Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El día de mi boda por Dashi Schwarzung

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este es un one-shot romántico... con mucha miel DD: muy diferente a mi género habitual, de igual forma, espero que les guste.
No es muy largo, consta solo de 2100 palabras, pues ya no se me ocurrió qué mas poner XDD

La mayoría de los sentimientos de Kagami, está basado en mi experiencia personal y en las sensaciones que se tiene al casarse :3
-_- igual espero no se lea muy meloso (no estoy acostumbrada a este estilo tan shoujo XD)

Y por último, y ya para dejarlos leer... revisé como 3 veces el escrito, pues le tuve que cambiar muchas cosas que no me gustaron, y esta vez no se lo pasé a mi Beta Reader, así que disculpen si hay algun error de conjugación o alguna palabra mal escrita

Pueden econtrar una especie de "spin-off" (?) de los votos de matrimonio de Aomine aquí
Y la secuela (con m-preg) llamado Dos años después aquí

Gracias por leer!

 

Kagami POV

 

Y me encontraba  dentro de las cuatro paredes de ese cuarto, con un amigo como Kise a mi lado, sonriéndome y diciéndome qué usar, cómo arreglarme, qué zapatos ponerme, Kise, de alguna forma, se había convertido en mi mejor amigo, muy por encima de Kuroko, pues ambos asistimos a la misma universidad, después de nuestros estudios en preparatoria. Podía decir, oficialmente, que estaba sumamente nervioso, pero también muy feliz de compartir mi vida con ese hombre a quien yo había elegido amar. Sé que había sido una de las mejores decisiones en mi vida, muestra de ello era la estúpida y tonta sonrisa que adornaba mi rostro, y es que… ¿Cómo podría negarme a aquella petición? ‘¿Serías mi esposo, Taiga?’. Con sólo recordar aquella petición hacía que me ruborizara de nuevo. Ahora que lo meditaba… ¿Cómo había podido terminar con alguien como él? Es decir… aquella primera vez que nos conocimos me había sorprendido con un comentario tan inteligente como ‘Tu luz es tenue’ ¿Qué clase de insulto era ese? Debía también mencionar que odié aquel primer partido oficial que tuvimos, o más bien… lo odié a él, y sus estúpidos tiros sin forma, aunque muy dentro de mi… lo odié por ser un oponente formidable, y tal vez, alguien inalcanzable para mí en el basquetbol.. . Odiaba también su estúpida e inigualable frase ‘el único que puede vencerme soy yo’. Es decir… ¿Quién en su sano juicio decía algo tan estúpido y sin contexto como eso?  Y qué decir de aquél segundo partido, en la Winter Cup, donde ambos entramos a la Zona… fue ahí donde sentí una chispa de atracción entre ambos, y después de todo, no me equivoqué.  Jamás podría olvidar aquella vez en la que no pude declararme… pero en su lugar le robé un beso a ese tipo tan egocéntrico y luego me apresuré a salir corriendo, de no ser por esa mano que tomó la mía y luego él jaló mi cuerpo y unió nuestros labios nuevamente en un beso tierno, ya no era necesario declararme a ese chico… pues mi lengua junto a la suya lo estaba haciendo por mí. Suspiraba como una colegiala al recordar aquella vez. Desde ahí no pude sacarlo de mis pensamientos.

 

Jamás me imaginé que ese día llegaría, sólo sé que tuvimos que viajar a E. U. para lograr nuestro cometido, habíamos sacado los pasaportes y boletos de avión, no sólo nosotros… sino todos los demás invitados… de alguna forma pensé que todo esto era una molestia para nuestros conocidos, pero cada uno de ellos estaba feliz por nosotros, incluso Akashi, quien era el más escalofriante y serio mostró una sonrisa al saber de nuestra unión. Y ahí estaba yo… sonriendo ante ese enorme espejo, mientras Kise arreglaba mi traje negro, éste traje tan lindo y costoso que compré para esa ocasión especial, y no es para menos, debía lucir totalmente presentable. Aunque no sabía si estaba  presentable con esas ojeras, pruebas irremediables de que no había podido  conciliar el sueño en la noche, aunque, no debía ser ni la primera ni la última persona a la que le pasaba eso.

-Un poco de maquillaje lo arreglará, Kagamicchi.-

Escuchaba que Kise hablaba, como si él pudiera leer mis pensamientos, aunque… ¿Maquillaje? No pude evitar suspirar resignado ante esa palabra, pues jamás en mi vida había utilizado productos de ese tipo, suponía que tan mal debía de verme como para usar eso. Si esos productos cosméticos harían milagros con esas horribles ojeras, entonces no tenía ninguna objeción.

 

Por fin dejaría de ser Kagami Taiga… para convertirme en Aomine Taiga…. Eso… sonaba lindo, y los recuerdos no dejaban de llegar a mi mente, todos aquellos hermosos recuerdos que había pasado al lado de Daiki, y también todas esas peleas que como pareja habíamos tenido, creo que no valía la pena recordar las cosas malas, ese era nuestro día especial, y no quería arruinarlo por nada del mundo. Me preguntaba… ¿Cómo estaría sintiéndose Daiki? ¿También se sentía nervioso? ¿O feliz? ¿Tampoco había podido dormir en toda la noche? Eran muchas las preguntas innecesarias que me asaltaban, pero… no quería  olvidar ningún detalle de ese día, no quería olvidar cuán vivo me sentía en éste momento.

 

Mi padre nos estaría esperando en la iglesia, de alguna forma, debía agradecer el que me haya dejado vivir solo en Japón, de lo contrario, no estaría pasando nada de esto. En su momento, mi padre se volvió frenético al saber que estaba saliendo con un hombre, no soportaba la idea de que su único hijo fuera gay, y se puso aún más loco cuando le dije que me casaría con Daiki, en realidad, fue muy difícil el que él me aceptara como soy y fue aún más difícil que aceptara mi matrimonio, pero al final lo hizo, nos aceptó a ambos y nos dio su apoyo. Si no fuera por él… yo no estaría preparándome para éste gran acontecimiento en mi vida. Noté cómo Kise ponía como último detalle el típico azahar de cristal blanco en mi traje.

-Listo, Kagamicchi, debemos irnos o llegaremos tarde.

 

Salimos de mi departamento y subimos a un auto alquilado que había sido decorado para la ocasión, el chofer comenzaba a manejar, el auto hacía gala del buen decorado, noté que las personas no podían evitar mirar el auto y no sé por qué, pero me sentí importante en ese momento, y también… a cada calle que el auto se acerca a nuestro destino me sentía  más nervioso. Miré al cielo, el cielo se nublaba cada vez más, chasqueé la lengua, se había pronosticado un clima realmente lindo, si llovía, nuestros planes se esfumarían, pero…. Para entonces… ya estaría casado, así que no debería preocuparme más por cosas triviales. Sentí  la mano de Kise sobre la mía, me mostraba una sonrisa sincera, sabía  que él estaba totalmente feliz por mí, me lo hizo saber cuando le confesé que estaba saliendo con Daiki, y lo hizo nuevamente al confirmarle mi matrimonio con él. ¡Demonios! Si mi rubio amigo posaba su mano sobre la mía de esa forma significaba que en realidad me veía sumamente nervioso. No faltaban muchas calles cuando notamos que había tráfico, eso no podía ser bueno… yo tratando de tranquilizarme y ahora el tráfico. Suspiré resignado, mirando el reloj que mi rubio amigo traía en la muñeca. Eso no era bueno… no era bueno… no era bueno… mi mente se nublaba por un momento… llegaría tarde y Daiki pensaría que lo había dejado botado en el altar… ¡Esto no podía ser bueno! Mi mente estaba  hecha un caos….

-Kagamicchi… llegaremos… no te preocupes.

La sonrisa de Kise hacía que mi nerviosismo se disipara sólo un poco, hasta que por fin, el auto comenzaba a avanzar más rápido, en dirección a la iglesia. Kise siempre había sabido cómo calmar mi ansiedad y nerviosismo, debía darle gracias por estar conmigo en todo este proceso, después de todo, él también me había ayudado a conquistar a Daiki.

 

Llegamos con varios minutos de retraso, ésta vez, aunque yo quisiera, no había a quien culpar. Noté  cómo afuera de la iglesia no había nadie, seguramente que todos estaban esperando dentro, si no nos apresurábamos, me arrepentiría de todo. Pronto, notamos que Momoi salía de la iglesia y me miraba con sorpresa, para luego correr hacia nosotros.

-¡Kagamin! Vaya que es tarde, todos están esperando dentro.

Ella también se veía nerviosa, y no era para menos, después de todo, quien se casaba, era nada más y nada menos que su amigo de toda la vida. Kise acomodaba mi traje y el azahar y  posaba sus manos en mis hombros

-Sé feliz, Kagamicchi.

Algo en sus palabras me hacía  confiar que esa era la vida que me espera… felicidad al lado de Daiki. Cerré los ojos y aspiré  una bocanada grande de aire, para luego suspirar  y las puertas de la iglesia se abrían, dejándome escuchar el sonido del órgano de la iglesia y dejando mostrar a todos los invitados que habían asistido. No podía suprimir mi nerviosismo, mis manos sudaban con demasía, estaba prácticamente temblando e incluso me sentía mareado “Demonios”. Rogaba por no desmayarme en el camino al altar, eso sería sumamente embarazoso. Mis pasos eran torpes, sin embargo, aun así caminé por aquella carpeta roja, miré a los presentes a mi paso, distinguí claramente a mis senpais de la preparatoria, y a los de la universidad,  a los chicos de Shutoku, de Rakuzan, de Kaijou, e incluso a los tipos de Kirisaki Daichi. Mi vista se enfocaba al frente, miré a mi padre que estaba junto a Daiki, mostrándome una sincera sonrisa en su rostro, después mis ojos se enfocaron en aquella figura que podría reconocer donde fuera,  no pude evitar sonreír plenamente al ver a mi futuro esposo, a aquella persona que había robado mi corazón, sonriéndome de la misma forma en que lo hago.

 

Por fin llegué al altar, y Daiki me extendía su mano, y sin pensarlo, la tomé, sin desaparecer esa sonrisa.

-Llegas tarde.-

Comentaba con su suave voz y yo no pude hacer nada más que sentir su piel tocar la mía. El sacerdote  inició la ceremonia, y cada cosa que su boca pronunciaba era prácticamente grabada en mi mente.  La mano de Daiki junto a la mía hacía que mi nerviosismo desapareciera, después de todo, no me hubiera gustado que él tomara mi mano si estaba sudorosa, como hacía unos momentos. Y cuando me di cuenta…

-Acepto- Mencionábamos los dos ante las palabras del sacerdote, eran las primeras palabras para confirmar nuestra unión, y luego el sacerdote pasó a los anillos.

-Taiga… recibe este anillo en señal de mi amor y fidelidad hacia ti.-

Aquellas palabras fueron pronunciadas en un tono suave, que hizo que una sensación indescriptible recorriera todo mi cuerpo. Sentí el anillo recorrer mi dedo anular, y mi felicidad en ese momento no podía ser para menos, ese objeto en mi dedo  era la señal de mi vida ligada a Daiki. Hice lo propio con el anillo en mis manos, y lo coloqué en el dedo de Daiki, mirando en sus ojos azules un brillo que jamás había visto, un brillo que me decía que estaba haciendo las cosas bien.

Ambos dijimos nuestros votos matrimoniales ante todos los invitados, al mirar fugazmente a todos ellos, pude notar algunas sonrisas en sus rostros, desde el lugar donde me encontraba parado, pude sentir aquella felicidad hacia nosotros.

-Sin más que decir los declaro esposo y esposo-

Después de que el sacerdote nos declarara oficialmente casados, nos dio permiso de besarnos, Daiki posó sus manos en mis mejillas y lentamente nos acercamos para besarnos, ahora como esposos, para luego escuchar los aplausos de nuestros amigos, y mirar la sonrisa de mi padre, pude ver en su mirada aquella sinceridad, él estaba feliz por mi….

 

Fin del POV de Kagami

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

-Y esa fue la historia de cuando nos casamos, Ryo…- Kagami sonreía, mirando al pequeño de 5 años con cabello azul y ojos rojos.

-Fue tan lindo papá, pero… ¿Qué hicieron después? ¿Qué es lo que se hace en la luna de miel?

Kagami sonrió nervioso

-No es necesario que sepas eso… en su momento lo sabrás, hijo, ahora debes dormir, antes de que el hombre malo venga y te regañe-

-Hey ¿nuestro pequeño hijo está dando problemas?- Aomine se asomaba a la habitación del pequeño

-¡Papá! ¡El hombre malo entró a mi cuarto!- El pequeño señalaba al moreno, quien lo miraba extrañado. Kagami soltaba una risa ante las palabras de su pequeño hijo.

-Daiki… sólo le estaba contando a Ryo la historia de nuestra boda.-

-Ya veo ¿Cómo no recordar algo tan importante en nuestra vida como eso?

-Soy el único que puede vencerme… eso de verdad suena tonto, papá.- El pequeño peliazul miraba a Daiki con una sonrisa, y Kagami no pudo evitar reír al comentario.

-¡No debes hablarme así! ¡Soy el único que puede hablarme así! Ahora duérmete. –detonaba un ligero rubor en sus mejillas al recordar aquella etapa de su vida en la que no dejaba de mencionar esa frase.

Kagami se acercó al pequeño, para luego arroparlo con las cobijas y darle un beso en la frente, para decirle ‘buenas noches’ y después ambos padres salieron del cuarto.

-Así que recordabas aquel día ¿Eh, Taiga?-

-No… yo sólo….. Cállate-

-¿Qué dices si hacemos otro bebé?- Aomine se acercó a su esposo y lo besó tiernamente.

-Eres un tonto… - Kagami deshizo el beso, y el moreno no pudo evitar sonreír al ver a su esposo con ese rubor en su rostro que siempre lo caracterizó. De repente se acordó de aquel día, de sus votos, de la promesa hacia Kagami, entendía cómo había cambiado su vida desde que lo había conocido, sonrió al saberse más feliz que en ese entonces, pues el pelirrojo ahora, le había dado otra razón para ser feliz, y esa razón era su pequeño hijo, que yacía dormido en su cama.

 

 

Notas finales:

Gracias por leerlo! 
Espero no haya sido tan tedioso para ustedes leer tanta miel XDDD
Agradezco sus reviews!! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).