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Renacer por Haru19

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Notas del capitulo:

Shingeki no Kyojin y todos sus personajes no me pertenece, son de su respectivo autor Hajime Isayama.

El cielo rugía e iluminaba esa tormentosa tarde de invierno sobre la ciudad. Eren se encontraba en el departamento de Levi mirando el chocar de las gotas de lluvia en la ventana. Con su camisa blanca toda mojada y una toalla con la cual secaba sus cabellos con delicadeza. Levi llegó ofreciéndole una sudadera gris al menor.

-Ten-le extendió la prenda-

-Gracias…-la recibió y se cambió rápidamente con nervios-

Luego de haber sido salvado por Levi, todos sus recuerdos llegaron como una bomba al instante. Para su sorpresa, el azabache no dio mayor respuesta aparte del fuerte abrazo al escuchar sus palabras y después de ello, lo tomó y lo trajo a su departamento en silencio. Incluso ahora no había dicho nada y él tampoco sabía por dónde empezar a disculparse. El silencio del mayor le incomodaba y no lograba entender a qué se debía.

-Parece que no parará de llover…-se animó a romper el silencio observando hacia el exterior-

-¿Es lo más original que se te ocurrió?-respondió sin dirigirle la mirada-

-Perdón…-apretó sus puños-

-¡Tch!

Levi empuño una de sus manos y plantó un fuerte combo de improvisto en la mejilla del menor, quien por el impacto, callo a ras de suelo.

Eren llevó una de sus manos a su enrojecida mejilla, al momento que sus dedos tocaron la zona del golpe hizo una mueca de dolor y con grandes ojos observó a Levi sorprendido.

-Eso es por olvidar-avanzó hacia el menor y le dio un nuevo puñetazo en la mejilla contraria-Eso por tomarte tu puto tiempo.

-Kjh…-se quejó mientras de su boca tendía un hilo de sangre mezclado con saliva-Espe…

Trató de hablar antes de recibir un nuevo golpe, pero Levi fue más rápido y lo silencio con una patada en el estómago que lo hizo abrazar la zona mientras se encorvaba del dolor. Seguido de su reacción, alzó su rostro desafiante hacia Levi. El mismo rostro que llamó tanto la atención del azabache cuando conoció al menor en el calabozo, reflejo de su alma luchadora.

Viendo esos ojos nuevamente, pudo aceptarlo.

“Es él” se convenció por completo llenando de gozo su corazón.

Se arrodilló frente al castaño y con fuerza, lo tomó por la nuca y lo atrajo a sí, juntando nuevamente sus labios. No esperó a que Eren reaccionara al beso, ni lo beso con delicadeza. Sus labios procuraron devorar en ese mismo instante los ajenos, mientras su lengua abría paso en la boca del menor. Eren tardó unos segundos en corresponder adecuadamente, pero una vez se adaptó a esa sensación tan remota, abrazó al mayor y lo besó con más pasión. 

Toda su inseguridad de cómo y por dónde empezar se esfumó, a través de sus besos todo lo que querían decir y sentían era transmitido. Siempre había sido así, sus problemas y diferencias las solucionaban mediante el contacto más que palabras. Era su manera de entenderse. Si no hubiera sido por Levi quien cortó el beso, hubiera muerto asfixiado por falta de oxígeno.

-No me hagas esto de nuevo mocoso-llevó su mano de la nuca a los cabellos del menor, acariciándolos con ternura. Los pómulos ruborizados del castaño le hicieron depositar un tierno beso en sus labios-

-Lo siento...-se disculpó y sus lágrimas empezaron a caer-

Sintió como los brazos de Levi lo rodearon, fuertes y amables reconfortándolo de sus penumbras. Sólo podía oír el sonido de la incesante lluvia junto con la respiración del azabache. Finalmente podía tocarlo, sentirlo, olerlo y sobre todo estar a su lado. Inspiró profundamente el aroma de Rivaille, un suave olor a café  negro que no había cambiado.

-¿Qué haces?-se separó del menor-

-Te extrañe-confesó-

-Yo también-respondió y luego bajo su vista a los pantalones de Eren-¿No deberías quitarte eso? Están empapados.

-¡N-no! Estoy bien-se hizo atrás y alzó una mano negándose-

El rechazo de Eren molestó a Levi y avanzó para sujetar con fuerzas el brazo con el cual lo apartaba. El castaño forcejeo para no quitarse los pantalones.

-Dámelos ahora, es una orden-le miro con sus aterradores ojos-

-No quiero, además…se está haciendo tarde debo irme…-se levantó pero Levi no lo dejó avanzar-

-¿Con esta lluvia? No seas idiota-avanzó para retirar los pantalones del castaño pero este reaccionó de una manera muy avergonzada y entendió que pasaba por su mente y a la vez, por la suya-No haré nada.

La verdad es que las ganas de lanzarse sobre Eren, las tuvo desde que entraron al departamento. Hubiera sido por él, lo hubiera despojado de sus prendas completamente empapadas mientras estuvieran en el acto. Pero algo le quedó muy claro desde el día que casi arremetió con la intimidad de Eren, esta vez haría las cosas de manera correcta, y si con ello debía abstenerse y dar el primer paso delicadamente lo haría. No tocó los pantalones del menor quien, al ser revelados sus pensamientos se avergonzó de sobremanera.

-Ve a mi habitación y busca algo, los pondré en la secadora-dio un empujón al castaño producto de su frustración-

-S-sí…-se retiró-

Pasados unos minutos Levi fue por los pantalones de Eren y estos, estaban colgados por fuera sobre la manilla. Los tomó y junto a lo demás los puso a lavar previamente a la secadora. No iba a secarlos así nomás, la lluvia de ciudad no era pura y los componentes que traía le daban asco. Pasó por la cocina y preparó un café para él y leche caliente para llevarlo.

No tocó la puerta ya que encontraba absurdo pedir permiso para entrar su propia habitación. Cuando entró pudo ver como Eren se encontraba con sus piernas bajo las tapas, sentado, mientras las abrazaba con ambos brazos y tenía puesto el gorro de la sudadera.

-¿Te metes a las camas de otros sin su autorización? Eres muy osado…-se acercó a entregar la tasa con leche caliente-

-No tuve opción…-volteo y hundió su rostro en uno de sus hombros-

En ese momento, un fuerte destello de luz iluminó la habitación ocasionando que Eren cambiará su postura y saltara a los brazos de Levi. Se aferró de tal forma que por poco dio vuelta los líquidos que traía consigo el pelinegro. El azabache estuvo a punto de regañarlo pero la sorpresa que se llevó con Eren fuera de su cama, no se lo permitió. El menor traía consigo, únicamente, su ropa interior y la sudadera que le prestó.

-Tienes agallas para pasearte en ropa interior en mi cama-le hablo con un tono sensual-

-…-de enseguida el menor se percató y saltó nuevamente a la cama de Levi a cubrirse completamente avergonzado-¡No tuve otra opción! ¡Tu ropa es muy pequeña!

“¿Pequeña?” se cuestionó enarcando una ceja. Dudó si interpretar eso cómo un insulto o algo positivo, pero más importante, la imagen del menor en su cama de esa forma se le hacía bastante deliciosa. Dejándose llevar por el momento, subió a su lecho, cercando a Eren entre sus brazos y piernas. El castaño retraído, observaba con nerviosismo a Levi tapándose hasta el cuello con el cobertor que sostenía fuertemente con ambas manos. Podía sentir la inquietud del menor y ver como sus tiernas mejillas se coloraban más, era difícil contenerse.

-Rivaille…espera un poco, no…-balbuceaba mientras se escondía bajo el cobertor-¡No!

-Escúchame Eren, no haré nada hasta que no estés seguro. Esta vez no te voy a lastimar-le prometió mirándolo a los ojos-

Otorgándole seguridad y sorpresa ante la repentina decisión, el castaño se tranquilizó. Se enderezó quedando a pocos centímetros del rostro del azabache y le beso. Sus labios no se unieron por mucho tiempo, ya que el cuerpo de ambos empezaba a reaccionar y si bien, Eren quería entregarse a Levi, el recuerdo de su primera vez no se lo permitía.

-Quédate esta noche-le susurró el mayor una vez separaron sus labios-

-No puedo…mi padre y Mikasa se preocuparían, además, mañana debo ir a la escuela-se excusó el menor-

-Mañana no hay clases estúpido-respondió en un tono obvio-

-Lo olvide…-se percató el menor-Aun así se preocuparían por mí…

Cortando su conversación, el teléfono del castaño empezó a vibrar desde su bolso. Levi se lo acercó ya que no se iba a levantar por andar en ropa interior. Tuvo miedo de que lo estuvieran llamando para preguntar dónde se encontraba, aún no quería separarse de Levi y cuando vio quien era tuvo un gran alivio.

-¿Armin?-verificó antes de contestar-

-Eren perdón por dejarte así, tuve que salir antes por…un problema, lo siento ¿Dónde estás? ¿Quieres que vuelva por ti?-se escuchaba a su amigo preocupado por la línea-

-No te preocupes, ehm…estoy con Rivaille…-confesó un poco avergonzado-

-…Tú... ¿Recuerdas?

-Sí…siento las molestias-se disculpó-

Antes de escuchar la respuesta de su amigo, sintió como su teléfono le era arrebatado de sus manos por Levi. Intentó recuperarlo pero ese hombre tenía mucha fuerza y con una mano lo inmovilizó. El azabache llevó el teléfono a su oído siendo observado con pánico de parte del menor.

-Armin, soy yo-hablo Levi-El mocoso estará bien, me ocuparé de él esta noche así que inventa algo-le sonrió lujuriosamente al menor haciéndolo, a su vez, sonrojar y fruncir el ceño-Cuento contigo-cortó dejo el teléfono a un costado-Problema resuelto, eres mío.

-¿¡Q-qué!?-gritó-

No pudo continuar hablando, Levi se introdujo bajo las tapas, abrazó y aprisionó con sus piernas con fuerzas al menor para suprimir el forcejeo del chico. Pero era tan insistente, que con fuerzas chocó su frente con la ajena.

-¡No hagas eso!-se quejó de dolor el menor-

-Quédate quieto-le ordenó-Te dije que no te haría nada.

-Lo sé… ¿No deberíamos hacer algo de comer?

-¿Es lo único que cruza tu mente mocoso?-respondió molesto-

-No, probablemente no te has alimentando bien…-respondió en un tono apagado-

-Después, ahora cierra tu maldita boca y quédate quieto-le miró fulminante-

Frente a esa mirada de Levi, no le quedó otra que obedecer. Estar a su lado era todo lo que quería, no obstante, no negaba que estaba muy nervioso. Pero seguro. Esa seguridad que le otorgaba Levi no la encontraba en ningún otro lado. Ni la imparable sobreprotectora de su hermana era capaz de acercarse a ese sentimiento. Hundió su rostro en el pecho de Rivaille, recordando cuantas noches el hombre más fuerte de la humanidad lo acunó en sus brazos y volvía hacerlo ahora.

-Te amo-susurró Eren-

-¿Uhm?-preguntó Levi y no obtuvo respuesta. Eren se había quedado dormido-Qué molesto.

Sin la necesidad de oírlo, supo que Eren no estuvo durmiendo bien en las noches y por ello se durmió tan pronto en sus brazos. Pero alguien tampoco estuvo durmiendo bien esos días y no tardó en acompañar al castaño al mundo de los sueños. Ambos siendo acunados por sus respiraciones y la tormentosa tarde que se convirtió en algo tan dulce para ellos.

-o-

“No quería esto para ti Eren…”

“Lo siento tanto, prometo que no volverá a ocurrir esto…”

Una voz se escuchaba en un fondo completamente negro. No había nada, ni un rastro de luz, ninguna persona y sin embargo, se escuchaba un gran alboroto, fuego, gritos, derrumbes…

“No morirás…tú renacerás”

“Eren…”

-¡Eren!-el rostro de Carla apareció en medio de esa oscuridad, tirada en el suelo envuelta en un charco de sangre-

-o-

Abrió sus ojos de golpe, el ritmo de su respiración estaba agitada y buscaba normalizarla rápido. Sudaba helado y sus ojos tenían rastros de lágrimas.

“Otra vez…” se dijo a sus adentros.

Llevaba días así, la misma pesadilla se repetía desde la primera noche que volvió a su hogar. Estaba oscuro, pero en medio de esa oscuridad no estaba solo. El fuerte aroma de Levi y su cálido cuerpo estaban junto a él. El azabache dormía tranquilamente, no podía ver su rostro debido a la oscuridad. Se estiró para encender la lámpara del velador pero esta fue encendida antes que pudiera tocarla.

-Lo siento ¿Te desperté?-se sorprendió Eren-

-No-llevó sus manos a las mejillas del castaño y secó los restos de lágrimas que habían en ellas-A esto se deben tus ojeras.

Frente a sus palabras, el castaño abrió sus ojos en sorpresa y asintió con su cabeza. Levi estuvo pendiente de él todos los días, de cada detalle a pesar de no poder acercársele. Pese a las adversidades, era afortunado al tenerlo a su lado.

-Estoy bien-sonrió causando una mueca de disgusto en Levi-Es tarde, iré hacer algo de comer-estuvo a punto de levantarse pero recordó que solo traía su ropa interior en la parte inferior y no salió-

-¿Te da vergüenza? No será la primera vez que pasas por esto, levántate-le ordenó empujándolo de una patada fuera de la cama-

-¡Ah!-Eren cayó al suelo descubierto, ya no había donde ocultarse-¿¡Por qué!?-trató de cubrirse pero ya no era necesario-

-Ya te vi, será mejor que corras a la cocina antes de que de un mordisco en alguna parte de tus delgados muslos-le amenazó Levi de una manera seductora-

-¡Ya voy!-salió corriendo Eren apenas escuchó-

Levi siguió al menor después de ordenar la cama. Odiaba el desorden y eso no cambiaría. Hoy tendría a Eren con él y podría dormir bien, sin problemas estando consigo mismo pero sólo sería por hoy.

Llegó a la cocina en busca del menor y le vio cocinando como lo hacía las veces que estuvo con él, día tras día. Degustó un poco más la escena esta vez, ya que se trataba de Eren en ropa interior cocinándole. Su presencia incomodó al castaño quien luego de un rato se tuvo que acostumbrar. Las piernas de Eren eran largas y delgadas, a eso se debía su estatura que no cambió en nada en cuanto al pasado. Pese a lo delgadas que eran, estaban tonificadas y el trasero lo tenía completamente atento a cada movimiento. No sabía cuánto tiempo más sería capaz de retenerse a sí mismo pero debía hacer un esfuerzo por Eren. Un esfuerzo sobrehumano.

Eren terminó la cena no muy elaborada, debido a la falta de ingredientes que tenía, y la sirvió. Por supuesto Levi se llevó una pequeña reprimenda de parte del menor al darse cuenta que no estaba alimentándose bien. El sabor de la comida que tanto extrañaba, comer para él no era tan importante, una mera necesidad que a veces se presentaba, pero disfrutaba de sobremanera probar los platos del castaño. No quería parecer un muerto de hambre por lo que masticaba lentamente cada bocado, sin embargo, Eren parecía no estar comiendo a gusto y dejo la mitad en el plato.

-Aliméntate, ya no eres un fantasma-le señaló el plato-

-No tengo hambre, aún no puedo comer bien-hizo el plato a un lado-

Levi tomó los servicios del castaño y tomó un poco de comida haciéndolo tragar de golpe. No le dio tiempo de hablar y cada vez que intentaba hacerlo, una nueva porción de comida ingresaba a la fuerza acabando así toda la porción en su plato.

-Eres un niño mimado-recogió los platos-Iré a poner la ropa a la secadora, espérame adentro.

-Sí-respondió desanimado-

Se veía bastante decaído, de un rato para otro su humor cambio abruptamente y se apuró en dejar las prendas en la secadora para volver con Eren. Al entrar a la habitación, el menor se encontraba mirando por la ventana con la mirada perdida, se acercó a su lado a paso lento.

-Tengo miedo-declaró Eren-Siento que voy a perderlo todo…una vez más…-apoyó una de sus manos en el vidrío-

-Ya no-negó Levi posando su mano sobre la del menor-No volverá a ocurrir.

Eren sonrió.

-¿Me cuidarás?-le preguntó volteando a ver a sus ojos grises-

-Ya lo hago-respondió sin despegar su mirada del color esmeralda frente suyo-

-Entonces…-tragó saliva antes de continuar y agacho su mirada-¿Puedes ser amable conmigo esta vez…?

Dudó un momento a qué se refería, pero no tardó en darse cuenta cual era el significado de esa pregunta. Eren estaba autorizándolo a dar el siguiente paso. Sintió como su aguante flaqueaba y estuvo listo para cobrar todos sus deseos acumulados, pero debía hacerlo bien. Sin responder a su pregunta, avanzó depositando un tierno beso en sus labios, profundizándolo de poco. Eren lo abrazo por el cuello apegándose más a su cuerpo, recordaba cómo hacer las cosas que le agradaban a Levi. Sin cortar el apasionado beso, Levi lo tomó de los muslos, elevándolo y hallándose entre ellos. No tuvo problema en avanzar lentamente hacia la cama mientras lo cargaba, el niño pese a su altura se le hacía bastante liviano. Lo recostó lentamente, quedando entre sus piernas. Separó sus labios para observarlo y ver lo sonrojado que estaba.

-Seré suave-juró mirándolo a los ojos-

-Sí…

El azabache subió apoyando una de sus rodillas entre las piernas de Eren, acercó sus labios a los ajenos, depositando un beso y llevándolos al cuello del castaño.

Al sentir el rose de los labios en su cuello, giró el rostro y cerró los ojos con fuerza. Los besos le provocaban cosquilleos que recorrían todo su cuerpo de principio a fin. A su vez, Levi empezaba a quitarle la sudadera con una de sus manos mientras iba sintiendo la suave piel del castaño. Retirada la sudadera, Eren se encontraba ahora únicamente con su ropa interior.

 Levi lanzó la prenda lejos y observó el cuerpo de la persona que amaba detalladamente, su piel joven y tersa no tenía ninguna marca del equipo tridimensional, lisa y limpia. Llevó sus manos al pecho de Eren y empezó a descender con demandantes caricias. Posó sus labios sobre la clavícula, procurando besar con pasión cada zona de su cuerpo.

La vergüenza que sentía no le permitía observar las acciones de Levi, con sus brazos cubrió su rostro sintiendo como su cuerpo era encendido por el mayor con cada beso y caricia.

El azabache se detuvo y se despojó de todo lo que traía en su parte alta, quedando con el abdomen descubierto, el cual, Eren observó maravillado. Se acercó al menor y apartó sus brazos y lo besó. Con sus manos empezó a jugar con el par de pezones en su pecho, haciendo salir por fin, la melodía que tanto deseaba oír.

-Ah…-gimió suavemente Eren-

Más, quería escuchar más de esa melodía que lo excitaba descontroladamente. Dejando los pezones del menor, bajo sus manos acariciando sus costados hasta llegar a sus caderas. Sin dar aviso, sacó la ropa interior del menor de un tirón.

-¡E-espera!-gritó el menor llevando sus manos a cubrir su miembro-

-Quítate-tomó sus manos y las llevó sobre la cabeza del menor, apresándolo-

El miembro del castaño ya estaba duro y ahora que lo tenía completamente desnudo, no había vuelta atrás. Eren no sabía dónde ocultarse y pese a que rogó un tiempo fuera, Levi no escuchó y se agacho para lamer la punta de su miembro.

-¡N-no! ¡Gh…!-intentó reprimir sus gemidos-

-No te contengas-dijo volviendo a lo que se disponía-

Soltó las muñecas del menor, llevando una de sus manos a su pequeña entrada. Mientras jugaba con el miembro del menor en su boca y su otra mano, con uno de sus dedos entró por su cavidad provocando la explosión de los gritos de Eren.

-¡Ah!...¡Riva..mph!-gemía sin contenerse-

Lo que empezó siendo un movimiento suave y lento, se volvió rápido y profundo sin detener el jugueteo de su lengua en el miembro del menor que empezaba a endurecerse en su interior. Pronto metió un segundo dedo y luego un tercero, trataba de contenerse pero quería que estuviera listo de inmediato para poder entrar.

Eren llevó sus manos a la cabeza del mayor, ya no aguantaría mucho y apretó con fuerzas alguno de sus negros mechones. Descargas eléctricas venían una tras otras y se apoderaban de su columna vertebral. Sintió cómo los dedos de Levi llegaron al punto que lo hizo erguirse y soltar un fuerte grito de placer.

-¡Agh! N-no me ven-gh-apretó con mayor fuerza los cabellos de Levi-

Sacó de su boca el miembro y sus manos acabaron con él, recibiendo todo en su mano. Las respiraciones del menor eran descoordinadas y alteradas, sus ojos aguamarinas poseían lágrimas que le hacían brillar mientras lo observaban. Lo beso, dando pequeñas pausas, permitiéndole respirar.

-Voy hacerlo-le avisó Levi-

Eren asintió con un movimiento de cabeza.

En su mano aún poseía los restos del fluido del menor, el cual, utilizó como lubricante en su cavidad. Sí era él, no le importaba mancharse con su esencia. Se liberó de sus pantalones quedando completamente desnudo frente al castaño, liberando la compresión en su entrepierna, sintiendo la retraída, y a su vez, fogosa mirada sobre él y elevando las caderas del menor recibió la autorización con una mirada para empezar.

Poco a poco, avanzó entrando cuidadosamente. Eren parecía estar sufriendo con cada centímetro que avanzaba, con su cabeza hacia atrás y sus uñas siendo clavadas en los hombros de Levi trataba de reprimir sus lamentos. Levi se detuvo.

-¿Estás bien?-preguntó preocupado-

-S-sigue…-respondió con sus ojos llorosos-

Continuo hasta por fin estar todo dentro, juntó sus cuerpos y tomó la mano que solía morderse en el pasado, siempre lo habían hecho así era algo que no cambió con el tiempo. Paso su lengua por la oreja del menor, provocándole un cosquilleo.

-Empezaré a moverme-le susurró pasados unos segundos-

-Confió en ti…-rodeo el cuello de Levi con sus temblorosos brazos-

Lentamente, sacó su miembro para volver a entrar con la misma suavidad, repitiendo el movimiento varias veces. Podía sentir el cálido y estrecho conducto que le hacía sentirse tan bien. El ritmo fue aumentando a medida que Eren comenzaba a disfrutarlo, sus gemidos no reflejaban dolor, eso le tranquilizaba e incitaba a liberarse por completo.

-Ah…Rivaille…-lo llamaba entre gemidos, demandando sus besos-

Respondiendo a sus deseos, le beso uniendo sus lenguas y devorándose desesperadamente. No sólo sus almas se habían extrañado, sus cuerpos también y recordaban perfectamente cómo fusionarse y enardecerse.

-¡He-heichou…!-gimió y fue callado con un beso-

-No Eren, eso se acabó. Es Levi-respondió agitado-

-¡Mph…! Le…-trató de pronunciar-

Sintió como su mano fue estrechada con mayor fuerza de parte del menor, estaba a punto de terminar al igual que él. Sin contenerse, incrementó su ritmo y potencia de sus estocadas. Eren no aguantaría más y con una fuerte estocada, acabó con ambos.

Se desplomó sobre el cuerpo de Eren, ambos recuperando el aire en profundas aspiraciones. Volteo su rostro y lo beso acariciando su mejilla ruborizada. Sus cuerpos sudaban y ardían por primera vez, en esta nueva vida. Podían sentir completa su alma, esa parte, que nunca nada les fue capaz de recompensar aún sin poseer sus recuerdos.

Eren lo abrazó, sin quitarle la vista.

-¿Cómo te sientes?-le preguntó al castaño-

-Bien…algo... Pero, gracias por cuidarme-le sonrió-

-Ya veo...-relajó su cabeza en el pecho del menor, sintiendo el palpitar de su corazón-

Esta vez, lo cuidaría y no dejaría que nada le ocurriese. Cometió muchos errores en el pasado, convirtió la primera vez de Eren en un calvario víctima de su ira. Se aprovechó de los sentimientos sinceros de su subordinado y lo destrozó sin compasión. Fue tanto el dolor físico emocional que le causo, que Hanji tuvo que administrarle algún calmante mientras se recuperaba y… sus ojos dejaban ver la nueva cicatriz que generó en su alma. No volvería a ocurrir.

“Escuadrón 731” vino a su mente una realidad que le perseguía. No obstante, no se volvería a repetir. Eso era parte del pasado y pasado sería. Eren estaría a salvo de ahora en adelante y en cuanto a la información de Hanji, sería un secreto.

-¿Ocurre algo?-lo sacó de sus pensamientos-

-Uhm…estaba pensando en lo sensual que llegas a ser para ser un mocoso-le dijo en un tono bromista-

-¡No digas eso!-respondió molesto-

Muchas cosas cambiaron entre ellos, su situación, su realidad, sus vidas y entornos. Muchas cosas habían cambiado, pero sus sonrisas, conexión y el amor que se tenían, nacieron hacen miles de años atrás para encontrarse durante toda una eternidad.

Algo nuevo estaba por empezar.

-Te amo, Levi-sonrió el menor, llamándolo por primera vez por su apodo-

-Yo también, mocoso-le besó y se apoyó en sus brazos para observarlo desde arriba con una mirada lasciva-Ya que te veo tan bien, vamos por otra ronda.

-¿¡Qué!?-gritó atónito-

-Me he guardado mucho, será mejor que te prepares-recogió sus mechones negros, haciéndolos hacia atrás de manera seductora-

 

Continuará…

El cielo rugía e iluminaba esa tormentosa tarde de invierno sobre la ciudad. Eren se encontraba en el departamento de Levi mirando el chocar de las gotas de lluvia en la ventana. Con su camisa blanca toda mojada y una toalla con la cual secaba sus cabellos con delicadeza. Levi llegó ofreciéndole una sudadera gris al menor.

-Ten-le extendió la prenda-

-Gracias…-la recibió y se cambió rápidamente con nervios-

Luego de haber sido salvado por Levi, todos sus recuerdos llegaron como una bomba al instante. Para su sorpresa, el azabache no dio mayor respuesta aparte del fuerte abrazo al escuchar sus palabras y después de ello, lo tomó y lo trajo a su departamento en silencio. Incluso ahora no había dicho nada y él tampoco sabía por dónde empezar a disculparse. El silencio del mayor le incomodaba y no lograba entender a qué se debía.

-Parece que no parará de llover…-se animó a romper el silencio observando hacia el exterior-

-¿Es lo más original que se te ocurrió?-respondió sin dirigirle la mirada-

-Perdón…-apretó sus puños-

-¡Tch!

Levi empuño una de sus manos y plantó un fuerte combo de improvisto en la mejilla del menor, quien por el impacto, callo a ras de suelo.

Eren llevó una de sus manos a su enrojecida mejilla, al momento que sus dedos tocaron la zona del golpe hizo una mueca de dolor y con grandes ojos observó a Levi sorprendido.

-Eso es por olvidar-avanzó hacia el menor y le dio un nuevo puñetazo en la mejilla contraria-Eso por tomarte tu puto tiempo.

-Kjh…-se quejó mientras de su boca tendía un hilo de sangre mezclado con saliva-Espe…

Trató de hablar antes de recibir un nuevo golpe, pero Levi fue más rápido y lo silencio con una patada en el estómago que lo hizo abrazar la zona mientras se encorvaba del dolor. Seguido de su reacción, alzó su rostro desafiante hacia Levi. El mismo rostro que llamó tanto la atención del azabache cuando conoció al menor en el calabozo, reflejo de su alma luchadora.

Viendo esos ojos nuevamente, pudo aceptarlo.

“Es él” se convenció por completo llenando de gozo su corazón.

Se arrodilló frente al castaño y con fuerza, lo tomó por la nuca y lo atrajo a sí, juntando nuevamente sus labios. No esperó a que Eren reaccionara al beso, ni lo beso con delicadeza. Sus labios procuraron devorar en ese mismo instante los ajenos, mientras su lengua abría paso en la boca del menor. Eren tardó unos segundos en corresponder adecuadamente, pero una vez se adaptó a esa sensación tan remota, abrazó al mayor y lo besó con más pasión. 

Toda su inseguridad de cómo y por dónde empezar se esfumó, a través de sus besos todo lo que querían decir y sentían era transmitido. Siempre había sido así, sus problemas y diferencias las solucionaban mediante el contacto más que palabras. Era su manera de entenderse. Si no hubiera sido por Levi quien cortó el beso, hubiera muerto asfixiado por falta de oxígeno.

-No me hagas esto de nuevo mocoso-llevó su mano de la nuca a los cabellos del menor, acariciándolos con ternura. Los pómulos ruborizados del castaño le hicieron depositar un tierno beso en sus labios-

-Lo siento...-se disculpó y sus lágrimas empezaron a caer-

Sintió como los brazos de Levi lo rodearon, fuertes y amables reconfortándolo de sus penumbras. Sólo podía oír el sonido de la incesante lluvia junto con la respiración del azabache. Finalmente podía tocarlo, sentirlo, olerlo y sobre todo estar a su lado. Inspiró profundamente el aroma de Rivaille, un suave olor a café  negro que no había cambiado.

-¿Qué haces?-se separó del menor-

-Te extrañe-confesó-

-Yo también-respondió y luego bajo su vista a los pantalones de Eren-¿No deberías quitarte eso? Están empapados.

-¡N-no! Estoy bien-se hizo atrás y alzó una mano negándose-

El rechazo de Eren molestó a Levi y avanzó para sujetar con fuerzas el brazo con el cual lo apartaba. El castaño forcejeo para no quitarse los pantalones.

-Dámelos ahora, es una orden-le miro con sus aterradores ojos-

-No quiero, además…se está haciendo tarde debo irme…-se levantó pero Levi no lo dejó avanzar-

-¿Con esta lluvia? No seas idiota-avanzó para retirar los pantalones del castaño pero este reaccionó de una manera muy avergonzada y entendió que pasaba por su mente y a la vez, por la suya-No haré nada.

La verdad es que las ganas de lanzarse sobre Eren, las tuvo desde que entraron al departamento. Hubiera sido por él, lo hubiera despojado de sus prendas completamente empapadas mientras estuvieran en el acto. Pero algo le quedó muy claro desde el día que casi arremetió con la intimidad de Eren, esta vez haría las cosas de manera correcta, y si con ello debía abstenerse y dar el primer paso delicadamente lo haría. No tocó los pantalones del menor quien, al ser revelados sus pensamientos se avergonzó de sobremanera.

-Ve a mi habitación y busca algo, los pondré en la secadora-dio un empujón al castaño producto de su frustración-

-S-sí…-se retiró-

Pasados unos minutos Levi fue por los pantalones de Eren y estos, estaban colgados por fuera sobre la manilla. Los tomó y junto a lo demás los puso a lavar previamente a la secadora. No iba a secarlos así nomás, la lluvia de ciudad no era pura y los componentes que traía le daban asco. Pasó por la cocina y preparó un café para él y leche caliente para llevarlo.

No tocó la puerta ya que encontraba absurdo pedir permiso para entrar su propia habitación. Cuando entró pudo ver como Eren se encontraba con sus piernas bajo las tapas, sentado, mientras las abrazaba con ambos brazos y tenía puesto el gorro de la sudadera.

-¿Te metes a las camas de otros sin su autorización? Eres muy osado…-se acercó a entregar la tasa con leche caliente-

-No tuve opción…-volteo y hundió su rostro en uno de sus hombros-

En ese momento, un fuerte destello de luz iluminó la habitación ocasionando que Eren cambiará su postura y saltara a los brazos de Levi. Se aferró de tal forma que por poco dio vuelta los líquidos que traía consigo el pelinegro. El azabache estuvo a punto de regañarlo pero la sorpresa que se llevó con Eren fuera de su cama, no se lo permitió. El menor traía consigo, únicamente, su ropa interior y la sudadera que le prestó.

-Tienes agallas para pasearte en ropa interior en mi cama-le hablo con un tono sensual-

-…-de enseguida el menor se percató y saltó nuevamente a la cama de Levi a cubrirse completamente avergonzado-¡No tuve otra opción! ¡Tu ropa es muy pequeña!

“¿Pequeña?” se cuestionó enarcando una ceja. Dudó si interpretar eso cómo un insulto o algo positivo, pero más importante, la imagen del menor en su cama de esa forma se le hacía bastante deliciosa. Dejándose llevar por el momento, subió a su lecho, cercando a Eren entre sus brazos y piernas. El castaño retraído, observaba con nerviosismo a Levi tapándose hasta el cuello con el cobertor que sostenía fuertemente con ambas manos. Podía sentir la inquietud del menor y ver como sus tiernas mejillas se coloraban más, era difícil contenerse.

-Rivaille…espera un poco, no…-balbuceaba mientras se escondía bajo el cobertor-¡No!

-Escúchame Eren, no haré nada hasta que no estés seguro. Esta vez no te voy a lastimar-le prometió mirándolo a los ojos-

Otorgándole seguridad y sorpresa ante la repentina decisión, el castaño se tranquilizó. Se enderezó quedando a pocos centímetros del rostro del azabache y le beso. Sus labios no se unieron por mucho tiempo, ya que el cuerpo de ambos empezaba a reaccionar y si bien, Eren quería entregarse a Levi, el recuerdo de su primera vez no se lo permitía.

-Quédate esta noche-le susurró el mayor una vez separaron sus labios-

-No puedo…mi padre y Mikasa se preocuparían, además, mañana debo ir a la escuela-se excusó el menor-

-Mañana no hay clases estúpido-respondió en un tono obvio-

-Lo olvide…-se percató el menor-Aun así se preocuparían por mí…

Cortando su conversación, el teléfono del castaño empezó a vibrar desde su bolso. Levi se lo acercó ya que no se iba a levantar por andar en ropa interior. Tuvo miedo de que lo estuvieran llamando para preguntar dónde se encontraba, aún no quería separarse de Levi y cuando vio quien era tuvo un gran alivio.

-¿Armin?-verificó antes de contestar-

-Eren perdón por dejarte así, tuve que salir antes por…un problema, lo siento ¿Dónde estás? ¿Quieres que vuelva por ti?-se escuchaba a su amigo preocupado por la línea-

-No te preocupes, ehm…estoy con Rivaille…-confesó un poco avergonzado-

-…Tú... ¿Recuerdas?

-Sí…siento las molestias-se disculpó-

Antes de escuchar la respuesta de su amigo, sintió como su teléfono le era arrebatado de sus manos por Levi. Intentó recuperarlo pero ese hombre tenía mucha fuerza y con una mano lo inmovilizó. El azabache llevó el teléfono a su oído siendo observado con pánico de parte del menor.

-Armin, soy yo-hablo Levi-El mocoso estará bien, me ocuparé de él esta noche así que inventa algo-le sonrió lujuriosamente al menor haciéndolo, a su vez, sonrojar y fruncir el ceño-Cuento contigo-cortó dejo el teléfono a un costado-Problema resuelto, eres mío.

-¿¡Q-qué!?-gritó-

No pudo continuar hablando, Levi se introdujo bajo las tapas, abrazó y aprisionó con sus piernas con fuerzas al menor para suprimir el forcejeo del chico. Pero era tan insistente, que con fuerzas chocó su frente con la ajena.

-¡No hagas eso!-se quejó de dolor el menor-

-Quédate quieto-le ordenó-Te dije que no te haría nada.

-Lo sé… ¿No deberíamos hacer algo de comer?

-¿Es lo único que cruza tu mente mocoso?-respondió molesto-

-No, probablemente no te has alimentando bien…-respondió en un tono apagado-

-Después, ahora cierra tu maldita boca y quédate quieto-le miró fulminante-

Frente a esa mirada de Levi, no le quedó otra que obedecer. Estar a su lado era todo lo que quería, no obstante, no negaba que estaba muy nervioso. Pero seguro. Esa seguridad que le otorgaba Levi no la encontraba en ningún otro lado. Ni la imparable sobreprotectora de su hermana era capaz de acercarse a ese sentimiento. Hundió su rostro en el pecho de Rivaille, recordando cuantas noches el hombre más fuerte de la humanidad lo acunó en sus brazos y volvía hacerlo ahora.

-Te amo-susurró Eren-

-¿Uhm?-preguntó Levi y no obtuvo respuesta. Eren se había quedado dormido-Qué molesto.

Sin la necesidad de oírlo, supo que Eren no estuvo durmiendo bien en las noches y por ello se durmió tan pronto en sus brazos. Pero alguien tampoco estuvo durmiendo bien esos días y no tardó en acompañar al castaño al mundo de los sueños. Ambos siendo acunados por sus respiraciones y la tormentosa tarde que se convirtió en algo tan dulce para ellos.

-o-

“No quería esto para ti Eren…”

“Lo siento tanto, prometo que no volverá a ocurrir esto…”

Una voz se escuchaba en un fondo completamente negro. No había nada, ni un rastro de luz, ninguna persona y sin embargo, se escuchaba un gran alboroto, fuego, gritos, derrumbes…

“No morirás…tú renacerás”

“Eren…”

-¡Eren!-el rostro de Carla apareció en medio de esa oscuridad, tirada en el suelo envuelta en un charco de sangre-

-o-

Abrió sus ojos de golpe, el ritmo de su respiración estaba agitada y buscaba normalizarla rápido. Sudaba helado y sus ojos tenían rastros de lágrimas.

“Otra vez…” se dijo a sus adentros.

Llevaba días así, la misma pesadilla se repetía desde la primera noche que volvió a su hogar. Estaba oscuro, pero en medio de esa oscuridad no estaba solo. El fuerte aroma de Levi y su cálido cuerpo estaban junto a él. El azabache dormía tranquilamente, no podía ver su rostro debido a la oscuridad. Se estiró para encender la lámpara del velador pero esta fue encendida antes que pudiera tocarla.

-Lo siento ¿Te desperté?-se sorprendió Eren-

-No-llevó sus manos a las mejillas del castaño y secó los restos de lágrimas que habían en ellas-A esto se deben tus ojeras.

Frente a sus palabras, el castaño abrió sus ojos en sorpresa y asintió con su cabeza. Levi estuvo pendiente de él todos los días, de cada detalle a pesar de no poder acercársele. Pese a las adversidades, era afortunado al tenerlo a su lado.

-Estoy bien-sonrió causando una mueca de disgusto en Levi-Es tarde, iré hacer algo de comer-estuvo a punto de levantarse pero recordó que solo traía su ropa interior en la parte inferior y no salió-

-¿Te da vergüenza? No será la primera vez que pasas por esto, levántate-le ordenó empujándolo de una patada fuera de la cama-

-¡Ah!-Eren cayó al suelo descubierto, ya no había donde ocultarse-¿¡Por qué!?-trató de cubrirse pero ya no era necesario-

-Ya te vi, será mejor que corras a la cocina antes de que de un mordisco en alguna parte de tus delgados muslos-le amenazó Levi de una manera seductora-

-¡Ya voy!-salió corriendo Eren apenas escuchó-

Levi siguió al menor después de ordenar la cama. Odiaba el desorden y eso no cambiaría. Hoy tendría a Eren con él y podría dormir bien, sin problemas estando consigo mismo pero sólo sería por hoy.

Llegó a la cocina en busca del menor y le vio cocinando como lo hacía las veces que estuvo con él, día tras día. Degustó un poco más la escena esta vez, ya que se trataba de Eren en ropa interior cocinándole. Su presencia incomodó al castaño quien luego de un rato se tuvo que acostumbrar. Las piernas de Eren eran largas y delgadas, a eso se debía su estatura que no cambió en nada en cuanto al pasado. Pese a lo delgadas que eran, estaban tonificadas y el trasero lo tenía completamente atento a cada movimiento. No sabía cuánto tiempo más sería capaz de retenerse a sí mismo pero debía hacer un esfuerzo por Eren. Un esfuerzo sobrehumano.

Eren terminó la cena no muy elaborada, debido a la falta de ingredientes que tenía, y la sirvió. Por supuesto Levi se llevó una pequeña reprimenda de parte del menor al darse cuenta que no estaba alimentándose bien. El sabor de la comida que tanto extrañaba, comer para él no era tan importante, una mera necesidad que a veces se presentaba, pero disfrutaba de sobremanera probar los platos del castaño. No quería parecer un muerto de hambre por lo que masticaba lentamente cada bocado, sin embargo, Eren parecía no estar comiendo a gusto y dejo la mitad en el plato.

-Aliméntate, ya no eres un fantasma-le señaló el plato-

-No tengo hambre, aún no puedo comer bien-hizo el plato a un lado-

Levi tomó los servicios del castaño y tomó un poco de comida haciéndolo tragar de golpe. No le dio tiempo de hablar y cada vez que intentaba hacerlo, una nueva porción de comida ingresaba a la fuerza acabando así toda la porción en su plato.

-Eres un niño mimado-recogió los platos-Iré a poner la ropa a la secadora, espérame adentro.

-Sí-respondió desanimado-

Se veía bastante decaído, de un rato para otro su humor cambio abruptamente y se apuró en dejar las prendas en la secadora para volver con Eren. Al entrar a la habitación, el menor se encontraba mirando por la ventana con la mirada perdida, se acercó a su lado a paso lento.

-Tengo miedo-declaró Eren-Siento que voy a perderlo todo…una vez más…-apoyó una de sus manos en el vidrío-

-Ya no-negó Levi posando su mano sobre la del menor-No volverá a ocurrir.

Eren sonrió.

-¿Me cuidarás?-le preguntó volteando a ver a sus ojos grises-

-Ya lo hago-respondió sin despegar su mirada del color esmeralda frente suyo-

-Entonces…-tragó saliva antes de continuar y agacho su mirada-¿Puedes ser amable conmigo esta vez…?

Dudó un momento a qué se refería, pero no tardó en darse cuenta cual era el significado de esa pregunta. Eren estaba autorizándolo a dar el siguiente paso. Sintió como su aguante flaqueaba y estuvo listo para cobrar todos sus deseos acumulados, pero debía hacerlo bien. Sin responder a su pregunta, avanzó depositando un tierno beso en sus labios, profundizándolo de poco. Eren lo abrazo por el cuello apegándose más a su cuerpo, recordaba cómo hacer las cosas que le agradaban a Levi. Sin cortar el apasionado beso, Levi lo tomó de los muslos, elevándolo y hallándose entre ellos. No tuvo problema en avanzar lentamente hacia la cama mientras lo cargaba, el niño pese a su altura se le hacía bastante liviano. Lo recostó lentamente, quedando entre sus piernas. Separó sus labios para observarlo y ver lo sonrojado que estaba.

-Seré suave-juró mirándolo a los ojos-

-Sí…

El azabache subió apoyando una de sus rodillas entre las piernas de Eren, acercó sus labios a los ajenos, depositando un beso y llevándolos al cuello del castaño.

Al sentir el rose de los labios en su cuello, giró el rostro y cerró los ojos con fuerza. Los besos le provocaban cosquilleos que recorrían todo su cuerpo de principio a fin. A su vez, Levi empezaba a quitarle la sudadera con una de sus manos mientras iba sintiendo la suave piel del castaño. Retirada la sudadera, Eren se encontraba ahora únicamente con su ropa interior.

 Levi lanzó la prenda lejos y observó el cuerpo de la persona que amaba detalladamente, su piel joven y tersa no tenía ninguna marca del equipo tridimensional, lisa y limpia. Llevó sus manos al pecho de Eren y empezó a descender con demandantes caricias. Posó sus labios sobre la clavícula, procurando besar con pasión cada zona de su cuerpo.

La vergüenza que sentía no le permitía observar las acciones de Levi, con sus brazos cubrió su rostro sintiendo como su cuerpo era encendido por el mayor con cada beso y caricia.

El azabache se detuvo y se despojó de todo lo que traía en su parte alta, quedando con el abdomen descubierto, el cual, Eren observó maravillado. Se acercó al menor y apartó sus brazos y lo besó. Con sus manos empezó a jugar con el par de pezones en su pecho, haciendo salir por fin, la melodía que tanto deseaba oír.

-Ah…-gimió suavemente Eren-

Más, quería escuchar más de esa melodía que lo excitaba descontroladamente. Dejando los pezones del menor, bajo sus manos acariciando sus costados hasta llegar a sus caderas. Sin dar aviso, sacó la ropa interior del menor de un tirón.

-¡E-espera!-gritó el menor llevando sus manos a cubrir su miembro-

-Quítate-tomó sus manos y las llevó sobre la cabeza del menor, apresándolo-

El miembro del castaño ya estaba duro y ahora que lo tenía completamente desnudo, no había vuelta atrás. Eren no sabía dónde ocultarse y pese a que rogó un tiempo fuera, Levi no escuchó y se agacho para lamer la punta de su miembro.

-¡N-no! ¡Gh…!-intentó reprimir sus gemidos-

-No te contengas-dijo volviendo a lo que se disponía-

Soltó las muñecas del menor, llevando una de sus manos a su pequeña entrada. Mientras jugaba con el miembro del menor en su boca y su otra mano, con uno de sus dedos entró por su cavidad provocando la explosión de los gritos de Eren.

-¡Ah!...¡Riva..mph!-gemía sin contenerse-

Lo que empezó siendo un movimiento suave y lento, se volvió rápido y profundo sin detener el jugueteo de su lengua en el miembro del menor que empezaba a endurecerse en su interior. Pronto metió un segundo dedo y luego un tercero, trataba de contenerse pero quería que estuviera listo de inmediato para poder entrar.

Eren llevó sus manos a la cabeza del mayor, ya no aguantaría mucho y apretó con fuerzas alguno de sus negros mechones. Descargas eléctricas venían una tras otras y se apoderaban de su columna vertebral. Sintió cómo los dedos de Levi llegaron al punto que lo hizo erguirse y soltar un fuerte grito de placer.

-¡Agh! N-no me ven-gh-apretó con mayor fuerza los cabellos de Levi-

Sacó de su boca el miembro y sus manos acabaron con él, recibiendo todo en su mano. Las respiraciones del menor eran descoordinadas y alteradas, sus ojos aguamarinas poseían lágrimas que le hacían brillar mientras lo observaban. Lo beso, dando pequeñas pausas, permitiéndole respirar.

-Voy hacerlo-le avisó Levi-

Eren asintió con un movimiento de cabeza.

En su mano aún poseía los restos del fluido del menor, el cual, utilizó como lubricante en su cavidad. Sí era él, no le importaba mancharse con su esencia. Se liberó de sus pantalones quedando completamente desnudo frente al castaño, liberando la compresión en su entrepierna, sintiendo la retraída, y a su vez, fogosa mirada sobre él y elevando las caderas del menor recibió la autorización con una mirada para empezar.

Poco a poco, avanzó entrando cuidadosamente. Eren parecía estar sufriendo con cada centímetro que avanzaba, con su cabeza hacia atrás y sus uñas siendo clavadas en los hombros de Levi trataba de reprimir sus lamentos. Levi se detuvo.

-¿Estás bien?-preguntó preocupado-

-S-sigue…-respondió con sus ojos llorosos-

Continuo hasta por fin estar todo dentro, juntó sus cuerpos y tomó la mano que solía morderse en el pasado, siempre lo habían hecho así era algo que no cambió con el tiempo. Paso su lengua por la oreja del menor, provocándole un cosquilleo.

-Empezaré a moverme-le susurró pasados unos segundos-

-Confió en ti…-rodeo el cuello de Levi con sus temblorosos brazos-

Lentamente, sacó su miembro para volver a entrar con la misma suavidad, repitiendo el movimiento varias veces. Podía sentir el cálido y estrecho conducto que le hacía sentirse tan bien. El ritmo fue aumentando a medida que Eren comenzaba a disfrutarlo, sus gemidos no reflejaban dolor, eso le tranquilizaba e incitaba a liberarse por completo.

-Ah…Rivaille…-lo llamaba entre gemidos, demandando sus besos-

Respondiendo a sus deseos, le beso uniendo sus lenguas y devorándose desesperadamente. No sólo sus almas se habían extrañado, sus cuerpos también y recordaban perfectamente cómo fusionarse y enardecerse.

-¡He-heichou…!-gimió y fue callado con un beso-

-No Eren, eso se acabó. Es Levi-respondió agitado-

-¡Mph…! Le…-trató de pronunciar-

Sintió como su mano fue estrechada con mayor fuerza de parte del menor, estaba a punto de terminar al igual que él. Sin contenerse, incrementó su ritmo y potencia de sus estocadas. Eren no aguantaría más y con una fuerte estocada, acabó con ambos.

Se desplomó sobre el cuerpo de Eren, ambos recuperando el aire en profundas aspiraciones. Volteo su rostro y lo beso acariciando su mejilla ruborizada. Sus cuerpos sudaban y ardían por primera vez, en esta nueva vida. Podían sentir completa su alma, esa parte, que nunca nada les fue capaz de recompensar aún sin poseer sus recuerdos.

Eren lo abrazó, sin quitarle la vista.

-¿Cómo te sientes?-le preguntó al castaño-

-Bien…algo... Pero, gracias por cuidarme-le sonrió-

-Ya veo...-relajó su cabeza en el pecho del menor, sintiendo el palpitar de su corazón-

Esta vez, lo cuidaría y no dejaría que nada le ocurriese. Cometió muchos errores en el pasado, convirtió la primera vez de Eren en un calvario víctima de su ira. Se aprovechó de los sentimientos sinceros de su subordinado y lo destrozó sin compasión. Fue tanto el dolor físico emocional que le causo, que Hanji tuvo que administrarle algún calmante mientras se recuperaba y… sus ojos dejaban ver la nueva cicatriz que generó en su alma. No volvería a ocurrir.

“Escuadrón 731” vino a su mente una realidad que le perseguía. No obstante, no se volvería a repetir. Eso era parte del pasado y pasado sería. Eren estaría a salvo de ahora en adelante y en cuanto a la información de Hanji, sería un secreto.

-¿Ocurre algo?-lo sacó de sus pensamientos-

-Uhm…estaba pensando en lo sensual que llegas a ser para ser un mocoso-le dijo en un tono bromista-

-¡No digas eso!-respondió molesto-

Muchas cosas cambiaron entre ellos, su situación, su realidad, sus vidas y entornos. Muchas cosas habían cambiado, pero sus sonrisas, conexión y el amor que se tenían, nacieron hacen miles de años atrás para encontrarse durante toda una eternidad.

Algo nuevo estaba por empezar.

-Te amo, Levi-sonrió el menor, llamándolo por primera vez por su apodo-

-Yo también, mocoso-le besó y se apoyó en sus brazos para observarlo desde arriba con una mirada lasciva-Ya que te veo tan bien, vamos por otra ronda.

-¿¡Qué!?-gritó atónito-

-Me he guardado mucho, será mejor que te prepares-recogió sus mechones negros, haciéndolos hacia atrás de manera seductora-

 

Continuará…


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