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Renacer por Haru19

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Notas del capitulo: Shingeki no Kyojin y todos sus personajes no me pertenece, son de su respectivo autor Hajime Isayama.
“Quiero que llegues a estudiar para el examen de mañana. Si lo haces bien te daré lo que quieras ¿De acuerdo?”

Levi aun digería lo que Eren le estaba pidiendo, que él estuviera guiando el momento era algo que no había imaginado ni en sus más locos sueños. Además, no le agradaba la idea y se notó en su cara cuando escuchó la propuesta. Había hecho una promesa y cuanto se arrepentía ahora.
-¿Levi?-lo llamó Eren al no escuchar respuesta-
-¿Uhmm?
-¿Por qué no respondes…?
-¿Qué cosa?-fingió no haber escuchado-
-Lo que te pedí…
-¿Cuándo?
-Ahora...
-¿A sí?-desvió su mirada despreocupada-
-Sí…
Se la hacía difícil imaginárselo de ese modo, era tan inocente como para no darse cuenta que estaba jugando con él ahora mismo, era imposible que lograra lo que quería. Pero las sorpresas con Eren eran algo de esperar, sabía bien que el castaño tenía un lado posesivo y lujurioso, no obstante, no era lo suficiente como para poseer a alguien, menos a él. Le costaba aceptarlo, se negaba rotundamente pero si no cumplía se enfadaría con él y se lo recalcaría de por vida.
-Bueno-respondió soltando un suspiró-Lo haré.
-¿Enserio?-preguntó entusiasmado-
-¿Tengo otra opción?
-No-sonrió-
“Pequeño diablo” maldijo en su interior.
-¿Qué hacías aquí?-cambió el tema-
-Vine a dormir un rato…no podía mantenerme despierto en clases.
-Cada vez te toma mayor trabajo dormirte.
-A veces…pero estoy bien.
Levi tomó su corbata y lo jalo para acercarlo, era molesto para él que continuara siendo tan alto. Eren reaccionó enseguida y sus mejillas se sonrojaron, era tan fácil llevarlo a ese estado, nuevamente pensó que era imposible que cumpliera su deseo.
-Vendrás conmigo hoy-acaricio los labios del menor con su pulgar-
-No puedo…Si quiero pasar el fin de semana contigo y mañana…debo pasar tiempo en mi casa hoy-se excusó-
Odiaba esas malditas reglas que no le permitían pasar el tiempo que quisiera con Eren, hizo una mueca en disgusto soltando de la corbata del castaño. Esperar no era para él, si de su lista de cosas que detestaba se trataba, hacerlo esperar era una de esas cosas que se encontraba en las primeras líneas de esa lista, sobre todo si era de aquella persona de quien se trataba la espera.
El rostro de Levi se mantenía de la misma forma, pero él sabía reconocer cada pequeño detalle en el mayor que indicaba sus emociones. Se sentía igual que él, no podía hacer nada para cambiar esta realidad. Deseaba estar a su lado todo el tiempo, ser mimado y amado por esa persona cada minuto del día. Esto tomaría años en cambiar y él temía que Levi acabara aburriéndose, después de todo, ellos dos vivían en distintos mundos les gustase o no.
-Oye-llamó la atención del castaño-
Cuando lo miró nuevamente a los ojos, Levi lo tomó por la nuca y lo beso. Los dulces y suaves besos que le hacían perder sentido de la realidad, labios que nunca esperó que correspondieran y desde el primer momento que lo hicieron hace mucho tiempo atrás, hasta hoy, su estómago se revolvía de nervios apartando todo mal.
-Ve a comer, ni se te ocurra hacerme esperar mañana mocoso-lo soltó-
-Lo sé-sonrió y abrazó-
Levi acarició los cabellos de la cabeza de Eren que se encontraba apoyada en su hombro derecho, mientras era estrechado por el gran mocoso.
-Si no te vas ahora, no respondo por lo que venga-llevó una de sus manos al trasero del menor-
El cuerpo del castaño se crispó al sentir el tacto de la mano abajo por sobre su pantalón y se separó de inmediato. Tomó sus cosas y se despidió tan rápido que Levi no halló la ocasión para darle unas últimas palabras o detenerlo. Antes de huir por la puerta se encontró con Hanji con quien estuvo a punto de chocar por lo apresurado que iba. Eren se fue y Hanji entró sonriendo a su amigo, quien no se lo tomó para nada gracioso.
-Hay cosas que no cambian-se acercó a su escritorio esquivando la mirada asesina de Levi-
-Tú…-la jalo del delantal, haciéndola caer al suelo-Vamos a conversar seriamente maldita infeliz-la fulminó con la mirada-
-¿De qué sería….?-preguntó riendo-
Levi se agacho y con sus dos manos empuñadas en ambos lados de la cabeza de la castaña, presionó con fuerza ocasionando dolor.
-¡Ay, ay! ¡Lo confieso yo lo hice!-intentaba alejarlo pero se le hacía imposible-
-Eso ya lo sé-finalizó presionando aún más su cabeza antes de soltarla-¿Qué mierda le metiste a Eren en la cabeza?
-Mi cabeza…-se quejó mientras sostenía su cabeza entre sus manos-Yo sólo le dije que fuera sincero y planee este encuentro.
-Eso no es lo que recibí antes maldita estúpida-respondió furioso-
La duda de Hanji por saber que ocurrió no se quedaría allí. Por lo enfadado que se encontraba había algo más, de lo cual, Levi se negaba rotundamente a decir una sola palabra de qué ocurrió. Ella siempre fue así, metiéndose y participando indirectamente en su relación cómo si se tratase de algún tipo de psicóloga o algo por el estilo. No paró de insistir, sabía que su amigo acabaría soltando alguna que otra pista bajo la presión de sus palabras y actos que lo volvían loco. Cuando su amigo por fin dijo lo suficiente con tal de que se callara, no pudo evitar reírse a carcajadas por la expresión de horror con la que se lo contó, pero no tardó en callarse ya que Levi se levantó a golpearla.
-Dios, nuestro Erencito está creciendo-dijo secándose las lágrimas producto de las risas-
-No me vengas con esa mierda, ¿Te das cuenta lo que le metiste en la cabeza?
-Bueno pero te equivocas en algo, yo no le dije nada respecto a eso.
-¿Qué? ¿Entonces explícame de donde salió esa idea?-preguntó sin creerle-
-Eren también es hombre es normal que haya solicitado eso, sobre todo cuando nos encontramos en una época más calma.
“Eren también es hombre” Resonaron esas palabras en el interior del azabache, y era cierto, pero ella no conocía cómo era Eren en ese sentido, por lo cual se le hacía prácticamente imposible. Hacer que Eren lo domine a él, la idea por sí sola era inaceptable.
-¿No vas a consentirlo?-le preguntó Hanji-
-Uhmm, no tengo otra opción.
-Así que mi mejor amigo será un pasivo, quien lo diría-sonrió-
Después de esas palabras, el monstruo dentro de Levi fue liberado atrapando a la castaña como su primera víctima. Soportaba todo tipo de broma, a medias, pero lo hacía, este fue el tipo de cosas que nunca toleraría menos cuando ya se encontraba en la situación.
-o-
Tocó la puerta de la enfermería esperando respuesta y no lo obtuvo, cuando tocó nuevamente la puerta se abrió en segundos, pero no por Hanji, sino por Levi que no tenía buena cara. Antes de que pudiera hablar, se percató que la castaña se encontraba desmallada en el suelo o algo similar.
-Armin, ¿Qué buscas?-le preguntó Levi-
-Eh, ¿Eren se encuentra aquí?-le preguntó sin apartar la vista de Hanji, quien parecía no moverse-¿Qué ocurrió…?
-Déjala, está estudiando los microorganismos del piso y el mocoso ya se fue-le indicó-
-Lo iré a buscar, gracias-dijo sin apartar su mirada de la castaña-
Cerró la puerta de la enfermería y se retiró de allí en busca de su amigo. Si Eren ya se había retirado debía estar con Mikasa donde siempre almorzaban, o bien comprando el almuerzo. Primero iría a comprobar el casino de la escuela, su amigo ya se estaba acostumbrando al ambiente pese a las adversidades, buscarlo por los pasillos de esta escuela que antiguamente fueron el cuartel le traía gratos recuerdos. Pero toda esa armonía no tardo en esfumarse, al visualizar frente suyo como Marco venía a su dirección. Fingió no haberlo visto buscando así, zafarse de esa persona, sin embargo, cuando estuvo a su lado este lo paso a llevar con su codo. Aun así, quiso continuar y no prestarle atención.
-¿Te dejas abatir así de fácil?-le retó el chico-
-No sé de qué me estás hablando-se detuvo-
Marco hizo una mueca en disgusto, era impresionante cuanto había cambiado ese chico. No parecía real, siempre fue tan gentil y en desacuerdo a los conflictos, que ahora Armin se preguntaba qué clase de vida llevó este chico para acabar así. No pudo evitar sentir lastima por él y expresarlo en su rostro.
-No pongas esa lamentable cara conmigo Armin-repudió frunciendo el ceño-
-¿Qué quieres Marco?-se resignó en oponerse-
-Quiero que te alejes de Jean-le dijo fríamente-
No recordaba que Jean y Marco tuvieran algo antes del terrible incidente en el cual se vio envuelto el chico. Seguramente lo sentimientos habían surgido en esta época, y los tenía desde antes que Jean se le declarara, pero, ¿Ellos ya habían estado juntos? O ¿Sólo eran amigos? Había muchas posibilidades que Armin analizó para dar su respuesta. Cuando Jean se le declaró y le pidió una oportunidad, él no quería empezar algo ya que tenía sus recuerdos intactos de cuando lo perdió en el pasado antes de que todo terminara y tenía miedo en volver amarlo. Pero acabó cediendo, probablemente sus sentimientos ocultos lo impulsaron y verlo así también. No le había dado mucha importancia, sino hasta ahora que sentía que algo intentaba arrebatarlo.
-Creo que Jean tiene derecho a escoger con quien estar ¿No?-respondió firme-
-…l no debe estar contigo.
-¿Te gusta Jean?-lo tomó por sorpresa-
El chico pareció verse abatido por las palabras de Armin.
-Eso es algo que a ti no te importa, pero no te quiero al lado de él.
-No voy a dejarlo, si él no lo desea así-juró-
-No voy a permitir que le hagas daño-acortó la distancia haciendo retroceder al rubio-
-¿Qué haces?-preguntó una voz ajena-
Ambos miraron en dirección de dónde provenía la voz, era Jean quien venía a paso rápido y nada contento hacia los dos. Tomó a Armin del brazo, dejándolo detrás suyo para protegerlo con su cuerpo de lo amenazante que se encontraba Marco.
-¿Qué estás haciendo?-le volvió a preguntar-
-Deberías dejarlo conversar por sí solo Jean-respondió Marco, relajando su postura-
-Vete de aquí-lo desafió con la mirada-
Ambos mantuvieron sus ojos fijos, ninguno cedía hasta que Marco optó por darles la espalda y dejarlos allí solos. Volteo a verlos y el rubio pudo darse cuenta cómo la expresión del chico se volvió más dócil pero llena de tristeza. Fue un sentimiento extraño y antes de que Jean volteara a verlo, empezó a caminar para largarse de allí, pero no lo consiguió.
-¿A dónde vas?-detuvo al rubio del brazo-
-Yo…debo ir a buscar a Eren para almorzar…-respondió sin observarlo-
-De nuevo ese estúpido, ¿No lo puedes dejar un día solo?-respondió molesto-
-Verás…Eren es mi amigo y aún está medio delicado, no lo quiero dejar solo-intentó excusarse-
-Está Mikasa con él, almuerza conmigo-rogó-
Iba a negarse, pero basto con ver sus ojos rogarle para dejarse llevar por él y aceptar. Con un movimiento de cabeza aceptó recibiendo una sonrisa a cambio. Ambos fueron por sus almuerzos al casino, por la hora ya se encontraba sin mucha gente y a eso sumado que ya no quedaba mucha comida. Pasaron por sus almuerzos y al llegar a los postres, ambos dirigieron sus manos a tomar el único flan que quedaba, rozándolas.
-Disculpa-retiró su mano el rubio avergonzado-
-N-no adelante-le ofreció Jean-
-Tomaré otra cosa…-observó los demás postres-
El flan llegó a su bandeja de la mano de Jean, quien se lo dio y tomó gelatina para dirigirse a una de las mesas, antes de ser rechazado por Armin. Quedó pasmado allí viendo el flan en su bandeja, luego levantó su mirada que siguió la espalda de Jean a una mesa apartada y vacía. Cuando pudo recobrar su conciencia, avanzó y se sentó frente a él. Disfrutaron de sus almuerzos en silencio, el rubio parecía calmado pero en su interior tenía todo un lio mientras que Jean, era todo un caso por dentro y fuera, ya que dejaba ver todos sus sentimientos en sus acciones torpes y mejillas coloradas.
-¿Por qué huyes de mí?-se animó a preguntarle al rubio-
Armin dejó de comer para darle atención.
-No huyo…
-Ese día de lluvia, te fuiste corriendo y me evades más desde allí-le recordó-
-No hui, debía volver pronto-refutó-
-¿No debías esperar a Eren?-lo descolocó-Los escuché.
No tenía cómo evadirlo o negar aquello, los había escuchado y no había prueba más tangible que aquello. Nervioso, desvió su mirada apretando el tenedor en sus manos, se sentía sin escapatoria.
-¿Te resulto molesto…?-preguntó Jean desanimado-
-No…lo que pasa…-no pudo continuar, al sentir toda la atención de Jean sobre él-
-¿Qué?-insistió-
No se atrevía abrir su corazón, el dolor y miedo al perderlo en la batalla estaban tan latentes como aquella vez. Al verlo, recordaba su rostro agonizante en el suelo, en medio de un incendio lleno de gritos y monstruos devorando a la vez que eran exterminados. No todos tuvieron la suerte de vivir la vida libre de esas bestias, Jean fue uno de ellos. No quería volver a sentirse así nunca más, temer perderlo, pasar su vida entera pensando si pudo haber hecho algo más para salvarlo, aquellos sentimientos de los cuales quiso escapar y ahora lo arrastraban.
-No puedo…-confesó-
-¿Qué cosa?
-Le temo a esto…-susurró bajo-
Jean escuchó a la perfección sus palabras, por primera vez sentía algo sincero en las palabras de Armin, no podía entenderlo como quería, a veces sus palabras eran demasiado torpes y estropeaban todo. Con sus manos, tomó las del rubio sorprendiéndolo y lo miró a los ojos.
-Confía en mí-le suplicó-
Pudo sentir un calor apoderarse de su pecho, el mismo del cual quiso escapar y acabo con él. La mirada de Jean era tan persuasiva y dulce que no pudo apartarlo, luego de unos segundos retiró sus manos al darse cuenta que se encontraban en la escuela.
-Estamos en la escuela…-se excusó-
-Lo siento ¿Quieres salir este fin de semana? ¿El sábado?-le propuso-
Mañana era el cumpleaños de Eren y supuestamente, se vendría a quedar con Armin ese día en la tarde y durante todo el fin de semana. Si se juntaba con él y de algún modo Mikasa se enteraba que no estuvo con Eren, todo sería descubierto.
-No puedo, tengo cosas que hacer.
-Por favor, permíteme estar ese día contigo-rogó-
-De acuerdo…-respondió a lugar de su “No”-
Ya encontraría una forma de que nunca se supiera que Eren no se encontraba con él.
-o-
Su pecho aún continuaba acelerado por su rápido palpitar, sus piernas se movían sin descanso para alejarse y calmarse. Lo había dicho, lo había dicho y Levi aceptó, había logrado decirle por fin qué deseaba. Aún quedaba mucho para que fuese mañana, pero estaba muy ansioso por que las horas avanzarán. Fue al casino pero no se encontraban ninguno de sus amigos, también los buscó en el exterior donde solían almorzar y no había nadie. Era extraño no encontrarlos, sobre todo a su hermana que vivía las veinticuatro horas del día preocupada por su existencia. Dio un paseo por los alrededores, no los encontró nunca. Antes de entrar nuevamente al edificio, un grupo de personas captó su atención bajo un árbol. Por lo apurado que iba no se dio cuenta enseguida, pero luego de que apartó sus ojos y su cerebro procesó las imágenes, se detuvo abruptamente para volver a mirar a la misma dirección.
Bajo el árbol, se encontraban Annie, Reiner y Berthold con sus almuerzos. Se veían felices en medio de su conversación, pero la rubia no tardó en sentir la mirada del castaño sobre sí. Eren se encontraba desconcertado sin poder apartar su mirada de ellos, al contrario de la chica que junto a los dos chicos, que se percataron segundos después del castaño, se mostraban indiferentes por la excesiva atención que tenían sobre ellos. Eren sintió un escalofríos recorrer su cuerpo y se obligó abandonar el lugar, su respiración era irregular debido a la adrenalina que sintió al verlos y lo rápido que iba para alejarse de allí. No recordaba haberlos visto en la escuela, debían ir en grados más avanzados que él. Sintió intranquilidad al verlos, pero nada ocurriría ahora, pero algunas cosas no cambian cuando conservas tus recuerdos.
Como si la situación no pudiera empeorar, una de las puertas se abrió saliendo de ella nada más que el mismísimo Erwin, a quien no veía con sus recuerdos intactos desde que era fantasma. Cuando se reintegró a la escuela por supuesto que tuvo que verlo, pero ahora intentó no verse abatido por ese hombre y caminar como de costumbre.
-Veo que recuperaste tus recuerdos, Eren-descubrió el rubio-
Miró a sus costados, por si había alguien que pudo haber escuchado esa frase, estaba completamente solo en ese pasillo junto con Erwin, y eso le incomodó más que si lo hubiera escuchado alguien.
-No creas que seré tan inconsecuente como para hablarte así en medio de personas-aseguró Erwin al verlo entrar en pánico-
-Lo sé-respondió-
-¿Te molestaría acompañarme un poco?-le preguntó haciéndolo poner una expresión de inseguridad-Tranquilo, sólo vamos a conversar de algunos detalles pendientes.
-De acuerdo.
Erwin lo guío por los pasillos hacia su oficina en silencio, y al llegar le abrió la puerta indicándole que entrara antes que él. Dudó un poco antes de entrar, sentía que se adentraba a la boca del lobo con cada paso que daba. Pensó en Levi, se imaginó en cómo reaccionaría si se enteraba que se encontraba con él a solas y se sintió mal por ello, de seguro se enfadaría mucho, pero habían cosas que él quería hablar con Erwin y de las cuales sólo se enteró por Levi.
Tomó asiento frente al escritorio y el mayor se sentó en su cómoda silla que parecía un sillón muy costoso.
-¿Cómo te has sentido?-le preguntó al menor-
-Bien-se limitó a responder-
-¿Mucho problema con tus estudios?
-No-las respuestas de Eren las decía en una postura firme y recelosa, al igual que el tono con el cual salían-
-No debes estar tan tenso-sonrió el rubio-
-Quiero hacerle unas preguntas.
-¿Por qué no te dije que estabas en el hospital? ¿Qué ocurrió con tu madre?
Eren se quedó helado cuando Erwin leyó su mente, pero había mucho más que responder pero lo primero que pensaba preguntar era aquello.
-Ya te dije que no quería involucrar a Levi en esto, y sobre tu madre, no tengo la menor idea de qué ocurrió-se cruzó de brazos-
-Usted no dice nada concreto…-apretó sus puños en sus piernas-
-No tengo nada más que decirte Eren, de todos modos no podrás traer a tu madre de regreso.
Fue suficiente para hacer que Eren se levantará y golpeara la mesa con ambas manos, mientras no apartaba su mirada llena de ira y a punto de derramar lágrimas, sobre el hombre que le había tocado la herida.
-¡No eres quien para hablar! ¡Sabes algo y no me lo quieres decir!-gritaba el menor-
-Eres tú quien se niega aceptar las cosas, pero déjame decirte esto-lo tomó de la corbata con fuerzas-Deberías ser más cuidadoso, Eren.
Los ojos de Erwin penetraban los suyos, adentrándose en su ser, no permitiéndole moverse y llenándose se temor. No eran los ojos de una persona común y corriente, la gente cuando pasaba por ciertas situaciones iba forjando su mirada, los ojos eran el reflejo del interior y su interior no estaba limpio. Algo se ocultaba dentro de ese hombre y lo tenía allí sin poder mover un musculo.
La campana de la escuela sonó, la hora del almuerzo acabó y las clases empezarían. Fue el sonido que permitió la reacción de Eren frente a la situación y el relajo de Erwin sobre la corbata del castaño.
-Vuelve a clases-le ordenó-
Eren se enderezó y se limitó a observarlo con un rostro desafiante lleno de desprecio. Sin palabra alguna, se dirigió a la puerta y salió de ese lugar.
Erwin sonrió cuando se encontró solo y se giró hacia la ventana, para poder apreciar el cielo azul.
-¿De dónde obtuviste esa interesante expresión Eren?-se dijo, recordando la expresión de Levi al pelear-
-o-
La frustración con la que iba a su salón, era agobiante. Tenía ganas de llorar, pero no se podía permitir aquello en la escuela. Al llegar a su salón, respiró hondo y abrió la puerta. Sus amigos se encontraban allí y también ese maldito de Jean que conversaba con los dos, nuevamente Armin se sentó junto a Mikasa y él tendría que sentarse nuevamente al lado de Jean. Sin mucho ánimo fue a su puesto.
-¿Eren dónde estabas?-preguntó Mikasa-
-Buscándolos.
-Lo siento, tuve que atender unos asuntos del club y no pude acompañarte-se disculpó su hermana con una postura de arrepentimiento-
-No te preocupes… ¿Dónde estabas Armin?-le preguntó tomándolo por sorpresa-
-Ah…yo…estaba en la biblioteca-respondió con una sonrisa-Perdón.
-¿No deberías cuidarte solo?-agregó Jean-
-Nadie pidió tu opinión-respondió el castaño-
La puerta se abrió y por ella entró Levi. Todos los alumnos volvieron a sus puestos ordenadamente como perros amaestrados, mientras que Eren se preguntaba qué hacía Levi aquí y no tardó en recordar que tenían clases de Historia.
-¿¡Tenemos Historia!?-gritó Eren llamando la atención de sus compañeros y profesor-
-Sí… ¿Qué ocurre?-preguntó Armin-
-No traje mis libros….-respondió mirando de reojo a Levi quien ya le había dedicado una mirada asesina-
Cuando sintió la atención de Levi sobre él, pensó dos cosas. La primera, lo mataría por olvidar sus libros, no toleraba la irresponsabilidad y no habría excusa válida para ese “delito”. Y la segunda, si bajaba la guardia y daba algún indicio de que algo no andaba bien, podría salir a la luz lo de Erwin. Pensaba decírselo, pero no era el momento, menos antes de su cumpleaños y lo que había pedido.
La solución al primer problema la encontró, pero iba en contra de su orgullo e ideales. Pero bien sabía que el orgullo e ideales no lo salvarían de Levi.
-Jean comparte tu libro-le pidió y obligó-
-¿Qué? Olvídalo.
-No seas antipático-lo tomó del brazo para atraerlo junto a su mesa-Comparte tu maldito libro.
-Suéltame, estúpido engendro-se opuso-
Levi se percató del agarre de Eren en Jean, verlos tan juntos lo hizo llenarse de celos que obviamente no aceptaría como tal. Ardía en llamas y tomó su libro lanzándolo con fuerzas sobre la mesa del castaño, provocando un ruido sordo que dejó paralizada a toda la clase.
-No estorben mocosos y usa eso, no toleraré que se te olvide nuevamente ¿Entiendes?-amenazó Levi-
-S-sí….-respondió temeroso el menor-¿Pero usted…?
-No necesito un maldito libro para enseñarles algo tan sencillo-respondió y empezó su clase-
Pese a que estuvo estudiando con Levi a solas estos últimos días, aún le tomaba trabajo acercarse a las clases actuales que impartía su profesor. Ya que su conocimiento no calzaba con lo de ahora, su concentración fue siendo reemplazada por su admiración a Levi. Cada movimiento que hacía, era captado por Eren embobado por lo genial y hermoso que se veía hablando. Sus clases eran tan elegantes y sentía enamorarse aún más de él cuando lo veía allí. Su rostro debió reflejar sus pensamientos, ya que en una de sus pausas sus ojos se cruzaron y Levi pareció absorber todos sus pensamientos, recibiendo a cambio los del azabache. Nervioso, bajo su cabeza al libro fingiendo en vano que se encontraba escuchando la clase.
Su profesor le indicó que tomarán apuntes y mientras todos se encontraban concentrados en lo suyo, el menor se armó de valor para verlo nuevamente, encontrándose con el azabache que lo esperaba con su mirada puesta en él y le sacó la lengua en el momento justo que nadie se encontraba observando. Muerto de vergüenza, bajo su cabeza y la ocultó en sus brazos, sumado a ello el fuerte rugido de su estómago que pedía comida, colorándose aún más.
-¿Almorzaste…?-susurró Armin-
-No…-respondió sin salir de su escondite-
-Imbécil-insultó Jean-
-Cállate-respondió Eren-
Durante el término de la clase su estómago no paró de sonar. Con sus brazos trató de cubrir su estómago para disminuir el vergonzoso sonido pero fue inútil. La clase acabó, pero aún quedaban dos clases más y sería una verdadera tortura.
Eren se levantó a devolver el libro a su profesor.
-Gracias-se lo tendió-
-Ten-intercambió el libro por una bolsa de tela-Come algo para detener ese asqueroso ruido.
Abrió la bolsa un poco, visualizando tres nikuman que aún se encontraban dentro del envase en el cual los trajo. Pudo sentir un potente relajo al verlos allí, ya no tendría que morir de hambre hasta el fin de jornada.
-Muchas gracias-agradeció y volvió a su puesto-
Levi se retiró y todo el mundo quedó sorprendido por el gesto que tuvo con él, y apenas pudieron se acercaron hacia a él.
-¿Te regaló comida?-preguntó Sasha hambrienta-
-Debió ser por el monstruoso sonido de tu estomago-señaló Connie-
-Sí, fue por eso-sonrió nervioso a sus compañeros-
-Si tienes mucha hambre puedo convidarte algo…-ofreció Christa-
Pero la asesina de Mikasa la fulmino con la mirada antes de que pudiera ofrecer algo más. Sólo rogaba que esto acabara con su hambre y que el día terminara pronto.
-o-
Eran las once y media de la noche, faltaban treinta minutos para su cumpleaños y se encontraba tirado en su cama observando la puerta. Cuando su madre estaba viva, a las doce en punto esa puerta se abría con ella y un pastel con velitas iluminándolo mientras se adentraba a paso lento. Su expresión era lo mejor, venía siempre con gran emoción reflejada en una gran sonrisa mientras cantaba el cumpleaños feliz. A veces lo encontró vergonzoso y le reclamaba que no hiciera eso mientras se ocultaba con una almohada, pero ella siempre continuaba con su alegre canto y lo obligaba a mirar.
Este año, su madre no entraría por esa puerta, no le cantaría su cumpleaños y no lo llenaría de besos después de haber soplado las velitas bajo lo insistente que era su madre. Si hubiera sido más consecuente, le hubiera sonreído a penas la viera entrar y hubiera soplado las velitas sin excusas, pensaba el castaño con un gran nudo en el pecho.
Su padre no vendría a casa esta noche y probablemente mañana tampoco. Mikasa debería estar durmiendo debido al agotador trabajo de medio tiempo que trae consigo. Hubiera deseado estar junto a Levi, y justo cuando pensó en el sonó su teléfono.
11:45
-¿Levi?-respondió-
-¿Aún despierto?
-Sí… estaba viendo una película.
-Mentiroso ¿En qué estabas pensando?
-En nada…
-Estuviste extraño hoy ¿Ocurrió algo?
-No-pensó en Erwin-sólo tenía sueño.
11:50
-Entonces deberías estar durmiendo mocoso.
-Lo sé.
-Y bien ¿Qué hacía tu madre llegado tu cumpleaños?
La pregunta lo tomó por sorpresa, había sido descubierto. Era normal que él descubriera todo en él, parecía que no podía ocultarle nada aún si no se encontraba frente a frente. Como si tuviera todo contenido, hablo y hablo sobre lo que su madre hacia al llegar las doce de la noche, entre medio su voz se quebraba pero no fue detenido en ningún momento. Le dijo cómo se sentía, lo que hubiera hecho y hubiera deseado hacer pero ya era tarde, llorando mientras llamaba a su madre a gritos desde el corazón.
11:59
-Mira esa puerta-le dijo Levi-
-¿Para qué…?
-Obedece.
Sin saber por qué Eren miró a la puerta. No se abriría, no entraría su madre por ella pero aun así pudo imaginarse la luz de las velitas a través de la rendija de la puerta.
12:00…
Antes de que su imaginación pudiera engañarlo y hacerle ver a su madre, por el teléfono se escuchó la voz de Levi que empezaba a cantar suavemente la canción que su madre cantaba para él todos los cumpleaños. Al principio creyó que era parte de su engañadora mente, pero luego supo que era real. Sorprendido, feliz y reconfortado, Eren empezó a llorar a la vez que sonreía al escuchar a Levi hacer algo que nunca creyó escuchar en su vida. Pero la canción se detuvo en la mitad.
-Tch, no sé qué mierda viene después, nunca he hecho esta cosa.
-Gracias…gracias-repetía mientras lloraba y secaba sus lágrimas con su mano-
-Esto nunca más volverá a ocurrir-dijo de mala gana-
-Te amo…-dijo en un llanto ahogado-
-Yo también mocoso. Ahora vete a dormir, mañana no te dejaré cerrar un ojo en toda la noche.
-Recuerda lo que me prometiste.
-….Nos vemos mañana, asegúrate de estar a la hora.
-Sí ¿Lo harás?
-Ya te dije que no tengo opción.
-Gracias-sonrió-Buenas noches Levi, te amo.
-Duerme-cortó-
Levi guardo su teléfono y apago la luz, había olvidado la maldita promesa que le hizo a Eren. Tenía planeado hacerle el amor sin dejarle dormir, pero había olvidado que seguramente los papeles se invertirían. Quiso olvidar eso y se obligó a dormir.
-o-
La mañana siguiente, Mikasa llegó muy temprano a despertar al castaño con una torta con velitas en sus manos. Su hermano medio dormido, se esforzó por sentarse de inmediato en su cama, pero era demasiado dormilón como para despertar así de rápido.
-Feliz cumpleaños Eren-sonrió la chica-
-Gracias-le correspondió sonriendo-
La chica se sentó a su lado y acarició los cabellos de su hermano con delicadeza. Eren movió su rostro al sentirse incomodo por su apariencia de la mañana.
-No hagas eso, estoy desordenado-se negó-
-Eso no importa, no cambias mucho. Sólo el hilo de baba que cae de tus labios.
El castaño se apresuró a revisar las comisuras de sus labios por algún rastro de baba, pero no había nada. Había caído en una broma.
-¡No hay nada!-respondió enfadado-
-Lo sé-sonrió la chica- ¿Irás a pasar el fin de semana donde Armin?
-Sí…No trabajes demasiado, papá gana lo suficiente.
-Lo sé-respondió-
Luego de la muerte de la señora Jaeger y el estado de coma de Eren, Mikasa no halló otro escondite que trabajar excesivamente y ya se había convertido un habito muy difícil de sacar. No pudo estar con ella cuando todo eso ocurrió, pero se imaginaba que debió ser difícil haber llegado a casa y haberse encontrado con su madre muerta y su hermano en el suelo sin poder despertar.
-Te prepararé algo de desayuno-le ofreció-
-Bueno, bajo enseguida.
Miró su teléfono y tenía un mensaje de su padre deseándole feliz cumpleaños. No sólo Mikasa se volvió obsesiva con un trabajo, su padre también. Se encerró en sí mismo y empezó a venir menos a casa. Ya no tenía esa calidez de antes, tanto así que ni siquiera fue capaz de tomar su teléfono y llamarlo. Si Levi no hubiera aparecido, lo más seguro es que no tendría la fuerza necesaria para continuar.
-o-
Durante el día, Levi no tendría que dar clases al salón de Eren. Las horas pasaron lentamente y maldecía cada minuto que pasaba lentamente haciéndolo agonizar. De tan sólo pensar que otras personas habían visto a Eren antes que él, lo irritaba. Ese día, el castaño se retiraba antes que él, pasaría por su casa a buscar sus cosas y lo esperaría en un parque cercano a la casa de Armin.
Acabado su día dentro de la escuela, tomó sus cosas y voló a una tienda de pasteles. Había discutido anteriormente con Hanji sobre qué paste comprar, pero esa mujer sólo daba ideas fantasiosas así que optó por comprar uno de chocolate. No escogió uno muy grande, después de todo serían él y el mocoso, nadie más. Iba tarde, seguramente Eren tendría que esperar un poco por lo que saco su teléfono para avisarle, pero fue interrumpido por un sujeto que conocía muy bien.
-¿Levi?-lo llamó-
Levantó su rostro, para encontrarse con el fastidioso de Erwin. Al verlo, todos sus deseos reservados por romperle el rostro revivieron al momento que lo vio frente suyo.
-¿Qué mierda haces tú aquí?-le preguntó de mala gana-
-¿Así saludas a un conocido?
-No es como si deseara hacerlo en primer lugar.
-¿Ese pastel es para Eren?
-Sí, haz como si no estuviera aquí y deja de hablarme-le dio la espalda-
-Espero que eso lo alegre, por como lo vi ayer no estaba nada contento.
-¿Qué?-volteo a verlo-
-¿No te dijo?
Le obligó a contarle que ocurrió ayer a lo cual Erwin no se opuso. Eren le había ocultado que hablo ayer con ese rubio, era por ello que no había almorzado y se encontraba tan despistado. No había razón para sentirse traicionado, pero Levi de todos modos lo sintió y maldijo al rubio porque sabía que se encontraba satisfecho por haber logrado eso.
-¿Es todo lo que tienes que decir?-finalizó Levi-
-Sí.
-No sé si tu maldita cabeza de choclo retiene información o no, pero te lo voy a repetir. No sé qué mierda estás planeando, pero si te acercas a Eren nuevamente o le haces algo a Hanji, no tendré problemas en ocuparme de ti-lo fulminó con la mirada-
-Levi, no seas tan cerrado-pretendió acariciar su cabeza pero con una mano lo detuvo y lo apartó-Espero tengas una linda tarde con Eren-sonrió y se despidió agitando su mano-
Estaba seguro que ese maldito tenía relación con las desgracias que le ocurrieron a Eren, pero tenía que recordar que mientras no tuviera pruebas no podría hacer nada, y si las quería, tendría que actuar lento y calculador.
Miró la hora, iba tarde y asegurándose que el pastel estuviera protegido en el recorrido, se dirigió al punto de encuentro con Eren. Cuando llegó allí, el menor se levantó al verlo y le sonrió. Le dolía verlo sonreír sabiendo que había algo que él no le había dicho.
-Te tardaste-le recalcó el menor-
-Pase por esto-se limitó a responder y mostrar la cajita del pastel-Vamos.
-Eh sí-tomó sus cosas y siguió a Levi quien ya iba adelante-
El menor sospechaba que le ocurría algo a Levi. Llevaba una de sus manos ocupadas sosteniendo el pastel y su bolso, pero la otra la tenía oculta dentro de uno de sus bolsillos sin permitirle tomarla. Siempre lo llevaba de la mano, pero ahora la ocultaba y además, no se preocupaba por esperarlo u observarlo de vez en cuando. Su corazón se apretó al verlo así de frío, ni siquiera lo abrazo para desearle un feliz cumpleaños.
Llegaron al departamento entrando Levi por delante sin esperarlo. No lo invitó a pasar y guardó el pastel en la cocina para luego ir a su habitación a dejar sus cosas. Siempre que llegaban aquí, el azabache aprovechaba y lo tomaba para darle un beso, ahora ni eso obtuvo. Desanimado y angustiado, lo siguió a su habitación. No sabía qué ocurría, Levi lo estaba ignorando justo como cuando no tenía sus recuerdos. No quería volver a sentirse así.
-¿Qué pasa? ¿Por qué me estás evitando?-le preguntó al azabache-
Levi no le respondió y continuo ordenando sus cosas, colgó su chaqueta sin prestarle atención.
-¡Levi respóndeme!-le exigió-
Fijo su mirada en las muñecas del menor, lo agarro de amabas con fuerza y lo lanzó sobre la cama con brutalidad. Eren alzó su cabeza sorprendido pero al momento que lo vio venir, el azabache subió sobre él y lo tomó de las muñecas presionándolas contra la cama. Lo tenía enfrente pero no decía nada, el castaño le rogaba una y otra vez que hablara, preguntó qué ocurría ante la potente mirada de Levi que se encontraba inexpresiva a su vez.
-Aquí quien debe hablar eres tú-le respondió en seco-
-¿Qué…? ¡Eres tú quien me está ignorando!-le gritó-
Levi levantó un puño para golpearlo, aún le estaba mintiendo y no lo soportaba. Pero no pudo golpearlo, se había vuelto muy blando con él y llevó esa misma mano para jalar su cabeza de los cabellos hacia atrás con fuerzas.
-¿Vas hablar? O ¿Me vas a negar que ayer fuiste con ese rubio asqueroso?
-…E-espera-forcejeo el agarre del Levi pero este lo incremento-Agh, sí fui con él.
-¿Por qué?
-Quería obtener respuestas…
-¿Por qué lo ocultaste?
-No quería hacerte enfadar…-confesó-
Ya obtenido lo que quería oír, no pudo calmarse, aún se sentía traicionado por el castaño y no se resolvería simplemente con esto. No podía golpearlo, si tan sólo hubiera podido golpearlo todo estaría mejor, pero Eren lo había vuelto demasiado gentil con él. Optó por soltarlo y sentarse a un lado para calmarse por sí solo.
-Perdóname…-se enderezó, sentándose a su lado-
-No me jodas-respondió-
-Te lo iba a decir…-se excusó acercándose al mayor-Levi…
Trató de calmarse pero era inútil, continuaba igual de molesto, no obstante, se dio cuenta de algo que no había estudiado antes. Lo que de verdad generaba ese incomodo sentimiento fue el miedo de que Erwin le hubiera hecho algo a Eren, el miedo de haberlo perdido nuevamente fue lo que lo enloqueció. Volteo para buscarlo y convencerse que estaba bien, que nada había ocurrido y cuando lo hizo, se encontró frente al triste rostro del castaño que rogaba por perdón con sus ojos brillosos por el llanto retenido.
-Eres un maldito manipulador.
-¿Eso quiere decir que me perdonas…?
-No, eso quiere decir que te doy una oportunidad para que arregles tu error-le dio un beso corto-No vayas más con ese imbécil ¿Entendido?
-Lo prometo-lo besó-
Los besos de Eren eran como de un niño pequeño, siempre fue Levi quien los guiaba y eso no cambiaba. Profundizando el tierno beso del castaño, rodeo con sus brazos la cintura de Eren y lo fue recostando sobre la cama sin dejar de besarlo. Pero antes de que su espalda tocara el colchón, el menor detuvo el beso y lo apartó con sus manos.
-Espera, ¿Olvidaste lo que me prometiste?
No, no lo había olvidado, pero tenía la esperanza de que si lo empezaba a llevar él, terminaría cediendo a las caricias del azabache. No fue así y el menor ya estaba exigiendo lo prometido.
-Uhm, no recuerdo nada de eso-mintió-
Llevó sus labios al del menor, pero antes de que estos tocarán los ajenos, Eren lo tomó de los hombros y lo volteo, dejando a un Levi bajo él totalmente sorprendido.
-Esta vez seré yo…-rectificó avergonzado-
-Me niego.
-¡Lo prometiste!
-De acuerdo…-se rindió-Puedes empezar.
No podía creer que acabará de aceptar eso, ¿De verdad lo haría? Esperó a que Eren empezara hacer algo, pero se encontraba allí como perro intimidado, sin moverse, con su mirada fija en los botones de la camisa y sus mejillas enrojecidas.
-Estoy esperando-le dijo al castaño-
-Lo sé, am, ¿Puedes mirar a otro lado…?
-¿Dónde quieres que mire?-preguntó Levi enarcando una ceja-
-N-no sé, sólo mira a otro lado o cúbrete…
-¿Ah? No haré eso.
-Por favor…
-No-finalizó-
No insistió más y muerto de vergüenza por los ojos que no lo dejaban de observar, acercó su rostro al de Levi y lo besó. Sus labios al igual que su cuerpo estaban temblando, el azabache lo tomó de la nuca y profundizó el beso, jugando con sus lenguas, no permitiéndole respirar hasta que el menor cortó el beso y nerviosamente, pasó su lengua por el cuello de Levi. No era nada nuevo, a veces cuando el mayor se encontraba dentro de él, el castaño depositaba besos y lamía su cuello con desesperación. Era agradable para él, pero nada nuevo.
Las manos de Eren fueron a la camisa del azabache y desabrocharon con esfuerzo cada botón de la prenda hasta que finalmente logró desnudar su torso. Se veía feliz con eso, como si se tratara de un nuevo logro para él, observaba maravillado el pálido torso de Levi.
-Ahora tú-le indicó el mayor-
-¿Ah?
-Sácate eso-apuntó su torso-
-S-sí…
Se desprendió de sus prendas temerosamente y cuando estuvo con su parte alta desnuda, quiso esconderse, pero Levi no se lo permitió.
-Los pantalones-señaló Levi-
-N-no espera…aún no…
-Quítate los pantalones, mocoso.
No tuvo otra opción que desprenderse de ellos con mayor dificultad que su parte superior, sus manos parecían perder toda orden que pudiera recibir de Eren por lo mucho que temblaban. No sacó su ropa interior y con el mismo nerviosismo, fue al cierre del pantalón de Levi no pudiendo desabrocharlo por lo inútiles que se encontraban sus manos. El azabache sonrió internamente, el castaño estaba completamente asustado con cada movimiento que hacía, se veía bastante lindo y tentador de esa forma.
-¿Sabes ocuparte de un cierre?-burló Levi-
-Ca-cállate-respondió molesto, pudiendo por fin desabrochar el cierre-
Cerrando sus ojos, sacó los pantalones del mayor de un tirón, percatándose que su miembro estaba endurecido. Lo que no sabía era que eso lo había logrado con su actitud tan tentativa que encendía al azabache. No se movió al verlo allí con su ropa interior puesta y el bulto que se hacía notar. Llevó una de sus manos a la entrepierna de Levi y la paso por sobre la ropa interior sintiendo toda la textura del miembro del azabache en su palma. Trago saliva al sentirlo y luego lo miró a los ojos para buscar algún indicio de cómo continuar.
-Levi…-lo llamó-
-Haz lo mismo que yo-le ordenó-
Y llevando su mano a la parte trasera de Eren, la metió bajo la ropa interior para acariciar la entrada con su dedo índice y luego entrando con este lentamente.
-¡Agh! Espera…-rogó Eren-
-Te estoy enseñando, sígueme.
Movió su dedo dentro de la entrada del menor, con movimiento circulares y presionando las paredes con delicadeza. Sin apartar sus ojos de Eren que empezaba a mover sus caderas con el dedo de Levi dentro, a lugar de llevar su mano donde Levi le indicó para que continuara sus pasos. Un segundo dedo entró suavemente haciendo lo mismo que el otro, pero esta vez de una manera más rápida y profunda.
El menor no podía imitar al azabache, como de costumbre las caricias de Levi le hacían perder todo uso de razón sobre su cuerpo y se sometía a ellas, deseándolas cada vez más. Pero esta vez él quería hacer las cosas. Intentó mover su mano, pero lo único que consiguió fue aferrar sus dedos en la piel del azabache.
-Es-gh-pera…-rogó nuevamente entre gemidos-
-Ya te lo dije, te estoy enseñando-sonrió-
Sabía perfectamente que Eren ya se encontraba sometido a sus caricias, sus caderas se movían por inercia al roce de sus dedos en el interior y ya no podía modular las palabras por los gemidos que liberaba uno tras otro. Lo estaba volviendo loco y sin esperar a que se acostumbrara a un tercer dedo, a lugar de uno, insertó dos más siendo un total de cuatro dedos que se encontraban al interior de Eren. El castaño irguió su espalda y soltó un gran gemido al sentir los cuatro dedos de Levi en su interior. Antes de que el menor recobrara su conciencia, si es que podía, el azabache bajo con su otra mano a su parte inferior, bajando lo que quedaba de ropa y liberando su miembro endurecido. Sacó los dedos de la entrada del menor y con ambas manos lo tomó de las caderas para sentarlo.
-Levi, espera…-se detuvo pero las manos del azabache lo obligaron a descender-
-Hazlo tú-le rogó con la mirada-
Cómo si hubiera sido atrapado en algún tipo de encantamiento, Eren se dejó llevar y se sentó haciendo entrar el miembro de Levi en su interior lentamente. Las manos de Levi empezaron a mover las caderas del menor sintiendo cómo el placer empezaba a fluir lentamente ante el movimiento.
-Querías hacerlo, adelante-le invitó a continuar-
Sin ayudarlo, Eren empezó a subir y bajar lentamente, con sus ojos cerrados y ocultando su cabeza para no ser observado. Esta vez el guiaba el movimiento, uno lento y suave que le otorgaba de todas maneras descargas eléctricas que recorrían su columna. Cuando estuvo acostumbrado y el placer que sentía ya no le era suficiente, incrementó la intensidad del movimiento, haciéndolo de arriba hacia abajo circularmente. Sentía que su cuerpo, aún sin las caricias previas de Levi, ardía intensamente y se animó en abrir sus ojos para ver cómo se encontraba el mayor.
Los ojos de Levi lo miraban ardientemente, nunca le quitaron la mirada de encima. El menor daba fuertes gemidos al sentir cómo la punta de su miembro tocaba esa zona que lo llevaba al clímax en cada ocasión y sintiendo ese mágico momento de conexión entre sus cuerpos junto con la de sus almas a través de sus miradas, Eren le sonrió.
Era suficiente para el azabache, sin poder retenerse por más tiempo se enderezó y se abrazó al cuerpo del menor, ocultando su cabeza en el pecho ajeno, mientras el retomaba el ritmo intensificándolo aún más. Con una de sus manos, masturbó el miembro del menor mientras este se abrazó a su cabeza y cuello, al sentir cerca el final. Podía escuchar latir el corazón del castaño descontroladamente, su respiración estaba agitada y ya empezaba a liberar gemidos más suaves que los del menor al llegar a su límite. Esperaba dar el último movimiento para llegar al fin, pero sorpresivamente, fue Eren quien tomó el control y movió sus caderas fuertemente hacia abajo, haciéndolos llegar al clímax a los dos.
Ambos buscaron recuperar su respiración, Levi en el pecho del castaño y este sobre los cabellos del azabache. Aún dentro del menor, se miraron y besaron todo lo que no lo hicieron durante el acto. Levi tomó de los costados de la cabeza del menor para darle un beso en la frente.
-Está sudada…-recalcó el menor-
-Eso ya lo sé-besó nuevamente su frente-
-No pude hacerlo…-se deprimió-
-No importa, puedes moverte así de nuevo y estarás haciéndolo, además esa expresión tuya de verdad me encendió-lamió el cuello del menor-
-Gh…no digas eso-respondió molesto-
-Lo hiciste bien-acarició la nuca del menor-
-Bueno...perdón.

No iba a responder a eso, el alivio que tenía porque Eren no lo convirtió en un pasivo era más que suficiente para él, por lo que en vez de palabras depositó un nuevo beso. Eren lo cortó y miró hacia abajo, notando que el abdomen de Levi estaba sucio con su semilla en él.
-Te ensucie…lo lamento.
-Nada de lo tuyo es sucio estúpido.
Lo Levantó, tomó en brazos para llevarlo al baño y limpiarlo. Cogió una toalla a su alcance, la mojo y sacó los restos de la esencia Eren de su abdomen. Con la misma limpió la entrada de Eren y ambos se vistieron para ir por el pastel que le trajo de la tienda. Esta vez, obligó al menor a quedarse en la mesa mientras que él fue por el pastel con las velas y antes de llevárselo, las encendió y apagó las luces para resaltar el brillo de las velitas, dejándola sobre la mesa.
-Feliz cumpleaños mocoso-lo besó-
-Gracias-sonrió-
Clavo sus ojos sobre la luz de las velas, observando como las llamas de ellas se movían por el impulso que daba su respiración. Cerrando sus ojos, pidió tres deseos en silencio captando la atención de Levi.
Mientras tuvo sus ojos abiertos, el azabache no paró de observar como en las verdes orbes del menor se reflejaban la luz de las velas con todo su esplendor, era vicioso verlo allí iluminado únicamente por la luz de las velas que se apagaron luego de un momento al ser sopladas por el castaño. Antes de encender las luces, se levantó y se puso detrás el menor, tomándolo del mentón para hacer su cabeza hacia atrás y besarlo. Eren sonrió en medio del beso y llevó sus manos a la cabeza del azabache para sentir las mejillas moverse al compás de sus besos, en sus manos.
Mientras lo besaba, Levi sacó de su bolsillo una cadena que abrochó en medio del beso. El menor se percató y cortó el beso, llevando sus manos al cuello para sentir lo que el mayor le dio. Apartándose del castaño, encendió la luz y se pudo ver la cadena que le regaló, la cual traía una llave plateada con un diseño antiguo en ella.
-¿Qué es esto?-preguntó sosteniendo la llave en sus manos-
-Es una llave.
-Lo sé…-respondió siendo obvio-
-De mi departamento, así puedes esperarme aquí y no fuera o venir cuando se te antoje.
Eren la observó detalladamente, antiguamente traía consigo la llave que revelaría el secreto de los titanes, hoy, llevaría consigo la llave del departamento de Levi. Percatándose de ello, se abalanzó a los brazos del mayor, estrechándolo con fuerzas.
-Te amo Levi, te amo mucho-lo abrazó con fuerzas-
-Prepárate que mañana vamos a salir-informó-
-¿Dónde?-preguntó entusiasmado-
-Es una sorpresa, por ahora ¿Quieres comer pastel?
-¡Sí!-se acercó a la mesa pero Levi lo levantó de la cintura con un brazo para cargarlo-¿Eh? ¿Qué pasa?
-Vamos a comer pastel de una forma diferente-le sonrió de manera persuasiva y tomo el pastel en su otra mano, llevándoselos a la habitación-

Continuará….
Notas finales: Bueno este capítulo fue bastante denso._. Para empezar, este capítulo va dedicado a una amiga que ayer estuvo de cumpleaños

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