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Renacer por Haru19

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Capítulo 24

El silencio hablaba por sí solo, evidenciaba las mil y un preguntas que se generaban en esa habitación de parte de todos los que se hallaban allí, pero quien poseía la mayor cantidad de preguntas, miedos y negaciones era el joven titan.
Eren ocultaba su mano en el pecho, negándose ante lo que acababan de comprobar en base a lo que presenciaron sus ojos. Movía su cabeza hacia los lados con su mirada perdida, su boca se mantenía cerrada y sólo sus ojos derramando lágrimas podían evidenciar lo mucho que le impactaba la nueva y maldita noticia.
Levi no se encontraba diferente, él tampoco pudo hablar. Siempre estuvo presente la posibilidad de que la naturaleza de Eren fuese, nuevamente, aquella que acabó con su vida en el pasado. Pero el no aceptarla, le abrió los ojos esta vez de un solo golpe que le hizo ver lo imbécil y ciego que fue.
-Eren, escúchame atentamente-Hanji se acercó al castaño petrificado que, al sentir como la castaña tomó su mano reaccionó-
-No-se levantó del sofá y se alejó del azabache y su amiga-No sé qué pretenden, pero si quieren burlarse de mí, no es gracioso.
-Escúchala-ordenó Levi-
-No es la primera vez que ocurre esto, cuando te desmayaste en la pista de carrera en la escuela, tuviste heridas en tu rostro que sanaron antes que despertaras-declaró Hanji cuidadosamente-Además…
-¡No es cierto!-gritó el menor con su cuerpo tembloroso, interrumpiendo a la castaña-
-Sé que es difícil, pero debes escucharme, ¿Qué otra prueba más tangible que lo que acabas de ver?-señaló la mano donde profirió el corte ya sano-Tienes que tranquilizarte, escúchame.
-¿C-cómo…?-observó su mano temblorosa frente a sus ojos-
-No sabemos cómo, pero si sabemos que es un hecho. Eren, tu cuerpo ha estado inestable a su vez, Levi me lo ha dicho. Es muy importante que encontremos las respuestas sobre ti cuidadosamente.
-¿Levi?-el menor clavó su mirada en el azabache-¿Tú lo sabías?-preguntó traicionado-
-Eso no es importante-respondió sombríamente Levi-
-¿No es importante…? ¡La gente me condenará por lo que soy!, ¡Desconocía todo esto! ¿¡Y tú dices que no es importante!?-gritó el menor lleno de furia-
-Eren, cálmate, lo importante ahora es que averigüemos cómo ocurrió todo esto y…
-¡No!, ¡Ustedes no entienden nada!-apretó sus puños y frunció sus ojos llorosos-
Los gritos de Eren dejaban sin palabras a sus dos oyentes, ambos sabían que en ese estado el castaño no escucharía ni entraría en razón. Esperaban que el menor reaccionará así, era de esperarse, todo este asunto se había vuelto tan deprimente y sorpresivo para todos por lo que se mantuvieron en silencio escuchando como el castaño gritaba con desesperación.
Eren no soportó más el estar allí, pese a que todo aseguraba que las palabras de Hanji eran verdaderas, él sólo quería negarse a tener que pasar una vez más por esa realidad. Agobiado por la situación, se apresuró en salir de ese departamento por su propia cuenta. Levi le gritó que se detuviera, le amenazó con su voz dominante, la única que lograba retenerlo y sin embargo no lo hizo en esta ocasión. Con un fuerte cerrar de puerta salió de allí a paso acelerado, buscando el aire que había perdido y sintiendo el frío del exterior.
El mundo de los Titanes ya había acabado, ya no había razón para ser ese monstruo para la humanidad y sólo quería vivir esta vida que se le había dado nuevamente en paz, junto con Levi. Su vida parecía una horrible condena a ser privado de sus alas para volar. Si el mundo descubría nuevamente quien era, lo primero que harían sería experimentar con él para luego decidir cómo lo matarían. De nada servía un Titan en estos tiempos.
La desesperación de la noticia le hizo correr, caminar no era suficiente para deshacerse de toda esa angustia que se apoderaba de su cuerpo, y aunque de esa forma lograra distraerlo, su mente era un mar de incertidumbres y pensamientos deplorables que no le dejaban detener el llanto.
Tras sus pasos escuchó cómo le llamaban, la voz de Levi se escuchaba furiosa y era de esperar que lo alcanzara puesto que era más veloz que él. Aun así, no se detuvo y continuó corriendo. Era este momento donde sentía la desesperada necesidad de apoyarse en Levi y refugiarse en sus brazos, pero, era la misma persona que le había ocultado algo tan importante como eso todo este tiempo.
-¡Detén tus malditas piernas ahora Eren Jaeger!-amenazó Levi alcanzándolo y golpeando una de sus piernas, haciéndolo tropezar y caer al suelo-
-¡Kjh!-levantó el rostro furioso hacia Levi-¡Déjame en paz!
-No salgas corriendo así estúpido mocoso-lo tomó del brazo, obligándolo a ponerse de pie brutalmente-
-¡Suéltame! ¡No quiero escuchar nada de ti! ¡Me mentiste!-zafó su brazo del agarre de Levi-
-¡Deja de comportarte como un maldito pendejo!-gritó Levi-
-¿Pendejo?-sonrió irónicamente-Todos los días, cada uno de ellos, me ocultaste algo tan importante… ¿Te divertiste estando con el monstruo asqueroso?-preguntó fríamente el menor con su mandíbula tensa-
Levi levanto su mano, listo para plantar su puño en la mejilla del menor en castigo a sus palabras de frustración ante la situación, sin embargo, Eren se reveló e impidió hacerlo sosteniéndolo de la muñeca con fuerzas. Sus miradas se mantuvieron luchando entre ellas; el castaño no pensaba doblegarse por los fríos y fulminantes ojos de Levi, y antes de debatirse por más tiempo, Hanji llegó por el mismo camino en busca de ellos.
-¡Levi espera un poco!-detuvo la castaña al ver lo furioso que se encontraba su amigo. Lo conocía bastante para saber qué haría con el castaño por su actitud-
-No quiero hablar más-habló cortante y soltó el brazo de Levi-
Antes de que Hanji pudiera acercarse más ante él, el menor retomó su camino y salió de allí caminando rápido.
-Mocoso de mierda-descargó Levi y se apuró a seguirlo, siendo antes detenido por su amiga que lo tomó de los hombros-¿Qué mierda haces?
-No lo sigas-habló Hanji-
-No me molestes ahora maldita loca-se zafó-
-¿De qué servirá que vayas tras de él ahora? Ambos conocemos cómo es Eren, no escuchará por ahora, mucho menos a quien le ocultó la verdad. Es difícil para él y nosotros, pero lo que él debe estar sintiendo en este momento es mucho peor. Debemos dejarlo por ahora, además, aún no he terminado de hablar-finalizó con un tono de voz más grave-
Lo que Levi deseaba en ese momento era perseguir al castaño y asegurarse que estaría bien, en el estado en el cual se encontraba, Eren podría hacer cualquier cosa. Pero no. Lo que el menor hacía en esos momentos era aislarse, pasar sus penas solo y llorar, aunque junto a la compañía del azabache, el castaño se aferraba a sus brazos y se dejaba proteger por él. No obstante, en esta situación Eren debía de odiarlo en cierto sentido al sentirse traicionado, inseguro de su relación y otros enredados sentimientos que sabría cuando se dignara a hablar.
Confiado de que Eren regresaría a su hogar, Levi regresó al departamento de su amiga junto con ella. Había decidido revelar toda la verdad sobre Erwin, ya no callaría más, por el bien del castaño y no era sólo él quien debía de hablar.
Al llegar Hanji le ofreció café, conocía bastante a Levi como para saber que en momentos de tensión le venía bien aquel bebestible, y efectivamente, solicitó uno bien cargado.
La castaña no se demoró en prepararlo, tenía una cafetera y la costumbre de trasnochar varias noches, le hacía tener preparado una carga para una taza.
Con el café frente a sus ojos, antes de empezar la conversación, Levi tomó un sorbo de la taza, saboreando lo amargo y cargado del café. Ese sabor amargo mejoraba la sensación amarga de la situación, siempre fue así e incluso en esta vida había tomado la misma costumbre desde joven. Ahora sabía que no tan sólo sería una costumbre, sino una necesidad para los tiempos que venían.
Hanji junto sus manos y respiró hondo antes de empezar.
-Debemos ser cuidadosos con Eren-inició la castaña-
-Eso lo sé.
-Tengo varias cosas por decir, y creo que tú también quieres decirme algo hace un tiempo-tomó por sorpresa al azabache-Empezaré. Los exámenes de Eren efectivamente probaron su naturaleza, pero hay algo distinto, no sé cómo explicarlo, pero hay algo en su cuerpo que no está funcionando del todo bien, y no es lo mismo de aquel entonces.
-¿Qué le ocurre a Eren?-preguntó inmediatamente, preocupado por el pequeño-
-Por ahora no puedo asegurar nada, sólo debemos observar y estudiar. En cuanto a eso, existe la posibilidad de que Eren no tenga la edad que aparenta. Sabemos que puede quedarse estancado en una edad en específica y que su vida es infinita, según los estudios que realizamos en el pasado.
-No seas idiota, Eren tiene sus recuerdos exactos de su nueva vida-arremetió Levi-
-¿Así como los recuerdos perdidos de la muerte de su madre? ¿Conveniente no? La persona que asesinó a Carla jamás fue hallada, no me extrañaría que su muerte estuviese relacionada con todo esto, después de todo, no se trató de un robo u algo similar. No es propio de ti cegarte ante los hechos.
-No me estoy cegando-respondió molesto-
-Lo estás haciendo. Lo haces porque tienes miedo-afirmó sinceramente la castaña, recibiendo una fría mirada de Levi al sentirse amenazado por las palabras de su amiga-Puedes mostrarte normal, pero en tu interior estas temblando de miedo por perderlo.
-No hables como si me conocieras-le cortó en seco-
-Te conozco. Debes tranquilizarte, lo protegeremos esta vez-tomó las manos del azabache-Ahora te toca hablar a ti.
La verdad era abrumadora, ese miedo del cual hablaba Hanji era exactamente lo que estaba carcomiéndolo en su interior, junto al pensar cuanto sufriría Eren por la noticia y lo que le aguardaba. Las voces del pasado se hacían presentes hoy en su mente como si fuesen tan reales como en ese entonces; un mundo brillante y oscuro, libre y encadenado, cálido y frío, aquel era el contraste del nuevo mundo que obtuvo y volvía sentir. Sin embargo, no había otra salida más que afrentar la realidad y para ello debía revelar la verdad sobre Erwin. Lo había decidido, no ocultaría las acciones de Erwin ante Hanji, por muy amigos que fuesen la seguridad de Eren se encontraba en juego y necesitaban saberlo todo. Hanji siempre supo que él le ocultaba algo, pero con lo astuta que era esperaría el momento preciso para saberlo, y no existía mejor instante que este.
Empezó desde el principio, cuando Eren aún era un fantasma y el conflicto con Erwin era evidente. Prosiguió con la actitud de Erwin frente al tema; el cómo lo ocultó, sus extrañas palabras y sus oscuros movimientos. Hanji no se había enfurecido como lo había esperado el azabache, repasó todas las palabras de su amigo e intentó descifrar a qué se debía ese comportamiento. Ambos conocían a Erwin desde jóvenes, él jamás había mostrado cierto interés extraño hacia los relacionado con Titanes u experimentos de la misma índole, sin embargo, sabían que sí algo sabía hacer bien el rubio, era el ocultar sus intenciones y pensamientos.
No podían fiarse de que Erwin fuera quien estuviese detrás de todo esto, las pruebas en su contra e información sobre el tema de los Titanes que poseían, no eran convincentes. Sumado a ello, Erwin había sido el encargado de las tropas de reconocimiento que liberaron a la humanidad de ese cruel infierno, ambos consideraban ilógico que aquel que entregó su vida para acabar con los Titanes fuese quien estuviera buscándolos en esta época. Aunque, si lo veían desde otro punto, era quien más puntos obtenía al ser coronado como culpable, puesto que él fue quien se encargó de borrar toda prueba que podía traer nuevamente si recordaba. No obstante, quién también sumaba una cantidad de puntos no inferior era el padre de Eren, quien tampoco parecía ser todo un santo en este asunto.
Las pruebas y acontecimientos estaban allí, frente a ellos; experimentos durante la segunda guerra mundial, el escuadrón 731, los actuales exámenes de Eren y sus posibles culpables, ninguno se relacionaba para llegar a una hipótesis.
Sólo existían dos suposiciones de las cuales podían estar seguros. La primera, Eren poseía sus poderes, alguien se los dio o lo creo nuevamente en este mundo asegurándose que ni él ni nadie lo descubriera. La segunda, el culpable debía de estar trabajando en esto mucho antes de estos años, era alguien cercano a Eren y nadie aseguraba que sólo fuese una persona. Si él o los culpables deseaban recuperar esa catástrofe nuevamente, estarían al asecho del castaño constantemente y no debían estar esperando mucho para llevar a cabo lo que tuvieran en mente. El poder de Eren empezaba a descontrolarse, tal y como sucedió en el pasado, aquellos que lo necesitaran actuarían pronto y ellos debían de estar atentos a todo y protegerlo más que nunca.
Los días que habían soñado se habían acabado, la pesadilla volvía a repetirse pero ambos juraron cambiar el final de esta maldita historia que los encerraba una vez más.
-o-
La rutina comenzó el lunes, luego de que todos sus estudiantes regresaran del aclamado viaje de estudios. Todo continuaba normal, parecía que ese catastrófico día de verdades no fue más que una lejana pesadilla que le dio un mal rato a Rivaille, sin embargo, la distante actitud de Eren era evidencia que esa pesadilla era tan real como su furia.
Después de que Eren se marchara furioso de allí, Levi y Hanji se quedaron conversando en el departamento de ella por unas hora, luego de almorzar con ella regresó a su departamento y llamó al castaño para saber dónde se encontraba. Ninguna de las llamadas fue respondida. Luego de insistir con más de treinta llamadas seguidas obtuvo una respuesta; Eren apagó su teléfono celular. Al no estar seguro de cómo se encontraba el menor, Levi insistió a través de mensajes llenos de insultos que sólo reflejaban lo preocupado y furioso que se encontraba por la insolente actitud del castaño. Esperaba que se enfadara, conociéndolo sabía que lo haría, pero no era el momento indicado para no dar señales de vida por su orgullo dañado y angustia acumulada. Recién en la noche el menor le respondió un mensaje con las simples palabras de: “Estoy bien”, para luego volver a apagar su teléfono.
Durante las clases Eren no lo miraba, y aunque Levi lo interrogara intencionalmente con tal de que le dirigiera la palabra, el menor se limitaba a mirar el pizarrón a espaldas de su profesor, sin prestar atención a su persona. Al acabar las clases, el menor se perdía entre la multitud antes de que él pudiera perseguirlo; buscarlo y tomarlo a la fuerza generaría preguntas y rumores entre los alumnos, y lo que menos necesitaban ahora eran comentarios de más que llamaran la atención del público. No logró alcanzarlo en ningún momento al final de la jornada, sus horarios no coincidían o Eren se encargaba de perderlo. Sus llamadas tampoco eran contestadas, los mensajes no eran respondidos y sus miradas jamás se encontraron. Había pensado seguirlo en sus horas de almuerzo, buscar alguna forma de agarrarlo cuando estuviese desprevenido u algo similar, sin embargo, la escuela realizaría un festival el fin de semana y el nivel de Eren trabajaba arduamente en los horarios de almuerzo por tener listo su stand dentro de pocos días.
Fue un Miercoles de mañana, finalizada su clase antes del horario de almuerzo, donde Levi llamó a su alumno, Eren Jaeger, a charlar con él antes de salir de tomarse un descanso. El chico no se vio contento con el aprovechamiento de Levi respecto a su posición, pero no era novedad que el azabache hiciera uso del poder para retenerlo.
Evitando mirar al rostro de su profesor, Eren se acercó despacio a quedar frente a él mientras todos sus compañeros habían abandonado la sala, salvo dos que lo esperaban espiando por la rendija de la puerta.
-¿Ocurre algo profesor?-preguntó sombríamente el menor-
-¿Cómo que si ocurre algo? ¿Qué mierda de actitud es esta mocoso?-le susurró irritado, evitando cambiar demasiado su lenguaje visual-
-¿Para qué me llamó?
-Deja de hacerte el imbécil, sé que esto no ha sido nada fácil Eren pero debes dejar que te ayudemos. Empieza por cambiar tu maldita actitud de niña taimada y no huyas más-le ordenó con el mismo tono de voz que el anterior-
-¿Es todo lo que tiene que decirme?-preguntó sin verse afectado por sus palabras-
-¿Acaso estás sordo? Suficiente, deja de comportarte como un idiota-lo sostuvo del brazo, pero el menor inmediatamente se zafó, procurando no llamar la atención de sus amigos que lo esperaban afuera-
-Profesor, si no tiene nada más importante que decirme me retiro. Me están esperando para organizar lo de este fin de semana, con su permiso-informó sin vacilar en sus palabras y se marchó-
Eren no volteo a verlo cuando salió por la puerta de su salón, para haber sostenido una conversación tan fría se veía bastante tranquilo al no haber pateado la puerta. Lo último que captaron sus ojos fue la puerta siendo cerrada por la molesta mocosa que le observó con despreció y amenaza, tal cual fuera de su propiedad y Levi significara un peligro inminente para ello.
Armin notó el extraño modo con el cual se refirió a Levi. Por lo visto algo había ocurrido entre ellos, puesto que el comportamiento de Eren desde que llegaron no era el de costumbre; su conflictiva actitud se había esfumado, obedecía a las ordenes sin rebeldía y parecía que su alma varaba por las afueras de su cuerpo dejando atrás unos vacíos ojos.
Durante la última reunión del comité de curso, se había acordado transformar el salón de clases para un café el día del festival escolar. Dentro del personal se necesitaban camareros y camareras que vestirían de mozo y maids, gente que regulara a los ingresados, cocineros y otros que se encargaran de los suministros. Los papeles de cada uno fueron acordados allí mismo, puesto que la lista debía ser entregada esa misma tarde para publicarla en el mural del festival lo antes posible. En el transcurso de la reunión todos compartieron ideas y se ofrecieron personalmente para los puestos que les interesaba, a excepción de Eren que se mantuvo sentado y sosteniendo su cabeza con uno de sus brazos sin darle mayor importancia a la conversación.
Eren fue seleccionado como un mozo, pero en ningún momento mostró cierto desagrado u otra expresión que no fuese la moribunda que traía grabada en el rostro.
Armin intentó acercarse a su amigo, procurando cuidar su distancia para no parecer alguna amenaza. No obstante, las cosas no salieron como lo esperaba; cuando la reunión finalizó y él se acercó, Jean se interpuso entre ellos sin que Armin pudiese evitarlo.
-¿Qué te ocurre Jaeger? ¿Sigues enfadado por no acompañarnos al viaje?-finalizó Jean con una sonrisa burlesca cerca del rostro de Eren-
-¡Jean!-gritó Armin, tomando del brazo a Jean molesto y nervioso por cómo reaccionaría su amigo-
-No molestes-se limitó a responder Eren y se marchó junto a su hermana-
Al igual que Armin, Jean se encontraba impactado por la ausencia de pelea de parte de Eren. Ambos esperaban que el castaño reaccionara mal como de costumbre e iniciaran una discusión infantil por el choque de carácter. Sin embargo no hubo nada más que una total indiferencia de su compañero hacia sus niñerías, resultando ser el mejor método para ganarle a Jean.
-o-
Eren había escapado nuevamente de su alcance, las clases del menor habían finalizado antes que su jornada laboral y, de esa forma, pudo marcharse antes. Las reglas sociales le impedían a toda costa tomarlo a la fuerza, pero cada vez se encontraba más cerca de traspasar ese límite y hacer las cosas a su manera. Eren se mantuvo distante e incomunicable durante toda la semana escolar, siendo viernes el panorama no había cambiado para nada y tener al menor junto a él ese día era algo que no iba a ocurrir.
Levi empezaba a sentirse más irritado y desesperado que nunca antes, incluso los días donde Eren permanecía a su lado como fantasma o no le recordaba eran más reconfortantes que sentir el rechazo persistente del menor. Se esforzaba por ocultar esa desesperación diaria en clases y de sus compañeros de trabajo, y no lo hacía nada mal, a excepción de una persona que venía caminando a su dirección.
-Mi querido Levi creía que te habías marchado-se acercó al azabache-
-¿No deberías estar en la enfermería?
-¿Y a quién atenderé? Te tengo una propuesta, ya que aún no solucionas las cosas con Eren-sonrió recibiendo una patada de su amigo en uno de sus muslos-¡Tranquilo! Te agradará créeme.
-Nada bueno viene de ti cuatro ojos-respondió Levi-
-Mañana somos cordialmente invitados al festival escolar por ser miembros de esta institución, ¡Tenemos entradas gratis!-sacó dos frente a sus ojos-
-No-se apresuró a rechazar-
-Aún no te digo la mejor parte-acomodó sus lentes-El salón de Eren hará un café y adivina quién será un hermoso mozo.
-No vendré a jugar a un café en estos momentos, menos si es hecho en una escuela y por mocosos revoltosos-rechazó-
-Un día que te relajes no te hará nada mal, así evitas las arrugas en tu rostro antes de tiempo. Dudo que a Eren le agrade estar con un viejo todo arrugado, siendo él tan...-fue interrumpida por un fuerte golpe sobre su cabeza de parte del azabache-¡No otra vez!
-No iré, entrégale mi entrada a otra persona-sostuvo su postura-
-Supongo que no me queda otra opción…Eren se verá tan hermoso, de seguro vendrán chicas de otras escuelas a disfrutar de sus servicios. Podría obsequiarle tu entrada a alguna de ellas-pensó en voz alta-
-No le darás mi entrada a ninguna mocosa-le arrebató una de las entradas de sus manos-Más te vale ser puntual y sólo te acompañaré, no pienso comer nada preparado de allí-le informó y se marchó antes de escuchar algún comentario de su amiga-
Hanji sonrió mientras veía la espalda de su amigo alejarse.
-Eso fue fácil-dijo para sí-
-o-
Las puertas de la escuela se abrían al público, el festival había empezado y una gran masa de gente se movía por los alrededores de la gran escuela. En sus exteriores había varios stands y otras atracciones, sus puertas y entradas eran decoradas con diferentes afiches y la gente evadía cierta zona en la entrada que emanaba un aura oscura y negativa. Levi se encontraba de brazos cruzados, apoyado contra la pared e irritado por todo el escándalo que debía soportar mientras esperaba a que Hanji apareciera. Cuando finalmente llegó, un fuerte deseo por golpearla lo invadió pero se contuvo con tal de no llamar la atención. La castaña se acercó a su amigo con esa sonrisa tan cómica en ella y se enfrentó a la cruel mirada de Levi.
-¡Lo siento! Me quedé dormida…-se disculpó la castaña-
-Debería irme, pero no gasté tiempo para venir aquí en vano-justificó para quedarse-
-Sí, sí, como tú digas ¡Vamos!-cogió del brazo al azabache y se adentró entre la multitud rápidamente-
La idea desde un principio había sido asistir al café, ver a Eren y salir de ese asqueroso lugar. Sin embargo, Hanji se aseguró de arrastrarlo eufóricamente a cada atracción que veía en el camino. Entre la multitud de gente y la vergüenza que le ocasionaban los estruendosos gritos de la castaña, no sabía escoger el peor. A veces intentaba escabullirse entre la gente, pero su amiga siempre lo encontraba tal cual perro rastreador.
-Hey, te dije que vendría contigo al café del mocoso, no a un tour por cada estupidez que encontraras-espetó molesto-
-¡Lo sé pero mira todo lo que hay! Es maravilloso-juntó sus manos en admiración-
-No puedo creer que el cuartel se haya convertido en un circo barato-despreció Levi-
-Ya no es un cuartel, es una escuela y esto es genial-se dirigió a un stand de brochetas de frutas con formas de animales-¡Mira eso!
-Detente ahora maldita rata de dos patas-la sostuvo del pelo, generando un leve chillido de la castaña-¿Quieres comer? Vamos de una vez por todas al café para irnos luego.
-Eres todo un enano gruñón…-susurró-
-¿Qué dijiste?
-Vamos.
-o-
El café se había convertido en una gran atracción, más de lo que ellos pensaron. Pero habían utilizado sus ases para que fuese así; Christa se encontraba de camarera junto a las chicas más lindas del salón, el atuendo de las chicas era el de una maid y junto al trato que le daban a los clientes era normal que el salón se llenara de clientes masculinos. Por el lado de los hombres, quienes se vistieron de mozo, las cosas no anduvieron nada mal, si bien no generaban el mismo furor que las chicas, habían varías colegialas que se interesaban por ser tratadas como princesas por dichos caballeros. Salvo uno, que sus ánimos andaban por el suelo.
-¡Eren mesa cinco!-gritó una de sus compañeras-
-Enseguida-se apresuró a dejar los vasos que había retirado para ir a su nueva mesa, sin antes ser detenido por la misma chica que le indicó-¿Qué ocurre?
-Eh, debes ser más gentil con las damas. Piensa en ellas como si fuesen tu novia-le guiñó un ojo-
-Claro…-aceptó incomodo-
Lo estaba haciendo mal, no se lo habían dicho literalmente pero con eso fue suficiente para entender que debía cambiar su actitud. Pensar en ellas como su novia, jamás fue bueno tratando con mujeres y el único que lograba sacar ese lado en él…era Levi, con quien no se encontraba en los mejores momentos. Olvidando todo ello, mientras se dirigía a la mesa se concentró en tomar una actitud gentil y amorosa. Sonreír era muy importante y apenas llegó se forzó en esbozar una sonrisa que captó las miradas de las tres chicas que se encontraban allí.
-Bienvenidas, soy Eren y seré quien tomé sus pedidos-se presentó con una gran sonrisa y un tono de voz suave y dulce-¿Han podido elegir alguno de nuestros productos?
-Eh…yo quiero un té helado con un pedazo de pastel de cerezas-pidió una amablemente-
-Yo deseo lo mismo que ella-continuó otra un poco más brusco-
-Eh… ¿Qué me recomiendas…?-preguntó la tercera ocultando su rostro-
-Puedo recomendarte nuestro menú especial para princesas, estoy seguro que será para ti-respondió con una sonrisa que hizo enrojecer a la chica-
-S-sí, gracias.
-Bien, no tardaré mucho. Muchas gracias, por favor sean pacientes-finalizó con una sonrisa-
Con el menú ya listo se dirigió a la pequeña cocina que armaron al interior, separada por cortinas y utilizando artefactos de camping. Sasha, Connie, Mikasa y Armin, los cuatro cocineros encargados de hacer los platos. La misma compañera que le había recalcado su actitud, había observado el nuevo cambio y alegre por ello se acercó al castaño.
-¡No lo haces nada mal! Ellas estaban encantadas contigo, ¡Incluso le dedicaste el menú princesas!-le felicitó-
-Gracias, sólo lo hice porque es el más costoso-aclaró derrumbando la expectativa de su compañera-
-Eren si te molestan ven a buscarme-se apresuró a decirle su hermana celosa-
-…l estará bien-detuvo Connie-Pero si Sasha continua comiéndose los adornos de los platos jamás avanzaremos-delató a la chica-
-No puedo resistirme a los suculentos platos…-dijo baboseando-
-¡Eren mesa ocho!-gritaron a sus espaldas-
-¿Dónde está Jean? …l debería estar ayudando-reclamó Eren-
-Hace un rato que no lo vemos, Armin tampoco se encuentra y avanzamos más lento-se quejó Connie-
Una vez hecho el pedido de la mesa cinco, Eren se preparó para su próxima actuación y, para su desgracia, al dirigirse a la mesa ocho quienes serían sus próximos clientes eran las dos personas que había evitado durante la semana y con quienes no pretendía hacerlo. Hanji sonreía como de costumbre, esperando que se acercara a tomar el pedido, en contraste de Levi, quien sentado al lado de la castaña parecía su verdugo a la espera.
Escapar y pedirle a alguien más que acudiera a esa mesa fue la primera idea que le vino en mente, pero si actuaba de esa forma, echaría a perder todo su esfuerzo por mantenerse indiferente ante ellos y seguramente Levi lo seguiría para atraparlo. Optando por mantenerlos allí, Eren se acercó a la mesa donde se encontraban y se esforzó por brindar un buen servicio.
-Bienvenidos, ¿Puedo tomar su orden?-sacó su libreta junto al lápiz, listo para anotar-
-¡Hola! Veamos, quiero el pastel de chocolate, con un pedazo de pie de limón, el especial dos, un té verde, una soda y…un helado de frutilla-cerró la carta satisfecha con su pedido-
-Bien…-anotó sorprendido por la cantidad de comida-¿Usted?-se dirigió a Levi-
-Sólo tráeme un café higiénico-solicitó de mala forma, observando al menor en todo momento-
-Claro. Volveré enseguida-regresó a la cocina-
Desde el momento que le vio llegar, hasta que se marchó, no le quitó su potente mirada de encima. Era obvio que no todo estaba bien y fingirlo era desagradable. Levi intentó llegar a él a través de su fría mirada pero al igual que en clases, Eren evitaba sus ojos a toda costa.
-Se ve hermoso, ¿No crees?-le hizo ver-
-Tch, el mocoso continúa comportándose como un imbécil.
-No te preocupes, estaremos por un buen rato aquí. Pedí lo suficiente para ello-sonrió levantando su dedo pulgar-
-¿Te vas a comer todo eso?
-Por supuesto, ¿Por qué lo habría pedido entonces?
-Eres una cerda, las sillas no te sostendrán y de seguro romperás el techo.
-Tranquilo, me alimento así diariamente. Hasta yo me sorprendo de no engordar tanto.
-Debes defecar bastante-agregó-
-o-
Eren dio el pedido de la nueva mesa y antes de que sus compañeros le preguntaran porque se encontraba tan nervioso, él escapó al salón de al lado que utilizaban para guardar los suministros. Con la excusa de que faltaba azúcar, corrió a esconderse sin molestarse de encender la luz.
Al interior todo estaba oscuro, era el lugar perfecto para estar solo y calmarse, o eso pensó, hasta que a sus espaldas escuchó unas cajas moverse. Al principio pensó que se podía tratar de un desequilibrio de estas, pero cuando escuchó voces supo que había alguien por allí. Tomó una escoba a su lado al pensar que se trataba de alguien que intentaba robar, y se acercó sigilosamente al punto donde las cajas cayeron. Al no ver nada, tomó una de las cortinas que se encontraba cerrada y la abrió de una corrida a la vez que saltaba hacia quien podría estar robando.
-¡Maldición cierra eso!-gritó una voz familiar-
-¿Jean..qué…?-Eren se calló al ver gracias a la luz del sol lo que ocurría allí-
Armin se encontraba bajo el cuerpo de Jean, en una posición comprometedora y con sus ropas desordenadas. No había que ser un genio para saber qué ocurría allí y ahora se sabía dónde estaban ellos dos cuando todos los buscaban.
Cerró las cortinas y regresaron a la oscuridad que era necesaria en ese momento. Eren volteo y se alejó unos pasos de allí para dejarles solos.
-¿¡Qué mierda te pasa!? ¿No deberías tocar la puerta?-le gritó Jean mientras ordenaba sus atuendos-
-No es común encontrar este tipo de escenas aquí ¿Sabes?-respondió Eren-
-¡N-no es lo que tú crees!-se apresuró a explicar Armin-
-Tranquilo, no es necesario que me lo expliquen. Pues…saldré, será mejor que vuelvan. Deberías estar trabajando cara de caballo-finalizó molesto y se retiró de allí con una caja de azúcar-
Al regresar los platos de la mesa cinco ya se encontraban listos para ser servidos, Eren dejó la caja de azúcar y se animó para poner buena cara ante los clientes. Al salir de la cocina, los ojos de Levi se clavaron nuevamente sobre él, pero no permitió que eso le afectara y preocupándose de su servicio se acercó a las chicas de la mesa cinco a entregar sus pedidos.
-Disculpen la demora, he traído sus platos-sonrió el castaño entregando los pedidos a cada una de ellas-Disfruten su comida.
-Es-pera-lo detuvo una mano femenina de la camisa-
Levi observaba toda la escena frente a sus ojos; la chica detuvo a Eren, el mocoso se dio vuelta, ella le dio una servilleta con un número anotado seguramente, él la guardó y se fue. Estaba claro que la chica había visto algo más en Eren que un simple camarero y que el menor guardara la servilleta en su pantalón sin ningún problema, fue lo último que Levi planeaba tolerar de ese niño. Los celos empezaban a comérselo vivo por dentro, sin avisar a su amiga se levantó y siguió los pasos del menor hasta lo que era una cocina fabricada por los alumnos.
-¡Profesor!-gritó Sasha guardando una patata que estaba a punto de comer-
-¿Dónde está Eren?-preguntó seriamente-
-¿Qué quiere con Eren?-preguntó Mikasa de mala forma-
-…l estaba aquí hace poco, pero no debe tardar en volver-respondió Connie-
Sin responder el furioso profesor se fue de allí y salió de ese café en busca del castaño que había desaparecido en cuestión de segundos. Los pasillos estaban llenos de gente, no había rastros de Eren y empezar a buscarlo sin ningún punto de referencia sería un completo desastre. Antes de tomar alguna dirección, Armin apareció frente a sus ojos y decidió preguntarle al rubio.
-¿Has visto a Eren?-le preguntó-
-¿E-Eren?-enrojeció al recordar lo sucedido hace unos minutos-¿No está en el café?
-Sí te pregunto es por algo-respondió adustamente-
-¿Ustedes están peleados?-supuso Armin-
-Eso no es asunto tuyo.
-Eren es duro de roer cuando está enfadado, pero cuando se trata de usted sede tarde o temprano-le sonrió y entró al café-
Tenía razón, pero llevaba más tiempo del que pensó tratando de acabar con ese estado del castaño que se interponía entre ellos. …l fue el causante de que se enojara tanto, pero sus razones jamás habían sido malas y Levi tampoco se caracterizaba por arrastrarse por una persona, solamente por él lo haría, no obstante, no equivalía a una paciencia eterna a por ello.
No tuvo mayor opción que quedarse junto a su amiga en el café. Hanji no dejaba de molestar respecto a la actitud de Eren y la servilleta que fue entregada por la chica, y aunque Levi le golpeara en más de una ocasión, ella continuaba.
Eren jamás volvió al café. El manto nocturno se asomaba por sobre la poca luz solar que se perdía entre las montañas. Su mayor parte del día la pasaron en el café, donde Hanji no dejaba de comer y todos estaban vueltos locos con su apetito insaciable. El resto del día ambos rondaron por las distintas atracciones con la intención de encontrar al menor, pero en ningún momento hallaron rastros de él.
Las salas de clases ya estaban limpias para dar paso a la finalización del festival junto a la gran fogata al exterior de la escuela, Levi pasó una vez más por el salón de Eren y el menor tampoco regresó a ordenar. Por último, todos salieron a los exteriores de la escuela donde Erwin daría un discurso final. Con sólo verlo, a Levi se le revolvió el estómago y procurando que su amiga no se percatara se adentró al edificio del cual habían salido.
Los pasillos de la escuela se encontraban vacíos, sus pasos hacían eco tal y como solían hacerlo antiguamente. Sus ojos reflectaron las memorias de su mente y la luz eléctrica era reemplazada por antorchas, los pasillos cambiaban su forma a como lo eran antes y las numerosa ventanas se reducían a un número inferior. Dolor y placer se mezclaban en su pecho con el avanzar de sus pasos y sin intención alguna llegó a lo que alguna vez fue su oficina. Paso la palma de su mano por la puerta lisa de madera pintada de blanca y la transformó a una de madera antigua y áspera. La abrió y al entrar allí, vio todo tal cual era antes junto a Eren y su uniforme de soldado. La imagen cambió en segundos, encontrándose en una sala de clases, con el menor sentado sobre una de las mesas y mirando al exterior.
El ruido de la puerta alertó al castaño que no se encontraba solo y al girar a ver se encontró con Levi que lo observaba en silencio.
-¿Qué hace aquí?-preguntó Eren-
-Así que, aquí te escondiste toda la tarde-avanzó hacia él-
-Disculpe pero no tengo que darle explicaciones de lo que ha…-se detuvo ante los brazos de Levi apoyados en los costados de la mesa, prohibiéndole la huida-
-¿Hasta cuándo piensas continuar tu maldito juego?-le habló a los ojos que no había podido encontrar durante días-
-No estoy jugando. Déjeme en paz-exigió e intentó salir de allí, pero los brazos de Levi no cedieron a sus esfuerzos-Me quiero ir.
-Intenta escapar-tomó la nuca del castaño y lo besó-
Eren se negó a corresponder el beso y con sus manos intentó apartar a Levi que se aferraba a su cabeza. Lo intentó varias veces pero el azabache no lo soltó y metió su mano en el bolsillo del pantalón del castaño a sacar la servilleta que continuaba allí.
-No necesitarás esto-la rompió-
-¿Qué hace? Déjeme en paz-insistió-
-¡Mocoso de mierda se acabó! No seguiré tu juego y tú tampoco lo harás, ¿Crees que hacer como si no existiera va a solucionar algo? ¿Desde cuándo solucionas los problemas huyendo?, no seas cobarde y enfrenta la situación-le gritó-
-¡No estoy huyendo!-respondió furioso-
-Entonces mírame a los ojos y dime, ¿Qué pretendes con este juego?-acercó su rostro-
-Y-yo…-titubeo-
-Sí pretendes continuar huyendo y hundirte solo, no sé quién es la persona que está frente a mí en este momento.
Eren estuvo a punto de responder a sus palabras, pero esa fue la clave para hacer razonar al menor y que sus ojos se volvieran vidriosos en señal a sus verdaderos sentimientos.
-Quiero que te alejes de mí-moduló forzosamente-
-¿Qué?
-No te acerques a mí, sólo sé mi profesor pero por favor…no quiero hacerte daño otra vez-rogó sosteniendo sus lágrimas-
-Bueno-respondió provocando que el sorprendido rostro de Eren empezara a derramar lágrimas-¿De verdad crees que diría eso? No seas idiota-lo abrazó-
-Estoy hablando enserio…
-Yo también y más te vale dejar todo este escándalo si no quieres terminar en el hospital con tus huesos rotos.
-Mi cuerpo se recuperaría antes de llegar, soy un monstruo-se aferró a la espalda del azabache, rendido ante sus sentimientos-
-Sólo eres anormal. Ya puedes llorar-acarició sus cabellos-
Las barreras que había mantenido durante días se derrumbaron en ese instante; la frustración, el miedo, la tristeza y la ira se apoderaron de él y transparente ante sus emociones se dejó cuidar por Levi mientras lloraba en su hombro.
Su intención jamás fue el huir de la situación, fue el miedo de causarle el mismo daño a Levi en esta nueva vida lo que le obligó a alejarse de él. El creer que de esa forma lo mantendría a salvo del destino que volvía a hacerse presente en esta vida ocultó a su vez los miedos de ser atrapado por un desafortunado final, nuevamente. Cuando por fin logró estar junto a Levi, luego de perder las esperanzas al ser un espíritu, el único obstáculo parecía ser las reglas sociales y su edad para poder estar juntos sin ningún problema. Pero no fue así. Hoy la pesadilla se volvía a repetir y el miedo inminente que se apoderaba de ambos no dejaba cabida para la esperanza.
-No quiero irme, no otra vez. Quiero estar a tu lado, quiero ser una persona normal y conocer el mundo junto a ti-derrochaba sus sentimientos al llorar-
-Lo harás, me aseguraré de ello-prometió-
-Perdóname, no quiero hacerte daño.
-No huyas de mí, con eso estará bien-besó su frente-
Los ruidos de afuera anunciaban que la fogata que anunciaba el fin ya se había encendido, por las ventanas del salón se podía ver la oscuridad siendo iluminada por el rojizo del fuego. Los invitados junto a los estudiantes de la escuela tendrían la oportunidad de compartir esa última instancia del festival en tranquilidad al haber dejado los puestos que le correspondían.
-Debemos ir-agregó el castaño secando sus lágrimas-
-La única razón por la que asistí a este asqueroso evento fue para venir a buscarte, no esperarás que vaya a unirme a esa masa-acercó su boca al oído del menor-Atrapé a mi oveja perdida-
La voz del azabache resonando al lado de su oído le proporcionó un escalofrío al menor. Conocía a Levi lo suficiente para saber qué se proponía ahora, él si tenía consciencia de dónde se encontraban y lo que podía suceder en cualquier momento, tal y como ocurrió con Jean y Armin.
-Vamos, quiero ve-fue interrumpido por los labios de Levi-
Los labios del azabache se apoderaron de la boca del menor, no le iba a dejar hablar ni mucho menos que se negara después de tanto tiempo. Sabía dónde se encontraban y eso no era excusa suficiente como para detenerse.
Sus manos se sostuvieron de los muslos de Eren, pegándolos a la superficie de la mesa donde se encontraba sentado para que no huyera. Su boca que estuvo privada de los besos del menor, devoraban cada rincón de sus labios y su lengua perseguía la del castaño en el interior, desesperado por conseguirlo todo.
Eren se encontraba ahogado ante la imposibilidad de seguir el ritmo de Levi y en un descuido de éste, se liberó de los labios ajenos para respirar.
-Espera, estamos en la escuela, alguien puede entrar-lo apartó con sus manos-
-No hay nadie, piensa que es mi oficina y cállate-le ordenó-
-¿Tu oficina?
-¿Ya olvidaste este lugar? Las paredes deben recordar tus gritos-finalizó con una risa lasciva-
Levi no le dio la posibilidad de decir algo al respecto, de inmediato atacó al castaño empezando por su boca. Eren continuaba resistiéndose, pero el mayor recordaba cómo acabar con esa obstinación. Sus labios descendieron el cuello del castaño que rogaba que se detuviera, sus manos se deslizaron por los muslos del pequeño y subió por sus costados, desprendiéndolo de la camiseta blanca que traía sobre sí. No se molestó en desabrochar botón por botón, el cuello ya estaba desabrochado y podía sacarla rápidamente para continuar. El aguante del azabache estaba al límite, casi una semana sin ningún contacto a su pequeño mocoso le estaba volviendo loco.
Las dulces manos de Levi recorrían su pecho suavemente, queriendo sentir cada centímetro de él se deslizaban por su pecho, abdomen, giraban hacia su espalda para subir y volver a empezar por el mismo camino. Su boca era atrapada por los labios ajenos que iban y venían de su cuello. Sus brazos sentían un cosquilleo que los alentaba a aferrarse del cuello de Levi y entregarse por completo, pero la poca razón que aún conservaba se lo impedía; no era el lugar indicado.
Las manos se detuvieron en la hebilla del pantalón del menor, se ocuparon de ella sin dejar de besarlo y bajó los pantalones junto a la ropa interior. La vergüenza de Eren le llevó a cerrar sus piernas, pero Levi las separó de golpe y acarició el bulto que empezaba a endurecer de a poco.
Una potente descarga eléctrica se apodero de su cuerpo y mente, y sus brazos se colgaron alrededor del cuello del azabache. Levi sabía controlar el cuerpo de Eren, y en esta ocasión, como castigo no acariciaría el cuerpo del menor debidamente.
Eren esperaba que Levi empezara a jugar con su miembro como de costumbre, pero la mano del azabache le tomó por sorpresa y fue directo a su entrada. Abrió su boca con la intención de preguntar qué hacía, siendo reemplazada por un fuerte gemido al sentir un dedo del mayor entrando sin delicadeza.
Levi no se tomó su tiempo para utilizar un segundo y un tercer dedo sucesivamente, sabía cómo hacerlo sin lastimarlo. Con su boca fue dejando un camino de besos en la barbilla, cuello y hombros que recorrió mientras jugaba con la entrada del menor. Tan sólo eso fue suficiente para conseguir que la cálida entrada del castaño se dilatara pronto. Sacó los tres dedos del interior y desabrochó el cierre de su pantalón para liberar su miembro deseoso por entrar en las paredes internas del menor. Tomó las caderas del castaño y lo atrajo hacia él, dejándolo en una posición donde podría entrar con mayor facilidad.
El miedo de ser descubierto había desaparecido junto a su raciocinio, Levi y sus caricias eran lo que ocupaban todo su ser en ese momento. La mesa era bastante pequeña como para acostarse para Levi, por lo que hizo uso de sus brazos alrededor del cuello del azabache para sostenerse y quedar con una pequeña parte de su espalda apoyada en la mesa y sus piernas las enrolló en las caderas frente suyo.
La respiración de Eren se hacía más profunda, llenaba sus pulmones de oxigeno preparándose para lo que venía. Levi sostuvo su miembro en la entrada del menor y de una sola estocada entró, arrebatándole todo el aire en sus pulmones. Se mantuvo quieto por unos segundos, quería sentir el húmedo y estrecho interior del menor un poco, tranquilo y recordando cuanto había extrañado y añorado estar allí. Los pocos segundos que le dio para que respirara se acabaron, sacó la mitad de su miembro para volver a entrar de una nueva estocada más fuerte.
Los prominentes movimientos de caderas movían su cuerpo junto a la mesa. La mesa empezaba a sonar al ser arrastrada en el suelo en un movimiento de vaivén, y sus gemidos hacían eco en el salón de clases. Había olvidado por completo donde se encontraba, pero por un momento fue capaz de ver las tenues luces de las velas en la oficina de Levi y quiso continuar sin importarle que pudieran descubrirlo.
Hace unos días pensaba en dejarlo, sus vidas no serían las mismas después de todo pero jamás hubiese podido alejarse de esa persona. Lo amaba, lo amaba y no podía alejarse de él y eso lo hacía sentirse egoísta. Levi parecía haber leído los confusos y tristes pensamientos de Eren, ya que justo en ese instante le beso de una manera suave, tranquilizadora y protectora.
El comunicarse corporalmente era lo mejor para ellos, a veces las palabras correctas no eran halladas o no existían para ambos, no así como el lenguaje de sus cuerpos que eran cien por ciento transparentes.
El fin de ambos se aproximaba, el ritmo de los movimientos de Levi se apresuró por alcanzar el límite que tanto deseaba, Eren se aferró con mayor fuerza al cuello del azabache y cortó el beso para besar su cuello y oreja, encendiéndolo en lo último que quedaba.
-Te amo-susurró el azabache con un leve gemido, antes de llegar al final-
Eren no pudo corresponderle con palabras, ya que luego de que Levi le demostrara sus sentimientos con palabras, dio tres fuertes estocadas que dieron con el punto indicado para que el castaño llegara al final, seguido por Levi segundos después.
Las respiraciones de ambos se encontraban alteradas, sus cuerpos se encontraban sudorosos y manchados por el líquido de Eren. No fue impedimento para cruzar sus miradas y mantenerse absortos el uno en el otro. Aquellos ojos verde esmeralda que lo evadieron durante días, por fin los tenía a centímetros suyos, fijos en los suyos.
-Levi, llévame contigo-le pidió al mayor-
-No pensaba dejarte ir-besó sus labios-
Utilizaron la misma excusa de siempre, Armin se encargaría de cubrirlos como de costumbre. De esa forma Levi pudo quedarse con el menor esa noche, la cual no utilizaron para dormir. La necesidad de sentirse el uno al uno era lo único que lograba calmarlos y saber que se encontraban allí, juntos, sin nada que los perturbara.
-o-
Al día siguiente descansaron toda la mañana lo que no durmieron en la noche. Levi era apegado a las normas y horarios, pero en este momento sentían que ese tipo de cosas eran irrelevantes. Eren se durmió a penas su cabeza tocó la almohada, pero no fue lo mismo para el azabache. Pese a que toda la noche estuvieron haciendo el amor y sus cuerpos estaban cansados, la mente de Levi no le permitía dormir. Dormir significaba abandonar este mundo para sumergirse al del sueño, lo que implicaba quitarle la vista de encima al castaño. El miedo de perderlo era enorme, verlo respirar y dormir tranquilamente lo tranquilizaba y deseaba que se quedara así. Pero eso no sucedería. Con sus dedos movió unos flequillos del menor y éste sonrió ligeramente estando dormido.
Se mantuvo despierto unas horas mientras Eren dormía y hasta encontrarse seguro de que todo estaría bien, lo ocultó en su pecho asegurándose de tenerlo entre sus brazos mientras descansara.
El resto del día limpiaron el departamento y lo fue a dejar caminando a su hogar, aprovechando así el poco tiempo que tenían para compartir. Que los vieran de la mano ya no era importante, además, por los caminos que escogieron no había un flujo importante de personas como para encontrarse con alguien conocido, y, a tres cuadras antes de llegar a la casa del menor Levi se detuvo y lo dejó continuar solo para no ser descubiertos.
Ambos regresaron a preparar el día de mañana, la rutina continuaba y sus vidas también, como si nada hubiese cambiado.
-o-
La mañana siguiente se sentía reconfortado para ir a trabajar. Haber recuperado a Eren y que todo estuviera bien entre ellos sería un peso que no tendría que tolerar esta semana; podría dar su clases sin estar preocupándose constantemente que Eren lo viera o corriendo tras de él por alcanzarlo.
La escuela se encontraba impecable, Erwin sabía contratar gente que tuviera un método de limpieza digno, porque después de un caos como el del sábado, era difícil dejar todo tal cual estaba.
Las primeras clases de la mañana serían para alumnos de edad más avanzada que el nivel de Eren. Necesitaba materiales que se encontraban en la sala de profesores, pero, antes de que pudiera llegar siquiera a la puerta, Hanji apareció por el pasillo corriendo y al verlo corrió más deprisa hacia él.
-¿Te ejercitas en la escuela?-le preguntó a la castaña en un tono burlesco-
-Debes venir, ocurrió algo-tomó del brazo al azabache y lo arrastró junto a ella-
Hanji lo arrastró por los pasillos corriendo, no hubo tiempo para dar explicaciones pero por cómo se veía, algo malo había ocurrido y él se adelantó a los pasos de su amiga, deduciendo hacía dónde se dirigían.
Al llegar, una multitud estaba reunida fuera del salón. Levi se hizo paso entre la gente junto con Hanji detrás de ella. Al interior se encontraban los alumnos correspondientes al salón; los compañeros de Eren, sus amigos, la odiosa de su hermana y el castaño, parado frente al gran pizarrón con palabras escritas con marcador permanente.

“MONSTRUO”

“Eren Jaeger”

Eran las palabras que se repetían alrededor de la única frase, escrita en letras de mayor tamaño y situada al medio de todas las demás:

“EL PASADO ES NUESTRO PRESENTE”

Continuará…
Notas finales: Llegó el nuevo cap c: me demoré bastante en escribirlo, no sé por qué, pero últimamente avanzo lento T-T Espero hayan tenido una linda navidad con sus seres queridos y que santa se haya portado bien con ustedes c: (a pesar de que nos les trajo a Heichou)
Creo que empezaré a finalizar el fic, le doy unos tres o cuatro caps más y c’est fini :c Así que prepárense para el final c:


Gracias a todos los que leen y dejan sus lindos reviews c:

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