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Renacer por Haru19

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Haber recordado a Eren fue como haber vuelto a nacer. Incluso antes de volver a verlo, algo en su interior nunca estuvo tranquilo, pero ahora todo se había aclarado y todo de lo mejor. Sin embargo, aún faltaba algo. Las semanas siguientes fueron las mejores que ha vivido en su nueva vida, con el único detalle de que la persona que ama es un fantasma.

 

Estaba feliz de que estuviera a su lado, pero los deseos de tocarlo, besarlo y sentir su calor era una verdadera tortura y aunque intentara disimularlo, el chico lo conocía lo suficiente como para saber que le ocurría.

 

Esa noche llegaría tarde a su departamento, estaban en periodo de exámenes y debía quedarse a ver asuntos con sus compañeros. No había hablado con Erwin desde el incidente y él tampoco lo buscó por algún medio. Si se lo encontrará ahora, lo más seguro era que le rompería el rostro con todas sus fuerzas y debía saberlo como para guardar distancia.

 

Al parecer, ninguno de sus compañeros mostraba indicio de recordar algo del pasado. Era un gran alivio verlos a todos reunidos viviendo las vidas que se les arrebato injustamente en el pasado, y trabajar con ellos nuevamente era agradablemente nostálgico.

 

Hanji tampoco recordaba, le había tocado el tema de una manera que sólo reaccionara si conservaba recuerdos y no lo hizo. De todas formas no valía la pena recordar algo que resultó tan doloroso.

 

Cuando llegó a casa, Eren como siempre lo esperaba con la gran cena preparada. Antes de sentarse a cenar, fue al baño y dejo sus cosas.

 

-¿Cómo te fue hoy?-le preguntó el castaño-

-Bien-se sentó a comer y echo un vistazo a los platos-Eres igual a una esposa…

-…N-no-le respondió molesto-

-Podrías cocinar con un delantal-dijo mientras probaba la comida-

-No puedo utilizar nada, además no me ensucio.

 

“Sigue igual de inocente…” pensó Rivaille al ver que el menor no supo interpretar la verdadera intención de sus palabras. Eren solía enojarse por ese tipo de comentarios, más bien se avergonzaba tanto y acababa reaccionando así.

 

No acabo toda la comida, ya que era demasiada. Siempre dejaba comida para el día siguiente y la llevaba de almuerzo. Después de limpiar junto con Eren, ambos se fueron a la habitación. Desde el día que recordó todo, el castaño entraba a la habitación de Levi cuando quería y cuando el mayor trabajaba se le quedaba viendo en silencio como de costumbre.

 

 Se recostó en la cama mirando al techo mientras sus pies tocaban el suelo, sentía que el estómago explotaría en cualquier momento.

 

-¿No debes trabajar?-preguntó Eren que se mantenía de pie-

-No hoy no. Hice todo en la escuela.

-¿Cómo les va a mis compañeros…?

-Podría decirte que no han cambiado en nada, siguen siendo los mismos mocosos escandalosos de siempre.

-¿Armin y Mikasa?

-¿Los extrañas?

-…Sí…-agacho la mirada-Pero no importa, estoy bien de verdad soy feliz contigo-le sonrió-

 

Eren sabía bien que Levi era su mundo entero y la felicidad que tenía por haber podido estar nuevamente con él era irremplazable. Sin embargo, no podía negar que extrañaba a sus amigos, sobre todo a su hermana y Armin. Cuando el murió no pudo despedirse de ninguno de los dos, incluso antes de que todo ocurriera lo mantenían alejado de todos por lo que no compartió mucho con ellos.

 

Mientras Eren se mantenía sumergido en su mente, Levi se percató de sus sentimientos. Era egoísta cuando se trataba de su mocoso, no lo compartiría con nadie pero necesitaba ver a sus conocidos aun sabiendo que su hermana estaba enamorado de él, eso es algo que sólo Rivaille y Mikasa sabían.

 

-Si no haces alboroto, podrías acompañarme algunas veces a la escuela. Así no te encuentras tan sólo-le ofreció con otra intención-

-¿Puedo?-su rostro se iluminó-

-Sí, estar todo el día aquí debe ser agotador.

-¡Sí, no marcaré presencia! Igual tendré la cena lista todas las noches-sonrió-

 

No era como si no supiera que esa decisión que tomó, lo hacía para que pudiera sentirse más cerca de sus compañeros. Tenía unas ganas enormes de abalanzarse a sus brazos y solo podía agradecerle o ayudarle en la casa, quería hacer algo más por él…Lentamente se acercó y se sentó a su lado, vaciló un poco y una vez decidido, se recostó a su lado con su cabeza mirando a los ojos de Levi que sorprendido giró la suya hacia Eren.

 

Ambos se observaron en silencio por un largo lapso de tiempo, en un principio, el castaño sostuvo su mirada con dificultad producto de lo avergonzado que estaba. Levi no cambió en ningún momento su expresión, pero en sus ojos se reflejaba todo un mar de sentimientos y recuerdos que habían estado reprimidos por muchos años.

 

-Tienes unos ojos muy raros-le dijo en un intento de sinceridad-

-A mí también me gustan tus ojos-le sonrió dejándolo desconcertado al darse cuenta-

-¿Qué hacías antes de que llegarás a mí?-le preguntó, era algo que siempre quiso preguntar-

-…No sé…-corrió la vista-

-¿Cómo no vas a saber? Algo tenías que hacer antes-insistió-

-No recuerdo que haya hecho algo antes…recuerdo el día que supe que tenía que venir aquí a buscarte, antes de eso…-se quedó unos segundos en silencio- no recuerdo nada…

-¿Me estas escondiendo algo?

-N-no no, de verdad no recuerdo nada.

-Mírame-le ordenó-Mírame y dímelo de nuevo.

 

Sin vacilar, Eren lo miró. Rivaille sabía que no podía mentirle, era pésimo haciéndolo y si lo hacía quedaría evidenciado.

 

-No recuerdo nada Rivaille…-reafirmó lo que decía-

 

No estaba mintiendo eso fue lo que vio en el menor, a lugar de eso, estaba preocupado por no saber la respuesta y prefirió dejarlo antes de que comenzará a buscar alguna. Probablemente su presencia lo había despertado y antes en realidad no existía o algo por el estilo, eso era lo que pensaba.

 

-Iré a tomar una ducha.

-Espera.

-¿Qué ocu…?-antes de que pudiera decir algo tenía el rostro de Eren completamente sonrojado acercándose a su mejilla-

 

Eren depósito un tímido beso en la mejilla del mayor, el cual por supuesto fue sin contacto alguno. Aun así, el acto hizo arder el pecho de Levi quien se levantó de golpe y se metió al baño cerrando la puerta de un solo portazo.

 

El castaño se enderezó y se llevó ambas manos al rostro. Se sintió estúpido con lo que había hecho, pero lo extrañaba tanto y actuó sin pensarlo “Seguramente estuvo mal…”pensó con desdicha.

 

Dentro del cuarto de baño, Levi abrió la llave del agua fría y se adentró de inmediato a la ducha. Se apoyó con ambos brazos en la pared y la cabeza escondida entre ellos sintiendo como la gélida agua recorría su piel. Necesitaba calmarse, no podía hacer nada más que calmarse.

 

-No hagas esas cosas maldito mocoso…-susurró entre dientes-

 

Veinte minutos después, Levi salió intimidando al castaño con un rostro de pocos amigos, traía el cabello mojado y venía en ropa interior negra.

 

-Eh… ¿Levi?-preguntó atemorizado-

-Eren-le miró fríamente antes de continuar-Tus cenas abundantes están acabando con mi cuerpo.

-¿…?-no entendía a qué se refería-

 

Rivaille poso sus manos en el abdomen indicando el bulto que comenzaba a eliminar sus oblicuos poco a poco. Eren lo observo, era imperceptible a no ser que se mirará detalladamente.

 

-Am…no es nada…-intentó calmar a Levi-

-No es nada… ¿Eso crees?-emitía un aura oscura que hasta a Eren en su condición fantasma se intimido-

-P-puedo hacer algo menos…calórico…emm…-empezaba a ponerse nervioso cuando se dio cuenta que la persona que amaba estaba frente a sus ojos en ropa interior-…

-Retomare mis ejercicios, no debí descuidarme menos con toda la comida que consumo ahora… De todas formas si hiciéramos un poco menos estaría bien ¿Me estas escuchando?-le preguntó al percatarse que hablaba solo-

 

Y en ese momento se dio cuenta como lo miraban. La expresión del castaño era exactamente la misma que ponía cuando Levi le iba hacer algo, nervioso y tratando de desviar la mirada con esfuerzo mientras se encontraba completamente colorado. Verlo así despertaba aún más el deseo de poseerlo y perderse en ese cuerpo que tanto deseaba y no existía.

 

“No existe” un hecho doloroso.

 

Sin embargo, por mucho que su mente lo supiera una parte de su cuerpo ya había comenzado a reaccionar a sus deseos. Y fue algo que no pasó desapercibido.

 

-…Rivaille…-dijo el menor clavando la mirada en el bulto de Levi-

-Maldición pásame el jodido pijama-señaló la cabecera de la cama-¡Rápido!

-¡S-sí!-lo tomó para dárselo al instante-

 

Se puso el pijama y después se metió bajo las tapas, escondiendo su cabeza bajo la almohada. Con ambas manos sobre la almohada la presionó más contra él, respiró hondo calmándose nuevamente, mientras el menor dudaba en acercarse. Se sintió culpable al ver a Rivaille así, todas las cosas que le había dicho Erwin fueron premoniciones que terminaron siendo ciertas.

 

-¿Estás bien…?-se arrodilló  a un costado de la cama-

-Sí, déjame en paz un momento…

-Lo siento…-se disculpó-

 

Al escuchar la disculpa de Eren, sacó su cabeza de donde la tenía para mirarlo. Estaba a punto de llorar y para aguantarse se mordía el labio inferior. Esto sería más difícil de lo que imaginó, ¿Cuándo no fue complicado de todas formas?

 

-Oye, no te disculpes y cambia esa cara-le ordenó al menor-

-Te estoy haciendo daño, no debía haberte buscado, así estabas mejor antes y yo arruine todo…-un puñetazo de Levi traspaso su cabeza cortando su monologo-

-Como odio no poder golpearte, pero detesto aún más tu estupidez y que saques conclusiones apresuradas sólo.

-No estoy siendo estúpido-respondió molesto-

-¿No me prometiste que no te irías? No sabes cómo estuve antes.

-Estando con un fantasma no lograrás nada…No puedes tocarme.

-Lo sé y me está volviendo loco, pero más que tu cuerpo deseo tu esencia. Con ella me atrapaste después de todo-admitió-

 

Sonrojado frente a las palabras de Levi, no resistió más y comenzó a llorar tal niño pequeño, la felicidad y la pena por no haber reencarnado se mezclaban generando masa de pensamientos melancólicos. Cuando él se enteró que era un experimento de laboratorio, ni la posibilidad de que tuviera alma era factible, haberse sentido como un humano mitad monstruo era mucho mejor que aceptar que no era nada. Talvez esa era la razón de no haber podido reencarnar, eso es una posibilidad que sólo se les da a los seres vivos.

 

-Haz de nuevo lo que hiciste antes, pero esta vez en el lugar indicado-giró su cuerpo quedando boca arriba-

-¿Qué cosa…?-preguntó frenando el llanto-

 

Rivaille se señaló los labios con la punta de sus dedos entregándole el mensaje correctamente al menor. La sorpresa bastó para que Eren cesará el llanto de golpe y abriera sus ojos sorprendido.

 

-¿¡Que…!?-gritó con sorpresa-

-Tch, ¿Eres idiota o qué? Ya te hable.

-No no no, no puedo y además no serviría de nada…-balbuceo nerviosamente-

-Es una orden-le amenazó-

-Bueno…-asintió avergonzado y se levantó para dirigirse donde Levi-

 

Apoyó sus manos a los costados de la cabeza del mayor y lo miró un momento antes de proceder. Se fijó en esos finos labios que probó tantas veces en el pasado, que tocaron todo de él, todo lo que siempre quiso, seguían siendo los mismos pero esta vez los observaba de una posición distinta. Por su parte, Levi no hallaba como apurar al menor que se mantenía quieto en la misma posición y no hacía nada, él solía actuar más rápido y esto lo estaba desesperando.

 

-¿Qué esperas?-forzó ante la espera-

 

Bajo la presión, Eren cerró sus ojos con fuerza y comenzó acercarse lentamente, era un verdadero calvario lo lento que se acercaba. Las manos del pelinegro pensaron en un momento jalar de los cabellos del menor y dándose cuenta de la situación, apretó las sabanas con fuerza para liberar parte del deseo que no podía cumplir. En ningún momento cerró sus ojos completamente, fue testigo de cómo Eren se acercaba centímetro a centímetro, avivando la llama en su interior. Cuando lo tuvo posando sus labios sobre los suyos, recordó cómo se sentían los mechones del castaño rosando su frente, la respiración agitada del menor, el intento por buscar el aire que Levi no le dejaba, sus mejillas coloradas y calientes, sus besos, su lengua… Se dejó llevar por la intensidad del momento cerró sus ojos y abrió su boca buscando entrar a la de Eren hasta darse cuenta que no había nada. Lentamente entreabrió sus ojos viendo como el castaño abría los suyos y al ser visto se echó hacia atrás de golpe.

 

-Te dije que no serviría de nada…-dijo escondiendo su rostro avergonzado-

-Aún así, este no será el último.

-¡Pero…!

-Mañana puedes ir conmigo-interrumpió y se acomodó para dormir y apagó la luz-

 

Eren se recostó del otro lado  de la cama, con Levi dándole la espalda. Estaba todo en completo silencio hasta que decidió preguntar algo que había quedado pendiente y aún no se había tratado.

 

-Sobre lo que paso en el pasado… ¿Qué ocurrió después de que morí?

-¿No es obvio? Se acabaron los Titanes y la gente salió de los muros.

-No, ¿Qué ocurrió contigo?

 

Aun no estaba listo para hablar sobre eso, no sabía ni como él mismo aceptarlo. Evitaba pensar en ello, el hacerlo le hacía revivir cada segundo de demencia que tuvo y no era fácil aceptarlo. Podrá haber empezado otra vida, mas los recuerdos de lo que hizo no lo dejarían nunca. Sabiendo lo difícil que era, tenía que prepararse para decírselo a Eren, él de todos modos debía enterarse ¿Y si terminaba odiándolo? Pensar en eso lo hacía dudar de contar o no la verdad.

 

-Es muy tarde para hablar-dijo el pelinegro-

-Siempre me cambias de tema…quiero saber que ocurrió. Erwin, me dijo que te destruí…

 

“Rubio bastardo, si aún tuviera mis cuchillas te incrustaría una en el culo” maldijo en su interior.

 

-Una pregunta por día…

-¿Qué ocurrió después?-se apresuró en preguntar-

-Esa es una pregunta muy generalizadora, algo más puntual.

-¿Lloraste mucho?-preguntó apagado-

-Sí-respondió sin rodeos-

 

La respuesta fue una punzada para Eren, se había ido con la imagen del hombre que amaba llorando mientras intentaba luchar contra su partida. Él nunca quiso dejarlo devastado y se imaginaba que por la magnitud de las palabras de Erwin, eso no había sido todo…


“Tú no viste a Levi después de que todo termino y dejaste de existir. No sabes lo que paso después de eso” Las palabras de Erwin se volvían a repetir en la mente del castaño, claras y dolorosas palabras.

 

-Perdóname…-se acurrucó en la espalda de Levi-

-Ya es pasado...-no volteo a verlo porque eso seguramente acabaría con su fuerza de contención-Buenas noches Eren.

-Buenas noches…

 

La mañana siguiente Rivaille se preparó como todos los días para ir a trabajar, al despertar no estaba junto a Eren pero el olor que venía de la cocina delataba lo que estaba haciendo. Cuando estuvo listo salió de su habitación para alistarse y salir, fue cuando el menor salió de la cocina a saludarlo.

 

-Buenos días, te preparé el desayu…

-No gracias-le interrumpió-

-Pero debes desayunar.

-¿No viste lo gordo que estoy quedando? No comeré.

-Me levante antes para hacer el desayuno…me esfuerzo por hacerte comida y ¿No te la comerás?-comenzaba alterarse-

-Eren, no estoy menospreciando tu comida, sólo las cantidades que haces.

-¿Ah sí?-le miró fríamente-

 

Haber compartido tanto tiempo con Rivaille le llevo en adoptar muchas actitudes de él, su fría mirada fue una de ellas. Nunca pudo tener la misma que él pero se acercaba en parentesco y sumando el carácter explosivo que tenía el menor, no se obtenía un buen resultado.

 

-Vas a terminar acabando conmigo, tú ganas probare algo.

-Está servido-cambio drásticamente a una expresión serena-

 

“Tiene verdaderamente un complejo de esposa…”pensó en su interior Rivaille.

 

Comió más de lo que esperaba y eso que dejo mucha comida. El refrigerador estaba repleto de comida preparada, los días donde se alimentaba de vez en cuando quedaron olvidados y su cuerpo era la prueba viva de ello. Fue difícil convencer a Eren que era mucho y no comería más, pero después acordó llevársela para el almuerzo, incluso así seguía siendo demasiada…no había entendido el mensaje cuando le dijo que debía cuidarse.

 

Tomaron el recorrido de siempre, sin cruzar ninguna palabra para que no lo creyeran loco. Al llegar, buscó sus cosas y saludó a sus compañeros como todas las mañanas. Eren se paseaba alegremente hablando consigo mismo y cuando llegaron al salón de clases, vio a sus compañeros y se emocionó a pesar de que no lo pudieran ver. Rivaille dio sus clases sin ningún problema, muchas veces le llamó la atención a los mismos de siempre y verlo hacer eso hacía reír a Eren. Verlo dar clases, también era algo que lo maravillaba, se sentía afortunado y feliz tanto así que los degolladores sentimientos del día anterior desaparecieron.

 

La hora de almuerzo había llegado y los alumnos fueron a tomar un descanso. Sólo él y el castaño se quedaron en el salón.

 

-Tenías razón, siguen siendo las mismas personas-dijo sonriendo-

-Síguelos.

-No, estoy bien así.

-Ve, sólo no llames la atención-insistió-

-Pero estaré contigo.

-Yo iré a ver a Hanji, puedes ir.

-Bueno… ¡Muchas gracias!-sonrió y se fue de allí-

 

Verlo tan feliz con sus amigos le traía buenos recuerdos, que estuviera con ellos unos momentos le haría bien, además… así podía hacer algo con toda la comida que traía…

Guardó sus cosas y se fue con su comida donde Hanji. Entró como siempre sin tocar la puerta.

 

-¡Levi!-saludó la castaña al verlo entrar-

-Hola-se acercó al mesón donde trabajaba y dejo los frascos de comida encima-Te tengo una propuesta.

-¿Qué es esto?-revisó- ¡OH! ¡Es mucha comida! ¿Dónde conseguiste todo esto?

-Por ahí…

-¿Me la das a mí? Nunca me das nada… ¿Estas aceptando que me quieres?-le preguntó juntando sus manos y mirándolo  maravillada-

-No, sólo lo comparto-podría ser mucha comida, pero era lo que le había preparado el castaño y la compartiría, NO regalarla-

-Cielos Levi, ¿De dónde sacaste todo esto? ¿Tienes una novia?-preguntó de manera picaresca haciéndolo sentir incomodo-Espera, ¿No tienes cubiertos?  Bueno comeré así…-abrió uno de los frascos para tomar una escalopa con la mano pero recibió un golpe antes de tocar algo-Auch… ¿Qué pasa?-preguntó quejándose-

-Asquerosa, no toques la comida con tus sucias manos…Traeré los cubiertos los deje en la sala de profesores-se dirigió a la puerta y antes de salir volteo a mirarla-No toques nada, sí lo haces me lo sabré.

 

Salió a buscar los cubiertos, había escondido un par de más sin que Eren se diera cuenta. Llegó a la sala de profesores y cuando abrió la puerta una chica calló sobre él, soltando varios papeles.

 

-¡Lo-lo siento!-se disculpó la chica que se encontraba en el suelo-

-No importa, mejor preocúpate por esto…-señaló todos los papeles desparramados por el suelo-

-…Que desastre…-suspiró la chica-

-¡Petra apúrate con los papeles!-se escuchó que gritaban afuera en el pasillo-

-¡Sí!-se arrodilló a recoger los papeles-

-Te ayudo-se ofreció el pelinegro arrodillándose también-

-No te preocupes, es mi error-sonrió amablemente-

-Chocaste conmigo.

-…Gracias-se sonrojó-Tengo que llevar estas listas es un verdadero desorden hay listas y papeles de alumnos de hace años y no se había ordenado ninguna-dijo riendo nerviosamente-

 

Tenía razón, eran demasiados papeles…uno por uno fueron recogiéndolos. Un frio recorrió el cuerpo de Levi en segundos, con un papel en las manos se quedó congelado, sintió como su respiración se detenía lentamente y no podía recuperarla, todo comenzaba a dar vueltas mientras sentía como el mundo se venía encima…

 

-Eren…Jaeger…-dijo con dificultad-

 

La hoja que sostenía en su mano, era una antigua lista de alumnos. En ella el nombre de la persona que no había reencarnado estaba escrito. Eren Jager, con toda y cada una de sus letras.

 

 

Continuará…


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