Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Renacer por Haru19

[Reviews - 37]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo final

Pov Eren


Es cálido, el dolor y el frío han desaparecido, ¿Cuándo dejé de sentirlos tan míos? Era libre, pero, ¿Cómo?, ¿He muerto? Desconozco si aún conservo mi cuerpo, mi mente se encuentra borrosa y no puedo ver mis recuerdos con claridad, ¿Dónde estoy? No recuerdo cómo llegué aquí, todo está tan oscuro y sin embargo tan cálido. ¿Dónde están todos? Armin, Jean, Levi… ¿Dónde estás?
“Está respondiendo… ¿Me escuchas? Soy yo”
Esa voz…la conozco, quiero despertar, necesito despertar.
-o-
-¿Eren? ¿Me escuchas? Soy yo-insistió la voz a mi lado-
-A-Armin…-me esforcé en hablar, empezaba a sentir mi cuerpo; era tan pesado-
-No, él ya no está con nosotros-respondió la voz-¿Cómo te sientes?, ¿Me recuerdas?-puso su mano sobre mi cabeza-
-Ha-Hanji... ¿Dónde estoy?-pregunté esforzándome por abrir mis ojos-

Con mucho esfuerzo, logré reincorporarme a la realidad; abrir los ojos jamás fue tan difícil y recibir la luz fue similar a caer con ellos sobre un matorral espinoso. Mi vista era borrosa, no lograba distinguir mi alrededor, tampoco a Hanji, quien poco a poco fue apareciendo con el aclarar de la imagen. Ella se encontraba encorvada sobre mí, atenta ante cualquier cosa sobre mi cuerpo que se hallaba tendido en un lugar que yo conocía muy bien; la cama de Levi. Me encontraba en su departamento, pero no lo veía por ningún lado, ¿Dónde estaba? Erwin se encontraba allí, me observaba con tristeza, ¿Qué hacía él aquí? Y ¿Por qué tenía esa mirada? Era imposible estar calmado, algo no estaba bien y sus rostros lo delataban.
-¿Dónde está Levi?-me senté en la cama, mi cuerpo pesaba, moverme era muy difícil-
-¿Cómo te sientes?-me ayudó Hanji-¿Tú cuerpo está bien?
-¿Dónde está?-insistí más fuerte, empezaba a ponerme nervioso-
-Dile Hanji-agregó Erwin-
Ella suspiró, sus ojos se encontraban destrozados, podía verlo, una expresión similar a lo que veíamos en los rostros de nuestros compañeros en el pasado. Mi corazón se comprimía, ¿Por qué no respondían?, ¿Por qué tanto silencio? Sus manos temblorosas me tomaron por el hombro, jamás creí que la vería así y yo sólo podía buscar respuestas en su semblante.
-Levi ya no está con nosotros, él se entregó con tal de salvarte, lo siento…-bajó su cabeza, disculpándose-
Sus palabras retumbaban en mis tímpanos, me gritaban, me desgarraban no tan sólo mis oídos y ojala hubiese sido así, ya que sentir cómo mi corazón se detenía al ser desgarrado tras sus palabras era algo que hubiera cambiado por la muerte. Quería escuchar un no, eso no podía ser cierto pero tanto Erwin como Hanji se callaron, ¿Por qué? ¿Por qué no decían nada? Mis piernas y brazos temblaban, y antes que fallaran rendidos ante la desesperación, salte de la cama y corrí hacía la puerta. Mi primer paso fue completamente fallido, caí directo al suelo al no poder sostenerme sobre mis piernas, Hanji se acercó a buscarme pero yo me levanté y la aparté, no quería escucharla ni mucho menos sentir su ayuda, sólo lo quería encontrarlo, ellos mentían, me mentían. Erwin se acercó a Hanji tras ser apartada por mis brazos, yo aproveché que la puerta estaba libre y salí dando botes contra las paredes ante la falta de fuerza en mis piernas. Todos mentían, nos querían hacer daño y separarnos una vez más; no podíamos confiar en nadie.
-¡Levi!, ¡Levi!-grité mientras los buscaba por la sala de estar, el comedor y la cocina. No había nadie-
-¡Eren no corras tú cuerpo lleva meses sin levantarse!-gritó Hanji reteniéndome con sus manos-
-¡Déjame! ¡Ustedes lo hicieron! ¿¡Dónde lo tienen!?-mi mano fue a golpearla, pero Erwin me detuvo y pude ver los ojos de Hanji humedecerse-¡No me vas a…!
Erwin me retuvo contra el suelo con un simple movimiento de sus brazos, no podía moverme por más que luchara, su mano cubría mi boca pese a mis intentos por arrancarle la carne. El miedo se aproximaba, el temor, la desesperación, la soledad desgarradora y la ira, quería desaparecer en ese mismo instante, pero me negaba a rendirme ante estos dos monstruos; ellos me lo arrebataron. Levi no estaba muerto, él no me dejaría solo…
-Levi ocupó su vida para salvarte, fue una decisión que él tomó y tuvimos que respetar-aclaró Erwin-
-…No…eso no es cierto…tengo que ir por él-balbuceé-
-Llevas tres meses durmiendo, él ya no regresará y tú no podrás regresar a la vida que llevabas antes-continuó-
-Erwin, creo que eso…es mejor hablarlo después-se acercó a mí-No podía dejarte morir otra vez, aun si sabía que esto no era lo que querías, él…
-Tomó la decisión sin mi consentimiento… ¡Nadie me preguntó a mí!, ¡Nadie!-luché contra Erwin para liberarme-
No era cierto, no importaba cuantas veces lo haya escuchado o lo muy obvio que pareciera, él no podía estar muerto. De pronto, me percaté del resplandor en mi mano perteneciente al anillo de compromiso que no noté antes, y sólo allí, la verdad traspasó todas mis barreras y no dejó espacio para otra cosa más. Era este el mayor sueño que tuve; recibir esta argolla y llevarla conmigo con un símbolo de que pertenecía a su vida, del cual sólo veía el desconsolador destino resplandecer en mi dedo. No quise luchar más, ¿Con qué fin? Aunque esto fuera real, continuaba rogando despertar de este mal sueño y encontrarme al lado de Levi, llorar y esconderme en su pecho.
Erwin comprendió que ya no debía luchar contra mí, por lo que dejó mi cuerpo libre y tumbado en el suelo. En silencio, los responsables de la muerte de Levi me observaban acongojados, la ira y mis deseos por matarlos cobraron vida y me dieron las fuerzas para ponerme en pie. Sus lastimeras miradas sobre mí no conseguían nada más que repugnarme; los odiaba, los odiaba más que a nada en este mundo.
-Ustedes, ¡Son unos egoístas de mierda al igual que él! ¡Yo no quería esto!-bramé-
-Yo…-balbuceo Hanji-
-¡QUIERO QUE SE VAYAN!-golpeé la pared-¡ASESINOS!, ¡FUERA!
-Hanji-llamó Erwin apuntando hacia la puerta de salida-
-Espera-detuvo ella, dirigiendo su atención hacia mí-
-¡FUERA!-golpeé una vez más la pared, luchando por no derrumbarme-
No recuerdo haber escuchado nada más que la puerta del departamento cerrándose con la retirada de Hanji y Erwin, luego de ello, mi mente se desvaneció y junto a ello mis piernas perdieron su fuerza dejándome caer. Era consciente que todo esto no era ninguna pesadilla, pero sinceramente no sabía qué hacer ni por dónde, todo mi mundo interno y externo se había detenido. Sólo podía quedarme allí, buscando el consuelo al acurrucarme contra la pared y que esta me sostuviera, si es que podía hacerlo. Quería llorar, era muy bueno para hacerlo, Levi me lo recalcaba siempre y yo creía que se trataba de un gran defecto, sin embargo, ahora me daba cuenta que llorar era una bendición para apaciguar el sufrimiento, ya que estaba tan destruido que ni llorar podía.
Mi vista no se apartaba del anillo en mi mano, aborrecía esto; el anillo, la gente, a mí monstruosa persona e incluso a Levi.
No había lágrimas, tampoco algo que demostrara lo mucho que me atormentaba el cargar con esta maldita y manchada vida, nada podía reflejar esta crueldad que se había convertido en mi realidad. Detesto este mundo, y este maldito calvario con el que cargo.
-o-
La entrada al departamento de Levi se encontraba frente a sus dos amigos, quienes observaban con frustración dicha puerta que ninguno se animaría en abrir, no luego de haber sido expulsados de allí por la desenfrenada ira de Eren. Los sentimientos de ambos eran difíciles y les ayudaban a comprender con más profundidad los del castaño, pero bien sabían que ni los dos juntos serían capaces de comprender a ciencia cierta el cómo se sentía en ese momento. Habían visto el rostro destruido del menor cuando se enteró de la verdad, era un expresión que simplemente no se borraría de sus memorias por el resto de sus vidas. Intercambiaron miradas, no sabían qué decir y no necesitaban hacerlo, desde el momento que decidieron cumplir con el deseo de su amigo, fueron conscientes de lo que vendría después.
-No podemos dejarlo solo, si Eren decide transformarse en medio de su estado…-advirtió Hanji-
-Lo sé, pero no hay nada que podamos hacer por él por ahora. Mike se quedará haciendo guardia aquí, todos sufrimos la decisión de Levi y ahora será él quien lo haga. Por ahora no te acerques por aquí Hanji, lo mantendré vigilado, ya habrá tiempo para aclararlo todo, pero por ahora, él necesita superarlo solo.
-Levi nos encargó cuidar de él-se opuso Hanji-
-Lo haré, prometí cuidar el deseo de Levi-aclaró con determinación-Pero ahora no hay nada que tú o yo podamos hacer.
-Supongo que no. Confiaré en tus palabras Erwin, pero no pienso dejar que ese niño se destruya solo, si esto no mejora, vendré por él-sostuvo Hanji en contra los deseos de su amigo-
Erwin no se opuso ante sus palabras, así como ella decidió confiar en sus palabras, él haría lo mismo si su plan no daba resultados. La mente y deseos de Eren eran tan inciertos que no podría estar seguro de sus acciones; nada de lo que planeara sería cien por ciento seguro.
Hanji se despidió con un movimiento de cabeza, mientras que él, por su parte, hizo una pequeña seña a quien se encontraba oculto en el sector. Mike debería cuidar de vigilar de cerca a Eren, estaba capacitado para actuar ante cualquier amenaza en el peor de los casos. Erwin no podía permanecer en ese lugar, sólo podía confiar en que Eren no fuese a escoger el camino equivocado y recapacitara dentro de esa agonía que lo atacó al despertar. Esperar, tal vez eso tomaría más tiempo de lo pensado pero era lo único que podían hacer ahora y rogar, desde su interior, por ayuda de Levi.
-o-
Mis parpados se abrían una vez, desafortunadamente este suceso se repetía más veces de lo esperado. Llevaba días-desconocía cuantos-recostado sobre la cama de Levi, bajo las sabanas de su cama, abrazando su ropa y sin moverme. Lo primero que veían mis ojos al despertar era la almohada donde él dormía, no sabía por qué seguía viéndola si él no iba a despertar a mi lado. No esperaba que lo hiciera, tampoco que regresara, ni mucho menos que me consolara. Sabía que estaba muerto, los muertos no vuelven a la vida así como así, salvo yo; el monstruo que reencarnó tras tomar varias vidas. En este momento estaba seguro que no era el único monstruo que existió entre nosotros, ya que aquel que me condenó a vivir con esta tortura lo era tanto como yo. Esperaba que el hambre y deshidratación acabaran conmigo al cabo de unos días, no obstante, cada vez que me desmallaba por la falta de nutrientes, volvía a despertar con leves reservas de energías. Mi cuerpo se negaba a morir, no lo haría y sabía que intentar hacer algo en contra sería en vano; mi cuerpo se regeneraría y por eso mismo no me tomé la molestia de intentarlo.
Solo deseaba desaparecer…hasta la oportunidad de morir se me había arrebatado; ¿Tendría que vivir una eternidad con esta condena? Era injusto, las estaciones continuarían su curso, la gente que conocía hoy no existiría dentro de un tiempo, tarde o temprano todo esto acabaría; dejarían su legado, disfrutarían de su vida y apreciarían cada día de este corto tiempo. Todo se acabaría para mí algún día, lo único que permanecería conmigo serían los vagos recuerdos de mis conocidos hasta que olvidara sus rostros. Los odiaba, jamás creí que sentiría estos sentimientos hacia Levi, y pese a que lo detestara tanto, me negaba a abandonar su cama y sus ropas. Que estúpido, no era como si quisiera recordarlo, no lo intenté en todos estos días y tampoco lo llamé luego de conocer la situación; no me llenaría de estúpidos deseos que no se harían realidad y mi mente no poseía espacio para esa clase de ilusiones. Luego de que Hanji y Erwin se marcharon, no volvieron a regresar, y desde ese día que yo permanecía aquí; solo, sin sentir ni querer hacerlo y sin haber derramado ni una sola lágrima por lo que perdí.
Un profundo e interminable vacío, junto a una pequeña esperanza por abandonar mi cuerpo y mente, eran los únicos sentimientos que traía conmigo.
Pero esa tarde fue distinto a los demás días. Desperté producto al ruido de la puerta de ingreso al departamento abrirse, mis sentidos se habían vuelto más agudos y no fue difícil reparar en los pasos que venían hacía mí; dos personas se acercaban. Una de ellas se detuvo en medio del pasillo, mientras que la otra avanzó con un paso inseguro hacia la habitación en la que me hallaba, no se tomó la molestia de llamar antes de entrar y yo tampoco le advertí que no se acercara; quienquiera que fuese me daba igual. Sentí su pasos acercarse a mí, pero tomó la distancia y se detuvo a los pies de la cama, debido a que me encontraba bajo las sabanas, no lo veía ni él a mí.
-¿Ni siquiera piensas ver quien entró? De verdad que eres molesto…-rompió el silencio la persona en la habitación-
Era inconfundible; su tono altanero, su voz molesta y el cómo me trataba, la persona que había entrado era Jean. Poco me importaba lo que quisiera, la última vez que lo vi estábamos en ese horrible lugar siendo protagonistas del plan de Armin, luego de eso no supe nada de nadie, salvo de Levi. Al menos uno de nosotros dos logró escapar de ese calvario sin secuelas mayores, pero no tenía intenciones de hablar con él ni con nadie, poco me importaban sus palabras e insultos.
-Oye, sé que estás ahí escuchando, ¿No dirás nada?-insistió y ante mi ausente respuesta suspiró-Estuviste mucho tiempo durmiendo, Hanji y Marco me dijeron como te lo habías tomado…de seguro no sabes nada de lo que está ocurriendo en el exterior, pero, Mikasa está bien, ha preguntado mucho por ti y nosotros no podemos darle información hasta que tú decidas verla. Ella no ha vuelto a ser la misma, apenas va a clases, sus calificaciones descendieron, casi ni habla y parece un cuerpo sin vida… ¿No crees que debes ir por ella? Es tu hermana después de todo, tu familia.
Mikasa estaba viva…había perdido las esperanzas luego de verla en el suelo desangrándose, creí que este tipo de noticias no las recibiría jamás, la verdad es que jamás lo esperé y escucharlo decirme esto ahora, era demasiado desconcertante. Sin embargo, no di señales de ello, no podía asimilarlo como real y aunque así fuese, prefería dejarlo así; no quería relaciones con nadie, ella estaría bien, era fuerte y sin mí estaría mejor.
-¿Aun así no dirás nada…? ¿¡Piensas dejarla así!? Está sufriendo, cada maldito día que tú te pasas encerrado con tu maldita depresión ella sufre al haberlo perdido todo. Todos perdimos algo ese día, no eres el único, que sufre ¿Sabes? Yo de verdad lo amaba… y en este momento yo no estaría aquí si no fuera por Rivaille-hizo una pausa-¡Al menos di que me odias! ¡No te quedes ahí imbécil responde!-gritó desesperado-
-Jean, es suficiente-detuvo una nueva voz. La segunda identidad correspondía a la de Hanji-Está bien, creo que con eso está bien por ahora. Puedes volver, Marco te espera afuera.
-Pero Eren…-balbuceó-
-Estará bien, confía en mí-con sus últimas palabras, Jean se marchó sin decir nada más. Hanji aguardó a que estuviéramos completamente solos, y a diferencia de él, ella no tomó distancia y se sentó a mi lado sobre la cama-No espero que me respondas, hablaré yo pero si quieres decir algo hazlo-aclaró-Entiendo que nos odies en este momento, tienes todo el derecho de hacerlo. Fuimos conscientes que esta decisión por parte de Levi te haría daño, tal vez mucho más de lo que llegamos a pensar, pero, ustedes dos son iguales y si uno de los dos estuviera en peligro el otro no dudaría en entregarse. De todo el tiempo que conozco a Levi, incluso antes de llegar a esta época, siempre has sido su luz aunque se negara a demostrarlo, él sabía que tú no querías esto, pero no se iba a permitir fallar en protegerte de nuevo. Es sorprendente, aunque no lo aparentara, Levi era tan humano como todos nosotros y aunque seamos seres crueles y codiciosos, hay algo que jamás cambiará en nosotros; entregar todo por quienes amamos. Eres tan humano como nosotros Eren, habrías hecho lo mismo por salvarlo, no eres ningún monstruo-hizo una pausa, esperaba que yo hablara y no lo hice- Es egoísta, todos lo fuimos y es probable que nunca se lo perdones, pero, no lo veas como una tortura aunque así lo parezca, no dejes que el último regalo que te dio Levi se convierta en un desperdicio, es lo último que tendrás de él; tómalo, úsalo y disfrútalo-finalizó colocando su mano sobre mi cabeza-
Las sabanas no me dejaban sentir la textura de su palma sobre mis cabellos, pero por primera vez luego de tanto tiempo sentía el calor de una persona. Ella no se quedó mucho tiempo, se levantó de la cama y sobre el pequeño velado al costado de la cabecera de la cama, depositó un pequeño objeto metálico. Luego de ello, se marchó sin despedirse, escuché cómo las dos personas que habían entrado hace un momento cerraban la puerta del departamento y desaparecían del lugar. El silencio regresó de inmediato, esta vez, ciertas palabras de Hanji y Jean resonaban en mi cabeza; Mikasa estaba viva, Levi y el sonido metálico sobre la mesita ocupaban espacio en mi mente. Con cautela, saqué mi cabeza de entre las sabanas y observé el objeto que Hanji había dejado a mi lado; el anillo de compromiso que debería estar en la mano de Levi. Todo este tiempo no sentí absolutamente nada, y ahora, esa argolla me cobraba todos los sentimientos que debí tener en algún lado oculto. Me senté al costado de la cama con dificultad puesto que no me movía hace un buen rato, y mi mano fue por la argolla sobre el velador. La puse frente a mis ojos y la observé detalladamente, mi pecho se volvía pesado, pero no era nada que no pudiera soportar, se trataba de un leve detalle. Mi cuerpo se levantó por sí sólo y empezó a moverse por sí solo sosteniendo el anillo de Levi en una de mis manos. Mis intenciones eran volver a la cama, continuar esperando y olvidarme que esas personas habían venido, no obstante ya me encontraba caminando por el pasillo de este departamento.
Cada rincón me parecía tan extraño, como si estuviera en un sueño y pronto todo fuera a desaparecer. Por la ventana de la sala de estar vi que estaba atardeciendo, el color anaranjado del sol se apoderaba de cada rincón de esa sala y sus tenues rayos de luz reflejaban el polvo que había en esta habitación. Y de pronto, un pensamiento estúpido cruzó por mi cabeza; está muy sucio, Levi se enfadará conmigo si no limpio. No me di cuenta de lo idiota que fui al pensar eso, pero más que una simple idiotez, era extremadamente doloroso haberlo hecho. ¿Por qué? …l no estaba, no volvería, nadie me regañaría porque estuviera sucio, y entonces me di cuenta que en realidad, jamás acepté la muerte de Levi. Caí rendido en el suelo al conocer mi verdad; seguía esperándolo, todo este tiempo, no esperé nada y a la vez tanto, quería volverlo a ver, que él regresara de alguna forma y me dijera algo, preguntarle tantas cosas, decirle cuanto lo sentía y lo muy enfadado que estaba.
-¿Por qué…? ¿Por qué tuviste qué hacer esto? ¡Respóndeme!, jamás quise esto, no quería esto y tampoco lo quiero. ¿¡Por qué no pudiste venir como un fantasma!? ¡Yo estuve a tu lado cuando lo era!-golpeé el suelo, mi cuerpo entumecido a penas conseguía fuerzas en medio del mar de lágrimas, había evitado llegar a esto, sabía que sería doloroso y no podía soportarlo. Nadie me respondería-¡Te odio! Ni siquiera pude despedirme… No quiero seguir aquí, odio esto.
De haber podido, hubiera continuado gritándole a la nada y si hubiera poseído las fuerzas necesarias como para romper todo en este cuarto, también lo hubiera hecho. Mi cuerpo no daba más, estaba agotado de haber luchado tanto tiempo por retener estos sentimientos que me atacaron de improvisto, estaba tan cansado que no creía poder continuar luchando con esto el resto de mi maldita eterna vida. Si tan sólo Levi se hubiese presentado como un espíritu tal y como yo lo hice, o que hubiera dejado algo escrito, tan sólo unas palabras… lo último que recordaba de él era su expresión de horror tras la apuñalada de Armin, no sabía absolutamente nada más y nunca lo sabría. Hanji tenía razón, lo único que tenía de él era esta vida que me había otorgado mediante un deseo egoísta, que sin embargo, era algo que yo también hubiera hecho. Debía continuar, tenía que hacerlo, pero era tan difícil, lo había perdido todo de un solo golpe y en este instante ni siquiera podía detener este interminable dolor; no sabía cómo continuar. Lo odiaba tanto, pero lo llamaba a gritos para que apareciera, para poder perderme en sus brazos y poner fin a todo esto. Lo único que lograba hacer en este instante era abrazarme a mí mismo y gritar su nombre en medio del llanto descontrolado continuas veces, que no lograron más que agotarme al cabo de un rato.
Luego del rato que lloré, lo llamé y grité lo que mantuve guardado, mi cuerpo quedó agotado y me vi obligado a quedarme en silencio frente a ello. Aún sentía la llama viva del dolor carcomerme desde el interior, y pese a todo lo que grité, nadie vino a mi lado y fue con esa ausencia frente a mis gritos que acepté que nadie vendría por mí, mucho menos Levi, y que si deseaba continuar, debería levantarme por mis propios medios. Era casi imposible conseguir fuerzas para continuar, aunque quisiera hacerlo, no había absolutamente nada que me animara. Salvo uno, que fue capaz de conseguir que me levantara y decidiera abandonar ese lugar, después de tantos días.
No me preocupé de mi atuendo y mi imagen, dudé unos segundos antes de abandonar este lugar, no quería salir de aquí, sentía que al hacerlo perdería lo poco y nada que me quedaba de Levi, no obstante, no había olvidado dos grandes lecciones que había aprendido hace mucho tiempo de sus palabras; no te arrepientas de nada y vive por aquellos que siguen vivos. Era absurdo, pero sentía que esas palabras de aliento me las susurraba Levi alentándome en avanzar hacia la puerta, cuando en realidad, sólo era una impresión en la cual me apoyaba para hacerlo.
Abrí la puerta de entrada, hacerlo contrajo mi pecho mas no me detuve y pronto, la luz anaranjada proyectada por el sol ocultándose impacto mi vista y cerré mis ojos frente a la molestia. No me había percatado de lo distinto que era la luz al exterior del departamento, mucho más cálido y real, era hermoso y a su vez doloroso. Entre medio de mi ceguera, una silueta se paró frente a mí y bloqueo la luz del atardecer, permitiéndome abrir los ojos y ver que se trataba de Erwin, una de las personas a las cuales no deseaba ver. Su característica mirada neutra me observaba, con un toque de gentileza y dureza característico en él, lo que hacía que Erwin fuera tan inesperado frente a sus actos y pensamientos.
-Decidiste salir, ¿Puedo saber por qué Eren?-preguntó con humildad-
-Yo-no sabía qué responder, poco y nada sabía sobre la respuesta-No puedo continuar allí.
-¿Qué piensas hacer?
-No lo sé, por ahora, quiero ver a Mikasa-respondí con sinceridad-
-¿Me permites acompañarte? Te escoltaré hasta ella-me ofreció sin ninguna sonrisa de por medio, esperaba una, pero no lo hizo-
-Me da igual-respondí y de inmediato me dirigí hacia el hogar donde debería de estar ella-
Erwin me siguió en silencio, caminó a mi lado y tan sólo los ruidos de nuestros pasos se escuchaban en medio de la calle. Pude escuchar los gritos de unos niños reclamarle a su madre por más tiempo de juego en el parque, ante lo cual ella los regañaba y les ordenaba regresar. También escuché a un hombre hablar por su teléfono al pasar por mi lado, discutía con su jefe por lo duro que era con los empleados. El mundo continuaba su curso como cualquier otro día, únicamente el mío se había detenido y nadie me esperaría por retomar el curso.
Fue inevitable sentir curiosidad ante la actitud de Erwin, era extraño verlo actuar así conmigo luego de tantas discusiones y recelos que crecieron entre nosotros. Me recordaba al padre que había considerado en el pasado, incluso ahora su silencio me hacía sentirlo como uno. Aquella vez que me dijo que no debía estar al lado de Levi, tuvo tanta razón que me arrepentía de no haber obedecido, por segunda vez, había llevado a Levi a un destino fatal. Debía de odiarme.
-Lo siento, por no haber hecho caso a tus amenazas-me disculpé, procurando no derramar ni una lagrima-
-Lamento que esto no haya sido mejor, todo este tiempo estuvimos trabajando en cubierto con Mike y Marco, pero no logramos hacer nada más. Sé que debes odiarnos ahora, pero hay algunas cosas que debes saber antes que te disculpes por no haberte alejado de él. ¿Sabías que Levi venía de una familia adinerada de Francia?-preguntó y asentí con un movimiento de cabeza-Hanji se encargó de hablar con ellos, no les dijo exactamente qué ocurrió con Levi pero supieron que estaba muerto. No fue mayor problema, ya que sus padres no eran el tipo de familia que quisieras tener; de esos que ni siquiera preguntan cuándo será tu velorio. Hanji y yo vivimos con Levi desde muy jóvenes, conocíamos a fondo su situación familiar; padres que sólo tuvieron un hijo para aparentar una familia feliz ante la sociedad, lujos que no conseguían darle nada más que una enorme soledad y una frialdad en la cual jamás floreció amor. …l no demostraba que le afectara, pero su actitud revelaba cuan solo y perdido se sentía. Por eso viajaba tanto, quería encontrar aquello que le faltaba y cuando por fin lo tuvo, fue la única vez que lo vi vivir. Le diste vida, y él se encargó de no perderla por nada del mundo.
Levi jamás compartió esa parte de su vida conmigo, y yo fui tan ciego que no busqué a fondo y me dejé llevar por la felicidad que ambos compartimos. No tuve palabras que decirle a Erwin, sólo lograba sentirme peor.
-También lo extraño, duele bastante, pero no me arrepiento de haberlos juntado una vez más. Prefería ver vivo a Levi por un tiempo, antes de verlo sufriendo en silencio por un montón de años más. Así que, Eren, muchas gracias-me observó, luego de un largo recorrido sin dirigirme la mirada-
No he hecho nada, no merecía esas palabras de su parte y pese a que lograron ser un bálsamo para mi sufrimiento, nada podría borrar la culpa y crudos sentimientos de mi corazón.
-¿Qué se supone que haga ahora…? Deseo cuidar la vida que me dio, pero no consigo hacerlo… soy un monstruo después de todo.
-Únete a nosotros-ofreció sorpresivamente-Nosotros somos una entidad secreta, los temas de los cuales nos ocupamos no son fuente para ningún otro humano. Quédate con nosotros, nadie te condenará esta vez, la organización se ocupará de ti y velará para que sigas viviendo, sin embargo, deberás dejar toda tu vida de lado; asistir a la escuela, graduarte en una universidad, trabajar como toda persona, no podrás hacer nada que esté involucrado al sistema. Trabajarás con nosotros, de todos modos, tu identidad ya no puede ser revelada; Eren Jaeger ha desaparecido de los registros, ya no existes para nadie salvo nosotros, vengas o no, continuarás siendo un fantasma para el mundo.
No me detuve a responder, para ser verdad esperaba a ser encerrado y confiscado por algún otro loco que tuviera interés en este maldito poder, no hubiera imaginado que me permitirían vivir conociendo de lo que era capaz. La invitación de Erwin no me atraía, en mis planes no consideré entrar a ninguna organización de ese tipo, pero ahora tenía una idea de cómo el mundo se regía corruptamente, y yo, no poseyendo nada en mi vida, empezaba a considerar esa nueva idea como el mejor camino a seguir.
-Llegamos-me avisó, deteniéndose justo frente a la entrada de mi antigua casa-Estaré esperándote aquí.
-Después de esto, iré con ustedes-acepté y avancé a la puerta de entrada-
-Cuento contigo Eren.
Seguida a sus palabras, me detuve frente a la puerta de entrada. Busqué en mi bolsillo la llave que abría la puerta y que aún conservaba, me había asegurado de traerla antes de salir del departamento de Levi. Había anochecido para cuando yo me debatía entre entrar o desaparecer por siempre de la vida de Mikasa, alguien como yo sólo ocasionaría dolor, sumado a ello, debía de admitir que temía enfrentar la verdad al hallarme al interior. Logré vencer esas restricciones y me incorporé al interior de una casa silenciosa y descuidada. La vista no era muy distinta del departamento de Levi, todo estaba sucio, desordenado y sin ningún ruido ni luz que probara que alguien vivía en este lugar. Mi casa estaba más desolada que nunca antes, de los cuatro integrantes que alguna vez fuimos, sólo quedaba uno que se encontraba oculta en una de estas habitaciones.
No fue necesario recorrer todas las habitaciones para encontrarlo, hacerlo me hubiera traído recuerdos y más sentimientos dolorosos. Llegué a mi habitación, dudé una última vez si entrar o marcharme, y decidí finalmente abrir la puerta y buscarla. No había vuelta atrás, abrí la puerta despacio, me esforzaba por esconder el temblor de mi mano que se detuvo cuando la vi; sentada sobre mi cama, abrazando una de mis prendas y con sus vacíos ojos que mostraron sorpresa al clavarse en mí. Mikasa me observaba petrificada desde mi cama, parecía que había visto un fantasma y se esforzaba por entrar en razón, ella no creía en mí, lo sabía, ya que yo también había creado visiones con respecto a Levi.
-Lo siento, por tardar tanto en volver-me disculpé con mi voz apagada-
Basto con ello para que ella aceptara que sí me encontraba allí, sus ojos brillaron producto de las lágrimas que se juntaron, rompió en llanto y corrió para abrazarse a mi cuerpo. Su llanto y el cómo sus brazos se aferraban a mi cuerpo eran tan triste, no lograba llorar sin ahogarse debido a los gritos y sollozos que se apoderaban de su pecho. La abracé y ambos caímos al suelo, estábamos cansados luego de tanta lucha.
Esa noche lloramos mucho más que en toda nuestra vida, no preguntamos nada ni tampoco dimos detalles, nos entendíamos sin la necesidad de ello; su alivio, nuestro dolor y los días que sufrimos, lo sabíamos sin tener que hablarlo. Ella y yo, nos convertimos en los sobrevivientes de esta tragedia que trascendió hasta nuestros días, sólo ahora podíamos decir con seguridad que esta guerra había acabado.
-o-
Después de esa noche, le informé a Mikasa sobre la decisión que había tomado en cuanto unirme a la organización en la cual trabajaba Erwin, ella no estaba de acuerdo al principio, sólo lo aceptaba si venía conmigo. Pero luego de varias discusiones, entendió lo muy importante que era para mí ingresar allí. Una vez que ella despertó en el hospital, recuperó todos sus recuerdos y pese a que preguntó por mí por tanto tiempo, nadie le confirmó que yo me encontraba vivo. Todo era parte del proceso para que yo despareciera del mundo, y sólo hasta que yo decidiera verla, ella sabría del secreto de mi existencia que debería mantener en secreto por el resto de su vida. Y pese a que supo que era la misma bestia que trajo el desastre al igual que hace muchos años atrás, ella no me discriminó y me continuó viendo como siempre lo hizo.
Tal y como estaba acordado, tuve que abandonar mi vida y empezar una nueva en la organización. El lugar al cual fui, había sido fundado hace cientos de años y ha estado oculto del mundo siempre. A diferencia de muchas otras organizaciones, esta tenía gente a su servicio en todas partes del mundo y no tuve que abandonar Austria mientras terminaba mis estudios al interior de este lugar. Mi casa fue un lugar al cual no volví jamás, Mikasa abandonó ese lugar y obtuvo una beca para estudiar en el extranjero, mientras que yo, continué viviendo en el departamento de Levi; me gradué en mis estudios y paralelo entrenamiento de cadete. Luego de ello, decidí hacer algo que me había negado luego de haber perdido a Levi; conocer el mundo. Erwin se preocupó de preparar todo para que yo pudiera cumplir ese sueño como así lo llamaba él, nadie se opuso a que yo viajara y estuviera perdido por un periodo de tiempo que acabaron siendo años.
Sin absolutamente nada, emprendí un viaje en el cual sólo dependería de mí y la naturaleza para vivir; conocí muchos océanos, varios tipos de bosques, cielos estrellados, desiertos de arena y hielo, diferentes culturas y muchos tipos de vida que ningún libro podría relatarme. El mundo era realmente hermoso, pese a todos los días que lo critiqué como el peor de los infiernos, era cruel y bondadoso. Luego de estar cinco años viajando por todos lados, decidí volver a Austria y comenzar a cumplir con mi deber en la organización.
No hubo ni un solo día en el cual no recordara a Levi, cada vez que despertaba, dormía o pensaba, él aparecía en mi cabeza. Tenerlo conmigo en un principio fue una tortura, luego de un tiempo sus recuerdos no fueron convirtiéndose en una droga dulce y amarga que consumía en aquellos momentos que me sentía solo, culpable o arrepentido de estar viviendo. Cada lugar que visité, cada día que respiré y cada noche que dormí, dentro de mis sueños, él estaba a mi lado. Jamás abandoné su departamento, regresar a este era volver a mi hogar y me aseguré de no cambiar absolutamente nada. Después de todo, recordarlo no fue más una tortura, aprendí a aceptarlo, a llevarlo conmigo y atesorarlo como mi más preciado tesoro en este mundo.
Fueron años donde trabajé junto a Erwin y Mike, Marco abandonó su posición luego del mi incidente y nunca más regresó a ser parte de este lugar. Nuestras misiones recorrían todo el mundo, pero esta vez, muy por el contrario del cómo yo lo había recorrido, conocí el otro lado de este; sus habitantes. De todos los años que luché en contra de sus actos, no fueron suficientes como para acabar con la suciedad con la que la humanidad se manchaba, muchas de ellas, se ocultaban entre las sombras, asechando a los más débiles que desconocían completamente que se encontraban en una mentira constante. Era este el lugar en el cual deseaba estar, donde mi alma descansaba al sentir que aquí podría proteger a quienes amaba y me aseguraría de no fallar en ello. Sin embargo, había algo que yo no podía controlar.
Los años pasaron, Mikasa decidió seguir los pasos de mi padre y se convirtió en un gran médico, jamás perdimos contacto entre nosotros, podríamos no estar juntos como siempre pero para navidad, cumpleaños y año nuevo, nos asegurábamos de estar juntos como una familia. Jean y Marco iniciaron una relación formal al poco tiempo de haberse reencontrado, fueron muchas las veces que nos juntamos como buenos amigos que nos convertimos luego de un tiempo. Jamás creí que llegaría el día en el cual nosotros nos convertiríamos en amigos, y debía aceptarlo, fue uno de los regalos más preciados que tuve de esta vida, aunque claro, las discusiones entre nosotros dos no se detuvieron nunca. Hanji dejó la enfermería de la escuela y se dedicó a investigar en un laboratorio que ella misma fundó, allí ganó varios premios tras hacer importantes descubrimientos en los cuales muchas veces fui prueba de ellos. Y por mi lado, conocí a mucha gente al interior de la organización, Erwin y Mike me animaban a conocer a los demás siendo que nunca tuve intenciones de hacerlo. Todos me trataban como una persona más, no me temían y de vez en cuando hasta bromeaban conmigo, tal y como si fuera uno de ellos. Pero no era así, y eso se hizo evidente con el paso de los años.
Todos mis compañeros envejecían, morían y un nuevo ciclo se volvía a crear, salvo yo, que continuaba siendo el mismo niño de dieciséis años de edad que no envejecía. Poco a poco, todos a quienes conocí y amé fueron abandonando este mundo, unos antes que otros, hasta que me quedé completamente solo en esta vida eterna.
Continuaba amando a Levi como la primera vez, y ninguna eternidad sería capaz de cambiar eso.

1000 Años después.

-Eren-me llamó.
-¿Uhm…?-murmuré tras despertar sobre el asiento y acomodarme.
-Llegamos, duermes demasiado para ser tan joven-habló con socarronería.
-Tengo más años de los que podrás llegar a tener Kurt, además tú conduces-salí del auto molesto por la broma de mi compañero.
…l sonrió y salió seguido a mí, acercó su reloj inteligente al lector del automóvil y activo el sistema de seguridad. Era un hombre un poco más alto que yo, contextura media, cabellos cobrizos y ojos verdes. Avancé por mi propia cuenta hasta la entrada del recinto que visitábamos, pero tuve que esperar a que mi compañero se antepusiera a mí para que el lector de identificación en la puerta reconociera a Kurt, realizado este paso, entramos al orfanato sin ningún problema. El mundo había cambiado mucho, hace mucho tiempo era imposible imaginar un futuro como este donde la tecnología robótica y limpia dominaría la sociedad de hoy. No obstante, pese a todos estos sistemas, yo no podía ser parte de la gran mayoría al no existir para nadie más que una organización que por años me mantenía en secreto; era por ello que siempre necesitaba a un compañero de misión que diera su identidad por mí.
En el interior nos recibió una señora de unos cincuenta años de edad, la mujer nos observó con recelo y posterior a ello relajó los músculos de su rostro, aliviada. Nos invitó a seguirla hacia una sala sin ventanas y con sólo unas cuantas sillas para que reposáramos, y después de asegurarse que la puerta automática se cerrara por completo a nuestras espaldas, suspiró nos sonrió.
-Agradezco mucho el que hayan venido-habló la mujer.
-¿Cómo ha estado todo por aquí?-preguntó Kurt.
-Por ahora, no hemos tenido inconvenientes, desde la última vez que los detuvieron aquí no han vuelto a aparecer. Eso espero-cruzó sus brazos preocupada.
-Se oye bien, de todos modos, revisaré que no hayan alterado el software de los androides de seguridad, así como también los demás dispositivos del lugar. ¿Me permite?-preguntó Kurt.
-Por supuesto, adelante-le invitó abriendo la puerta.
Pese a que el avance de la tecnología y la era robótica parecían ser lo mejor que se pudo haber creado para el ser humano, nosotros sabíamos que no era así. El desarrollo de tecnologías como estas no tardó en crear una seguidilla de problemas más importantes que el lujo que otorgaban. Una de ellas, trataba de la búsqueda de la esencia humana para construir androides que fueran cien por ciento humanos, para ello, era muy común que los orfanatos fueran vulnerados por estas personas y consiguieran niños a los cuales nadie reconocería y el gobierno se encargaba de ocultar. Los niños eran víctimas de experimentos, transformaciones y mutilaciones, muchas veces lograban crear monstruosidades que simulaban ser pequeños androides humanos, y estos eran comercializados en el mercado negro. Sumado a esto, la seguridad y dependencia de mecanismos tecnológicos hacia más fácil la fragilidad, pese a que tuvieran fama de ser lo contrario.
-Eren, ¿por qué no juegas con los niños mientras yo reviso?-me ofreció.
-También puedo hacer algo, ¿sabes?-respondí molesto.
-Dudo que puedas hacerlo ahora, te llevas mejor con los niños-se burló con una sonrisa.
-Haz lo que quieras imbécil-di media vuelta.
Por mucho que me molestara escucharlo burlarse de mí, tenía razón, jamás me interesó aprender mucho acerca de esta nueva tecnología y muy pronto me volví obsoleto con estas cosas. Kurt se encargaba de molestarme siempre que podía, tan sólo tenía treinta años de edad y no tenía ni una pizca de respeto hacia mí, siendo que yo era su capitán. De todos modos, yo no me comportaba como una persona de más de mil años de edad, su aspecto era mucho más maduro que el mío y él disfrutaba mucho molestarme. Muchas veces discutimos y peleamos con nuestros puños, pero creo que no cambiaría a mi compañero por nada; no quería encontrarme con algo peor que él.
Aunque me molestara el cómo me había apartado del procedimiento, no tenía más que hacer por lo que caminé hasta la pequeña sala donde los niños jugaban. Cuando entré me observaron con curiosidad, yo sonreí y con ello se acercaron a mí a preguntar todo lo que pudieran preguntar. Mi apariencia no había cambiado mucho, con mucha suerte podría parecer una persona de dieciocho años de edad, eso únicamente por la carga de años desastrosos que llevaba, y eso era una ventaja para que los niños tuvieran confianza en mí. Siempre que iba a orfanatos acostumbraba a jugar con ellos, no me aburría el escucharlos hablar sus incoherencias y verlos sonreír al asombrarse por cada pequeño detalle del mundo. Eran maravillosos, seres tan limpios y puros que me daban ganas de llorar.
Entre medio del circulo de niños de mi alrededor, divisé a uno que se encontraba en un rincón observando por la ventana. Nadie parecía darle importancia que se encontrara solo y no se acercara a jugar, este mismo parecía no importarle y no se movía ni observaba a ver lo que estábamos haciendo.
-¿Por qué no lo invitan?-pregunté apuntando en dirección al pequeño.
-…l no quiede jugar con nosotos-respondió una niña.
-Es raro-agregó otro.
-Tal vez no le han invitado correctamente…espérenme aquí-me abrí paso entre los niños, de los cuales ninguno me siguió.
Me acerqué con cautela hacia el pequeño observando la ventana con tal de no invadir su espacio, pero éste jamás volteo a verme mientras me acercaba. Me detuve a pocos centímetros detrás de su espalda, me senté sobre mis piernas y vi hacia donde observaba por sobre su cabeza; el cielo.
-¿Te gusta el cielo?-pregunté, ante lo cual no obtuve ninguna respuesta-A mí también me gusta mucho, he visto muchos tipos de cielos y jamás podré decidirme por el más hermoso, cada uno tiene su belleza. ¿Por qué no vienes con nosotros? Les puedo contar a todos lo que he visto-le invité y no obtuve respuesta.
Su espalda era más fría de lo que parecía, ¿cómo era posible que un niño tan pequeño fuera tan frío? Quería abrazarlo, pero eso no era correcto. Escuchaba los llamados de los demás niños a mis espaldas, pero yo estaba concentrado en el pequeño frente a mis ojos. Su cabello azabache me llamaba a tocarlo, quería hacerlo, ¿estaría mal hacerlo? Pero antes de responderme a esa pregunta, mi mano ya se encontraba posándose sobre sus cabellos; era cálido. Entonces, fue cuando obtuve una respuesta, y el niño giró su cabeza para observarme y mi mundo se paralizó por unos segundos, destruyendo todo en él. No había duda, esos ojos que me observaban, su tez pálida, quien se encontraba frente a mí era Levi. Mi corazón se detuvo para luego palpitar explosivamente ante las heridas que había sellado, mi cuerpo completo empezó a temblar y con mis manos sostuve su pequeño rostro. No podía ser él, esto era una maldita ilusión, una cruel ilusión, no era verdad, pero en cuanto más tocaba sus facciones con la yema de mis dedos, me daba cuenta que no era ninguna ilusión.
-Eren, es hora de irnos-me avisó Kurt al entrar al cuarto.
Y entonces, su voz me despertó y supe que no era mentira. Levi estaba aquí, vivo una vez más, luego de tantos años que asumí que jamás volvería a ver estos ojos. No pude contenerme, y sin importarme quienes estuvieran en esta habitación, lo abracé y estallé en un mar de lágrimas y gritos tras haberlo encontrado una vez más. La señora se llevó a los niños asustados frente a mi repentino cambio, mientras que Kurt, se acercó a mí espantado, preguntando mil y un veces qué me ocurría, jamás me habían visto así, jamás mostré mis sentimientos. Levi no se inmutó ante mi llanto y la fuerza con la que lo estrechaba entre mis brazos, y yo sólo podía sentir como volvía a respirar.
-o-
Luego de un acuerdo con la señora del orfanato, me dejaron quedarme con Levi. Nadie lo entendía, ella aseguraba que ese niño no era normal y que no sabían nada sobre su vida; lo habían encontrado en las calles un día y jamás había dicho ni una sola palabra. Pero a mí, sólo me importaba tenerlo conmigo y así poder cuidarlo. Luego de ello pedí retirarme de las misiones por un tiempo, debía cuidar de Levi y no hubo problema en que me autorizaran, salvo por Kurt, que no aceptaba mi dimisión y mucho menos la entendía. Luego de un tiempo que estuvo enfadado conmigo, lo aceptó y me visitó al viejo departamento que compartía con Levi.
El departamento de Levi seguía intacto, jamás toqué o cambie algo, había gente que aún deseaba vivir lejos de toda esa avanzada tecnología, y este edificio, se había preservado para ellos gracias a arreglos de parte de la organización en la que trabajaba. El primer día que Levi llegó no mostró reconocerlo, al parecer no recordaba nada. Tal y como me había dicho la señora del orfanato, Levi no hablaba, más bien parecía un pequeño muñeco que se movía un unas pequeñas gotas de vida. Había una segunda habitación que Levi jamás ocupó, la cual yo dispuse de ella para que fuera su nuevo cuarto. …l hacía todo lo que yo le dijera, sin ninguna palabra o indicio de no querer hacerlo, pero muchas veces aunque no lo pidiera debía ayudarlo en muchas de sus tareas. Levi no sabía cómo utilizar los utensilios de limpieza personal, ni a comer como debido, ni mucho menos a ponerse su ropa, por lo cual acostumbraba a bañarme a su lado, vestirme con él y cepillar nuestros dientes juntos. Aprendía rápido, no era necesario repetirle más de una vez que lo hiciera, pero si no estaba conmigo, no lo hacía.
Al poco tiempo lo inscribí en un jardín para niños, allí su desempeño fue excepcional, sin embargo, su relación con los demás era un gran problema. A veces deseaba entrar en su corazón, saber qué había allí y ayudarlo como fuera, pero sabía que eso no era posible y me desesperaba no poder hacerlo. Sólo podía esforzarme día a día por cambiar eso, y ver que Levi continuaba igual. Hasta que una noche, mientras dormía lo sentí llegar a mi cuarto y entrar a mi cama sin decir ni una sola palabra. Levi no acostumbraba a venir a mi cama, luego de cenar, se iba a su cuarto y se metía a la cama como todo un niño obediente.
-¿Levi?, ¿no puedes dormir?-giré mi cuerpo para ver su pequeña espalda en medio de la oscuridad.
El no respondió, pero verlo venir a mi cama era algo nuevo y estuve feliz; Levi estaba cambiando. Me acurruqué a su pequeña espalda y absorbí en aroma de su cabello.
-También me gusta el cielo-moduló suavemente, por primera vez.
Las primeras palabras de Levi me hicieron llorar una vez más, por primera vez en esta vida, sentía que abría su pequeño corazón para mí. Esa noche lo abracé con fuerzas y le juré que siempre lo protegería, juré que jamás lo dejaría solo y que lo llevaría a ver las estrellas junto a los diversos cielos en el mundo. Pero mientras más tiempo pasaba, Levi se comportaba como una persona común y corriente; hablaba, estudiaba y hacía lo que cualquier otra persona haría, y yo, empezaba a dudar sobre quedarme a su lado y destruir una vez más su vida.
-o-
-Eren, Eren despierta-escuchaba mientras sacudían mi cuerpo.
-¿Qué pasa?-pregunté somnoliento.
-Llegarás tarde al trabajo, levántate-me ordenó.
-No quiero-me cubrí con las sabanas.
-¿Qué clase de adulto eres? Llegarás tarde, levan…-no alcanzó a terminar su frase cuando yo estiré mis brazos y lo atraje a mí desde su cuello-¿Qué haces?
-Quédate conmigo-lo abracé, impidiéndole que escapara.
-No seas idiota, tengo que dar mi examen para entrar a la universidad-se alejó de todos modos-No puedo esperarte hoy, iré primero.
-Antes solías ir a todos lados conmigo y te gustaba quedarte conmigo en la cama…te has vuelto un amargado-me quejé.
-Antes era un niño, no seas infantil y levántate. Bien, me voy-avisó.
-Cuando vuelvas estaré esperándote con tu comida favorita-sonreí-¡Esfuérzate!
-Nos vemos en la tarde-se despidió y abandonó el departamento.
Levi dejó de ser el pequeño niño que dependía de mi persona, los años para mí eran tan cortos que no me percaté cuando ya estaba en su último año de escuela y cercano a entrar a la universidad. Le tomó muchos años convertirse en una persona normal, y no hubo día en el cual yo no trabajara por ayudarlo a crecer. Los años que hemos vivido juntos han sido como un largo sueño, del cual yo sabía que debía despertar pronto, más pronto de lo que esperaba.
Esa mañana no debía asistir a la organización, Levi sabía que yo trabajaba en asuntos privados pero desde que él llegó a mi vida yo había dejado mi puesto como capitán. Hasta ahora.
Tomé mi reloj inteligente, odiaba estos aparatos, pero los antiguos métodos de comunicación quedaron obsoletos y ya nadie utilizaba teléfonos celulares, incluso Levi tenía uno. Busqué entre mis contactos a Kurt, e inicie una llamada audio visual a través del holograma que salía de mi reloj. Acostumbrábamos a comunicarnos por allí, ya que Levi detestaba a Kurt inexplicablemente, y desde que empezó a demostrar sus sentimientos y pensamientos, se encargaba de hacérmelo saber.
-¿No te han dicho que no molestes tan temprano…?-contestó Kurt con su rostro somnoliento.
-¿Acaso no eres capitán? No deberías estar durmiendo a estas horas, holgazán-me burlé.
-Mira quien habla, el maldito que abandonó su cargo en menos de un día para volverse padre-respondió irónico.
-Hasta ahora-detuve las bromas con seriedad-¿Está todo listo?
-Sí. De verdad, creí que nunca más te volvería a ver activo en la organización. ¿…l lo sabe?-me preguntó.
-Se lo diré hoy-aclaré.
-Si quieres arrepentirte, aún puedes hacerlo. De verdad jamás creí que ibas a volver, lo amas demasiado como para dejarlo.
-Tal vez lo ame más que eso….-susurré para mí.
-¿Qué?
-Nada, sólo ten listo todo. Nos vemos-detuve la llamada.
Me quedé recostado sobre mi cama observando a la nada, dentro de unas horas volvería a ser capitán en la organización y debería dejar a Levi ya que retomaría las misiones. No era fácil separarme de él, hubiera deseado quedarme a su lado el resto de su vida, pero ya había hecho demasiado. Le di a Levi un hogar, le cuidé y guíe toda su pequeña vida, ahora debía desaparecer y dejar que continuara sin mí, de lo contrario, podría terminar involucrado en una tragedia una vez más. …l no recordaba nada de nosotros y que no lo hiciera me ayudaría a separarme de la mejor manera. Lo amaba demasiado, y era este mismo amor el que me hacía renunciar a mis deseos con tal de darle una vida tranquila.
-o-
Eran las seis de la tarde para cuando tenía listo el plato favorito de Levi; nikuman. Era extraño, pero en su otra vida no le agradaban tanto como ahora que lo pedía a cada momento. Extrañaría consentirlo todos los días….
-Llegué-avisó Levi al entrar al departamento.
-¿¡Cómo te fue!?-limpié las lágrimas de mis ojos al recordar que esta sería la última vez que lo consentiría.
-Era fácil, como un juego-respondió tranquilo.
-Tan genio como siempre, pero todo genio necesita comer-le mostré el plato lleno de nikuman, ante lo que él respondió con una sonrisa.
Amaba verlo sonreír, pero no debía dudar ante lo que debía hacer.
-Levi, necesito conversar contigo-le informé, él se tensó al verme tan serio y se sentó junto a mí en la mesa.
-¿Qué ocurre?
-Tú sabes en qué consiste mi trabajo…
-Lo sé, ¿qué hay con ello?
-No he estado sirviendo a la organización como ellos desean, es decir, no he estado al cien por ciento activo y me han pedido que vuelva-expliqué.
-¿Enserio? Y, ¿Trabajarás más entonces?
-Sí, pero…ya no podré verte-respondí con un nudo en la garganta, dolía, el dolor volvía a ser parte de mi vida.
-¿Qué…?-abrió sus ojos ante la sorpresa.
-A partir de mañana…yo ya no viviré contigo, no podré verte más…-estuve a punto de llorar, pero me obligué a animarme-Así que, disfrutemos nuestro último día juntos-sonreí.
Levi no respondió, a lugar de ello, un denso silencio se apoderó de nosotros por un par de segundos, seguido de un golpe en la mesa por parte de él. Se levantó y empujó la silla tan fuerte, que esta cayó hacía atrás. Sus ojos se clavaban en mí con desprecio, jamás quise crear esa mirada en él de nuevo… pero no debía arrepentirme de la decisión.
-¿Dices eso así y nada más….? Como si fuera tan normal…-gruñó.
-Entiendas o no, así será a partir de mañana-respondí con dureza, debía ser fuerte.
-¡Eres una mierda al igual que todos! ¿Ahora te vas? Siendo que me prometiste que jamás lo harías.
-Te enviaré dinero para que cubras los gastos, no quedarás desprotegido.
-¡Tu dinero me vale mierda Eren!-gritó, era la primera vez que me gritaba de esa forma.
-Deja de comportarte como un niño, tú mismo lo dijiste hoy en la mañana, ya no eres uno-me levanté de la mesa, no podía estar más frente a él-Puedes terminar de cenar e ir a dormir, no discutiré más el tema.
Empecé a caminar rumbo a mi habitación, pero él me detuvo golpeando mi rostro con tanta fuerza, que caí al lado de la silla junto a su bolso. Levi me repudiaba desde arriba, mientras que en un intento por escapar de su mirada, me encontré con unos chocolates envueltos con una dedicatoria de amor sobre estos. De inmediato, sentí como mi sangre hirvió de celos y no pude contenerlos.
-Veo que por lo menos tendrás novia-constaté sombríamente.
-Eso no tiene nada que ver con alguien que me va a abandonar-bramó Levi.
-¿A sí? Creo que todos estos años, he sido yo quien te ha cuidado como para saber qué demonios pretendes con tu vida-respondí enojado.
-¡Tú no eres más que un bastardo farsante!
-Al menos tendrás alguien a quien darle mi cama ¿No? Hombre o mujer, podrás hacer lo que quieras, ¿No estás feliz? Ahora no estaré aquí para impedirte hacer lo que quieras-sonreí y una patada llegó a mi rostro.
Enfurecido por los dos golpes y los descontrolados celos que se apoderaron de mi cuerpo, me reincorporé listo para pelear. Levi con su rostro fruncido preparó otro puño para golpearme al igual que yo, pero antes de que ambos pudiéramos llegar a tocarnos, él se desplomó sobre el suelo y tomó su cabeza entre sus dos manos. Algo no estaba bien, se quejaba de dolor y el pánico a que pudiera perderlo de nuevo borró en mí toda la furia.
-¿¡Levi!?-me arrodillé a comprobar su estado-¿¡Levi qué ocurre!? ¡Respon…!
Un nuevo puñetazo se plantó en mi mejilla, sin ninguna explicación de por medio él me golpeo. Creí que se había apoderado de mi miedo para conseguir un golpe seguro, pero cuando lo miré, algo en sus ojos había cambiado a parte de sus lágrimas. Era una locura decirlo, pero por un momento creí que quien me veía no era el pequeño niño que había cuidado tantos años, sino la persona que me había entregado esta vida.
-No importa cuántos años pasen, tú eres y continuarás siendo el mismo mocoso imbécil que toma las peores decisiones que puedan existir-me recriminó con su voz quebrada.
-Tú…no, no sé de qué me estás hablando-negué sus palabras.
-Hemos llegado a esto, y aun así, ¿Serás un cobarde y vas a huir?
-Y-yo, yo, yo…-no lograba modular nada más, no podía rendirme ante él.
Y antes que pudiera decir algo, él tomó mi rostro y sin ningún problema besó mis labios, conectándonos ambos como si nunca hubiéramos dejado de hacerlo. Quería morir, morir e irme ahora en medio de sus besos que anhelé por tantos años, no podía creer que me encontrara besándolo nuevamente y pareciera como si toda esta vida en soledad sólo hubiera sido un momento de pausa para continuar haciéndolo. Era una droga, no tenía que dejar llevarme por mis sentimientos y con mucho dolor lo obligué a separarse de mí, separándolo por los hombros.
-¡No! Tú debes vivir no debes estar conmigo, si te quedas a mi lado…no quiero perderte otra vez...-le aclaré, aunque ni yo estaba seguro de ello.
-Lo haré, viviré, pero tú te quedarás conmigo. Aun conservas los anillos en tu cuello-notó mi collar con los dos anillos colgando-Eres mío, el día que di mi vida por ti, también te reclamé. No tienes derecho sobre tu vida, es mía-tomó mi collar y con un simple tirón, lo rompió, tomando ambos anillos.
-No, otra vez no por favor-rogué con mis temblorosas manos sobre sus hombros.
-Eren, cásate conmigo-me rogó, mirándome a los ojos y tomando una de mis manos-Me has cuidado todo este tiempo, ahora te cuidaré yo-prometió colocando el anillo en mi dedo, ante lo cual, yo no me negué. Había caído, por débil.
-Soy débil…esto no debía ser así-me quejé.
-No me iré, aún nos queda una larga vida por delante-me juró, encerrándome entre sus brazos-Lamento haberte lastimado y haber tardado tanto.
-Te odio…me dejaste solo, por tanto tiempo. Te odio, te odio, te odio-me detuve al empezar a llorar, rendido ante él, abrazándome a su cuerpo como lo había deseado por tanto tiempo…
-Ya estoy aquí, mocoso llorón-acarició mis cabellos-Mantuviste el lugar limpio, tal y como lo dejé, supongo que no estuviste con nadie, ¿Verdad?
-No-respondí sonriendo, Levi continuaba siendo el mismo de siempre.
-¿Y ese tal Kurt?
-Sólo es mi compañero…
-Entonces, ¿Te irás con él o te quedarás conmigo?-preguntó en amenaza.
-Me quedaré contigo…pero tengo miedo.
-Estaré siempre contigo, no importa cuántas veces tenga que reencarnar, te encontraré-depositó un beso sobre mi cabeza.
-¿Los demás habrán hecho lo mismo?, ¿Los encontraremos algún día?
-Probablemente, lo hemos encontrado dos veces, de seguro lo haremos muchas más. Pero ahora, quiero ocuparme de ti-susurró en mi oído.
Levi se levantó conmigo en sus brazos, reconocía cada una de sus acciones como para saber qué era lo que quería en este momento. Me abracé a su cuello y sus ojos se clavaron en los míos, estaba seguro que ningún llanto sería suficiente para expresar lo feliz y aliviado que me encontraba al estar en sus brazos otra vez. Por primera vez, luego de tanto tiempo, sonreí con el gozo de mi corazón palpitar de felicidad, Levi hizo lo mismo y juntó nuestras frentes. Pero no había olvidado la caja de chocolates.
-¿Qué hay de la caja de chocolates?-pregunté molesto.
-Me lo dio una chica, la verdad no acostumbro a recibirlos pero como hoy me ibas a cocinar, quería traerte algo y como sé que te gusta lo dulce, los recibí-explicó-Pero ahora encontré una utilidad mejor-me observó con lujuria-
Sonreí, por primera vez deseaba que Levi experimentara con nuestra intimidad sin ninguna queja.
-Te amo-confesé.
-Tendrás que esforzarse más si quieres que responda a eso-me advirtió llevándome a nuestra habitación.
-¿¡Qué!?-alcancé a gritar para cuando nos encerramos en la habitación.
No regresé a trabajar a la organización, jamás estuve obligado a hacerlo y viví el resto de los días de Levi a su lado, conociendo y explorando el mundo que tanto habíamos anhelado. No encontramos a nuestros amigos en esta vida, pero estaba seguro que podríamos hacerlo en la próxima, la próxima o la próxima…En una eternidad donde él y yo, viviríamos sin arrepentimientos.

¿Fin?
Notas finales: Hola a todos : )! Tardé mucho en escribir el capítulo final y no puedo creer que haya terminado este trabajo. Quiero aclarar que fin entre ¿? No significa que vaya a tener continuación o algo por el estilo, sino que lo puse por el tema de que la vida de ellos no acabará en ninguna época, no sé si me explico…
Había pensado en hacer un cap extra donde explicara qué ocurrió con Levi antes de llegar al orfanato, qué pasaba por su mente y etc, pero se los pregunto, ¿Les gustaría leerlo? Si quieren por favor háganmelo saber :)
Bueno y se acabó, creo que a este trabajo le debo mucho, fue mi primer fic y de esta pareja que amo, por lo que al principio empecé no como me hubiera gustado, pero fui aprendiendo mucho con el pasar de los capítulos. A veces volvía a leer los primeros y me decía: ¿Tan mal lo hacía? Pero en el otro cap me esforzaba por hacerlo mejor que el anterior, y después de un tiempo, aprendí mucho más de lo que esperaba. Muchas gracias a todos los que siguieron esta historia, tuvieron paciencia con cada conti y le entregaron tanto cariño a esta historia y a mí. Ahora sólo me queda abandonar este fic y continuar con los demás, sin olvidar lo muy importante que es y será.


Vuelvo a repetirlo, muchas gracias a todos; los que dejaron reviews, leyeron la historia, siguieron la historia y le dieron tanto cariño.
Nos nos leeremos más por aquí, pero sí en otros fics :)
Cuídense y gracias!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).