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Renacer por Haru19

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Notas del capitulo:

Shingeki no Kyojin y todos sus personajes no me pertenece, son de su respectivo autor Hajime Isayama.

 

-¿Sabes quién soy?

-No.

Como lo sospechaba, sus temores se hicieron realidad. No lo recordaba, y por más que lo mirara Eren lo encontraba incómodo y no había rastro alguno de sus recuerdos en él.

“Maldición…” mordió su labio inferior. No había luchado tanto para que esto terminara aquí.

-Eren, escucha tú sabes quién soy-lo tomo de los hombros y le hablaba mirándolo a la cara-

-No, suélteme… ¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi madre?-estaba asustado-

-¡Eren!-insistió aumentando la fuerza con en sus manos-

Producto del alboroto que se escuchaba dentro de la habitación, Armin entró a ver qué ocurría. Vio a su amigo que era sostenido de los hombros por el mayor. Eren estaba asustado y Levi estaba desesperado, los resultados eran obvios.

-¡Eren!-se acercó a su lado-

-Armin… ¿Dónde estoy?-miró a su amigo buscando respuestas-¿Qué está ocurriendo? Y… ¿Por qué este hombre me está haciendo esto…?-lo miró de reojo atemorizado-

Rivaille estaba en shock, pero entendió que a la fuerza no conseguiría nada más que espantarlo y no quería eso. Lo soltó junto con el dolor que sentía. ¿Qué le dolió más? ¿La expresión desconcierta de Eren o no ser recordado? Era algo en por el momento no sabría que responder, ambos con igual intensidad apuñalaron los sentimientos del azabache.

-Profesor, creo que su alumno aún no puede reconocerlo. Debo pedirle que se retire por el momento-le dijo mirando a Levi-

Entendía el mensaje. No era el momento.

-Entiendo. Recupérate Eren-le dedico una última mirada y se marchó-

Una vez solos, Armin tomo su teléfono y marcó a Mikasa.

-Mikasa, soy yo. Eren ha despertado-no se escuchó nada en respuesta. La llamada terminó, la chica venía en camino y de seguro pronto lo haría su padre-

-Mi madre, tengo que encontrarla, ella está mal…debo encontrarla-repetía angustiado-

-Calma…-tomó su mano y apretó el botón para llamar una enfermera a la habitación-

-¿Dónde está? ¿¡Dónde está mi madre!?-se exaltó. La enfermera llegó justo en el momento que las ondas eléctricas se disparaban en el electrocardiograma-

La enfermera actuó rápido y se acercó al chico, comenzó a ver los signos vitales mientras Armin trataba de calmarlo junto con ella.  Poco a poco Eren fue tranquilizándose, no necesitando de algún calmante u otra ayuda extra para detenerlo.

-o-

Levi se encontraba de regreso a su departamento. Esta vez solo. Antes de recordar a Eren, muchas veces deseo estar solo como siempre lo estuvo, le dijo que se fuera, lo despreció varias veces y nunca se fue. Esto era lo que se llamaba karma. De seguro la vida se divertía diciéndole: ¿Querías estar solo? Pues ahora disfrútalo.

Se lo merecía, pero que lo mereciera no significaba que se sometería a aquello. Debía encontrar la manera de hacerlo recordar, de algún modo… No podía vivir sin él, en el fondo su alma siempre lo estuvo esperando, nunca lo olvidó.

La noche comenzaba apoderarse de la poca luz del atardecer en su departamento. Estaba en su cama observando el techo, mientras veía desaparecer los últimos rayos de luz. Todo estaba oscuro, tenía la estúpida esperanza de que Eren aparecería llamándolo a cenar o viniera a su lado, como siempre lo hacía. Al darse cuenta de sus estúpidos pensamientos soltó una risa irónica.

Por inercia, se movió de su lecho a la cocina a preparar algo. Cuando abrió el refrigerador en busca de algo, se encontró con los platos de Eren envueltos y listos para servir. Los tomó con delicadeza y los puso a calentar al microondas. Como de costumbre, era demasiado, pero no había dejado ninguno guardado. Se instaló en la mesa y la imagen de Eren cocinando se le venía a la mente con olor que emanaban los alimentos. 

-Te dije que era demasiado mocoso estúpido…-se quejó ante la nada-

Si probar la cocina de Eren creaba esa ilusión satisfactoria en él, no dudaría en tomar todo de ella. Incluso si sólo era un engaño. Cada bocado fue saboreado por su paladar lentamente, desconocía en cuanto tiempo volvería a probar estos sabores, y eso le daba miedo pero no se dejaría vencer. Tenía un motivo para luchar.

 

Los días pasaron, Eren no reaccionaba. La condición en la cual se encontraba el menor era informada por Armin. Por lo que decía, estaba bastante tranquilo y estable pero cuando recordó la muerte de su madre fue un verdadero desastre, fue muy difícil hacerlo entrar en razón. No recordaba quién y cómo había provocado el fallecimiento de la señora Jaeger, lo cual fue una gran decepción ya que el cuerpo de investigación en el caso, encontraba fundamental la ayuda de Eren. Hace días que había salido del hospital y estaba en su casa, su padre había pedido vacaciones en el trabajo para cuidarlo mientras su hermana estuviera en la escuela. Pero no era de confianza para Levi que ese hombre cuidara del chico, pero Armin le aseguró que no había nada que temer. Por el tema de los recuerdos, era preferible no tocarlo ni forzarlo, y no mostraba que fuera a recordar algo por el momento.

Dos semanas pasaron, Levi se estaba volviendo loco. Armin y Mikasa habían comenzado a faltar a clases de un día para otro. Intentó llamarlo, pero nunca contestó el teléfono. No sabía a quién recurrir para saber de Eren, temía que lo alejaran, que alguien le hiciera daño o que no estuviera bien. Pensó  en olvidar su orgullo y recurrir a Erwin, él sabía todo lo que ocurría con los alumnos.  Justo cuando ya creía perder toda cordura, apareció la luz que podía salvarlo.

Al llegar a trabajar como todos los días, sus compañeros se encontraban conversando de un tema delicado. Revisaban papeles y opinaban sobre el tema y cuando lo vieron llegar todos se callaron, a excepción de Petra que se acercó alegremente a su lado.

-¿¡Te enteraste!? El chico por el cual preguntabas el otro día volvió a la escuela-sonrió con alegría-

Eren estaba aquí. Podría verlo de nuevo, tendría la oportunidad de estar de nuevo con él y eso le devolvía toda esperanza que creía perdida. Pese a que pudo contener su felicidad, su rostro mostraba toda su emoción al saber la noticia, un cambio que fue percibido por los demás que lo veían llegar todos los días con un rostro de tumba.

-Oh, ¿Enserio?-dijo neutramente-

-Tendrás uno más para ti Levi. Debe ponerse al día con las materias así que debemos idear algo con ello-propuso Erd-

-­ ¿Nos pagaran extra por ello?-preguntó Auruo atrayendo todas las miradas de desprecio por haber dicho eso-¿Qué?

-¡No digas estupideces!-le regaño Petra-

-Me encargaré de ver ese asunto-se ofreció Levi retirándose para ir al salón-

Tuvo ganas de correr, deseaba verlo con todas sus fuerzas pero se contuvo. Llegó al salón y al entrar, un gran círculo de personas rodeaba una mesa. Se paró frente a la pizarra y dio fuertes golpes con el borrador para llamar la atención. Una vez obtuvo lo que quería los estudiantes, que ya estaban “domesticados” por Levi se sentaron ordenadamente y permitieron ver al castaño sentado en su puesto. En el momento que pudo verlo, un gran alivio se apodero de su cuerpo liberando toda esa angustia que tenía acumulada. Tenía su mirada clavada en él, primero dulce luego dura, debía fingir.

-¿Tú eres el chico nuevo?-preguntó fingiendo no saber nada-

-Sí profesor-se levantó al responder y se mantuvo allí-

-¿Tú nombre?

-Eren Jaeger-informó y fue incorporado a la lista-

-Dime Eren ¿Recuerdas algo sobre esta clase?

-No… no  mucho…-respondió cabizbajo-

-Ya veo. Veremos qué hacer con ello después, ahora no entorpezcas el aprendizaje de tus compañeros ¿Entendido?-le dijo con un tono duro y estricto-

-Sí…-respondió desanimado-

-Siéntate de una buena vez-le ordenó de mala forma-

El castaño obedeció. Pese al mal trato que le dio, no mostró reacción de familiaridad a ello. Creyó que hablarle como lo hacía cuando recién formaba parte de la legión lo ayudaría a recordar, pero no fue así. Se ocupó de dar su clase como de costumbre, el rostro de Eren reflejaba no entender nada pero él no se detuvo a explicarle. En muchas ocasiones, explicaba la materia mirando al menor que sólo se intimidaba al sentir su atención puesta en él.

-Acabamos aquí-dijo finalizando la clase por el timbre que lo indicaba. Los estudiantes se levantaron de sus puestos, había uno que no podía salir-Jaeger, tú te quedas.

-¿Por qué…?-preguntó asustado-

Ante la orden que le dieron, Mikasa se detuvo a su lado y miró a su profesor de manera desafiante. Lo había visto ya en el hospital, no era de confianza para ella. Armin no sabía qué hacer, conocía bastante a Levi para imaginar que podría hacer y no sabía si eso sería bueno para Eren.

-Vamos hablar sobre qué hacer con tú retraso en las materias-hizo una pausa-A solas.

-Eren no puede quedarse solo-rebatió Mikasa-

- ¡Mikasa! Déjame solo, no soy un niño-reaccionó molesto ante la actitud de su hermana-

-Yo creo lo mismo-le sonrió Armin a la chica y la tomó del brazo-Vamos estaremos esperando afuera.

De mala gana salió de la sala junto a su amigo cerrando la puerta y esperándolo en el pasillo. Rivaille se apoyó en el mesón perteneciente al profesor, cruzó sus brazos y miró a Eren que estaba con su espalda a pocos centímetros de tocar el pizarrón, listo para escuchar atentamente.

-Debemos hacer muchas cosas contigo. Necesito que traigas un horario de tus ratos libres, debes tomar clases extra para estar acorde a tu nivel.

-Sí, lo traeré mañana.

-¿Cómo te has sentido?-cambió su tono autoritario a uno más gentil-

-Eh…Bien…-respondió consternado-

-Oye mocoso-generó la sorpresa del menor-¿No recuerdas nada?

-…No sé de qué me está hablando.

-¿Cómo te atreves a olvidar?-le dijo mirándolo furioso-¿Cuánto tiempo más pretendes estar con tu estúpida amnesia?

Sus palabras eran duras considerando la situación en la que se encontraba el castaño, pero había guardado tantas cosas que no las pudo reprimir y toda su ira y frustración eran liberadas. Eren se sentía incómodo ante su conducta, quiso salir de allí cuando empezó a escuchar esas cosas. Lo intentó, pero su profesor ágilmente le cercó el pasó arrinconándolo contra el pizarrón, entre sus dos brazos apoyados en este. Estaba bastante cerca para ser sólo un profesor, Eren estaba atemorizado en esa posición y no despegaba su vista de esos fríos ojos grises que lo asechaban.

-¿Q-qué está haciendo…?-preguntaba el menor con temor-

-¿Sabes cómo me llamo?

-Profesor…Ackerman -respondió tragando saliva-

-Maldición Eren ¡No!-golpeo el pizarrón asustándolo. Estaba descontrolado, él mismo se dio cuenta y trato de calmarse-Me prometiste que no te irías ¿Qué hay con eso? ¿Así de fácil rompes tus promesas mocoso de mierda?

-Déjeme, no sé de qué me está hablando.

Le resultaba muy difícil ver que Eren de verdad no recordaba nada, pero ya lo estaba presionando mucho y tenía que entender que el menor venía saliendo de una situación complicada y no podía presionarlo. Además, el control que tenía sobre su cuerpo se estaba agotando, en cualquier momento lo tomaría y no podría detenerse. Con esfuerzo y rendición se separó de él y volvió a tomar su postura seria.

-Puedes irte, tráeme tus papales mañana.

-Sí, adiós-salió apurado de allí-

No le sorprendió que huyera como un ratoncito. Se veía sano y fuerte, estaba con sus amigos y pese a que volvió a perder a su madre, Armin aseguraba que su padre no era el mismo. Ahora tendría una familia y no cargaría con ese peso que llevaba antes. Viviría feliz ¿Aún si él no era capaz de recordarlo? ¿Eso estaría bien para él? No.

Salió de allí después de Eren, él estaba en el pasillo con sus amigos y los tres voltearon a verlo cuando salió. Justo en ese instante se escuchó llamar por alguien muy familiar.

-¡Levi!-gritó quien venía en su dirección-

-¿Qué quieres maldita loca?

-¡Debes venir conmigo!-lo tomo del brazo-

-¿Eh? No, tengo otra clase después del descanso. 

-¡Descansa conmigo!-se apoyó en los hombres de Levi con uno de sus brazos-¡Vamos!

-¡No! ¡Escúchame cuando te hablo!-gritaba al ser arrastrado por Hanji contra su voluntad-

-¿Qué? ¿Dijiste algo? Perdona no recibo tu mensaje muy bien desde allá abajo-burlándose de la estatura de Levi-

-¡Suéltame cuatro ojos de mierda!-le exigía molesto-

Al escuchar ello, Eren reaccionó y volteo a ver la escena que llevaban su profesor con esa mujer. Le resultaba familiar ¿Pero de dónde? Se preguntaba mientras observaba como ambos continuaban con lo suyo.

-¡Basta! ¡Suéltame!

-¿Qué? No te oigo habla más fuerte.

Eren se quedó pegado viendo cómo se iban, cuando ya los perdió, recién ahí, pudo escuchar como Armin y Mikasa le hablaban.

-¿Eren?-buscaba llamar su atención el rubio-

-¿Cuál es el nombre del profesor?-preguntó aun mirando en dirección hacia donde se habían ido-

-Rivaille. Según he escuchado sus amigos le dicen Levi, pero sólo he escuchado ello de la señorita Hanji-confirmó Armin fijándose así, si reaccionaba con algo-

-Am…-se mantuvo serio-

-o-

Hanji logró su cometido y lo encerró consigo en la enfermería. No había nadie y nadie acostumbraba a venir a no ser algo serio de verdad, era una persona tan rara que asustaba a todos y preferían aguantarse de algún dolor de cabeza u otro malestar.

-¡No entiendes nunca estúpida!-la tomó de la bata-

-¡Wa! ¡Espera, espera! Hay una buena razón en todo esto…-dijo logrando que Levi aflojara su agarre-

-Más te vale que sea buena-la amenazó-

-Sí, la verdad… -puso ambas manos en los hombros del azabache y lo miró seria-Quiero que me acompañes a ver una exposición de reptiles.

-… ¡Te dije buena!-golpeo con su puño la cabeza de la castaña-

-¡Auch! ¡Es una buena razón!

-Tch, olvídalo yo me voy.

-Espera. Hay algo más.

-No escucharé ninguna mierda.

-¿Recuerdas lo que me dijiste sobre los Titanes?-logró detenerlo con ello-

-Sí ¿Por qué?-volteo a verla-

-Bueno, cuando me hablaste sobre ello, sumado con mis sueños, de verdad lo encontré interesante y comencé a investigar. No hay nada, de hecho es prácticamente imposible que algo así ocurra.

-Mmm, probablemente.

-Pero tú no vendrías hablar de ello de la nada-cambio sus rostro completamente. Un rostro oscuro que demostraba lo desquiciada que podía ser esta mujer- En toda la historia del hombre, siempre han buscado ocultar muchas cosas. Sobre todo en el mundo de la ciencia. Nada de lo oyes o lees es cien por ciento seguro y nunca sabrás donde está la verdad. Investigué en mi universidad, en otras facultades y en asociaciones. Nada concreto, sin embargo, si te pones a estudiar todo detalladamente hay muchas cosas ocultas pero divididas en fragmentos que te llevan a algo.

-¿A qué quieres llegar?-comenzaba a entender el rumbo de la conversación-

-Escuadrón 731*.

-¿Qué pasa con ello?

-Tú sabes historia,  sabes mejor que yo a que me refiero. Pero hay algo que tú no sabes y no lo encontrarás en ningún libro.

Hizo una pausa larga antes de continuar, ambos se miraban con toda seriedad. Hanji iba enserio y esto era nostálgicamente indeseado. Aquellos días donde nada era confiable y todo parecía guardar algún misterio, era exactamente lo que estaba ocurriendo otra vez.

-El escuadrón estaba compuesto por ocho divisiones como tú sabes. Cada una de ellas se encargaba de hacer distintos experimentos con armas biológicas en humanos. Hay uno más, uno que fue escondido y sólo si te pones a estudiar varios registros científicos de la segunda guerra mundial, encontraras fragmentos que te lo revelaran. La novena división se encargaba de buscar algo más, no sabría decir qué pero ellos buscaban desesperadamente un “algo” que los ayudaría a completar sus estudios. Experimentos que tenían que ver en estos “gigantes”. No sé qué pretendían, pero si dejaron fragmentos esparcidos en distintos registros…

-Alguien tiene que encontrarlos…-terminó la frase de Hanji-

-Sí.

“Maldición” mordió su labio inferior. Si eso llegaba a ser cierto, alguien había intentado encontrar nuevamente el secreto de los Titanes y no sólo eso, probablemente aún pretendían encontrarlo ¿Para qué? Pensaba en su interior.

-Woo ¿Cómo sería estar rodeado con gigantes?-se cuestionó con emoción-

-No tienes idea de la mierda que estás hablando-respondió tajante-

-Calma, no creo que sea posible…-dijo al darse cuenta de la reacción de Levi-De todas formas me sorprendió, ya había soñado un par de veces con esto pero no esperaba que llegara a ser cierto.

-¿Continuas con sueños así?-preguntó-

-A veces, no les daba importancia. Pero debo admitir que ahora si tengo mucho interés en saber más.

-Si quieres hablar sobre ellos o algo más, me tomare la molestia de escucharte-le ofreció obteniendo una sonrisa de la mujer-

-Dime cuando no lo has hecho-ante sus palabras Levi chasqueo su lengua con disgusto- Pero te veo muy interesado en esto ¿De dónde obtuviste esta idea Levi? No es común en ti.

-Sueños.

-Mmm-cruzó sus brazos, no parecía estar satisfecha con su respuesta-

-Debo volver a trabajar-se dirigió a la puerta antes de que preguntara algo más-

-Te veo en el almuerzo. Levi-lo detuvo antes de que se fuera-Puedes decirme lo que sea.

-Lo tendré en cuenta-cerró la puerta a sus espaldas-

Dudaba si Hanji recordaba o no, pero si decía algo y no tenía sus memorias podría generar un problema. Esperaba que Erwin tampoco le haya tocado algún tema relacionado, pero así como estaban las cosas dudaba de ello.

“Novena división” vino a su cabeza la información de Hanji.

El secreto de los Titanes quedó oculto cuando todo terminó. Se eliminó todo y la misma humanidad no transmitiría la información a sus próximas generaciones por conciencia a su sufrimiento. El rey y todos quienes estuvieron involucrados con ese tema, fueron condenados a muerte ¿De dónde salió nueva información de ello? Quedó evidenciado que durante la segunda guerra mundial se experimentó, probablemente fue coincidencia. Quería creerlo, pero su instinto no lo dejaba estar tranquilo.

Sumergido en sus pensamientos, fue sorprendido por un conocido que lo llamó a sus espaldas. Tenía un don para aparecer en los momentos más inoportunos.

-Levi ¿Cómo has estado?-preguntó a sus espaldas-

-¿Cómo crees tú Erwin?-le respondió tosco-

-No vengo a pelear. Quiero cenar contigo hoy-le propuso-

-¿Tú no conoces el límite de descaro? Es obvio que no.

-Uhh…-soltó un suspiró- Necesitamos dejar claras las cosas. Y necesitamos hablar de Eren.

-¿Qué otra mentira me inventaras ahora?

-No habrán mentiras.

-Bueno-aceptó-Pero iré solo, no me subiré a tu maldita chatarra.

-Como quieras. Iremos donde siempre, te esperaré allí a las ocho. Nos vemos-le sonrió y siguió su camino-

-o-

Eren se encontraba con sus compañeros en el salón a la espera de su próxima clases. Todos seguían a su lado preguntando cosas y ofreciéndole su ayuda, era el centro de atención.

-Eren, si quieres puedo prestarte mis cuadernos-ofreció Christa-

-Gracias, pero los profesores me ayudarán a recuperar el tiempo perdido-le respondió con una sonrisa-

-Rechazando los cuadernos de la hermosa Christa…-susurró con desdicha Connie-

-¿Qué dijiste?-una mujer alta y delgada apareció por detrás del chico-

-¡Ah!-saltó el chico al ver a la chica a sus espaldas-

-¡Ymir!-reconoció Christa-

Ymir era de un grado superior a la clase en la que se encontraba Eren, pero eran muy buenas amigas con Christa y siempre la venía a ver. Era una chica alta, de pelo negro y tez morena. Tenía una mirada un poco intimidante y su rostro tenía varias pecas alrededor de su nariz. La llegada de esa chica llamó la atención de Eren y ella se percató de la mirada del castaño.

-¿Tú eres el bello durmiente?-le preguntó al castaño provocando una risa en Jean- Espero que volver no se te complique mucho.

-Am, sí…gracias…-no sabía si eso debía agradecerlo pero de todas formas lo hizo-

-Traje tu almuerzo, supongo que se te olvido nuevamente…-le entregó un bolso pequeño-

-Sí…-sonrió nerviosamente-muchas gracias…

-No hay de qué. Nos vemos después-se despidió acariciando los cabellos de la chica-

Cuando esa chica venía, todos se intimidaban con su presencia. La única que sentía un calor humano proveniente de ella era Christa, que era tratada como una pequeña hermana por Ymir.

-Perdona lo que dijo Ymir-se refirió a Eren-Ella no es mala…

-No importa…

-Yo creo que Annie es peor…-agregó Sasha-

-Yo creo que son iguales…-respondió Connie-

-¿Annie?-preguntó Eren-

-Chicos, están confundiendo a Eren…-Armin detuvo la conversación al notar que su amigo comenzaba a confundirse-

-Lo siento…-se disculparon todos-

-¡Muy bien a sus puestos!-ordenó el profesor que venía llegando-

Todos se sentaron y el profesor dejó sus cosas y se dirigió a Eren:

-Hola de nuevo Eren-saludó-

-Buenos días profesor Brossard…-correspondió el saludo-

-Creo que ya te lo dijeron, pero tendrás el honor de tener clases privadas conmigo-dijo con grandeza-

-Ah…no, no me informaron de eso…-no estaba sorprendido por lo arrogante que llegaba a ser su profesor. Siempre había sido así y no había cambiado nada-

-…Bueno, ahora lo sabes-trató de no perder su postura honorifica-

-Gracias…-respondió cansado de su arrogancia-

Las clases continuaron el resto del día, Eren no entendía nada y no se detendrían a explicarle, para ello necesitaba retomar todo lo que le faltaba. No se molestó en esforzarse por entender, se dedicó a mirar al cielo por la ventana todas las clases, su mente volaba y a veces podía ver el rostro de su madre en sus recuerdos y debía tragarse el llanto en plena clase. Le tomó trabajo aceptarlo, su madre ya no estaría allí nunca más. Prefería engañarse con los recuerdos de ella sino, sentía que no podría tolerarlo. Sus compañeros fueron todos muy amables, el director también e incluso los profesores.

 

“¿Cómo te atreves a olvidar?  ¿Cuánto tiempo más pretendes estar con tu estúpida amnesia?”

“Me prometiste que no te irías ¿Qué hay con eso? ¿Así de fácil rompes tus promesas mocoso de mierda?”

Había olvidado por completo lo ocurrido con el profesor Ackerman. Era la segunda vez que lo veía, además del hospital. No lo conocía desde antes, jamás lo había visto pero aun así le reprochaba que olvidó “¿Olvidar qué?” Se preguntaba y trataba de recordar. Pero no sabía ni por dónde empezar a buscar. Decidió no darle importancia, tenía muchos problemas que afrontar y no agregaría otro. Pero pese a su decisión, el rostro frustrado del mayor y sus palabras rondaban en su cabeza sin cesar.

Continuará…

Notas finales:

*El Escuadrón 731 fue un programa encubierto de investigación y desarrollo de armas biológicas del Ejército Imperial Japonés, que llevó a cabo letales experimentos sobre humanos durante la Segunda Guerra Chino-japonesa (1937-1945) y la Segunda Guerra Mundial. Fue responsable de algunos de los más horribles crímenes de guerra cometidos por militares nipones. Oficialmente conocido por el Ejército Imperial Japonés como el Laboratorio de Investigación y Prevención Epidémica del Ministerio Político Kempeitai, fue inicialmente instaurado como una sección política e ideológica de la policía militar Kempeitai. Fue formado con la intención de contrarrestar la influencia político-ideológica de los enemigos y reforzar el sistema de unidad militar. El Escuadrón estaba compuesto por 8 Divisiones (la novena fue creada en esta historia) 

Fuente san wikipedia.


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