdo que lo nuestro se acabara.

-Pero...yo no estoy vivo...

-Vivo o muerto, eres mío y siempre será así-clavo su mirada en los ojos del menor haciendo que sus ojos se humedecieran-

-... ¿Puedo quedarme a tú lado?-preguntó con la voz quebrada-

-Y más te vale no abandonarme de nuevo...

-Pero... yo no puedo hacer nada...sólo soy un espíritu y no puedo estar contigo...-de sus ojos comenzaban a escapar las primeras lagrimas-

-Tienes razón...si estuvieras aquí ya te hubiera tumbado en la cama-la declaración sonrojo al menor-Pero aún si eres un espíritu, eres la única persona capaz de ocupar este espacio en mí, y eso no cambiará.

-¿Ni Erwin...?

-Nadie, menos ese bastardo-dijo con fastidio-

-¿Me lo prometes...?

-Te lo prometo-le aseguró sin apartar su mirada de los ojos del castaño, tenía una ganas inmensas de abrazarlo, besarlo, sentir su calor, su olor y sentir como se volvían uno , saber que eso no era posible provocaba un nudo en su pecho a pesar del feliz reencuentro-Ya es tarde, debo trabajar mañana.

-Sí, entiendo-se levantó de la cama para retirarse-

-¿A dónde vas?

-Afuera, em...debes descansar.

-¿Crees que te dejaré afuera?

-Eh...

-Ven-le señalo a un costado de la cama-

 

Eren entendió el mensaje y tímidamente se fue a recostar al lado de Rivaille. La cama no se hundía, era como si no hubiera nadie, pero ellos dos sabían que se tenían en la oscuridad de la noche. Sin poder tocarse, se quedaron observando a los ojos cómo si pudieran expresar sus sentimientos a través de sus miradas-

Rivaille-hizo una pausa antes de continuar reflejando su inseguridad-Perdón por haber peleado antes de la misión...

-Eso ya no importa.

-Perdóname por haberte hecho llorar…-dijo con una voz apagada-

-…No importa, ahora estas aquí…-el dolor de cuando lo perdió, seguía latente y era algo que no quería volver a vivir-

-¿Qué ocurrió después de que me fui…?-se animó a preguntar-

 

Al recordar el pasado, todas esas imágenes de lo que hizo después de que Eren abandonara el mundo volvieron, eran recuerdos muy crudos para él y de seguro lo serían aún más para el castaño.

 

 “Eren fue creado para destruir el mundo, pero terminó enamorándose del objetivo de su destrucción.”

Esa realidad que cruzó la mente de Levi, era prueba de que contarle a Eren las cosas que hizo y en que acabo lo destrozarían y se culparía.

 

-Por hoy, dejemos esto hasta aquí…-le dijo al menor-

-¿Estás cansado?

-Quiero estar así por hoy-acercó su cabeza a la del menor-

-Sí...Te amo Rivaille-le sonrió-

-…Yo también Eren…-cerró sus ojos-No te vuelvas a ir jamás.

-No lo haré… lo prometo…

 

Había muchas cosas que hablar, muchas cosas que aclarar y muchas otras que planear, pero por hoy, que este momento no se viera afectado por nada. Solo ellos dos, después de tanto tiempo finalmente volvían a estar juntos después del destino cruel que los separó.

 

Había muchas cosas que hablar.

Hoy no…

 

Continuará…


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