Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Renacer por Haru19

[Reviews - 37]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Shingeki no Kyojin y todos sus personajes no me pertenece, son de su respectivo autor Hajime Isayama.

No tuvo la oportunidad de reaccionar por la rápida huida de Eren, pero ya no estaba allí. Tuvo una ganas inmensas de degollar a Hanji con sus propias manos pero cuando ya fue capaz de aterrizar cabeza, se dio cuenta que sus actos no estaban bien. Que estuviera desesperado por ser recordado no era razón para abalanzarse sobre Eren de esa forma. Esta era una nueva vida, una nueva oportunidad para hacer las cosas bien y no la desperdiciaría.

Reponiéndose de su frustrado acto, salió de entre las cortinas aisladoras sorprendiendo a la castaña que no se había dado cuenta que su amigo se encontraba allí. Sostuvieron miradas en silencio, Levi no pensaba hablar, se limitaba a mirarla de manera poco amigable, que Hanji por su puesto sintió.

-Levi...

-Nada-hablo antes de que continuara-

-Dios, si quieres que Eren te recuerde no debes atacarlo hombre-le dijo soltando después una carcajada-¡Y en mi enfermería!

-…-se tomó su tiempo en digerir la situación, pero no tardo en aceptarlo. Hanji recordaba-¿Recuerdas?

-¡Sí! Aunque no sabía que tú también lo hacías. Pero con lo alterado que estaba Eren…me quedo claro-dijo sonriendo maliciosamente-

-¿¡Y por qué mierda no hablaste!?-le tomó del cuello del delantal-

-No sabía que recordabas…además fue hace poco que recuperé mis memorias-calmaba a Levi levantando sus palmas en son de paz-

-¿Cuándo?-preguntó sin soltarla-

-Buscando información sobre los Titanes.

La soltó al oír su respuesta, creía que el regreso de la memoria de Hanji pudo ser obra de Erwin y afortunadamente no fue así.

-Deberíamos sentarnos hablar con una buena taza de café ¡Iré a tu departamento hoy!-dijo emocionada-

-Podemos hablar ahora.

-Paciencia, podemos hacerlo después con calma. En este momento Erwin me tiene haciendo unos papeleos que estaban todos desordenados.

-Tch, ese maldito no puede hacer nada solo-se quejó mirando a un costado con fastidio-

-Tan amoroso como siempre Levi. De todas formas iré a tu departamento, tengo tu dirección.

-Sigues siendo igual de rara… ¿Dónde obtuviste mi dirección?

-Tú sigues siendo el mismo acosador sexual con Eren-obtuvo un puñetazo por respuesta que logró esquivar-¡Casi, nos vemos después!-salió de allí antes de recibir otro golpe del azabache-

Con la invitación que Hanji se proporcionó, Levi tuvo dos cosas claras, la primera, tendría que volver a su departamento  terminada las clases y estar allí esperándola, idea que no le agradaba para nada. La segunda, la próxima vez que redactara un currículum se aseguraría de citar una dirección falsa, era la segunda persona que obtenía su dirección de sus papeles, empezando con Erwin claro. Salió de allí por algo de comer en la cafetería ya que no almorzaría con Hanji.

-o-

Su palpitar continuaba descontrolado, y con lo rápido que iba no lograba nada más que acelerarlo. Aún no estaba seguro de qué ocurrió y cómo ocurrió, pero estaba completamente colorado y aunque se haya arreglado un poco antes de salir, había muchas cosas que estaban fuera de lugar y no se había dado cuenta.

Al llegar a la intersección de dos pasillos choco con Armin y como su amigo era de contextura mucho más delgada, callo sentado al suelo por el impacto.

-¡Armin lo siento!-le estiró su mano para levantarlo-

-Estoy bien-con la ayuda de Eren se levantó y sacudió un poco sus pantalones- te estábamos buscando, Hanji nos dijo que ya te habías ido de la enfermería…-Al observar un poco mejor a su amigo, le llamó la atención  su corbata y cabellos desordenados -¿Estás bien?-le preguntó señalándolo-

De comienzo, no sabía a qué se refería Armin, luego de observarse un poco se dio cuenta que aún estaba desordenado y sus mejillas se tornaron de un tono carmín que se volvió más notorio al observarse.

-T-tenía calor en la enfermería y…s-se me olvido abrocharla…-balbuceo una excusa-

-Ya veo…-se acercó y arregló la corbata de Eren quien se avergonzaba al recordar como Levi lo dejó así-Vamos por Mikasa, estaba preocupada.

-Sí…

Arregló sus cabellos y siguió a su amigo. Aún estaba muy avergonzado, no asumía lo que estuvo a punto de pasar, pero tampoco estaba en posición de saber qué estuvo a punto de hacerle su profesor. Pero pese a que pudo poner mayor resistencia, no lo hizo, y no entendía el por qué.

“Rivaille”

Cada vez que ese nombre venía a su cabeza, su corazón se aceleraba. Esa persona actuaba como si de verdad lo conociera, pero era un profesor recién llegado este año y además su hermana y su amigo nunca mencionaron ninguna relación con él, entonces, ¿Qué era lo que tenían en común?

Para su suerte, este día no tenía clases con el profesor Rivaille, no tendría que verlo y evitaría topárselo en cualquier sitio.

Siendo así, Eren caminaba con mucho cuidado por los pasillos de la escuela, con mucho cuidado y siendo advertido por su hermana al final de la jornada, que observaba lo retraído que estaba.

-¿Pasa algo Eren?-preguntó Mikasa-

-Eh, no nada-respondió nervioso-

-Estás…raro ¿Te sientes bien?-preguntó con ese tono tan maternal que tenía-

-Estoy bien… ¿Esperamos a Armin?-preguntó Eren que estaba listo para retirarse junto a su hermana-

-No, tenía que ver algo en la biblioteca vamos.

Ambos se retiraron de allí bajo un cielo anaranjado en el cual el sol empezaba a esconderse. Eran a penas las seis de la tarde, pero el horario de invierno hacía de las noches más largas en ese tiempo.

Levi observó por la ventana como Eren se retiraba junto a su hermana, se veía animado y no le agradaba verlo así al lado de esa niña. Imágenes pasadas se reprodujeron en su mente poco a poco. Eren a su lado derecho siempre lo seguía a todos lados, como un perro fiel y lo mejor de todo, era aquella sonrisa que le otorgaba todos los días, no eran capaz de hacer nada por la humanidad pero sí eran capaz de reformular su mundo por completo. Pequeñas cosas que ahora ya no las tenía y se daba cuenta de cuan valiosas eran.

-Em… ¿Levi?-preguntó una voz femenina-

Volteo a ver, se trataba de Petra que lo llamaba. Como de costumbre venía a esa hora hacerle compañía mientras trabajaba. No le prestaba mucha atención cuando se quedaba a su lado, lo hacía para no ilusionarla con nada pero, aun con indiferencia la chica había terminado enamorada de él en el pasado.

-Hoy volveré temprano-se dirigió a su escritorio a guardar sus cosas-

-Ya veo…-respondió desanimada-¡Levi!

-¿Ummm?-hizo un ruido sin mirarla, pero estaba nerviosa, se daba cuenta por la frecuencia de la respiración de la chica-

-Yo…quería saber… ¿Te gustaría ir a cenar…? ¡S-solo si tú lo deseas!-propuso con dificultad con su voz temblorosa-

-Lo siento, pero estoy muy ocupado por ahora-respondió tajante-

-Ya veo… ¿Puedo hacerte una pregunta? Si no es mucha intromisión mía…-entrelazó sus manos en nerviosismo-

-Dime.

-¿Estás comprometido? Es decir… ¿Tienes a alguien?-apretó sus manos con fuerza-

Antes de responderle, Levi cerró su maletín y se enderezó para mirarla a los ojos. La chica estaba ruborizada y sus ojos miel brillaban con los rayos del sol que estaba en el ángulo perfecto para dar esos tonos anaranjados que la asentaban.

-Sí. Nos vemos-se retiró de allí luego de dar su respuesta-

No esperó a ver el rostro de decepción que debió poner al oírlo, no era necesario. Era una buena chica, encontraría sin duda alguien quien la quisiera en esta vida, ya que en la anterior no pudo ser.

Al salir de la escuela, alzó la mirada hacia el cielo viendo las diferentes tonalidades con las que se despedía la luz del sol, pensando, cuanto tiempo tomaría en volverse realidad la respuesta que le dio a Petra.

-o-

Armin entraba a la biblioteca que se encontraba desolada por el horario. La mayoría de los alumnos se habían retirado y los que quedaban, no estarían allí sino en deportes u otra actividad. La bibliotecaria también preparaba sus cosas para retirarse y se lo hizo saber al rubio para que no tardara. La biblioteca era bastante espaciosa, tenía una diversidad de estantes con una variedad de libros impresionante. Armin disfrutaba mucho estar allí, desde muy pequeño fue muy aficionado a la lectura y podía pasar días en ella. Pero esta vez, no estaba allí por lectura. Caminó hacia el fondo de la biblioteca encontrándose a la persona que se mantenía oculta tras un estante, aquella que lo llamó.

-Jean ¿Qué querías decirme?-le preguntó en un tono lo suficientemente audible para no ser escuchados en la biblioteca-

-Eh, nada en especial…-agacho la mirada-La verdad es que sí.

-¿Qué ocurre?-insistió-

-¿Qué pasa entre el idiota y tú?

-¿Eren?-aprendió a reconocer ese apodo por las constantes disputas de ambos-

-Sí-respondió serio-

-Es mi amigo…mi mejor amigo ¿Qué pasa con él?

-Te veo muy cerca de él…hoy vi como abrochabas su corbata-frunció el ceño-

-Ah…él venía así de la enfermería-hizo memoria-

Jean se quedó en silencio. No parecía aceptar la respuesta de Armin, para él, había algo mucho más que una simple amistad.

-¿Has pensado lo que te dije la otra vez…?-preguntó desviando la mirada hacia un lado y las mejillas levemente sonrojadas, haciendo sonrojar también a su compañero-

-Jean…No creo que sea correcto…

-¿Por qué?-alzó el tono de voz-

-Shhh-con el dedo índice le indicó que fuera más silencioso-Jean, creo que deberías buscar alguien más. Yo no te veo de la misma manera…lo siento-respondió cabizbajo-

-No puedo-respondió cerrando su mano en un puño con fuerza-

-Jean…-lo miró con pena-

-Una vez, déjame demostrarte que puedo hacerte feliz. Luche mucho contra esto y no he podido sacarte de mi cabeza… ¡Por favor!-se encorvó haciendo una reverencia-

-...Esta bien…-aceptó tímidamente-

-¡Gracias! ¡Me esforzaré!-gritó eufóricamente-

-Shh!!-lo calló Armin-

-Los que estén allá atrás, es hora de salir. Ahora-los echó la bibliotecaria-

No tuvieron más opción que irse. Armin arrendó un libro para no causar mayor sospecha de la que ya causada. No se hablaron en todo el trayecto a sus casas y se volvía incómodo. Jean no sabía que decirle al rubio que caminaba en silencio, con su libro en brazos a su costado. Armin no quería hablar, se sentía muy incómodo al lado de Jean. No era una mala persona y lo estimaba mucho, pero ahora que se encontraban en esta situación…se le hacía muy difícil hasta estar a su lado. Llegó el punto donde sus caminos se dividían y recién allí decidieron hablarse para despedirse.

-Bueno..ehm…mi casa queda por allá…-dijo Jean nervioso mientras apuntaba con su dedo pulgar la dirección-

-Claro…-asintió Armin-Entonces…nos vemos-tomo su camino pero fue detenido por la mano de Jean sosteniéndolo del brazo-

En cosa de segundos, Jean depositó un beso en la mejilla del rubio y se fue de allí a paso veloz. No dijo nada ni tampoco volteo a verlo. Armin por su lado quedó petrificado viendo como el chico se iba, poco a poco sus mejillas se empezaron a volver rojas y abrazó su libro con más fuerzas, dio media vuelta y se fue.

Jean no podía controlar sus corazonadas y empezó a correr de la emoción que rebozaba en su interior.

“Lo hice, lo hice, ¡lo hice!” Se repetía en su interior con alegría y asombro hacia sí mismo mientras continuaba corriendo.

-o-

Seis cuarenta, y ya estaba en su maldito departamento. Estaba oscuro y estaría solo mientras llegaba Hanji. Encendió las luces, absolutamente toda luz que pudiera encender. Se arrepentía tanto de no tener un televisor para encenderlo y sentir ruido, los detestaba, pero le hubiera venido bien uno en esta ocasión.

Salió al balcón a observar cualquier cosa que ocurriera en ese barrio tan tranquilo. El frio viento que chocaba contra su rostro, lo ayudaba a sentar cabeza de las estupideces que podrían atacarlo si se descuidaba. Y fue entonces cuando llamarón a la puerta.

Fue abrirle a Hanji que no llegó con las manos vacías. Traía consigo comida china, no era de lo mejor, pero al menos no moriría de hambre. No entendía como Hanji no tenía un caldo de bacterias mutantes en su estómago, si comía lo primero que se le pusiera en su camino.

-Oh, es…muy ordenado…-dijo sin asombro al ver cómo era el departamento de Levi-

-Podrías aprender un poco.

-No gracias, yo sé llevarme en mi propio orden.

Sirvieron los alimentos en platos y colocaron los servicios para sentarse a comer. Hanji propuso comerlo en los mismos envases como solía hacerlo, pero al decirlo Levi le dedicó una mirada de aborrecimiento que gano como de costumbre.

-No puedo creer que no tengas un televisor…te quedaste en el año 800-se burló la castaña-

-No me gustan esas cajas-respondió con normalidad-

Las bromas de Hanji eran tan normales, que ya hace mucho no dejaba que le afectaran muchas de ellas.

-Um… ¿No te sientes solo?-preguntó observando a su alrededor-

-¿Debería?-enarcó una ceja-

-Sólo digo, quizá te hace falta algo, no sé, un Eren por ejemplo.

-No fastidies-le dedicó una fría mirada-

Aún si fuera una broma, tener con quien conversar sobre el mocoso que lo tenía vuelto loco estos últimos días era un alivio.

-¿Cuándo recordaste Levi?-se animó a preguntar-

-No hace mucho.

-¿Fue difícil? No tenemos lindos recuerdos después de todo.

La frase de Hanji era en general, pero también abarcaba su desafortunada parte de malos recuerdos. No era necesario ser directo para darse cuenta de ello.

-No estuve solo cuando recordé-dijo desanimado-

-¿No?-preguntó con tal de saber más-

-Eren estuvo conmigo, bueno su fantasma-miró a Hanji para ver que reacción ponía con eso, sin embargo, no se inmutó-¿No me crees?

-¿Crees que después de ver todo lo que he visto me sorprenderá algo como eso? Pero dime cómo fue eso posible-se acomodó para escuchar a su amigo-

Levi soltó un suspiro y empezó hablar. Lo dijo todo evadiendo por supuesto los pasajes de Erwin, Hanji se dedicó a escuchar con atención cada palabra que le decía. En ningún momento le interrumpió, incluso llegaron hablar sobre el tema de los Titanes y sus suposiciones de ello. Pensó en hablarle sobre Erwin, pero si estaba planeando algo no sabía con qué fundamentarlo, las pruebas que tenía no eran lo suficientemente convincentes para acusarlo. Investigaría más y después hablaría con ella.

Al igual que él, el hecho que Eren haya reencarnado le resultaba fascinante. No sólo crearon un cuerpo y sus funciones como gigante, sino que también, fueron capaz de otorgarle un alma. Sin embargo, para Levi, el alma de Eren siempre estuvo allí, no lo trató como un envase de poderes beneficiosos para la humanidad como la mayoría lo hacía.

-Es increíble, pero Levi, no debes forzarlo a recordar. Converse con él en la enfermería y estaba bastante alterado. Los recuerdos empiezan como imágenes borrosas y deben afectarlo mucho, debes ser cuidadoso-le indicó al azabache-

-Sí-asintió, lo sabía pero se le hacía difícil controlarse. Pero debía empezar hacerlo-

-¿Cómo te sientes?-le preguntó de improvisto-

-Bien-respondió sin certeza de saber a qué contestaba-

-Es una nueva vida, así que no cargues con el pasado Levi-le sonrió haciendo que Levi la observara con asombro-¡Prepararé café! Eso nunca falta en tu casa-fue a la cocina-

Lo último que recordaba de Hanji antes de ser degollado, fueron sus fallidos intentos por salvarlo y sus ojos de espanto y desesperación por alcanzarlo. Ahora sabía que ella nunca lo odio por ello,  y probablemente tampoco estaba decepcionada de sus acciones, pudo entender el sufrimiento que cargaba y perdonar sus actos antes que él mismo pudiera hacerlo consigo. Incluso Eren fue capaz de perdonarlo, él que amaba al mundo y sus habitantes. Pero lo único que podía acabar con sus pesadillas era Eren y eso no cambiaría.

Hanji pasó la noche en el sofá de su casa. Le insistió que regresara pero la mujer se negó y se instaló en su sofá, él no continuo peleando y se fue a dormir. Al día siguiente, un fuerte grito lo despertó. Saltó de su cama y corrió al lugar de donde provenía el grito. Llegó a la cocina y abrió la puerta de un golpe esperando encontrarse con algún problema, pero al entrar, sólo vio a Hanji parada frente al refrigerador, boquiabierta.

-No tienes nada para comer….-dijo con pena-

-Maldición no grites por estupideces como esas-se relajó llevando acariciando sus sienes-

-Necesitamos a Eren…o morirás de hambre.

-Tch, pasaremos a comprar algo de camino, ahora dúchate y prepárate.

Cuando Hanji se dignó a ducharse por reiterados golpes de Levi, lograron salir de allí y pasar por un desayuno exprés de camino. Hanji no llevaba nada consigo, ya que todo lo suyo estaba en la enfermería. Hoy tendría que dar clases al curso de Eren, tendría que tener una fuerza sobrehumana para no hacerle absolutamente nada.

-o-

Era una mañana cubierta por nubes grises, no trajo consigo un paraguas ya que el único que había en casa era el de su hermana y el de su padre, ambos ocupados. Si llegaba a llover en la tarde, tendría que esperar a Mikasa de sus actividades del club o bien tener la esperanza que Armin llevara alguno.

Como todas las mañanas su camino a la escuela fue acompañado por Mikasa y más avanzado el trayecto, se juntaban con Armin. Para su suerte traía consigo un paraguas y estaba dispuesto a compartirlo si llegaba a llover.

Ya próximos de la escuela, se encontraron con Rivaille y Hanji que iban a una distancia mayor delante de ellos. La castaña parecía hablarle de una forma muy amigable y a Levi no parecía molestarle. Mikasa y Armin no le dieron importancia, pero Eren ya estaba hirviendo en rabia por la escena que tenía al frente. Ayer casi fue violado por ese hombre y ahora caminaba de lo más feliz con esa mujer, no podía aceptarlo, cada centímetro más cerca que se encontraba al lado de Levi lo hacía enfadar. Deseaba con todas sus fuerzas separarlos.

Armin no era tonto, fue capaz de ver el rostro molesto de Eren que clavaba su mirada en los dos personajes en frente. Al saber que su amigo estaba celoso sonrió, puede no recordar pero definitivamente está empezando hacerlo.

-¿Eren que ocurre?-le preguntó el rubio-

-Nada-se limitó a responder cortante-

Era tan obvio lo que estaba sintiendo, pero no le diría nada o podría enfadarse. Sin embargo, alguien no fue discreto en el repentino cambio de ánimos. Mikasa estuvo a punto de empezar a interrogar al castaño pero fue interrumpida por Armin que enseguida le dio un tema del cual hablar. Pero mientras se acercaban a la entrada de su escuela, pudo distinguir a Jean llegando por el camino contrario. Al verlo su respiración se detuvo y las imágenes del acto del chico asaltaron su mente. Avergonzado, tomó del brazo de Eren y apresuró el paso para no toparse con Jean. Su excusa para no causar sospechas fue que debía ir a devolver un libro antes de empezar las clases, el mismo que había pedido ayer. Pese a que no lo había leído, ya podría volver a buscarlo después, por ahora necesitaba la excusa.

Al llegar al salón Eren sintió nuevamente como Jean lo observaba de manera odiosa. Sus ánimos no estaban de lo mejor como para tolerarlo un día más, si bien le habían dicho que no se metiera en peleas, ya no lo soportaba.

-¿Tienes un problema conmigo?-se acercó a retarlo-

-No molestes Jaeger-le respondió en defensa-

El ambiente en el aula no tardó en tensarse producto de la disputa que estaba a punto de empezar de parte ambos jóvenes. Mikasa no tardó en ponerse delante de Eren de manera protectora, acto que lo hizo enfadar y reclamarle a su hermana.

-Que molesto, no puedes hacer nada ti solo-volteo la cabeza-

-¿¡Qué dijiste!?-dio un paso al frente pero fue detenido por la chica-

-Eren, basta no es bueno para tu salud-insistió su hermana-

De no haber sido por la llegada del profesor Rivaille, la pelea hubiera pasado a segunda fase. En el mismo instante que apareció todos fueron a sus puestos, listos para empezar la clase y los sentimientos de Eren fueron volcados por su llegada.

-Si quieren pelear como nenas, háganlo, pero no en mi clase-los miró a ambos-

-Si profesor-respondieron ambos sumisamente-

Siguiendo el consejo de Hanji, no lo presionaría más y dejaría que las cosas se dieran por sí solas. Todo por el bien de Eren. Sin prestarles atención, empezó su clase llevándola lo más fluida posible. El menor lo observo toda la clase, a veces escondía su mirada, otras las cruzaban y el castaño agachaba su cabeza abochornado pero Levi no le prestaba atención. Eren iba a recordar tarde o temprano, a su ritmo y sin ser presionado, sólo debía esperar.

Finalizada su clase se retiró sin observarlo siquiera, era la última clase que le haría a su curso por hoy. Sería un largo día…

La espalda de su frío profesor, fue lo único que vio de su parte.

“¿Qué demonios le ocurre?” se cuestionó con exasperación, primero lo acosa sexualmente exigiéndole recordar lo que no tenía idea, para luego ser desechado como un objeto en desuso sin ninguna explicación. ¿Y por qué debería preocuparle tanto eso? Era un día asqueroso a su gusto, todo resultaba conflictivo, sobre todo sus propios pensamientos.

Y como si el día no pudiera empeorar, empezó a llover justo una hora antes de finalizar las clases. Tendría que molestar a Armin con su paraguas o pescaría un resfriado con esa fuerte lluvia. Antes de retomar el camino a casa, le avisó a su amigo que primero debía ir a entregar un horario de disponibilidad a la sala de profesores y que lo esperara en la entrada. Para su suerte, Rivaille aún no aparecía por allí y entregó su horario al profesor Gunta  que lo aceptó con completa simpatía.

Al llegar a la entrada del edificio, se llevó la sorpresa de que su amigo ya se había ido. Estaba seguro de haber escuchado que se irían juntos, entonces, ¿Por qué? Intentó llamarlo pero no contestó. Ahora tendría que esperar a Mikasa si no quería mojarse, pero eso lo volvería más dependiente de ella y no estaba dispuesto a ello. Empaparse y agarrar un resfriado o volverse dependiente de su hermana, sus únicas dos opciones mientras observaba la incesante lluvia caer.

-¿Le temes al mal clima?-preguntó una voz muy familiar que lo exaltó-

Al voltear para asegurarse quien era, vio a Rivaille sosteniendo sus cosas junto a un paraguas. Sus mejillas se tornaron rosadas al verlo, otra vez esa debilidad que le proporcionaba ese hombre aparecía.

-No, pero está lloviendo muy fuerte-se excusó-

-Y no trajiste paraguas-observó las manos vacías del menor-

-No había otro en casa-respondió molesto-

-¿Te cubro?-le ofreció-

Ir bajo el mismo paraguas que ese hombre, no lo haría por ningún motivo.

-No, esperaré a mi hermana...-rechazó la propuesta-

-Como quieras-abrió el paraguas antes de salir al exterior-

Eren esperaba mucho más que esa respuesta indiferente, la verdad es que incluso le generó una molestia en el pecho oírlo decir eso. Nuevamente, la espalda de esa persona estaba frente a él, se iría nuevamente.

“Que importa” pensó, pero no pudo engañarse a sí mismo y avanzó para quedar bajo el mismo paraguas que Rivaille. No se atrevió a decir nada, ni siquiera a mirarlo, sólo se ubicó a su costado.

Levi se sorprendió un poco, y sonrió levemente al ver como el castaño aceptó ir bajo el mismo paraguas que él. Controlarse le resultaba difícil, pero no podía flaquear ya habiendo llegado tan lejos.

-Inteligente decisión-se limitó a decirle al menor-

-D-disculpe las molestias-respondió-

Mientras caminaban bajo ese tormentoso cielo, Eren se mantenía alejado de Levi para no tocarlo en ninguna parte del cuerpo y debido a ello, tenía el hombro contrario a Levi completamente mojado por la lluvia.

-Oye mocoso te estás mojando-lo acercó a su lado tomándolo por el hombro-

-¡Eh! ¡Estoy bien!-se alejó nuevamente-

-No seas idiota, ven-repitió el gesto nuevamente-

Sus hombros ahora estaban juntos mientras caminaban, la zona donde Levi lo tomó aún ardía, su corazón estaba lo bastante acelerado como para no mantener una respiración fluida y estaba completamente avergonzado mirando el suelo. No podía aguantar más todo eso y fue allí cuando un golpe de sinceridad lo invadió.

-¿Por qué hace todo esto?-preguntó apagado-

-¿Qué cosa?-preguntó aun sabiendo-

-Todo esto… prestarme más de su atención, insistirme tanto en…cosas-recordó la enfermería-

-Um… por nada especial-respondió sin rodeos-

-¿Por nada en especial?-paro en seco y cambio su tono de voz a uno más enojado-

-No te quedes allí, te vas a enfermar-dijo al verlo fuera del rango del paraguas-

-Me exige que recuerde, me acosa para después no tomarme en cuenta ¿¡Y no es nada en especial!?-gritó enojado-

-Cálmate-avanzó hacia el castaño-

-¡No! ¡Usted no entiende nada y lo único que hace es jugar conmigo!-retrocedió mientras lo observaba con furia-

-Eren, suficiente-lo frenó- Vamos.

Pensó en avanzar y volver al lado de Levi, pero su orgullo no se lo permitía, de todas formas un poco de agua de más ya no haría la diferencia. Fijando su mirada molesta sobre Levi, dio media vuelta y salió corriendo.

-¡Eren!-lo siguió con la misma rapidez con la que se alejaba-Maldición mocoso estúpido.

Sentía los pasos apresurados de Levi que lo perseguían, con los ojos cerrados y sin pensar en nada más que alejarse pronto de allí continuó escapando. No quería escuchar nada más de ese hombre, le hacía daño. Por andar corriendo sin sentido y sin prestar atención a su alrededor, no noto el automóvil que venía a gran velocidad a su dirección, sino hasta escuchar la estruendosa bocina que lo despertó y dejo paralizado, viendo cómo se acercaba.

-¡MUEVETE EREN!-gritó Levi con todas sus fuerzas-

Pero el menor no reaccionaba. Fue un acto de segundos en el cual Levi soltó su paraguas, llegó donde el castaño, saltó hacia él y estrechándolo entre sus brazos lo hizo a un lado del camino junto con él.

Ambos estaban sanos y salvo en el asfalto empapado, la lluvia era lo único que se escuchaba junto a sus agitadas respiraciones. El menor se encontraba en los brazos de Levi siendo estrechado con fuerza, tenía su mirada perdida y no lograba mover ningún musculo. Cuando por fin Levi logró calmarse, se separó del castaño y lo tomo con fuerza de los hombros.

-¿¡Qué mierda haces corriendo como estúpido por las calles!? ¿¡No te enseñaron a pensar idiota!?-le regañaba con duras palabras-¡No me des esos sustos mocoso de mierda!

Eren tardó en reaccionar a las palabras de Rivaille y cuando logró hacerlo, fijo su vista en los ojos grises que lo observaban con preocupación y enojo. Llevó una de sus manos tiernamente al rostro de Levi dejándolo petrificado.

-Eres muy cruel Rivaille…-frunció el ceño a la vez que una sutil sonrisa se dibujaba en su rostro-

-Eren…-no logró continuar su frase y sus ojos se abrieron en asombro sin despegarlos del menor-

-Lamento la demora…ya estoy aquí-sonrió dejando caer lágrimas que se mezclaron con las gotas de lluvia que recorrían sus mejillas-

 

Continuará…


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).