Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Renacer por Haru19

[Reviews - 37]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Shingeki no Kyojin y todos sus personajes no me pertenece, son de su respectivo autor Hajime Isayama.

-¿Entonces?-insistió el mayor al no escuchar respuesta alguna-

Eren no podía contarle nada, tal vez si hubiera preguntado días antes o hubiera sentido que lo escucharían le habría contado, pero recordaba las palabras de Erwin y no podía hacerle revivir todo el dolor. No sabía siquiera que hacer consigo mismo pero de algo estaba seguro, él no podía decirle nada a Rivaille. Si él en su otra vida deseo nunca haber vivido ese suceso, ahora lo había conseguido y no lo haría revivir el pasado.

-No puedo-dijo por fin el menor-

-¿Qué? No juegues conmigo, llegas de la nada me hablas mil locuras y, ¿Ahora dices que no puedes explicármelo todo?-el tono de voz de Rivaille iba en aumento, se encontraba cerca de su límite-

-No diré nada, si quiere saber, debe recordar usted.

Rivaille se levantó bruscamente golpeando con ambas manos la superficie de la mesa. El joven quedo helado ante la reacción del pelinegro, sabía muy bien cómo se pondrían las cosas.

-¡¿Qué mierda planeas entonces, tienes alguna idea de lo que significa ver a un supuesto fantasma que viene a contarte sobre una vida pasada de la noche a la mañana?! ¡Si solo ocasionarías tanto alboroto, te hubieras quedado donde sea que estuvieras antes y a mí me habrías dejado en paz!-una corta pausa tomo lugar luego de que las palabras de Rivaille terminaran por dejar en mal estado a Eren-Haz lo que quieras con la comida, no la comeré-se retiró a su habitación cerrando la puerta fuertemente-

Le sorprendió que no lo hubiera detenido, ni le hubiera dicho algo. Se lanzó en la cama quedando boca arriba, había perdido la paciencia. Pero era inevitable, todo lo tenía vuelto loco y el mocoso no quería contarle nada ¿Pretendía que recordara solo?, nunca pidió tenerlo a su lado. Hace un momento tuvo ganas de ir a buscarlo, ahora no quería saber nada de él ni de todo este alboroto que tenían a su ser lleno de frustración.

En el comedor, Eren tomo los platos y los cubrió para guardarlos en el refrigerador. En momentos así, lo mejor era no decirle nada. Rivaille se sentía muy confundido y era normal que se enojara…pero tenía razón, ¿A que vino? A buscarlo, pero si todo iba a ser tan difícil para él, lo mejor hubiera sido no aparecer, pero quería verlo por muy egoísta que fuera “Sigo siendo un monstruo”, se dijo. Ocultando su presencia, fue a la habitación de Rivaille. Asomo la cabeza sin abrir la puerta viéndolo sobre la cama dormido sobre las tapas. Entrando cuidadosamente a la habitación tomo un cobertor que se encontraba a los pies de la cama, y lo tapo. Se quedó observándolo unos segundos, fijándose que tenía el ceño fruncido. Puso su dedo entre sus cejas a pesar de que no lo pudiera tocar.

-Perdóname por ocasionarte problemas, Descansa…Te amo-susurro el menor-

El despertador. Se había quedado dormido y vestido…la ropa traía la contaminación de afuera, y ahora esa contaminación se encontraba en su cama y en el cobertor ¿El cobertor? Alguien lo tapo, el llego furioso y se recostó en la cama tratando de calmarse cuando se quedó dormido, Eren debió hacerlo, se preocupaba demasiado por su persona, pero aun así no podía olvidar lo enojado que estaba con él.

Tomo una ducha y se preparó para salir. Salió sin dar aviso de nada, no quería encontrárselo en la mañana. Logro hacer su trabajo bien en el día, pudo desprenderse de sus sentimientos y pensamientos, pero una vez fuera de todo lo que lo mantuviera ocupado regresaba a su guerra interna. Para no tener que volver tan temprano a su departamento, fue a la enfermería en busca de Hanji, pero no se encontraba. Alguien que si debía estar era Erwin, podía ir con la excusa de saber que quería ayer, porque si llegaba sin excusa de seguro lo iba a molestar. Todo por no volver tan temprano. Llego y entro sin tocar la puerta.

-Levi, que sorpresa, no te esperaba por aquí-le dijo el rubio mientras dejaba su laptop de lado-

-Sabes, quiero saber con qué fin fuiste ayer-le preguntó el pelinegro sentándose frente el mesón-

-Creo que ya te había dicho que iba a conocer tu dulce y ordenado hogar, ¿Te molesto?

-No puedes llegar así a la casa de los demás, eso te convierte en un acosador.

-Puedes considerarme uno-dijo mientras volvía a ver su laptop-

-¿Tienes trabajo?-le preguntó al rubio-

-Mmmm, si un poco, ordeno todos los datos de los nuevos estudiantes. Ya sabes, fichas médicas, antecedentes, etc

-Agradezco no ser director de escuela, si estas ocupado me voy-dijo el pelinegro mientras se levantaba de su silla pero fue detenido por una mano que lo sujeto del brazo-

-No es necesario, me gusta tu compañía-dijo el rubio en un intento de detenerlo- Me gustaría que te quedaras.

-Tienes trabajo-dijo mientras se soltaba de Erwin-Yo también lo tengo, otro día podemos conversar.

-Entonces, ¿Quieres ir a cenar uno de estos días?-le pregunto el rubio- O paso a tu departamento o tú al mío.

No, el departamento no.

-No me molesta salir a cenar, tú…                                                                                                                                

-Perfecto, te aviso cuando pueda, yo te invito-le dijo sonriendo antes de que terminara su frase el pelinegro-

-Como quieras, trabaja nos vemos-le dijo despidiéndose mientras salía de allí-

-Cuídate Levi, te llamare nos vemos-dijo con una sonrisa-

Las circunstancias lo trajeron de todas formas temprano a su departamento. Al entrar no noto la presencia de Eren, busco por las habitaciones algún rastro del mocoso pero no había nada. Pero, todas las habitaciones estaban ordenadas y limpias, él lo había hecho todo pero no se encontraba o eso parecía. Pensó en llamarlo, pero, ¿No era lo que él quería? Paz de todo ese alboroto, además de que aún se encontraba molesto. No dijo nada y fue a ver si tenía algo en el refrigerador para comer, encontrándose con los platos de ayer tapados y guardados. Le dio un poco de lastima recordar como había tratado al mocoso ayer y a pesar de ello seguía sirviéndole tan fielmente. Pero se lo merecía. Saco los platos y los volvió a calentar y al comerlos una soledad comenzó a invadirlo.

Los siguientes días fueron iguales. Despertaba y el desayuno se encontraba listo en la mesa, el departamento se mantenía limpio y la cena siempre se encontraba refrigerada, solo debía sacarla y calentarla. Todo esto era obra de Eren, pero él nunca apareció. Rivaille tampoco le dio mucha importancia ya que después de todo, nunca perteneció aquí ni existía realmente. Pero en su día libre sintió lo molesto que era encontrarse solo en ese departamento. A pesar de que el departamento siempre se mantenía limpio, ese día comenzó a ordenar todo por ocio o simple distracción. Leer tampoco era solución, porque su mente no lograba centrarse en lo que leía y terminaba pensando en cualquier estupidez relacionada con Eren.

-Debería comprar un jodido televisor de una vez por todas-se dijo molesto-

Pero, ¿Dónde comprar algo decente? Por mucho que Rivaille no le gustaran los televisores, no gastaría plata en alguna baratija. En ese instante su celular comenzó a sonar, en la pantalla tenía una llamada entrante de “Cabeza de choclo”

-¿Diga?-contesto la llamada-No, ahora estoy....olvídalo iré. ..Puedo ir solo, ¡SOLO!-gritó cuando la conversación ya había terminado-

Erwin lo invito a cenar, no escucho cuando le dijo que podía ir solo y lo vendría a buscar. Siempre lo trataba de esa forma, parecía un padre sobre protector a pesar de que tenían edades muy cercanas.

Se vistió con un pantalón semi formal color negro, una remera en v blanca y una chaqueta negra que no cerro dejando ver su torso. Como las noches eran frescas, tomo una bufanda gris y unos zapatos acorde la ocasión. El celular volvió a sonar pero esta vez era un mensaje de Erwin.

"Ha llegado el príncipe a rescatar a la princesa de la torre"

No podía creer que aun continuara siendo tan infantil. Tomo sus cosas poniéndolas en sus bolsillos y salió. Antes de cerrar la puerta, volteo para asegurarse de que todo estuviera apagado, o eso pretendía hacerse creer. En el estacionamiento se encontraba Erwin esperándolo, se acercó al auto y entro.

-Por un momento pensé que te ibas a ir solo-le dijo el rubio-

-Pensé en hacerlo...-miro hacia atrás buscando-Creí que también vendría Hanji.

-Ya saldremos con ella, hoy te quiero solo para mí.

-A veces llegas a ser todo un psicópata Erwin...

-Ya te lo dije, puedes considerarme uno-le dijo con una sonrisa un tanto distinta que dejo helado a Rivaille-

Emprendieron marcha al restaurante que Erwin había prometido. A simple vista no se veía la gran cosa, pero una vez adentro cambiaba mucho. Era un poco rustico, pero lograba mantener un ambiente agradable para Rivaille. Pidieron una mesa para dos y ordenaron la cena.

-Ya había pasado tiempo desde la última vez que salimos juntos, perdóname por no haberte llamado antes, tenía mucho trabajo-dijo el rubio-

-Lo sé, no importa-parecía estar concentrado en el lugar y no hacer mucho caso a su amigo-

-La verdad es que quiero decirte algo importante.

-No me metas en alguno de tus planes Erwin.

-No, no, es algo...más serio.

-¿Qué ocurre?

 

Su amigo se mantenía con la mirada fija en el plato, intentaba buscar valor para sus palabras. Subió su mirada clavándola en los ojos del pelinegro, haciendo que este quedara sorprendido por la determinación con la que lo miraban.

-¿Recuerdas lo que te dije en nuestra época universitaria?

-¿Cuál de todas las cosas que decías? Nunca parabas de hablar.

-Sabes a lo que me refiero.

Exacto, sabía a lo que se refería pero pretendía no acordarse. Hace unos años atrás, Erwin le había dicho que estaba enamorado de él, la confesión lo sorprendió y le dijo que no lo correspondía, que haría como si nunca hubiera escuchado eso y siguieran siendo amigos. A lo que su amigo acepto.

-Creo que dejamos eso claro hace años.

-No puedo. No puedo olvidarte Rivaille.

-Si esto está relacionado con que viniera a trabajar aquí, me iré.

-No tiene nada que ver, te evalué por tus capacidades no tienes que irte. Pero lo otro, es algo que trate de borrar de mi pero no pude, sé que te prometí que no haría nada y seria como si nunca paso. Pero me estoy engañando a mí mismo Levi.

-Yo no puedo corresponderte.

-Levi...si tú...

-Disculpen la demora-dijo la camarera que llegaba con los platos- Espero que les guste, disfruten su comida-volviendo a su labor-

Durante toda la comida ninguno hablo, el ambiente paso a estar tenso y el aire parecía difícil de inhalar. Rivaille se mantenía en su posición, pero la verdad es que no sabía qué demonios hacer.

Terminaron de cenar y pidieron la cuenta, luego de pagar ambos caminaron al auto sin decir ninguna palabra. Una vez dentro, Erwin se animó en romper el silencio.

-Quiero mostrarte algo.

-No, llévame a mi departamento.

-No, te mostrare algo.

-Me llevas a mi departamento ahora o te juro que romperé esa maldito rostro tuyo, ¿Oíste?-pese a la amenaza el rubio acelero dirigiéndose a donde pretendía-¡PARA EL MALDITO AUTO AHORA!

Erwin se mantuvo concentrado sin escuchar a Rivaille. Todo el camino fue amenazado, hasta que llegaron a una plaza con una gran fuente al centro

-Suficiente me voy-se bajó del auto rápidamente para devolverse a su departamento, pero Erwin fue más rápido y lo cogió el brazo-¡Suéltame maldito bastardo!

-Solo esta vez, escúchame y si después no quieres volver a saber de mi lo entenderé.

Cedió ante la súplica, después de todo era su amigo. Este lo llevo al frente de la pileta y comenzó hablar.

-Siempre vengo aquí, hay un rumor de que si lanzas una moneda y pides un deseo se cumplirá.

-¿No estas grande para andar creyendo estas cosas?

-Tal vez, pero era mi único consuelo, siempre venia aquí a pedir que algún día, por muy lejano que fuera me correspondieras. Ahora te traigo aquí para pedírtelo a ti y no a una pileta. Por favor Rivaille -tomo una de las manos del pelinegro haciéndolo estremecer-Dame una oportunidad.

-No.

-Sé que no sientes nada por mí, pero dame la oportunidad de haber hecho todo por intentarlo. Solo un mes, si en un mes no deseas continuar, me rendiré.

-¿Cómo confiar en ti, si ya me has prometido y no has cumplido?

-Lo intente, pero por favor dame esta oportunidad no te hare nada-rogó el rubio-

-Un mes. Solo un mes Erwin.

-¡Muchas gracias Levi…!-lo abrazo fuerte-

-Ya, suficiente, suéltame-trataba de soltarse de los brazos de su amigo, o mejor dicho, su ex amigo-Suéltame, llévame de regreso.

-Sí,  claro- lo soltó con una sonrisa que reflejaba toda su alegría-

Era su amigo después de todo, solo sería un mes y después le quedaría todo claro para siempre. Lo fue a dejar a su departamento y no se demoraron en llegar.

-Em, gracias por traerme y bueno, gracias por la comida-le costaba mucho dar las gracias-Nos vemos-abrió la puerta del auto pero fue detenido por la mano de Erwin jalándolo-

Rivaille se dio vuelta, encontrándose con el rostro de Erwin que le dio un tierno beso en la mejilla.

-Te llamaré, Cuídate-le dijo a Levi que ya se había bajado del auto rápidamente-Levi, te amo.

-Adiós-le dijo saliendo rápidamente de allí-

Esto sería más difícil de lo que pensaba, no servía para este tipo de cosas pero bueno solo era un mes. No se sentía cómodo, incluso llegaba a sentir que eso estaba mal, pero no pasaría nada.

Al entrar a su departamento, fue al refrigerador. Sentía que traicionaría a Eren si hubiera algo guardado, y no sabía el por qué. Pero no había nada.

-No sé qué buscas, si tú ya cenaste.

La voz era de él, un inexplicable alivio lo inundo a oírlo. Pero al voltearse, vio al chico con un rostro destruido. Estaba enojado ¿Pero no debía ser él el enojado?

-Oye mocoso, ¿Dónde te habías metido?-preguntó el mayor enojado-

-¿Erwin y tú están saliendo?

-Te hice una pregunta.

-Estuve siempre aquí Rivaille, viendo todo. Respóndeme.

-No eres nadie para venir a controlar mi vida-se empezaba a poner tenso-

-Respóndeme…-su rostro cambio, sabiendo cual sería la respuesta-

-Sí.

 

Continuará...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).