Capítulo 27
-Hola Eren.
Armin se encontraba justo frente a mí, con nula expresión en su rostro, ignorando todo lo que había hecho. Era mi amigo, mi mejor amigo y al mismo tiempo culpable de todo, ¿Cómo debería sentirme en este momento? No lo sabía, lo único que deseaba era desesperadamente desprenderme de todos esos tubos y cables adheridos a mi cuerpo; el dolor era insoportable, pero mucho más era verlo allí; frente a mí, sin ninguna culpa y saludando como si fuera un día cualquiera. No podía creerlo, más bien me negaba a creerlo, todo debía ser una equivocación y eso debía ser. Falso, esa era una gran mentira y sólo la ira que me hacía sangrar al intentar liberarme me decía que era verdad; Armin era la persona que me atormentó todo este tiempo.
-No te muevas, sólo te harás daño-me advirtió-
El dolor que sentía al intentar librarme no era mayor que la ira en mi cuerpo, siendo esta la que se convertía en la anestesia que me hacía olvidar lo malherido que resultaba mi cuerpo con cada intento de mi parte. El suelo empezaba a empaparse de mi sangre, Armin se mantenía quieto como si no le importara lo mucho que me lastimara, tal y como una persona fría sin sentimientos. No le reconocía, en mi interior aún se encontraba la imagen de mi fiel, tímido y bondadoso amigo que no era más que un farsante que nos mantuvo engañados todo este tiempo. Mis gritos no lograban salir, cada palabra que deseaba vociferar resultaba ser sólo bramidos ante mi frustrado intento mientras la manguera conectada a mi garganta me asfixiaba.
Odio, ira, confusión, desesperación, agonía y tenacidad; era todo lo que poseía en ese instante y se reflejaban en mis ojos. Las lágrimas producto de ese caldo de sentimientos no tardaron en salir, ni siquiera el dolor de mi cuerpo las incitaba a salir y ahora sólo deseaba hacer una pregunta esencial; ¿Por qué? Era todo lo que deseaba saber en estos instantes. Armin pareció entender que deseaba respuestas, y por muy irreconocible que fuera la persona que se encontraba frente a mí, él continuaba siendo alguien que no negaría las respuestas a mis dudas. Con su paso calmado y su cuerpo relajado, avanzó lentamente hacia mi inquieto cuerpo y verificó mi garganta para extraer los tubos que se encontraban allí. Con mucho cuidado, él me despojó de esas mangueras y yo respiré como si hubiera emergido luego de haber estado un buen rato bajo el agua. La sangre que se generó en mi garganta y se mantuvo allí mientras intentaba gritarle, salió disparada y quedó libre para hablar.
-¿Q-qué es todo esto Armin…? ¿Por qué?-balbucí clavando mi furiosa mirada sobre él-
-Lo siento, pero así debía ser.
-¡Esto no tenía que ser así!-grité y el sonido de mis palabras retumbó entre las paredes de este lugar-
Seguido a mi grito, escuché un nuevo ruido uniéndose a los del lugar; alguien se estaba quejando. Mi rostro fue reflejo de mi duda y Armin miró en dirección contraria a la mía y sin decir ninguna palabra, se adentró en las oscuridades de ese lugar hasta perderse de mi vista. Un ruido metálico empezó a acercarse desde la dirección por donde Armin se había perdido, y justo después, pude ver una camilla a ruedas ser iluminada por la poca luz que me rodeaba. Había alguien, no podía distinguir más que sus pies que apuntaban hacia mí, hasta que Armin la giró y pude ver allí a Jean; atado y retorciéndose por un intento de escapar. Estaba llorando producto del miedo al no poder librarse, intentaba hablar tras esa cinta que cubría su boca pero podía sentir sus desesperados intentos por pedir ayuda.
-¿J-Jean…? ¿Qué hace él aquí…?-pregunté impactado-
-Creo que antes de responder a esa pregunta, hay mucho más que quieres saber, ¿No?
-Esto no es verdad…tú no…-intentaba convencerme con mis temblorosas palabras-
-Sí, soy yo Eren-se delató sin ningún arrepentimiento-
-No… ¿Por qué?-pregunté con un nudo en mi garganta-
-¿Por qué? Simplemente me di cuenta de la farsa que fue liberar a la humanidad. Sabes Eren, yo reencarné mucho antes de esta época; durante la segunda guerra mundial. Tú debes saberlo, Levi estudia personalmente contigo historia; en esa guerra aquellos que pertenecían a alguna etnia considerada inferior eran asesinados, torturados o enviados a campos de concentración. Lamentablemente mis padres mantuvieron una religión judía, ya te puedes imaginar dónde acabamos. Allí recuperé mis recuerdos, pero eso sólo incrementó mi desconsuelo. Cada día que pasaba en el campo de concentración, cada tortura y trabajo forzado que nos implementaban me hacía perder la esperanza en este mundo, incluso llegué a pensar que los titanes era mucho mejor que ese calvario. Cuando no podía dormir por las noches debido al dolor que me provocaba el roce de mis costillas con el suelo, pensaba, mis pensamientos sonaban como eco en la oscuridad; ¿Qué hicimos mal?, ¿Por qué ocurre esto?, ¿Fue por esto que luchamos, para llegar a una inhumanidad tan cruel?, ¿Por esto arriesgamos nuestras vidas y perdimos tanto? No lograba encontrar la respuesta a esa pregunta. Fueron años que me debatí entre la vida y la muerte, veía morir a mi familia y compañeros poco a poco, mientras que yo luchaba desesperadamente por respirar un día más y encontrar la respuesta a mi pregunta. Entonces, un día escuché hablar a unos soldados que llevarían a unos de nosotros a Japón como herramientas de estudio para lo que ellos denominaban “el proyecto titan”. Parece que no fuimos muy cuidadosos en ocultarlo, ellos encontraron indicios de todos modos. No logré ser parte de los seleccionados, mi cuerpo estaba podrido y sería incinerado pronto junto a los demás que no podían sostenerse. Pero fueron esos últimos instantes donde lo comprendí, el error fue haber dejado el destino de la humanidad en sus manos. No podía hacer nada allí, pero juré que buscaría la manera de arreglar todo este error si volvía a nacer, y no olvidé mi promesa en esta vida.
No tuve palabras para decirle a Armin en ese momento, su dolor me llegaba como flechazos con cada palabra que me decía y me hacía dudar sobre lo que ocurría en este momento. Pero no había que ser un genio para entender qué ocurría con él; había perdido la esperanza en la humanidad luego de haber experimentado su lado más oscuro, y ¿Quién no? Cualquiera podría exterminar su propia esperanza luego de haberse sometido ante tale inhumanidad, pero él había exterminado mucho más que su esperanza. Armin ya no era la persona que había conocido, o lo que pensé que era en esta vida, pero incluso eso no lograba ganarle al que yo me negara que había hecho todo esto, no podía aceptarlo aunque me hubiese declarado esa historia. Jean se encontraba tan sorprendido como yo, ambos continuábamos con lágrimas en los ojos y, el miedo, la ira y la confusión habían desaparecido de nuestros ojos.
-No es necesario que me miren con esa compasión, gracias a eso pude ver la verdad-sonrió-
No podía ser él, él no y no lo aceptaría hasta escuchar la respuesta a la pregunta que me carcomía el corazón. Aquella por la cual sufrí todo este tiempo y juré vengarme.
-¿Tú mataste a mi madre?-pregunté con el nudo en mi garganta-
-Sí.
-No, no, no, ¡No es verdad!-grité angustiado, sentía como mi mundo empezaba a desmoronarse-
-Cuando nos conocimos de niños, no sabes lo feliz que fui al saber que tú estabas vivo en esta vida. Eras exactamente igual que en el pasado; obstinado, busca pleitos, alegre, todo, absolutamente todo era una réplica en el pasado; eras la clave para poder remendar el error que cometimos y lucharía por ti. Sabía que conservabas tus poderes, pero cuando investigué supe que no estabas completo, Grisha no terminó tu creación, así que busqué y busqué por una pista que me dijera cómo debía terminarte y la encontré. Los documentos de Grisha estaban ocultos bajo el suelo de su habitación, absolutamente todo sobre ti estaban en esas páginas que quedaron grabadas en me memoria. Sin embargo, ella entró a la habitación en ese momento y se enteró de la verdad en ese mismo instante; ella jamás fue tu madre, su verdadero hijo fue asesinado por Grisha y reemplazado por ti, pero ella te amaba y sabía lo que eras cuando vio esos papeles. No debes recordarlo ya que tu mente borró los recuerdos de ese momento como un mecanismo de defensa, pero ella fue a tu habitación y te buscó para asesinarte, no quería que nadie te utilizara y creyó que así te salvaría del destino. Tú gritabas, yo llegué por ti y acabé con ella enseguida, después de eso tú caíste en un estado de coma que creaste inconscientemente con tal de protegerte. Hasta que llegó Levi. Supe que tu alma se desprendió de tu cuerpo para encontrarlo, parece que tus recuerdos se mantuvieron grabados cuando te crearon y por supuesto no ibas a dudar en buscarlo. Los ayudé, sabía que si Levi se encontraba a tu lado despertarías y conseguiría que tu cuerpo se levantara. Pero después de eso tu cuerpo empezó a fallar más pronto de lo esperado. Necesitaba hacer algo pronto, conocía el cómo completar tu cuerpo pero para eso necesitas una fuente de vida muy compleja, pero esa misma vino a mí-bajó su rostro y acarició el rostro de Jean, quién se estremeció al sentir la mano de Armin sobre su mejilla-
-… ¿Qué vas hacerle a Jean…?-tartamudeé-
-Para completar tu cuerpo necesitamos la fuente de vida de alguien más, sólo así estarás listo.
Sus palabras helaron mi cuerpo, sabía que mi cuerpo no se encontraba bien pero para recuperarme debía utilizar la vida de alguien más y no sólo eso, para crear lo que soy hoy debieron de morir más de los que tal vez pudiera contar. Jean me observaba horrorizado, su mirada me rogaba por salvación siendo que no podía salvar ni a mi propio yo. Armin no mostraba compasión ni arrepentimiento en sus palabras, y yo ya estaba cansado de luchar por no creer que él era el culpable de todo.
-¿No es cruel Eren? Que tu madre intentara matarte, tu padre destruyó muchas vidas para que existieras; somos humanos, es nuestra naturaleza destruir. Pero todo eso puede acabar en este instante.
-Estás enfermo…-gruñí furioso-
-El ser humano no puede ser dueño de su propia libertad. Lo siento Jean, pero vamos a devolverle la cordura a este mundo-se apartó de él y avanzó hacia una de mis maquinas-
-Mi madre, mi padre, Mikasa, ¡Ellos no te hicieron nada y los mataste! ¡Jean sólo tuvo el error de enamorarse de la peste que eres ahora! Eres despreciable, no pienses que te voy ayudar-grité mientras él se acercaba y yo intentaba liberarme-
-Eso no cambiará nada, la muerte de ellos no será en vano-juró mientras unía uno de los cables de mis maquinas al cuerpo de Jean-
-¡Detente! ¡Armin!
Jean intentaba gritar y sólo unos pocos ruidos de desesperación salían de sí, ni siquiera su boca podía pronunciar palabras debido a la cinta sobrepuesta sobre ella. Yo intentaba salir de allí y detenerlo, pero no había caso, mi cuerpo no lograba desprenderse de todos esos cables y mangueras, y pronto descubrí que las heridas no empezaban a sanar como debería ser. Las maquinas ya no se encontraban unidas solamente a mi cuerpo, ahora, tanto Jean como yo estábamos en contacto con esos aparatos que emitían leves sonidos. No importaba cuando le gritaba a Armin, lo mucho que Jean luchara por mover su cuerpo y salir de allí, él estaba concentrado en hacer lo suyo y nada le desconcentraba. Debía salvarnos, pero sentía mi cuerpo cada vez más débil producto de la sangre que no dejaba de caer al no sanarme.
Mi existencia sólo fue un gran error de parte de mi padre, y para crearme había necesitado vidas humanas. Sentía repugnancia hacia mi cuerpo, un envase creado base de asquerosidades de mi padre, me detestaba, tal vez mi madre tuvo razón al intentar asesinarme; no soy más que el reflejo de la codicia de las personas, un monstruo. Había superado el sentirme una bestia una vez más en esta vida, pero había aprendido a valorarme más de lo que estimaba gracias a Levi, ahora, simplemente no podía aceptarme. Levi, le había arrastrado una vez más a este asqueroso destino en el cual fuimos utilizados a costas de nuestros sentimientos para un fin egoísta. No merecía estar a su lado, no un monstruo como yo, y sin embargo, deseaba aferrarme a esta vida para correr a sus brazos. Pero el precio de esa vida era el arrebatarle los sueños a otra persona, y no aceptaría eso. Mi visión empezaba a volverse borrosa, si continuaba insistiendo por liberarme perdería la consciencia y sería el fin para todo, pero, ¿Qué más podía hacer? Nadie nos iba a salvar, y no deseaba que la próxima vez que despertara fuera en un mundo lleno de titanes conmigo siendo la fuente de vida para todos ellos. Las personas que amaba vinieron a mi mente, mi madre, mi padre, Mikasa; no había podido hacer nada por ella y la arrastre nuevamente a este destino, ni siquiera pude darle las gracias por todo. Levi, sus recuerdos venían a mi mente como una dulce y amarga agonía; todo se había acabado, la vida que soñamos se había destruido en tan poco tiempo y una vez más lo involucraba en esta historia. Lo único que deseé en esta nueva oportunidad fue darle todo mí y ser feliz a su lado, hacerlo olvidar el pasado y darle un nuevo futuro, pero no había nada que pudiera entregarle a él. Mis gritos hacían eco en el lugar, no había escapatoria y empecé a perder las fuerzas para luchar.
¿Por qué?, ¿Por qué otra vez? Simplemente, era demasiado cruel.
-Eren, no te fuerces, sólo conseguirás hacerte daño-me aconsejó-
-Detente…-rogué con las pocas fuerzas que conservaba-
-Armin, suéltalo-escuché a mi voz favorita hacer eco en el lugar-
Abrí mis ojos de un sobresalto, no podía ser, escuchaba su voz y cuando alcé mi vista en su dirección lo vi aparecer sosteniendo un arma entre sus manos; le apuntaba a Armin, pero éste no se veía inmutado ante el arma ni mucho menos el que Levi estuviera ahí. Tuve miedo al ver como su mirada se mostraba tranquila, como si lo estuviese esperando desde el inicio.
-¿Quién más está en toda esta mierda?-preguntó avanzando lentamente hacia Armin-
-Sólo yo, me sorprende que haya llegado tan pronto.
-Grisha escribió antes de morir tu asqueroso nombre y la dirección donde te encontrarías. Felicidades, una basura como tú logró mantenernos engañados, pero se acabó.
-Vaya, ¿Debería sentirme halagado que el capitán Levi haya dicho eso?-habló irónicamente-
-¿Puedes aguantar un poco más Eren?-me preguntó Levi-
-Vete por favor…-le rogué, pese a que Armin estaba en desventaja sabía que pese a su cambio, continuaba siendo la misma persona calculadora y su rostro no se veía preocupado-
-No dejas de ser un mocoso imbécil al creer que me iré de aquí sin ti-se negó-¿Qué hace Kirschtein aquí?
-¿No lo sabe? Supongo que descubrió menos de lo que pensaba este tiempo-se acercó a mí-
No alcancé a reaccionar para cuando Armin se encontraba a mis espaldas y un fuerte dolor se implantó en mi abdomen. De inmediato, bajé mi mirada hacía lo que vi eran unas tijeras siendo enterradas en mi abdomen por la mano de quien se encontraba detrás de mí. El escenario empezaba a dar vueltas y a nublarse, mi consciencia se esfumaba rápidamente mientras que lo único que veía frente a mí, eran el horror y los deseos de matar grabados en los ojos que tanto amaba, en los cuales había jurado impedir que experimentaría de nuevo.
-o-
Levi se encontraba listo para disparar ante el primer movimiento en contra que realizara Armin, pero no contaba con que éste atentara contra Eren, a quien mantenía en esa silla cubierto de cables para sus propósitos. De inmediato sintió la ira apoderarse de sus manos y apunto definitivamente a disparar a la cabeza del rubio, pero al momento de hacerlo éste utilizó sus brazos cruzados frente su cabeza e impidió que la bala llegara al punto vital.
-Yo no haría eso si fuera usted-amenazó-
-¡Se acabó tu asqueroso juego!-avanzó Levi con sus pasos cargados de ira-
-Observe-le indicó a mirar el abdomen de Eren-
Los ojos del azabache viajaron por unos segundos al vientre de Eren, siendo suficiente para percatarse del detalle que hizo que se detuviera abruptamente. El cuerpo de Eren no estaba sanando, la herida de su abdomen y las otras continuaban sin ninguna mejoría, y la sangre continuaba saliendo desmesuradamente del cuerpo del castaño.
-El cuerpo de Eren ya no se regenerará, y solo yo sé cómo repararlo. No hay ningún escrito de eso, Grisha se aseguró de eliminar todos los documentos relacionados, pero logré verlos antes y tengo toda la información en mi cabeza. Si desea matarme y salir con Eren, puede hacerlo pero, ¿Cuánto durará? Su cuerpo dejará de moverse tarde o temprano y será demasiado tarde para recuperarlo.
-Bastardo-bramó Levi al hallarse detenido por las palabras del rubio-
-¿Se preguntaba por qué Jean se encontraba aquí? Pues él es la clave para sanar a Eren. ¿Creyó que detrás de esto había más de algún involucrado? Le puedo asegurar que ni Annie, Berthold, Reiner, Ymir u otros no tienen idea de lo que está ocurriendo. Ellos viven su vida normalmente y jamás los hubiera buscado, porque la persona que realmente me ayudará en esto, es quien no dejaría que Eren desapareciera una vez más. ¿Lo olvidó? Esos días donde Eren había muerto, el fin del eterno calvario de todos y el inicio del suyo. Erwin llegó y deberá tomar una decisión-anunció el rubio-
Tal como lo había previsto Armin, en cuestión de segundos Erwin entraba al lugar en que se encontraban junto a Mike, Marco y Hanji, todos armados y listos para proceder. Su mente fue obligada a pensar rápidamente, debían detener a Armin, eso había estado buscando todo el tiempo; la persona que les había hecho tanto daño, quien utilizó todo a su alrededor para finalmente hacer uso indiscriminado de Eren, y por fin tenían al verdadero culpable. No obstante, el rubio era el único que conocía los pasos a seguir para salvar al castaño y aunque eso implicará perder una vida, el temor y sus deplorables recuerdos le obligaron a tomar la decisión que aseguraría el bienestar de Eren. Antes de que los nuevos visitantes se aproximarán más por su víctima, Levi alzó el arma en dirección a Erwin y la sostuvo firme y a pocos centímetros de la frente de Erwin, asegurándose de observarlo a los ojos sin ninguna duda. Erwin se detuvo de inmediato, y con una de sus manos les ordenó a sus dos soldados que se detuvieran tras el intento de ambos por salvarlo de Levi. En los ojos del azabache se leía lo que pretendía; el temor, la determinación y la crueldad, claramente pensaba disparar e ir en contra de todos con tal de salvar a Eren.
-¿Qué estás haciendo?-preguntó Erwin-
-Lo siento, pero no vas a tocar esa basura por ahora, es el único que conoce cómo curar a Eren-respondió Levi-
-¿Crees que esto está bien?
-No lo perderé otra vez Erwin-habló firme-
-Ese niño no tiene por qué estar involucrado en esto, ¿Sabes que ocurrirá si no me dejas detener a Armin en este momento?
-Levi, detente por favor-se acercó Hanji siendo detenida por Mike-
-No quiero lastimarte Hanji-le advirtió Levi-
Las miradas del azabache y Erwin debatían en silencio, el gatillo se encontraba a tan sólo un movimiento de ser jalado y ambos se tomaban el tiempo cuidadosamente para no cometer errores. Todos se encontraban atentos ante cualquier movimiento de Levi quien, para un profesor de la época moderna, no había perdido su esencia la cual le permitía convertirse en un verdadero problema cuando se lo proponía. Marco se encontraba a punto de salir corriendo a rescatar a Jean, quien en ningún momento se rindió e intentó rehusarse de todas las maneras posibles al trabajo que Armin se encontraba haciendo con su cuerpo mientras Levi se encargaba de detenerlos. Si el joven pecoso se animaba en avanzar Levi no dudaría en detenerle de un solo disparo, siendo esta la misma suerte que recibiría cualquiera que intentara pasar la línea de lo prohibido.
-¿Crees que Eren será feliz sabiendo que vive gracias a la muerte de alguien? Ya lo hiciste una vez Levi, te sentenciaste a vivir eternamente con ese calvario luego de enloquecer en el pasado. No debe ser fácil, pero lo estás haciendo otra vez.
-No trates de meterte en mi cabeza-bramó Levi-
-¡Maldición capitán no hay tiempo!-gritó Marco con su cuerpo tambaleándose por correr ante los gritos de Jean-
-Levi escúchame-se interpuso Hanji obteniendo su atención-Sé que tienes miedo, pero debes tranquilizarte y sentar cabeza. Soy tu amiga desde pequeños, incluso estuve contigo en nuestra otra vida, siempre que hemos tenido un problema te he dicho que lo solucionaré ¿No? Jamás te lo dije en el pasado cuando pasamos por lo mismo ya que no aseguraba nada, pero te lo dije hace unos días; lo solucionaremos te lo prometo. Erwin tiene razón, Eren no hubiera deseado esto no lo condenes a esto, así que por favor, no te equivoques esta vez y deja que te ayudemos. Confía en mí, en nosotros-rogó Hanji-
Las palabras de Hanji se convirtieron en las únicas que lograron estremecer las de Armin en su cabeza, pero no lo suficiente como para cambiar de parecer. A sus espaldas podía escuchar cómo Armin continuaba con sus preparativos; estaba confiado de que Levi lo protegería y hacerlo irritaba al azabache de sobremanera. Ser utilizado no era algo que hubiese aceptado, jamás se sometió a alguien como para hacerlo ahora, pero el único hecho que lo mantenía allí era Eren. La historia se volvía a repetir, la vida del castaño se balanceaba sobre un péndulo entre las direcciones a seguir; siendo ambas igual de riesgosas e inciertas.
-Tienes razón, no tiene por qué volverse a repetir-preparó el arma para disparar, sin despegarla de la frente de Erwin-No otra vez.
Mike alzó su arma y se preparó junto con Marco a disparar por la seguridad de Erwin, quien cuyo semblante jamás se inmutó. Sólo un disparo se logró escuchar en medio de la tensa escena; ambos subordinados de Erwin se detuvieron al ver como su superior se encontraba a salvo del ataque de Levi, el cual, para sorpresa de muchos, impactó el pecho de Armin dejándolo en el suelo. Pese a la herida en el cuerpo del rubio, continuó esforzándose por continuar lo que pretendía o simplemente desmontar absolutamente todo lo que había preparado, siendo detenido por Mike y Marco que no le dejaron moverse y lo mantuvieron quieto bajo sus pies. Armin no dijo nada, su lúgubre y soberbia mirada fue el impacto para todos quienes lo conocieron y se encontraban con una persona completamente diferente; un verdadero monstruo sin corazón. La mano del azabache aún temblaba mientras sujetaba el arma, no había espacio para el arrepentimiento pese a que el dispararle pudo convertirse en el error que acabaría con Eren, pero había decidido creer y dejarse ayudar por sus compañeros. No dejaría que la historia se volviera a repetir, no otra vez. Por unos instantes pudo ver el triste rostro de Eren rogarle que se detuviera, sabía que esa tan sólo fue una simple creación de su imaginación, pero no aceptaría crear una mirada más triste en los ojos de su pequeño mocoso y disparó al rubio. Hanji se mantuvo a su lado hablándole para hacerle reaccionar, y cuando logró salir de su trance mental, se dispuso a correr hacia el castaño que yacía sobre esa silla conectado a varias máquinas.
-Armin, se acabó el juego-sentenció Erwin observándolo desde arriba mientras sus dos subordinados lo mantenían firme contra el suelo-
-Esto es un gran error…se está equivocando de nuevo comandante-aseguró Armin con dificultad producto de la herida de bala-¿Cu-cuánto tiempo nos da? Da igual cuanto se esfuercen, la humanidad no se detendrá y destruirá todo a su paso, no-nosotros no seremos la excepción-finalizó con una tos que expulsó sangre de su boca-
-Por escorias locas como tú tenemos que pasar por esto-agregó Marco con rencor-
La conversación que mantenían con Armin fue abruptamente detenida tras escuchar la voz de Levi llamar a Eren por su nombre reiteradas veces. El menor se encontraba inconsciente sobre la silla, mientras Levi lo tomaba del rostro y le llamaba un sinfín de veces, y Hanji observaba detalladamente cada cable, manguera y maquina unida al cuerpo del castaño. Sólo había algo seguro, una de las maquinas conectadas indicaba el ritmo cardiaco que disminuía considerablemente y Levi no tuvo que ser médico para saberlo.
-Es una l-lastima capitán Levi, E-Eren morirá por su culpa…-habló Armin con las pocas fuerzas que le quedaban-
-¡No me jodas basura! Me dirás en este preciso momento cómo demonios salvarlo-le ordenó Levi exaltado-
-Ya le dije, una fuente de vida humana, pero usted es más débil de lo que creía…e-escogió mal, otra vez, ¡Agh!-llevó sus manos al pecho-
Todos se tensaron ante el gemido de dolor que vocifero Armin antes de cerrar sus ojos y despedirse de este mundo, sin haber logrado el propósito por el cual estuvo trabajando mucho antes de reencarnar en esta vida. El juego había acabado, sin embargo, la pesadilla continuaba presente junto al cuerpo de Eren que empezaba a apagarse con el pasar de los minutos. El pánico de Levi al ver morir a quien poseía la información de la cura, fue evidente en sus ojos que se mantuvieron paralizados sobre el cuerpo yacente en el suelo. Marco no perdió tiempo y se separó del cuerpo de Armin para correr a liberar a Jean quien temblaba de miedo en la camilla.
-Lo siento, lo siento, lo siento Jean-se disculpaba el joven mientras desprendía cada aparato de su cuerpo-
-Y-yo-tartamudeó Jean con su cuerpo temblando de miedo-
-Tranquilo, estoy aquí, todo acabó-lo abrazó y acarició sus cabellos, sentir el calor del cuerpo de Jean le ayudaba a calmarse a sí mismo-
-Estás vivo…-se aferró al cuerpo que lo abrazaba-
Marco lo observó perplejo ante sus palabras, no había duda, Jean había recordado y le regalaba una sonrisa en medio de las lágrimas en su rostro. Aquella sonrisa fue la única capaz de romper las barreras de su frío corazón y, aquella expresión olvidada en el pasado, regresó junto a una sonrisa cálida para la persona a la cual no había podido amar en el pasado. Pero esa calidez quedaba bastante lejos para los demás, quienes se encontraban preocupados del cuerpo de Eren. Levi empezaba a experimentar el pánico y el arrepentimiento de su actuar luego de ver como la maquina le gritaba en su cabeza que los latidos del corazón del castaño se apagaban. Erwin era quien se encargaba de preguntarle a Hanji sobre todo el montaje, pero mientras más las estudiaba, la expresión de su rostro se ensombrecía; no cargaba tan sólo con la vida de Eren, sino también con las esperanzas que Levi había puesto sobre ella y exigía en silencio con sus fríos ojos grises.
-Erwin, el sistema está armado, pero no puedo curar a Eren con esto. Si tan sólo tuviera un poco más de tiempo…necesito tiempo para estudiar y encontrar otra forma para curarlo, pero…-balbuceaba la castaña mientras buscaba respuestas para la cura-
-Necesitas una vida humana, ¿Así funcionará el sistema que tenemos aquí?-interrumpió Levi-
-Levi…aun así no tenemos…
-Responde, ¿Con una vida humana podrás salvarlo ahora?-cortó tajante-
-Sí.
-¿Qué estás pensando?-preguntó Erwin suponiendo la situación-
-Úsame a mí.
-Levi…eso no, no lo haré-se rehusó Hanji-
-No harás ninguna estupidez, encontraremos otro método-agregó Erwin-
-¿Otro método?-sonrió Levi-No seas imbécil, cuando encuentren otro método ya no existirán nada de Eren.
-No te dejaré-sostuvo Hanji-
-Lo haré, debes ayudarme, sabes cómo utilizar estas asquerosas maquinas. No me obligues a vivir otra vez sin él-suplicó clavando sus ojos sobre ella-
Hanji podía ver como Levi pedía a gritos en su interior ser utilizado para salvar a Eren, y a su vez, sabía que lo más probable era que no existiera otro método para salvarlo. No obstante, se rehusaba a hacer uso de su amigo para salvar la vida del castaño. Un fuerte dolor se implantó en su pecho, muy por sobre sus deseos de ir en contra la decisión del azabache, sabía que debía hacerlo ya que él tenía razón; no podían obligarlo a vivir otra vez ese calvario, ella más que nadie sabía lo mucho que significaba Eren en la vida de su mejor amigo y el hecho de perderlo no se lo perdonaría dos veces. Siendo consciente de lo anterior, empuñó sus manos reteniendo el dolor y la frustración contra el cruel destino que no les dejó vivir en paz en esta nueva oportunidad. Erwin esperaba la respuesta definitiva de ella, sabía que Hanji era la única que poseía mayores posibilidades de razonar con él, no era capaz de asesinar a Levi a costas de sus deseos; lo amaba y aunque no fuera correspondido, él jamás había desperdiciado sus sentimientos hacia él.
-Debemos apurarnos-aceptó Hanji desviando su rostro sombrío-
-¡Hanji!-gritó Erwin furioso-
-Erwin, por favor entiende…-suplicó la castaña-Ayúdame a preparar la otra camilla, tú también Mike-les ordenó-
Tanto Erwin como Mike decidieron bajar la cabeza y seguir a Hanji, pero el cuerpo del rubio se negaba en ayudar a preparar la muerte de la persona que amaba y sólo pudo limitarse a frenarse a sí mismo y ayudar con los preparativos. Jean había abandonado el lugar junto con Marco, quienes esperaban afuera, ignorando el sacrificio que se llevaría a cabo al interior.
Sólo cuando estuvo solo, Levi observó el rostro durmiente de Eren, en su interior deseaba a gritos que todo esto fuese así y que despertara con su rostro somnoliento regalándole una de sus hermosas sonrisas matutinas, pero no sería así. No tenía miedo de morir, el temor de abandonar su vida jamás fue importante sino hasta ahora, donde temía más bien por Eren. Lo conocía bastante, sabía que la sorpresa que se llevaría cuando despertara probablemente lo enloquecería, lloraría a gritos su nombre y de seguro lo odiaría así como él lo había hecho en el pasado. Sin embargo, eran muy distintos y confiaba en ello para su seguridad; Eren amaba el mundo y quería conocerlo, en cambio, para Levi su mundo era Eren y no estaba dispuesto a perderlo. Junto a él, se llevaría los sueños que anhelaron día a día y ahora que estaba a punto de abandonarlo. Los dolorosos recuerdos venían a su mente uno tras otro, e infantilmente rogaba con desesperación que esto fuese una de sus malditas pesadillas y que al despertar, Eren estuviera a su lado para salvarlo como tantas veces lo hizo. El rostro del menor se veía tan calmo, ignorante ante lo que ocurría mientras era observado en silencio por quien se arrepentía enormemente el no haber hecho muchas más cosas a su lado. Y entonces, recordó aquel plan que tampoco había podido realizar en el pasado y que no dejaría pasar esta vez.
-Mocoso imbécil, tienes un afán con meterte en problemas ¿No? Y ahora estás con ese rostro baboso durmiendo mientras yo hablo solo, pero asegúrate de escucharme, será la última vez que hablemos. Debo decirte adiós, pero ni se te ocurra convertirte en un maldito problema ¿Me oyes? Aún tienes la llave de mi departamento, úsalo como quieras pero ni se te ocurra invitar a tus amiguitos y mantenlo limpio. Debes prometerme que sacarás buenas calificaciones, no hagas que mis clases hayan sido un desperdicio o me enfadaré, crece sano y fuerte, sal a recorrer el mundo; el océano es sólo una parte, sé que habrán muchas más cosas que llamarán tu atención. Pero escúchame bien, no creas que te vas a liberar de mí tan fácilmente-del bolsillo de su pantalón extrajo la pequeña cajita que mantuvo guardada, la abrió y de ella tomó un anillo que colocó en el dedo medio de la mano izquierda del castaño, haciendo lo mismo con la suya para luego entrelazar sus dedos-Que me vaya no significa que seas libre, eres y serás siempre mío ¿Me escuchaste? Si llegas a tener sexo con otra persona juro que vendré a cortarte el pene.
Eren continuaba con su rostro durmiente, definitivamente ignoraba todo lo que Levi le decía y el anillo en su dedo resplandecía como si ese destello fuera el que iluminaría sus vidas. Dolía, los sueños que tuvo a su lado no se harían realidad.
-El destino es cruel, ¿No crees? Quiero que vivas, que luches, no dejes de luchar y si quieres llorar hazlo, llora y grita todo lo que quieras. Sé que puedes hacerlo, eres un mocoso muy persistente, siempre lo fuiste. Te amo Eren, te amo, te amo-junto sus frentes mientras cerraba sus ojos con fuerzas, sentía un mar de lágrimas aproximarse, no quería decirle adiós-No dejes de sonreír y vuela alto.
Levi separó sus frentes únicamente para besar los labios de Eren por última vez. Sus labios se encontraban secos y fríos, el rozarlos se sentía áspero pero el sabor continuaba intacto, quería besarlos por siempre; despertar día tras día con sus besos, devorarlo en la cama, hacerle el amor de mil y un maneras posibles, ver más de él y esforzarse por decirle cuánto lo amaba. Pero la realidad era otra.
-Adiós Eren-separó sus labios y observó por última vez al pequeño yaciente en la silla-
La última imagen que obtuvo del menor fue su débil cuerpo a punto de esfumarse, pero una vez que él se fuera, ya no sería así.
Lejos, en la camilla, Hanji le esperaba junto a Erwin y Mike para proceder. Los tres se mantuvieron desde lejos observando cómo Levi se despedía de Eren con gran dolor, y a su vez, ellos podían sentir la agonía de su amigo, o más bien, el de dos almas forzadas a separase. Cuando Levi llegó a la camilla, no cruzó palabra alguna, estaba decidido y se recostó sobre la camilla para que Hanji conectara todo lo necesario.
-Levi, por favor…-rogó una vez más Erwin-
-Asegúrate que Eren esté a salvo-interrumpió Levi-
-Lo haré-aceptó con una sonrisa-¿Te molestaría que te dijera que te amo antes?
-Sí, con sólo ver tus cejotas tengo suficiente de ti-despreció Levi, generando una nueva sonrisa en el rostro de Erwin-
-Lamento no haberte conocido de otro modo Levi, supongo que es el destino-agregó Mike, recibiendo una furiosa mirada de parte del azabache-
-Está listo-avisó Hanji-¿Estás seguro?
-Sí. ¿Qué hay con ese rostro?-preguntó Levi al ver el rostro destruido de Hanji que lo observaba-
-Aún podemos detenernos…-propuso Hanji reteniendo las lágrimas en sus ojos-
-Sabes que no lo haré.
-Levi…-lo abrazó y sostuvo la camisa de su amigo con fuerzas, las lágrimas que había guardado ya no las podía aguantar, quedaba poco tiempo-Te quiero enano gruñón.
-Deja de llorar, te ves más fea así-acarició los cabellos de la castaña-Gracias por todo Hanji, prométeme que cuidarás de él.
-Lo haré…-se mantuvo unos segundos más allí, mordió sus labios y luego se levantó con la misma sonrisa risueña de siempre, con el único detalle de su triste mirada que no podía ocultar-¡Bien! A trabajar en nuestra última misión-agregó con un ánimo forzado-Empezaré.
Levi asintió con la cabeza y con ello Hanji puso en marcha el sistema que le arrebataría la vida a Levi y la transferiría en forma de energía hacia el cuerpo de Eren. El mecanismo aún era una gran incógnita, pero supo hacerlo funcionar gracias a que Armin lo había dejado montado y listo para funcionar. Erwin dio media vuelta y decidió abandonar el lugar junto con Mike, no estaba dispuesto a ver cómo le arrebataban la vida lentamente a la persona que amaba, en cambio, Hanji permaneció allí sin apartar sus ojos del azabache. Las esperanzas de que se arrepintiera estaban latentes en el corazón de la castaña, pero poco a poco fueron disminuyendo mientras escuchaba la máquina de Eren aumentar el ritmo cardíaco; Eren estaba recuperándose mientras que Levi perdía fuerzas gradualmente.
En muchos relatos, se cuenta que durante los últimos momentos de vida la persona recuerda su vida entera como una película, y no fue diferente en los últimos minutos de Levi. Su vida empezó a reproducirse asombrosamente en un resumen inimaginable; su hogar en Francia, el conocer a Hanji, el solitario sentimiento al vagar por el mundo en busca de algún sentido, llegar a Austria, encontrar a un particular fantasma que resultó ser lo que buscó por tantos años, los errores cometidos, luchar por recuperar el cuerpo de Eren y una vez que lo tuvo, ayudarle a recordar el amor que se tenían. Todo pasaba rápidamente, pero sin olvidar ningún detalle de la efímera vida que tuvieron juntos. Su visión empezaba a oscurecerse, mientras su mirada clavada en el castaño, se nublaba con las lágrimas que se acumulaban en sus ojos tras las imágenes de su mente. Y finalmente, cerró los ojos, guardando la última imagen en su mente y corazón; la persona que amó y amaría siempre.
Continuará…
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