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Renacer por Haru19

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Notas del capitulo:

Shingeki no Kyojin y todos sus personajes no me pertenece, son de su respectivo autor Hajime Isayama.

Ocho en punto. Levi se encontraba en una meza en el restaurante acordado desde hace quince minutos. Sin darse cuenta llegó antes, sus ansias ya no podían ser controladas como antes. Para suerte de él, Erwin llegó a la hora y no tuvo que esperar de más. Lo divisó entre la gente y se sentó en la misma mesa. La camarera se acercó al percatarse que la persona que estaba esperando el azabache había llegado, tomó sus pedidos y se retiró de allí.

 

A penas se fue, el ambiente entre ellos se volvió denso. Levi se apoyó en el respaldo de su silla con los brazos cruzados y clavó su mirada fría en el rubio. Erwin tampoco se quedó atrás, apoyó los codos sobre la mesa y afirmó su mentón en el dorso de sus manos. No bajo la mirada. El ambiente tenso que ambos montaron, llamó la atención del resto de los clientes.

 

-No cambias Levi-se relajó con una sonrisa-

-No vine hablar sobre eso Erwin. Estoy esperando, empieza de una buena vez-no cambió su postura-

-¿Qué quieres saber?

-Todo ¿Por qué ocultaste lo de Eren?

-Ya te dije, fue para protegerte.

-No me trago eso Erwin ¿Qué pretendes?

-¿Qué pretendo? Nada, mantenerte a salvo ha sido lo único que he hecho. Pero no resultó-desvió su mirada-

-No estoy jugando y no soy imbécil. Sé que ocurrió con la madre de Eren, extrañamente a él no lo tocaron. Hanji descubrió algunas cosas y tú sigues ocultando algo. ¿Querer protegerme? Tch, no estoy para tus bromas.

-¿Hanji? Ella no recuerda nada.

-Supongo que no, pero cuando yo no recordaba le hable sobre el tema de los Titanes y se emocionó. Buscó muchos datos y adivina qué, alguien intentó encontrar cómo crear Titanes durante la segunda guerra mundial ¿No eras tú quien debía ocuparse de eliminar todo? Entonces, ¿Por qué alguien sabía de su existencia?

Hubo unos segundos de silencio, Erwin no se mostraba acorralado y eso ponía nervioso a Rivaille. La camarera llegó con sus platos, dejándolos en sus puestos y luego se marchó para que disfrutaran de su cena.

-¿No sería normal que alguien haya reencarnado con sus recuerdos?-le preguntó Erwin-

-Nosotros tres junto con Eren éramos los únicos en saber el fondo del asunto. Los demás tenían una idea superficial. Sus dos amigos cercanos también, pero ellos buscaban lo mismo que él.

-Cada idea superficial puede llevar a una búsqueda profundizada. Pero, no sabía que Hanji estaba metida en esto ¿Qué sabe?

-No mucho, en comparación con todo lo que sabía.

-Habrá que tener cuidado con ella, puede recordar.

-Lo tendré en cuenta pero no te desvíes del tema. Sé que no estas ajeno al asunto-hizo una pausa dejando los servicios de lado-¿Qué planeas Erwin?-le preguntó-

-Levi-junto sus manos sobre la mesa antes de continuar- Dímelo tú, ¿Qué crees que planeo?-lo miró de manera calculadora-

Tuvo que admitirlo, que le respondiera eso lo dejo desconcertado. Erwin siempre trato a todos como sus piezas de ajedrez, unas más valiosas que otras, pero todas parte de sus estrategias. No podría ser categorizado como infamo, era su misión tener una mentalidad calculadora para idear estrategias. Sin muchas de ellas no hubieran llegado nunca al fin de la amenaza de esos años. Ocurría lo mismo esta ocasión, Erwin planeaba algo y por desgracia no tenía idea de que tratara, y eso le molestaba sobremanera.

-Te lo advierto Erwin, atrévete a tocar a Eren o a la loca de Hanji y despídete de tu asquerosa vida-le dijo con todo el desprecio guardado en su interior-No sé qué mierda pretendes, pero si te metes en mi camino yo mismo te voy a sacar.

-Lo sé-levantó su mano solicitando la cuenta-Pagaré yo.

-No estoy jugando. Podré no estar en el ejército, pero recuerdo bien como encargarme de la basura.

La camarera le trajo la cuenta y el rubio le agradeció. De su cartera sacó unos billetes que cubrían con los costos de la cena más propina. Luego de que la chica se retirará con el pago Erwin prosiguió.

-Levi, debes tener una visión más amplia. Muchas gracias por acompañarme nos vemos-tomó sus cosas y se levantó. Pensó en ofrecer llevarlo, pero sabía que sería en vano-

Levi se quedó unos segundos pensando en lo que había dicho Erwin. Detestaba sentirse así, todo era tan incierto y no sabía ni por dónde empezar a ordenar las ideas. Pero todo le indicaba que Erwin tramaba algo, y por cómo se comportaba no era nada bueno ¿En qué creer? ¿Qué hacer? Se preguntaba, sin hallar respuestas.

No tardó en retirarse de allí, con las ideas un poco más ordenadas en medio de ese gran desorden mental que lo estaba acabando. Fue a su departamento por su tenida de deporte y salió a entrenar a los alrededores.

Volver al departamento, era una opción que no le apetecía. Al estar solo entre esas paredes, sentía como sus tormentosos recuerdos podrían devorarlo en cualquier pequeño descuido de su parte. Con Eren presente era sencillo dejarlos de un lado, pero sin él, el desamparo los convocaba como sombras asechándolo y riéndose de él.

Todas las tardes, al llegar del trabajo se ponía su tenida de deporte y salía a entrenar. Se exigía tanto, al punto que sus músculos no respondían a las más naturales órdenes del cuerpo humano. Llegaba a su departamento para tomar una ducha y dejarse llevar por el sueño después de su duro entrenamiento. Por su trabajo no había problema, terminada su jornada y a lugar de regresar a su departamento como lo hacía antes, se quedaba trabajando en la sala de profesores hasta acabar toda su labor que acostumbraba hacer en casa. El orden y la limpieza las hacía por las mañanas a gran velocidad, los almuerzos y cenas las consumía por Hanji o comida preparada que compraba en diferentes sectores, le resultaba asqueroso pero no se moriría de hambre. Su departamento sólo era ocupado para dormir y dejar sus pertenencias, nada más.

Durante el tiempo que estaba en la sala de profesores, Petra se quedaba con él haciéndole compañía. Su excusa era que también se quedaba a trabajar, y Levi sabía bien que era una mera excusa para acompañarlo. Era probable que Petra se enamorara nuevamente de él, tenía la misma actitud del pasado y si bien, en el pasado le dio una oportunidad, esta vez no lo haría. Era una compañera, tal vez llegaría a ser una amiga pero nada más. En su interior se cuestionó el caso en el de no haber recordado nada y Eren no hubiera aparecido ¿Habría empezado una relación con ella? No sabía, de lo único que estaba seguro era del profundo amor que sentía hacía Eren, de las imágenes y deseos que tenía todos los días y la gran impaciencia de que Eren se apresurara a recordarlo.

Esa noche, se exigió el doble. Se aseguraría de llegar al punto en el cual ni su mente funcionaría para pensar en estupideces. Y así fue.

La mañana siguiente, despertó sobre su cama con su tenida de deporte aún con él, sudada y sucia. No se había preocupado ni de dormir decentemente en su cama ni ordenó sus cosas.

-Estupendo-dijo con una mueca al observarse-

Se levantó y despojó de sus ropas, quedando en ropa interior. Fue a la lavadora y dejo que hiciera su tarea con su vestimenta. Tomó una ducha y luego de ello fue a tender sus cosas para que estuvieran listas para la noche. Una vez listo, tomó sus cosas y se fue. Pasó por un café y unas tostadas en una cafetería camino a su trabajo. Quería acabar con toda esta situación pronto, estaba harto.

-o-

Levantarse temprano por las mañanas le resultaba muy difícil. Haber dormido tanto tiempo no significaba que tuviera energía de sobra, al contrario, sentía una falencia de ella. Desayunar ya no era lo mismo, nada era igual en esa casa después de la muerte de su madre. Su hermana siempre lo acompañaba, pero su padre ya había empezado nuevamente a trabajar y nunca estaba.

Había estudiado por su cuenta y lograba entender mejor lo que hablaban en clases. Armin también lo había ayudado, gracias a eso pudo avanzar más rápido. Pero aún faltaba algo, debía entregar su disponibilidad para diferentes tutorías, pero aún no estaba seguro de cual fuera su horario libre. Continuaba visitando el hospital para chequeos médicos y eso le tomaba algo de tiempo, debería explicarlo y hablarlo con el profesor Rivaille. Sin embargo, la conversación que tuvo con él ayer acabó siendo muy extraña, no quería hablar esas cosas de nuevo, le molestaba. Le gustase o no, debería acercarse igual.

Su próxima clase, afortunadamente, no requería muchos conocimientos previos. Artes, no estaría marcando presencia sin participar en nada y eso levantaba el ánimo del castaño. Era la única asignatura que requería un cambio de sala y eso le vendría bien. El ambiente allí era mucho más acogedor que su bufete habitual, los diferentes colores presentes daban una vitalidad al lugar y podía escoger donde sentarse.

-Eren, siéntate-Mikasa le señalo un puesto a su lado-

-Estaré con Armin-rechazó la oferta de su hermana, estaba cansado de pasar todo el día con ella-

Pasó de largo y el puesto que le ofrecieron fue ocupado por Sasha. El descontento de Mikasa quedó en manifiesto pero la chica de todos modos trato de entablar una conversación con la hermana de Eren.

-Me va a matar…-le dijo el rubio a su amigo-

-Estoy agotado de su sobreprotección….-dijo fastidiado-

-Ella estuvo muy preocupada por ti y no quiere que nada te ocurra.

Armin siempre fue como la voz de la comprensión y armonía, su mejor amigo al cual le podía confiar todo. Podía decirle todo y siempre le diría la verdad de la situación, por mucho que esa resultara dolorosa o fastidiosa, no te fallaría.

-Lo sé…-aceptó-

Miró hacia otro lado, para evitar la tan repetida conversación que han tocado desde que despertó, y se encontró con Jean que lo miraba con desdén. Se había vuelto más molesto de lo que era, impresionantemente mucho más molesto. Nunca se debo abatir por las burlas y peleas de Jean y esta vez no sería diferente. No lo entendía, pero le sostuvo la mirada igual de desagradable que la suya y ante su sorpresa, pudo distinguir como por unos pocos segundos sus ojos cambiaron de dirección a Armin y volvieron a él. Cambió su dirección y miró a su amigo de reojo ¿Ahora también pelearía con él? Pero entonces, ¿Por qué estaba apenado? Concluía el castaño sin lograr entender que ocurría con la expresión de Armin.

La puerta se abrió y por ella entró una mujer de pelo color miel. Era bajita y traía consigo una pila de materiales que no dejaban ver su rostro, sobrepasando su cabeza. Con una voz dulce y suave les pidió a los alumnos que se callaran mientras ella dejaba el montón de sus brazos sobre un mesón. Al escucharla, la piel del castaño se erizo sin razón y buscaba ver el rostro de su profesora desenfrenadamente. Debía recordarla, pensaba. Pero al lograr descubrir sus finos rasgos un fuerte dolor de cabeza lo asaltó.

"¡Eren confía en nosotros!" escuchó su mente acompañada de borrosas imágenes.

Todo el mundo volteo a curiosear qué le ocurría a Eren quien llevó su manos a sus oídos y dio un corto grito. Su profesora se acercó de inmediato, arrodillándose a su lado, al verla allí sus manos empezaron a temblar.

-¿Eren te encuentras bien?-le preguntó preocupada y tomo las manos del menor-Estás temblando… Te llevaré a la enfermería.

-Estoy bien…-logró modular aún confuso-

-No, mírate-le mostró sus manos-Te llevaré a la enfermería.

-No, no es necesario…estoy bien-insistió-

Y no importo lo que dijera, Petra lo llevó y él no puso mayor resistencia ante ella. Era mujer y su aura angelical se lo prohibía. Su madre siempre le enseño a ser un buen hombre y a tratar a una mujer con delicadeza.

En la enfermería lo recibió la mujer del otro día, aquella que se llevó al profesor Ackerman con ella. Parecía ser alguien alegre y por un momento dudó en que se desenvolviera en esa área, luego de un momento comenzó a confiar un poco más en sus palabras. Le resultaba muy gracioso escucharla, no lo expresaba, pero la imaginaba como el prototipo de lunática de la ciencia que tenían en sus casas un gran laboratorio y vivían con alguna mascota exótica las cuales sufrían de una diversidad de experimentos a menudo.

Le medicaron una pastilla para el dolor de cabeza que tuvo en clases, luego de eso Hanji se dedicó hablar con el menor entusiastamente. Conversar con ella se sentía bien, no tocaron el tema de su accidente y eso lo hacía sentirse mejor.

-Será mejor que descanses ahora. Hemos hablado mucho y debes descansar-se levantó de la cama en la que se encontraba el castaño-

-Debería volver, ya estoy mejor-trató de levantarse pero un brazo lo empujo con delicadeza-

-No jovencito, descansaras un momento. Trata de dormir-lo abandonó cerrando las cortinas que rodeaban la camilla-

Entre tanto papeleo por atender, la hora paso y Hanji olvidó que Eren se encontraba allí. Le había dicho que descansara pese a su insistencia por volver a clases. Ahora lo dejaría salir, por lo que fue a verlo, abrió las cortinas un poco para mirar al interior y encontrar al pequeño durmiendo tranquilo como un bebé. Una tierna sonrisa se dibujó en su rostro y lo dejo que continuara durmiendo.

Pronto llegaría la hora de almorzar y para no atrasarse con su trabajo, salió de allí a entregar unos papeles que le debía a Erwin.

Minutos después, el timbre sonando despertó al castaño. Se había quedado dormido sin desearlo y no fue poco tiempo. Era la hora de almuerzo, pero para retirarse de allí necesitaba un pase de enfermería para no quedar ausente en la lista.

-Hanji, ya me voy necesito un pase-avisó pero nadie respondió-¿Hanji?

No lograba ver si se encontraba o no, debido que estaba rodeado por cortinas de aislamiento. Dado a que no respondió dio por hecho que no se encontraba, pero justo en ese instante se escuchó un abrir y cerrar de puerta. Se levantó y abrió las cortinas, pero no era Hanji quien estaba del otro lado.

-Profesor…-se paralizó al verlo-

-¿Qué haces aquí?-le preguntó-

-Vine a la enfermería.

-Eso ya lo sé mocoso pero ¿Por qué?-le preguntó molesto-

-¿No puedo venir acaso?-al responder con una insolencia, Levi frunció el ceño un poco más. No sabía por qué le respondió así, pero la había cagado. Debía ser parte de su mal genio-Perdón, tenía dolor de cabeza.

-¿Cómo te sientes ahora?-le preguntó dejando pasar la insolencia-

-Estoy bien, esperaré el pase de Hanji y me iré. Tenía que decirle a usted, que no pude traer mi disponibilidad para clases extra, el hospital me tiene ocupado.

-Trata de traerlo pronto-se sentó en la silla de Hanji-

Empezaba a ponerse nervioso sin explicación, seguramente por cómo le trato ayer. Quería irse pero no podía volver sin el pase. Podría venir a buscarlo después. ¿Por qué debía ser él quien tenía que irse? Y además ¿Qué hacia él aquí? Se preguntaba al observar otro punto muy lejos de Levi.

-Volveré después por el pase.

-Debe estar por llegar, espérala.

"Con usted aquí no" quería responder, pero si lo hacía no quería imaginarse el castigo. Su cuerpo tenía miedo de moverse, sentía que al hacerlo sería reprimido por ese hombre sin una razón en particular. Su persona le generaba un gran temor y no lo dejaba actuar libremente. Se mantuvo maldiciendo en su cabeza la llegada de Levi y que tuviera que quedarse, ¿Por qué? Se preguntó, ¿Acaso tenía una relación especial con ella para venir? "No eso es estúpido" se dijo ante la idea, pero no podía evitar pensarlo y mucho menos sentirse molesto.

-¿Usted es novio de Hanji?- se animó a preguntar con un leve colorete en sus mejillas-

-¿Qué?-preguntó desconcertado-

-Es un rumor…-agregó Eren para no ser regañado-

-¿Qué demon…?-se detuvo. Podía ocupar ese chisme a favor suyo-¿Tú qué crees?

-…-lo tomó por sorpresa-No sé, por algo se lo preguntaba-respondió enojado-

-Um...-clavó su mirada en él percatándose, de lo incomodo que se le hacía al castaño. Le gustaba verlo así-Probablemente.

No podía creer lo que estaba diciendo, ni en sus más oscuras y lejanas pesadillas ocurriría eso, pero si así iba a poder sacar una que otra recompensa de esto podría hacerlo. Después de todo, eran sólo palabras. Y obtuvo lo que quiso. Al escuchar su respuesta, Eren abrió sus ojos y su rostro reflejó lo incomoda que fue su respuesta.

-Volveré después de la comida-fue a buscar sus zapatos bajo la camilla-

Se sentó para ponérselos y salir de ese incomodo ambiente pronto, la razón por la cual se encontraba enojado la desconocía, pero verle el rostro a su profesor aumentaba su ira. Antes de que se le permitiera colocarse su segundo zapato, Levi entró y cerró las cortinas sin despegar su mirada de él.

-¿Qué hace?-preguntó asustado-

-¿No quieres hacerlo por las buenas? Tendrá que ser por las malas entonces.

Sin dejar que el menor le respondiera, lo empujó haciéndolo caer con su espalda sobre la camilla. Se agachó y con ambos brazos a los costados de Eren, le impidió levantarse. Su rostro se encontró muy cerca del castaño y sorprendentemente, este no lo corrió. Esta vez estaba decidido, no lo dejaría ir como si nada, Eren había reaccionado a sus palabras. Había esperanza y él la avivaría.

-N-no…-negó temeroso el menor-

-¿Quieres que salga?-subió sus piernas a la cama, dejando las piernas del castaño entre las suyas. Se encontraba, ahora, sobre el menor apoyado en sus brazos y piernas-Apártame-le retó-

-Fuera-hizo un intento en vano de empujarlo con sus manos en el pecho de su profesor. La fuerza que usaba era tan torpe, que no lograba moverlo ni un poco. Más que eso, enrojeció al notar con la palma de sus manos lo trabajado que estaba el pecho de su profesor bajo su camisa blanca.

-¿Con eso pretendes apartarme?-empujo con su cuerpo, las manos contra su pecho, descendiendo hacia el rostro del menor-

Con una de sus manos, acarició el cuello del menor y comenzó a recorrer los pliegues de su ropa, el cuello del uniforme, su corbata a rayas y volvió hasta el primer botón de su camisa. Subió hasta el nudo de la corbata y lo desato sin cuidado para abrir paso a su mano en la piel del castaño.

Al sentir el tacto, de la pequeña mano de Levi en su piel se estremeció. Su cuerpo no le obedecía, su corazón no paraba de acelerar el pulso y sus deseos por salir de ahí empezaban a sucumbir. Levi seguía sus manos con su mirada y lo ponía nervioso, giró su cabeza y cerró con fuerza sus ojos. Estaba avergonzado, pero el miedo empezaba a desaparecer poco a poco

Su mano recorrió suavemente la cálida piel de Eren, empezando por su delgado cuello, bajando por sus hombros y pasando por su clavícula, descendía poco a poco con suaves caricias que sólo conseguían aumentar su lujurioso deseo. Acercó sus labios al cuello contrario y depositó dulces besos que se convirtieron en mordidas y lameduras que recorrieron toda la zona.

La húmeda sensación en su cuello y las caricias en su pecho, provocaron diferentes espasmos que se tradujeron en pequeños gemidos que liberó inconsciente. Al escucharse a si mismo se asustó y quiso detenerlo.

-Deten…¡Ngh!...te-trató de modular-

Rivaille cesó los besos y llevó su boca a la oreja del castaño y le susurró:

-Apártame-terminada su frase, mordió con suavidad la el lóbulo ocasionando un gemido más fuerte que los anteriores-

Verlo ahí, rendido ante él, avivaban la llama en si interior. El deseo guardado era capaz de liberarlo y poseer todo en él. Ya no había vuelta atrás, su mente y cuerpo estaban cegados ante el placer y no se detendría. Llevó sus manos a los pezones del menor y con el fin de que sus dulces sonidos no se escucharán, lo calló con un profundo beso mientras jugaba con ellos. Con movimientos circulares jugó con los pezones mientras en sus bocas, Eren liberaba gemido tras gemido sin poder detenerlos. El miembro de Rivaille empezaba a endurecer al sentir tensarse los botones del menor en sus manos acompañado, de lo que era música para sus oídos.

Dejo los pezones de Eren y corto el beso para observarlo un poco, el chico se negaba a mirarlo. Llevó su boca a la barbilla del castaño y con apasionados besos lo volteo. Al separarse, vio cómo se encontraba avergonzado y excitado a la vez, no tardó en desviar su cara otra vez al sentir como era observado. No había cambiado en nada, continuaba siendo su mismo mocoso de siempre con sus expresiones naturales y seductoras en estas circunstancias. Lo tomaría por completo, no más espera.

El sonido de la puerta los sacó a ambos del caluroso momento que llevaban.

-¿Eren sigues aquí?-preguntó Hanji-

El sonido de la voz de la mujer, ocasiono un salto en el menor que se reincorporó de inmediato, haciendo a Levi hacia un lado. Arregló su corbata y su aspecto en unos segundos y salió de allí sin decir ninguna palabra.

-¡Sí!...m-mi pase-le pidió-

-Toma-se lo tendió un tanto sorprendida al verlo-Lo tenía listo sobre el mesón.

-Gracias por su cuidado ¡Adiós!-se escabulló rápido por la puerta-

Corrió por los pasillos apretando su camisa con una de sus manos, su corazón no paraba de latir descontroladamente, su mente rebobinando el incidente, volviendo a la realidad, percatándose que si había pasado y sin saber por qué lo había permitido.

 

Continuará…


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